Los enterramientos eneolíticos de la Cueva del Frontó, Salem (Valencia)
Miguel Ruiz Romero
S. Torres Carbonell
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ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
SANTIAGO TORRES CARBONELL
(Valencia)
Los enterramientos eneolíticos de la cueva
del ,,Frontó", Salem (Valencia)
DESCRIPCION
El pico de Benicadell preside el límite septentrional de la provincia de
Valencia y del Valle de Albaida y, con sus 1. 100 metros, es la mayor
elevación de la cordillera que lleva su nombre. Hacia el Oeste, las a lturas
se suceden en una línea continua hasta más allá de las tierras del Valle.
En sentido opuesto, hacia Levante, hasta el punto de nacimiento de la
cordillera en el «Coll de Llautó», el con junto montañoso no es uniforme,
abriéndose en tres líneas oblicuas de altura decreciente y longitud variable . La más occidental y de menor altura, salvando la carretera de Gandía
en término de Castellón de Rugat, se continúa hacia el cent ro del Valle
por t ierras de Rugat y Montichelvo, y presenta su primer tramo con una
serie de lomas aterraplenadas, por las que cruza la carretera que, desde la
de Gandía a Almansa, se dirige a Alcoy (Véase mapa) .
De esta carretera, una vez pasado el barranco de «Les Coves», arran ca una senda que es medio de comunicación del monte, y sirve, a la vez,
para atender al cuidado de la conducción de agua, desde la fuente de «La
Barsella» al pueblo de Salem.
Subiendo por este camino y casi a la mitad de la loma, hay que des-27 -
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CUEVA DEL PRONTO
3
viarse unos pasos hacia la izquierda, hasta alcanzar la entrada de la cueva,
que se encuentra junto a la conducción de agua, entre la segunda y tercera
casetas, contadas en senttdo ascendente desde la carretera. La subida es
pronunciada, aun cuando el zigzagueante camino disimule un tanto la
pendiente de esta ladera, conocida por los vecinos de l cercano pueblo de
Salem como «Lioma del FrontÓ»·
la cueva del «Frontó», pues, abre su entrada a Poniente, en una
diminuta plazoleta, de no más de cuatro metros cuadrados, formada por
el continuo apisonamiento del terreno de acceso, y por las piedras y
tierra que se fueron depositando a l cavar la zanja para la conducción
antes referida (Lám. 1).
Los primeros metros de entrada hay que pasarlos en cuclillas, por las
angostas dimensiones de la abertura. Después, la bóveda se eleva un poco
y permite estar sentado; este vestíbulo se ensancha hacia la izquierda en
una galería, que se destruyó parcialmente cuando se hizo la conducción,
taponándose después e l boquete con piedras; hacia la derecha, la roca
avanza hasta quedar cortada en ángulo recto sobre las galerías inferiores.
Se pasa, a con tinuación, por una segunda estrechez entre dos peñas,
que hay que cruzar tumbado, después de la cua l vuelve a ensancharse la
cueva para permitir el paso, entre dos pi lares estalagtíticos, a un corredor
que, en pronunciada pendiente, conduce de unas ga lerías superiores de
escaso interés a una inferior, que es la más grande, y donde aparecieron
la mayor parte de los enterramientos. Esta galería no tiene unas medidas
constantes, pues presenta en su último tercio un estrechamiento, que
prácticamente la divide en dos sectores. El primero es de unos seis metros
de largo por tres de anchura y su bóveda es prolongación de la de entrada,
que se continúa sobre la enorme roca ya descrita . Esta, a su vez, no llega
al suelo inferior, sino que
En la pared de la izquierda de este primer tramo, junto al final del
corredor de bajada, hay un boquete, a ras de suelo, de unos sesenta
centímetros de diámetro, que comunica con otra galería inferior, que
sigue una dirección casi paralela a la exterior, y que era prácticamente
desconocida.
El segundo tramo de la galería principal se inicia a partir de la estrechez mencionada. Su bóveda decrece rápidamente en altura y los últimos
metros sólo pueden alcanzarse tumbado. En el centro de ella hay una
protuberancia margosa de color blanco, que arranca del subsuelo y se eleva
unos cuarenta y cinco centímetros. A la altura de este peñasco, en la
pared de la derecha, hay una abertura que comunica con otra galería
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4
PASTOR-TORRES
de menores proporciones, y por la que se puede alcanzar la entrada principal trepando por la roca.
El piso de l tramo de entrada es en casi su totalidad rocoso, salvo en la
galería que se destruyó parcialmente. El de la principal está constituido
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Planta
Sección
Fig. 1
por unos centímetros de tierra rojiza, muy compacta y húmeda, de profundidad variable; sigue una capa margosa b lanquecina, que es la que
aflora en el segundo tramo; para acabar con un tercer estrato de tierra
rojo-pa rdusca, muy suelta y fina, y de profundidad indeterminada (fig . 1).
-30 -
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CUEVA DEL FRONTÓ
S
Cercana a l pueblo de Salem, a cuyo término municipal pertenece, y a
pocos pasos de un camino de incesante tránsito, esta cueva del «Frontó»
ha sido conocida siempre y muy visitada en todas las épocas, como lo
pone de manifiesto la variedad de los restos que se pueden encontrar en
su interior.
11
LOS HALLAZGOS
Circunstancialmente supimos que, en la cueva del «Frontó», habían
sido hallados algunos objetos de piedra pulimentada, y descubiertos abundantes restos humanos.
Puesto el hecho en conocimiento del director del Servicio de Investigación Prehistórica de la excelentísima Diputación Provincial, se nos
encomendó verificáramos esta información y sa lváramos los restos que
pudieran haber quedado; todo lo cual debía hacerse con la mayor urgencia posible, toda vez que era de presumir que, de resultar interesante el
yacimiento, las visitas clandestinas se repitiesen, presunción que tuvimos
ocasión de comprobar después.
Esto así, no puede extrañar que, en la primera visita que realizamos,
encontráramos, ya en la misma plazoleta de entrada, un occipital y numerosos huesos fragmentados, así como trozos de una vasija, hecha a torno
y buena pasta, similar a los que después encontraríamos en el interior.
El estrato de la galería principal, que era el que al parecer había proporcionado las primeras muestras interesantes, estaban totalmente revuelto, y todo porque en lo más profundo de la pared izquierda sobresa lía un
hueso, unido a la roca por las concreciones calizas, y que, imposible de
separar sin romperlo, había sido indicio de los futuros hallazgos. Con todo,
este mismo detalle pone de manifiesto la poca profundidad a que se
hallaban los cadáveres.
Entre las revueltas tierras, que forman la estrechez que separa las dos
secciones de la galería principal, apareció una azuela, que se describirá
oportunamente en el inventario (C. número l) (lám. 11, 7 y fig . 2); abundaron los huesos en desorden y deficiente estado y delante mismo de la protuberancia margosa quedaban dos cráneos completos, que debieron ser
enterrados juntos, puesto que estaban en contacto inmediato uno y otro
(A. números 1, 2). Por lo demás, el tamizado de la tierra, que se había
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6
I'ASTOR-TORRES
extraído, sólo dio pequeños fragmentos de cerámica de procedencia iberoromana, así como el objeto metál ico inventariado en F. número l .
Al lado mismo de la abertura o «gatera>>, que comunica con la galería
más profunda, había una gran piedra en forma de losa, tal vez desprendida
de la bóveda, y al levantarla encontramos una candi leja morisca (B. número 10) con abundantes fragmentos de cerámica más antigua, probablemente ibero-romana, y muy cerca de ellos, separado por escasísima capa
de tierra, un cráneo (A. número 3), casi unido a la pared por la caliza,
parte de un esque leto que debía estar orientado hacia el centro de la
Pig. 2
cueva, muy deteriorado y perdido por la humedad y el apisonamiento del
terreno (Lám. IV) .
Como el tiempo nos impedía continuar la inspección, fue suspendida
para continuarla en otro momento; pero cuando volvimos, unos días después, todo había sido nuevamente revuelto, ahora con mayor profundidad
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CUEVA DI!L fRONTÓ
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y precipitación. Sólo los extremos de la galería, allí donde los salientes
de la roca superior dificu ltaba la entrada y apenas permitía toda visión,
parecían haber sido respetados en parte, y sin embargo, el revoltijo del
terreno había llegado hasta el mismo mayor depósito de huesos, que
debieron ser enterrados en forma de dos grandes paquetes. Los cráneos
Fig. 3
serían numerosos, dados los fragmentos recogidos, pero sólo uno (A. número 4) quedaba entero, pues los demás estaban totalmente desarticulados. Entremezclados con la tierra se recogieron dos fragmentos de cerámica cardia l (B . números .1, 2); una punta de flecha (D. número 2) y una
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PASTOR-TORRES
piedra de color blanco, plana, forma rectangular con un lado curvo, y un
agujero en su tercio superior (E. número 1) (Láms. 11, 1 y 4; 111, 1 y 3).
De la última zona de la galería, después de la protuberancia margosa,
procede otro cráneo (A. número 5) y un fragmento de sílex (D. número 4)
(Lám. 11, 5).
En el corredor de bajada, en la parte inferior de un pequeño peldaño
que hay a mitad del mismo, precisamente donde, por la estrechez del
paso y e l desnivel, hay que apoyar el pie para bajar, se encon tró una
segunda hacha, la de mayor tamaño (C. número 2) que, pese a estar a ras
de sue lo, nadie, de quienes habían penetrado en la cueva, repararon
en ella (Lám. 11, 8 y fig. 3).
De la galería de entrada, entremezclados con la tierra y piedras que
sirvieron para cerrar el boquete abierto al construi r la conducción de
Fig. 4
agua, proceden una tercera hacha (C. número 3) y dos puntas de flecha (D.
números 1, 3), así como restos de un cráneo y fragmentos de cerámica
cardial, que Salvador Boronat Giner pudo recoger entre los revueltos
elementos (Lám. 11, 2, 3 y 6 y fig. 4).
Este, con uno de nosotros (Torres) recorrieron todas las galerías y
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CUEVA DEL FRONTÓ
9
recovecos de la cueva. En todos ellos, por diminutos e inaccesibles que
sean, abundan en superficie los restos humanos, bien porque allí también
se rea lizaran enterramientos, bien porque, y esto es lo más probable,
fueran transportados y depositados en tales lugares por los animales, a lo
largo de los tiempos.
Colaboraron con nosotros dos, aparte del mencionado Boronat Giner,
J uan Alberola Calabuig y José Climent Carpi que trazaron la planta de
la cueva.
111
CONSIDERACIONES FINALES Y CONCLUSIONES
El revolti jo en que se encontró la cueva, desde los primeros momentos,
dificulta su estudio: por la ausencia e imposibilidad de una excavación
sistemática, y por desconocerse el número y calidad de los objetos clandestinamente extraídos; si bien, no creemos que esto último sirviera para
aportar datos distintos a los que hemos podido salvar, ni modificar las
conclusiones a que llegaremos, a la vista de los materiales obtenidos.
El primer problema a resolver sería fijar el número de individuos
enterrados, y aquí, sólo la vista de los fragmentos craneanos recogidos es
ya suficiente testimonio de su elevado número, sin que aventurar una
cifra concreta pueda suponer ninguna pretensión de exactitud, sino más
bien, deducción lógica de lo que dice este testimonio; confirmación, por
lo demás, de las características que a este respecto se dan en las estaciones
similares conocidas (1). Como se ha hecho constar, los huesos abundan
en casi todas las galerias y rincones, pero sólo de la principal, y de la que
se destruyó parcialmente, hay pruebas evidentes de haber sido lugar de
enterramiento. En resumen, puede afirmarse la existencia de no menos
de 1O cadáveres, número que se fi ja atendiendo a los cráneos y fronta les
conservados.
Parecido problema se presenta al intentar concretar la forma en que
(1) El Dr. FUSTE. en su "Estudio Antropológico de los Pobladores Neo-eneoliúcos de
la Reg1ón Valenciana", (Serie de Trabajos Varios del S. l. P., núm. 20, Valencia, 1956), pudo
disponer de 117 cráneos, de Jos cuales 20 pertenecían a la cueva de "Cam1 Real d'Alacant",
47 a la cueva de la Pastora, 5 a la cueva de la Torre del Mal Paso, y 4 a la de Les Llometes; por citar sólo los )&cimientos cuyo estudio ha sido publicado, y a los que hemos de
rderirnos más adelame.
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10
PASTOR-TORRES
debieron practicarse los enterramientos. Nosotros nos inclinamos por la
tesis de una primera inhumación, que después fue levantada para dejar
espacio libre y poder verificar una segunda. No pretendemos sentar una
afirmación radical, siempre aventurada por sujeta a revisión, pero sí
creemos que es la más aceptable y la que tiene más probabilidades para
este caso concreto.
En los dos paquetes de huesos, casualmente respetados casi intactos,
s-e entremezclaban huesos de todas clases y claramente correspondien tes
a numerosos individuos. Por otra parte, ambos depósi tos se hicieron en
la parte más inconveniente, en la grieta que queda ent re la roca superior
y el piso de la galería principal. En cambio, en la zona más amplia, todo
indica que los huesos aparecieron dispersos, como corresponde a cadáveres
independientes; los dos primeros cráneos recuperados estaban juntos,
pero ningún indicio señalaba la existencia de un osario, y el hueso que
sobresaliendo había quedado unido a la roca no formaba parte de ningún
depósito.
Si se apunta que los cadáveres pudieron ser previamente descarnados
por la acción de los elementos externos, es difícil poder aceptar la coincidencia de tantas muertes simultáneas, en el período, relativamente corto, que esta acción pueda durar; el depósito sería, a lo sumo, de un par
de cadáveres. Si se parte de un primer enterramiento provisional, hay
que tener en cuenta que, si se hizo en la misma cueva vendría a confirmar
nuestra postura, si en otro lugar, ¿qué significado tienen los enterramientos de la zona central de la galería? Y en cualquiera de los casos,
¿para qué escoger precisamente como depósito la zona más difícil e inaccesible?
Insistimos en que esto no es más que una afirmación deducida a la
vista de la incompleta visión de un yacimiento, teoría que no puede
generalizarse en ningún caso, pero que tal vez pueda ser punto de partida
para considerar un nuevo aspecto del problema.
Paquetes de huesos aparecieron en la cueva del Cami Real de Alacan t,
en Albaida, por los que don Isidro Ballester llegó a Ja conclusión de que
más bien se trataba de un osario (2). En cambio, de los depósitos de la
cueva de la Torre del Mal Paso en Castelnovo (Castellón de la Plana) se
afirma por Jordá que eran enterramientos en segunda fase, puesto que
aparecieron un número de mandíbulas superior al de cráneos y también
(2) l . BALLESTER TORMO: "La covacha sepulcral de " Cami Real", Albaida". Archivo de Prehistoria Levantina l. Valencia, 1929, pág. 45.
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CUEVA DEL FRONTÓ
11
al de paquetes (3); si aclaramos que la mandíbula sobrante se encontró
aislada, resulta obvia la deducción de que la primera fase tuvo lugar igualmente en la misma cueva.
Ni la Coveta del Barranc del Castellet de Carrícola (4), ni la de la
ladera del Castillo de Chiva (5), ni la de Ribera en Cullera (6), todas
pert-enecientes a la misma etapa cultural, pueden aportar resultados
definitivos, por haber sido destruidas antes de inspeccionarlas cuanto
menos.
En la Cova de les llometes de Alcoy, el nivel más profundo contenía
los esqueletos acurrucados, descansando generalmente sobre el lado izquierdo (7), y en la de Pastora, aparedan los restos agrupados con uno
o varios cráneos en cada paquete y frecuentemente un ídolo oculado
en él (8).
La tendencia más generalizada es aceptar que se trata de segundas
inhumaciones; pero, lamentando la falta de estaciones encontradas intactas y excavadas con toda garantía, hemos de llegar a la conclusión de que
e l problema está aún por resolver, y que quizá sea lo más seguro que,
obedeciendo todos los enterramientos a unos principios generales simi'lares, como podrían ser: la situación en cuevas, las ofrendas votivas, la
preocupación y respeto por los cráneos, haya que admitir variantes, derivadas unas de circunstancias locales, impuestas las otras por costumbres
o necesidades de las personas o del momento, todas ellas hoy aún inéditas
y de no fácil determinación.
Cerámica se obtuvo de dos tipos: lisa de características corrientes, y
decorada; de ambas, escasos fragmentos. Cinco solamente tienen ornamentación cardial, de los cuales, los dos primeros del inventario se hallaron
en la galería principal, y los otros tres en la de entrada, parcialmente
destruida. Uno de estos últimos (número 3) presenta adornos de líneas
paralelas de puntos hechos con el borde de la concha y rematadas con la
impresión del natis; pero presenta la particularidad de que las lineas son
(3) F. JORDA CERDA: "Los enterranúentos de la cueva del Mal Paso. Castelnovo
(C1stellón de la Plana)"'. Archivo de Prehistoria Levantina VII. Valencia, 1958, pág. 62.
(4) E. PLA BALLESTER: "La "Coveta del Barranc del Castellet", Car rfcola-Valenci3''. Archivo de Prehistoria Levantina V. Valencia, 1954, pág. 35.
(5) D. FLETCHER VALLS: "La Covacha sepulcral de la ladera del Castillo (Chiva)".
Archivo de Prehistoria Levantina VI. Valencia, 1957, pág. 13.
(6) E. PLA BALLESTER: "La Covacha de Ribera (Cullera-Valencia)". Archivo de
Prehistoria Levanúna Vll. Valencia, 1958, pág. 23.
7) BALLESTER TORMO: Ob. cit. nota 2, pág. 53.
(8) l. BALLESTER TORMO: "Idolos oculados valencianos". Archivo de Prehistoria
Levantina JI. Valencia, 1945, pág. 126.
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12
PASTOR-TORRES
ascedentes, y el remate queda en la parte superior, cuando lo normal parece
que debiera ser el sentido opuesto (9).
Los elementos líticos se concretan en dos hachas y una azuela, y en
tres puntas de fle:::ha en cuanto a sílex.
En la explicación de los hallazgos se señala la procedencia de cada
pieza, y en el inventario sus características. El hacha de mayor tamaño
y la azuela son de sección plana y junto con la punta de flecha romboidal
proceden de la galería interior; mientras que la segunda hacha es de
sección oval y se encontró, con las puntas de flecha restantes, en la galería de entrada. Tenemos noticia de haberse encontrado otras dos puntas
de flecha en el interior, pero desconocemos su forma e ignoramos su
paradero.
¿Qué conclusiones pueden deducirse a la vista de estos escasos materiales? Las hachas de sección plana y las puntas de flecha son encuadrabies plenamente en el período eneolítico, en cuyos yacimientos, varios
de los cuales dejamos citados, se dan con relativa abundancia.
De la cerámica cardial, tipo básico del neolítico, sólo cabe pensar, en
principio, en t.~ na supervivencia proyectada desde la etapa anterior; que
no puede resultar extraña, cuando tan cerca se encuentra una estación
tan importante neolítica como la Coveta de I'Or en el mismo Benicadell
y término municipal limítrofe de Beniarrés; ni supone tampoco un caso
aislado, puesto que fragmentos similares han aparecido en otros yaci mientos, culturalmente relacionados con el que nos ocupa, como son
los ya mencionados del Barranc del Castellet y Torre del Mal Paso, así
como el de la Cova de les Maravelles ( 10), Caseta de Mol ina ( 11 ), etc.
De un nivel cultural más antiguo; de la ocupación de la cueva por
gentes del neolítico pleno, no tenemos hoy elementos de juicio suficientes
para una afirmación radical; los materiales atribuibles a este período
son escasos y aparecieron muy dispersos. Habría que excavar sistemáticamente todo el estra to para, a la vista de los resultados, sentar conclusiones distintas. No renunciamos a la idea, y esperamos que el Servicio de
Prehistoria, con las autorizaciones y medios adecuados, lo realice.
En 1958, con ocasión del estudio de la Covacha de Ribera, Pla Ballester
enumeraba los caracteres de los yacimientos eneolíticos en cuevas sepu lcrales, estableciendo las diferencias que los separan, tanto del anterior
(9) Presenta este m1smo adorno un vaso que, procedente de la Coveta de I'Or, se conserva en el Museo Municipal de A!coy. Publicado por H. SCHUBART y V. PASCUAL en
su "Datación por el Carbono 14 de los estratos con cerámica cardial de la Coveta de l'Or".
Archivo de Prehistoria Levantina XI. Valencia, 1966, pág. 45. Lám. l.
(10) BALLESTER TORMO : Ob. cit. nota 2 (Cova de Le.s Maravelles).
( 11) BALLESTER TORMO: Ob. cit. nota 2 (Covacha de la Casa de Molina).
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13
CUEVA DEL FRONTÓ
neolítico, como del siguiente período del bronce (12); esta publicación
nos libera de repetir ahora tales conclusiones generales y nos permite,
a la vista de su contenido y del estudio comparativo de los materiales,
encuadrar la Cueva del «Frontó» como perteneciente al grupo de las
cuevas funerarias del período eneolítico, del que tantos yacimientos se
conocen en nuestro país.
En cuanto a cronología puede señalarse la de 2.000 a 1.800 años
a. C., datación que se fija para este período cul tural.
INV E N T ARI O
A.- HUESOS
1. -
CRANEOS:
Descripción
NIÍIII.
Fromal
Temporal
Occipital
Parietal
TIPO SEGUN
INDICES CRANEALES
Maxilar
1
Sexo
11
1
1
2
Incompleto
2
-
Dolicocéfalo
Subbraquicéfalo
V
2
1
2
1
2
1
Dolicocéfalo
Subdolicocéfalo
V
3
1
2
1
2
-
Dolicocéfalo
Subbraquicéfalo
H ?
4
1
-
I ncompleto
2
-
Dolicocéfalo
Mesaticéfalo
H
5
1
-
1
2
-
DolicocHalo
Mesaticéfalo
H
6
1
-
1
2
-
-
-
-
Di6metros
Núm.
Occipito·
frontal
Suboccipito-
Suboccipito-
/roma/
Bregmático
1
19
cm.
17
cm.
15
18'7 cm.
18
cm.
15
cm.
3
18'7 cm.
16
cm.
15
cm.
4
17'3 cm.
15
cm.
14'8 cm.
5
17'3 cm.
15
cm.
14
cm.
-
6
(12)
-
-
]lllerptcri,on
Imerasterion
IN DICES
CRA NEALES
I
I1
11
cm.
11
cm.
73'6
82'3
cm.
11
cm.
13
cm.
69'5
72'2
9'5 cm.
11
cm.
10
cm.
69'5
81'2
-
12
cm.
10
cm.
69'3
80
-
11
cm.
8
cm.
69'3
80
-
-
cm.
2
ImerO
llricu/ar
10
-
PLA BALL EST ER : Qb. cit. nota 6.
-39-
-
-
[page-n-40]
l4
PASTOR-TORRES
El lndice Craneal 1 se ho calculado tomando como diámetro entero-posterior el
occípito-frontol; y el 11, tomando el sub-occípito-frontol. Poro el margen de error
debe tenerse en cuento lo incompleto de algunos piezas.
El cráneo núm. 3 conservo, aunque muy deteriorados, los huesos de lo base.
El núm. 4 presento un orificio en el frontal, sobre el orco supercilior izquierdo.
El núm. 5 presento un surco en lo fisura de los parietales.
El núm. 6 ho sido reconstruido con los piezas hollados sueltos.
El estudio anterior ha sido hecho por el catedrático de Anatomía de lo Facultad de
Medicino de Valencia doctor don Víctor Smith Agredo, o quien domos los gracias por lo
valioso y desinteresado ayudo que nos ha proporcionado.
2. - OTROS HUESOS:
Dos frontales y dos medios frontales; estos úl timos corresponden uno o lo porte
derecho y el otro o lo izquierdo; apreciándose claramente que no pertenecen o
lo mismo persono.
Maxilar inferior completo salvo lo romo ascendente izquierdo; de varón; ol qu e
faltan por extracción, habiendo cicatrizado, los 1.0 y 2. 0 molares derechos.
Otro maxilar inferior a l que fal to lo romo ascendente derecho. De mujer joven
mayor de 18 años, puesto que a l morir presentaba lo dentición completo, incluso
los muelos del juicio.
Maxilar inferior al que faltan los dos romos ascendentes; de varón joven, pero
con lo dentición completo.
Dos fragmentos de romo horizontal derecho de maxilar inferior, con algunos piezas
dentales.
Diferentes fragmentos de huesos craneanos, pendientes de estudio y dosificación.
Nuestro gratitud igualmente o don Francisco Chopo Montolvó, médico-odontólogo,
por los sugerencias y orientaciones que le debemos.
B. -
CERAMICA
1.- Fragmento de vaso con decoración cordial, perteneciente al arranque de uno
de sus osos; decorado con franjas de líneas incisos con el borde de lo concho
y con impresiones del notis. Medidos 8 por 5'6 centímetros (Lóm. 11 1, 1).
2 . - Fragmentos de 3'7 por 2'9 centímetros del borde de un vaso de paredes
rectos; con decoración cordial de cinco líneas horizontales paralelos en su
porte próximo ol borde y otros líneas verticales e inclinados por debajo de
lo cenefa anterior (Lóm. 111, 3).
3. - Fragmento de borde de un vaso de paredes rectos, con decoración cordial,
que ocupo todo lo superficie de un posible rectángulo y del que salen líneas
de adorno de doble incisión, rematados por lo impresión del notis. Este
fragmento, con unos medidos de 6 por 4'5 centímetros contiene cinco de
estos líneas y porte de uno sexto. A lo derecho del rectángu lo quedo un
espacio liso, percibiéndose el comienzo de otro semejante. Color negro con
el borde rojizo (Lóm. 11 1, 5).
4.- Fragmento de vasija de color beig-omorillento, con decoración cordial consistente en dos líneas paralelos, de los que salen o derecho e izq uierdo otros
cortos ascendentes primero y descendentes después, formando ángu los casi
rectos. El fragmento mide 4'3 por 4'4 centímetros (Lóm. 111 , 2).
5.- Otro fragmento que parece debió formar porte de lo mismo vasija que el
inventariado con el número 3; pues lo decoración cordial ocupo todo lo
superficie o excepción de un espacio liso que quedo entre los dos núcleos
decorados, los cuales formarían porte de otros tontos rectángulos, como los
olli descritos. Son sus medidos 5'5 por 4' 1 centímetros (Lóm. 111, 4) .
6. -Fragmento cerámico indeterminado, de color blanco, casi crudo, por lo que
se deshace con gran facilidad; tiene formo de un trozo de tejo con el borde
ligeramente exvosodo, por lo que parece haber formado porte del cuello de
uno vasija.
7. - Fragmento de cerámico liso, porte del borde de uno vasija de paredes ligeromente exvosodos, color negruzco por su deficiente cocción.
8. - Fragmento de cerámico grueso, de color gris, porte indeterminado de uno
vasija hecho o mono, pero bien pulido, con gránulos en lo moso.
9 . - Fragmentos del arranque del cuello de uno vasija hecho o torno, de color
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CUEVA DEL FRO:-ITÓ
15
rojizo en el exterior y gris en lo porte interior; con decoración de lineas
incisos formando círculos concéntricos en formo de cenefa alrededor del
cuello (lóm. IV, 3).
1O. - Candilejo de po. to rojo-amarillento, bosta, con decoración de líneos en
s
formo de ángulos de color vinoso (lóm. IV, 2).
1 l . - Fragmento del cuello de vo.sijo hecho o torno y bueno pasto; color gris en
el interior y omorillo-rosodo en el exterior; borde saliente y círculos hechos
o presión (lóm. IV, 1).
C.- HAC HAS Y AZ UELAS
.1 . 2. 3. -
Azuelo pulimentado de secc1on plano y un sólo bisel, de color gris blancuzco; con 9'3 centímetros de torgo y 5'8 de ancho en lo porte biselado,
teniendo el lodo opuesto curvo (Lám. 11 , 7).
Hacho pulimentado de lo mismo clase de piedra que lo anterior; de sección
plano con bisel en ambos lodos, y medidos de 11'9 centlmetros de largo
por 6'2 de anchura mayor y 2'7 en lo menor (lóm. 11, 8 y fig . 3).
Hacho pulimentado de color verdoso y sección oval; de 6'8 centímetros de
largo por 3' 1 de ancho en el borde biselado, ocobondo en formo cónico
por el lodo opuesto (lám. 11, 6 y fig. 4 ).
O. -SILEX
l. -
Punto de flecho de sílex color ocoromclodo sucio; con aletos y pedúnculo.
Tollo totol en uno de sus coros y sólo retocado en los bordes de lo opuesto
(lóm. 11, 3).
2. - Punto de flecho de sílex color blonco; formo romboidal alargado y tollo
bifociol (lám. 11, 4).
3 . - Punto de flecho de color blanco-melado; de perfil biconvexo; cuerpo trian gular isoscélico, opoyodo sobre un equilátero que formo lo base; con lo
particularidad que el lodo de éste, sobre el que se apoyo el triángulo superior, es de mayor longitud, sobresolie;,do por ambos lodos, dando lugar o
muñones; tollo bifociol; roto en lo punto (lóm. 11, 2).
4. - Fragmento de lómino de sílex blanco, de tres facetos por uno de sus coros,
con ligeros retoques en uno de los bordes (Lóm. 11, 5) .
E. -
PIEDRA AGUJEREADA
1. -
F. -
Piedra de formo rectangular, con uno de sus lodos menores casi curvo; color
blonco, y un agujero en su tercio superior, oblicuo o lo superficie; sin retoques de ninguno clase (lóm. 11, 1).
METAL
1. -
Pieza de hierro en formo de triángulo Isósceles curvado, de sección plano;
prolongándose el lodo que formo lo hipotenusa sobre uno de los catetos y
cerrándose en formo de anillo.
-418
[page-n-42]
[page-n-43]
PASTOR-TORRES. -Cova Frontó
LAI\1. l .
l
Emplazam1emo d e la cueva y boca de e ntrada d e la misma
(Foto Berna)
[page-n-44]
PASTOR- 'I'ORRES.-Cova Fron t ó
LAM. U .
.5
Materiaks líticos: l a S t. n. -
6 a S algo reducidos
(Foto Grollo)
[page-n-45]
PASTOR-TORRES.-Cova Frontó
LAM. 111.
Fragmentos de cerámica cardial (L n.)
(Foto Grollo)
[page-n-46]
PAS'l'OR- T ORRES.-Cova Frontó
LAM. IV.
Fragmentos cerámicos de diversas época:; (t. n.)
(Foto Grollo)
[page-n-47]
ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
SANTIAGO TORRES CARBONELL
(Valencia)
Los enterramientos eneolíticos de la cueva
del ,,Frontó", Salem (Valencia)
DESCRIPCION
El pico de Benicadell preside el límite septentrional de la provincia de
Valencia y del Valle de Albaida y, con sus 1. 100 metros, es la mayor
elevación de la cordillera que lleva su nombre. Hacia el Oeste, las a lturas
se suceden en una línea continua hasta más allá de las tierras del Valle.
En sentido opuesto, hacia Levante, hasta el punto de nacimiento de la
cordillera en el «Coll de Llautó», el con junto montañoso no es uniforme,
abriéndose en tres líneas oblicuas de altura decreciente y longitud variable . La más occidental y de menor altura, salvando la carretera de Gandía
en término de Castellón de Rugat, se continúa hacia el cent ro del Valle
por t ierras de Rugat y Montichelvo, y presenta su primer tramo con una
serie de lomas aterraplenadas, por las que cruza la carretera que, desde la
de Gandía a Almansa, se dirige a Alcoy (Véase mapa) .
De esta carretera, una vez pasado el barranco de «Les Coves», arran ca una senda que es medio de comunicación del monte, y sirve, a la vez,
para atender al cuidado de la conducción de agua, desde la fuente de «La
Barsella» al pueblo de Salem.
Subiendo por este camino y casi a la mitad de la loma, hay que des-27 -
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CUEVA DEL PRONTO
3
viarse unos pasos hacia la izquierda, hasta alcanzar la entrada de la cueva,
que se encuentra junto a la conducción de agua, entre la segunda y tercera
casetas, contadas en senttdo ascendente desde la carretera. La subida es
pronunciada, aun cuando el zigzagueante camino disimule un tanto la
pendiente de esta ladera, conocida por los vecinos de l cercano pueblo de
Salem como «Lioma del FrontÓ»·
la cueva del «Frontó», pues, abre su entrada a Poniente, en una
diminuta plazoleta, de no más de cuatro metros cuadrados, formada por
el continuo apisonamiento del terreno de acceso, y por las piedras y
tierra que se fueron depositando a l cavar la zanja para la conducción
antes referida (Lám. 1).
Los primeros metros de entrada hay que pasarlos en cuclillas, por las
angostas dimensiones de la abertura. Después, la bóveda se eleva un poco
y permite estar sentado; este vestíbulo se ensancha hacia la izquierda en
una galería, que se destruyó parcialmente cuando se hizo la conducción,
taponándose después e l boquete con piedras; hacia la derecha, la roca
avanza hasta quedar cortada en ángulo recto sobre las galerías inferiores.
Se pasa, a con tinuación, por una segunda estrechez entre dos peñas,
que hay que cruzar tumbado, después de la cua l vuelve a ensancharse la
cueva para permitir el paso, entre dos pi lares estalagtíticos, a un corredor
que, en pronunciada pendiente, conduce de unas ga lerías superiores de
escaso interés a una inferior, que es la más grande, y donde aparecieron
la mayor parte de los enterramientos. Esta galería no tiene unas medidas
constantes, pues presenta en su último tercio un estrechamiento, que
prácticamente la divide en dos sectores. El primero es de unos seis metros
de largo por tres de anchura y su bóveda es prolongación de la de entrada,
que se continúa sobre la enorme roca ya descrita . Esta, a su vez, no llega
al suelo inferior, sino que
corredor de bajada, hay un boquete, a ras de suelo, de unos sesenta
centímetros de diámetro, que comunica con otra galería inferior, que
sigue una dirección casi paralela a la exterior, y que era prácticamente
desconocida.
El segundo tramo de la galería principal se inicia a partir de la estrechez mencionada. Su bóveda decrece rápidamente en altura y los últimos
metros sólo pueden alcanzarse tumbado. En el centro de ella hay una
protuberancia margosa de color blanco, que arranca del subsuelo y se eleva
unos cuarenta y cinco centímetros. A la altura de este peñasco, en la
pared de la derecha, hay una abertura que comunica con otra galería
-
29 -
[page-n-30]
4
PASTOR-TORRES
de menores proporciones, y por la que se puede alcanzar la entrada principal trepando por la roca.
El piso de l tramo de entrada es en casi su totalidad rocoso, salvo en la
galería que se destruyó parcialmente. El de la principal está constituido
CO VA del FRONTd
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Planta
Sección
Fig. 1
por unos centímetros de tierra rojiza, muy compacta y húmeda, de profundidad variable; sigue una capa margosa b lanquecina, que es la que
aflora en el segundo tramo; para acabar con un tercer estrato de tierra
rojo-pa rdusca, muy suelta y fina, y de profundidad indeterminada (fig . 1).
-30 -
[page-n-31]
CUEVA DEL FRONTÓ
S
Cercana a l pueblo de Salem, a cuyo término municipal pertenece, y a
pocos pasos de un camino de incesante tránsito, esta cueva del «Frontó»
ha sido conocida siempre y muy visitada en todas las épocas, como lo
pone de manifiesto la variedad de los restos que se pueden encontrar en
su interior.
11
LOS HALLAZGOS
Circunstancialmente supimos que, en la cueva del «Frontó», habían
sido hallados algunos objetos de piedra pulimentada, y descubiertos abundantes restos humanos.
Puesto el hecho en conocimiento del director del Servicio de Investigación Prehistórica de la excelentísima Diputación Provincial, se nos
encomendó verificáramos esta información y sa lváramos los restos que
pudieran haber quedado; todo lo cual debía hacerse con la mayor urgencia posible, toda vez que era de presumir que, de resultar interesante el
yacimiento, las visitas clandestinas se repitiesen, presunción que tuvimos
ocasión de comprobar después.
Esto así, no puede extrañar que, en la primera visita que realizamos,
encontráramos, ya en la misma plazoleta de entrada, un occipital y numerosos huesos fragmentados, así como trozos de una vasija, hecha a torno
y buena pasta, similar a los que después encontraríamos en el interior.
El estrato de la galería principal, que era el que al parecer había proporcionado las primeras muestras interesantes, estaban totalmente revuelto, y todo porque en lo más profundo de la pared izquierda sobresa lía un
hueso, unido a la roca por las concreciones calizas, y que, imposible de
separar sin romperlo, había sido indicio de los futuros hallazgos. Con todo,
este mismo detalle pone de manifiesto la poca profundidad a que se
hallaban los cadáveres.
Entre las revueltas tierras, que forman la estrechez que separa las dos
secciones de la galería principal, apareció una azuela, que se describirá
oportunamente en el inventario (C. número l) (lám. 11, 7 y fig . 2); abundaron los huesos en desorden y deficiente estado y delante mismo de la protuberancia margosa quedaban dos cráneos completos, que debieron ser
enterrados juntos, puesto que estaban en contacto inmediato uno y otro
(A. números 1, 2). Por lo demás, el tamizado de la tierra, que se había
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6
I'ASTOR-TORRES
extraído, sólo dio pequeños fragmentos de cerámica de procedencia iberoromana, así como el objeto metál ico inventariado en F. número l .
Al lado mismo de la abertura o «gatera>>, que comunica con la galería
más profunda, había una gran piedra en forma de losa, tal vez desprendida
de la bóveda, y al levantarla encontramos una candi leja morisca (B. número 10) con abundantes fragmentos de cerámica más antigua, probablemente ibero-romana, y muy cerca de ellos, separado por escasísima capa
de tierra, un cráneo (A. número 3), casi unido a la pared por la caliza,
parte de un esque leto que debía estar orientado hacia el centro de la
Pig. 2
cueva, muy deteriorado y perdido por la humedad y el apisonamiento del
terreno (Lám. IV) .
Como el tiempo nos impedía continuar la inspección, fue suspendida
para continuarla en otro momento; pero cuando volvimos, unos días después, todo había sido nuevamente revuelto, ahora con mayor profundidad
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CUEVA DI!L fRONTÓ
7
y precipitación. Sólo los extremos de la galería, allí donde los salientes
de la roca superior dificu ltaba la entrada y apenas permitía toda visión,
parecían haber sido respetados en parte, y sin embargo, el revoltijo del
terreno había llegado hasta el mismo mayor depósito de huesos, que
debieron ser enterrados en forma de dos grandes paquetes. Los cráneos
Fig. 3
serían numerosos, dados los fragmentos recogidos, pero sólo uno (A. número 4) quedaba entero, pues los demás estaban totalmente desarticulados. Entremezclados con la tierra se recogieron dos fragmentos de cerámica cardia l (B . números .1, 2); una punta de flecha (D. número 2) y una
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PASTOR-TORRES
piedra de color blanco, plana, forma rectangular con un lado curvo, y un
agujero en su tercio superior (E. número 1) (Láms. 11, 1 y 4; 111, 1 y 3).
De la última zona de la galería, después de la protuberancia margosa,
procede otro cráneo (A. número 5) y un fragmento de sílex (D. número 4)
(Lám. 11, 5).
En el corredor de bajada, en la parte inferior de un pequeño peldaño
que hay a mitad del mismo, precisamente donde, por la estrechez del
paso y e l desnivel, hay que apoyar el pie para bajar, se encon tró una
segunda hacha, la de mayor tamaño (C. número 2) que, pese a estar a ras
de sue lo, nadie, de quienes habían penetrado en la cueva, repararon
en ella (Lám. 11, 8 y fig. 3).
De la galería de entrada, entremezclados con la tierra y piedras que
sirvieron para cerrar el boquete abierto al construi r la conducción de
Fig. 4
agua, proceden una tercera hacha (C. número 3) y dos puntas de flecha (D.
números 1, 3), así como restos de un cráneo y fragmentos de cerámica
cardial, que Salvador Boronat Giner pudo recoger entre los revueltos
elementos (Lám. 11, 2, 3 y 6 y fig. 4).
Este, con uno de nosotros (Torres) recorrieron todas las galerías y
-34-
[page-n-35]
CUEVA DEL FRONTÓ
9
recovecos de la cueva. En todos ellos, por diminutos e inaccesibles que
sean, abundan en superficie los restos humanos, bien porque allí también
se rea lizaran enterramientos, bien porque, y esto es lo más probable,
fueran transportados y depositados en tales lugares por los animales, a lo
largo de los tiempos.
Colaboraron con nosotros dos, aparte del mencionado Boronat Giner,
J uan Alberola Calabuig y José Climent Carpi que trazaron la planta de
la cueva.
111
CONSIDERACIONES FINALES Y CONCLUSIONES
El revolti jo en que se encontró la cueva, desde los primeros momentos,
dificulta su estudio: por la ausencia e imposibilidad de una excavación
sistemática, y por desconocerse el número y calidad de los objetos clandestinamente extraídos; si bien, no creemos que esto último sirviera para
aportar datos distintos a los que hemos podido salvar, ni modificar las
conclusiones a que llegaremos, a la vista de los materiales obtenidos.
El primer problema a resolver sería fijar el número de individuos
enterrados, y aquí, sólo la vista de los fragmentos craneanos recogidos es
ya suficiente testimonio de su elevado número, sin que aventurar una
cifra concreta pueda suponer ninguna pretensión de exactitud, sino más
bien, deducción lógica de lo que dice este testimonio; confirmación, por
lo demás, de las características que a este respecto se dan en las estaciones
similares conocidas (1). Como se ha hecho constar, los huesos abundan
en casi todas las galerias y rincones, pero sólo de la principal, y de la que
se destruyó parcialmente, hay pruebas evidentes de haber sido lugar de
enterramiento. En resumen, puede afirmarse la existencia de no menos
de 1O cadáveres, número que se fi ja atendiendo a los cráneos y fronta les
conservados.
Parecido problema se presenta al intentar concretar la forma en que
(1) El Dr. FUSTE. en su "Estudio Antropológico de los Pobladores Neo-eneoliúcos de
la Reg1ón Valenciana", (Serie de Trabajos Varios del S. l. P., núm. 20, Valencia, 1956), pudo
disponer de 117 cráneos, de Jos cuales 20 pertenecían a la cueva de "Cam1 Real d'Alacant",
47 a la cueva de la Pastora, 5 a la cueva de la Torre del Mal Paso, y 4 a la de Les Llometes; por citar sólo los )&cimientos cuyo estudio ha sido publicado, y a los que hemos de
rderirnos más adelame.
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10
PASTOR-TORRES
debieron practicarse los enterramientos. Nosotros nos inclinamos por la
tesis de una primera inhumación, que después fue levantada para dejar
espacio libre y poder verificar una segunda. No pretendemos sentar una
afirmación radical, siempre aventurada por sujeta a revisión, pero sí
creemos que es la más aceptable y la que tiene más probabilidades para
este caso concreto.
En los dos paquetes de huesos, casualmente respetados casi intactos,
s-e entremezclaban huesos de todas clases y claramente correspondien tes
a numerosos individuos. Por otra parte, ambos depósi tos se hicieron en
la parte más inconveniente, en la grieta que queda ent re la roca superior
y el piso de la galería principal. En cambio, en la zona más amplia, todo
indica que los huesos aparecieron dispersos, como corresponde a cadáveres
independientes; los dos primeros cráneos recuperados estaban juntos,
pero ningún indicio señalaba la existencia de un osario, y el hueso que
sobresaliendo había quedado unido a la roca no formaba parte de ningún
depósito.
Si se apunta que los cadáveres pudieron ser previamente descarnados
por la acción de los elementos externos, es difícil poder aceptar la coincidencia de tantas muertes simultáneas, en el período, relativamente corto, que esta acción pueda durar; el depósito sería, a lo sumo, de un par
de cadáveres. Si se parte de un primer enterramiento provisional, hay
que tener en cuenta que, si se hizo en la misma cueva vendría a confirmar
nuestra postura, si en otro lugar, ¿qué significado tienen los enterramientos de la zona central de la galería? Y en cualquiera de los casos,
¿para qué escoger precisamente como depósito la zona más difícil e inaccesible?
Insistimos en que esto no es más que una afirmación deducida a la
vista de la incompleta visión de un yacimiento, teoría que no puede
generalizarse en ningún caso, pero que tal vez pueda ser punto de partida
para considerar un nuevo aspecto del problema.
Paquetes de huesos aparecieron en la cueva del Cami Real de Alacan t,
en Albaida, por los que don Isidro Ballester llegó a Ja conclusión de que
más bien se trataba de un osario (2). En cambio, de los depósitos de la
cueva de la Torre del Mal Paso en Castelnovo (Castellón de la Plana) se
afirma por Jordá que eran enterramientos en segunda fase, puesto que
aparecieron un número de mandíbulas superior al de cráneos y también
(2) l . BALLESTER TORMO: "La covacha sepulcral de " Cami Real", Albaida". Archivo de Prehistoria Levantina l. Valencia, 1929, pág. 45.
-
36 -
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CUEVA DEL FRONTÓ
11
al de paquetes (3); si aclaramos que la mandíbula sobrante se encontró
aislada, resulta obvia la deducción de que la primera fase tuvo lugar igualmente en la misma cueva.
Ni la Coveta del Barranc del Castellet de Carrícola (4), ni la de la
ladera del Castillo de Chiva (5), ni la de Ribera en Cullera (6), todas
pert-enecientes a la misma etapa cultural, pueden aportar resultados
definitivos, por haber sido destruidas antes de inspeccionarlas cuanto
menos.
En la Cova de les llometes de Alcoy, el nivel más profundo contenía
los esqueletos acurrucados, descansando generalmente sobre el lado izquierdo (7), y en la de Pastora, aparedan los restos agrupados con uno
o varios cráneos en cada paquete y frecuentemente un ídolo oculado
en él (8).
La tendencia más generalizada es aceptar que se trata de segundas
inhumaciones; pero, lamentando la falta de estaciones encontradas intactas y excavadas con toda garantía, hemos de llegar a la conclusión de que
e l problema está aún por resolver, y que quizá sea lo más seguro que,
obedeciendo todos los enterramientos a unos principios generales simi'lares, como podrían ser: la situación en cuevas, las ofrendas votivas, la
preocupación y respeto por los cráneos, haya que admitir variantes, derivadas unas de circunstancias locales, impuestas las otras por costumbres
o necesidades de las personas o del momento, todas ellas hoy aún inéditas
y de no fácil determinación.
Cerámica se obtuvo de dos tipos: lisa de características corrientes, y
decorada; de ambas, escasos fragmentos. Cinco solamente tienen ornamentación cardial, de los cuales, los dos primeros del inventario se hallaron
en la galería principal, y los otros tres en la de entrada, parcialmente
destruida. Uno de estos últimos (número 3) presenta adornos de líneas
paralelas de puntos hechos con el borde de la concha y rematadas con la
impresión del natis; pero presenta la particularidad de que las lineas son
(3) F. JORDA CERDA: "Los enterranúentos de la cueva del Mal Paso. Castelnovo
(C1stellón de la Plana)"'. Archivo de Prehistoria Levantina VII. Valencia, 1958, pág. 62.
(4) E. PLA BALLESTER: "La "Coveta del Barranc del Castellet", Car rfcola-Valenci3''. Archivo de Prehistoria Levantina V. Valencia, 1954, pág. 35.
(5) D. FLETCHER VALLS: "La Covacha sepulcral de la ladera del Castillo (Chiva)".
Archivo de Prehistoria Levantina VI. Valencia, 1957, pág. 13.
(6) E. PLA BALLESTER: "La Covacha de Ribera (Cullera-Valencia)". Archivo de
Prehistoria Levanúna Vll. Valencia, 1958, pág. 23.
7) BALLESTER TORMO: Ob. cit. nota 2, pág. 53.
(8) l. BALLESTER TORMO: "Idolos oculados valencianos". Archivo de Prehistoria
Levantina JI. Valencia, 1945, pág. 126.
- 37 -
[page-n-38]
12
PASTOR-TORRES
ascedentes, y el remate queda en la parte superior, cuando lo normal parece
que debiera ser el sentido opuesto (9).
Los elementos líticos se concretan en dos hachas y una azuela, y en
tres puntas de fle:::ha en cuanto a sílex.
En la explicación de los hallazgos se señala la procedencia de cada
pieza, y en el inventario sus características. El hacha de mayor tamaño
y la azuela son de sección plana y junto con la punta de flecha romboidal
proceden de la galería interior; mientras que la segunda hacha es de
sección oval y se encontró, con las puntas de flecha restantes, en la galería de entrada. Tenemos noticia de haberse encontrado otras dos puntas
de flecha en el interior, pero desconocemos su forma e ignoramos su
paradero.
¿Qué conclusiones pueden deducirse a la vista de estos escasos materiales? Las hachas de sección plana y las puntas de flecha son encuadrabies plenamente en el período eneolítico, en cuyos yacimientos, varios
de los cuales dejamos citados, se dan con relativa abundancia.
De la cerámica cardial, tipo básico del neolítico, sólo cabe pensar, en
principio, en t.~ na supervivencia proyectada desde la etapa anterior; que
no puede resultar extraña, cuando tan cerca se encuentra una estación
tan importante neolítica como la Coveta de I'Or en el mismo Benicadell
y término municipal limítrofe de Beniarrés; ni supone tampoco un caso
aislado, puesto que fragmentos similares han aparecido en otros yaci mientos, culturalmente relacionados con el que nos ocupa, como son
los ya mencionados del Barranc del Castellet y Torre del Mal Paso, así
como el de la Cova de les Maravelles ( 10), Caseta de Mol ina ( 11 ), etc.
De un nivel cultural más antiguo; de la ocupación de la cueva por
gentes del neolítico pleno, no tenemos hoy elementos de juicio suficientes
para una afirmación radical; los materiales atribuibles a este período
son escasos y aparecieron muy dispersos. Habría que excavar sistemáticamente todo el estra to para, a la vista de los resultados, sentar conclusiones distintas. No renunciamos a la idea, y esperamos que el Servicio de
Prehistoria, con las autorizaciones y medios adecuados, lo realice.
En 1958, con ocasión del estudio de la Covacha de Ribera, Pla Ballester
enumeraba los caracteres de los yacimientos eneolíticos en cuevas sepu lcrales, estableciendo las diferencias que los separan, tanto del anterior
(9) Presenta este m1smo adorno un vaso que, procedente de la Coveta de I'Or, se conserva en el Museo Municipal de A!coy. Publicado por H. SCHUBART y V. PASCUAL en
su "Datación por el Carbono 14 de los estratos con cerámica cardial de la Coveta de l'Or".
Archivo de Prehistoria Levantina XI. Valencia, 1966, pág. 45. Lám. l.
(10) BALLESTER TORMO : Ob. cit. nota 2 (Cova de Le.s Maravelles).
( 11) BALLESTER TORMO: Ob. cit. nota 2 (Covacha de la Casa de Molina).
-38-
[page-n-39]
13
CUEVA DEL FRONTÓ
neolítico, como del siguiente período del bronce (12); esta publicación
nos libera de repetir ahora tales conclusiones generales y nos permite,
a la vista de su contenido y del estudio comparativo de los materiales,
encuadrar la Cueva del «Frontó» como perteneciente al grupo de las
cuevas funerarias del período eneolítico, del que tantos yacimientos se
conocen en nuestro país.
En cuanto a cronología puede señalarse la de 2.000 a 1.800 años
a. C., datación que se fija para este período cul tural.
INV E N T ARI O
A.- HUESOS
1. -
CRANEOS:
Descripción
NIÍIII.
Fromal
Temporal
Occipital
Parietal
TIPO SEGUN
INDICES CRANEALES
Maxilar
1
Sexo
11
1
1
2
Incompleto
2
-
Dolicocéfalo
Subbraquicéfalo
V
2
1
2
1
2
1
Dolicocéfalo
Subdolicocéfalo
V
3
1
2
1
2
-
Dolicocéfalo
Subbraquicéfalo
H ?
4
1
-
I ncompleto
2
-
Dolicocéfalo
Mesaticéfalo
H
5
1
-
1
2
-
DolicocHalo
Mesaticéfalo
H
6
1
-
1
2
-
-
-
-
Di6metros
Núm.
Occipito·
frontal
Suboccipito-
Suboccipito-
/roma/
Bregmático
1
19
cm.
17
cm.
15
18'7 cm.
18
cm.
15
cm.
3
18'7 cm.
16
cm.
15
cm.
4
17'3 cm.
15
cm.
14'8 cm.
5
17'3 cm.
15
cm.
14
cm.
-
6
(12)
-
-
]lllerptcri,on
Imerasterion
IN DICES
CRA NEALES
I
I1
11
cm.
11
cm.
73'6
82'3
cm.
11
cm.
13
cm.
69'5
72'2
9'5 cm.
11
cm.
10
cm.
69'5
81'2
-
12
cm.
10
cm.
69'3
80
-
11
cm.
8
cm.
69'3
80
-
-
cm.
2
ImerO
llricu/ar
10
-
PLA BALL EST ER : Qb. cit. nota 6.
-39-
-
-
[page-n-40]
l4
PASTOR-TORRES
El lndice Craneal 1 se ho calculado tomando como diámetro entero-posterior el
occípito-frontol; y el 11, tomando el sub-occípito-frontol. Poro el margen de error
debe tenerse en cuento lo incompleto de algunos piezas.
El cráneo núm. 3 conservo, aunque muy deteriorados, los huesos de lo base.
El núm. 4 presento un orificio en el frontal, sobre el orco supercilior izquierdo.
El núm. 5 presento un surco en lo fisura de los parietales.
El núm. 6 ho sido reconstruido con los piezas hollados sueltos.
El estudio anterior ha sido hecho por el catedrático de Anatomía de lo Facultad de
Medicino de Valencia doctor don Víctor Smith Agredo, o quien domos los gracias por lo
valioso y desinteresado ayudo que nos ha proporcionado.
2. - OTROS HUESOS:
Dos frontales y dos medios frontales; estos úl timos corresponden uno o lo porte
derecho y el otro o lo izquierdo; apreciándose claramente que no pertenecen o
lo mismo persono.
Maxilar inferior completo salvo lo romo ascendente izquierdo; de varón; ol qu e
faltan por extracción, habiendo cicatrizado, los 1.0 y 2. 0 molares derechos.
Otro maxilar inferior a l que fal to lo romo ascendente derecho. De mujer joven
mayor de 18 años, puesto que a l morir presentaba lo dentición completo, incluso
los muelos del juicio.
Maxilar inferior al que faltan los dos romos ascendentes; de varón joven, pero
con lo dentición completo.
Dos fragmentos de romo horizontal derecho de maxilar inferior, con algunos piezas
dentales.
Diferentes fragmentos de huesos craneanos, pendientes de estudio y dosificación.
Nuestro gratitud igualmente o don Francisco Chopo Montolvó, médico-odontólogo,
por los sugerencias y orientaciones que le debemos.
B. -
CERAMICA
1.- Fragmento de vaso con decoración cordial, perteneciente al arranque de uno
de sus osos; decorado con franjas de líneas incisos con el borde de lo concho
y con impresiones del notis. Medidos 8 por 5'6 centímetros (Lóm. 11 1, 1).
2 . - Fragmentos de 3'7 por 2'9 centímetros del borde de un vaso de paredes
rectos; con decoración cordial de cinco líneas horizontales paralelos en su
porte próximo ol borde y otros líneas verticales e inclinados por debajo de
lo cenefa anterior (Lóm. 111, 3).
3. - Fragmento de borde de un vaso de paredes rectos, con decoración cordial,
que ocupo todo lo superficie de un posible rectángulo y del que salen líneas
de adorno de doble incisión, rematados por lo impresión del notis. Este
fragmento, con unos medidos de 6 por 4'5 centímetros contiene cinco de
estos líneas y porte de uno sexto. A lo derecho del rectángu lo quedo un
espacio liso, percibiéndose el comienzo de otro semejante. Color negro con
el borde rojizo (Lóm. 11 1, 5).
4.- Fragmento de vasija de color beig-omorillento, con decoración cordial consistente en dos líneas paralelos, de los que salen o derecho e izq uierdo otros
cortos ascendentes primero y descendentes después, formando ángu los casi
rectos. El fragmento mide 4'3 por 4'4 centímetros (Lóm. 111 , 2).
5.- Otro fragmento que parece debió formar porte de lo mismo vasija que el
inventariado con el número 3; pues lo decoración cordial ocupo todo lo
superficie o excepción de un espacio liso que quedo entre los dos núcleos
decorados, los cuales formarían porte de otros tontos rectángulos, como los
olli descritos. Son sus medidos 5'5 por 4' 1 centímetros (Lóm. 111, 4) .
6. -Fragmento cerámico indeterminado, de color blanco, casi crudo, por lo que
se deshace con gran facilidad; tiene formo de un trozo de tejo con el borde
ligeramente exvosodo, por lo que parece haber formado porte del cuello de
uno vasija.
7. - Fragmento de cerámico liso, porte del borde de uno vasija de paredes ligeromente exvosodos, color negruzco por su deficiente cocción.
8. - Fragmento de cerámico grueso, de color gris, porte indeterminado de uno
vasija hecho o mono, pero bien pulido, con gránulos en lo moso.
9 . - Fragmentos del arranque del cuello de uno vasija hecho o torno, de color
-40-
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CUEVA DEL FRO:-ITÓ
15
rojizo en el exterior y gris en lo porte interior; con decoración de lineas
incisos formando círculos concéntricos en formo de cenefa alrededor del
cuello (lóm. IV, 3).
1O. - Candilejo de po. to rojo-amarillento, bosta, con decoración de líneos en
s
formo de ángulos de color vinoso (lóm. IV, 2).
1 l . - Fragmento del cuello de vo.sijo hecho o torno y bueno pasto; color gris en
el interior y omorillo-rosodo en el exterior; borde saliente y círculos hechos
o presión (lóm. IV, 1).
C.- HAC HAS Y AZ UELAS
.1 . 2. 3. -
Azuelo pulimentado de secc1on plano y un sólo bisel, de color gris blancuzco; con 9'3 centímetros de torgo y 5'8 de ancho en lo porte biselado,
teniendo el lodo opuesto curvo (Lám. 11 , 7).
Hacho pulimentado de lo mismo clase de piedra que lo anterior; de sección
plano con bisel en ambos lodos, y medidos de 11'9 centlmetros de largo
por 6'2 de anchura mayor y 2'7 en lo menor (lóm. 11, 8 y fig . 3).
Hacho pulimentado de color verdoso y sección oval; de 6'8 centímetros de
largo por 3' 1 de ancho en el borde biselado, ocobondo en formo cónico
por el lodo opuesto (lám. 11, 6 y fig. 4 ).
O. -SILEX
l. -
Punto de flecho de sílex color ocoromclodo sucio; con aletos y pedúnculo.
Tollo totol en uno de sus coros y sólo retocado en los bordes de lo opuesto
(lóm. 11, 3).
2. - Punto de flecho de sílex color blonco; formo romboidal alargado y tollo
bifociol (lám. 11, 4).
3 . - Punto de flecho de color blanco-melado; de perfil biconvexo; cuerpo trian gular isoscélico, opoyodo sobre un equilátero que formo lo base; con lo
particularidad que el lodo de éste, sobre el que se apoyo el triángulo superior, es de mayor longitud, sobresolie;,do por ambos lodos, dando lugar o
muñones; tollo bifociol; roto en lo punto (lóm. 11, 2).
4. - Fragmento de lómino de sílex blanco, de tres facetos por uno de sus coros,
con ligeros retoques en uno de los bordes (Lóm. 11, 5) .
E. -
PIEDRA AGUJEREADA
1. -
F. -
Piedra de formo rectangular, con uno de sus lodos menores casi curvo; color
blonco, y un agujero en su tercio superior, oblicuo o lo superficie; sin retoques de ninguno clase (lóm. 11, 1).
METAL
1. -
Pieza de hierro en formo de triángulo Isósceles curvado, de sección plano;
prolongándose el lodo que formo lo hipotenusa sobre uno de los catetos y
cerrándose en formo de anillo.
-418
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PASTOR-TORRES. -Cova Frontó
LAI\1. l .
l
Emplazam1emo d e la cueva y boca de e ntrada d e la misma
(Foto Berna)
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PASTOR- 'I'ORRES.-Cova Fron t ó
LAM. U .
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Materiaks líticos: l a S t. n. -
6 a S algo reducidos
(Foto Grollo)
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PASTOR-TORRES.-Cova Frontó
LAM. 111.
Fragmentos de cerámica cardial (L n.)
(Foto Grollo)
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PAS'l'OR- T ORRES.-Cova Frontó
LAM. IV.
Fragmentos cerámicos de diversas época:; (t. n.)
(Foto Grollo)
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