La Cueva del Tortero (Tous, Valencia)
José Donat Zopo
J. Andreu Torregrosa
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J. DONAT ZOPO Y JOSE ANDREU TORREGROSA
(Valencia)
La cueva del Torter.o (Tous, Valencia)
1
INTRODUCCION
La Cueva del Tortero, sita en Tous, fue incorporada al conocimiento
de los espeleólogos con ocasión de los preparativos de la «l ASAMBLEA EsPELEOLÓGICA LEVANTINA», en cuyo programa de actividades fue incluida.
Su estudio monográfico pretende aumentar los conocimientos geológicos y cársticos de ese amplio cárst de mesa constituido por la comarca
de Tous-Millares, en la denominada Subregión Central o de Escudo, de
caracterizado tipismo, aunándose a otras monografías ya publicadas y en
estudio.
Junto con los autores han colaborado estrechamente los señores Antonio Fornes Martín, Rafael Cebrián Gimeno y Rafael Ferrer Novella;
a todos ellos nuestro agradecimiento.
1I
SITUACION
Sita la caverna en término municipal de Tous, se encuentra a unos
2 kms. al NE. de esta población y a algo más de 1 km. de la cueva del
Candil y ligeramente al SE. de la misma.
Su boca de acceso es de pequeñas proporciones y se encuentra situa-27335
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da en mitad de una barrancada de las que posteriormente ongman la
Rambla de la Señora , próxima y al Sur del denominado Barranco del
Tío Miguel de Castelló.
Su posición geográfica aproximada es de 3°, 03', 10" de longitud
este y de 39°, 10' 05" de latitud norte.
Se puede llegar a la cavidad por la pista forestal del Campillo;
ésta se inicia en la carretera de Alberique a Tous, en su lado derecho
en el kilómetro 4 y cuando la carretera citada a bandona Jos llanos del Alto
de la Escala para iniciar el descenso del puerto a Tous.
Siguiendo la pista antes citada unos 3 kms. hasta alcanzar el frente
del Cerro del Castellet, que quedará a la izquierda, se podrá optar por
penetrar en el barranco que se abre a la derecha de la pista y que se
inicia con una paridera de ganado, y seguirlo aguas abajo hasta alcanzar la cueva del Tortero, sita sobre la mitad superior de la margen izquierda del barranco, o bien, caminar sobre la loma que bordea la citada margen izquierda del barranco y en su momento descender por la
ladera hasta la cavidad.
Como signo orientativo de la posición de la cueva del Tortero se
puede señalar que, ligeramente más abajo que ésta, en la margen derecha del barranco, existe otra caverna, de boca mucho más amplia y
forma arqueada.
Puede ser interesante realizar el itinerario por los dos sitios antes
indicados, es decir, por el fondo del barranco y por encima de la loma
que lo bordea, utilizando uno de ellos en el camino de ida y otro en el
de vuelta. Con ello se obtendrá una mejor visión del terreno.
111
GEOLOGIA COMARCAL
La comarca cárstica Tous-Millares se halla dividida en dos sectores por el río Júcar, importante accidente geográfico-tectónico, y
tm su mayor parte se halla ubicada en el interior de la Hoja núm. 746
(Llombay) del Mapa Topográfico Nacional, escala 1:50.000.
Esta a su vez forma parte de la región geológica denominada Ibérica o Celtibérica, en la zona considerada como subregión central de la
misma (área valenciana), que, a grandes rasgos, podemos separar en
dos subcomarcas principales, la de Millares y la de Caroig.
La subcomarca de Millares, de la que nos estamos ocupando, está
definida por unos límites tectónicos claros y acusados, fosas de Cortes
de Pallás, Fosa de Dos Aguas, los Caballones, Canal de Navarrés y Ram-274 -
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CUEVA DEL TORTEWJ
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bla de Murell, con unas zonas marginales que, si bien dentro de un estricto límite geográfico escaparían de su dominio, su inmediata proximidad y analogía nos induce a incorporarlas a nuestro estudio. Tal es
el caso del área de Tous y aledaños.
Cársticamente Tous y Millares forman dos unidades independientes,
pero sus similitudes, sus problemas, Gon tan comunes, que su estudio
puede perfectamente correlacionarse. Ambas forman parte de un superficial pero potente cárst de mesa, afectado en el campo hidrológico por
movimientos epirogénicos modernos, al parecer y especialmente en las
zonas costeras todavía no bien dilucidados, pero que respecto al interior
podemos, en algunos puntos, concretar de la siguiente forma: elevación
del terreno, modernidad del movimiento -tobas calcáreas cortadas por
el mismo-, alteración de los cauces hidrológicos subterráneos, rápido
~.bismamiento de las aguas -formas incipientes de penetración en cavernas de tipo surgente.
El profesor Brinkmann, que fue uno de los primeros en realizar un
importante trabajo de conjunto sobre la provincia de Valencia, en 1929,
al confeccionar su Mapa Geológico de la misma, sitúo a la enorme masa
cretácea del macizo del Caroig --denominación con la que por extensión se abarcan tanto la propia del Caroig, como la de Millares, la de
Tous, y aun otras limítrofes- dentro del Emscheriense inferior-Albense superior. Posteriormente Darder Pericás la englobaba bajo la denominación genérica de Cretáceo superior. Lo cierto es que dificultades
de penetración en la zona y tal vez no ser interesante para los fines
perseguidos en sus respectivos trabajos, motivaron que no se definiese
su estratigrafía en forma un poco más precisa. Más tarde, Dupuy de
LOme, marca nítidamente esta diferenciación y viene a señalarnos como
la cobertura superior parece hoy hallarse constituida por el Senonense,
del que no quedan más que retazos aislados. En torno y debajo del an~
terior aflora el Santonense, dominando la meseta central de Millares.
Envolviendo a este último irán apareciendo el Coniacense, el Turonense
y el Cenomanense y conforme se avanza hacia el Sur, hacia la Canal de
Navarrés, se pasa al Eocretáceo con el Albense y el Aptense.
En conjunto se puede señalar que el área geográfica se encuentra
dominada por el cretáceo y que como consecuencia de la posición tabular de su estratigrafía, la erosión, conforme avanza en profundidad, va
haciendo aparecer niveles cretáceos cada vez más antiguos.
En las Hojas 1:50.000 del Mapa Geológico Nacional a la cueva del
Candil se le asigna estratigrafía turonense y a la del Tortero coniacense.
En este punto nos agradaría realizar una precisión propia. N uestro
criterio es que las Lomas Cotillas (Cueva del Candil) y la loma de la
Cueva del Tortero responden a un mismo horizonte estratigráfico y que,
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~plicando
los criterios diferenciadores de Dupuy de LOme, fijaríamos en
la transición entre ambos. Para ello nos basamos en características no
paleontológicas, es decir, exclusivamente en la litología del terreno. Señalemos entre otros indicios la típica erosión del turonense valenciano,
la formación de la «terra rossa», la ausencia de las margas amarillentas del Coniacense y la presencia, en cambio, de los bancos de calizas,
grises al exterior y blanquecinas en fractura, que marcan el tránsito
Turonense-Coniacense y que aparecen en los procesos elásticos de la
Cueva del Candil.
La estratificación es horizontal, salvo ligeras inflexiones, y no parece, por tanto, estar afectada por la proximidad de la Cúpula del Puntal
del Aire.
La pequeña loma de la cueva del Tortero está recubierta de matoxrales de monte bajo. Entre ellos se puede observar la presencia de
~mplias planchas calizas, cuarteadas, erosionadas y acarriladas, sin llegar a convertirse en un verdadero lapiaz. Notamos la ausencia de la
diaclasación norte-sur que aparece en las proximidades del Candil,
sospechando que ello es debido a la mayo1· distancia al barranco del
Castellet.
IV
ESPELEOGRAFIA METRICA Y MORFOLOGICA
Complementando la descripción gráfica ofrecida por la topografía
y fotografías de la caverna vamos a realizar, en forma esquemática,
la descripción de su interior.
Para ello, para su mejor comprensión, y partiendo de unidades o
sectores de caverna fácilmente identificables, vamos a dividirla en los
siguientes tramos:
Longitud
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
Vestíbulo
Pequeño laberinto
Recámara
Salón principal
Sala Honda
Sala del Goorg
Galería Honda
34 metros
31 »
3 »
26
9
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35
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Total de itinerario 141
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Estos 141 metros de itinerario se convierten en 89 metros en desarrollo directo, es decir, tránsito boca-término cavidad, y en 73 metros
.como distancia o itinerario ideal, tomado en recta ideal de boca de caverna a término de la misma, y según ángulo orientada a N. 82° E.
1) V estíbulo.-La boca de la cueva, baja de techos y forma alargada, inicia este sector. Se inicia con tan escasa elevación de bóveda
que es preciso reptar en los primeros momentos. Tiene marcado carácter descendente, lo que le permite ir logrando mayor elevación de bóveda.
El piso o suelo, en su primer tramo, aparece recubierto de materiales
alóctonos. La galería ensancha sus dimensiones y al alcanzar su segunda mitad pierde la adustez de la primera y va adquiriendo belleza. Se
aprecian claros e importantes desplomes de bóveda, recubiertos de antiguo manto estalagmítico. A su término aparecen gourgs, las paredes,
especialmente el lado izquierdo, se recubre de vistosas y gruesas formaciones y en uno de los laterales se mantiene erguida una vistosa estalagmita de caudal. La bóveda en este sector aparece ya manifiestamente
horizontal. El frente se cierra con un grueso muro de formaciones y en
el que se inicia el sector 3) Recámara.
2) P.equefw labe1·into.-Se accede al mismo por un pequeño orificio
sito en el vestíbulo, aproximadamente a mitad de su recorrido, a la izquierda y entre algunas formaciones. Tiene marcado carácter descendente y forma una pequeña serie de estancias en seudo anárquica disposición. Muestra en sus paredes un avanzado proceso reconstructivo.
3) Recámara.-Se inicia en el muro que cierra el frente del vestíbulo y se alcanza tras fácil escalada entre las formaciones y un corto
reptar entre una abertura de las mismas. Está constituida por una pequeña estancia de unos 3 metros de longitud, con abundante recubrimiento parietal y columnar. Por otro estrecho y dificultoso paso da acceso
al Salón principal.
4) Salón p1·incipal.-Consta de dos tramos. El primero, horizontal,
con profusión de material elástico, en importan te y ordenado desplome,
bóveda horizontal e importante proceso reconstructivo. El segundo tramo tiene marcado carácter descendente, lo cual se efectúa entre bloques
elásticos y coladas, prodigándose además en el mismo bellísimas e interesantes formas reconstructivas. Desde este salón se pasa independientemente una de otra a las tres estancias restantes de la caverna, las
Salas Honda y del Gourg y la Galería Honda.
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5) Sala Honda.-Se alcanza por el sector izquierdo del Salón principal, todavía en su fase descendente. Se puede decir que no tiene vía
formal de acceso y se llega a la misma descendiendo entre las coladas.
Posee formas reconstructivas de gran belleza y variedad, recubriendo
prácticamente techo y paredes, así como el suelo, cementado por un
grueso manto estalagmítico. Prolongación de la Sala Honda es la Galería Honda.
6) Sala de Gour·g.-Es una pequeña estancia sita al término del
Salón principal y a la que se penetra por un «pórtico» de formas reconstructivas. Cierra la estancia un grueso y vistoso muro de coladas y formas columnares. El piso, formada por una gruesa capa estalagmitica, se
ha hundido en su centro y en su interior se ha formado un embalse de
agua, origen de la denominación de la estancia.
7) Galer-'w. Honda.-Aparece al término del Salón principal, a su
izquierda y descendiendo por los huecos entre las coladas. Muestra gran
importancia reconstructiva, con formas variadas y potentes o delicadas
en extremos. Al fondo de la misma aparece la roca original de la montaña con muestras erosivas muy desarrolladas.
V
MORFOLOGIA Y RECONSTRUCCION
La estudiaremos separadamente en:
a)
b)
e)
Suelo de la caverna.
Bóveda o techos.
Paredes.
a) Suelo de la caverna.-Se halla tan enmascarado a lo largo de
toda su extensión que difícilmente puede ser sometido a examen. El volumen y variedad de los recubrimientos es notable y puede dividirse en
tres grandes grupos:
1) Sedimentos alóctonos.
2) Materiales elásticos.
3) Procesos litogénicos.
Los sedimentos alóctonos aparecen, a nuestra vista, en el primer
sector de la cavidad -vestíbulo-. Son materiales procedentes del exterior, consecuencia del arrastre de las aguas superficiales y carecen de
particular interés.
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Los procesos elásticos han sido comentados aparte y a grandes rasgos. Particularizando algo más en ellos podemos señalar que, aún en
las zonas de deposición más irregular, parece adivinarse una acción
elástica diversificada en el tiempo y actuando por separado por líneas
de estratos, aproximando en forma paulatina la caverna a la superficie del terreno.
·~
Fig. 2.-Cortes transversales
Existen sobre el suelo grandes masas de estratos fragmentadas, anárquicamente depositadas y cementadas fuertemente por los procesos de
estalagmitización, levantándose sobre ellos potentes formas reconstructivas. De . todo ello se deduce que los aportes hídricos que recibía la
cueva, marginalmente a su función de sumidero, eran muy elevados.
Las formas reconstructivas que se apoyan en el suelo alcanzan una
gran variedad. Entre ellas cabe destacar los mantos calizos, que unas
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veces recubriendo y cernen tan do los bloques elásticos y adaptándose a
las irregularidades de su forma y deposición y otras en límpidas y tersas
coladas logran una gran envergadura.
Las formas estalagmíticas son espectaculares por su belleza, diversidad de formas y potencia. Unas veces aparecen limpiamente definidas
y aisladas, otras en forma de conjuntos, algunas vinculadas a bóveda o
paredes; formas acusadas y perfiladas como las estalagmitas en palmera
Fig. 3.-Corte transvarsal. saliendo de la caverna
o pagoditas, más desdibujadas como las mixtas; en extrañas o desfiguradas coalescencias, etc. Con frecuencia alineaciones de las mismas nos
señalan sistemas de cliaclasación en bóveda.
Hemos podido observar también la presencia de formas reconstructivas con ejes de crecimiento aparentemente anómalos. Esto se debe a
varias causas; normalmente son alteraciones sufridas en cuanto a su
posición en el espacio y por causas mecánicas. Desplomes de bóveda con
formas reconstructivas ya iniciadas, bloques basculados, estalagmitas
rotas y cementadas de nuevo en raras posiciones, efectos de la subsidencia, etc.
También aparecen algunos gourgs, sin que esta forma sea notable
por su desarrollo o abundancia.
b) Bóveda o techos.-Del mismo penden abundantes estalactitas de
bellas y variadas formas. Aparecen en gran número nacidas al amparo
de aportes hídricos verificados a través de planos de diaclasación, entre
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las cuales se pueden señalar coladas, climáticas, mixtas y finalmente
su derivación actual a macarrónicas o de caudal.
Se señalan también importantes formas de despegue, originadas por
aportes hídricos laterales y extrañas formas coalescentes, de superior
a inferior y con irregular morfología.
Las estalactitas de caudal o macarrónicas, como antes hemos señalado aparecen como solución de continuidad de otras formas y también,
en gran número, pendiendo de las planchas lisas de la bóveda y denun-
Fig. 4.-Acción de la solifluxión (dinámica) y de la bóveda (estática) en la destrucción
de procesos reconstructivos (estalagmíticos)
ciando que, tras los últimos procesos elásticos, los más modernos, el
proceso reconstructivo de la bóveda se hallaba en fase de «caudal».
Las formas columnares -bóveda, suelo--, son también muy abundantes y en algunos puntos, por coalescencia, han derivado a muros y
coladas.
e) Pat·edes.-Participan de las formas observadas en la bóveda o
techos, tanto más cuanto éstas son de difícil separación de las anteriores. Sobre las mismas se apoyan coladas, formas columnares, estalactitas, etc., todo basado en las grandes aportaciones hídricas verificadas a través de los planos de estratificación, con coalescencias morfológicas entre las formaciones iniciadas a nivel de un plano de estratificación y las originadas por los inferiores.
VI
PROCESOS CLASTICOS
Son muy abundantes y se han desarrollado practicamente a todo lo
largo de la caverna. Morfológicamente son bastante antiguos, ya que
sobre ellos se ha depositado una potente capa estalagmítica, así como
grandes y numerosas estalagmitas.
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Se puede observar que estos bloques elásticos se han depositado
bajo dos formas distintas:
a) Grandes fragmentos concordantes con la bóveda, tanto en su
lugar de deposición como en la horizontalidad de la superficie de unos
y otra. Suelen presentar un recubrimiento estalagmítico muy inferior
al del resto de bloques elásticos. El choque con el piso de la caverna ha
fracturado nuevamente estas grandes masas y los bloques resultantes
guardan también concordancia entre ellos. Parecen responder a procesos mecanoclásticos.
b) Fragmentos de formas y tamaños más variados, caóticamente
distribuidos en grandes amontonamientos. Se hallan recubiertos por gruesas capas de manto estalagmítico y sobre ellos se levantan grandes y vistosas estalagmitas. Se obtiene de los mismo la sensación de haberse
formado en diversos períodos. En los lugares en que aparecen estas masas la bóveda no muestra tan acusadamente la presencia de «planchas»
calizas como en los anteriores. Los mantos estalagmíticos los cementan
entre sí y forman un bloque muy compacto y unido.
VII
SOLIFLUCCION Y SUBSIDENCIA
Este fenómeno, tan general en las cavernas, aparece también en la
que venimos comentando. Su acción se puede comprobar en varios lugares, pero especialmente en uno de ellos, en el Salón principal, donde se
le puede apreciar con un efecto notablemente didáctico.
En efecto, el caos de bloques originado por los desprendimientos de
la bóveda, recubierto por una capa estalagmítica, bien por su propio
peso, bien porque exista debajo de ellos materia lubricante, se desliza
lateralmente y aprovechando el desnivel de la cavidad. Una gruesa estalagmita crece sobre un punto determinado de dicho manto y alcanza
una notable elevación. Como consecuencia de esta soliflucción la estalagmita ha avanzado también lateralmente y entonces ha efectuado contacto con la bóveda y en un rebaje de esta, ocasionado por la presencia
de un escalón residual de los procesos elásticos. Entonces lo que primero
era una separación, estalagmita-bóveda, posteriormente se convirtió en
contacto y actualmente en presión, pues mientras la parte superior de la
formación se encuentra detenida, la inferior o base continúa tirando en
su progresión deslizante. Entonces se ha producido en la misma base
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de la formación primero un agrietamiento, después una franca abertura
y el eje de la estalagmita ha perdido su verticalidad absoluta, sin que
el proceso reconstructi vo, rellenando la abertura, pueda competir con
la acción destructiva, en este caso, de la soliflucción.
También, a través de las formas reconstructivas, se puede apreciar
la existencia de fenómenos de subsidencia. Especialmente por el examen
de formas columnares y sus anomalías morfológicas, si bien muchas
de e1las se prestan a confusión por la unión de dos formas estalactíticas,
sobre una misma vertical y originadas a distintos niveles.
Un curioso fenómeno se observa en una gran columna, semidesplomada, apoyada contra una de las paredes de la caverna, soldada posteriormente a la misma y sobre la que se han formado nuevas formas estalactíticas. Todo ello crea una confusión de ejes extraordinaria.
VIII
GENES/S Y EVOLUCION DE LA CAVERNA
Analizando aisladamente a la cavidad, es decir, marginalmente a la
zona en que se halla ubicada, nos encontramos que ésta, de por sí,
constituye el talweg hipógeo, hoy abandonado, superado en profundidad,
de un antiguo sumidero y en el que los aportes hídricos procedentes
del exterior actuaron principalmente a través de los planos de estratificación.
Posteriormente a esta función recibió importantes aportes hídricos,
los cuales se manifestaron en potentes y bellas formas diseminadas por
todo el espacio apto de la caverna. Esta acción reconstructiva fue alternada con otras de hundimientos de bóveda, hasta alcanzar el enmascaramiento total de las formas primitivas, tal y conforme hoy se encuentra.
El proceso reconstructivo fue tan elevado que llegó a la obturación
total de la cavidad, lugar denominado el Ventanal, separación del Vestíbulo y la Recámara, y casi a otra del mismo tipo entre la citada Recámara y el Salón principal.
Hoy mismo, el examen morfológico y el alto grado de humedad de
que disfruta la cavidad nos hace suponer que el proceso reconstructivo
todavía no ha cesado.
En relación con el factor hidrológico creemos son válidas para esta
cavidad todas las conclusiones que en su día obtuvimos para la inmefliata vecina del Candil y que podemos resumir de la siguiente forma:
Como consecuencia de ajustes geodinámicos la provincia de Valencia
sufre movimientos oscilatorios de hundimiento y elevación. Claro es
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que estos, cuanto mayor sea su modernidad, serán tanto más apreciables
así, por consideraciones de tipo hidrológico se ha podido determinar la
existencia de uno de ellos, geológicamente actual y cuyo resultado es la
elevación de la meseta y el hundimiento de los cauces hídricos. Hundimiento relativo, toda vez que podemos considerar que estos buscan siempre la misma línea de equilibrio y que la consideración práctica de este
hundimiento es el aumento de desnivel existente entre la superficie de
las partes elevadas y el fondo de los cauces.
El resultado ha sido una modificación total y absoluta del aparato
cárstico. En efecto, muchas de las cavidades estudiadas, de génesis alóctona, al profundizarse los cauces epígeos de alimentación, dejaron de recibir sus aguas, quedando actualmente colgadas a gran elevación sobre
los citados cauces y a resultas de su propia alimentación hídrica, obtenida a través de las filtraciones de su cobertura y de su cuenca, con el
planteo entonces, vivo y real, de si la cavidad, en su función autóctona,
se encuentra alojada o no en el lugar más indicado para proseguir su
desarrollo. La segunda parte de este problema es que gran número de
las cavernas de este típico cárst valenciano están muy próximas a la
superficie y, en consecuencia, la profundización de las formas epígeas de
conducción hídrica multiparte el área superficial de posible captación
hídrica lo suficientemente para que la misma disminuya su capacidad
como consecuencia de la topografía de los cauces.
Nos encontramos, pues, ante un fenómeno de tipo geológico que,
combinado con las variaciones climatológicas, disminución de precipitaciones, hace que probablemente la acción cárstica en busca de nuevos
cauces se realice en forma lenta y dificultosa y de ahí la falta de cavidades
a niveles modernos.
y
IX
QUIROPTEROS
En el transcurso de las diversas visitas realizadas a la Cueva del
Tortero para la consecución de estas notas, se pudo comprobar la existencia, en épocas invernales, de colonias de quirópteros.
En la efectuada el 5 de abril de 1970 se capturaron varios ejemplares
de éstos, siendo clasificados como murciélagos de herradura, es decir, de
la famila de los rinolófidos, pertenecientes a la especie de los Rhinolophus
euryCLle. Tres ejemplares remitidos al doctor Balcells, del Centro Pirenáico de Biología Experimental, confirmaron la primera determinación,
estando constituido el pequeño grupo por un macho y dos hembras.
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La captura se realizó a unos 50 metros de la boca de acceso a la caverna, en zona muy húmeda, tanto en paredes, techo y suelo, como en
el ambiente, con pequeños «gourgs» de umbral estalagmítico en sus inmediaciones. El ambiente era completamente cálido y muy aislado de las
variaciones térmicas del exterior por barreras estalagmíticas.
Los ejemplares recogidos, junto con otros, pendían de la bóveda, a
unos dos metros del suelo y formaban un grupo de ejemplares sueltos
y aletargados.
Ligeramente más al interior, también pendiendo de la bóveda, a unos
tres o cuatro metros del suelo, existía una colonia mucho más numerosa
e integrada, igualmente, por ejemplares sueltos. El número de los congregados era de unos cuarenta y su estado de semiletargo.
En la comarca de Tous-Millares se habían capturado con anterioridad ejemplares de esta especie, asociada con el Rhinolophus fet·rumequinum, en la sima del Campillo. En la vecina cueva del Candil, las capturas permitieron determinar al Rhinolophus ferrum-equinum y al Myotis
natte1·eri, y ya más al Oeste, en la Cova de les Dones, el Miniopterus schereibersi.
Tenemos la seguridad de que, conforme se prosigan las exploraciones
por el interior de esta meseta caliza, se aumentará el número de especies
refugiadas en la misma.
X
RESUMEN
La Cueva del Tortero constituye el talweg, hoy abandonado, de un
sumidero de cierta importancia, desarrollado en un cárst de mesa, en caJizas cretáceas, subregión central valenciana, dentro del área celtibérica,
en su transición con la Prebética.
Consecuencia de las variaciones tectónicas de la zona ha sido la modificación de la red hidrográfica subterránea, con el abandono de las formas cársticas ya evolucionadas y abismamiento de las captaciones hídricas.
La alternancia de las manifestaciones elásticas y reconstructivas, así
como el alto grado de desarrollo alcanzado, muestran una cavidad postgenéticamente muy evolucionada.
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0
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DONAT y ANDREU .-Cueva del Tortero
1 .-lomall Cotillas.
2..-Boca de acceso a la cueva.
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DONAT y ANDREU.-Cueva del Tortero
1.- EI vestíbulo.
2.-EI vestíbulo, frente al Muro de la Ventana.
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2.-Coladas en la Sala del Gourg y formaciones subsidentes.
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J. DONAT ZOPO Y JOSE ANDREU TORREGROSA
(Valencia)
La cueva del Torter.o (Tous, Valencia)
1
INTRODUCCION
La Cueva del Tortero, sita en Tous, fue incorporada al conocimiento
de los espeleólogos con ocasión de los preparativos de la «l ASAMBLEA EsPELEOLÓGICA LEVANTINA», en cuyo programa de actividades fue incluida.
Su estudio monográfico pretende aumentar los conocimientos geológicos y cársticos de ese amplio cárst de mesa constituido por la comarca
de Tous-Millares, en la denominada Subregión Central o de Escudo, de
caracterizado tipismo, aunándose a otras monografías ya publicadas y en
estudio.
Junto con los autores han colaborado estrechamente los señores Antonio Fornes Martín, Rafael Cebrián Gimeno y Rafael Ferrer Novella;
a todos ellos nuestro agradecimiento.
1I
SITUACION
Sita la caverna en término municipal de Tous, se encuentra a unos
2 kms. al NE. de esta población y a algo más de 1 km. de la cueva del
Candil y ligeramente al SE. de la misma.
Su boca de acceso es de pequeñas proporciones y se encuentra situa-27335
[page-n-274]
2
J. DONAT Y J. ANDREU
da en mitad de una barrancada de las que posteriormente ongman la
Rambla de la Señora , próxima y al Sur del denominado Barranco del
Tío Miguel de Castelló.
Su posición geográfica aproximada es de 3°, 03', 10" de longitud
este y de 39°, 10' 05" de latitud norte.
Se puede llegar a la cavidad por la pista forestal del Campillo;
ésta se inicia en la carretera de Alberique a Tous, en su lado derecho
en el kilómetro 4 y cuando la carretera citada a bandona Jos llanos del Alto
de la Escala para iniciar el descenso del puerto a Tous.
Siguiendo la pista antes citada unos 3 kms. hasta alcanzar el frente
del Cerro del Castellet, que quedará a la izquierda, se podrá optar por
penetrar en el barranco que se abre a la derecha de la pista y que se
inicia con una paridera de ganado, y seguirlo aguas abajo hasta alcanzar la cueva del Tortero, sita sobre la mitad superior de la margen izquierda del barranco, o bien, caminar sobre la loma que bordea la citada margen izquierda del barranco y en su momento descender por la
ladera hasta la cavidad.
Como signo orientativo de la posición de la cueva del Tortero se
puede señalar que, ligeramente más abajo que ésta, en la margen derecha del barranco, existe otra caverna, de boca mucho más amplia y
forma arqueada.
Puede ser interesante realizar el itinerario por los dos sitios antes
indicados, es decir, por el fondo del barranco y por encima de la loma
que lo bordea, utilizando uno de ellos en el camino de ida y otro en el
de vuelta. Con ello se obtendrá una mejor visión del terreno.
111
GEOLOGIA COMARCAL
La comarca cárstica Tous-Millares se halla dividida en dos sectores por el río Júcar, importante accidente geográfico-tectónico, y
tm su mayor parte se halla ubicada en el interior de la Hoja núm. 746
(Llombay) del Mapa Topográfico Nacional, escala 1:50.000.
Esta a su vez forma parte de la región geológica denominada Ibérica o Celtibérica, en la zona considerada como subregión central de la
misma (área valenciana), que, a grandes rasgos, podemos separar en
dos subcomarcas principales, la de Millares y la de Caroig.
La subcomarca de Millares, de la que nos estamos ocupando, está
definida por unos límites tectónicos claros y acusados, fosas de Cortes
de Pallás, Fosa de Dos Aguas, los Caballones, Canal de Navarrés y Ram-274 -
[page-n-275]
CUEVA DEL TORTEWJ
3
bla de Murell, con unas zonas marginales que, si bien dentro de un estricto límite geográfico escaparían de su dominio, su inmediata proximidad y analogía nos induce a incorporarlas a nuestro estudio. Tal es
el caso del área de Tous y aledaños.
Cársticamente Tous y Millares forman dos unidades independientes,
pero sus similitudes, sus problemas, Gon tan comunes, que su estudio
puede perfectamente correlacionarse. Ambas forman parte de un superficial pero potente cárst de mesa, afectado en el campo hidrológico por
movimientos epirogénicos modernos, al parecer y especialmente en las
zonas costeras todavía no bien dilucidados, pero que respecto al interior
podemos, en algunos puntos, concretar de la siguiente forma: elevación
del terreno, modernidad del movimiento -tobas calcáreas cortadas por
el mismo-, alteración de los cauces hidrológicos subterráneos, rápido
~.bismamiento de las aguas -formas incipientes de penetración en cavernas de tipo surgente.
El profesor Brinkmann, que fue uno de los primeros en realizar un
importante trabajo de conjunto sobre la provincia de Valencia, en 1929,
al confeccionar su Mapa Geológico de la misma, sitúo a la enorme masa
cretácea del macizo del Caroig --denominación con la que por extensión se abarcan tanto la propia del Caroig, como la de Millares, la de
Tous, y aun otras limítrofes- dentro del Emscheriense inferior-Albense superior. Posteriormente Darder Pericás la englobaba bajo la denominación genérica de Cretáceo superior. Lo cierto es que dificultades
de penetración en la zona y tal vez no ser interesante para los fines
perseguidos en sus respectivos trabajos, motivaron que no se definiese
su estratigrafía en forma un poco más precisa. Más tarde, Dupuy de
LOme, marca nítidamente esta diferenciación y viene a señalarnos como
la cobertura superior parece hoy hallarse constituida por el Senonense,
del que no quedan más que retazos aislados. En torno y debajo del an~
terior aflora el Santonense, dominando la meseta central de Millares.
Envolviendo a este último irán apareciendo el Coniacense, el Turonense
y el Cenomanense y conforme se avanza hacia el Sur, hacia la Canal de
Navarrés, se pasa al Eocretáceo con el Albense y el Aptense.
En conjunto se puede señalar que el área geográfica se encuentra
dominada por el cretáceo y que como consecuencia de la posición tabular de su estratigrafía, la erosión, conforme avanza en profundidad, va
haciendo aparecer niveles cretáceos cada vez más antiguos.
En las Hojas 1:50.000 del Mapa Geológico Nacional a la cueva del
Candil se le asigna estratigrafía turonense y a la del Tortero coniacense.
En este punto nos agradaría realizar una precisión propia. N uestro
criterio es que las Lomas Cotillas (Cueva del Candil) y la loma de la
Cueva del Tortero responden a un mismo horizonte estratigráfico y que,
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4
J. DONAT Y J. Al\'DREU
~plicando
los criterios diferenciadores de Dupuy de LOme, fijaríamos en
la transición entre ambos. Para ello nos basamos en características no
paleontológicas, es decir, exclusivamente en la litología del terreno. Señalemos entre otros indicios la típica erosión del turonense valenciano,
la formación de la «terra rossa», la ausencia de las margas amarillentas del Coniacense y la presencia, en cambio, de los bancos de calizas,
grises al exterior y blanquecinas en fractura, que marcan el tránsito
Turonense-Coniacense y que aparecen en los procesos elásticos de la
Cueva del Candil.
La estratificación es horizontal, salvo ligeras inflexiones, y no parece, por tanto, estar afectada por la proximidad de la Cúpula del Puntal
del Aire.
La pequeña loma de la cueva del Tortero está recubierta de matoxrales de monte bajo. Entre ellos se puede observar la presencia de
~mplias planchas calizas, cuarteadas, erosionadas y acarriladas, sin llegar a convertirse en un verdadero lapiaz. Notamos la ausencia de la
diaclasación norte-sur que aparece en las proximidades del Candil,
sospechando que ello es debido a la mayo1· distancia al barranco del
Castellet.
IV
ESPELEOGRAFIA METRICA Y MORFOLOGICA
Complementando la descripción gráfica ofrecida por la topografía
y fotografías de la caverna vamos a realizar, en forma esquemática,
la descripción de su interior.
Para ello, para su mejor comprensión, y partiendo de unidades o
sectores de caverna fácilmente identificables, vamos a dividirla en los
siguientes tramos:
Longitud
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
Vestíbulo
Pequeño laberinto
Recámara
Salón principal
Sala Honda
Sala del Goorg
Galería Honda
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J. DONAT Y J. AXDREU
Estos 141 metros de itinerario se convierten en 89 metros en desarrollo directo, es decir, tránsito boca-término cavidad, y en 73 metros
.como distancia o itinerario ideal, tomado en recta ideal de boca de caverna a término de la misma, y según ángulo orientada a N. 82° E.
1) V estíbulo.-La boca de la cueva, baja de techos y forma alargada, inicia este sector. Se inicia con tan escasa elevación de bóveda
que es preciso reptar en los primeros momentos. Tiene marcado carácter descendente, lo que le permite ir logrando mayor elevación de bóveda.
El piso o suelo, en su primer tramo, aparece recubierto de materiales
alóctonos. La galería ensancha sus dimensiones y al alcanzar su segunda mitad pierde la adustez de la primera y va adquiriendo belleza. Se
aprecian claros e importantes desplomes de bóveda, recubiertos de antiguo manto estalagmítico. A su término aparecen gourgs, las paredes,
especialmente el lado izquierdo, se recubre de vistosas y gruesas formaciones y en uno de los laterales se mantiene erguida una vistosa estalagmita de caudal. La bóveda en este sector aparece ya manifiestamente
horizontal. El frente se cierra con un grueso muro de formaciones y en
el que se inicia el sector 3) Recámara.
2) P.equefw labe1·into.-Se accede al mismo por un pequeño orificio
sito en el vestíbulo, aproximadamente a mitad de su recorrido, a la izquierda y entre algunas formaciones. Tiene marcado carácter descendente y forma una pequeña serie de estancias en seudo anárquica disposición. Muestra en sus paredes un avanzado proceso reconstructivo.
3) Recámara.-Se inicia en el muro que cierra el frente del vestíbulo y se alcanza tras fácil escalada entre las formaciones y un corto
reptar entre una abertura de las mismas. Está constituida por una pequeña estancia de unos 3 metros de longitud, con abundante recubrimiento parietal y columnar. Por otro estrecho y dificultoso paso da acceso
al Salón principal.
4) Salón p1·incipal.-Consta de dos tramos. El primero, horizontal,
con profusión de material elástico, en importan te y ordenado desplome,
bóveda horizontal e importante proceso reconstructivo. El segundo tramo tiene marcado carácter descendente, lo cual se efectúa entre bloques
elásticos y coladas, prodigándose además en el mismo bellísimas e interesantes formas reconstructivas. Desde este salón se pasa independientemente una de otra a las tres estancias restantes de la caverna, las
Salas Honda y del Gourg y la Galería Honda.
-278-
[page-n-279]
CUEVA DEL TORTERO
7
5) Sala Honda.-Se alcanza por el sector izquierdo del Salón principal, todavía en su fase descendente. Se puede decir que no tiene vía
formal de acceso y se llega a la misma descendiendo entre las coladas.
Posee formas reconstructivas de gran belleza y variedad, recubriendo
prácticamente techo y paredes, así como el suelo, cementado por un
grueso manto estalagmítico. Prolongación de la Sala Honda es la Galería Honda.
6) Sala de Gour·g.-Es una pequeña estancia sita al término del
Salón principal y a la que se penetra por un «pórtico» de formas reconstructivas. Cierra la estancia un grueso y vistoso muro de coladas y formas columnares. El piso, formada por una gruesa capa estalagmitica, se
ha hundido en su centro y en su interior se ha formado un embalse de
agua, origen de la denominación de la estancia.
7) Galer-'w. Honda.-Aparece al término del Salón principal, a su
izquierda y descendiendo por los huecos entre las coladas. Muestra gran
importancia reconstructiva, con formas variadas y potentes o delicadas
en extremos. Al fondo de la misma aparece la roca original de la montaña con muestras erosivas muy desarrolladas.
V
MORFOLOGIA Y RECONSTRUCCION
La estudiaremos separadamente en:
a)
b)
e)
Suelo de la caverna.
Bóveda o techos.
Paredes.
a) Suelo de la caverna.-Se halla tan enmascarado a lo largo de
toda su extensión que difícilmente puede ser sometido a examen. El volumen y variedad de los recubrimientos es notable y puede dividirse en
tres grandes grupos:
1) Sedimentos alóctonos.
2) Materiales elásticos.
3) Procesos litogénicos.
Los sedimentos alóctonos aparecen, a nuestra vista, en el primer
sector de la cavidad -vestíbulo-. Son materiales procedentes del exterior, consecuencia del arrastre de las aguas superficiales y carecen de
particular interés.
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J. DONAT Y J. ANDREU
Los procesos elásticos han sido comentados aparte y a grandes rasgos. Particularizando algo más en ellos podemos señalar que, aún en
las zonas de deposición más irregular, parece adivinarse una acción
elástica diversificada en el tiempo y actuando por separado por líneas
de estratos, aproximando en forma paulatina la caverna a la superficie del terreno.
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Fig. 2.-Cortes transversales
Existen sobre el suelo grandes masas de estratos fragmentadas, anárquicamente depositadas y cementadas fuertemente por los procesos de
estalagmitización, levantándose sobre ellos potentes formas reconstructivas. De . todo ello se deduce que los aportes hídricos que recibía la
cueva, marginalmente a su función de sumidero, eran muy elevados.
Las formas reconstructivas que se apoyan en el suelo alcanzan una
gran variedad. Entre ellas cabe destacar los mantos calizos, que unas
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[page-n-281]
CUEVA DEL TORTERO
9
veces recubriendo y cernen tan do los bloques elásticos y adaptándose a
las irregularidades de su forma y deposición y otras en límpidas y tersas
coladas logran una gran envergadura.
Las formas estalagmíticas son espectaculares por su belleza, diversidad de formas y potencia. Unas veces aparecen limpiamente definidas
y aisladas, otras en forma de conjuntos, algunas vinculadas a bóveda o
paredes; formas acusadas y perfiladas como las estalagmitas en palmera
Fig. 3.-Corte transvarsal. saliendo de la caverna
o pagoditas, más desdibujadas como las mixtas; en extrañas o desfiguradas coalescencias, etc. Con frecuencia alineaciones de las mismas nos
señalan sistemas de cliaclasación en bóveda.
Hemos podido observar también la presencia de formas reconstructivas con ejes de crecimiento aparentemente anómalos. Esto se debe a
varias causas; normalmente son alteraciones sufridas en cuanto a su
posición en el espacio y por causas mecánicas. Desplomes de bóveda con
formas reconstructivas ya iniciadas, bloques basculados, estalagmitas
rotas y cementadas de nuevo en raras posiciones, efectos de la subsidencia, etc.
También aparecen algunos gourgs, sin que esta forma sea notable
por su desarrollo o abundancia.
b) Bóveda o techos.-Del mismo penden abundantes estalactitas de
bellas y variadas formas. Aparecen en gran número nacidas al amparo
de aportes hídricos verificados a través de planos de diaclasación, entre
-281-
36
[page-n-282]
10
J . DONAT Y J . ANDREU
las cuales se pueden señalar coladas, climáticas, mixtas y finalmente
su derivación actual a macarrónicas o de caudal.
Se señalan también importantes formas de despegue, originadas por
aportes hídricos laterales y extrañas formas coalescentes, de superior
a inferior y con irregular morfología.
Las estalactitas de caudal o macarrónicas, como antes hemos señalado aparecen como solución de continuidad de otras formas y también,
en gran número, pendiendo de las planchas lisas de la bóveda y denun-
Fig. 4.-Acción de la solifluxión (dinámica) y de la bóveda (estática) en la destrucción
de procesos reconstructivos (estalagmíticos)
ciando que, tras los últimos procesos elásticos, los más modernos, el
proceso reconstructivo de la bóveda se hallaba en fase de «caudal».
Las formas columnares -bóveda, suelo--, son también muy abundantes y en algunos puntos, por coalescencia, han derivado a muros y
coladas.
e) Pat·edes.-Participan de las formas observadas en la bóveda o
techos, tanto más cuanto éstas son de difícil separación de las anteriores. Sobre las mismas se apoyan coladas, formas columnares, estalactitas, etc., todo basado en las grandes aportaciones hídricas verificadas a través de los planos de estratificación, con coalescencias morfológicas entre las formaciones iniciadas a nivel de un plano de estratificación y las originadas por los inferiores.
VI
PROCESOS CLASTICOS
Son muy abundantes y se han desarrollado practicamente a todo lo
largo de la caverna. Morfológicamente son bastante antiguos, ya que
sobre ellos se ha depositado una potente capa estalagmítica, así como
grandes y numerosas estalagmitas.
-282-
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CUEVA DEL TORTERO
11
Se puede observar que estos bloques elásticos se han depositado
bajo dos formas distintas:
a) Grandes fragmentos concordantes con la bóveda, tanto en su
lugar de deposición como en la horizontalidad de la superficie de unos
y otra. Suelen presentar un recubrimiento estalagmítico muy inferior
al del resto de bloques elásticos. El choque con el piso de la caverna ha
fracturado nuevamente estas grandes masas y los bloques resultantes
guardan también concordancia entre ellos. Parecen responder a procesos mecanoclásticos.
b) Fragmentos de formas y tamaños más variados, caóticamente
distribuidos en grandes amontonamientos. Se hallan recubiertos por gruesas capas de manto estalagmítico y sobre ellos se levantan grandes y vistosas estalagmitas. Se obtiene de los mismo la sensación de haberse
formado en diversos períodos. En los lugares en que aparecen estas masas la bóveda no muestra tan acusadamente la presencia de «planchas»
calizas como en los anteriores. Los mantos estalagmíticos los cementan
entre sí y forman un bloque muy compacto y unido.
VII
SOLIFLUCCION Y SUBSIDENCIA
Este fenómeno, tan general en las cavernas, aparece también en la
que venimos comentando. Su acción se puede comprobar en varios lugares, pero especialmente en uno de ellos, en el Salón principal, donde se
le puede apreciar con un efecto notablemente didáctico.
En efecto, el caos de bloques originado por los desprendimientos de
la bóveda, recubierto por una capa estalagmítica, bien por su propio
peso, bien porque exista debajo de ellos materia lubricante, se desliza
lateralmente y aprovechando el desnivel de la cavidad. Una gruesa estalagmita crece sobre un punto determinado de dicho manto y alcanza
una notable elevación. Como consecuencia de esta soliflucción la estalagmita ha avanzado también lateralmente y entonces ha efectuado contacto con la bóveda y en un rebaje de esta, ocasionado por la presencia
de un escalón residual de los procesos elásticos. Entonces lo que primero
era una separación, estalagmita-bóveda, posteriormente se convirtió en
contacto y actualmente en presión, pues mientras la parte superior de la
formación se encuentra detenida, la inferior o base continúa tirando en
su progresión deslizante. Entonces se ha producido en la misma base
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J. DONAT Y J. A!''IDREU
de la formación primero un agrietamiento, después una franca abertura
y el eje de la estalagmita ha perdido su verticalidad absoluta, sin que
el proceso reconstructi vo, rellenando la abertura, pueda competir con
la acción destructiva, en este caso, de la soliflucción.
También, a través de las formas reconstructivas, se puede apreciar
la existencia de fenómenos de subsidencia. Especialmente por el examen
de formas columnares y sus anomalías morfológicas, si bien muchas
de e1las se prestan a confusión por la unión de dos formas estalactíticas,
sobre una misma vertical y originadas a distintos niveles.
Un curioso fenómeno se observa en una gran columna, semidesplomada, apoyada contra una de las paredes de la caverna, soldada posteriormente a la misma y sobre la que se han formado nuevas formas estalactíticas. Todo ello crea una confusión de ejes extraordinaria.
VIII
GENES/S Y EVOLUCION DE LA CAVERNA
Analizando aisladamente a la cavidad, es decir, marginalmente a la
zona en que se halla ubicada, nos encontramos que ésta, de por sí,
constituye el talweg hipógeo, hoy abandonado, superado en profundidad,
de un antiguo sumidero y en el que los aportes hídricos procedentes
del exterior actuaron principalmente a través de los planos de estratificación.
Posteriormente a esta función recibió importantes aportes hídricos,
los cuales se manifestaron en potentes y bellas formas diseminadas por
todo el espacio apto de la caverna. Esta acción reconstructiva fue alternada con otras de hundimientos de bóveda, hasta alcanzar el enmascaramiento total de las formas primitivas, tal y conforme hoy se encuentra.
El proceso reconstructivo fue tan elevado que llegó a la obturación
total de la cavidad, lugar denominado el Ventanal, separación del Vestíbulo y la Recámara, y casi a otra del mismo tipo entre la citada Recámara y el Salón principal.
Hoy mismo, el examen morfológico y el alto grado de humedad de
que disfruta la cavidad nos hace suponer que el proceso reconstructivo
todavía no ha cesado.
En relación con el factor hidrológico creemos son válidas para esta
cavidad todas las conclusiones que en su día obtuvimos para la inmefliata vecina del Candil y que podemos resumir de la siguiente forma:
Como consecuencia de ajustes geodinámicos la provincia de Valencia
sufre movimientos oscilatorios de hundimiento y elevación. Claro es
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CUI::VA DEL TORTERO
13
que estos, cuanto mayor sea su modernidad, serán tanto más apreciables
así, por consideraciones de tipo hidrológico se ha podido determinar la
existencia de uno de ellos, geológicamente actual y cuyo resultado es la
elevación de la meseta y el hundimiento de los cauces hídricos. Hundimiento relativo, toda vez que podemos considerar que estos buscan siempre la misma línea de equilibrio y que la consideración práctica de este
hundimiento es el aumento de desnivel existente entre la superficie de
las partes elevadas y el fondo de los cauces.
El resultado ha sido una modificación total y absoluta del aparato
cárstico. En efecto, muchas de las cavidades estudiadas, de génesis alóctona, al profundizarse los cauces epígeos de alimentación, dejaron de recibir sus aguas, quedando actualmente colgadas a gran elevación sobre
los citados cauces y a resultas de su propia alimentación hídrica, obtenida a través de las filtraciones de su cobertura y de su cuenca, con el
planteo entonces, vivo y real, de si la cavidad, en su función autóctona,
se encuentra alojada o no en el lugar más indicado para proseguir su
desarrollo. La segunda parte de este problema es que gran número de
las cavernas de este típico cárst valenciano están muy próximas a la
superficie y, en consecuencia, la profundización de las formas epígeas de
conducción hídrica multiparte el área superficial de posible captación
hídrica lo suficientemente para que la misma disminuya su capacidad
como consecuencia de la topografía de los cauces.
Nos encontramos, pues, ante un fenómeno de tipo geológico que,
combinado con las variaciones climatológicas, disminución de precipitaciones, hace que probablemente la acción cárstica en busca de nuevos
cauces se realice en forma lenta y dificultosa y de ahí la falta de cavidades
a niveles modernos.
y
IX
QUIROPTEROS
En el transcurso de las diversas visitas realizadas a la Cueva del
Tortero para la consecución de estas notas, se pudo comprobar la existencia, en épocas invernales, de colonias de quirópteros.
En la efectuada el 5 de abril de 1970 se capturaron varios ejemplares
de éstos, siendo clasificados como murciélagos de herradura, es decir, de
la famila de los rinolófidos, pertenecientes a la especie de los Rhinolophus
euryCLle. Tres ejemplares remitidos al doctor Balcells, del Centro Pirenáico de Biología Experimental, confirmaron la primera determinación,
estando constituido el pequeño grupo por un macho y dos hembras.
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La captura se realizó a unos 50 metros de la boca de acceso a la caverna, en zona muy húmeda, tanto en paredes, techo y suelo, como en
el ambiente, con pequeños «gourgs» de umbral estalagmítico en sus inmediaciones. El ambiente era completamente cálido y muy aislado de las
variaciones térmicas del exterior por barreras estalagmíticas.
Los ejemplares recogidos, junto con otros, pendían de la bóveda, a
unos dos metros del suelo y formaban un grupo de ejemplares sueltos
y aletargados.
Ligeramente más al interior, también pendiendo de la bóveda, a unos
tres o cuatro metros del suelo, existía una colonia mucho más numerosa
e integrada, igualmente, por ejemplares sueltos. El número de los congregados era de unos cuarenta y su estado de semiletargo.
En la comarca de Tous-Millares se habían capturado con anterioridad ejemplares de esta especie, asociada con el Rhinolophus fet·rumequinum, en la sima del Campillo. En la vecina cueva del Candil, las capturas permitieron determinar al Rhinolophus ferrum-equinum y al Myotis
natte1·eri, y ya más al Oeste, en la Cova de les Dones, el Miniopterus schereibersi.
Tenemos la seguridad de que, conforme se prosigan las exploraciones
por el interior de esta meseta caliza, se aumentará el número de especies
refugiadas en la misma.
X
RESUMEN
La Cueva del Tortero constituye el talweg, hoy abandonado, de un
sumidero de cierta importancia, desarrollado en un cárst de mesa, en caJizas cretáceas, subregión central valenciana, dentro del área celtibérica,
en su transición con la Prebética.
Consecuencia de las variaciones tectónicas de la zona ha sido la modificación de la red hidrográfica subterránea, con el abandono de las formas cársticas ya evolucionadas y abismamiento de las captaciones hídricas.
La alternancia de las manifestaciones elásticas y reconstructivas, así
como el alto grado de desarrollo alcanzado, muestran una cavidad postgenéticamente muy evolucionada.
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CUEVA DEL TORTERO
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1 .-lomall Cotillas.
2..-Boca de acceso a la cueva.
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1.- EI vestíbulo.
2.-EI vestíbulo, frente al Muro de la Ventana.
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1.-EI ventanal.
2.-Antecámara.
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2.-Coladas en la Sala del Gourg y formaciones subsidentes.
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