
Exploraciones arqueológicas en el "Fossaret" de la Catedral de Valencia
Santiago Bru Vidal
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SANTIAGO BRU Y VIDAL
(Valencia)
Exploraciones arqueológicas en el «fossareb
de la Catedral de Valencia
El Cabildo de la Catedral de Valencia acordó hace unos años la construcción de un Museo Diocesano de planta en la zona del antoguo cemen·
terio parroquial de San Pedro (l), cor;ocido entre los valencianos por el
"Fossareh> y situado en la parte de la catedral recayente a la calle de
Barsella>> (2). Autoriz:ada por la Dirección General de Bellas A•tes dicha
construcción, se realizaron previamente unas exploraciones en aquel lugar (fíg. 1, zona punteada), ya que existía el antecedente de haber apa·
recido restos de construcciones y sepu)cros en el subsuelo de la colindan-
(1) De los siglos xm a XVITI existieron en Vlllcneia cementerios parroquiales, lin•itndos a cntemunicntOI propios de cada parroquia. Ono de ellos fue el do Sw Pedro,
ado~>do al edilicio de la cartdrlll valcnrina y cuya árca se elllend!3 "d
la capilla de San Miguel y el Aula Capirular vieja (hoy, del Santo Cáliz), entrando donno de la mJsma iglosia por la parte donde es hoy parroquia de San Pedro ... ".
MARQUES DE CRUILLES: "Gula urbana de Valencia antigua y moderna". Valencia, 1876, t. n, pág. 82.
]. SANCHIS SIVERA: "Lo
cin, 1909, p:íg. 79.
(2) Con el nombre de "fossar", dado en valc:nciano a los c
cada una de las necrópolis parroquiales citadas, hasta la consuuoción del Cementerio Generlll de Vttlcncia o principios dc:l siglo XIX. m opclativo "fossam" dado al de la catooral hace olusión a su pequeña extensión.
L. TRAMOYBRES: u.Los eemcnlcrios de Valen.cia"- Almannqur. d.: ''Las Provincias'•
para 1895. Valencia, 1894, p:igs. 165-169.
S. BRU Y VIDAL: "El cememe.rio de Valencia y rus antecesores". •'Ln.s PrQvinci:a.s".
Valencia, 1 de nqviembre de 1961.
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2
S. DRil VIDAL
te capilla de San Miguel y San Pedro Pascual (3). Si a ello se une la se·
rle de hallazgos habidos en diferentes épocas en el área catedralicia y
sus inmediatas proximidades (4), advertiremos la importancia que la ex·
oloración cobraba para conocer una porción más de lo que fut>ra núcleo
principal de la ciudad romana de Valentía.
Objeto del presente trabajo son los resultados de las exploraciones
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Fi;J. l.-Plano d~ la Ca~l de Vokru:ia. En la pene Weriot derecha, d "'foswet" coa
b zom CJ
(3) Al reo&liar obtu de consolidación en esta capilla hace algunos años. Noticia •erbal com•miaada por doo Vic:=te Cutdl, dlrcaor cW Mu- Catednllc:io.
(4) Pan un mayor conocimiento del ir
inmediatos pueden c:onsulwsc, cnu.. otns, lu aiguienteo obras:
J. V. DEL OLMO: "Lhhología o expllcnción de 1u piedras y otna antiglledlldet
hallll.daa en las
que se abrieron pan1 los fundrunentos de la aapUia de N.• Sra. de
los Oes:unpanados de Valeoda ", Valencia, 1653.
J. TEIXJDOR: wAlui¡Oedades de Volmcia. Oboervacloo.. aítiaas donde mn intuu-
'i8•i••
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3
llevadas a cabo por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Oipu·
tación de Va lencia entre los días 25 de noviembre y 13 de dlc:embre de
1963, en el subsuelo del c
Con anterioridad al comienzo de las exploraciones, por necesidades
de las obras, había sido abierta una gran zanja a lo largo del anttguo «fos·
saret», que dejó al descubierto dos gruesos muros aparecidos casi a ras
del suelo (fig. 2., muros A y B), transversales al corte long itudinal de la
mencionada zanja, muros que dividieron el campo en tres sectores per·
fectamente delimitados (fig. 2, compartimientos 1, 2 y 3). Por circuns·
tanelas diversas solamente pudieron ser llevados a cabo trabajos de exploración en e l sector 3, inicialmente el más reducido de todos (1 '65 m. x
1'20 m.), que luego, por imperativo de los hallazgos en él realizados, fue
ampliada con los subsectores 3 a, 3 b y 3 e (este último comprendiendo
el muro O), con lo que alcanzó la superficie explorada una extensión
total de unos 2'"10 m . x 4'30 m.
Desde el primer momento se pudo apreciar que lo; muros transversales A y B eran de construcción moderna, posibles cimientos de edifi
m
". Valencia, t$95, t. I, pp. 229-230.
P. BBLTRAN VILLAGRASA: "l'!ueva inscripción romana". Ano!es del Cenito de
Cultura Valcndana. I. Valencia, 1928, pp. 169- 170.
N. P. GOME.Z SERR.'\NO: "D'Arqucologja. Excavaclons de Valencia amb moti u dcls
amtcrcUnt i cixnmples, an de bell oou portats a la fi". Valc:ncla, 1932.
V. TRAV1!R Y TOMAS: "Palacio Anobi.~pal de Valencia. Memoria r
historia y reconstrUcción". Valencia, 1946.
P. MATBU Y LLOPIS: "Las inacripcion
¡;ótic:n de Valencio", Anales del Centro de Cultura Volencisna, XVII. Valeocla, 1949, pá·
ginas 139-167.
P. MATEU Y LLOPIS: ~Halla~~ arqucol6gicos en la plata do la Almoina en 1•
ciudad de Valencia". Archivo de Prehistoria Levantina, m. Valencia, 1952, pp. Z15-227.
J:faa: unos nños, al hacu los clmirntO$ para construir 1• llamada ~c.sa de los Can6rigos", adoll!.da al Palacio Anohispal, en la misma calle de la llan:hilla y a 11D0J diez mt•
=•
rrot del "fossaret", fue.ron b.nllados restos ros:na.nos (cimentAciones, _pavimentos, teias, cer4mica vnrlnda, vidrios, etc.) que extntjo y recogió el Servido de Investigación Arqucol6gica del Ayuolllmiento de Valencia, estando pendiente de su estudio y puhUc:ndóo. En
tlcrnpos del Arzobiapo Mayoral (mediados del siglo XVUJ) ya fueron hrulados restos toll•anos en este mismo lu~r (TEIXIDOR: Op. cit., t. I, p. 2SS).
(S) En 2 de IIlllrzo de 1961, la Comlsarfu Gentnll del Servido de D
encargada de los trabajos de exploración en la carcdral de Valencia, comisión que esmba
irtegrada por don Viceot< Castcll Maiqu.., Dmeficbdo de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y c!it=or del Musco Diocesano, y don Domingo Fletcher Valls, Apodc.rndo del
Strvicio de D
tiempo se envió • la Dirección General de Bellas Anea el inrorme correspondíente sobre
esm primera cmpa de prospecciones. Váue VICENTE CASTBLL, DOMINGO FLETCHER y SANTIAGO BRU VIDAL: "'nforme oobte la primera elllpa de prospecciones
rnico, vn, l/3. Madrid, 1965, pág. 236.
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S
caciones realizadas en la catedral por el siglo XVIII (6). algunos de cuvestigios se advierten todavia en las paredes oriental y occidental
(recayentes, respec tivamente, a la ca lle de la B¡¡rchllla la una y a las ca ·
pillas de San Pedro Pascual y San Francisco de Borja, la otra) .
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F•s- 3.-Cortc esqu&:JÑtico ideal de la ac:aVIIdón.
Comenzados los trabajos en la cuadricula imcial del sector 3, se advirtió
que, en la parte occidental del mismo y tras una primera cap.1 superficial de unos 0'60 m. a 0'65 m. de arena, en la que se entremezclaban
(6) SANCHJS SIVERA: Op. cit.
nota
-
1,
~.
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79 y»-
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So DRU VlDAL
gran cantidad de huesos humanos procedentes del antiguo «Fossaret>¡ y
fragmentos de vasijas medievales y modernas, apareda otra c<~pa finísima, de 3 a 4 cm. de espesor, formada de gravilla de rio (fig. 3) y, po•
debajo de ésta, otra de mayor espesor, unos 0'40 m., con tierra oscura
y apelmazada, en la que habla gran cantidad de escombros de relleno,
encontrándose entre éstos cantos de rio, fragmentos de cerámica roma·
na común de época tardía, trozos de <
de «!erra sigillatall, etc. (7).
' ',
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1-í¡¡. 4.-Disposición de:! muro romano (C) recubierto de utuoo
muro B lo cona tranSversalmente por su porOón superior,
Por debajo de esta tercera capa afloró otra de un05 6 cm., formada
en su mayor parte por grandes trozos de mortero blancu:?:co, y a continua·
ción de éstos comenzaba una quinta capa de tierra a 1'11 m. de profundidad. Aproximadamente a 1'20 m. apareció la parte alta de un muro
(7) Estos restos ccr:lmicos, al igual que los que a¡¡arecieron en cl!as sueesivos, se ¡uudan, con las •notaciones putiDenkS, en e:! almacén de:! futuro Mu$(() Catedralicio, • arco
de don Vicente Castéll Maiques, para ser expuestos en las salas de:! mismo.
-
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7
que al ir descubriéndose se advirtió que iba oblicuo a l corte de la trin·
chera (fig. 2, C) y que tenía embutido en su estructura el fuste de un1
columna de paedra azulada (fig. 2, H y Lám. 1), de 0'57 m . de alto, la
porción superior de este muro está formada en su mayor parte por paedras paralelepipédicas de tamaños diversos, labradas con cierta regulari·
dad algunas de ellas. Practicada la limpieza completa de este muro en
días sucesivos y conocida su altura total (2'30 m.), pudo apreciarse que,
por su cara oriental, estaba enlucido en gran parte con una pasta blancuzca formada por mortero fino y piedras pequeñísimas. El muro trans
versal B cortaba el muro e por su porción superior, discurriendo el resto
de este úl timo bajo los cimientos del B (fig 4)
la capa de tierra oscura que rodeaba la parte superior del muretP
e abarcaba una amplía zona de un metro de altura, situada entre 1'11
m y 2' 11 m. de profundidad. En el la se hallaron, mezclados con la tierra, gran cantidad de fragmentos de «tegulae» planas, con bordes de di
ferentes tipos, algunas de ellas con ampresiones digitales propias de las
tejas de época romana tardía; fragmentos de ánfora, sobre todo picos .,
asas; sigillata clara tardorromana. sin brillo (uno de los fragmentos con
un círculo inciso en la base); trozos de ((imbrlces» de diverso~ tamaños
y cerámica comun de tipos tardíos.
A partir de 2'11 m. y hasta 2'51 m. apareció una sexta capa, de ar
cilla rojiza, en la que se encontraban mezclados con la tierra numerosos
fragmentos pequeños de cerámica, la mayor porte de ellos de cerámica
común y de pasta ciara. Entre lo hallado en esta capa podemos destacar
un trozo de vasija de pasta grisácea, de época indeterminada; tres frag ·
mentos de cerámica estampada rojiza; dos trozos pequeños de estuco
rojo, numerosos de color amarillo (Lám. 11) y un fragmento p"!queño de
sagillata hispánica, brillante y de pasta compacta, de los siglos 11 a 11 1 d .
e (Lám. 11, 8). Aproximadamente a los dos tercios del espesor de esta
misma capa y a una profundidad de unos 2'45 m. hizo su aparición una
especie de suelo apelmazado que adoptaba la forma de triángulo rectán·
gulo (medidas de los catetos: 1 m. y 0'50 m.), formado por grandes b loques de mortero blanco reblandecido a causa de la gran humedaa de esta
zona de la catedral (8); numerosos fragmentos de tégula plana (uno de
ellos con ranura lateral) de paredes gruesas, con la parte llana hacia arriba y a lgún fragmento menor de teja curva de paredes más fines; trozos
de ánforas (paredes, asas y picos) y de otras pequeñas vasijas menores.
(8) Estn humedad ern producida, sin duda, por las proximidad~ de JQs nntigu11 le·
ulnaa canonicales y el poro primitivo dd "fossaret", utilizado desde el siato XIV bul.l
nucsuos cllao.
SANCBJS SlVERA: Op. cit. nota 1, pta. 79, nota 2.
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S
S. BRU VW.U.
Al desmontar este nuelo1> o afirmado apareció por debajo del mismo
f:ntre varlos fragmentos de cerám1ca, una capa fina de restos carbonosos
y un gran trozo de tronco vegetal completamente carbonizado. En uno
de los lados y junto a dos bordes de vasija de pasta clara coml:n, apare·
l'ig. S.-Perfiles de fondo• de ,.,..;jos. Tamaño nonmd.
cíeron dos colmillos de jabalí, varios trocitos de estuco y uno mayor (8
cm. x JO cm.) con restos de dibujos policromos verde, verde claro, rojo
y amarillo (Lám. 11, 1).
Entre 2'51 m. y 2'76 m. volvió a aparecer la tierra oscura en la que
se hallaron mezclados los consabidos restos de tégula, aunque en menor
número que en las capas superficiales, fragmentos pequeños de ánfora
y variados restos cerámicos entre los que sobresalen un pequeño frag·
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&. "l'OSSJ.RET'' DE LA CATEDRAL
9
mento de borde de vasija campaniente B (fig. 6, a y l.ám. 11, 12), un
pitorro de vaso de sigiltata clara A, de forma 15 (Lám. 11, 9), un frag·
mento de fondo de vaso de paredes fonas, de pasta rojiza, de probable
vigencia entre los siglos 1 y 11 d. C. (fíg 5, a y l.ám. 11, 10); parte de
la base de una vasija de sigillata clara B (flg. 5, by l.ám. 11, 1 ll, un tejo
de cerámica rojiza (l.ám. 111, 3), dos fragmentos de sigillata nispánoca
dE forma 37, uno de ellos borde de vaso (fig. 6, e y Lám. 11, 15) y el
otro con decoración de circunferencias concéntricas en relieve dividida
en dos zonas (Lám 11, 13); un fragmento pequeño de borde de vaso, de
pasta g ris, negruzca por la cara externa y rojiza por la interna lfig. 6, b
y Lám. 11, 16); un fragmento de borde de vaso d e sigíllata clara tardía
(o «imitación de clara») (fig. 8, a), y un trozo de cerámica común de
pasta rojiza.
a
Fig. 6.-Perlilcs de: bordes de vallO&. T>maño natural.
Mediada esta séptima capa, a 2.'63 m., nizo su aparición, pegado al
muro C, un piso de normigón que formaba una especie de p;.vomento
El sistema es el corrientemente usado en infinidad de pavimentos roma ·
nos, con bloques irregulares de mortero con gravil la muy pequeña y cara
plana por arriba, embutidos en una lecnada de mortero de uno$ 20 cm.
de espesor. Mezclado con e l normigón, aparecoó un trozo de «imbrex» de
unos 8 cm. de grueso y un ladrillo pequeño (6 x 9 cm) de :os usados
para pavimentos tipo «spicatum», con mortero pegado en la base y con
señales evidentes de estar coloreado de rojo en la cara superio.La octava capa, muy fina, de uno a dos cm. de espesor, est.1ba cons·
tituida por cenizas y restos carbonosos, procedentes al parecer de algún
•ncendio o restos de nogueras.
Entre 2'78 m. y 3' 15 m. la tierra era más roj iza. En esta capa apa·
reció a una profundidad de 2'98 m. un trozo de estuco de faclura y de·
coración similares al ya conocido de la capa sexta, aunque de "1enor tamaño (Lám. 11, 2) A unos 3 m. surgió un fragmento de cerámica pin·
tada (Lám. 11, 14) y un fragmento de mármol azulado, bruñido que for
maria parte de una plancna de 2 cm. de espesor. Unos 5 cm rr.ás abajo,
o sea, a 3'05 m., nizo su aparición otro piso o afirmado de normig6n y
-
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S, B1W YIDAL
piedras que abarcaba una superfocie de 0'50 m . x 1'20 m , aoslado del
muro C En esta novena capa se evidenció la disminución de restos cerámicos, aunque los pocos aparecidos superaban en calidad a los abundantes de las capas superiores; apenas estaban representadas ya las «tegulae» fragmentadas, en contraste con la profusión con que aparecían
anteriormente, e igualmente los trozos de ánfora, aunque conlinuaba el
hallazgo de trocitos de estucos rojos y blanquiverdes. Cabe d11stacar la
aparición de un fragmento pequeño de lucerna (Lám. 111, 5), de pasta
rojiza, de época augústea al parecer; tres trocitos de vidrio, el más pe ..
oueño fonisimo y claro; dos fragmentos pequeños de campaniense B, uno
de ellos fondo de vaso con una pequeña corona corcular incisa en el mismo
(Lám 111, 2); un fragmento de sogollata hispánica (Lám. 111, 4); otro
con decoración de dos orlas en relieve (Lám. 111, JO) ; tres trozos de sigillata aretina: el primero liso y con surcos paralelos en la pared externa
(Lám 111, 6); el segundo muy pequeño (Lám. 111, 9) y el tercero, de ma·
yor tamaño, es fondo de vaso en cuya parte onferior se aprecia parte del
sígillum y una orla Ctrcular de estrías paralelas (fig 5, e y Lán> 111, 8),
un fragmento cerámico de pared fina, de pasta roja oscura, con onda~
impresas en la pared externa del vaso (Lám. 111, 7) y uno más pequeño
de pared muy fina, pasta roja y tres estrías paralelas en la parte externa; dos fragmentos de color rojo muy claro, imitación de sigillata tardía
el más pequeño con dos circunferencias concentricas y el mayor, fondo
de vaso (Lám. 111, 11 y fíg. 5, d, respectivamente); un fragmento de sigillata clara B, con barniz exterior y estrlas, producto de la confección,
en la parte interna del vaso de tipo llamado «olpe», al parecer (Lám. 111,
13), por último, dos bordes de vaso de cerámica común y pasta clara (figura 6, d y Lám. 111, 16, respectivamente) y un fragmento de asa, d~
pasta rojiza (Lám. 111, 14).
Una capa de unos 20 cm. de espesor que vino a continuación, situada entre los 3'15 m. y 3'35 m., en la que la tierra apareció más oscura,
die escasos restos, la mayoría de ellos de cerámica campanien!e B y e,
muy pequeños, dando la sensación de haber sido triturados.
A partir de 3'35 la tierra, negruzca, dio muy pocos restos. A los 3'50
terminan los cimientos del muro e, e inmediatamente por debajo de el,
<~pareció leña calcinada, así como tierra con cenizas y materiales carbo·
nizados. Bajo estos cimientos, a 3'65, apareció un bronce Ibérico (9)
(9)
/U de bronee.-1\nverso: Cabezo mosculina, desnuda, mirando a de
trU ddfines (dos delAnte y uno dettds). Reveno: jinete ton palma, y debajo
(1\$~
(CC. A. VIVES: "La moneda hisp!nll:a~. M2drid, 19Z6; vol. 1, pq. !S2, y •'01. D .
14mina LXI, 11).
po<
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11
(Lám. 111, 1) Alrededor de los 3'70 se halló una especie de empa·
drado que tenía como pieza central y más firme, una piedra de molíno,
volandera, de 0'65 m . de diámetro y 0'20 de altura (flg. 3 y Lám. 1).
3 esta profundidad surgieron las pocas muestras cerámicas de regular lm·
portancia en esta capa final: un pequeño fragmento de paredes finas y
decoración de «piña» a la barbotina (Lám. 111, 15); otro de cerámica co·
mún de coloración rojiza en su cara interna y agrisada en la externa,
dos de pasta gris; uno de pasta agrisada de tonalidad rojiza cl3ra en su
cara externa, en la que se aprecian restos de pintura oscura ¡Lám. 111.
12), Por debajo de los 3'85 m. dejó de obtenerse material arqueológico.
J•ig. 7.-Vooo de pasta clara, hAllado m d sector 3 o, • 2'83 m. de prnfundidad. 1/2.
Terminados los trabajos en el sector 3 y ante la necesidad de ampliar
el mismo, para ver la continuación del muro e y la cara occidental de
éste, se procedió a la ampliación del citado sector, en el que, aprove·
chando el muro e que actuaba de divisoria natural, se establecieron los
subsectores 3 a, 3 b y 3 e (véase croquis fig 2). cuya estratigrafia es afín
a la del sector 3 anteriormente excavado.
En el subsector 3 e, casi al ras del suelo y apena~ omciada la cata
para profundizar la excavación, apareció el muro D, de constitución y
forma parecidas al B ya conocido ( 1'40 m. de a ltura), con el cual se unía
formando un ángulo obtuso (figs. 2 y 4) l..1 parte occidental del muro
e no ofreció ningún onterés especoal, pues era en todo similar a la conocida del lado oriental, aunque sin el enlucido que ésta presenta.
En el curso de la excavación de este subsector, cuya estratigrafía v
rr.ateriales aparecidos son similares a los del sector 3, podemos señalar
como más notable el hallazgo, en la intersección teóroca de lo-; muros e
y D, a 2'83 m. de profundidad, de una vasija completa, de p;¡sta clara
amarillenta, con asa lateral; el diámetro máximo es de O' 162 m y su al·
tura de 0'078 m. (fig. 7 y Lám. IV, 1). Aproximadamente a la misma
profundidad y muy cerca de la anterior vasija apareció un fragmento de
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IZ
S. DRU VIDAL
fondo de vaso y pared lateral de siglllata hispánica (forma 37 al parecer),
decorada con metopas, separadas por líneas onduladas y con dobujo ani·
malístico en el interior de la metopa (fig. 5, e y Lám IV, 4), un trozo
de borde de vaso, de imitación de sigillata clara A con barniz rojo interx (fig. 8, b y Lám. IV, 2) y un fragmento más pequeño, también borde
de vaso, de sígillata hispánica clara (fig. 8, e y Lám. IV, 3)
Fig. 8.-Perfilu de bardu de v:uijas. Tllmllño n•oural.
En los sectores 3 a y 3 b se llegó hasta la zanja E, abierto~ en junio
de 1963 antes de que comenzaran los trabajos de excavación, por lo que
ognoramos la cantodad y calidad de los materiales que pudieran aparecer
en ella En el estrato superior, o sea, el comúnmente aprovechado paril
enterramientos en el «Fossareb, se apreció que los hu e~ humanos eran
menos abundantes que en las partes conocidas anteriormente.
Habiéndose llegado a alcanzar la continuación del muro e hacia el
Sur, se comprobó que arrancaba del mismo otro murete más bajo en di·
rección Oeste, es decir, hacia el muro D (fig. 2, F), formando ár1gulo recIo con el e y siendo un poco menos grueso que éste. En la part~ superio·
del muro F, una piedra de forma paralelepipédica (40 cm. x 25 cm. x 22
cm.), con un orificio en la cara superior, daba la impresión de ser la qui ~
cialera de una puerta cuyo posible umbral se vislumbrab:~ (fig . 9 )
Al mismo tiempo se vio que el muro e continuaba hacia el Sur, aunque a un novel más bajo que la parte ya conocida (fig. 2, C' y tig. 9, C')
Los materiales -en los que predominaban los fragmentos de «tegu ·
lae» y de ánforas- aparecieron en estos subsectores 3 a y 3 b muy mez ·
dados hasta los dos metros, debido a que, habiendo sido abierta la zanja E, las lluvias otoñales de 1963 produjeron corrimientos de tlerras, removidas posteriormente por los albañiles de la Catedral Entre le;. hallado
oestacan algunos fragmentos de sigillata aretina e hispánica, que apa·
recieron mezclados con otros de campaniense B y cerámica romana
CO'TlÚn.
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EL hFOSSARET'' DR LA CATEDRAL
13
A unos 2'84 m . de profundidad se hallaron dos fragmentos de cerámica de paredes finas, de pasta clara agrisada (Lám. IV, 7 y 1O) y un
trozo de borde de vaso, también de paredes finas, de color <~na ranjado
)' pasta interna muy rojiza (fig. 8, f y Lám. IV, 6), un trocito de sigillata hispánica en el que hay impresa una roseta (Lám. IV, 8) y un pequeño fragmento de aretina de pared muy fina (fig. 8, d y Lám. IV, 9).
C'
F1g. 9.-Dispos.idóo de tos e:Jeme.otos constructivos roJllllllOS de:t sector 3 b,. vistos desde:
d lado Oeste.
El muro F está formado por conglomerados de piedra de rlo, mezcla·
dos con los más diversos materiales para constituir dicho muro: trozos
gruesos de mortero, fragmentos de «laterculum» de diversos tamaños,
asas de ánfora, piedras pequeiias, trozos de cal apelmazada, etc., formande todo el relleno de un <> o tapial romano tan frecuen ·
te en Hispania, según Plinio ( JO). Dicno muro ofreció poca resistencia
31 pico, tal vez por la humedad ambiente en esta zona; su parte más
fuerte y completa es la correspondiente a su próximo empalme con el
muro D (fig. 2), lugar en que se hallaron, a la profundidad de 2 m., vanos fragmentos pequeños de estucos rojos, amarillos, grises y blancos
(algunos de ellos reproducidos en la Lám. 11, 4 a 7).
La cara occidental del muro C', continuación del C, como ya se di¡o
(ver figs. 2 y 9, C'), estaba revestida con una capa de estuco polícromo
(10)
l'lin. Nat. hist. XXXV.
-
22'1 -
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resuelto en franjas pa ralelas en sentido horizontal blancuzco en la pa•
te superior, a continuación y hacia abajo una banda de color verde oscuro
de 3 cm. de ancha, tras ésta una zona blanca de 12 cm., a la oue sigue
una banda roja de 8 cm. y por debajo de esta última una :ona más am·
plia de color rosado claro (fig. 10). Este estuco, que consthuy<.> un con-
..
..
. .
Fig. IO.-Porci6o occidenbll del murete C' mostrando la I)Orlc utucoda.
junto de bello colorido, apareció muy impregnado de humedad, corno casi
todo lo hallado en esta parte de la Catedral.
Junto a l estuco y en su parte baja apareció, a unos 2'60 m. de pro·
fundidad, un trozo plano de cerámica estampada anaranjada, de fina les
del siglo IV o principios del V, decorado con cuatro circunferencias concéntricas, entre las que queda una amplia zona ocupada por círculos re·
ticulados; el centro lleva un dibujo en forma de roseta (Lám IV, 5).
Al final del muro C, entre los subsectores 3 a y 3 b hizo su aparictón
una especie de desagüe (fig. 2 y fig. 9, G), formado por dos paredes pa·
ralelas de piedras y mortero Sobre estas paredes y como remate hay una
p•edra plana, trabajada aunque no con mucha regularidad. El conjunto de
este desagüe, aunque parece continuación del muro C, no lleva su d i
rección exacta a la de éste, sino que se desvía un tanto hacia el S.E. 1:1
- 228 -
[page-n-229]
IS
suelo del unal se encontraba, aproximadamente, a unos 2'95 m. de pro
fundidad.
La limpieza total de la zanja E y su excavación en la parte baja, per
mitió apreciar, en el talud S W. del subsector 3 b, junto al muro D, una
especie de grueso muro de mortero, en el que se observó que a 0'25 m
Fig. 11.-<::one ..tratígrdtico dcl lado oriental.
y hacia abajo comienza un gran hueco en forma de puerta (o de corredor), de l. m. de ancho por 1'15 m. de altura; por debajo de esta zona
el hueco exuvado en el muro en forma de puerta, torna dirección S.E.
(fig. 11 ). Toda esta porción ahuecada estaba rellena de tierras y restos
diversos y parece obra moderna, al menos apareció por encima de lo que
podemos considerar estratos romanos
- 220 -
[page-n-230]
,.
S. 8&11 VtD.U.
CONCLUSION
Dada la pequeñez del área excavada y el escaso material conseguido.
las conclusiones han de ser, por fuerza, poco amplias. Una co~a se hizo
patente desde la aparición de los primeros niveles: la remoción de tierras que este paraje de la antigua Valentía ha sufrido a través del tiem
po. Como se habrá observado, la estratigrafía no guarda una estrecha re·
ladón con la cronología de los fragmentos cerámicos hallados, prueba
!!vidente de esta mezcla de tierras y destrucción de niveles en otros tiem
pos (11 }. Así, un fragmento de cerámica estampada de finale! del siglo
IV o principios del Y (cronología más baja entre lo hallado} apareció, como se ha dicho, a una profundidad de 2'60 m. -casi al m1smo nivel qu~
un fragmento de campaniense 8-, mientras que por encima dg este nivel hacía su aparición un fragmento de sigillata hispánica datable en los
s1glos 11-111. Con todo, es evidente que en los niveles superiores son más
abundantes las muestras tardias y en los más profundos es mayor el nú·
mero de fragmentos de campaniense B y C, cronología más antigua a que
se ha llegado (finales del siglo 11 y siglo 1 antes de C.). Lo que se aviene
perfectamente con otros hallazgos habidos en Valencia y estudl;;dos cien·
ríficamente.
(11)
SANCHIS SrVBRA : Op. cu. ooua 1, pp. 80-81.
-
230
[page-n-231]
BRU VJ ilAL. 1>1 Fossaret de la Cn l cdrnl
LAllt. l .
[page-n-232]
UK U VIOAI ..
El FossarH tle In Cnl<•dr:tl
I.A~1 .
11.
[page-n-233]
BKU VIOAI,.
''
'
El F ossnrel d r la CatednJ
-..
2
14
Lt\M. IU.
[page-n-234]
BRU VIDAL.- El t' ossarel de In Cattdral
1.1\M.
rv.
[page-n-235]
SANTIAGO BRU Y VIDAL
(Valencia)
Exploraciones arqueológicas en el «fossareb
de la Catedral de Valencia
El Cabildo de la Catedral de Valencia acordó hace unos años la construcción de un Museo Diocesano de planta en la zona del antoguo cemen·
terio parroquial de San Pedro (l), cor;ocido entre los valencianos por el
"Fossareh> y situado en la parte de la catedral recayente a la calle de
construcción, se realizaron previamente unas exploraciones en aquel lugar (fíg. 1, zona punteada), ya que existía el antecedente de haber apa·
recido restos de construcciones y sepu)cros en el subsuelo de la colindan-
(1) De los siglos xm a XVITI existieron en Vlllcneia cementerios parroquiales, lin•itndos a cntemunicntOI propios de cada parroquia. Ono de ellos fue el do Sw Pedro,
ado~>do al edilicio de la cartdrlll valcnrina y cuya árca se elllend!3 "d
MARQUES DE CRUILLES: "Gula urbana de Valencia antigua y moderna". Valencia, 1876, t. n, pág. 82.
]. SANCHIS SIVERA: "Lo
(2) Con el nombre de "fossar", dado en valc:nciano a los c
L. TRAMOYBRES: u.Los eemcnlcrios de Valen.cia"- Almannqur. d.: ''Las Provincias'•
para 1895. Valencia, 1894, p:igs. 165-169.
S. BRU Y VIDAL: "El cememe.rio de Valencia y rus antecesores". •'Ln.s PrQvinci:a.s".
Valencia, 1 de nqviembre de 1961.
-215-
[page-n-216]
2
S. DRil VIDAL
te capilla de San Miguel y San Pedro Pascual (3). Si a ello se une la se·
rle de hallazgos habidos en diferentes épocas en el área catedralicia y
sus inmediatas proximidades (4), advertiremos la importancia que la ex·
oloración cobraba para conocer una porción más de lo que fut>ra núcleo
principal de la ciudad romana de Valentía.
Objeto del presente trabajo son los resultados de las exploraciones
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Fi;J. l.-Plano d~ la Ca~l de Vokru:ia. En la pene Weriot derecha, d "'foswet" coa
b zom CJ
(3) Al reo&liar obtu de consolidación en esta capilla hace algunos años. Noticia •erbal com•miaada por doo Vic:=te Cutdl, dlrcaor cW Mu- Catednllc:io.
(4) Pan un mayor conocimiento del ir
J. V. DEL OLMO: "Lhhología o expllcnción de 1u piedras y otna antiglledlldet
hallll.daa en las
que se abrieron pan1 los fundrunentos de la aapUia de N.• Sra. de
los Oes:unpanados de Valeoda ", Valencia, 1653.
J. TEIXJDOR: wAlui¡Oedades de Volmcia. Oboervacloo.. aítiaas donde mn intuu-
'i8•i••
-216-
[page-n-217]
3
llevadas a cabo por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Oipu·
tación de Va lencia entre los días 25 de noviembre y 13 de dlc:embre de
1963, en el subsuelo del c
de las obras, había sido abierta una gran zanja a lo largo del anttguo «fos·
saret», que dejó al descubierto dos gruesos muros aparecidos casi a ras
del suelo (fig. 2., muros A y B), transversales al corte long itudinal de la
mencionada zanja, muros que dividieron el campo en tres sectores per·
fectamente delimitados (fig. 2, compartimientos 1, 2 y 3). Por circuns·
tanelas diversas solamente pudieron ser llevados a cabo trabajos de exploración en e l sector 3, inicialmente el más reducido de todos (1 '65 m. x
1'20 m.), que luego, por imperativo de los hallazgos en él realizados, fue
ampliada con los subsectores 3 a, 3 b y 3 e (este último comprendiendo
el muro O), con lo que alcanzó la superficie explorada una extensión
total de unos 2'"10 m . x 4'30 m.
Desde el primer momento se pudo apreciar que lo; muros transversales A y B eran de construcción moderna, posibles cimientos de edifi
m
P. BBLTRAN VILLAGRASA: "l'!ueva inscripción romana". Ano!es del Cenito de
Cultura Valcndana. I. Valencia, 1928, pp. 169- 170.
N. P. GOME.Z SERR.'\NO: "D'Arqucologja. Excavaclons de Valencia amb moti u dcls
amtcrcUnt i cixnmples, an de bell oou portats a la fi". Valc:ncla, 1932.
V. TRAV1!R Y TOMAS: "Palacio Anobi.~pal de Valencia. Memoria r
P. MATBU Y LLOPIS: "Las inacripcion
ginas 139-167.
P. MATEU Y LLOPIS: ~Halla~~ arqucol6gicos en la plata do la Almoina en 1•
ciudad de Valencia". Archivo de Prehistoria Levantina, m. Valencia, 1952, pp. Z15-227.
J:faa: unos nños, al hacu los clmirntO$ para construir 1• llamada ~c.sa de los Can6rigos", adoll!.da al Palacio Anohispal, en la misma calle de la llan:hilla y a 11D0J diez mt•
=•
rrot del "fossaret", fue.ron b.nllados restos ros:na.nos (cimentAciones, _pavimentos, teias, cer4mica vnrlnda, vidrios, etc.) que extntjo y recogió el Servido de Investigación Arqucol6gica del Ayuolllmiento de Valencia, estando pendiente de su estudio y puhUc:ndóo. En
tlcrnpos del Arzobiapo Mayoral (mediados del siglo XVUJ) ya fueron hrulados restos toll•anos en este mismo lu~r (TEIXIDOR: Op. cit., t. I, p. 2SS).
(S) En 2 de IIlllrzo de 1961, la Comlsarfu Gentnll del Servido de D
irtegrada por don Viceot< Castcll Maiqu.., Dmeficbdo de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y c!it=or del Musco Diocesano, y don Domingo Fletcher Valls, Apodc.rndo del
Strvicio de D
esm primera cmpa de prospecciones. Váue VICENTE CASTBLL, DOMINGO FLETCHER y SANTIAGO BRU VIDAL: "'nforme oobte la primera elllpa de prospecciones
r
-21728
[page-n-218]
-218-
[page-n-219]
S
caciones realizadas en la catedral por el siglo XVIII (6). algunos de cuvestigios se advierten todavia en las paredes oriental y occidental
(recayentes, respec tivamente, a la ca lle de la B¡¡rchllla la una y a las ca ·
pillas de San Pedro Pascual y San Francisco de Borja, la otra) .
~
1
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11
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F•s- 3.-Cortc esqu&:JÑtico ideal de la ac:aVIIdón.
Comenzados los trabajos en la cuadricula imcial del sector 3, se advirtió
que, en la parte occidental del mismo y tras una primera cap.1 superficial de unos 0'60 m. a 0'65 m. de arena, en la que se entremezclaban
(6) SANCHJS SIVERA: Op. cit.
nota
-
1,
~.
219 -
79 y»-
[page-n-220]
6
So DRU VlDAL
gran cantidad de huesos humanos procedentes del antiguo «Fossaret>¡ y
fragmentos de vasijas medievales y modernas, apareda otra c<~pa finísima, de 3 a 4 cm. de espesor, formada de gravilla de rio (fig. 3) y, po•
debajo de ésta, otra de mayor espesor, unos 0'40 m., con tierra oscura
y apelmazada, en la que habla gran cantidad de escombros de relleno,
encontrándose entre éstos cantos de rio, fragmentos de cerámica roma·
na común de época tardía, trozos de <
' ',
'
1-í¡¡. 4.-Disposición de:! muro romano (C) recubierto de utuoo
Por debajo de esta tercera capa afloró otra de un05 6 cm., formada
en su mayor parte por grandes trozos de mortero blancu:?:co, y a continua·
ción de éstos comenzaba una quinta capa de tierra a 1'11 m. de profundidad. Aproximadamente a 1'20 m. apareció la parte alta de un muro
(7) Estos restos ccr:lmicos, al igual que los que a¡¡arecieron en cl!as sueesivos, se ¡uudan, con las •notaciones putiDenkS, en e:! almacén de:! futuro Mu$(() Catedralicio, • arco
de don Vicente Castéll Maiques, para ser expuestos en las salas de:! mismo.
-
220 -
[page-n-221]
7
que al ir descubriéndose se advirtió que iba oblicuo a l corte de la trin·
chera (fig. 2, C) y que tenía embutido en su estructura el fuste de un1
columna de paedra azulada (fig. 2, H y Lám. 1), de 0'57 m . de alto, la
porción superior de este muro está formada en su mayor parte por paedras paralelepipédicas de tamaños diversos, labradas con cierta regulari·
dad algunas de ellas. Practicada la limpieza completa de este muro en
días sucesivos y conocida su altura total (2'30 m.), pudo apreciarse que,
por su cara oriental, estaba enlucido en gran parte con una pasta blancuzca formada por mortero fino y piedras pequeñísimas. El muro trans
versal B cortaba el muro e por su porción superior, discurriendo el resto
de este úl timo bajo los cimientos del B (fig 4)
la capa de tierra oscura que rodeaba la parte superior del muretP
e abarcaba una amplía zona de un metro de altura, situada entre 1'11
m y 2' 11 m. de profundidad. En el la se hallaron, mezclados con la tierra, gran cantidad de fragmentos de «tegulae» planas, con bordes de di
ferentes tipos, algunas de ellas con ampresiones digitales propias de las
tejas de época romana tardía; fragmentos de ánfora, sobre todo picos .,
asas; sigillata clara tardorromana. sin brillo (uno de los fragmentos con
un círculo inciso en la base); trozos de ((imbrlces» de diverso~ tamaños
y cerámica comun de tipos tardíos.
A partir de 2'11 m. y hasta 2'51 m. apareció una sexta capa, de ar
cilla rojiza, en la que se encontraban mezclados con la tierra numerosos
fragmentos pequeños de cerámica, la mayor porte de ellos de cerámica
común y de pasta ciara. Entre lo hallado en esta capa podemos destacar
un trozo de vasija de pasta grisácea, de época indeterminada; tres frag ·
mentos de cerámica estampada rojiza; dos trozos pequeños de estuco
rojo, numerosos de color amarillo (Lám. 11) y un fragmento p"!queño de
sagillata hispánica, brillante y de pasta compacta, de los siglos 11 a 11 1 d .
e (Lám. 11, 8). Aproximadamente a los dos tercios del espesor de esta
misma capa y a una profundidad de unos 2'45 m. hizo su aparición una
especie de suelo apelmazado que adoptaba la forma de triángulo rectán·
gulo (medidas de los catetos: 1 m. y 0'50 m.), formado por grandes b loques de mortero blanco reblandecido a causa de la gran humedaa de esta
zona de la catedral (8); numerosos fragmentos de tégula plana (uno de
ellos con ranura lateral) de paredes gruesas, con la parte llana hacia arriba y a lgún fragmento menor de teja curva de paredes más fines; trozos
de ánforas (paredes, asas y picos) y de otras pequeñas vasijas menores.
(8) Estn humedad ern producida, sin duda, por las proximidad~ de JQs nntigu11 le·
ulnaa canonicales y el poro primitivo dd "fossaret", utilizado desde el siato XIV bul.l
nucsuos cllao.
SANCBJS SlVERA: Op. cit. nota 1, pta. 79, nota 2.
-221-
[page-n-222]
S
S. BRU VW.U.
Al desmontar este nuelo1> o afirmado apareció por debajo del mismo
f:ntre varlos fragmentos de cerám1ca, una capa fina de restos carbonosos
y un gran trozo de tronco vegetal completamente carbonizado. En uno
de los lados y junto a dos bordes de vasija de pasta clara coml:n, apare·
l'ig. S.-Perfiles de fondo• de ,.,..;jos. Tamaño nonmd.
cíeron dos colmillos de jabalí, varios trocitos de estuco y uno mayor (8
cm. x JO cm.) con restos de dibujos policromos verde, verde claro, rojo
y amarillo (Lám. 11, 1).
Entre 2'51 m. y 2'76 m. volvió a aparecer la tierra oscura en la que
se hallaron mezclados los consabidos restos de tégula, aunque en menor
número que en las capas superficiales, fragmentos pequeños de ánfora
y variados restos cerámicos entre los que sobresalen un pequeño frag·
-222-
[page-n-223]
&. "l'OSSJ.RET'' DE LA CATEDRAL
9
mento de borde de vasija campaniente B (fig. 6, a y l.ám. 11, 12), un
pitorro de vaso de sigiltata clara A, de forma 15 (Lám. 11, 9), un frag·
mento de fondo de vaso de paredes fonas, de pasta rojiza, de probable
vigencia entre los siglos 1 y 11 d. C. (fíg 5, a y l.ám. 11, 10); parte de
la base de una vasija de sigillata clara B (flg. 5, by l.ám. 11, 1 ll, un tejo
de cerámica rojiza (l.ám. 111, 3), dos fragmentos de sigillata nispánoca
dE forma 37, uno de ellos borde de vaso (fig. 6, e y Lám. 11, 15) y el
otro con decoración de circunferencias concéntricas en relieve dividida
en dos zonas (Lám 11, 13); un fragmento pequeño de borde de vaso, de
pasta g ris, negruzca por la cara externa y rojiza por la interna lfig. 6, b
y Lám. 11, 16); un fragmento de borde de vaso d e sigíllata clara tardía
(o «imitación de clara») (fig. 8, a), y un trozo de cerámica común de
pasta rojiza.
a
Fig. 6.-Perlilcs de: bordes de vallO&. T>maño natural.
Mediada esta séptima capa, a 2.'63 m., nizo su aparición, pegado al
muro C, un piso de normigón que formaba una especie de p;.vomento
El sistema es el corrientemente usado en infinidad de pavimentos roma ·
nos, con bloques irregulares de mortero con gravil la muy pequeña y cara
plana por arriba, embutidos en una lecnada de mortero de uno$ 20 cm.
de espesor. Mezclado con e l normigón, aparecoó un trozo de «imbrex» de
unos 8 cm. de grueso y un ladrillo pequeño (6 x 9 cm) de :os usados
para pavimentos tipo «spicatum», con mortero pegado en la base y con
señales evidentes de estar coloreado de rojo en la cara superio.La octava capa, muy fina, de uno a dos cm. de espesor, est.1ba cons·
tituida por cenizas y restos carbonosos, procedentes al parecer de algún
•ncendio o restos de nogueras.
Entre 2'78 m. y 3' 15 m. la tierra era más roj iza. En esta capa apa·
reció a una profundidad de 2'98 m. un trozo de estuco de faclura y de·
coración similares al ya conocido de la capa sexta, aunque de "1enor tamaño (Lám. 11, 2) A unos 3 m. surgió un fragmento de cerámica pin·
tada (Lám. 11, 14) y un fragmento de mármol azulado, bruñido que for
maria parte de una plancna de 2 cm. de espesor. Unos 5 cm rr.ás abajo,
o sea, a 3'05 m., nizo su aparición otro piso o afirmado de normig6n y
-
223 -
[page-n-224]
10
S, B1W YIDAL
piedras que abarcaba una superfocie de 0'50 m . x 1'20 m , aoslado del
muro C En esta novena capa se evidenció la disminución de restos cerámicos, aunque los pocos aparecidos superaban en calidad a los abundantes de las capas superiores; apenas estaban representadas ya las «tegulae» fragmentadas, en contraste con la profusión con que aparecían
anteriormente, e igualmente los trozos de ánfora, aunque conlinuaba el
hallazgo de trocitos de estucos rojos y blanquiverdes. Cabe d11stacar la
aparición de un fragmento pequeño de lucerna (Lám. 111, 5), de pasta
rojiza, de época augústea al parecer; tres trocitos de vidrio, el más pe ..
oueño fonisimo y claro; dos fragmentos pequeños de campaniense B, uno
de ellos fondo de vaso con una pequeña corona corcular incisa en el mismo
(Lám 111, 2); un fragmento de sogollata hispánica (Lám. 111, 4); otro
con decoración de dos orlas en relieve (Lám. 111, JO) ; tres trozos de sigillata aretina: el primero liso y con surcos paralelos en la pared externa
(Lám 111, 6); el segundo muy pequeño (Lám. 111, 9) y el tercero, de ma·
yor tamaño, es fondo de vaso en cuya parte onferior se aprecia parte del
sígillum y una orla Ctrcular de estrías paralelas (fig 5, e y Lán> 111, 8),
un fragmento cerámico de pared fina, de pasta roja oscura, con onda~
impresas en la pared externa del vaso (Lám. 111, 7) y uno más pequeño
de pared muy fina, pasta roja y tres estrías paralelas en la parte externa; dos fragmentos de color rojo muy claro, imitación de sigillata tardía
el más pequeño con dos circunferencias concentricas y el mayor, fondo
de vaso (Lám. 111, 11 y fíg. 5, d, respectivamente); un fragmento de sigillata clara B, con barniz exterior y estrlas, producto de la confección,
en la parte interna del vaso de tipo llamado «olpe», al parecer (Lám. 111,
13), por último, dos bordes de vaso de cerámica común y pasta clara (figura 6, d y Lám. 111, 16, respectivamente) y un fragmento de asa, d~
pasta rojiza (Lám. 111, 14).
Una capa de unos 20 cm. de espesor que vino a continuación, situada entre los 3'15 m. y 3'35 m., en la que la tierra apareció más oscura,
die escasos restos, la mayoría de ellos de cerámica campanien!e B y e,
muy pequeños, dando la sensación de haber sido triturados.
A partir de 3'35 la tierra, negruzca, dio muy pocos restos. A los 3'50
terminan los cimientos del muro e, e inmediatamente por debajo de el,
<~pareció leña calcinada, así como tierra con cenizas y materiales carbo·
nizados. Bajo estos cimientos, a 3'65, apareció un bronce Ibérico (9)
(9)
/U de bronee.-1\nverso: Cabezo mosculina, desnuda, mirando a de
trU ddfines (dos delAnte y uno dettds). Reveno: jinete ton palma, y debajo
(1\$~
(CC. A. VIVES: "La moneda hisp!nll:a~. M2drid, 19Z6; vol. 1, pq. !S2, y •'01. D .
14mina LXI, 11).
po<
-224
[page-n-225]
11
(Lám. 111, 1) Alrededor de los 3'70 se halló una especie de empa·
drado que tenía como pieza central y más firme, una piedra de molíno,
volandera, de 0'65 m . de diámetro y 0'20 de altura (flg. 3 y Lám. 1).
3 esta profundidad surgieron las pocas muestras cerámicas de regular lm·
portancia en esta capa final: un pequeño fragmento de paredes finas y
decoración de «piña» a la barbotina (Lám. 111, 15); otro de cerámica co·
mún de coloración rojiza en su cara interna y agrisada en la externa,
dos de pasta gris; uno de pasta agrisada de tonalidad rojiza cl3ra en su
cara externa, en la que se aprecian restos de pintura oscura ¡Lám. 111.
12), Por debajo de los 3'85 m. dejó de obtenerse material arqueológico.
J•ig. 7.-Vooo de pasta clara, hAllado m d sector 3 o, • 2'83 m. de prnfundidad. 1/2.
Terminados los trabajos en el sector 3 y ante la necesidad de ampliar
el mismo, para ver la continuación del muro e y la cara occidental de
éste, se procedió a la ampliación del citado sector, en el que, aprove·
chando el muro e que actuaba de divisoria natural, se establecieron los
subsectores 3 a, 3 b y 3 e (véase croquis fig 2). cuya estratigrafia es afín
a la del sector 3 anteriormente excavado.
En el subsector 3 e, casi al ras del suelo y apena~ omciada la cata
para profundizar la excavación, apareció el muro D, de constitución y
forma parecidas al B ya conocido ( 1'40 m. de a ltura), con el cual se unía
formando un ángulo obtuso (figs. 2 y 4) l..1 parte occidental del muro
e no ofreció ningún onterés especoal, pues era en todo similar a la conocida del lado oriental, aunque sin el enlucido que ésta presenta.
En el curso de la excavación de este subsector, cuya estratigrafía v
rr.ateriales aparecidos son similares a los del sector 3, podemos señalar
como más notable el hallazgo, en la intersección teóroca de lo-; muros e
y D, a 2'83 m. de profundidad, de una vasija completa, de p;¡sta clara
amarillenta, con asa lateral; el diámetro máximo es de O' 162 m y su al·
tura de 0'078 m. (fig. 7 y Lám. IV, 1). Aproximadamente a la misma
profundidad y muy cerca de la anterior vasija apareció un fragmento de
225 -
[page-n-226]
IZ
S. DRU VIDAL
fondo de vaso y pared lateral de siglllata hispánica (forma 37 al parecer),
decorada con metopas, separadas por líneas onduladas y con dobujo ani·
malístico en el interior de la metopa (fig. 5, e y Lám IV, 4), un trozo
de borde de vaso, de imitación de sigillata clara A con barniz rojo interx (fig. 8, b y Lám. IV, 2) y un fragmento más pequeño, también borde
de vaso, de sígillata hispánica clara (fig. 8, e y Lám. IV, 3)
Fig. 8.-Perfilu de bardu de v:uijas. Tllmllño n•oural.
En los sectores 3 a y 3 b se llegó hasta la zanja E, abierto~ en junio
de 1963 antes de que comenzaran los trabajos de excavación, por lo que
ognoramos la cantodad y calidad de los materiales que pudieran aparecer
en ella En el estrato superior, o sea, el comúnmente aprovechado paril
enterramientos en el «Fossareb, se apreció que los hu e~ humanos eran
menos abundantes que en las partes conocidas anteriormente.
Habiéndose llegado a alcanzar la continuación del muro e hacia el
Sur, se comprobó que arrancaba del mismo otro murete más bajo en di·
rección Oeste, es decir, hacia el muro D (fig. 2, F), formando ár1gulo recIo con el e y siendo un poco menos grueso que éste. En la part~ superio·
del muro F, una piedra de forma paralelepipédica (40 cm. x 25 cm. x 22
cm.), con un orificio en la cara superior, daba la impresión de ser la qui ~
cialera de una puerta cuyo posible umbral se vislumbrab:~ (fig . 9 )
Al mismo tiempo se vio que el muro e continuaba hacia el Sur, aunque a un novel más bajo que la parte ya conocida (fig. 2, C' y tig. 9, C')
Los materiales -en los que predominaban los fragmentos de «tegu ·
lae» y de ánforas- aparecieron en estos subsectores 3 a y 3 b muy mez ·
dados hasta los dos metros, debido a que, habiendo sido abierta la zanja E, las lluvias otoñales de 1963 produjeron corrimientos de tlerras, removidas posteriormente por los albañiles de la Catedral Entre le;. hallado
oestacan algunos fragmentos de sigillata aretina e hispánica, que apa·
recieron mezclados con otros de campaniense B y cerámica romana
CO'TlÚn.
226 -
[page-n-227]
EL hFOSSARET'' DR LA CATEDRAL
13
A unos 2'84 m . de profundidad se hallaron dos fragmentos de cerámica de paredes finas, de pasta clara agrisada (Lám. IV, 7 y 1O) y un
trozo de borde de vaso, también de paredes finas, de color <~na ranjado
)' pasta interna muy rojiza (fig. 8, f y Lám. IV, 6), un trocito de sigillata hispánica en el que hay impresa una roseta (Lám. IV, 8) y un pequeño fragmento de aretina de pared muy fina (fig. 8, d y Lám. IV, 9).
C'
F1g. 9.-Dispos.idóo de tos e:Jeme.otos constructivos roJllllllOS de:t sector 3 b,. vistos desde:
d lado Oeste.
El muro F está formado por conglomerados de piedra de rlo, mezcla·
dos con los más diversos materiales para constituir dicho muro: trozos
gruesos de mortero, fragmentos de «laterculum» de diversos tamaños,
asas de ánfora, piedras pequeiias, trozos de cal apelmazada, etc., formande todo el relleno de un <
te en Hispania, según Plinio ( JO). Dicno muro ofreció poca resistencia
31 pico, tal vez por la humedad ambiente en esta zona; su parte más
fuerte y completa es la correspondiente a su próximo empalme con el
muro D (fig. 2), lugar en que se hallaron, a la profundidad de 2 m., vanos fragmentos pequeños de estucos rojos, amarillos, grises y blancos
(algunos de ellos reproducidos en la Lám. 11, 4 a 7).
La cara occidental del muro C', continuación del C, como ya se di¡o
(ver figs. 2 y 9, C'), estaba revestida con una capa de estuco polícromo
(10)
l'lin. Nat. hist. XXXV.
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resuelto en franjas pa ralelas en sentido horizontal blancuzco en la pa•
te superior, a continuación y hacia abajo una banda de color verde oscuro
de 3 cm. de ancha, tras ésta una zona blanca de 12 cm., a la oue sigue
una banda roja de 8 cm. y por debajo de esta última una :ona más am·
plia de color rosado claro (fig. 10). Este estuco, que consthuy<.> un con-
..
..
. .
Fig. IO.-Porci6o occidenbll del murete C' mostrando la I)Orlc utucoda.
junto de bello colorido, apareció muy impregnado de humedad, corno casi
todo lo hallado en esta parte de la Catedral.
Junto a l estuco y en su parte baja apareció, a unos 2'60 m. de pro·
fundidad, un trozo plano de cerámica estampada anaranjada, de fina les
del siglo IV o principios del V, decorado con cuatro circunferencias concéntricas, entre las que queda una amplia zona ocupada por círculos re·
ticulados; el centro lleva un dibujo en forma de roseta (Lám IV, 5).
Al final del muro C, entre los subsectores 3 a y 3 b hizo su aparictón
una especie de desagüe (fig. 2 y fig. 9, G), formado por dos paredes pa·
ralelas de piedras y mortero Sobre estas paredes y como remate hay una
p•edra plana, trabajada aunque no con mucha regularidad. El conjunto de
este desagüe, aunque parece continuación del muro C, no lleva su d i
rección exacta a la de éste, sino que se desvía un tanto hacia el S.E. 1:1
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IS
suelo del unal se encontraba, aproximadamente, a unos 2'95 m. de pro
fundidad.
La limpieza total de la zanja E y su excavación en la parte baja, per
mitió apreciar, en el talud S W. del subsector 3 b, junto al muro D, una
especie de grueso muro de mortero, en el que se observó que a 0'25 m
Fig. 11.-<::one ..tratígrdtico dcl lado oriental.
y hacia abajo comienza un gran hueco en forma de puerta (o de corredor), de l. m. de ancho por 1'15 m. de altura; por debajo de esta zona
el hueco exuvado en el muro en forma de puerta, torna dirección S.E.
(fig. 11 ). Toda esta porción ahuecada estaba rellena de tierras y restos
diversos y parece obra moderna, al menos apareció por encima de lo que
podemos considerar estratos romanos
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,.
S. 8&11 VtD.U.
CONCLUSION
Dada la pequeñez del área excavada y el escaso material conseguido.
las conclusiones han de ser, por fuerza, poco amplias. Una co~a se hizo
patente desde la aparición de los primeros niveles: la remoción de tierras que este paraje de la antigua Valentía ha sufrido a través del tiem
po. Como se habrá observado, la estratigrafía no guarda una estrecha re·
ladón con la cronología de los fragmentos cerámicos hallados, prueba
!!vidente de esta mezcla de tierras y destrucción de niveles en otros tiem
pos (11 }. Así, un fragmento de cerámica estampada de finale! del siglo
IV o principios del Y (cronología más baja entre lo hallado} apareció, como se ha dicho, a una profundidad de 2'60 m. -casi al m1smo nivel qu~
un fragmento de campaniense 8-, mientras que por encima dg este nivel hacía su aparición un fragmento de sigillata hispánica datable en los
s1glos 11-111. Con todo, es evidente que en los niveles superiores son más
abundantes las muestras tardias y en los más profundos es mayor el nú·
mero de fragmentos de campaniense B y C, cronología más antigua a que
se ha llegado (finales del siglo 11 y siglo 1 antes de C.). Lo que se aviene
perfectamente con otros hallazgos habidos en Valencia y estudl;;dos cien·
ríficamente.
(11)
SANCHIS SrVBRA : Op. cu. ooua 1, pp. 80-81.
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230
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BRU VJ ilAL. 1>1 Fossaret de la Cn l cdrnl
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El FossarH tle In Cnl<•dr:tl
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11.
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El F ossnrel d r la CatednJ
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BRU VIDAL.- El t' ossarel de In Cattdral
1.1\M.
rv.
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