
La Cova del Cavall y unos enterramientos en urna, de Liria (Valencia)
Consuelo Mata Parreño
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CONSUELO MATA
{Valencia)
LA COVA DEL CAVALL Y UNOS ENTERRAMIENTOS
EN URNA, DE LIRIA
(Valencia)
Dada la actualidad que están teniendo los estudíos sobre la Primera Edad del Hierro y los orígenes de la Cultura Ibérica (1 ), hemos
creído oportuno revisar el material de la COva del Cavall y de los enterramientos del Collado de la Cóva del Cavall y del Puntalet, los tres en
Liria (fig. 1). con el fin de darles una nueva valoración a la lUz de los
últimos descubrimientos y estudios.
No vamos a hacer aquí un relato detallado sobre la forma del descubrimiento y localización, puesto que estos detalles han sido dados a
conocer con anterioridad (2).
{11
M. ALMAGRO GORBEA: oEl Bronce final y el inicio de la Edad del Hierro en la Meseta Sur.. Ex-
tracto de tesis doctoraL Madrid; 1973.
M ALMAGRO GORREA: ~El Pie deis Curbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE. de la I'enlnsu,a Ibiirica». Saguntum, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 12. Valencia, 1977, pág. 89.
o. AR'tEAGA: «La panorámica protuhist6rlca peninsular y el estado actual de su conocimiento en el
Levante septentrional (Castellón de la Plana)~. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 3.
Castdlón, 1976, pág. 173.
B. DEDET y M. PY: «Classilication de la céramique non tournée protohistorique du Languedoc méditerranéen~. Revue Arquéologique de Narbonnaise, supplément 4. Paria, 1975.
F. GUSI JENER: «Desarrollo histórico del poblamiento primitivo en Castellón de la Plana». Cuadernos
de Prehistoria y Arqueolo¡:ia Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 79.
F. GUSI JENER: 2. Castellón, 1975, pág. 174.
E. LLOBREGAT: ~Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Neolltico al Hierro en la región valenciana•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 11. Valencia, 1975, pág. 119.
C. MATA: •Aportación a los inicios del Hierro en el Pals Valenciano». Tesis de licenciatura. Valencia,
1977.
R. PERONI y otros: «Sulla cronología del Campi di Ume della Linguadocao. Rivlsta di Scienze·Prelstoriche XXXI, l. Firenze, 1976. pág. 245.
Simpos.io InternacionaloLos orígenes del mundo ibérico». Barcelona-Ampudas, 2-7 mayo 1977.
I. BALLESTER TORMO: ~Las cerámicas ibéricas arcaizantes valencianas•. 'trabajos Varios del
P., 10. Valencia, 1947, pág. 47.
I. BALLESTER TORMO: «La labor del S. I. P. y su museo en los años 1940 a 1948~. Diputación Pro·
vincial de Valencia. Valencia. 1949, plig. 131.
J. DONAT y F. GASCO: •La Cóva del Ca val! de Liria (Valencia)». Archivo de Prehistoria Levantina, X.
Valencia, 1963, pág. 227.
(2)
S.
r.
-
113 -
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C. MATA
'
I
COVA DEL CAVALL
El material de esta cueva (Lám. I, 1), depositado en el S. l. P., no
está agrupado con ningún criterio que indique la forma eri que fue hallado y los detalles de su excavación. El conjunto se compone de 197
fragmentos de cerámica hecha a mano, algunos fragmentos de hueso
y una lasca de sílex sin retoque. No vamos a realizar una descripción
Lliria
Fig.-1: San Miguel de Liria.
2: El Puntalet.
3: Cov11 y collado del Cavall.
y estudio de los huesos, puesto que esto ya ha sido hecho (3). En cuanto a la cerámica, hemos esbozado una tabla de formas, con sus respectivas variantes, con el fm de seguir algún criterio de exposición.
Los fragmentos cerámicos hemos podido agruparlos en diez formas generales, que son las siguientes:
FORMA 1
Plato poco hondo o cuenco, de boca ancha, pasta negra, con pequeño desgrasi!IIta y superficies aspa·
tuladas, hecho a mano:
- ll frags. que fonnan una peque!\ a bll!le plana; el espatulado es de buena calidad, aunque en algrmos
sitios ha desaparecido; la superlicie exterior es de calor gris-negruzco y la interior belga; diám.
aprox, hase, 6 cm. (frogs. donados por Vicente Olivar, el31-VI-75, encontrados el 10-IX· 72) (flg. 2,
n.• 3).
(3)
DONAT y GASCO: Op. Clt. nota 2.
- 114 --
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GOVA DEL CAVALL
3
1 frag. borde, con el inicio de la base que podrla ser redondeada o aplanada; el borde as mAs delgado que la zona de la base; el espatulado es de buena calidad (E. B. C.), siendo las superficies de color
pardo y negro; diám. aprox. baca, 21 cm. (caja 126, 3-IX-60) (flg. 2, n.' 1),
1 frag. horda, con lahlo adelgazado e indicado por el interior; la superficie Interior es marrón y la
exterior grisácea: diám. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) (fig, 2, n.' 2).
Destacan dentro de esta forma I y del conJunto de la cueva:
4 frags. borde, E. B. C.: dos de los fragmentos tienen las superficies color negruzco, conJ
2
Fig. 2.-Fonna 1
(T.
n.J
chas con un instrumento de punta roma. La decoración se desarrolla a lo largo de una nanda cerca
dellxlrde, limitada en el interior por dos lineas incisas paralelas, mientras que en el exterior las indsiooes llegan hasta el borde. Tres de los fragmentos parecen pertenecer al nrlsmo vaso, aunque
sólo dos de ellos unen entre s1 (4) (caja 125, 3-IX-60) (Lám. 1).
141
DONAT y CASCO: Qp. cit. nota 2, pág. 245, fig. 9.
- 1!5 -
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'
C. MATA
PORMA 11
Vaso
mano:
d~
labio saliente y cuello curvo, pasta generalmente negra y superficies espatuladae, hecho a
1 frag. borde, labio redondeado; pasta negra, con pequell.o desgr1111anto, E. B.
c., color parduzco
(cajón C-7, 19-XI-48) (fig. 3, n.• 6!.
1 pequefto tragm~:~nto borde, con labio saliente e !nido de cnvllo; pasta negra con pequado desgrasanta; superficies espatuladas, colar negro en ellnteriQr y pardo en el exterior (cajón 51, 12-XI-67)
(fig. 3, D.' 7).
l frag. borde, con labio adelgaz!ldo; pasta negra, con pequeíl.o desgrasante; superflc!ea espatuladas
de buena calidad, color gris parduzco (cajón C-7, 19-XI-48),
2 fraga. que forman un borde muy erosionado, de labio ligeramente saliente; <;:&C!I. del borde y pll1'
el exterior se aprecia un pequel'io rehundimiento; pasta gris negruzco, con desgrasante grande; superficie exterior alisada e Interior tosca, color gri8áceo {cl\ión 67, 20-XI-67) {flg. 3, n.• l).
Fig. 3.-Forma JI.
(1/2)
1 frag. borde, con labio radondaado e inicio de cuerpo globular; pasta negra, con grueso desgrasante; supepjcies toscas, color grisáceo; diá.m. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) {fig. 3, n.• 41.
1 frag, borda, con labio apuntado y adelga~ado,lniclo de CUel'pO globular; pasta negra, con desgrasanta abundante; superficies alisadas, color marrón grisáceo, con algunas zonas negras (ci\Jón 125,
3-IX-60) Ulg. 3, n.• 2).
1 frag. borde, labio redondeado e !nielo de cuerpo poco globular: pasta rojiza ccn desgrasante pequeño; superficies E. B. C., erosionado en algunos sitios; el Interior es negro y el exterior rojizo, con
wnas negruzcas (cajón 67, 20-Xl-671 (fig. 3, n.• 5).
10 fregs. borde, todos pertenecientes al mismo vaso, aunque no todoa unen; el labio es plano elncil
nado y el inicio del cuerpo es globular; pasta negra, con pequeflo desgrasanta; E. B. C., superficie
interior negra y exterior pardo, con zonas ennegrecidas; dlám. aprox. boca, 32 cm. [cl\ión 67, 20XI-67, y cajón 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 3).
1 frag. borde, con labio plano: pasta negra, con pequoflo desgrasanta; superficies espatuladas, color
pardo !cl\ión 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 8).
-
116 -
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5
COVA DEL CAVALL
FORMA 111
Cuenco de boca más o menos abierta y cuerpo globular; pasta. geuera.lmenta negra y ouperficies eapatuladas; hecho a mano:
1 frag. borde, labio reentrante y redondeado; pasta negra con peque:do desgrasante; superficies eopatuladas, color parde-negruzco (cajón fil, 12-XI-!i7l (fig. 4, n.• 9).
¡ frag. borde, labio redondeado y zona exterior rehundida; pasta negra, con pequeño desgrasante:
superficies espatuladas, exterior pardo e interior negra (cajón 51, 12-XI 67) (fig. 4, n.• 121.
ll'rag. borde, con ioiclo de base rodondeada; pasta negra, con desgrasante pequaño y abundante;
superficies E. B. C. negras (cajón 67, 20-XI-67) {f]g. 4, n.• 10).
l frag. borde, labio redondeado, con pequeño mamelón; p!lllta gris, con grueso desgraaante; superficie~ alis.adas, marrón rojizo eñ el interi
125, 3-IX-601 (fig. 4, n.• 111.
1 frag. borde, labio redondeado y adelgazamiento vblble por el e>rterior; pasta negra con desgrasante muy fmo: superficies espa.tuladas color pardo: grosor mlix. tablque, 0'4 cm. (cajón 67 ,20-XI67) (fig. 4, n.• 13).
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Fig. 4.-Forma IU.
(1/21
l frag. borde, con labio plano horizontal; pasta gris, con pequeño desgrasan te; suporficias espatuladas color pardo (cajón 67, 20-Xl-67) (fig. 4, n.• 14).
l frag. borde reentrante; pasta negra, con pequeño desgrasanta; superficies espatuladas, color negruzco, estando la exterior algo erosionada (cajón 125, 3-IX-60) (f¡g. 4, n.• 15).
FORMA IV
Vasijas con bordes rectos e inclinados hacia al ll)[terior, hechas a mano:
1 frag~bórde, labio redondeado y abultaw.lento en el eJrterior del cuello; paste pegra, con pB<¡Mño
desgrasante: superficies espatuladas, parda la exterior y negra la interior (cajón 51, 12-XI·67) (flg.
5, n.o 19).
l frag. borde, labio aplanado horizontal; las paredes van adelgezándoae progresivamente; paste
grisácea, con pequeilo desgrasante; superficies E. B. C. color negro, con alguna zona parda (cajón
67, 20-XI-67) (fig. 5, 0. 0 17).
1 frag. borde, con labio redondeado; pasta negra, con pequedo desgrasante: superficies E. B. C. co·
lor pardo y negro (cajón 125, 3-IX-60) (flg. 5, n.• 20].
1 frag. borde, con labio redondeado adelgazado y ligeramente entrante; pasta negra; superficies
toscas color pardo; diám. aprox. boca, 19 cm. (cajón 126, 3-IX-60) (fig. 5, n.• lfl).
- 117 -
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6
C. MATA
1 frag. borde, con labio redondeado y arranque de asa de sección ovalada que sale desde el borde
mismo; pasta negra con desgrasan te; superficies espatuladas color negro (clijón 125, 3-IX-60~ {flg.
5,
n.G
21).
1 frag. borde, labio redondeado y regruesamlento vil!tble en el interiur; pasta negra, con pequ¡¡do
desgrasante; superficies espatuladas color pardo-rQJJzo (cajón 51, 12-XI-67) (flg. 5, n.o 16).
1 frag. borde, con el labio redondeado; pasta marrón, con grueso desgrasante; superfldi!B alisadas
color negro (caj6n 125, 3-IX-60) (fig. 5, n.• 22).
16
17
18
20
21
19
Fig, S.-Forma IV.
(T. n.)
FORMA V
Base con inicio de pie diferenciado troncocónico: pasta negra y roja, con desgrasante grande y abundante; superficies espatuladas rojizas con algunas zonas erosionadas; el interior del pi~:~ ea negro y tosco
(cajón 67, 20-XI-67) (fig. 6, n.• 11).
FORMA VI
Bases planas o ápla.nadas; pasta negra, con gr'Ueso
d~:~sgrasante
y superficies toscas, hechas a mano:
l frag. fondo plano, con mamelón cerca de la base; sup~:~rfides rojizas; diAm. aprox. base, 18 cm.
(cajón 67, 20-Xl-67) {fig. 7, n.• 1).
1 fondo plano, cun unas 12 digitaciones en la parte interior de la base; superficie exterior negruzca
e interior marrón; di~m. aprox. base, ll cm. !cajón 125, 3-IX·SO)(fig. 7, n.• 3).
1 fondo aplanado; las superficies no ti~:~nen un color uniforme, pero domina el gris; diém. aproJ:. base, 5'5 cm. (cajón 125, 3-IX-60) (fig. 7, n,• 2).
-
11!) -
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COVA DEL CAVALL
FORMA VU
4 frags., pertenecientes a una gran vasija de paredes casi rectas; los fragmentos presentan dos molduras a doble bisel paralelas y hori:!Ontales de las que arranca un asa de sección ovalada; paste negro,
con pequeño desgrasante; superficies E. B. C., exterior pardo rojiza e interior negra (cajón 67, 20-XI-67)
(fig. 6,
n.•
101.
FORMA VIII
Vasijas con bordes rectos y cuellos inclinados; superficies espatuladas, pequei\o desgrasante; hechas
a mano {cajón 125, 3-IX-60):
1 frag. borde exvasado; pasta gris, superficies E. B. C.. interior negra y exterior parda (fig. 6,
n." 41.
Fig, 6.-Forma V (Il). Fonna VII (lO), Forma VIII (4-6). Forma IX
(12). Fonna X (7-9),
(1/2)
1 fi'ag. borde, con cuello exvasado, Iniciando un cuerpo ligeramente globular; pll8ta negra; superficies E. B. C. color negruzco (fl.g. 6, n.• 511 frag. borde, con inicio de cuerpo globular; pasta negra; superllcies espatuladas pardas, con zonas
negruzcas; dlám. aprox. boca, 17 cm. (fig. 6, n.' 6).
FORMA IX
1 frag. cuerpo con asa de sección ovalada, celocada en posición vertical; pasta roja, con dasgrasante
pequedo; superficies espatuladas rojizas (cajón 126, 3-IX-601 (fig. 6, n.o 121.
-
119 -
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C. MATA
FORMA X
Vasijas con carenas
baja~.
pasta negra, con poquell.o desgrasante (c(\jón 125, J-IX-60):
2 frags. con carena, iniciando un fondo en forma de casquete; superficie Interior tosca, color gt!s y
exterior espatulada del mismo color (fJ.g. 6, n.• 7).
- ¡ frag. de Igual forma que las anteriores, pero que ~e ditltlngue por tener las dos superficies espatuladas, siendo la exterior grisácea y la ID.terior negra (flg. 6, n.• 8).
- t i'rag. cuerpo carenado, distinto de los anteriores; superficies E. B. C., color gris (fig. 6, n. 0 9).
-
Además, tenemos que considerar los fragmentos informes, que agrupamoa as1:
- 11 frags. pasta negra, con peque!lo desgr1111ante; superficies con ospatulado de buena calidad y coloraciones diferentes.
- Bl frags. pasta negra y pequeño desgrasante; superficies espatuladas, de distintas coloraciones.
44 frags. con superficies toscas y grueso dCsgrasante, dominando las pastas negras.
Teniendo en cuenta otros detalles, como coloración de las pastas,
desgrasante y tratamiento de las superficies, podemos elaborar las siguientes tablas:
Pasta negra ............. . 94'5 %
Pasta gris ........... .
3'5 %
Pasta rojiza ............ , , 1'0 %
Pasta marrón ........... . 0'5 %
Pasta negra/roja .. , ...... . 0'5 %
Ahora bien, agrupando los factores pasta-desgrasante-superficie,
tenemos:
PASTA
DESGRASANTE
Negra
Otras
(N.)
{0.)
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Pequeño
{P.)
•
•
•
•
•
•
SUPERFICIE
B.B.C.
Granda
{G.)
Espatulado Espatulado
Ell!lbas caras una cara
{E-2)
•
•
•
•
•
(Véase gráiico en la página siguiente)
-
t20 -
{E-1)
Tosca
(T.)
20
•
•
•
2
47'7
1
•
•
2
•
1
1'5
24
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•
COVA DEL CAVALL
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C. MATA
Con esto, vemos claramente que las pastas negras dominan de tal
manera que se asocian a todos los tipos. El E. B. C. sólo aparece con
desgrasante pequeño, asi como el E-2, con insignificantes excepciones. El E-1 es prácticamente inexistente, mientras que las cerámicas
toscas aparecen asociadas al desgrasante grande. Otro dato, es la
gran proporción de cerámica de calidad, es decir, E. B. C. y E-2, sobre
el resto.
Por otra parte, no existe ninguna relación entre estas características y las tablas de formas, excepto la forma VI, compuesta exclusivamente por cerámicas toscas.
Con el fin de poder clasificar cultural y cronológicamente el yacimiento, sólo podemos basarnos en unas cuantas formas caracterlsticas, pues la mayor parte de los fragmentos no permiten la reconstrucción de ninguna forma típica.
Los fragmentos que más datos pueden proporcionar son los que
presentan la decoración incisa; la técnica de incisión es típica de la
Primera Edad del Hierro, por lo que hemos encontrado gran cantidad
de paralelos en la Península, pero hemos de hacer notar que no hemos
encontrado casi ningún fragmento que presente una decoración incisa por el interior y exterior.
Uno de los paralelos más característicos de este tipo de decoración lo .encontramos en el Cerro de la Cruz (Cortes de Navarra). en
la fase Pila, fechada entre el 700 y el 650 a. C., que se considera
como el inicio de la fase P!Ib, fechada en el650-550 a. C. (5); también
. hay un fragmento semejante en la habitación 33, estrato IV del mismo yacimiento (6).
En la zona de los Campos de Urnas catalanes también es muy corriente esta técnica. La hallamos asociada a otros motivos en Agullana I, fase fechada ei:ttre los ss. VII-VI a. C. (7). Decoración interior y
exterior incisa, pero con diferentes motivos y disposición la tenemos
en Anglés, en una cazoleta plana con asa lateral, base rehundida y su
perficies pulimentadas; necrópolis fechada alrededor del s. VI1
l5) J. MALUOUER: «El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico Il». ExcavacLo·
nes en Navarra VI. Pamplona, 1958, fig. 15, núm. 522.
(61 O. GIL FARRES: ~Excavaciones en
. Um. LXXXIII, núm. 1.474, pág. 9.
Navarra~.
Prlncipe de Viana, vol. LJ-LII. Pamplona, 195J .
(71 P. PALOL: «Avance de los hallazgos de la necrópolis de Agullana (Geronal». Ampurias, VI. Bar. celona, 1944, fig. 2, núm. 4, Lám. XI, núm. 2, sep. l 7B, fig. 3, Lám. XVI, sep. 132, pág. 127.
P. PALOL: «La necrópolis hallstáttica de Agullana (Geronal•. Blhliotheca Praehistorica Hispana, vol.
I. Madrid, 1958.
- 122 -
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COVA DEL CAVALJ
1
Fig. 7.-Fonna VI.
-
123 -
(T. n,)
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C. MATA
a. C. (8). También hay gran cantidad de cerámicas incisas con esta
técnica en la Cueva del Marcó (Tivissa, Tarragona) (9).
Todos estos yacimientos pertenecen a los períodos I y II de los
Campos de Urnas catalanes de la clasificación de Maluquer (1O).
Como prolongación de la zona catalana se pueden considerar algunos de los yacimientos de la provincia de Castellón. Aparece dicha
técnica decorativa en los primeros niveles de Vinarragell, fechados
entre finales del s. VII y primera mitad del s. VI a. C. ( 11 ). Decoración
incisa interior y exterior tenemos en un fragmento de la Cueva Honda
(Cirat), que su descubridor fecha hacia el 800 a. de J. C. (12). Dos
fragmentos procedentes de Aranyuel presentan decoración incisa, teniendo uno de ellos, además, las superficies espatuladas (fig. 8) (13).
También en relación con la zona catalana y la provincia de Castellón está el Bajo Aragón, destacando el yacimiento del Roquizal del
Rullo (Fabara, Zaragoza), con abundantes cerámicas incisas (14).
En zonas más alejadas geográficamente, encontramos unos fragmentos en Las Cogotas (Avila), fechado por Cabré hacia finales del s.
VI a. C. (15). Es muy interesante la semejanza en la disposición de la
decoración de un fragmento de borde de escudilla de Castillejo de
Castilfrío de la Sierra, sólo que aquí la decoración es pintada (16).
Todo esto en cuanto a la técnica decorativa. En cuanto a la decoración interior y exterior sólo hemos encontrado los tres fragmentos citados de Anglés, Cueva Honda y Castilfrío, siendo este último
pintad'o. Por otra parte, el hecho de que ciertos tipos de vaso campaniforme presenten decoración interior y exterior, llamada técnica
(8) M. OLIVA y F. RIURO: mallazgos en la necrópolis hallstáttica de Anglés•. Pyrenae, 4. Barcelona, 1968, fig. 4-, nUm. 3, Lám. I, nUm. 4, pág. 67.
(9) S. VILASECA: «Dos cuevas prehistóricas de Tivlssa (provincia do Tarragona)•. Ampurias. I. Barcelona, 1939. Lám. XVIII, nUm. 4, pág. !59.
1101 J. MALUOUER: •Las culturas hallstátticas en Cataluña». Ampurias, VII-Vlll. Barcelona, 194546, pág. 181.
(ll)
N. MESADO: «Vinarragell (Burriana)•. Trahajos Varios S. l. P., 4-6. Valencia, !974, fig. 72,
nUm. 1, Lám. XXIII, Lám. LXX, nUm. 1,
1121 I. SARRION: •Restos de la Primera Edad del Hierro en la Cueva Honda do Cirat(Castellón)•.
Lapiaz, Boletín de Información Espeleológica, 2. Valencia, 1975, págs. 4-·6.
(131 Material del S. I, P., inédito y sin contexto.
(14) J. CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del RullG, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Péraz Tamprado•. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 101. Madrid, 1929.
( 151 J. CABRE: «Excavaciones de las Cogotas, Cardeñosa !Avilal, I. El Castrot. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, núm. llO. Madrid, 1930, Lám, XXVI, nUm. 3.
(16) B. TARACENA: «Excavaciones en las provincias de Sorla y Logroñm, Memorias do la Junta Su·
perior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 103. Madrid, 1929, fig. 15.
- 124 -
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COVA DEL CAVALL
"
pseudo-excisa, y que Harrison considere perteneciente a la cerámica
del Bronce final y de la Primera Edad del Hierro de la Meseta y Cataluña, nos plantea el interrogante de si, en los fragmentos que estamos
estudiando, la forma de decoración interior y exterior derive de este
mundo, ya que parece claro el que la incisión procede de los Campos
de Urnas. Como ejemplos ilustrativos podemos citar unos fragmentos
con decoración pseudo-excisa interior y exterior procedentes de
Cuenca y presentados en el XV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Lugo en septiembre de 1977. Semejantes son los tres cuencos hdlados, aislados de todo contexto, en Villafamés (Castellón) (17).
Fig. S.-Fragmentos cerámicos de Al"anyuel.
tT. o.)
Otra de las formas importantes es el pie diferenciado y troncocónico (forma V). Sus paralelos más próximos y caracterlsticos los encontramos en el PIIb de Cortes de Navarra (18), en la necrópolis de
1171 F. GUSI JENER: •Hallazgo de cerámica del tipo impresa mediterránea con decoración interior
iucisn IViJla[¡¡més, Castellón)o. Pyrenao, S. Barcelona, 1972, pág. 53.
N. MESADO: •El EIJeolltico de Villafamés•. Penyagolosa, 10. Castellón. !973.
R. J. BARRISON: •El vaso campaniforme como horizonte delimitador en Levante español>. Cuader
nos de Pruhistoria y Arqueología Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 63.
1181 J. MI\LUOUER; •El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico J>. Excuvn·
dones en Nuvurrn.l'amplonn. 1954: flg. 26, núm. 8; 28, núm. JO; 32, núm. 8 Y JO; 34, núm 12; 37,
nüm. 23.
-
125 -
[page-n-126]
14
C. MATA
Anglés ( 19), en la fase I de Agullana (20), en la necrópolis de Molá, fe~
chada en el s. VII a. C. (21), en Hostal Nou (Ares del Maestre, fastellón) {22), en la necrópolis deis Espleters (Salzadella, Castellón) (23),
e.1 les Escodines Altes y Baixes de Mazaleón (Teruel) (24), etcétera.
Este tipo de pie pertenece, generalmente, a urnas de tipo bitroncocónico, típicas de la Primera Edad del Hierro.
Los fondos planos {forma VI) son conocidos desde que se empiezan a utilizar las primeras cerámicas, pero no llegan a generalizarse
hasta el Bronce Final y Primera Edad del Hierro, según las zonas. Los
llamados fondos aplanados son los que, generalmente, aparecen en
épocas anteriores, siendo los fondos planos posteriores. Dada la extensión de paralelos que podemos encontrar, sólo citaremos los más
próximos: El Solaig, Torrelló y Vinarragell, en Castellón; El Puig, Saladares y, posiblemente, Crevillente, en Alicante (25).
Los cuencos y los vasos carenados son lo suficientemente conocidos para que demos una lista sobre los paralelos a encontrar. Ambas
formas son típicas de la Edad del Bronce, siendo las carenas características de la Cultura del Argar, aunque también se encuentren
ejemplos en el Pais Valencia.
Finalmente, tenemos un fragmento semejante a la Forma IX en el
Departamento 5 del Puntal de Cambra {26).
El estudio de los materiales nos muestra que esta cueva fue conocida desde la Edad del Bronce. Ahora bien, la ausencia de elementos
típicos de la Edad del Bronce, como cordones y mamelones, y la factu-
(191
Op. cit. nota 8, fig. 5, núm. 2, pág. 75.
1201 Op. cit. nota 7. 1958: tipo 2a, tabla VIL
1211 S. VlLfl.SECA: •El poblado y la necrópolis prehistóricos del Moli\ {Tarra¡:onul». Acta Arqueoló¡:ic~ Hisp
(221 A. GONZALEZ PRI\.'J'S: •Un yacimiento del Hierro 1 en Hostal Non (Aros del Maestro, Castellóulo. Cuademos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 1 CasteUón, 1974; flg. 2 A.B.C., pág. 109.
(231 J. COLOMINAS: «Els enterramonts ibérics deis Espleters a Salzadella». Anuari de l'I11stitut
d'Estudis Catalans. 1915-20. Barcelona, 1923, fig. 419, pág. 616.
124J P_ BOSCH GIMPERA: •Les ínvestigacions de la Cultura Ibérica al Baix fl.ragó». Anuari de l'lnsLitut d'Estudis Catalans, 1915-20. Barcelona, 1923, figs. 454 y 456, págs. 641.
125) o. ARTEAGA y M.' R. SERNA: «Los s~lodares- 71•. Noticiario Arqueológico Hispánico, Arqueo
3, Lám. v. núms. 30 y 31. Madrid, 1975, páe. 7.
D. FLETCHER y N. MESADO: oEl poblado ibórico del Solaig IBcchi, Castellónl•- Trabajos Varios S. 1
!'., 33. Vahmcia, 1957.
MESADO: Op. cit. nota 11, fig. 52, núm. 2.
F. G\JSI JENER: ~Excavaciones en el recinto fortilkado dd Torrelló de Onda ICastellón)•. Cuadernos
de Prehistoria y Arqucologla Castellonense. l. Castellón, 1974, pág. 31. núm. 3, pág. 19.
V. PASCUAL: oEl poblado ibérico del Puig IAlcoy)o, Archivo de Prehistoria Lovantina, III. Valencia,
1952, pág. 135.
Jo~ía
126) J. ALCACER GRAU: •El Puntal de Cembra (Villar del Anobispo, Valencia)». Archivo de Prahisloria Levantina, V. Valencia, 1954, Uim. VI, pág. 65.
-
126 -
[page-n-127]
COVA DEL CAVALL
15
ra relativamente cuidada de las cerámicas recogidas nos inclinan a
pensar que estos materiales pertenezcan a una época algo avanzada
del Bronce. Naturalmente que esta afirmación sólo-puede ser una hipótesis, dada la falta de una periodización de la Edad del Bronce Valenciano.
La cronología final de la cueva vendría dada por los pies troncocónicos y las cerámicas decoradas, que nos dan una fecha de entre los
ss. VII-VI a. C., y la ausencia de cerámicas a torno, que aparecen en el
País Valencia hacia la mitad del s. VI a. C.
La carencia de estratigrafia no nos permite juzgar si estos materiales considerados típicos de una primera Edad del Hierro proceden
de una influencia exterior o bien son fruto de una evolución in situ. En
el primer caso noS podrfamos preguntar sobre qué cultur~ mate:rial
ejerció su influencia y cómo la hizo variar, si es que la hiZO variar.
Con todo, podemos afirmar que la cueva se clasifica dentro de un
Bronce algo evolucionado, llegando a un Bronce Final o Hierro I, denominaciones que no podemos precisar más, a falta de estudios tipológicos sobre estas dos épocas.
11
EL PUNTALET
De esta necrópolis (Lám. I, 2) sólo se encontraron tres enterra"
mientas (27), compuestos por los siguientes materiales:
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna, hecha a torno, de cuello corto, ligeramente exvasado, del qull' arranca un par de asas dobles; hay que destacar un bordón en realce por encima del arranque de las asas; la basa es ligeramente cóncava; la pasta es amarillenta y tosca. Medidas: 34 cm. alto; diém. boca, 21 cm. diém.
máx. panza, 26'7 cm. (flg. 9, n.• 2).
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- 1 fondo tronco cónico, hecho a mano, de base plana: está adornado por tres cordones aplicados, ho·
rizontales y paralelo•, decorados con digitacio"nes; diém. máx., 42 cm,; dlém. base, t5 cm.: alt.
máx., 25 cm.: pasta gris oscnnt (flg. 9, n.• 1);
- Una concha.
- Una pequefta piedra con dos perforaciones,
- Un par de aretes de cobre o bronca, sección cuadrada; diém. aprox .. 3 cm.
TERCER ENTERRAMIENTO
- 1 plato hondo parecido a los morteros Ibéricos, borda recto y base discoidal plana; pasta amarlllorojlza, superficies toscas: alt., 7 cm.: diám. boca, 22'5 cm.: diám. base, 6'5 cm. (fig. 10).
-(27)
Op. cit. nota 2. 1947 y 1949.
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C. MATA
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Fig. 9.-Urnas de El
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128 -
Puntalt~t.
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COVA DEL CAVALL
Estas urnas en la época en que se encontraron constituyeron un
hallazgo prácticamente único. En cambio, en la actualidad, se pueden
encontrar ya algunos paralelos con fechas más o menos delimitadas.
Entre los múltiples paralelos que podemos citar de la urna del primer enterramiento entresacaremos los siguientes: en primer lugar, la
urna del Collado de la Cóva del Cavall, con pintura bicroma, que veremos más adelante; en Vinarragelllas tenemos con cuatro y dos asas y
decoración bicroma en el nivel protoibérico, fechado en la primera
mitad del s. VI a. C. (28). En Saladares, estas urnas aparecen con o sin
pintura, perteneciendo estas últimas a la fase IB2 del Horizonte
Preibérico, fechado entre el segundo y tercer cuarto del s. VII a. C.;
una de las urnas está hecha a mano (29). En el Castellar de Crevillente
Fig. 10.-Puntalet.
11/:ZI
aparecen también, siendo denominadas por su excavador tipo B2, en
niveles fechados desde finales del s. VII a la primera mitad del s. VI
a. C. (30).
Fuera de 18 zona valenciana aparecen en Solsona (31 ); en Anglés,
fechada entre los ss. VI y V a. C. (32); en el estrato 11 de Quemados,
fechado entre los ss. VII-VI a. C. (33); en Mogador, fechado en el s.
VII a. C. (34); en la isla de Racligoun aparece una urna con dos asas y
sin pintura, necrópolis fechada desde finales del s. VII al s. VI a. C.;
128)
Op. cit. nota ll, fig. 81 y fig. 19. núm. 1, fig. 35.
129) ARTEAGA y M. R. SERNA: Op. cit. nota 25. Lám. XVIII, núm. 136: Lám. XXI, núm. 157.
130) A. GONZALEZ PRATS: •El yacimiento protohistórico de la Sierra del Cnstellar ICrevillente, Ali·
cante). Sector I.» Tesis de Licenciatura, 1977.
1311 J. SERRA VILARO: •Excavaciones en el poblado ibérico de Castell Vell (Solsonal». Memorias
de la Junta Superior do Excavaciones y Antigtledades, núm. 27. Madrid, 1920, Lám. VIII.
132)
Op. dt. nota a, fig. !3, mim. 22.
(33)
lH Frontera, 1968). Barcelona, 1969, fig. 25, pág. 147.
134) A. JODIN: •Mogador, comptoir phénicien du Maro e At\antique:>. E tu des ot Travaux d' Archéo·
logie Marocaine. Tangcr, 1966, fig. 32.
-
129 -
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18
C. MATA
en Toscanos, sus excavadores publican un dibujo que por su perfil entraña dentro de este tipo que estudiamos, pero que ellos califican como un posible fragmento árabe medieval (35).
La urna del segundo enterramiento, por estar hecha a mano y por
sus caracteristicas, encuentra sus paralelos en zonas bastante distintas de las anteriores, concentrándose los más próximos en el B~o
Aragón. Así lo tenemos en Les Escodines Altes (Mazaleón), fechado en
el Hallstatt D (36); en San Cristóbal, también con la misma fecha (37)
y en el Roquizal del Rullo, fechado en el Hallstatt C o D (38).
En cuanto al tercer enterramiento, tenemos el paralelo más importante en el Peñón del Rey (Villena), donde estos platos aparecen
también utilizados como urnas. Este yacimiento fue fechado entre los
ss. IV-III a. C., apareciendo también fragmentos de cerámica hecha amano (39). Creemos que la cronología de este yacimiento podría subirse un
tanto dados los últimos estudios que se han hecho sobre las flhulas anulares, fUmlas que aparecen en esta necrópolis; Almagro (40) las empieza a
fechar a partir del s. VI a. C., mientras que Cuadrado y Navarro (41) consideran que se deben fechar hacia el s. V a. C.
En estos enterramientos encontramos dos tipos de influencias.
Por una parte, está la orientalizante que se refleja en el primer enterramiento, tipo bastante bien estudiado en la Perúnsula. Por otra par~
te, está la urna a mano que puede significar dos cosas: una, que corresponda a la evolución propia de la Edad del Bronce; y dos, que sea
reflejo de la Primera Edad del Hierro del Bajo Aragón, donde se encuentran los paralelos más importantes,
1351 G. VUILLEMOT: «La nécropole punique du phare dans l'ile de Rachgoun (Oran)». Libyca. t. III,
primer semestre. Alger 1956, planche IV, núm. 4, planche VI, núm. 10, pág. 7.
G. VUILLEMOT: •Reconnaissances aux échelles puniques d'Oranie». Autun, 1965, flg. 17, núm. 2;
fig. 19.
H. SGHUBART, H. G. NIEMEYER y M. PELLICER: «Toscanos. La factorla oaleopúnica en la desom·
bocadura del río Vélez. Excavaciones de 1 964o. Excavaciones Arqueológicas en España, 66. Madrid,
1969, pág. 18, Lám. 25, mim. 11.
(36) M. ALMAGRO BASCH: oLa España de las invasiones célticas.. Historia de España dirigida por
Menéndc:o; Pida!. t. I, voL 2, Espasa-Calpa. Madrid, 1952, pég. 197.
A. BELTRAN MARTINEZ: •La Edad de los Metales en Aragón•. Oiscurso·do ingreso en la Real AcademlH de Nobles y Bellas Artes de S. Luis, de Zaragoza, 27-II-1955. Zaragoza, 1955, pág. 44.
(37)
ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, fig. !58, pág. 197.
1381 ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, pág. 193.
BEL'l'RAN MARTINEZ: Op. cit. nota 30, pág. 44.
(39) J. M.• SOLER GARCIA: ~El yacimiento posthallstáttico del Peñón del Rey. Una intrusión céltica
en plena zona ibl!rica». Villena, 2. Villena, 1952.
(401 M. ALMAGRO BASCH: •Sobre el origen posible de las más antiguas flbulas anulares hisp,nl·
caso. Ampurias XXVIII. Barcelona. 1966, pág. 215.
(41) E. CUADRADO: •La flbula anular hispánica y sus problemas>. Zephyrus VIII. Salamanca,
1957, páE. 5.
R. NAVARRO: •Las fibulas en Cataluña». Instituto de Arqneologla y Prehistoria, Universidad de Barcelona, publicaciones eventuales, núm. lB. Barcelona, 1970.
-
130 -
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COVA DEL CAVALL
"
En conjunto, tanto las urnas a torno como la hecha a mano, tenemos una fecha bastante homogénea de alrededor los ss. VI-V a. C.
Constituirían una fase paralelizable a los niveles protoibéricos de Vinarragell y al horizonte preibérico de Saladares, ambos previos a la
plena Cultura Ibérica.
III
COLLADO DE LA COVA DEL CAVALL
En esta necrópolis (Lám. I, 3) sólo se encontraron dos enterramientos.
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna incompleta sin decorar, de cuerpo piriforme y conservando el arranque de un asa doble,
la pasta es roji~o-amari!lenta y bastante granulosa; al t., 20 cm.; diám. máx., 22 cm. Wg. 11. n • 2).
- Una sortija de bronce rematada con do$ bolitas a modo de torques.
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- Urna de cuerpo globular alargado, cuello cillndricoy dos asas dobles: est~ decorada por frar\.Jas horizontales de pintura rojo vinoso en la parte del borde y en la mitad Inferior de la panza; en este
ültima franja se observan restos de dos llneas paralelas pintadas en negro; al t., 35 cm.; diám. boca,
19 cm.; dlám. máx., 29 cm.; dlám. base, 8 cm. (fig. 11. n.•l).
- Restos de una posible fíbula.
A la urna del primer enterramiento es dificil encontrarle paralelos, pues al faltarte el cuello y el borde diflcilmente se puede conocer
su forma exacta. Sirve de referencia para esta urna la sortija en forma de torque que se relaciona claramente con las pulseras de tipo céltico.
La segunda urna es más clara en cuanto a sus paralelos, puesto
que como hemos dicho antes es semejante a la del Puntalet. Asi, tenemos urnas de este tipo en Vinarragell, Saladares, Crevillente, Solsona,
Anglés, Quemados, Mogador, Rachgoun y Toscanos (42).
La diferencia existente entre ambas necrópolis estriba en la urna
hecha a mano. El que en el Collado no aparezca puede significar dos
cosas: o que han desaparecido, o que la necrópolis es más moderna y
la cerámica a mano ya no se utilizaba tanto.
{42) Ops. dts. natas 28 a 35. En 5alaliares. a las láms. citadas hay que añadir la XI, XII y
XXVII, todas con pintura blcroma y pertenecientes a las fases IB l. IB2 y IIB de los horizontes pro ibérico
e ibérico antiguo.
-
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Fig. 1 I .-CoUado de la cova del cav;lll,
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COVA DEL CAVALL
IV
CONSIDERACIONES GENERALES
Por las caracterlsticas apuntadas anteriormente, creemos que todos estos yacimientos quedan inmersos dentro de la época de transición del Bronce al Hierro. Esta problemática está recibiendo en la actualidad un nuevo impulso, como ya apuntábamos al principio de este
trabajo, pero presenta una mayor actualidad en el Pais ValenciA, por
una serie de cuestiones que veremos a continuación.
En esta zona se daba la circunstancia de que tras el Bronce Valenciano, cultura bastante pobre materialmente, surgia la rica Cultura
Ibérica, que suporúa una antítesis completa de lo anteriormente conocido. Aunque no se conocieran restos que dieran luz a una etapa de
transición entre el Bronce y lo Ibérico, no todos aceptaban la existencia de ese hiatus y pensaban que una serie de influencias exteriores
habían hecho derivar el Bronce en la Cultura Ibérica {43).
A pesar de que, últimamente, los descubrimientos de materiales
clasificables en esta época se están multiplicando, una plasmación
geográfica de los hallazgos de que tenemos noticia nos muestra la falta de ellos en la provincia de Valencia, frente a la proliferación e importancia de ellos en Castellón y Alicante. Con todo, y a la vista de los
materiales hallados en todo el País ValenciA, nos atrevimos a hacer
una pequeña división de la Primera Edad del Hierro {44). Una primera fase, Hierro I a, se caracterizarla por contener exclusivamente cerámicas a mano de tradición indoeuropea o procedentes de una evolución del Bronce, o ambas cosas a la vez, como sucede en la Cóva del
Cavall; la siguiente fase, Hierro 1 b, estaría caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia, que convivirían con las cerámicas a mano, aunque disminuyendo progresivamente de número.
Dado el vacío d~ hallazgos de la Primera Edad del Hierro en la
provincia de Valencia, nos pareció interesante el estudio de estos materiales, por constituir unos yacimientos casi únicos por el momento.
143) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en el Levanto español». IV Congreso Intarnacional de Ciencias l'rohistóricus y Protohistóricas. Zaraso~a, 1954.
M. TARRAllELL: •Ell'als Valenciano del NeoUtíco a la Iberización. Ensayo de síntesis». Anales de la
Universidad do Valencia, curso 1962-63. Valencia. 1963.
E PLA DALLESTER: ~El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la región va·
lonciana~. V Congreso Nacional de Arqueologia !Zaragoza. 1957). Zaragoza, \S59, pág. 128.
1441
MATA: Op. cit. nota l.
-
133 -
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C. MATA
"
Punto común a los tres yacimientos es su emplazamiento alrededor del cerro de S. Miguel (fig. 1 ), lo que induce a relacionarlos con
el poblado ibérico allí existente.
Partiendo de la Cóva del Cavall, se implica que el cerro de S. Miguel y sus alrededores estuvieron habitados desde antes del s. VII a.
C. hasta el s. I a. C. en que tennina el poblado de S. Miguel (45). Por
tratarse de yacimientos aislados y, en cierto modo, casuales, a excep-
ción de S. Miguel, no podemos afirmar que constituyan una evolución
lineal de la población, pero sí que representan momentos clave de la
etapa anterior a la Cultura Ibérica.
Por las características apuntadas en otro lugar de este trabajo,
creemos que la Cóva del Cavall pertenece a un momento algo evolucionado de la Edad del Bronce que, en un momento dado, recibe la influencia, no muy acusada, de elementos indoeuropeos. Sin profundizar en su estudio, podemos decir que el poblado del Pie deis Corbs (Sagunto) (46) seria análogo a la cueva; en este poblado, sobre un sustrato importante del Bronce aparecen unos fragmentos cerámicos ti picos
de los Campos de Urnas. Ahora bien, la técnica de surcos acanalados
que aparece en el Pie deis Corbs es más antigua que la técnica de incisión de la Cóva del Cavan (47). De todos modos, sólo un estudio completo de yacimientos de este tipo podría responder a las preguntas que
nos planteábamos cuando estudiábamos la Cóva del Cavan. Otro yacimiento similar, aunque posiblemente anterior a los citados, seria el
del Castellet de Barrial (48).
Los yacimientos tipo Vinarragell nos. plantean un problema aparte, ya que aquí los niveles inferiores muestran un substrato indoeuropeo más importante que el material que pueda considerarse como del
Bronce. En este caso se plantean varias cuestiones: este tipo de yacimientos, ¿es contemporáneo de los anteriores o es posterior?; si es
posterior, ¿corresponde a una segunda oleada de influencias o bien
se trata de las mismas gentes anteriores, pero más evolucionadas?
Esto enlazarla con el problema de la clasificación: los yacimientos
tipo Cóva del Cavall y Pie deis Corbs podrían terminar en niveles del
Bronce Final o bien del Hierro Ia. Esta cuestión enlaza tanto con la
falta de una periodización del Bronce Valenciano como con la falta de
145) D. FLETCHER: •Sobre los llmítes cronológicos de la cerámica pintada do S. Migunl de Liria•.
IV Con¡¡rcso Inlernacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas [Madrid, 1954). Zaragoza, 1956,
pág. 743.
(46)
ALMAGRO GORBEA: Op. cit. nota l, 1977.
{47)
Op. cit. nota 10.
[48) F. ESTEVE GI\LVEZ: •Un poblado de la Primera Edad del Hierro en la Plana do Castellón». Ampurias VI. Barcelona, 1944, pág. 141.
-
134 -
[page-n-135]
COVA DEL CAVALL
excavación y estudio de más yacimientos pertenecientes a este conflictivo período de transición.
La fase posterior estaría representada por el Puntalet y el Collado,
necrópolis que corresponderlan a los niveles proto-ibéricos de Vinarragell; el horizonte pre-ibérico de Saladares y el nivel I del sector 1
del Castellar de Crevillente (49); así como la necrópolis de la Montalbana, que presenta urnas a mano y a torno (50).
Ahora bien, aunque las urnas del Puntalet y Collado sean de tradición fenicia, no está claro que provengan de una importación directa,
sino que, bien pudieran ser formas ya elaboradas por los pueblos indígenas (Andalucía, Vinarragell, Saladares).
De todos modos, estas cerámicas son representativas de una fase
inmediatamente anterior a la representada por el poblado de San Miguel y caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia que conviven con las cerámicas a mano en regresión frente a la generalización de aquéllas.
Aunque excede la finalidad de nuestro estudio, vamos a permitirnos dar una pequeña periodización del poblado de San Miguel para
tener una visión completa de la evolución que pudo haber seguido la
población de este cerro.
Dicho poblado presenta una primera fase de cerámicas a mano y
a torno sin importaciones griegas, que se localiza en la ladera SW. del
cerro (51). Esta primera fase, posiblemente, enlazaría con las necrópolis del Puntalet y el Collado.
Finalmente, tendríamos las fases con importaciones griegas y romanas, acabando en la época sertoriana (s. I a. C.l (52).
1491 A, GONZAJ.EZ PRATS: •Nota preliminar sobre el yacimic11to proto-ibérico de Crevillcnt"· provincia de Alicanteo. XIV Congreso Nacion~l de Arqueología (Vitoria, l 9751. Zaragoz~, 1977, pág. 071 y
Op. cit. notcl 30.
MESADO, Op. cit. nota ll.
ARTEAGA y SERNA: Op. dt. nota 25.
(50) A. GON7.ALEZ PRATS: •El campo de urnas de la Montalbana (Ares del Maestre, Castellón de la
Planal•. Archivo de Prehistori~ Lavantina, XIV. Valencia. 1975, pág. 113.
(511
PLA BALLESTER: Op. cit. nota 43.
(521
FLETCHER: Op. cit. nota 43.
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CONSUELO MATA
{Valencia)
LA COVA DEL CAVALL Y UNOS ENTERRAMIENTOS
EN URNA, DE LIRIA
(Valencia)
Dada la actualidad que están teniendo los estudíos sobre la Primera Edad del Hierro y los orígenes de la Cultura Ibérica (1 ), hemos
creído oportuno revisar el material de la COva del Cavall y de los enterramientos del Collado de la Cóva del Cavall y del Puntalet, los tres en
Liria (fig. 1). con el fin de darles una nueva valoración a la lUz de los
últimos descubrimientos y estudios.
No vamos a hacer aquí un relato detallado sobre la forma del descubrimiento y localización, puesto que estos detalles han sido dados a
conocer con anterioridad (2).
{11
M. ALMAGRO GORBEA: oEl Bronce final y el inicio de la Edad del Hierro en la Meseta Sur.. Ex-
tracto de tesis doctoraL Madrid; 1973.
M ALMAGRO GORREA: ~El Pie deis Curbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE. de la I'enlnsu,a Ibiirica». Saguntum, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 12. Valencia, 1977, pág. 89.
o. AR'tEAGA: «La panorámica protuhist6rlca peninsular y el estado actual de su conocimiento en el
Levante septentrional (Castellón de la Plana)~. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 3.
Castdlón, 1976, pág. 173.
B. DEDET y M. PY: «Classilication de la céramique non tournée protohistorique du Languedoc méditerranéen~. Revue Arquéologique de Narbonnaise, supplément 4. Paria, 1975.
F. GUSI JENER: «Desarrollo histórico del poblamiento primitivo en Castellón de la Plana». Cuadernos
de Prehistoria y Arqueolo¡:ia Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 79.
F. GUSI JENER: 2. Castellón, 1975, pág. 174.
E. LLOBREGAT: ~Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Neolltico al Hierro en la región valenciana•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 11. Valencia, 1975, pág. 119.
C. MATA: •Aportación a los inicios del Hierro en el Pals Valenciano». Tesis de licenciatura. Valencia,
1977.
R. PERONI y otros: «Sulla cronología del Campi di Ume della Linguadocao. Rivlsta di Scienze·Prelstoriche XXXI, l. Firenze, 1976. pág. 245.
Simpos.io InternacionaloLos orígenes del mundo ibérico». Barcelona-Ampudas, 2-7 mayo 1977.
I. BALLESTER TORMO: ~Las cerámicas ibéricas arcaizantes valencianas•. 'trabajos Varios del
P., 10. Valencia, 1947, pág. 47.
I. BALLESTER TORMO: «La labor del S. I. P. y su museo en los años 1940 a 1948~. Diputación Pro·
vincial de Valencia. Valencia. 1949, plig. 131.
J. DONAT y F. GASCO: •La Cóva del Ca val! de Liria (Valencia)». Archivo de Prehistoria Levantina, X.
Valencia, 1963, pág. 227.
(2)
S.
r.
-
113 -
[page-n-114]
C. MATA
'
I
COVA DEL CAVALL
El material de esta cueva (Lám. I, 1), depositado en el S. l. P., no
está agrupado con ningún criterio que indique la forma eri que fue hallado y los detalles de su excavación. El conjunto se compone de 197
fragmentos de cerámica hecha a mano, algunos fragmentos de hueso
y una lasca de sílex sin retoque. No vamos a realizar una descripción
Lliria
Fig.-1: San Miguel de Liria.
2: El Puntalet.
3: Cov11 y collado del Cavall.
y estudio de los huesos, puesto que esto ya ha sido hecho (3). En cuanto a la cerámica, hemos esbozado una tabla de formas, con sus respectivas variantes, con el fm de seguir algún criterio de exposición.
Los fragmentos cerámicos hemos podido agruparlos en diez formas generales, que son las siguientes:
FORMA 1
Plato poco hondo o cuenco, de boca ancha, pasta negra, con pequeño desgrasi!IIta y superficies aspa·
tuladas, hecho a mano:
- ll frags. que fonnan una peque!\ a bll!le plana; el espatulado es de buena calidad, aunque en algrmos
sitios ha desaparecido; la superlicie exterior es de calor gris-negruzco y la interior belga; diám.
aprox, hase, 6 cm. (frogs. donados por Vicente Olivar, el31-VI-75, encontrados el 10-IX· 72) (flg. 2,
n.• 3).
(3)
DONAT y GASCO: Op. Clt. nota 2.
- 114 --
[page-n-115]
GOVA DEL CAVALL
3
1 frag. borde, con el inicio de la base que podrla ser redondeada o aplanada; el borde as mAs delgado que la zona de la base; el espatulado es de buena calidad (E. B. C.), siendo las superficies de color
pardo y negro; diám. aprox. baca, 21 cm. (caja 126, 3-IX-60) (flg. 2, n.' 1),
1 frag. horda, con lahlo adelgazado e indicado por el interior; la superficie Interior es marrón y la
exterior grisácea: diám. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) (fig, 2, n.' 2).
Destacan dentro de esta forma I y del conJunto de la cueva:
4 frags. borde, E. B. C.: dos de los fragmentos tienen las superficies color negruzco, conJ
2
Fig. 2.-Fonna 1
(T.
n.J
chas con un instrumento de punta roma. La decoración se desarrolla a lo largo de una nanda cerca
dellxlrde, limitada en el interior por dos lineas incisas paralelas, mientras que en el exterior las indsiooes llegan hasta el borde. Tres de los fragmentos parecen pertenecer al nrlsmo vaso, aunque
sólo dos de ellos unen entre s1 (4) (caja 125, 3-IX-60) (Lám. 1).
141
DONAT y CASCO: Qp. cit. nota 2, pág. 245, fig. 9.
- 1!5 -
[page-n-116]
'
C. MATA
PORMA 11
Vaso
mano:
d~
labio saliente y cuello curvo, pasta generalmente negra y superficies espatuladae, hecho a
1 frag. borde, labio redondeado; pasta negra, con pequell.o desgr1111anto, E. B.
c., color parduzco
(cajón C-7, 19-XI-48) (fig. 3, n.• 6!.
1 pequefto tragm~:~nto borde, con labio saliente e !nido de cnvllo; pasta negra con pequado desgrasanta; superficies espatuladas, colar negro en ellnteriQr y pardo en el exterior (cajón 51, 12-XI-67)
(fig. 3, D.' 7).
l frag. borde, con labio adelgaz!ldo; pasta negra, con pequeíl.o desgrasante; superflc!ea espatuladas
de buena calidad, color gris parduzco (cajón C-7, 19-XI-48),
2 fraga. que forman un borde muy erosionado, de labio ligeramente saliente; <;:&C!I. del borde y pll1'
el exterior se aprecia un pequel'io rehundimiento; pasta gris negruzco, con desgrasante grande; superficie exterior alisada e Interior tosca, color gri8áceo {cl\ión 67, 20-XI-67) {flg. 3, n.• l).
Fig. 3.-Forma JI.
(1/2)
1 frag. borde, con labio radondaado e inicio de cuerpo globular; pasta negra, con grueso desgrasante; supepjcies toscas, color grisáceo; diá.m. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) {fig. 3, n.• 41.
1 frag, borda, con labio apuntado y adelga~ado,lniclo de CUel'pO globular; pasta negra, con desgrasanta abundante; superficies alisadas, color marrón grisáceo, con algunas zonas negras (ci\Jón 125,
3-IX-60) Ulg. 3, n.• 2).
1 frag. borde, labio redondeado e !nielo de cuerpo poco globular: pasta rojiza ccn desgrasante pequeño; superficies E. B. C., erosionado en algunos sitios; el Interior es negro y el exterior rojizo, con
wnas negruzcas (cajón 67, 20-Xl-671 (fig. 3, n.• 5).
10 fregs. borde, todos pertenecientes al mismo vaso, aunque no todoa unen; el labio es plano elncil
nado y el inicio del cuerpo es globular; pasta negra, con pequeflo desgrasanta; E. B. C., superficie
interior negra y exterior pardo, con zonas ennegrecidas; dlám. aprox. boca, 32 cm. [cl\ión 67, 20XI-67, y cajón 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 3).
1 frag. borde, con labio plano: pasta negra, con pequoflo desgrasanta; superficies espatuladas, color
pardo !cl\ión 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 8).
-
116 -
[page-n-117]
5
COVA DEL CAVALL
FORMA 111
Cuenco de boca más o menos abierta y cuerpo globular; pasta. geuera.lmenta negra y ouperficies eapatuladas; hecho a mano:
1 frag. borde, labio reentrante y redondeado; pasta negra con peque:do desgrasante; superficies eopatuladas, color parde-negruzco (cajón fil, 12-XI-!i7l (fig. 4, n.• 9).
¡ frag. borde, labio redondeado y zona exterior rehundida; pasta negra, con pequeño desgrasante:
superficies espatuladas, exterior pardo e interior negra (cajón 51, 12-XI 67) (fig. 4, n.• 121.
ll'rag. borde, con ioiclo de base rodondeada; pasta negra, con desgrasante pequaño y abundante;
superficies E. B. C. negras (cajón 67, 20-XI-67) {f]g. 4, n.• 10).
l frag. borde, labio redondeado, con pequeño mamelón; p!lllta gris, con grueso desgraaante; superficie~ alis.adas, marrón rojizo eñ el interi
1 frag. borde, labio redondeado y adelgazamiento vblble por el e>rterior; pasta negra con desgrasante muy fmo: superficies espa.tuladas color pardo: grosor mlix. tablque, 0'4 cm. (cajón 67 ,20-XI67) (fig. 4, n.• 13).
-, ,"
\~
"
"
"
Fig. 4.-Forma IU.
(1/21
l frag. borde, con labio plano horizontal; pasta gris, con pequeño desgrasan te; suporficias espatuladas color pardo (cajón 67, 20-Xl-67) (fig. 4, n.• 14).
l frag. borde reentrante; pasta negra, con pequeño desgrasanta; superficies espatuladas, color negruzco, estando la exterior algo erosionada (cajón 125, 3-IX-60) (f¡g. 4, n.• 15).
FORMA IV
Vasijas con bordes rectos e inclinados hacia al ll)[terior, hechas a mano:
1 frag~bórde, labio redondeado y abultaw.lento en el eJrterior del cuello; paste pegra, con pB<¡Mño
desgrasante: superficies espatuladas, parda la exterior y negra la interior (cajón 51, 12-XI·67) (flg.
5, n.o 19).
l frag. borde, labio aplanado horizontal; las paredes van adelgezándoae progresivamente; paste
grisácea, con pequeilo desgrasante; superficies E. B. C. color negro, con alguna zona parda (cajón
67, 20-XI-67) (fig. 5, 0. 0 17).
1 frag. borde, con labio redondeado; pasta negra, con pequedo desgrasante: superficies E. B. C. co·
lor pardo y negro (cajón 125, 3-IX-60) (flg. 5, n.• 20].
1 frag. borde, con labio redondeado adelgazado y ligeramente entrante; pasta negra; superficies
toscas color pardo; diám. aprox. boca, 19 cm. (cajón 126, 3-IX-60) (fig. 5, n.• lfl).
- 117 -
[page-n-118]
6
C. MATA
1 frag. borde, con labio redondeado y arranque de asa de sección ovalada que sale desde el borde
mismo; pasta negra con desgrasan te; superficies espatuladas color negro (clijón 125, 3-IX-60~ {flg.
5,
n.G
21).
1 frag. borde, labio redondeado y regruesamlento vil!tble en el interiur; pasta negra, con pequ¡¡do
desgrasante; superficies espatuladas color pardo-rQJJzo (cajón 51, 12-XI-67) (flg. 5, n.o 16).
1 frag. borde, con el labio redondeado; pasta marrón, con grueso desgrasante; superfldi!B alisadas
color negro (caj6n 125, 3-IX-60) (fig. 5, n.• 22).
16
17
18
20
21
19
Fig, S.-Forma IV.
(T. n.)
FORMA V
Base con inicio de pie diferenciado troncocónico: pasta negra y roja, con desgrasante grande y abundante; superficies espatuladas rojizas con algunas zonas erosionadas; el interior del pi~:~ ea negro y tosco
(cajón 67, 20-XI-67) (fig. 6, n.• 11).
FORMA VI
Bases planas o ápla.nadas; pasta negra, con gr'Ueso
d~:~sgrasante
y superficies toscas, hechas a mano:
l frag. fondo plano, con mamelón cerca de la base; sup~:~rfides rojizas; diAm. aprox. base, 18 cm.
(cajón 67, 20-Xl-67) {fig. 7, n.• 1).
1 fondo plano, cun unas 12 digitaciones en la parte interior de la base; superficie exterior negruzca
e interior marrón; di~m. aprox. base, ll cm. !cajón 125, 3-IX·SO)(fig. 7, n.• 3).
1 fondo aplanado; las superficies no ti~:~nen un color uniforme, pero domina el gris; diém. aproJ:. base, 5'5 cm. (cajón 125, 3-IX-60) (fig. 7, n,• 2).
-
11!) -
[page-n-119]
COVA DEL CAVALL
FORMA VU
4 frags., pertenecientes a una gran vasija de paredes casi rectas; los fragmentos presentan dos molduras a doble bisel paralelas y hori:!Ontales de las que arranca un asa de sección ovalada; paste negro,
con pequeño desgrasante; superficies E. B. C., exterior pardo rojiza e interior negra (cajón 67, 20-XI-67)
(fig. 6,
n.•
101.
FORMA VIII
Vasijas con bordes rectos y cuellos inclinados; superficies espatuladas, pequei\o desgrasante; hechas
a mano {cajón 125, 3-IX-60):
1 frag. borde exvasado; pasta gris, superficies E. B. C.. interior negra y exterior parda (fig. 6,
n." 41.
Fig, 6.-Forma V (Il). Fonna VII (lO), Forma VIII (4-6). Forma IX
(12). Fonna X (7-9),
(1/2)
1 fi'ag. borde, con cuello exvasado, Iniciando un cuerpo ligeramente globular; pll8ta negra; superficies E. B. C. color negruzco (fl.g. 6, n.• 511 frag. borde, con inicio de cuerpo globular; pasta negra; superllcies espatuladas pardas, con zonas
negruzcas; dlám. aprox. boca, 17 cm. (fig. 6, n.' 6).
FORMA IX
1 frag. cuerpo con asa de sección ovalada, celocada en posición vertical; pasta roja, con dasgrasante
pequedo; superficies espatuladas rojizas (cajón 126, 3-IX-601 (fig. 6, n.o 121.
-
119 -
[page-n-120]
'
C. MATA
FORMA X
Vasijas con carenas
baja~.
pasta negra, con poquell.o desgrasante (c(\jón 125, J-IX-60):
2 frags. con carena, iniciando un fondo en forma de casquete; superficie Interior tosca, color gt!s y
exterior espatulada del mismo color (fJ.g. 6, n.• 7).
- ¡ frag. de Igual forma que las anteriores, pero que ~e ditltlngue por tener las dos superficies espatuladas, siendo la exterior grisácea y la ID.terior negra (flg. 6, n.• 8).
- t i'rag. cuerpo carenado, distinto de los anteriores; superficies E. B. C., color gris (fig. 6, n. 0 9).
-
Además, tenemos que considerar los fragmentos informes, que agrupamoa as1:
- 11 frags. pasta negra, con peque!lo desgr1111ante; superficies con ospatulado de buena calidad y coloraciones diferentes.
- Bl frags. pasta negra y pequeño desgrasante; superficies espatuladas, de distintas coloraciones.
44 frags. con superficies toscas y grueso dCsgrasante, dominando las pastas negras.
Teniendo en cuenta otros detalles, como coloración de las pastas,
desgrasante y tratamiento de las superficies, podemos elaborar las siguientes tablas:
Pasta negra ............. . 94'5 %
Pasta gris ........... .
3'5 %
Pasta rojiza ............ , , 1'0 %
Pasta marrón ........... . 0'5 %
Pasta negra/roja .. , ...... . 0'5 %
Ahora bien, agrupando los factores pasta-desgrasante-superficie,
tenemos:
PASTA
DESGRASANTE
Negra
Otras
(N.)
{0.)
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Pequeño
{P.)
•
•
•
•
•
•
SUPERFICIE
B.B.C.
Granda
{G.)
Espatulado Espatulado
Ell!lbas caras una cara
{E-2)
•
•
•
•
•
(Véase gráiico en la página siguiente)
-
t20 -
{E-1)
Tosca
(T.)
20
•
•
•
2
47'7
1
•
•
2
•
1
1'5
24
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•
COVA DEL CAVALL
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C. MATA
Con esto, vemos claramente que las pastas negras dominan de tal
manera que se asocian a todos los tipos. El E. B. C. sólo aparece con
desgrasante pequeño, asi como el E-2, con insignificantes excepciones. El E-1 es prácticamente inexistente, mientras que las cerámicas
toscas aparecen asociadas al desgrasante grande. Otro dato, es la
gran proporción de cerámica de calidad, es decir, E. B. C. y E-2, sobre
el resto.
Por otra parte, no existe ninguna relación entre estas características y las tablas de formas, excepto la forma VI, compuesta exclusivamente por cerámicas toscas.
Con el fin de poder clasificar cultural y cronológicamente el yacimiento, sólo podemos basarnos en unas cuantas formas caracterlsticas, pues la mayor parte de los fragmentos no permiten la reconstrucción de ninguna forma típica.
Los fragmentos que más datos pueden proporcionar son los que
presentan la decoración incisa; la técnica de incisión es típica de la
Primera Edad del Hierro, por lo que hemos encontrado gran cantidad
de paralelos en la Península, pero hemos de hacer notar que no hemos
encontrado casi ningún fragmento que presente una decoración incisa por el interior y exterior.
Uno de los paralelos más característicos de este tipo de decoración lo .encontramos en el Cerro de la Cruz (Cortes de Navarra). en
la fase Pila, fechada entre el 700 y el 650 a. C., que se considera
como el inicio de la fase P!Ib, fechada en el650-550 a. C. (5); también
. hay un fragmento semejante en la habitación 33, estrato IV del mismo yacimiento (6).
En la zona de los Campos de Urnas catalanes también es muy corriente esta técnica. La hallamos asociada a otros motivos en Agullana I, fase fechada ei:ttre los ss. VII-VI a. C. (7). Decoración interior y
exterior incisa, pero con diferentes motivos y disposición la tenemos
en Anglés, en una cazoleta plana con asa lateral, base rehundida y su
perficies pulimentadas; necrópolis fechada alrededor del s. VI1
l5) J. MALUOUER: «El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico Il». ExcavacLo·
nes en Navarra VI. Pamplona, 1958, fig. 15, núm. 522.
(61 O. GIL FARRES: ~Excavaciones en
. Um. LXXXIII, núm. 1.474, pág. 9.
Navarra~.
Prlncipe de Viana, vol. LJ-LII. Pamplona, 195J .
(71 P. PALOL: «Avance de los hallazgos de la necrópolis de Agullana (Geronal». Ampurias, VI. Bar. celona, 1944, fig. 2, núm. 4, Lám. XI, núm. 2, sep. l 7B, fig. 3, Lám. XVI, sep. 132, pág. 127.
P. PALOL: «La necrópolis hallstáttica de Agullana (Geronal•. Blhliotheca Praehistorica Hispana, vol.
I. Madrid, 1958.
- 122 -
[page-n-123]
COVA DEL CAVALJ
1
Fig. 7.-Fonna VI.
-
123 -
(T. n,)
[page-n-124]
C. MATA
a. C. (8). También hay gran cantidad de cerámicas incisas con esta
técnica en la Cueva del Marcó (Tivissa, Tarragona) (9).
Todos estos yacimientos pertenecen a los períodos I y II de los
Campos de Urnas catalanes de la clasificación de Maluquer (1O).
Como prolongación de la zona catalana se pueden considerar algunos de los yacimientos de la provincia de Castellón. Aparece dicha
técnica decorativa en los primeros niveles de Vinarragell, fechados
entre finales del s. VII y primera mitad del s. VI a. C. ( 11 ). Decoración
incisa interior y exterior tenemos en un fragmento de la Cueva Honda
(Cirat), que su descubridor fecha hacia el 800 a. de J. C. (12). Dos
fragmentos procedentes de Aranyuel presentan decoración incisa, teniendo uno de ellos, además, las superficies espatuladas (fig. 8) (13).
También en relación con la zona catalana y la provincia de Castellón está el Bajo Aragón, destacando el yacimiento del Roquizal del
Rullo (Fabara, Zaragoza), con abundantes cerámicas incisas (14).
En zonas más alejadas geográficamente, encontramos unos fragmentos en Las Cogotas (Avila), fechado por Cabré hacia finales del s.
VI a. C. (15). Es muy interesante la semejanza en la disposición de la
decoración de un fragmento de borde de escudilla de Castillejo de
Castilfrío de la Sierra, sólo que aquí la decoración es pintada (16).
Todo esto en cuanto a la técnica decorativa. En cuanto a la decoración interior y exterior sólo hemos encontrado los tres fragmentos citados de Anglés, Cueva Honda y Castilfrío, siendo este último
pintad'o. Por otra parte, el hecho de que ciertos tipos de vaso campaniforme presenten decoración interior y exterior, llamada técnica
(8) M. OLIVA y F. RIURO: mallazgos en la necrópolis hallstáttica de Anglés•. Pyrenae, 4. Barcelona, 1968, fig. 4-, nUm. 3, Lám. I, nUm. 4, pág. 67.
(9) S. VILASECA: «Dos cuevas prehistóricas de Tivlssa (provincia do Tarragona)•. Ampurias. I. Barcelona, 1939. Lám. XVIII, nUm. 4, pág. !59.
1101 J. MALUOUER: •Las culturas hallstátticas en Cataluña». Ampurias, VII-Vlll. Barcelona, 194546, pág. 181.
(ll)
N. MESADO: «Vinarragell (Burriana)•. Trahajos Varios S. l. P., 4-6. Valencia, !974, fig. 72,
nUm. 1, Lám. XXIII, Lám. LXX, nUm. 1,
1121 I. SARRION: •Restos de la Primera Edad del Hierro en la Cueva Honda do Cirat(Castellón)•.
Lapiaz, Boletín de Información Espeleológica, 2. Valencia, 1975, págs. 4-·6.
(131 Material del S. I, P., inédito y sin contexto.
(14) J. CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del RullG, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Péraz Tamprado•. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 101. Madrid, 1929.
( 151 J. CABRE: «Excavaciones de las Cogotas, Cardeñosa !Avilal, I. El Castrot. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, núm. llO. Madrid, 1930, Lám, XXVI, nUm. 3.
(16) B. TARACENA: «Excavaciones en las provincias de Sorla y Logroñm, Memorias do la Junta Su·
perior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 103. Madrid, 1929, fig. 15.
- 124 -
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COVA DEL CAVALL
"
pseudo-excisa, y que Harrison considere perteneciente a la cerámica
del Bronce final y de la Primera Edad del Hierro de la Meseta y Cataluña, nos plantea el interrogante de si, en los fragmentos que estamos
estudiando, la forma de decoración interior y exterior derive de este
mundo, ya que parece claro el que la incisión procede de los Campos
de Urnas. Como ejemplos ilustrativos podemos citar unos fragmentos
con decoración pseudo-excisa interior y exterior procedentes de
Cuenca y presentados en el XV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Lugo en septiembre de 1977. Semejantes son los tres cuencos hdlados, aislados de todo contexto, en Villafamés (Castellón) (17).
Fig. S.-Fragmentos cerámicos de Al"anyuel.
tT. o.)
Otra de las formas importantes es el pie diferenciado y troncocónico (forma V). Sus paralelos más próximos y caracterlsticos los encontramos en el PIIb de Cortes de Navarra (18), en la necrópolis de
1171 F. GUSI JENER: •Hallazgo de cerámica del tipo impresa mediterránea con decoración interior
iucisn IViJla[¡¡més, Castellón)o. Pyrenao, S. Barcelona, 1972, pág. 53.
N. MESADO: •El EIJeolltico de Villafamés•. Penyagolosa, 10. Castellón. !973.
R. J. BARRISON: •El vaso campaniforme como horizonte delimitador en Levante español>. Cuader
nos de Pruhistoria y Arqueología Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 63.
1181 J. MI\LUOUER; •El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico J>. Excuvn·
dones en Nuvurrn.l'amplonn. 1954: flg. 26, núm. 8; 28, núm. JO; 32, núm. 8 Y JO; 34, núm 12; 37,
nüm. 23.
-
125 -
[page-n-126]
14
C. MATA
Anglés ( 19), en la fase I de Agullana (20), en la necrópolis de Molá, fe~
chada en el s. VII a. C. (21), en Hostal Nou (Ares del Maestre, fastellón) {22), en la necrópolis deis Espleters (Salzadella, Castellón) (23),
e.1 les Escodines Altes y Baixes de Mazaleón (Teruel) (24), etcétera.
Este tipo de pie pertenece, generalmente, a urnas de tipo bitroncocónico, típicas de la Primera Edad del Hierro.
Los fondos planos {forma VI) son conocidos desde que se empiezan a utilizar las primeras cerámicas, pero no llegan a generalizarse
hasta el Bronce Final y Primera Edad del Hierro, según las zonas. Los
llamados fondos aplanados son los que, generalmente, aparecen en
épocas anteriores, siendo los fondos planos posteriores. Dada la extensión de paralelos que podemos encontrar, sólo citaremos los más
próximos: El Solaig, Torrelló y Vinarragell, en Castellón; El Puig, Saladares y, posiblemente, Crevillente, en Alicante (25).
Los cuencos y los vasos carenados son lo suficientemente conocidos para que demos una lista sobre los paralelos a encontrar. Ambas
formas son típicas de la Edad del Bronce, siendo las carenas características de la Cultura del Argar, aunque también se encuentren
ejemplos en el Pais Valencia.
Finalmente, tenemos un fragmento semejante a la Forma IX en el
Departamento 5 del Puntal de Cambra {26).
El estudio de los materiales nos muestra que esta cueva fue conocida desde la Edad del Bronce. Ahora bien, la ausencia de elementos
típicos de la Edad del Bronce, como cordones y mamelones, y la factu-
(191
Op. cit. nota 8, fig. 5, núm. 2, pág. 75.
1201 Op. cit. nota 7. 1958: tipo 2a, tabla VIL
1211 S. VlLfl.SECA: •El poblado y la necrópolis prehistóricos del Moli\ {Tarra¡:onul». Acta Arqueoló¡:ic~ Hisp
(231 J. COLOMINAS: «Els enterramonts ibérics deis Espleters a Salzadella». Anuari de l'I11stitut
d'Estudis Catalans. 1915-20. Barcelona, 1923, fig. 419, pág. 616.
124J P_ BOSCH GIMPERA: •Les ínvestigacions de la Cultura Ibérica al Baix fl.ragó». Anuari de l'lnsLitut d'Estudis Catalans, 1915-20. Barcelona, 1923, figs. 454 y 456, págs. 641.
125) o. ARTEAGA y M.' R. SERNA: «Los s~lodares- 71•. Noticiario Arqueológico Hispánico, Arqueo
3, Lám. v. núms. 30 y 31. Madrid, 1975, páe. 7.
D. FLETCHER y N. MESADO: oEl poblado ibórico del Solaig IBcchi, Castellónl•- Trabajos Varios S. 1
!'., 33. Vahmcia, 1957.
MESADO: Op. cit. nota 11, fig. 52, núm. 2.
F. G\JSI JENER: ~Excavaciones en el recinto fortilkado dd Torrelló de Onda ICastellón)•. Cuadernos
de Prehistoria y Arqucologla Castellonense. l. Castellón, 1974, pág. 31. núm. 3, pág. 19.
V. PASCUAL: oEl poblado ibérico del Puig IAlcoy)o, Archivo de Prehistoria Lovantina, III. Valencia,
1952, pág. 135.
Jo~ía
126) J. ALCACER GRAU: •El Puntal de Cembra (Villar del Anobispo, Valencia)». Archivo de Prahisloria Levantina, V. Valencia, 1954, Uim. VI, pág. 65.
-
126 -
[page-n-127]
COVA DEL CAVALL
15
ra relativamente cuidada de las cerámicas recogidas nos inclinan a
pensar que estos materiales pertenezcan a una época algo avanzada
del Bronce. Naturalmente que esta afirmación sólo-puede ser una hipótesis, dada la falta de una periodización de la Edad del Bronce Valenciano.
La cronología final de la cueva vendría dada por los pies troncocónicos y las cerámicas decoradas, que nos dan una fecha de entre los
ss. VII-VI a. C., y la ausencia de cerámicas a torno, que aparecen en el
País Valencia hacia la mitad del s. VI a. C.
La carencia de estratigrafia no nos permite juzgar si estos materiales considerados típicos de una primera Edad del Hierro proceden
de una influencia exterior o bien son fruto de una evolución in situ. En
el primer caso noS podrfamos preguntar sobre qué cultur~ mate:rial
ejerció su influencia y cómo la hizo variar, si es que la hiZO variar.
Con todo, podemos afirmar que la cueva se clasifica dentro de un
Bronce algo evolucionado, llegando a un Bronce Final o Hierro I, denominaciones que no podemos precisar más, a falta de estudios tipológicos sobre estas dos épocas.
11
EL PUNTALET
De esta necrópolis (Lám. I, 2) sólo se encontraron tres enterra"
mientas (27), compuestos por los siguientes materiales:
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna, hecha a torno, de cuello corto, ligeramente exvasado, del qull' arranca un par de asas dobles; hay que destacar un bordón en realce por encima del arranque de las asas; la basa es ligeramente cóncava; la pasta es amarillenta y tosca. Medidas: 34 cm. alto; diém. boca, 21 cm. diém.
máx. panza, 26'7 cm. (flg. 9, n.• 2).
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- 1 fondo tronco cónico, hecho a mano, de base plana: está adornado por tres cordones aplicados, ho·
rizontales y paralelo•, decorados con digitacio"nes; diém. máx., 42 cm,; dlém. base, t5 cm.: alt.
máx., 25 cm.: pasta gris oscnnt (flg. 9, n.• 1);
- Una concha.
- Una pequefta piedra con dos perforaciones,
- Un par de aretes de cobre o bronca, sección cuadrada; diém. aprox .. 3 cm.
TERCER ENTERRAMIENTO
- 1 plato hondo parecido a los morteros Ibéricos, borda recto y base discoidal plana; pasta amarlllorojlza, superficies toscas: alt., 7 cm.: diám. boca, 22'5 cm.: diám. base, 6'5 cm. (fig. 10).
-(27)
Op. cit. nota 2. 1947 y 1949.
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Fig. 9.-Urnas de El
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Puntalt~t.
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COVA DEL CAVALL
Estas urnas en la época en que se encontraron constituyeron un
hallazgo prácticamente único. En cambio, en la actualidad, se pueden
encontrar ya algunos paralelos con fechas más o menos delimitadas.
Entre los múltiples paralelos que podemos citar de la urna del primer enterramiento entresacaremos los siguientes: en primer lugar, la
urna del Collado de la Cóva del Cavall, con pintura bicroma, que veremos más adelante; en Vinarragelllas tenemos con cuatro y dos asas y
decoración bicroma en el nivel protoibérico, fechado en la primera
mitad del s. VI a. C. (28). En Saladares, estas urnas aparecen con o sin
pintura, perteneciendo estas últimas a la fase IB2 del Horizonte
Preibérico, fechado entre el segundo y tercer cuarto del s. VII a. C.;
una de las urnas está hecha a mano (29). En el Castellar de Crevillente
Fig. 10.-Puntalet.
11/:ZI
aparecen también, siendo denominadas por su excavador tipo B2, en
niveles fechados desde finales del s. VII a la primera mitad del s. VI
a. C. (30).
Fuera de 18 zona valenciana aparecen en Solsona (31 ); en Anglés,
fechada entre los ss. VI y V a. C. (32); en el estrato 11 de Quemados,
fechado entre los ss. VII-VI a. C. (33); en Mogador, fechado en el s.
VII a. C. (34); en la isla de Racligoun aparece una urna con dos asas y
sin pintura, necrópolis fechada desde finales del s. VII al s. VI a. C.;
128)
Op. cit. nota ll, fig. 81 y fig. 19. núm. 1, fig. 35.
129) ARTEAGA y M. R. SERNA: Op. cit. nota 25. Lám. XVIII, núm. 136: Lám. XXI, núm. 157.
130) A. GONZALEZ PRATS: •El yacimiento protohistórico de la Sierra del Cnstellar ICrevillente, Ali·
cante). Sector I.» Tesis de Licenciatura, 1977.
1311 J. SERRA VILARO: •Excavaciones en el poblado ibérico de Castell Vell (Solsonal». Memorias
de la Junta Superior do Excavaciones y Antigtledades, núm. 27. Madrid, 1920, Lám. VIII.
132)
Op. dt. nota a, fig. !3, mim. 22.
(33)
134) A. JODIN: •Mogador, comptoir phénicien du Maro e At\antique:>. E tu des ot Travaux d' Archéo·
logie Marocaine. Tangcr, 1966, fig. 32.
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en Toscanos, sus excavadores publican un dibujo que por su perfil entraña dentro de este tipo que estudiamos, pero que ellos califican como un posible fragmento árabe medieval (35).
La urna del segundo enterramiento, por estar hecha a mano y por
sus caracteristicas, encuentra sus paralelos en zonas bastante distintas de las anteriores, concentrándose los más próximos en el B~o
Aragón. Así lo tenemos en Les Escodines Altes (Mazaleón), fechado en
el Hallstatt D (36); en San Cristóbal, también con la misma fecha (37)
y en el Roquizal del Rullo, fechado en el Hallstatt C o D (38).
En cuanto al tercer enterramiento, tenemos el paralelo más importante en el Peñón del Rey (Villena), donde estos platos aparecen
también utilizados como urnas. Este yacimiento fue fechado entre los
ss. IV-III a. C., apareciendo también fragmentos de cerámica hecha amano (39). Creemos que la cronología de este yacimiento podría subirse un
tanto dados los últimos estudios que se han hecho sobre las flhulas anulares, fUmlas que aparecen en esta necrópolis; Almagro (40) las empieza a
fechar a partir del s. VI a. C., mientras que Cuadrado y Navarro (41) consideran que se deben fechar hacia el s. V a. C.
En estos enterramientos encontramos dos tipos de influencias.
Por una parte, está la orientalizante que se refleja en el primer enterramiento, tipo bastante bien estudiado en la Perúnsula. Por otra par~
te, está la urna a mano que puede significar dos cosas: una, que corresponda a la evolución propia de la Edad del Bronce; y dos, que sea
reflejo de la Primera Edad del Hierro del Bajo Aragón, donde se encuentran los paralelos más importantes,
1351 G. VUILLEMOT: «La nécropole punique du phare dans l'ile de Rachgoun (Oran)». Libyca. t. III,
primer semestre. Alger 1956, planche IV, núm. 4, planche VI, núm. 10, pág. 7.
G. VUILLEMOT: •Reconnaissances aux échelles puniques d'Oranie». Autun, 1965, flg. 17, núm. 2;
fig. 19.
H. SGHUBART, H. G. NIEMEYER y M. PELLICER: «Toscanos. La factorla oaleopúnica en la desom·
bocadura del río Vélez. Excavaciones de 1 964o. Excavaciones Arqueológicas en España, 66. Madrid,
1969, pág. 18, Lám. 25, mim. 11.
(36) M. ALMAGRO BASCH: oLa España de las invasiones célticas.. Historia de España dirigida por
Menéndc:o; Pida!. t. I, voL 2, Espasa-Calpa. Madrid, 1952, pég. 197.
A. BELTRAN MARTINEZ: •La Edad de los Metales en Aragón•. Oiscurso·do ingreso en la Real AcademlH de Nobles y Bellas Artes de S. Luis, de Zaragoza, 27-II-1955. Zaragoza, 1955, pág. 44.
(37)
ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, fig. !58, pág. 197.
1381 ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, pág. 193.
BEL'l'RAN MARTINEZ: Op. cit. nota 30, pág. 44.
(39) J. M.• SOLER GARCIA: ~El yacimiento posthallstáttico del Peñón del Rey. Una intrusión céltica
en plena zona ibl!rica». Villena, 2. Villena, 1952.
(401 M. ALMAGRO BASCH: •Sobre el origen posible de las más antiguas flbulas anulares hisp,nl·
caso. Ampurias XXVIII. Barcelona. 1966, pág. 215.
(41) E. CUADRADO: •La flbula anular hispánica y sus problemas>. Zephyrus VIII. Salamanca,
1957, páE. 5.
R. NAVARRO: •Las fibulas en Cataluña». Instituto de Arqneologla y Prehistoria, Universidad de Barcelona, publicaciones eventuales, núm. lB. Barcelona, 1970.
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En conjunto, tanto las urnas a torno como la hecha a mano, tenemos una fecha bastante homogénea de alrededor los ss. VI-V a. C.
Constituirían una fase paralelizable a los niveles protoibéricos de Vinarragell y al horizonte preibérico de Saladares, ambos previos a la
plena Cultura Ibérica.
III
COLLADO DE LA COVA DEL CAVALL
En esta necrópolis (Lám. I, 3) sólo se encontraron dos enterramientos.
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna incompleta sin decorar, de cuerpo piriforme y conservando el arranque de un asa doble,
la pasta es roji~o-amari!lenta y bastante granulosa; al t., 20 cm.; diám. máx., 22 cm. Wg. 11. n • 2).
- Una sortija de bronce rematada con do$ bolitas a modo de torques.
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- Urna de cuerpo globular alargado, cuello cillndricoy dos asas dobles: est~ decorada por frar\.Jas horizontales de pintura rojo vinoso en la parte del borde y en la mitad Inferior de la panza; en este
ültima franja se observan restos de dos llneas paralelas pintadas en negro; al t., 35 cm.; diám. boca,
19 cm.; dlám. máx., 29 cm.; dlám. base, 8 cm. (fig. 11. n.•l).
- Restos de una posible fíbula.
A la urna del primer enterramiento es dificil encontrarle paralelos, pues al faltarte el cuello y el borde diflcilmente se puede conocer
su forma exacta. Sirve de referencia para esta urna la sortija en forma de torque que se relaciona claramente con las pulseras de tipo céltico.
La segunda urna es más clara en cuanto a sus paralelos, puesto
que como hemos dicho antes es semejante a la del Puntalet. Asi, tenemos urnas de este tipo en Vinarragell, Saladares, Crevillente, Solsona,
Anglés, Quemados, Mogador, Rachgoun y Toscanos (42).
La diferencia existente entre ambas necrópolis estriba en la urna
hecha a mano. El que en el Collado no aparezca puede significar dos
cosas: o que han desaparecido, o que la necrópolis es más moderna y
la cerámica a mano ya no se utilizaba tanto.
{42) Ops. dts. natas 28 a 35. En 5alaliares. a las láms. citadas hay que añadir la XI, XII y
XXVII, todas con pintura blcroma y pertenecientes a las fases IB l. IB2 y IIB de los horizontes pro ibérico
e ibérico antiguo.
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Fig. 1 I .-CoUado de la cova del cav;lll,
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COVA DEL CAVALL
IV
CONSIDERACIONES GENERALES
Por las caracterlsticas apuntadas anteriormente, creemos que todos estos yacimientos quedan inmersos dentro de la época de transición del Bronce al Hierro. Esta problemática está recibiendo en la actualidad un nuevo impulso, como ya apuntábamos al principio de este
trabajo, pero presenta una mayor actualidad en el Pais ValenciA, por
una serie de cuestiones que veremos a continuación.
En esta zona se daba la circunstancia de que tras el Bronce Valenciano, cultura bastante pobre materialmente, surgia la rica Cultura
Ibérica, que suporúa una antítesis completa de lo anteriormente conocido. Aunque no se conocieran restos que dieran luz a una etapa de
transición entre el Bronce y lo Ibérico, no todos aceptaban la existencia de ese hiatus y pensaban que una serie de influencias exteriores
habían hecho derivar el Bronce en la Cultura Ibérica {43).
A pesar de que, últimamente, los descubrimientos de materiales
clasificables en esta época se están multiplicando, una plasmación
geográfica de los hallazgos de que tenemos noticia nos muestra la falta de ellos en la provincia de Valencia, frente a la proliferación e importancia de ellos en Castellón y Alicante. Con todo, y a la vista de los
materiales hallados en todo el País ValenciA, nos atrevimos a hacer
una pequeña división de la Primera Edad del Hierro {44). Una primera fase, Hierro I a, se caracterizarla por contener exclusivamente cerámicas a mano de tradición indoeuropea o procedentes de una evolución del Bronce, o ambas cosas a la vez, como sucede en la Cóva del
Cavall; la siguiente fase, Hierro 1 b, estaría caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia, que convivirían con las cerámicas a mano, aunque disminuyendo progresivamente de número.
Dado el vacío d~ hallazgos de la Primera Edad del Hierro en la
provincia de Valencia, nos pareció interesante el estudio de estos materiales, por constituir unos yacimientos casi únicos por el momento.
143) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en el Levanto español». IV Congreso Intarnacional de Ciencias l'rohistóricus y Protohistóricas. Zaraso~a, 1954.
M. TARRAllELL: •Ell'als Valenciano del NeoUtíco a la Iberización. Ensayo de síntesis». Anales de la
Universidad do Valencia, curso 1962-63. Valencia. 1963.
E PLA DALLESTER: ~El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la región va·
lonciana~. V Congreso Nacional de Arqueologia !Zaragoza. 1957). Zaragoza, \S59, pág. 128.
1441
MATA: Op. cit. nota l.
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Punto común a los tres yacimientos es su emplazamiento alrededor del cerro de S. Miguel (fig. 1 ), lo que induce a relacionarlos con
el poblado ibérico allí existente.
Partiendo de la Cóva del Cavall, se implica que el cerro de S. Miguel y sus alrededores estuvieron habitados desde antes del s. VII a.
C. hasta el s. I a. C. en que tennina el poblado de S. Miguel (45). Por
tratarse de yacimientos aislados y, en cierto modo, casuales, a excep-
ción de S. Miguel, no podemos afirmar que constituyan una evolución
lineal de la población, pero sí que representan momentos clave de la
etapa anterior a la Cultura Ibérica.
Por las características apuntadas en otro lugar de este trabajo,
creemos que la Cóva del Cavall pertenece a un momento algo evolucionado de la Edad del Bronce que, en un momento dado, recibe la influencia, no muy acusada, de elementos indoeuropeos. Sin profundizar en su estudio, podemos decir que el poblado del Pie deis Corbs (Sagunto) (46) seria análogo a la cueva; en este poblado, sobre un sustrato importante del Bronce aparecen unos fragmentos cerámicos ti picos
de los Campos de Urnas. Ahora bien, la técnica de surcos acanalados
que aparece en el Pie deis Corbs es más antigua que la técnica de incisión de la Cóva del Cavan (47). De todos modos, sólo un estudio completo de yacimientos de este tipo podría responder a las preguntas que
nos planteábamos cuando estudiábamos la Cóva del Cavan. Otro yacimiento similar, aunque posiblemente anterior a los citados, seria el
del Castellet de Barrial (48).
Los yacimientos tipo Vinarragell nos. plantean un problema aparte, ya que aquí los niveles inferiores muestran un substrato indoeuropeo más importante que el material que pueda considerarse como del
Bronce. En este caso se plantean varias cuestiones: este tipo de yacimientos, ¿es contemporáneo de los anteriores o es posterior?; si es
posterior, ¿corresponde a una segunda oleada de influencias o bien
se trata de las mismas gentes anteriores, pero más evolucionadas?
Esto enlazarla con el problema de la clasificación: los yacimientos
tipo Cóva del Cavall y Pie deis Corbs podrían terminar en niveles del
Bronce Final o bien del Hierro Ia. Esta cuestión enlaza tanto con la
falta de una periodización del Bronce Valenciano como con la falta de
145) D. FLETCHER: •Sobre los llmítes cronológicos de la cerámica pintada do S. Migunl de Liria•.
IV Con¡¡rcso Inlernacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas [Madrid, 1954). Zaragoza, 1956,
pág. 743.
(46)
ALMAGRO GORBEA: Op. cit. nota l, 1977.
{47)
Op. cit. nota 10.
[48) F. ESTEVE GI\LVEZ: •Un poblado de la Primera Edad del Hierro en la Plana do Castellón». Ampurias VI. Barcelona, 1944, pág. 141.
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COVA DEL CAVALL
excavación y estudio de más yacimientos pertenecientes a este conflictivo período de transición.
La fase posterior estaría representada por el Puntalet y el Collado,
necrópolis que corresponderlan a los niveles proto-ibéricos de Vinarragell; el horizonte pre-ibérico de Saladares y el nivel I del sector 1
del Castellar de Crevillente (49); así como la necrópolis de la Montalbana, que presenta urnas a mano y a torno (50).
Ahora bien, aunque las urnas del Puntalet y Collado sean de tradición fenicia, no está claro que provengan de una importación directa,
sino que, bien pudieran ser formas ya elaboradas por los pueblos indígenas (Andalucía, Vinarragell, Saladares).
De todos modos, estas cerámicas son representativas de una fase
inmediatamente anterior a la representada por el poblado de San Miguel y caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia que conviven con las cerámicas a mano en regresión frente a la generalización de aquéllas.
Aunque excede la finalidad de nuestro estudio, vamos a permitirnos dar una pequeña periodización del poblado de San Miguel para
tener una visión completa de la evolución que pudo haber seguido la
población de este cerro.
Dicho poblado presenta una primera fase de cerámicas a mano y
a torno sin importaciones griegas, que se localiza en la ladera SW. del
cerro (51). Esta primera fase, posiblemente, enlazaría con las necrópolis del Puntalet y el Collado.
Finalmente, tendríamos las fases con importaciones griegas y romanas, acabando en la época sertoriana (s. I a. C.l (52).
1491 A, GONZAJ.EZ PRATS: •Nota preliminar sobre el yacimic11to proto-ibérico de Crevillcnt"· provincia de Alicanteo. XIV Congreso Nacion~l de Arqueología (Vitoria, l 9751. Zaragoz~, 1977, pág. 071 y
Op. cit. notcl 30.
MESADO, Op. cit. nota ll.
ARTEAGA y SERNA: Op. dt. nota 25.
(50) A. GON7.ALEZ PRATS: •El campo de urnas de la Montalbana (Ares del Maestre, Castellón de la
Planal•. Archivo de Prehistori~ Lavantina, XIV. Valencia. 1975, pág. 113.
(511
PLA BALLESTER: Op. cit. nota 43.
(521
FLETCHER: Op. cit. nota 43.
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