
Serie de Trabajos Varios 8
Sobre un interesante vaso escrito de San Miguel de Liria
Pío Beltrán Villagrasa
1942
, 56 p.
[page-n-1]
'
EXCMA.
DIPIITACION
PRO]¡INCIAL
Di'
\rALENCIA
SERvIGIo DE INvEST¡GAGION RETIIsTÓRIGA
P
sER¡EDB rnAÉrtos v¿nios:
s
)Yúm,
\lASO
tjl\It\lTERESA{\T.E T9
SOBRE
ESCN
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POR
P ¡ O B . E T " T R A NV I L L A G R A S A
VALENCIA
Eo¡lont¡¡. F. Dol,lENücrlr A .
S.
'"
142'
[page-n-2]
PREHISTÓRICA
DE
SERVICIO INVESTIGACIÓN
DE
Y MUSEO
PROVINCTALPREHISTORIA
l)lrecfor
I, BallcsterTormo,
Subdlrpctor
I:. Pericot Garcfs.
Coleboradores
M. Jorneü Poralcs
G. Yiños Masip (t)
F. Ponsell Corüés.
F. Porcar López.
Agregadoe
D. Flotxer Yalls.
E. Jiménr:z Navarro.
J. S. Valolo Aparici.
M. Vidal Lópu.
J. ChocomeliGalán.
J. Alcácer Grau.
E. Plá Ballestor. o
[page-n-3]
SOBRE UN INTERESANTEVASO ESCRITO
DE SAN MIGUELDE LIRIA
J q^l
[page-n-4]
[page-n-5]
, -.{flr
1 79 1. : a n l
EXCMA.
DIPIJTACION
PITOVTNCIAL
DE
]rALENCIA
S E R V I G I O D E I N V E S T I G A C I Ó NP R E f l I S T Ó R I G A
SER¡E DE TRABAJOS VARTOS
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VASO
SOB tJN TEBESANTE
ESCRITO
D ES A t l ül l I G U EEL I B I A
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D L
POR
PIO
BELTRAN
Vi LLAGRASA
VALENCIA.
E o l ¡ o n ¡ r L F . D o r , , t e n e c H ,.
S
t942
[page-n-6]
ISSN 1989-540
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[page-n-7]
VASO
SOBBE INTERESANTEESCRIIO
UN
DE lV|IGUEL
SAN
DE
LI;BIA
c0|'¡IEtBlJCtÓil
AL E$TU0t0 L0SA]{TtGU0$
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CÁLtCES
$AGU|IItlt0$
SAOU|\lIO.
SU
FUt\|DACIO|\
Y PRIl'!EROS
I.|ABITAI\ITES
l-os auto¡es eruditos de la Edad N'ledia y aun los primeros renacentistas españoles, utilizaron meras semejanzas entre las citas
antiguas y los nombres de los lugares de su época, para asimilar
los pueblos conocidos a los nombrados por los clásicos. Así, pór
ejemplo, fué costumbre durante algún tiempo, suponer que eran
asimilables las citas antiguas de Sagunto y de otra ciudad llamada
Segontia Arevaca y poner a ésta, y por tanto a Sagunto, en Sigüenza o en Medinaceli. Pero es suficiente leer a Mela o a Plinio
o tomar en el rrltinerario de Antoninor (Caracalla) la vía de Valencia a Tortosa, para situar a la Scgunüo histórica en la población que se llamó luego Murvedre o Morvedre (castellanizado en
Murviedro) y derivado del rtMurvetumr (Murum-oetumldela Reconquista, que figura ya como hito común de las diócesis de Valencia y Dertosa en las copias tardías que nos han llegado del
documento vulgarmente llamado rtHitación de Wambarr (l) o
(1) No interesa, en este momento, discutir la legitimidad del doctt'
mento ode Wamba,ni exponer1aspruebasen pro o en coñra
de é1. Tomando, por ejemplo, la copia suministrada por Blázquez
Hitación de Wamba> (Madrid 190?)se tiene:
que aunque esta
usque Murvetum; de Mari usque Alpont>. Obs€rvese,
supuestano sea del tiempo de Wamba, el límite actual de Io'S
obispados Valencia y Tortosa, por la costa, es el de las provinciasde
de
Valencia y Castellón, o sea el más antiguo existente entre los pueblos
contignos de los Edetanosy los Ilergavones.
[page-n-8]
5
sacado de la transcripción trMurbiterl hecha por los escritores
árabes.
En todo tiempo fué conocida y apreciada la situación estratégica de Murviedro, junto a la costa, en las faldas de un cerro coronaCo por un fuerte castillo y al final de un río, en la intersección
de la vía de la costa y del camino de salida desde Aragón (Celtiberia) al mar; dicho río, era conocido en la Edad Media como
tRío de Segorber (de rrSegorbr.o de cSegorpr) y más modernamente fué llamado Palantia (Palancia) según Iibre interpretación de las noticiab suministradas por Ptolomeo sobre la costa
de Valencia. Este nombre, sin tradición viva, es el aceptado hoy,
a pesar de que Escolano tradujera conectamente udeserabocadura
del río de Valenciar donde se había creído que decía ,rdesembocadura del Río Palantiar (l).
En el poema rrOra Maritimar de Avieno, el nombre de Sagunto no aparece; pero los geógrafosantiguos señalaron la situación
de esta ciudad en tierras ibéricas, al pie de una sierra, y cerca de
su límite con las tierras de los Celtíberos; es decir, junto a los
Montes de ldubeda, en los confines de Iberia y Celtiberia (2).
Pli¡rio, fijó bien las posiciones de Valencia y de Sagunto, cuando escribió (3): rtValentia colonia lll, M. pass., a mari remota,
flumen Turium. et tantumdem a mari Saguntum, civium Romano'
rum ñde nobile, flumen Udiva,r; y el noinbre de este último río
que aparece aquí con respecto a Sagunto, como el Turia con respecto a Valencia, parece ser el mismo Idubeda común a la Sierra
de Espadán. que le forma su lecho y delimita su cuenca.
Los habitantes de la región de Sagunto, fueron, por tanto lbeparte de la Décadaprimera de la Historia de
(1) Escolano,
T'
Valencia1611' II'
Ciudady Reynode Valencia>'
la Insigney Coronada
Cols. 2?4 y 2?5.Tlad.ujo en Ptolom€o: (Valentiae flumirus ostia) o (desembocaduiadel rlo de Valencia>.-Chabret, (Sagunto' Su historia y sus
T.
monumentosr.Barcelona 1888. I, pág' 15 y T. II, pág. 403'Documento
del Rey Don Jaime I concediendoa Murvedre el fuero de ValencÍa, en
del
el cual está citado el río de segorp.En otros documentos mismo ll,ey,
sedicetambiénSegorbysegorp.-chabás,(Episcopologiovalentino>.
T.ILSegúndedujoesteautordelaBibliothecaArabicadeCasiri,c'l
fué (Soborb).
nombre árabe de Segorbe,
T.
(2) Polibio, 3, 1?, (Fontes Hispaniae Antiquae)). III, págs. 30 y 546'
Estrabón,etc., etc.
(3) Plinio, (Nafural Historia>' Libro III, 3.
I
[page-n-9]
7
ros ; y e¡r dicha ciuciad perduró la cultura ibérica hasta muy
entrado el Imperio Romano, según demuestran las monedas con
letreros ibéricos y latinos, y las piedras con epígrafes escritos,
utilizando los mismos alfabetos. Sirva como ejemplo interesante
el nombre Ballleadin de un varón, escrito
IA(PYF
en piedras ibéricas sagrrntinas. que coincide con el de un soldado
'l-urma
I/lr¡rsense de la
Salluítana escrito Balciadin
Balcibilis
F-(il;us) en el rrBronce de Ascolir, que data del año 90 antes de
dicho soldado era de u.r pueblc cuya situación actual
J. C.(l);
no está bien determinada, pero perteneciente a una región
ibérica.
Si perdidas las noticias sobre la situación de Sagunto, sus importantes ¡uinas dierorr origen al nombre más moderno de Murttetum. (quizá durante la Reconquista, puesto que las monedas godas le llaman Sagunto),recienternente(en
Murviedro
I de Diciembrede
1868)
volvió a ser llamado Sagunto, como legítimamente
le
correspondía. No se crea, atendiendo a este caso, que suelen ser
justas y acertadas ,estas restituciones eruditas ; pues, aparte del
nombre d" Polontio' dado al río de Segorbe, la ciudad de Zamora
fué llamada Numantía durante la Edad Media, y vivos están el
no¡nbre de Titulcia,
juña y el de Blgastro
dado por
aproximación
que lleva
un
pueblo
(al otro lado del Segura) puesto en memoria
a Bayona de'l"a-
próximo
a Orihuela
del antiguo Begas-
fri cuya situación exacta es desconocida.
Si el poema rtOra Maritimal de Rufo Festo Avieno, está inspirado en un Periplo Massaliota del siglo VI antes de J. C. (2), es
necesario suponer que, al no citar a Sagunto, esta ciudad no exis(1) Huebn€r,. Berlín 1891.-Números
XXVIII, XXIX (son uno mismo) y XXXI b.-Bronce de Ascoli o decreto
dado en 18 de Noviembre del año 90. Descubierto en 1908; conservado eu
el Museo Capitolino de Roma. Cfs. Gómez Moreno,
su lengua).-Homenaje a Menéndez Pidal. T. III. Madrid 1925'
Q) F. H. A. Publicación de la Universidad de Barcelona. Fasc. I por
Adolfo Schulten. Barcelona 1922. Antigua hipótesis de Fernández Gue'
rra. etc., etc.
[page-n-10]
tía en dicha época, o que no interesaba al marino que describía
las costas de la Península según las divisaba desde su nave de
cabotaje. En efecto ; después de Tiris y del río Tlrím (que es el
Turia) describe la cordillera de ldubeda (aunque no la nombra,
v. 484 v 4B4l rtallá donde Ia tierra se aparta lejos del marrr ; después menciona las tierras altas habitadas por el pueblo montaraz
de los Beríbraces (célticos) y más adelante el alto promontorio
de Crobrasia (v. 485 a 489) que resulta en la descripción dema'
siado apartado del Turia para poder reducirlo a Sagunto (l)'
Por el contrario, la cita de Plinio alusiva a la imputrescibilidacl de la madera del enebro, menciona' como ejemplo, las vigas
de este material existentes en el templo de Diana, eii Sagunto
(2), las cuales habían sido llevadas a España desde Zacyntho por
los fundadores de Sagunto, doscientos años antes de la caída de
Troya (según testimonio invocado de Bocchus)' EI cantor de la
(3)'
Epopeya Saguntina fué Silio Itálico en su poema Punicorum
Sagunto;
donde señaló a Hércules como fundador mítico de'
esta noticia suele se¡ interpretada como un indicio de coloniza'
pen'
ción fenicia en dicha ciudad, pero quizá fuera más acertado
ya que lo único cier'
sar en una colonización de origen helénico,
tenía
to que se clesprende del poema citado, cs que la ciudad
cuya te'
y
un templo dedicado a Hércules (Libro III, v' 15 ss')
incorrup'
chumbre estuvo sustentada por las caracteísticas vigas
representadas algunas hazañas
tibles y en cuyo frontis estaban
clel héroe tutelar.
los tiem'
[-la sido achaque muy común a los autores de todos
con
pos, buscar los nombres de ias ciudades por su comparación
idiomas' eligiendo uno u otro
pul.br., corrientes de diversos
geográficos
u"gúr, la moda imperante a la sazón' o con nombres
por casualidad'
coincidentes, total o parcialments
..f,ri"ho.or,
a
(1) Esta reducciónde Sagunto' la co rsignó Sch"üten
suficiente importancla a
en las F. H. A' (T. f, pag. fZOl por no conced'er
en
y de Oropesapara-ser.consignados el Periplo'
-*lt*.,
los Cabosde Peñíscola
a
cito er nom¡re áedado por Hecateo
;;;üñ:
"rii
una ciudad de lberia.
(2)Plinio,
Libro XVL cap. 79.
(3) Silio Ifálico,'Ed' Tauschnli 1834'
[page-n-11]
9
Así, los autores renacentistas, qu'e hicieron a Tubal poblador de
España, no vacilaron en suponer que sus compañeros ulos caspiosr fundaran a Caspe y los ttsagosl a Sagunto (l). Pero este
procedimiento, elemental y grosero a la vez, fué utilizado por los
clásicos antiguos, y sólo en la semejanza de nombres está fun'
dada la pretendida colonización de Sagunto por Ios Zacinthios
(de la isla de Zante) que no consta en los textos más,antiguos y que
ha de ser noticia relativamente moderna, como lo es el nombre
romanizado Saguntum derivado del más antiguo Sagu (2). Esta
noticia fué ampliada por Tito Livio, al señalar a los saguntinos
como oriundos de la isla de Zacyntho, mezclados con algunos
colonos de Ardea de los Rutulos (3) ; pero de ella sólo interesa,
el hecho de que contiene la indicación de que en Sagunto coexistieron dos ciudades gemelas, una de las cuales tuvo un nombre parecido a'Zacyntho, mientras que la otra sonaba análoga'
mente al de Ardea (4).
En el poema ya citado escribió Silio ltálico, que Hércules, en
sus rrTrabajosr, después de vencer al triple Gerión, sepultó a su
caro compañero Zacyntho en lo más alto de un monte que tomó
luego su nombre y que se convirtió después en la ciudad de Sagunto; pero citó, además, una nueva colonización de Sagunto
por la prole de Daunio, fundador de Ardea (Lib. I' n.' 2, v. 294) v
así relacicnó los nombres análogos de las dos ciudades italiana e
ibérica. Aparte de la venerable antigiiedad de estas noticias, que
las hizo ser aceptadas y comentadas, no son' sin embargo, más
respetables y acertadas que aquellas otras más modetnas que
tan infundadas y disparatadas parecen.
(1) Leyenda tomada del ñngido (Beroso>de Juan Annio Vifervierxe.
Libro V.-Éeuter,
y en especialdel Reyno de Valencia>.Valencia 1563'Lib' I. Cap' VIL
i¡ol. X. i,Otror se preciaron del nombre de Sagos,por ser mui auisados
lu" a*u" de religión, y éstos ediflcaron la población que de ellos se
Cap' IX'
"r, Sagunto>.-Escolano.
Op. cit. T. I. col. 4 y s-s'
dixo
estas
(2) Chabret. Op. cit. páe' 27, impugnó muy acertadamente
derivaciones.Cfs. Estrabón, Appiano, etc.
(3) Tito Livio, (Ab urbe condita>, xXI' 7.
(4) Schulten (F'. H. A., T' III, pág. 35), observó,muy aiinadamente'
y
que esta derivación procediódel nombred.elas monedas, añadió
que asl era,
entre la s y la d>.
[page-n-12]
T-
l0
Los griegos recogieron
v-erdaderas o
míticas de las ciudades, y muchas
las antiguas tradiciones,
falsas, sob¡e las fundaciones
veces inventaron lo que no conocieron por conductos fidedignos.
Este achaque, propio de la erudición de todos los tiempos, se dió
mucho más entre los rrafortunados advenedizos,, que constituyeron el Pueblo Romano, desde el momento que lograron alcanzar
una situación preeminente en Italia ; pues inmediatamente sintieron el deseo de ennoblecer los orígenes de sus antepasados e inventaron para sus ciudades unos fundadores míticos, al estilo de
los griegos. Después de la segunda Guerra Púnica extendieron
este procedimiento a los orígenes de su fiel aliada y abnegada ciudad de Sagunto, que había preferido
el sacrificio a su entrega a
y cuya destrucción fué una de las causas del
de Roma. Solamente entonces. fué cuando le
buscaron semejanzas entre sus nombres y otros de antigua prosapia, y por este procedimiento vulgar, que es de todos los tiempos. relacionaron los de las dos partes de Sagunto con los ya
las huestes de Aníbal
engrandecimiento
indicados, y fijaron para el porvenir, aunque sin verdadero fundamento, los orígenes legendarios de las dos ciudades gemelas
que constituyeron la Sogunfum romana. Ya entrevió esta explicaDelgado al tratar de explicar los textos históricos referentes a sagunto y la etimología o derivación de las palabras Arze-saguntum que leyó en sus monedas (l)'
ción clon Antonio
Es necesario, por tanto, admitir, que, aparte de una civilización de procedencia exterior con matices helénicos y de origen
no bien determinado' y a pesar de las tradiciones inventadas'
hubo
en Sagunto una ciudad
ibérica
influída
por la cultura
de
conuna colonia, según se reconoce et' los restos arqueológicos
diservados y en sus monedas más antiguas ; pero para razonar
prechas influencras exteriores (de origen no claro todavía) es
que en las Ieferible apoyarse en las pruebas arqueológicas
yendas forjadas antiguamente por necesidades políticas' No es'
por lo tanto, lícito, establecer relaciones entre la cultura saguntina
y otras exteriores, partiendo de las tradiciones históricas: sino,
(1) Delgado, (Nuevo Métod.o de clasificación
nomas de Eipaña>. T. IIL pág. 352. Sevilla 1876'
de las Monedas AiltÓ-
[page-n-13]
ll
que discurriendo a la inversa, las semejanzas entre las muestras
culturales saguntinas y otras extrañas, son las únicas que pueden
confirmar o negar, con pruebas, las procedencias atribuídas a Ios
habitantes de Sagunto; y, por ahora, no creo que se haya llegado
a nirgún resultado concluyente y satisfactorio.
II
ATBIBUIDAS
fll|ONEDAS A SAGUt\lTO
Las monedas que se suponen fabricadas en Sagunto o en su
ciudad gemela de Ardse, contien'en palabras escritas con caracteres ibéricos y otras con letras latinas, dando la sensación de
que en sus tiempos fuera Ardse una ciudad ibérica y Saguntum
una ciudad romana, con vidas independientes al principio y que
luego se fundieron para constituir el Municipio Saguntino. Así
ocurrió en Emporion, al fundirse en el Municipio de Emporiae, la
ciudad griega f6cea Emporíon y su inmediata, la ibérica Indifta
o lJndiftict; y cabe pensar que igual ocurriera en el caso de Sagunto, sin pruebas concluyentes por ahora.
Para poder admitir provisionalmente este hecho, es necesario
slrponer previamente, que es cierto el alfabeto ibérico que se co'
1 2 3 + 5 6 7 4 9 , o M t 2 l 3 1 { r 5
? v Y l f l{A Y r Y ( ? M t ( ? ) T
A
E
I
o
U
L
M N(NN) R RRs¡(ot¡.XPr¡)€)
16 L7 t8 t9 20 21 22 23 2t' 25 26 27 28 29 30
I I P XD A ( J X O X Q T T I I A
pr pc pi po F'1" if ?? .." i- ?' ?. ft 90?*
[page-n-14]
t2
pia a continuación, el cual es casi idéntico (l) al publicado por
el profesor Gómez Moreno y que será justificado completamente
por el que esto escribe, cuando sea publicado un trabajo escrito
sobre esta cuestión.
Puede observarse en dicho cuadro, que hay dos signos distintos para el sonido r según muchas pruebas. Pero como ambos signos aparecen juntos en ciertas levendas (entre otras en letreros
monetales saguntinos) aunque sean de sonidos análogos' éstos han
de resultar distintos, y hay necesidad de suponer que uno de ellos
es r suave y el otro rr fuerte; esto no obstante, no hay seguridad
de que concuerden exactamente las lecturas así resultantes de los
letreros antiguos, con sus nombres conse¡vados modernamente'
más o menos modificados, donde a veces se sustituyen y permutan mutuamente los dos sonidos, pudiendo resultar dudas, que,
se soslayan con sólo suponer dos valores r, r análogos, pero, dis'
tintos.
El signo correspondiente al sonido z está raras veces en las
inscripciones y puede ser sustituído en la fonética moderna por
una de las dos sibilantes, cuyos sonidos se puede razonar' aproximadamente, que son análogos a la s, y distintos sin embargo'
puesto que aparecen juntos, en muchos letreros monetales' y en
sin
la inscripción del vasito liriano que ha motivado este trabajo'
Ya Zóque a priori puedan ser individualizados cumplidamente'
este
bel de Zangroniz (2), atendiendo a razones que no son de
d"
lugar, supuso que el n.o 12 sonaba como s y los 13 v 14 como
de Zóbel' la leyenda monetal
o tr. P"ro aparte de esta sugestión
b4+v
'r\tfa(1) 'Gómez Moreno, (De Epigrafía Ibéri-ca' El Plomo de Alcoy>'
y su lengua>' Homenaje a.Merrenarid-íszi, pág. 35?.-(So¡re los iÉeros
en la
dez Pidal. T. III. 1925.-tio Beltrán: Ñota irxerta
pág' 316'-ObserS. I. p. to¡t" sus actividades en 1934)'
Dirección del
formas
ai cuadro allí admitido' que existen las
adiciones
;;;¿-;;;"
z'. y 7a segundt
(
equivalente Ia primera a ds o ts y a veces a
( t * lt
los tiestos con letreros ibéricos
al sonido ke o gue que aparece tambiéuen
en San Miguel de Liria'
hallados
Q)ZÓbeldeZangÍoniz,
.Madrid 1878.
[page-n-15]
t3
clásica en las monedas saguntinas, puede comprobarse con faci'
lidad que suena .árse muy aproximadarnente. Es evidente que
los ,escritores romanos conocieron el nornbre correcto Ardse de
la ciudad ibérica existente en Sagunto, y por él crearon la tra.
dición de la población mixta de Ia ciudad, por los Zacgnthioa y
los Ardeotes.
En lo que sigue aparecerán otras pruebas de la correspondencia de dicho signo sibilante, con el valor fonético ds o con el fs
o tz.'
También se ve en el alfabeto propuesto, que no hay diferencia entre los signos correspondientes a los sonidos derivados de
las d y ü unidos a una vocal; y que otro tanto sucede con los que
dependen de las parejas b y p, g y h, de manera que no puede
individualizarse prreviamente cual .corresponde en cada caso.
Las cuestiones de cronologías son siempre inseguras y las referentes a monedas antiguas hispanas lo son tanto como cualesquiera otras ; pero quizá pueda admitirse, por hoy, que las dracmas de
plata de tipos etnporitanos, con letreros ibéricos, fueron fabricad,as en, varias poblaciones de la costa oriental de España y del
sur de Francia, aproximadamente desde el año 250 antes de
J. C. o desde poco después, hasta el año 219 o poco antes. Entre
dichas piezas hay una cuyo letrero ibérico ha sido leído
P9tPfMtv
que suena Ardsabas.n (l) v que ha sicio atribuída a Sagun'
to sin saber interpretar por completo dicha lectura ; quizá sea
acertada esta atribución; pero no conozco suficientes pruebas
para confirmarla.
Antes del año 219, en que Sagunto fué destruída por Aníbal,
esta ciudad fabricaba monedas de plata con tipos peculiares, como se deduce de la composición cie los hallazgos procedentes de
Levante y de Cataluña, y del arte de las piezas conservadas. A
(1) Del Teso¡o de las Ansias (Gerona). Zóbel (
Pujol, en eI (Nuevo Método> de ,don
Sagunt))) la atribuyó a <.
Antonio Delgado (no 148) 1a leyó ARSAIN siguiendo a Delgado,ete.
[page-n-16]
t4
dicho período debe pertenecer la moneda únic.a de la colecciórr
del Canciller Lorichs (formada en España), que se conserva ac'
tualmente en el Museo de Estokolmo (l), la cual tiene en el anverso un busto femenil con collar, mirando a derecha (que es
quizá el de la deidad femenina adorada en Sagunto y asimilada
por Plinio a la Diana romana) y en el reverso una rueda o división del círculo en seis sectores, con un núcleo central y entre los
radioe de la rueda el nombre ibérico
D
a/r/v/rlalN
El signo repetido en los lugares tercero y quinto, no aparece
por Io general en esa forma en los letreros monetales ibéricos,
pero depende del sonido s (algunas veces en las piedras parece
sonar como z) y atendiendo a su figura, en los tiestos de Liria'
puede asegurarse qu.e sonaba como ds. El signo penúltimo es una
forma del sonido fte tal como aparece en los epígrafes lirianos.
La lectura del nombre consignado en la moneda' es por
tanto :
ar-ds-e-ds-ku',
Esta moneda fué bien reproducida por Lorichs y mal
pretada por los autores.
De Lorlchs
de Mossilia, tienc
lPtuci (Cabeza
una representación análoga en las monedas de
la provincia de Cádiz)
cle Hortales, cerca de Prado del Rey, en
Su tipo,
qlle
parece
derivarse
del anáJogo
(1) HilI, (Notes on the ancient coinage of Hispania CiteriorD' -New
york'fg3f. Éags. ffZ y 119,lám' XXI, ?; 2,-95 grs'-Lorichs' (Iü€chercil'es)'
ro:-peteáao, (Catal. col. Lorichs> n'o 1'060' Todos los autores
ia*. iiif,
se refleren a la misma Pieza'
[page-n-17]
l5
que contienen letras latinas y otras indígenas, llamadas por Z6'
bel libío-Íeníces, y forman los dos nombres de la ciudad. Este
tipo hizo pensar a Campaner (l) en que tal ciudad estuviera en
Rota (pueblo situado en la costa gaditana) tan sólo por la semeja.nza de su nombre con la figr:ra représentada en el. reverso.
Dentro de los métodos usuales, tal asimilación corre pareja con
la comparación de las palabras análogas y es el mismo procedirniento empleado por Boudard para atribuir la pieza citada de
la colección Lorichs, a Rñodas (por la rueda) en alianza monetal
con los Edetanos partiendo de haber leído sdn los últimos signos
ibéricos de su leyenda (2).
Heiss puso dicha moneda entre las inciertas de la costa y la
ley6 Arse-san (31.
Delgado halló un Arze-seduni completamente fantástico partiendo de una lectura análoga a la de Boudard (4).
Z6bel de Zangroniz la copió mal y Ia tradujo Ardse'sarn (51
I' análogamente Pujol y Huebner. Más adelante fué leído arsesacen y se pensó Ln hall.r e. ella la unión de Arse y Sagunto
(Schuchart y Schulten). Hill la leyó y publicó correctamente
arsescenpero no interpretó esta Iectura (6).
La interpretación de este letrero es fundamental; y para lograrla es necesario suponer la descomposición:
adrse - ds
h"n
fundada en la existencia de varias descomposiciones análogas en
(1) Campaner y Fttertes,.
M€nl. Num. Esp. T. L pá9. 276 Y ss.
(.D Boudard, (Essai sur la Nr.lmismatiqtte Iberieutle>. Pág. 278. P¡'rÍs 1859.
{3) Heiss, (Descriptiou generale des Moltllaies atttiques de liEspagtre>.
Pág. 288.París 1870.
(4) D€lgado, (Nuevo métotlo>. T. III,. págs. 361 y 368'
(5) Zóbel de.Z,angtonlz,
249, n." 28L.
(6) Pujol y Camps,
Acad. Hist. 1890. T. XVI, págs. 321-360,con tablas, n.o 66 a.-Huebner'
(op. cit. pág. 112) refe'
rencias a Schuchart y a Schulten y lectura propia.
[page-n-18]
I6
las monedas ibéricas posteriores con el tipo del jinete ibérico y
provistas de leyendas ibéricas que se leen (l):
segobirrifte-ds
arregorrada y arregorrada-ds
orrosi y orrosi-ds
bilbilt v bilbilí-ds
siendo más interesante la última por ser conocida la situación de
esta ciudad cuyo nombre BiIbiIi o Bil6¡l¡s, escrito en las dos formas, figura en las monedas latinas posteriores.
De Lorlchs
Estas parejas prueban que el tipo final es una desinencia
(o -TS) independiente del nombre de Ia ciudad.
-DS
(1) Vives y Escudero, (La Moneda Hispánica>. Madrid 1926. Ceca
núm. 26. Lám. XXXVIf
núms. 1 a 5.-Monedas latinas d.e Segóbriga.
Lámina, CXXXV núms. 1 a g. Monedas en que se lee (Orrosi). Lámina
XLIX núms. 2 y 3. Piezas en que se lee
3, 4. Id. con
y ss. Monedas iatinas con , Vives ]ám. CXXXVnI
l, l, 3, etc.
Idem con
[page-n-19]
r7
Todavía más parecidas a la leyenda que se estudia, son las
parejas que se leen:
dsei -ds Y dsei -ds -ften
ildirrike -ds e ildirrfte'ds'l1en
donde se comprueba que la paiabra -ften es una desinencia añaclida a nombres de la forma anterior. Ayudan a comprobar esta
hipótesis las leyendas (l):
ause -ds -ften Y undilP -ds -fterr
que se sabe perfectamente se refreren a las poblaciones de lusc
{Vich) y Undíca (AmPurias)'
Partiendo, sobre todo, del nombre lldírrfte ds bien leído e
interpretado llergetes por Zóbel de Zarrgroniz (2) v del Undíhe
-rls -hen que Be refiere a los lndiftetes o Undiftefes de Emporion'
-efes por los
resulta que la desinencia -ds o -ts fué la traducida
proceden los nombres que
griegos y los romanos y que de ella
consignaron de:
Ilereetes (lld¡rrlpts), Indiketes (Il ndíhets), sedetes (DsedeiÍs)
y otros con idéntica terminación.
Estas consideraciones confirman la legitimidad de la hipótesis
formulada sobre Ia asimilación de los sonidos ds y fs a los signos
-efes
citados del cuadro ; ya que Ia transmisión de la terminación
demuestra la existencia de los sonidos d o f en la citada s ibérica.
Esto, no obstante' sería atrevido en exceso pretender igualar en
todos los casos el sonido ds con el citado signo' dada la incertiMás
dumbre existente s¡ las cuestiones relativas a la fonética.
y solaclaro: ignoramos en absoluto la pronunciación antigua'
Lámina
(1) Vives, (La Moneda Hispánica)' Piezas con'
Lám' xYxVuI' 1 y
XXXVIII, I a 11, y n.o ?.-Id. ion,
P'
rr--lUo"u¿rt cor-r
Lái**ero 136, €'tc.-Moned'as éon (Ildirrketsken>, Vives' ceca n'o 10' 3'
(Ausetsken>'
c€ca n'"
Vives'
xxvf, núms. 1 y ss'-Monedas con
Ái"u
Emiámina xxtl, núms. i a ll._Monedas con (undiketsken), vives,
porlae,etc.
T' II' pág' 41' lo'ta
(2) ZóbeI de f/¡a:ngronlz,
se
con
13.Este autor identjlcó (caesada) y análogamente nace
con
ia de
[page-n-20]
18
mente en los casos citados puede rastrearse la identiñcación propuesta y luegc sustituir el signo citado, por el sonido señalado,
sistemáticamente,y sin seguridad, en la mayoría de los casos.
Más seguro resulta, no establecer la diferenciación y señalar las
dos s en las formas s y s.
En cuanto u l. d."i.r"ncia ibérica -ften, que aparece en las
monedas de Ia costa española Cesdeel Pirineo hasta Almería, ha
sido interpretada, a partir de Boudard, como un genitivo del plural equivalente a de los, y las leyendas ss interpretan:
'
De
De
De
De
los Sedetes (Dsedeitsften)
los llergetes (lldirrftetsften)
los Ausetes (Ausetsften)
los Indiketes (Undihefshen)
y supliendo la palabra Moneda, resultaría:
Ardsetsften.-(Moneda) de los Ardsetes.-(Moneda) de los de
Ardse.
La lectura del nombre Ardse de esta ciudad es relativamente
moderna, pues data del descubrimiento de la letra c por don
Antonio Delgado; antes, Ia coexistencia de dos letreros, uno
ibérico y otro latino, de imposible asimilación, en las monedas de
Sagunto, había hecho creer a los autores (entre ellos al P. Flórez)
que la investigación del alfabeto ibérico era problema insoluble,
y cuando Pérez Bayer leyó, casi correctamente, el nombre ibérico de las monecias de Bilbilis y determinó el signo correspondiente a la vocal i, este acierto le hizo confundir en uno a los dos
y sonando el primero como 6, se auP
ft,
puso igual valor al segundo, resultando una exuberancia exagerada de palabras con este sonido. En el período de tiempo que va
desde Pérez Bayer a las investigaciones de don Antonio Delgado,
las monedas ibéricas de Ardse o de Ardse-Sagunto, fueron atribuídas a una ciudad leída Bar-"e o Perse y asimiladas a una teórica
Perseganao Barcíno, en alianza monetal con,otras ciudades. Pero
desde que se supo leer su inicial c, hallóse fácilmente el nombre
de la ciudad de Arse y en los letreros que tenían otros signos ibéricos peor conocidos, se supuso que indicaban alianzas monetales
signos distintos
[page-n-21]
t9
de Ardse con otros pueblos, o que se trataba de la palabra arx (o
fortaleza) seguida del nombre de Ia ciudad emisora ; y resultaron
así las soluciones provisionales, cuya inconsistencia ha sido comprobada al cabo del tiempo.
Otra pieza de plata de Ardse, fabricada antes de la destrucción
de la ciudad por Aníbal, es la conservada en el Instituto de Valencig de D. Juan y que tiene de un lado la cabeza desnuda e imberbe de Hércules con maza detrás, y en el reverso un toro corriendo, interpretado como un perro por aigunos autores (l); con
los mismos tipos, aunque no con tan buen arte, salieron un ejemplar en el tesoro de Cheste y otro en Tibisa (2) acompañando a
otras monedas anteriores a la destrucción de Sagunto, que parecen fechar a la pieza ardsetana.
Es interesante que aparezca en estas monedas el busto del
furrdador mítico de la ciudad; y también lo es, que la cabeza imberbe de las piezas hispano-púnicascon el caballo, que parecen
ser las más modernas de todas, recuerde a la del Hércules de
Ardse, aunque guizá representea un personaje histórico.
La leyer,da ibérica de dichas monedas, escrita bajo el toro, es
P({4X4
cuyas letras son todas conocidas salvo la cuarta, qus aparece así
mismo en algunas piecjras sepulcrales saguntinas, y que en moned.as ardsetanas pasó a ser la forma monetal corriente
I1i, gui, por lo cual dicho letrero ha de leerse:
del sonido
ards - Ilidar
y referirse a la ciudad de Ards-(e).
Su segunda parte, leída fr por Heiss
(inciertas) y
gdr
por
(1) Vives,. Lám. VI, l4.-Heiss, (Description)),
Lám. XL, 1, de su colección. ¿Arshe?
(2) Zóbel,
Cheste. Núm. 285, l.-Gómez Moreno, (Notas sobre Numismática Hispana), l\{adrid 1934: Sobre €l tesoro de Tibisa.
[page-n-22]
20
Delgado (l). hizo pensar a este último autor en la combinación
ARZe-GaDIR (rrCastillo o fortaleza de Godin') y que indicara la
alianza monetal (omonoic) entre I rse (Sagunto) y una ciudad costera de situación indeterminada (Cádiz, etc., etc.). Hill rechazó la
alianza monetal, muy acertadamente, y pensó en conservar la idea
de que se reñriera a una fortaleza de los Ardsetanos.
La lectura correcta -hidar se reñere, como en otros caeoe, a
una palabra común, no geográfica. que no sé traducir hasta ahora ;
si hubiera sonado 'zidar seía posible buscarle una interpreta'
ción satisfactoria que todos los bascos traducirían inmediatamente.
Otro busto de Hércules con la maza' algo distinto del anterior,
acompaña como anverso a un toro androsopo que vuelve la cabe'
za y mira de frente, el cual tiene encima una cartela rectangular
con la leyenda
oa7 4 X0
que es ]a misma anterior c<¡n el signo tercero de otra forma (2);
esta pieza, también apareció en Tibisa.
En la colección de D. Manuel Gómez Moreno hay una pieza
de plata con el primer busto de Hércules y cuyo reverso es una
variante del segundo citado, sin cartela. Esta moneda enlaza las
tres emisiones consecutivas.
Otras monedas de plata conservan el toro androsopo y la le'
yenda sin cartela encima ; pero los bustos parecen retratos de per'
sonajes, mejor que deidades; luego, uno de los bustos acompañó
a un toro sin cara humana. En otras piezas los bustos diádemados
del otro lado un toro parado y debajo
o laureados de ...) tier-ren
la leyenda copiada (3).
(1) Heiss,
MétodoD. T. III, Pág. 360'
Q)
Mon. Hisp.). Lám. VI' 7' 2' y 3'
Vives, <
(3) Viv€s, (La Mon. Hisp.>t.Lám, VI' n.o 4 a 6 -<(Ibidem) i1'' ?'*
(Ibidem)¡r,oBal0.
[page-n-23]
2l
Finalmente otros bustos análogos a los anteriores tienen del
ot¡o lado un toro derrotando y debajo
v
con el cuarto signo de la forma corriente (l).
Es cosa curiosa la gran semeianza entre alguno de estos bustos
úitimos y el que hay en un tetradracma que tiene del otro lado urr
caballo al galope y debaj,: una larga inscripción púnica tan incier'
ta como la que sea más dudosa. Estas monedas, indudablemente
hispano-púnicas, han sido atribuídas primeramente a Bochus ] y
Itrego (2) a Vermina (-213).
Otras monedas de plata tienen en aus anversos la cabeza galeada femenil de Roma (?) y en el reverso un toro androsopo, encima del cual se lee (3)
D0vvy,q
á
Esta misma leyenda figura en monedas de bronce bajo una
,,proa cle nave)) y que tienen del otro lad<¡ el ¡tecten iacobeus
(concha de peregrino) tan clásic'a en las pequeñas monedas de
bronce de la región de Sagunto'
Este letrero leíclo crse - efr por Heiss y arze etr por Delgado.
porque 'no les sonaba
no pudo ser explicado por los autores,
constisu segunda parte a ningírn pueblc conocido' Pero su final
tuye la palabra común -edar o -elar que 6gura en otras monedas'
(4)'
y. ,.r.ltu, como en los semises de los Indiketes con un león
de Sailabi en una moneda
del
va ouesta a cc.¡ntinttación nonrbre
(1)
(Ibid.em)) n.o 11 a 13.
(Numismatique
(2) (Ibidem)' T. I, págs. 44 y 45'--MueIIer'
Copenhague 1862' T' III' 88 y IV 69'
I'Ancienne Afrique>.
n"' t 7 .
(3) Vives. Lám' vI n.o 15 y 16, las monedas de plata' El semis'
(4) Vives. Lám. XVI, nirms 6 Y 7'
[page-n-24]
22
de piata que tiene un busto de Hércules y en el reverso un águila
y la leyenda
f.^Ptuxrrxq
q u e s e l e e S ¿ i f a b i e t a r( l ) .
Esta moneda del Nluseo Arqueológico ha sido atribuída a Sagunto por todcs los autores, tan sólo porque leían su final que
parecía exclusivo de las piezas antedichas, hasta que D' Manuel
Gómez Moreno la leyó iompleta y correctamente, siendo fácil la
comprobación de su lectura hasta en la reproducción dada por
Vives.
Por idéntica razón fué considerada' como de Sagunto' otra
monedita muy menuda y recortada, de plata' que se supuso de
alianza monetal con Emporiae a causa de un busto de caballo'
que se creyó ver en ella ; su descripción, según Z6bel' fué la sieuiente (2):
ruTipo ininteligible.-Rev.:
delante en semicírculo
Busto de caballo a la derecha;
D0átrvxd'^x
Si esta descripción
fue¡a correcta se leería
arclse'edar-kida(r)
comunes
dos p.l.br.,
es decir, el nombre de Ardseseguida de las
pequeño módulo y sus. recortes' tan
antedichas; pero dado su
que cóntiene de un
sólo puede asegurarse po' iu reproducción'
de un águila y unas
lado una (mosca)) y del otro la parte anterior
Lám' VI' 3'(1) Lorichs,'Lám' XXIX'-.3'-Vives'
pág. 115.Lám' XXIL 2' Sln explicación'
frifi,-'Op. cit.,
-la
Colección Vidal-Quadt'as
oe
Q) Zóbel,. T' I, pág'- +S'
ito" lu publicó,por no, admitir. la q":-t:pRamón. catálogo r1.' r¡á.-üi.ñt
tt " rr' sin descripción ni expliiir'
áp' ;it";ñ
ción imperfecr"'.-Hrll,
parti€i1do del mismo ejemplar'
0'28 grs. Tod,os en y
cación.
[page-n-25]
23
letras ibéricas donde se lee bien -edar, y además puede
asegu-
gurarse que no dice ards...
De las dos monedas ardsetanas con el busto femenil galeado
y el toro androsopo, es muy interesante la que tiene encima Ia
leyenda ibérica leída ya
ard.se - edar
y delante,. en arco, Ia leyenda ibé¡ica:
Pg{PtovtP0
De Lorichs
Este letrero no ha sido publicado con lectura completa hasta
ahora; no hay duda en sus signos, ni siquiera en el eegundo que
debe ser la rr. Su lectura da:
a - rr -ds - a- fti - ds - Iv -. - ki - ci- r
de muy dudosa descomPosición.
Los cuatro primeros signos son los mismos de la dracma de
tipos emporitanos, que se ha leído artdsabasn, y nada más
cómodo que suponer esta palabra derivada de Atdse; pero la diferencia de los dos signos si suenan r y rr hacen dudar sobre tal
derivació¡r : eso no obstante, puede admitirse que las dos palabras
citadas tienen común su colnienzo arrdsa que ha de ser aceptado como buena lectura y palabra entera'
La transcripción dada por Heiss, fué imperfecta' y su lectura
arsa-gsaegarmuy defectuosa' y otro tanto hizo Delgado al leer
má"
arza-gdtegar e interpretar Atza, Gadir, Egara (l) ; no es
teoría de las
correcta la lectura aftagsoegra de Huebner' La
dió la farü e imposible asociación monetal de ciutuomonoícs¡
dades muy distantes.
(1) Heiss, op. cit., pág. 289'-Delgado,,((NuevoMétodo>' T' III'
güe¡ner, (M. L' I'), pí'g' 44' n'o 40 b'
p¿e. ioz.
[page-n-26]
24
Tampoco es más acertada la idea propuesta pqr Hill, de que
en esta inscripción esté contenido un nombre personal (l).
Afortunadamente los cuatro últimos signos, donde se creyó
leer el nombre de la ciudad de Egara (Tarrasa) forman una palabra corriente en los vasos de Liria (l); ya aislada, ya formando
parte de otras palabras
egiar, ftaftu - egíar, ftarretz - írde - egíar, ...ditzum'íngu' egiar,
gi
e
ebirrde-egiar, ... rbangutzdu- gíar, ftemí-e ar
de las cuales resulta que ehiar o eguiar es una palabra común y
no geográfica, ni el nombre propio de un magistrado.
Ha sido achaque corriente creer que las palabras contenidas
en las monedas eran nombres de pueblos o de magistrados ; pero
aquí ha quedado manifiesto que no lo son las palabras:
-edar,
-ftidar,
-el{ar
Además de éstas, hay otras palabras que aparecen en monedas, como -salir, en dracmas ibéricas de tipos emporitanos acuña'
das en llerda y en Tarrafton, y en denarios ibéricos de la primera
ciudad y la palabra ban que está en denarios de Ausa, en semi'
ses de Laftíney en cuadrantesde la ceca que contienenelnombre
no geográfico Abarildurr' La palabra -salir no ha aparecido toclavía en otra clase de monumentos ibéricos; pero ban es común
en los tiestos de Liria y aparece suelta o formando parte de pa'
labras en dichos letreros y en otras inscripciones sobre piedras'
Aventurando hipótesis lingüísticas podrían ser traducidas'
Insistiendo, de nuevo, en las dificultades que tiene la cronología de las monedas, he de limitarme, en lo que sigue, a enumerar
que el
las principales series de bronce de Ardse y de Sagunto' sin
orden en que sean expuestasindique una ordenación cronológica;
(1)Hill,op.cit.Lám.XXI10,etc',pág'113'(Arsagsoe)?(grr)?'
I' P' y su
Q) Véanse las inscripcionesibéricas en
Museoenelaño1934>.--MemoriadelaDirección.Va]encia1935.Excelentlsima Diputación Provincial de Valencia'
[page-n-27]
25
l, ,observando, tan sólo, que durante el imperio de Augusto se
continuó fabricando en Sagunto monedas típicas con la cabeza galeada de Roma y del otro lado la proa de nave, y sin el nombre
del Emperador. Podría ser una excepción la moneda de dichos
tipos descrita por Saulcy (1) qu" tenía, según este autor, la le-
yenda
SAGVNAVG en el anverso, D
y
e IMp en el
reverso; pero tal pieza no figura en otras obras, ni sé de nadie
que la haya visto y no puede servir de fundamento.
Mas, no hace faita que exista dicha moneda para probar que
en Sagunto se usaba el alfabeto ibérico al comienzo del Imperio
Romano, pues existe una inscripción con parte latina y otra parte
ibérica que es de dicha época (2).
El busto y el nombre del Emperador, comenzaron a ponerse
en tiempo de Tiberio en las monedas saguntinas y con éste terminaron las acuñaciones, o por lo menos hasta ahora no se conocen
monedas de Calígula acuñadas en esta ceca.
Entre las series interesantes sin nombres de Emperadores merecen ser citados los ases con el busto y el jinete, corrientes en las
piezas ibéricas, que tienen en el reverso la leyenda ibérica Ardse.
Las piezas grandes con la cabeza galeada de Roma y la proa de
nave por el otro lado, acompañada de un caduceo, forman muchas
s,eries, entre las cuales se encuentran las siguientes (3):
Tipo I.-Cabeza de Roma con casco alado saliente. -R) Proa
de nave con castillete, delante caduceo ; encima Victoria volante
coronando la nave. Debajo la leyenda ibérica leída Ardse.
Tipo II.*Es el rnismo anterior con nombres de magrstrados
ibéricos o latinos en el anverso:
(1) Saulcy,
pág. ?6, Gr. Br.
Huebner, (M. L. I.), n.9 XXXf, a. Inscripción de Fabius, M. 1.
Q)
que hay mondas
Isidoru(s).-Vives (Op. cit. T. IV, pág. 11), ya observó
saguntinas del tiempo de Augusto que tienen caracteresibéiicos.
(3) f. Vives,XVIr, 1.-II a. <
III a. (Ibid). XVII, 7.-Iü
b. (fbid). XVIII, 4.-III c. (Ibió). XVIII, 5.XVüL 1; IV c. xV[I,3;
V a. XVIII, 4rV a.. XVIII, 2; M.
Ylórez, XL, ?.-Heiss, )
D. Luis Gallego.-Vl a. Vives, XVIII, 6; VI b. Vives, XVII, 5; VII (Ibici)),
XVIII, 6; HiU, op. cit., XXIIL S.
[page-n-28]
¿ó
a) Con los nombres Ce los magietradosibéricos lftorrbeles y
Balftol1aldurr.
t
De Lo¡lchs
b) Con los nombres de los magistrados latinos Q. VALERI
(us) v M. ¡{E (,nilius).
de Roma con casco bajo, y nombres de maTipo III.-Cabet"
qietrados ibéricos o latinos.-Rev.) Proa de nave con castillete ; delante caduceo, encima SAGV, debajo la ieyenda íbérica Ardse.
a) Con los nombres de los .magistrados ibéricos Biulahos y
Balftodu...
De Lo¡lchs (lmpcrfecta)
b) Con los nombres de los magistrados latinos Q. POPIL
(ius)y LI. ACIL(ius).
c) Con los nombres de los magistrados latinos M. AEM (ílius)
v M. AEM (ílius) HERCOL(es).
'fipo
IV.-Cabeza de Roma con casco algo modificado con
respecto a los anteriores.'R) Proa como en el Tipo I; debajo
SAGV.
a) Co¡r los nombres de los magistrados latinos CN ' BAEBI
tus\ GLA,B (¡ío\ y L.'CAI'PVRN (íus) AED (íIes)G' S'
[page-n-29]
27
b) Con los nombres de los magistradoa larinoe L. CAL?VRN
( i u s ) . .v M . . . .
.
c) Con los nombres de los magistrados latinos M. AEMIL
( i u s ) y C N . B A E B ( i u s )A E D ( ¡ l e s )( G . S . )
Tipo V.-Como el primero con el nombre SAGVNTINV rnás
o m.enos abreviado en el anverso y Ia leyenda ibérica 'Ardse
abajo, en el reverso.
a) Variantes con Ia cabeza a derecha y SAGVNT-INV o
SAGV-NTINV o SAGV-NT.
b) Variantes con la cabeza a izquierda v SAG-ZNT en el
anverso: la leyenda ibérica puede estar suelta o en un ¡ectángulo.
Tipo VI.--Como el lli, con el nombre latino de la ciudad en
'Adse
el anverso y el nombre ibérico
en el reverso, bajo la nave ; sobre ésta, letras latinas sueltas.
a ) C o n S l ( i . . . e n e l a n v e r s oy G . S . e n e l r e v e r s o .
b ) C o n S 4 G V N T - I N V e n e l a n v e r s oy L . B . M . D . e n e l r e verso.
Tipo VII.-Cabeza de Roma con casco grande y pequeñas
alas rodeado de tV(unicípium) SAG(untinum) I-,. SEMP (ronius)
VEl-T (o).--Rev.) Proa de nave coronada por Victoria y alrededor
L. FABI (us) POST (urnus).
Es curioso obse¡var que todos ios nombres Iatinos gue figuran
en las monedas subsistiercn a través de los tiempos en la población rsaguntina,pues aparecen en las lápidas latinas con otros
praenomen y co¡namen También interesa observar, que el Tipo I, sin nombres de magistrados, sólo contiene el nombre ibé-
[page-n-30]
¿ó
'fipo
rico de artlse i que las del
II, con solo el nombre geográfico ardse contie¡ren parejas de nombres correspondientes a dos
'Iipo
III que
magistrados ibéricos o a cios romanos: que las del
contienen a ia vez ardse.y SAGV, ostentan las dichas combinaciones de Cos magistrados ibéricos o dos rorna¡ros; que las del
Tipo lV con solo el nombre de,SlG7, tienen los nombres de una
pareja de magistradosrornanos que son .4ediles G. S(agunf...)sin
que yo co¡rozca el significado de la sigla G. ; que las del Tipo V'
contienen los dos nombres geográficos, sin los de magistrados;
'l'ipo
que las del
VI tienen también los dos nombres geográficos
y las letras G. .S.ya citadas o las L. B. M. D. que no sé interpretar; finalmente la moneda de Tipo VII contienen los nombres de
dos magistrados romanos y del Municipio Saguntino escrito en
igual forma que en las lápidas latinas de dicha ciudad.
Tengo la seguridaC de que existen, además' otras series que
pueden ser descubiertasen el momento menos pensado, aumen'
tando así el número de monedas conocidas de Sagunto en proporciones insospechadas: por esta razón, creo inútil, por hoy, todo
intento de clasificación cronológica.
-Seconocen también semises de tipos romanos con la cabeza
de Júpiter y la proa de nave acompañada del nombre SAGVNT
de la ciudad (l), y además cuadrantes de los tipos peculiares saguntinos con la concha pecten iacobeus y el delfín acompañado
'Ardse y
de letras sueltas C. A. P. V' o
del nombre ibérico
Otros sin nornbre de la ciudad con C. S' M' Q'
P. V. C.l.
(algunas vece'¡ la segunda letra parece ibérica) y otros con
SAG-VNT. Finalmente hay algunas moneditas anepígrafasde los
mismos tipos (2).
no puede asegurarsetpor ahora'
Con los datos consigrrados,
que hubiera en Sagunto dos talleres monetarios independientes, ni
en
que se acuñar¿r un solo indistintamente para las dos partes de
la ciudad, el nurnerario constituíclo por piezas comunes o diversas ; pero, según los grupos estabiecidos,al pasar el tiempo' las
(1) Semises,
Vives,XVIII, 14.
(2) Cuadrantes
con C. A. P. V. Vives,XIX, 4; idem con P V -9j-4'
Xf:i, s; ídem con c. S. M' Q., xIX, núms. 1,9y 20; fdem con--SAGvNT'
XIX, 5-Cuadrantes varios en lám. XIX'-Uncia, lámina XIX' 15'
[page-n-31]
29
emisiones debieron ajustarse a muy distintae normas políticas o
económicas y pudo ocurrir que en alguna ocasión un mismo taller
fabricara piezas con los dos nombres geográficos, o parejas de
monedas distintas, pero simultáneas, con ios nombres aislados de
las dos ciudades.
Por último, existen cuadrantes de los tipos citados, atribuídos
corrientemente a lrdse-Sagtrnto, a pesar de que no contienen
ninguno de los dos nombres, sino ot¡o ibérico que se lee Adubats
o Aídubats (l) y corresponde a otra localidad, o con solo su
primera o dos primeras letras ibé¡icas.
De Lorlch¡
De Lorichs
Creo que deben ser eliminadas estas piezas de las series saguntinas y atribuídas a otra ciudad próxima a Sagunto, c.uye
nombre pudo ser el mismo ya citado del río ,lllamado Udioa por
Plinio. Este fué seguramente el nombre ibérico modificado en
Idubedo al ser transcrito por los autores griegos y latinos como
correspondiente a Ia sierra próxima a Sagunto, hoy conocida con
el de Sierra de Espadán.
También la ciudad de GILI , próxima a Sagunto, acuñó ases
ibéricos y bilingiies y un cuadrante de tipos saguntinos con el
nombre ibérico de la ¿iudad bajo el delfín del reverso (2).
En vista de estas últimas monedas, cabe esperar nuevos descubrimientos que rellenen los grandes vacíos existentes, en las
emisiones monetarias de la región saguntina.
(1)
Vives. Lám. XIX, núms. 6, 7, 8, I y 10.
Q\ As€s: vives, Ce\ca ¡rrim. 2, Lám. XXI, núms. 1 v 2.-Cuadralu:
Oolección del fnstituto de Valencia de Don Juan,
[page-n-32]
3O
III
IBERICO
LETBEBO PII'ITADO
DEUt'J
It\|TEBPRETACI0t\l
DE
LIRIA
EN
SAt\l
llASO
SOBRE
UN HALLADO IIIIGUEL
En las excavacionesque el S. ]. P. de la Excma. Diputación
de Valencia efectuó en el Cerio de San Miguel de Liria, el año
1935,apareció el día 5 de Julio del expresado año, en el departamento numerado l6 (C), un pequeño vaso de la forma de ,,sombrero de copa)), de B'5 crn. de altura y de 9 cm. de diámetro en
Ia base, fabricado con arcilla rojiza sobre la cual fué pintada con
ocre achocolatado una escena de caza de muy mal arte, encuadrada entre varios temas decorativos.Copio a continuación la descripción completa, hecha por Isidro Ballester (l), de este vaso
conocido en'el Museo con la denominación de ttVASO DE LOS
ESTILIZADOS,,'
CIERVOS
.Entre das grupos de cintas pintadas, uno cercano al borde y
a la base, ¡e desarrolla la única escena que
el otro inmediato
llena el arnplio friso, reproduciendo una cacería de reses. Tras
rrnos elemer:tales trazos ramifol'mes, aparece superpuesta la silueta de un ciervo a la de un cazador en pi'e, cntremezclándose
ambas de tal modo que se imposibilita el exaaislado de las figuras. Parece como si el cazador, asiendo por
men
loc cuernos al animal, se dispusiera a herirle con un dardo. En el
espacio inmediato, dor,de un rozado en el vaso borró casi la decoración, se vislumbra la cabeza y cuerpo de otro cazador del que
y confundiéndose
son claramente perceptibles partes de las piernas y brazos, el que
empuñando en una mano la falcata trata de rematar con el darc{o que ileva en la otra a un cier.vo herido ya cle un lanzazo. otlos
(1)(LalabordelS.I.P.ystrMuseoerrIosaIlosl93Sal939l.*N{r(Ei]
moria elevada a la Excma. DiputaciÓn por el Director de aquél'
Drensa al redactarse este tralrajo).
[page-n-33]
3l
tra.zos ramiformes separan la res herida de otra que parece huir,
y cuya clasi6cación es difícil, pues no teniendo, como las ante.
riores, ramosos cuernos ni pezuñas hendidas, no puede estimarse
como cérvido. En cambio muestra sobresaliendo exageradamente
del espinazo, unos trazos paralelos que pare.cen corresponderse
con otros curvos resaltados en una zona reservada en claro y hacen pensar si se quiso representar costillas y vértebras; particularidad obeervada en otros vasos de San Miguel, de que hablaremos
Iuego.
De las figuras humanas, la representada en segundo término
no permite observación alguna por lo borrosa, y Ia primerar en su
exiremada tosguedad, sólo deja ver el tocado con algo como boina y el modo elemental de representar la cara. de frente (cosa
excepcional) mediante
un espacio reservado en claro, con dos
puntos por ojos.
Los dardos manejados por los cazadores son de punta con aletas, y en cambio es foliácea la del que atraviesa el ciervo. La sumaria forma de la falcata no consiente observación alguna.
La estilización
de las reses es tal, que en los indudablemente
cérvidos se llega a una forma
absolutamente
convencional
en la
reproducción
de los cuernos, 5, Ia de la boca en una elemental
forma l¡ífida. Pero la máxima estilización puede observarse en Ia
cabeza del animal
fórmase
descrito en último
en recurvado
término,
cuyo belfo
trans-
tallo vegetal.
El espacio sobrante del friso, tras desarrollarse la escena descrita, complétase
con reticulad<¡, serie vertical
das de purltos y un ajedrazado,
también
de postas resegui-
con los blancos puntea-
Cos, motivoe todos ejecutados con manifiesta inhabilidad'r.
Hasta aquí el Sr. Ballester.
La 6gura situada más a la derecha es, como hemos visto, un
cuadrúpedo
de difícil
identiñcación, delante de cuyas manos se
y claros signos ibéricos que se leen difto (o d¡go
ven dos toscos
o fifto o tigo) y éstos fueron los dos únicos que leí en eI vaso, de
primera intención, una tarde del expresado mes, cuando me lo
enseñó el reconstructor
Espí antes de haberlo lavado,
entre otros
vasos acabados de descubrir en San Miguel de Liria, y guardados
dc momento en casa de D, Francisco Porcar.
[page-n-34]
32
Varios letreros ¡nonetales de l.a Citerior que terminan en la
desinencia -ho", y se traducen de sus leyendas ibéricas
.4 r rftaíI-iftos, K ala go r r-iftos, Ku elío- ftos, T eít ía-ftos, T itia-fto s,
Elp ala-lp s, Louitís-fto s, Lutía-ftos, U ar rc-ftos
y eobre todo los que se leen
A rra-tillos y A rreígorra-tiftos
me hicieron suponer que el vaso contenía más letras o que la
palabra -lifto no significara nada aisladamente y fuera solamente
una desinencia ; al buscar otros signos, pude hallar bajo la cabeza estilizada o degenerada del animal, otro sigrro mediante el
cual se leía:
ds-difto
A
B
F¡9. t.i-Corte
y desafrollodcl vaso de San Míguel de Ll¡ia. (A y B l/3 aproximadamente)
[page-n-35]
33
y no conociéndose palabras ibéricas que comenzasen por s (o
ds)
líquida, era necesario que hubiera más signos que permitieran
leer y pronunciar uná palabra con dicha desinencia.
Fundándom,e en ello, busqué y encontré, encima del animal,
una s inicial y el signo gu o ftu del tercer lugar quedando entre
ambos hueco para otro sig:no que neLesaríamente había de cones,
ponder a una de las cinco üocales ya que sería impronunciable si
fuera 'conso¡rante,y qu-e la ausencia de palabras que comiencen
por s líquida, impedía que fuera signo bilítero. Examinada cuida.
dosamente la parte rozada, pude hallar los rastros de una a tumbada, con Io cual dicha inscripción completa pudo ser leída:
S A G U. D S . D I K O
Es evidente que el rtartistal, pintor o decorador, poco inspirado en la composición y dibujo de Ia es.ena, conocía la morfología
de su idionra y sabía escribirlo, pues dividió la palabra en forma
correcta desde el punto de vista gramatical, y así resultó el nombre de la locaiidad, Sogu, con el mismo sonido 9ue en las mo.
nedas de bronce descritas, seguicio de la partícula -ds, ya estudiada anteriormente en algunos letreros monetales, y para final
la desinencia -dífto o -tifto que intentaré traducir o interpretar.
Pero, an'tes de continuar, juzgo indispensable hacer una digresión sobre la teoría del basquismo ideada para traducir la lengua
ibera.
I-.a teoría de que el basco actual es un descendiente directo
del antiguo lenguaje ibero ha tenido épocas de aceptación y en
otras ha sido negada sistemáticamente. Es indudable que las identificaciones de palabras antiguas con otras bascas modernas propuestas por los escritores españoles de los siglos XVII a XIX no
tenían otros fundamentos que meros parecidos y la verdad, evidente, de que el idioma basco provenía de otro antiguo usado en España; idearon, además, la comparación de los nombres geográficos
consignados en los clásicos griegos y romanos con los conservadós
en la actualidad, y de ello se aprovechó Humboldt al ordenar y
sistematizar estas semejanzas, así como los autores postsrio¡ss qr¡s
idearon teorías y gramáticas para explicar el ibero mediante el
basco ; pero las teorías resultaban infundadas en absoluto, mien-
[page-n-36]
34
tras no se conociera el alfabeto;
y su discusión sólo puede ser
en términos aceptables al ser publicado el alfabeto ibérico de D. Manuel Gómez Nloreno. Este importantísimo descubriplanteada
miento ha sido aceptado unánimemente;
pero hay insignes auto-
res que, aun aceptándolo, no.lo utilizan para corregir atribuciones
y teorías que debieron ser retiradas; lo cual hace pensar que la
mayoría
de los que alaban
el hallazgo, no lo han
estudiado
a
fondo.
Supuesto admitido dicho alfabeto, resulta una fonética teórica
para las antiguas
lenguas hispanas, que sólo aproximadamente
puede ser considerada como exacta y mediante la cual salen espontáneamente palabras de aquellos tiempos, que coinciden exactamente con otras bascas de los diversos dialectos conocidos o
con las versiones denominadas arcaicas por los tratadistas. Si yo
fuera filólogo, o simplemente gramático, podría pesar la exactitud
o analogía de estas coincidencias
casuales
o aproximaciones
y estudiar la forma de encajarlas dentro de las teorías ideadas
para explicar la constitución y f,liación del idioma basco y el desarrollo de su gramática, o por el contrario para negar el entronque
supuesto del idioma nuevo en Llna lengua antigua. Pero mis útiles
de trabajo son algunos, pocos, diccionarios,
en los cuales hay
consignadas palabras consideradas como arcaicas, otras de discutible antiprüedad, muchas que son neologismos y otras importadas
y apenas modificadas (erdéricas); la clasificación de las palabras
en estos grupos es muy interesante v ha sido muy discutida, pero
no tiene interés para mi objeto, ya qLre lo que me interesa es ha'
cer constar las conclusiones siguientes:
1."
El Alfabeto de D. Manuel Gómez Moreno, se investiga y
determina sin atender, ni siquiera un momento, a cual fuera la
lengua ó lenguas utilizadas para escribir los textos ibéricos.
2." Los propios textos manifiestan que la lengua ibérica carecía de las sílabas bla, b|a y similares formadas al chocar las 6, p,
s,h, d, f con laly con la rtal como sucede en basco (ya lo entrevieron Humboldt y otros autores).
)." El alfabeto propuesto se modificó y simplificó en los sonidos señalados para los signos bilíteros, al ser utilizado para es'
[page-n-37]
35
cribir
palabras
de otros idiomas
hispanos que contenían
dichas
sílabas.
4." Desde hace mucho tiempo fueron observadas las coincidencias del ibero y del basco al carecer de la letra t v d" las palabras que comigncen por r, rr. (Exceptúase rrodurrllon, nombre de
un pueblo no ibero).
5." Prescindiendo de las teorías más sagaces y mejor construídas, cuando salgan palabras ibéricas completas que coincidan
con ot¡as bdscas actuales, es necesario admitir estos hechos' aunque destruyan las teorías y los prejuicios étnicos y filológicos. Así
resulta imposible evitar que el gudua ibérico que ilustra un. combate representado sobre un vaso de Liria, coincida con Ia palabra basca guduaque significa ({guerra))y que en otros letre¡os de
la misma procedencia aparezcan nombres derivados de guda,
cuya traducción dejo ¡.tara los basquistas'
Tan solo como curiosidad podría pensarse e investigarse, si suenan como bascas las palabras siguientes:
como gudalberren,
e
Éar ol1an, b alpr oft , Ie gut z e g lft , b as er r o lletun, b a s e r rol1arri, fti d i
(Cejador)
(Cejador), gaíbigait, zapariltar, birríinar, guttz, bidudedín
[todas del Plomo de Alcoy].
belcs, nombre de varón (Bronce Ascolitano)'
dseldar análogo a seldor (lápidas sepulcrales levantinas);
eban y sus derivados (en las mismas piedras)' ui análogo a la
palabra oi (en las citadas piedras) ; tsahar (en varias de dichas
inscripciones), ildu y sus derivados (en íd'' íd')
cbaífti (inciso en un ladrillo saguntino).
d
b aíted sfti, e gud su, tsotsínbíurru, b ertil1.ar se nds e, uldit e g e raianlellar rdse (Plomo de Castellón).
lpdse, b altedsb
salír, ftídar en las monedas.
Es muy posible que algunas de ellas, sin la más mínima alteración, y otras ligeramente modificadas (no olvidemos que la fonética teórica establecida es modificable e.t la transmisión oral o
en la literaria) sean palabras bascas vivas en el idioma actual, o
embalsantadds, en los textos llamados vulgarmente "arcaicosr''
6." Canezco de elementos y de conocimientos para comparar
]as co'strucciones y giros de los dos idiomar antiguo y moderno:
si los entendidos aplican el alfabeto a los textos y obtienen pala-
[page-n-38]
I
36
bras bascas, quizá puedan hacer esta labor que es inasequible
para mí.
Resulta de las observaciones anteriores, que han de ser los
ñlólogos y grarnáticos los que inicien el estudio de esta cuestión
de plantear sin un alfabeto allténtico. De grandes conocimientos frlológicos presumía el -"eñor Cejador en rrlbéricar, y,
imposible
aparte de ligeros aciertos, sus errores hicieron
época al inten-
cuyos textos, a pesar de haber
sido leídos correctamente. no eran de fácil y completa asimilatar traducir el rrPlomo de Alcoyr
ción al basco actual, aun cuando contenga¡
varias palabras largas
enteramente bascas, sin tener que recurrir a divisiones o a reto¡cimientos preconcebidos con el objeto de identificar ambos idiomas.
Volviendo
ahora a Ia palabra Scgu -ds - fifto del vasito de
Liria, observaré que estas terminaciones en -dlfto o en -fifto se dan
idénticarnente en el basco actual, como puede verse en el rtDiccionario Vasco-Español-Francésr de Azcue (l) en las voces siguientes:
-7"i1¡o(común a todos los dialectos bascos) que dice es tsufijo
casual compuesto del hablativo -Tift y el genitivo relativo -Ko;
significa rrprocedente tler.
-Dífto. Variedad de -Iifto"
Así resulta otro
caso de sorprendente coincidencia cntre el
y el basco moderno que permite interpretar la pala'
ibero antiguo
bra SAGU -DS -'flKO como (procedente de los habitantes de
Sagu>, o tprocedente de los Sagufesrr, ya se reñera esta proceden'
cia al cacharro o al artista que lo pintó.
Aparte
de la descomposición
en el vaso, hay otro ejemplo
de la palabra
que está indicada
análogo en la Epigrafía
lbérica.
En
efecto; en la Plana de Vich, en Ia Nlasía de la Roca, término de
rMasíes de Voltregar,, apareció una estela ibérica escrita, publicada por el P. Francisco Nava] Ayerbe (2) cuyo texto damos en
la figura 2.'
(1) T. I, p. 202, co!. 3.:Diko, var. de -Tiko; y T. II, p. 227, col. 2,
Tiko. Dejo al autor la responsabilidad o la gloria de1 acierto.
Q) Naval, (Una estela ausetana>. Bol. Ac. I{.a, vol. XCV, s€gunda
parte 1929,págs. 408-413.*Serra y Ráfols, (Noves inscripcións iMriquesD.
Barcelona
Anuari Inst. Est. Catal., Vol. VIII, Años MCMXXVII-XXXf.
1936,pág. $9, ng. 372.
[page-n-39]
37
La primera palabra está compuesta de siete signos ibéricos,
se lee y descompone como la del vaso de Liria en la forma
x
tH?
j
ü
d;*{
rtr
I.)
I'
F¡g. 2.n
Dsorri -ds--fifto,
siendo además verdaderamente sorprendente, y
el hecho consignado por el P. Naval, de que la
piedra fuera encontrada junto al ío llamado actualmente Sorre¡'ús,
aun maravilloso,
que ha conservado casi exactamente el nombre antiguo consigna'
do en la palabra ibérica. Esta primera palabra de la inscripción es
geográfica I'equivale, según lo dicho antes, a uprocedente de los
habitantes de Dsorrir o a
No es tampoco aventurado comparar dsorri con el úxorri basco
actual.
La interpretación
de este ejemplo se apoya en Ia anterior,
gracias a la conservación ac'
pero al mismo tiempo la comprueba
tual ciel nor¡bre antiguo del río.
Parece resultar cie todo lo dicho, que el nombre de la ciudad
consigrrado en las grandes piezas de bronce de Ardse y en el vaso
hallado en San Miguel de Liria, fué Sagu, y que se convirtió
luego en Sagunt, sin que yo sepa razonar este hecho ; y además
que la palabra completa
tre la lengua hablada
hasco actual.
del vaso, constituye un nuevo enlace enantiguamente en la región levantina y el
[page-n-40]
38
En los letreros monetales de la región celtibérica, se da un
fenórneno curioso, ya estudiado por Z6bel, como resultado de
comparar los nombres antiguos escritos con signos ibéricos, y sus
romanas posteriores o con los nombres actuales de
las localidades que les han sucedido. Así el nombre ibérico de
una ciudad que se escribió Kaídsftata, con letras ibéricas, debió
modi6caciones
sonar Koidsha(n)ta, pues de él sacaron los romanos el
tum, correspondiente a la ciudad actual de Cascante;
análogamente, Seftotía-ds, debió sonar Seho( n)tía-ds,
sacaron los rornanos el de Secontia de los Arevacos,
de Coscanotro escrito
pues de él
hoy Langa
de Duero; ya que se da el caso, de que las monedas contienen
además en sus anversos el nombre ibérico I'alp-ds, aunquesonara
La(n)ka-ds y así saliera el nombre actual de Langa' Análogamente
debió suceder con un letrero ibérico que se lee Oftola-hom y quizá
sonaría
O(n\kala-hom
y correspondería
al Oncala
actual
de la
y sonaría
provincia de Soria ; y con el que se lee Arra-tilps
Arra(n)-tiko.s pudiendo corresponder a un pueblo llamado modernamente Aranda o Arándiga. ¿Se daría el misrno caso en Sagu-ds
o Sagu-ts que se pronunciara Sagu(n)ts y fuera interpretado Soguntes por los romanos ) Es posible' pero no tengo pruebas de
ello (l).
observarse que el nombre de Sogunfum'
y a partir del cuai se buscó la etimología basada
que prevaleció,
sobre la supuesta procedencia de Zacyntho' no figura en ninguna
.le las muchas monedas conocidas, pues el nombre de la ciuda'l
Atendiendo a
está en Ias formas Sog, Sagu, Sagont y Sagontirus'
Flirez (2)' no la
esta última, los numismáticos latinistas, como
(de los
juzgaron puesta correctamente en lugar d'e saguntinorum
Sagouf(um) /nr-t(icfo)' En
saguntinos) y pensaron en interpretarla
que indique
realiCrad. esta terminación -ínu debe ser una forma
actual'
procedencia, equrvalente al -tifto ibérico que se conserva
Finalmente,
puede
mente en el basco.
(1) Quizá los flló)cgos y peri.tos eu la lenglia basca pudieran encon'
fenómenos y los de permutación de la
conexión
trar-atgüa
"""r,tu "it* Azkúe,' T' II' Letra N'
pot
N en el basco, estudiááo.
págs. 59 Y ss.
Q) I'lórez,,T. II' pág' 561'
[page-n-41]
39
IV
SAGUl\lTIt\lOS
CALICES
El vasito hallado en San Miguel de Liria es un "Barro SaguntinoD, ya sea atendiendo al lugar de fabricación, ya por el artífice
<¡ue lo clecoró, y, en todo caso' segítn su epígrafe, es de la regiórr
saguntina, pues no es de creer que la fabricación de cerámica
fuera exclusiva del casco de la ciudad baja donde han aparecido
hornos y talleres de alfareros sin época bien determinada. Queda
soiamente ver si las características de los cacharros hallados en
la
San Miguel de Liria coinciden con las noticias antiguas sobre
cerámica saguntina, aLlnque teniendo en cuenta que los autores
para
aludidos son posteriores a los vasos conservados y que
necesidad de
a6nar convenientemente las consecuencias habría
y
estudiar la evolución de tal industria a través de Jos tiempos'
esto no ba sidc hecho aún en forma convincente'
Toclos aquellos que recorren las vertientes r.neridionales del
Ia
cerro sobre el que se asienta el Castillo de Sagunto' observan
y facturas esparcidos
gran cantidad de tiestos de diversos colores
ciu'
po. .l suelo, cual ocurre en todos los solares de las antiguas
que tuvieron después
dades hispánicas. En los poblados ibéricos
y en aquellos otros que fueron ¡omanos desde
población romana
rtcerámica aresu fundación, suelen aparecer casquillos rojos de
con los relieves
tinar¡ o de sus imitaciones galas o hispanas'
y provistos
característic<>s, sus escenas vulgares o exquisitas
no
inconfundible;
siernpre de un barniz brillante inigualable e
en el castillo y vertientes del cerro
faltar tales fragmentos
ot.j.n
y fortaleza que fué del
d" Sugtnto, habitado por gentes antiguas
pies'
Municipio Saguntino edificado a sus
cálíces y
romanos nornbraron y ensalzaron a los
Los autores
saguntino y los investigacr.¡mhias (barcas) fabricados con barro
noticias a la clase de tiestos que
d.r., po"t.riores aplicaron estas
[page-n-42]
40
más despertarorr su atención ; esto es, a la brillante terra-sigillata,
la cual fué considerada y asimilada como tal barro saguntino y
consagrádo este nombre durante mucho tiempo a partir de que
como tal fuera nombrada por Ambrosio de Morales y lo deja¡a
consignado en sus rrAntigüedades)),y de que fuera así aceptado
Iuego por Lumiares y otros autores (l). El Conde de Lumiares
reconoció en las ruinas de Sagunto cuatro clases de tiestos, a saber: rojos. cenicientos, amarillos con franjas rojas y blancuzcos
del color de bairo ordinario. Los primeros eran de terra-sigillota,
los segrrndcs ibéricos indeterminados, y los terceros y cuartos de
los clasificados actualmente corno ibéricos. Añadió Chabret (2),
que aparecen además otros tiestos negros (campanienses'ibéricos)
y opinó con Lumiares y con los autores todos, que los nombrados
cálíces sagunfinos habían producido, al romperse, los fragmentos
rojos de barniz brillante y adornados con relieves hechos a molde.
Las estampillas con letras en relieve puestas por los alfareros
sobre los fragmentos rojos brillantes y consideradas ibéricas por
los auto¡es del siglo XIX, no parecen tener nada de tales y en
cambio las hay con nornbres ibéricos sobre barros de las otras calidades de diversas procedencias, como en los de Azaila ; en el
Museo del Castillo de Sagunto se conselvaba un fusayolo de barro
negro que tenía dentro de un rectángulo un letrero en relieve con
el nombre ibérico
que quizá fuera la marca de un alfarero saguntino gue s€ llamaría
Kilo, con esta o análoga fonética.
latina
Quizá fué asimismo de origen ibérico una estampilla
puesta sobre el asa de un ánfora hallada en lB03 cerca del Puig
(3), en la cual leyeron:
BCMERITIS
SACYN'TO
(1) Ambrosio de Morales,
16g2.-Lumiares, (Barros saguntinos). valencia 1?69.-Chabret, '
T. II, pág. 210.
Q) Chabret, OP. cit., T- IT., Pá9. 2L7'
(3) Chabret. OP" cit., Pá9" 222, n.o L"
[page-n-43]
4I
y que Huebner restituyóB(o)MER(d/S- SAGVNTO, suponiendo
que Bomerrisfué un alfareroibérico que usaba letras latinas' Es
de esperar que cuando se haga una rebusca prdenada en los tiestos aparecidos en las ruinas de la antigua Sagunto y en los testares
existentes en sU región, aparecerán nuevos datOs sobre esta cuestión.
Los vasos ibéricos pintados y decoraCos con adomos geométricos o florales, plantas, animales, y objetos, o con personas que
se agrupan a veces en escenasinteresantes, han aparecido en todo
Levante y muy especialmente en Sagunto y L'iria' Si se quisiera
aplicar a estos restos conocidos las noticias antiguas, nada más
cómodo y sencillo que suponer a priori todas estas piezas como
equivalentes a los barros saguntínoscitados por los autores ; pero
sin verdaderas pruebas de ello, no pasaía esta afrrmación de ser
una de tantas hipótesis, tan probable y no probada' como aquella
otra que asimiló este nombre a los casquillos rojos de terra-sigila
llofa con el solo fundamento de que aparecen en el solar de
antigua Sagunto.
Atendiendo, sobre todo, a loe vasos hallados en el cerro de San
Mig¡rel de Liria por el s. I. P. de la Excma. Diputación Provincial
de Valencia, maravilla el inmenso arsenal de datos etnográficos
ibéen ellos contenidos, a los cuales hay que añadir los letreros
La cerámica haricos como el estudiado en el párrafo anterior.
se
llada en Sagunto es idéntica a la de Liria' y aun cuando no
haya hecho en ella la necesaria rebusca, conozco fragmentos
del
decorados análogos o iguales a los lirianos' y en el Museo
de copa' hallado
Cjastillo se conservaba e'l borde de un sombrero
pintado
en los terrenos que están sobre la cantera' el cual tenía
la cerámica haun letrero ibérico hermano de los escritos sobre
origen común
llada en Liria (l). Es lícito, por tanto' suponer un
de talleres de una misma
para ambas cerámicas, que salieron
que ha de
ioc.lid.d o de localidades muy ptóximas, condrción
al nomE¡r
ser aplicable a otros hallazgos de la comarca'
:t"l:"
dice que su
bre áe.rérico que les corresponde, el vaso estudiado
autor. o el mismo vaso' eran
(1)
etc')' pág' 10'
cion?.eiü Simancas,(sagunto' Sus monumentos'
[page-n-44]
I
42
L-as noticias de los autores romanos sobre la cacharrería saguntina fueron los puntos de partida de los posteriores para intentar
la identificación de esta cerámica con los tiestos rojos corrientes'
Estas referencias se reducen a una ligera mención, como la que
hizo Juvenal, o a citar, como hizo Plinio, a Sagunto entre las ciudades famosas por los vasos en ellas fabricados. Pero el celtíbero
,,bilbiiite, (o tbilbilitano)) como se dice hov), M' Valerio Marcial
que escribió en tiempos del Emperador Domiciano y muy aficionado en sus escritos a nombrar y ensalzar las cosas de su Patria,
dió en -sus rrEpigrammasD (l) las cualidades características que
tenían en su tiempo los expresados vasos, como en el Epígrama
titulado rrln Euctumr, (2), cuando se queja, fatigado por la charla
enfadosa de u.t anfrtrión,
Manuel Sálina" '
y dice según la libre
versión
de don
IVIas quiero yo en mi casa descansado
Beber en una barca (cymbia) saguntina
A.unque sea de barro maestrado.
Y 'en aquel otro en que nombra los regalos de poco precio
recibidos por sabello durante las saturnales, con la versión, procedente de la misma colección que la anterior y no menos libre
que aquélla, donde fué traducido (3) :
Luego, un cántaro de tierra
Que e.t EsPaña un alfarero
T'rabajó muy torpernente
Con siete medidas lleno
De vino, de hacia Sagunto"'
alPor estos epigramas se sabe, que en tiempo de Marcial los
fareros saguntinos continuaban su comercio con Roma enviando
(l)(Epigrammas>.Edicj.órrTauschnit,ls45.Bibliotecaclásica'Tomos
y cxLIV. Epigramas traducidos por salinas, Jáuregui,
c*irrr
cxirr,
aunque
etcétera. VÍctor Suárez-Capalleja. Madrid 1891' Las versiones'
mlly libres, conservall el espiritu ¿s 165 o¡iginales'
Eucti)'
Q), 6, Lib. VIII:
etcétera.
(3) (Ep.)), 46, Lib. IV: t
[page-n-45]
43
para los usos del pueblo y sin grandesatractivospara
cacharrería
las personas que presumían de refinadas.
Finalmente, donde mejor puede juzgarse sobre el aprecio relativo que Ios romanos convecinos de Marcial hacían de los barros
saguntinos, es en Ios Epigramas del Libro XlV,
les (n.' 98) sobre los rrVasa Aretinar dice:
tAretína
en uno de los cua-
nímís ne spernos oasa, monenr.us
I.,autus erat Tuscís, Porsena !íctili'busn.
Texto vertido en la colección citada, en Ia cuarteta:
Te advierto qué no desprecies
Esta vajilla de Arezio,
Tales eran de Porsena
Fuentes y platos espléndidos.
Y en otro (n." 106)sobre
des característicasde estos vasos, con las palabras:
'
ttQuae non sollicitus teneat serúetque minister
Su"re Scgun,tina l¡ocula, tícta lutoLt.
Vertidas en la libre cuarteta:
Toma estas coPas de ar'cilla
De Sagunto, que tu esclavo
Podrá maneiar' guardar
Sin tener ningírn cuidadoBien establecidoqueda, por comparación, el contrasteentre los
,lelicados y apreciados r,Vasos Aretinos¡r y los grose'ros ,rcálices
Saguntinosu, siendo imposible confundir unos con otros, ni atribuir
que tan
a los segundcs la característica delicadeza de los primeros
piezas conservadas de terra-sigrexactamenie concuerda con las
popula'
llata, yaprovengan de los taileres italianos' ya de los más
res de las Galias v de HisPania.
cualiNo conozco noticias más antiguas que especifrquen las
pero, no es aventurado pensar
dades de las vajillas de Sagunto;
juzgaque los romanos de los siglos lll y II anteriores a J' C' las
[page-n-46]
44
ron con criterio análogo al sustentado por Marcial, el cual exteriorizaba en sus versos el de sus conciudadanos. El éxito de los
vasos fabricados en Sagunto y su comarca, debió ser nacional
ibérico en un principio, y luego popular y rústico entre el pueblo
romano, pues para los romanos selectos, cuanto de los hispanos
procedía era bárbaro y grosero; y en lo que se refiere a esta ce'
rámica, no les faltaba razón si se la compara con otras más selectas de fácil acceso a la Metrópolis. No resulta, por tanto, aventurado, suponer que a las vajillas ibéricas trabajadas y pintadas en
la comarca saguntina, y cuyos restos aparecen entre los escombros y cenizas de la ciudad que estuvo en San Miguel de Liria o
diseminados en las vertientes del cerro donde estuvo la rtexceisa
Ardse Saguntinar, se refería Plinio (l) cuando al citar poblaciones del Imperio famosas por sus cerámicas, decía:
uCalicum tantunt,Surrentum, Asta, Pollentia; in Híspania Sa'
guntum, l¡'l Asía Pergamum>.
Termino este trabajo ,con la confiada 'espeta de gue el Dios
Exito, protector de los cuidadosos excavadores,diga en Liria sobre
este asunto, más de lo que pudiera imaginar el teorizante'más optimista o fantástico o fije deÉnitivamente lo que parezca más
opuesto a las teorías científicas sobre la materia; puesalfin, éstas,
fueron construídas sobre datos y prejuicios, más modernos y artiñciosos que los cacharros y letreros lirianos, que van apareciendo
todos los años, para deleite de los aficionados y para servir de
fundamento a nuevoa estudios'
(1)
Plinio, (Nat. IIist.¡, Libro XXXV,
Cap. XIl,
p. 160
[page-n-47]
NOTA ADICIONAL
REFORZAi'|DOTE8I8
UIIA
Escrito ya cuanto antecede a Ia presente Nota, llega a mi
poder rrAtlantisr Madrid 1941,núms. I y 2, así como el nitrr'.47
(año 1,942)del rrArchivo Español de Arqueologíar, página 170,
en el que hay una nota del señor García Bellido con alusión a teorías de don Julio Urguijo y del señor Caro Baroja, que copiada a
la letra dice lo siguiente:
ISOBRE LA INSCRIPCION IBERICA EN LENGUA VASCUENCE
DE UN VASO DE LIRIA'¡
uEl vaso, y su inscripción que pronto se ha hecho famosa, fueron publicados por el Servicio tle Investigaciones Prehistóricas de
Valencia (Memoria del año 1934).Su editor, el culto investigador
de la escritura ibérica Pío Beltrán; llegó a la conclusión asombrosa
de eue el gudua deítzdea de dicha inscripción era llamada de guerra, coincidiendo su interpretación con el vasco actual y con la
escena pintada en el vaso. Recientemente, una autoridad corno
don Julio de Urquij,J, dice lo siguiente: rrRespecto al gudua deitzdea se me ocurren las siguientesobservaciones: 1.": Se ha sostenido antes de ahora (escribeen 1940)por personas solventes...
que ,,gudul no es palabra del fondo vasco antiguo... Se admite
entre los vascólogos más serios que la terminación verbal fu es de
origen latino. 3.": La forma deítzdea... me parece sospechosa...
Suponiendo por otro lado, que gudu y dei fueran vocablos antiguos en vascuence, rne parece que lo más natural sería encontrar,
simplemente, gudu dei. (Vide Caro Baroja:
cuence: Atlantis, Madrid 1941 núms. | .oy 2.o, pc. 60). He aquí,
pues, otro misterio por resolver.-4. G. y Bellido.
Lo restante del artículo del señor Caro Baroja referente a Ia
lengua libérica no interesa en este momento.
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46
Basta leer Io copiado, y se podrá ver que la lectura propuesta
es esencíalmenfer exacta; Ios reparos expuestos, no hacen sino
confrrmarla.
No c¡eo que hagan falta más aclaraciones después de los nuevos ejemplos anr>tados en este trabajo;
pero su contenido suscita
ot¡as cuestiones, cada una de las cuales, por sí sola, es tan intetodo este artículo; y aun abusando del espacio
y contra mi costumbre de no entablar polémicas, he de plantear alguna procurando impersonalizar en lo referente a los
resante como
contendientes y teniendo necesidad de hablar algo de mis amigos del S. I. P, de Ia Diputación Provincial de Valencia y de mi
propia persona.
En
efecto, el señor Ballester se ha venido
extrañando
en
estos siete años pasados, de la poca, o ninguna, atención que
los rrbaskistasu prestaban a rrri Nota, como si ella Ies originara alguna molestia por oponerse a teorías preconcebidas o consagradas; aunque poco curiosos los dos amigos, y yo excesivamente
despreocupado, llegamos . saber, casualmente, que los rrbaskos
actuales repudiaban todo entronque racial con los iberos levantinos y aun parece llegaban ((creo que humorísticamente¡ a declinar un parenresco que les resultaba poco grato desde el punto de
vista de ciertos antecedentes mo¡ales, como si estuviera en nuestras manos elegir los ascendientes; y de aquí parecía resultar el
desvío, por lo menos aparente, que sentían sobre los hallazgos
de San Miguel de Liria.
Pero yo, incapaz de estudiar aquellos asuntos que se apartan del objeto
a que me dirijo, no encuentro
sino motivos
de
satisfacción al saber que, aunque los baskistas no acepten los resultados obtenidos, casualmente, ha llegado el momento en que
algunos se hayan decidido a prestarles atención; y si otro tanto
ocurrie¡a con los nuevos ejemplos que ahora les brindo, aunque
no les satisfrcieran las soluciones propuestas ni sus consecuencias,
rr¡e daría por muy satisfecho, y eso aunque fuera para rechazar su
entronque con el idioma basko actual. Y aun añadiré, que en
1934 pude brindárselos tan extensamente como ahora y que no
lo hice pensando en que el hallazgo casual era de st alortunado
del 6lón era más
e inconscíente descubridor y la explotación
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47
adecuada
cosa para los que conocieran
práctica y teóricamente
el idioma basko; solamente al ver que nadie alargaba la ma'no
para recoger los frutos derivados de mi hallazgo casual, me he
lanzado a exponer otros ya tan antiguos como aquéI, y quizá tan
casuales, acompañados de algunos otros más rebuscados.
Entrando en materia, Ia primera pregunta que surge es la
siguiente:
¿Quiénes eran los Bascones históricos? En el tomo XVIII,
n." 2, Abril-Junio 1927, ,Je Ia Revista Internacional de los Estudios Vascos, páe. 225, está el estudio de Adolph Schulten, fundado en otros españoles antiguos, r,Las referencias sobre los Vascones hasta el año ll0
después d" J. C.)), y su exirr¡io autor, y
buen amigo mío, comienza por relacionar e-l nombre Vascones
con otras palabras de lengr.rrs extrañas ; huyendo yo de este
camino, vedado para mí, me atrevo a preguntar . los que saben
el basko actual si se pueden traducir por dicha lengua los verdaderos nonrbres antiguos Bcsftunefs o Barrsllunefs que escribieron con
letras ibéricas en sus monedas, ciertos pueblos que habitaron
en Navarra al comienzo del siglo II antes de J. C. por lo menos.
(página 226): r,Las prímeras
proolen'.en de la guerra sertoriana en
notlcias sobre los Vascones
Ios años 77 u 74, (fragmentq del libro 9l de Tito Livio) del cual
Y
sigue
diciendo
Schulten
dedujo que ula región de los Vascones empezaba en el sur, ce¡ca
de Calagurris (Calahorra) y qt" en el norte confinaba con la de los
Beronesl ; acotación que sólo provisionalmente puede ser admitida. Pero antes de dicha fecha, los Bcsftr.rnes habían acuñado
denarios de plata y ases de bronce en su ciudad llamada Bengoda
(búsquese un Bengoa actual apropiado) y los Barrsftunes (que es
el mismo pueblo) fabricaron en ja misma ciudad ases que parecen
más modernos (Vives, r,La Moneda Hispánicar,, ceca n." 4l); t"dos los numismáticos sitúan al pueblo acuñador de estas monedas
en Ia región de Pamplona. Se debe esta localización a don Antonio Delgado (,,Nuevo Métodor¡, T.lll,269) el cual, sin saber leer el
epígrafe mcnetal en cuestión y traduciéndolo caprichosamente,
anotó gue de 39 piezas ibé¡icas reunidas en Tafalla, 16 eran de
éstas y en cambio escaseaban en cuanto se alejaba del centro de
Navarra, y añadió;
rPor Io tanto, a pesar de la atribución que les
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48
dieron los autores citados, creemoa que sedan acuñadas por los
Vaecones, que en lo antiguo poblaron el territorio comprendido
entre los Cantabros y los Iacetanos e llergetesr. Heiss leyó mejor
estos nombres (aunque no ,bien) pero, para no coincidir con Delgado, los llevó a la otra ribera del Ebro.
Las monedas de los Ardsaods de situación no muy definida ;
Ias de los Uarracos (Verones históricos) (Vives, ceca 76\ y las de
Iafta o Jaca (Vives, ceca 5l) eon tan análogas a las estudiadas,
que compn¡eban el aserto de don Antonio Delgado, aceptado
luego por todos los numismáticos posteriores.
También estaba próximo a los Bosftunes el pueblo de los Bonfíon(os) qr¡e iacuñaron sus denarios de plata y ases de bronce e,n
otra ciudad llamada así mismo Bengoda (Vives, ceca 40) i en algunas de sus monedas, (Vives, Lám. XIIV, 7) una sigla puesta en el
anverso dice que eran una fracción del gran pueblo de los Olsftanos al cual pertenecen los Ardsao-ds (Vives, ceca 441,los Ardsofto-ds (Vives, ceca 49), los Ozfífte-fs (Vives, ceca 59), los de Dsegía
(Vives, ceca 36)situada en Ejea de los Caballeros,los de Uzanate
(Vives, ceca 5ó) guizáOzana en el Condado de Treviño, los Basftunes, los de /afta (Jaca) y los de Dsedsa¡ds (Sesa)(ceca 38) pueblo al Sureste de Huesca.
Pero este pueblo de los Olsftcnos (parece dibujarse aquí el
nombre de los Eusftoros) tuvo por capital a Bolsfta, Olsfta, Osca
(Fluesca) (Vives, ceca37 y lám CXXXVI,
l) que Plinio puao en
el pueblo de los Vescítanos y a los que nombró Titó Livio (libro
XXI, cap. XIX) al referir los sucesos inmediatamente posteriores
a la toma de Sagunto por Aníbal, llamándoles Volcíanos.
Estos Bolsccnos u Olsconos (luego Oscenses)ocupaban toda la
vertiente sur del Pirineo, desde el Cinca (por lo menos) hasta eI
Condado de Treviño, sin que me atreva a extenderlos por la costa
en la vertiente norte de los montes Pirineos en las' actuales Provincias Vascongadas, porque no conozco ningún monumento antiguo
escrito que proceda de dicha región y no quiero desarrollar ahora
teorías sobre la raza de los pobladores antiguos de dicho terreno.
- Y este pueblo de los Olsccr¡os, aliado casi constante de los romanos, había recibido el influjo romano así como la influencia
ibérica de la costa catalana ; y fueran, o no' una raza ibérica, ha-
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49
blaron y escribieron el mismo idioma de los pueblos levantinos u
otro semejante. (Discursosleídos en la recepción pública de don
Manuel Góm,ez Moreno Martínez el día 28 de Junio de 1942, pá.
gina 9). Don Manuél Gómez Moreno dice con referencia a este
particular: uNo se puede garantizar,por hoy, que desde Aquitania hasta la Tarteside se hablara una misma lengua, como tampoco que la vascuence deje de estar profundamente infiltrada de
voces cántabras,puesto que a ierritorio de Cántabros vino a refugiarse aquélla; p.ro todo induce a ver un tronco lingüístico desparramado en dialectos con caracteres de aglutinación o composi"
ción típicosr;. Luego, hay que admitir que los actuales Baskos
descienden de los Basftunes históricos desalojados de. su antigua
patria, o por Io menos que recibieron a través de estos pueblos,
de lengua ibérica, la civilización, idiorna y escritura propios de los
pueblos del litoral aun admitiendo las modernas teorías etnológicas
sobre esta materia. [(Bosch, Etnoiogía 605) trEls grups bascs.-Un
dels punts ferms de I'etnología peninsular sembla esser el carácter
no iberic, ni celtic dels grups bascsr y el Cap. VI se titula: rEls
pobles piinencs g llur superoíoéncía els Boscsr,,(pág. ll9)l .
en
Despuésde todo, la colonizaciónpor la lengua, independientemente de la raza, es un axioma comúnmente admitido y que puede tranquilizar a los más puritanos en cuestiones étnicas y a los
en
más descontentadizos punto a deseosde limpiar su ascendencia.. Sería ocioso enumerar aquí los muchos y variados pueblos
actuales de lengua española y los que desde tiempos remotos o
próximos hablan inglés.
Todo prueba que los Bosftuneshablaron un dialecto ibérico y
lo escribieron (mientrasno se les olvidó escribir y leer) con la grafía de la región Saguntina; y por tanto, que en Ia lengua baska
actual es necesario que perduren palabras iguales a las gue aparecen en los monumentos ibéricos levantinos
Planteada la cuestión con este orden de exposición, podría
parecer que lob hallazgos e investigaciones de que aquí se trata,
fueron derivados de
térrninos ha sido producida por Ia dialéctica en el momento actual, ya que la realidad es completamente opuesta, porque en
orden cronológico aparecieron en la forma siguiente:
[page-n-52]
50
I.*-Un alfabeto terminado por don Manuel Gómez Moreno y
comprobado completamente, y modiñcado ligerísimamente por
mí, siguiendo caminos absolutamente distintos y gracias a Ia solución propuesta por mi sabio amigo. Todo ello sin pensar un solo
momento en la lengua o lenguas a las cuales sirvió de vehículo en
la antigüedad. Si no se admite el alfabeto, no es preciso continuar ;
pero admitido... resulta lo que sigue.
II.-Aparecieron en un vaso dos palab.as que hubieron de sonar GUDUA DEITZDEA, puestas debajo de una escena de combate. Mis únicos maestros ul-os Diccionariosr me dicen: El de
que sisAzkue (1, 368) que Gudua es palabra baska IRCAICA
ni6.caguerra, y Ios rrTrilingüer de Larramendi y el de López Mendizábal que deítzdea significa llamada. Podría dudarse por su
naturaleza,sobre la traducción de la segunda palabra, pero no hay
duda en Ia escenarepresentadaen el vaso, y en su sxpresión perlecta mediante Ia palabra casualmente hallada y eso me bastaba
para que se pudiera comenzar a trabajar con base seria.
Las demás discusionesde Larramendi con Mayáns y sus exage'
raciones hasta llegar a la conclusión de que todas las lenguas se
derivaron del basko por ser esta una ttlengua matrizrr, no me interesan. Las modernas depuraciones del basko actual y el estudio
de su gramática histórica no los conozco, ni puedo juzgarlos ; pero
todos los estudiosno podrán contradecir el
en ibero gudua sea guerra o combate y también en
sabe su lengua, como lo supongo de Larramendi y de L6pez
Mendizába], únicos a quienes yo invoqué en la nota inserta en
Ia Memoria del año 1934; pero si así no fuera." lo sentiría por
ellos.
y
En cuanto a las restantesdesconfianzas cariñosos consejos
los articulistas, cotnparto aquéllas y agradezco estos ; pero
de
si en algo se acierta, el valor de los hallazgos será mayor, por
proceder de un simple ignorante muy desconfiadoy no infuenciado por doctas tecrías.
No se debe sentir antipatía contra esos r,hechos brutalesrr,
aunque hagan,cambiarIo que parece más sólidamenteconstruído;
[page-n-53]
5t
así por lo menos lo juzgo y practico, aprovechando
para rectificar mis pensamientos y teorías.
su aparición
Sirva como epílogo la pregunta siguiente: Si en basko existen
las palabras egiera y ehiera, así como el auxiliar verbal de nombres egin, ¿puede admitirse que la palabra egiar o efticr tan repetida, suelta o en palabras
compuestas, en los vasos de Liria y
escrita hasta en una de las leyenCas monetales saguntinas, haya
podido tener en un idioma antiguo análogo al basko un uso equivalente o análogo al egin actuai ) ¿ No ): sobra lo que sigue. ¿ Sí ):
pues entonces, en la citada Memoria (pág. 2B y lám. 6 B) puede
ve¡se un uVaso con Ia esdena de pescan, donde encima de l.s
ñguras que pescan con anzuelo (pág. 59) hay varias palabras alusivas a las escenas que debajo se representan y entre ellas la que
suena (figura 3.") :
gi'ar
lpftu- eftíar o ftal1u-e
'---;,rrrt/
|.tt¡f"
Flguta3.x
cuya traducción dejo a los que me hayan contestado afirmativamente, pues en ese caso bien pudiera significar (pescar con anzuelol.
Y termino esta nota repitiéndome otra vez ignorairte en lengua
baska y deseando que los que Ia saben admitan solamente estas
dos verdades:
l.u
El alfabeto de Gómez Moreno sirve paia leer los epígrafe-s
ibéricos.
[page-n-54]
2.^ Los BASKUNES históricos, fuesen o no de raza ibé¡ica,
hablaban un dialecto de la lengua ibérica levantina.
Porque aceptadas, podrán investigar los que saben hacerlo co¡
fundamento,
en lugar de dejar trabajar estérilmente a este humilde
pescador de casualidaJes y de rrhechos brutalesi¡, término acertadamente empleado por Lavoix (l) en un caso análogo.
(1) He tomado esta locución del de dicho autor (París 1887,pág. XXX
del Preface), donde tratando de una moneda cuya aparición echaba por
tierra las teorías universalmente admitidas, ante los tratadistas desoladGs,
esc¡ibía: (Apres tout celá, iI me parait qu'il ne reste autre chose que de
se flechir devant la du fait et I'accepter; la nümismatiqrie
nous propose toujours des.enigmes; mais tót au tardelle nous €n donne
aussi la solution>.
[page-n-55]
53
P. BEITTRAN.-Soóre u,nnaso de Liría.
L¡tr¿¡N¡
B
A-Vaso
lbértco de San Mlguel de thla (t/2).
. - . B-Fragmenfo de cerámica llamarta antes cagunfinar, encontradoen ta cludad ¡re
Llrla.
Fotos J' Adcll'
pubficacronesdet s. I. p.
[page-n-56]
., : ' '
.:.,,,¡:::'::,:'l.r:
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'l','i$
, . . . ' : ' . ; " ,:
rn"ohdii ¡I¿ráen formación Bibllot*" gtrt{,a"
la
la Exci*¡.
comphtat
Diputaoión provincial y eq le necssil&d, de
lá especializada de Prehfstori4, nrega: et
S. 1..F., a quienes reciban sus publicacion$, tas@nsidercn. a úgrnbio de las suy¡¡s y so sirvan r.ernítklas
4 ung u eila d9 aquellas, según qu c4{áffer.
,,.r'i:
'
t.1
' '
, ' , t: - . . . .
. , 1 ,.: r ' ' ¡ , . - ' , . ' .
[page-n-57]
INDICE
l!-,:,:":
I.-Sagunto, Su fundación y primeros habitantes..
Il.-Monedas
atribuiCa-sa Sagunto..
III.-lnterpretación
de un letrero ibérico pintado scbre un vaso de
San Miguel de Liria....
. . . . .. ..
3
9
28
I V. -Cálices saguntinos.
.37
Nota adicional.-Reforzando'una tesis
43
ltP,l
[page-n-58]
DEL S. I. P.
PUBLICACIONES
SERIE I}E IINUARIOS
Archivo de Prehistoria. Levantina. : Anuario del S. I. P., 1928.Valencia, 1928.
Arehivo de Prehistorta Levantina. - Anuario del S. I" P., 19291939.-Vaiencia, 1941. (En prensa).
S}:RIE I'E MEMORIAS ANUALES DE.I..T DIII,ECCION
El S. I. P. y su Museo de Prehistoria en 1928.-Valencia, 1929.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1929.-Valencia,
1930.
La labor del S. I. F. y su Museo en el pasado año 1930.-Valencia,
1931.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1931.-Valencla,
1932. (Con 6 láminas).
La labor del S. L P. y su Museo en el pasado año 1932.-Valeneia'
1933.
La labor del S. f. P. y su Museo en el pasado año 1933.-Valencia,
1934.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1934.-Valencia,
1935.(Con 9 láminas).
La. labor del S. I. P. y su Museo en los años 1935a 1939.-Valencia,
1942. (Con 12 láminas).
SEAIE DE TRIIBAJOS VARIOS
l.-"EI Castellet del Porquet", per f. Ballester Tormo.
2.-¡rBreus notes sobre el poblat iberic de Sü. Miquel de üiria", per
D. Fletxer Valls.
insectes en I'Art quaternarl",
8.-"Estudis d'Art Origin¿¡i".-"$tg
' pei M. Vldal i López.
4.-"Un enterrament prehistoric al Barranc del Cinc (Alcol)", per
C. Visedo Moltó.
5.-"Coleccló de treballs" del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana.
6.-Estudios sobre las cuevas paleolÍticas valencianas "Cova-Negra
de Bellús", por G. Viñes y J. Royo GÓmez; y "Cova del Parpa¡lór',por V. Sos Bainnat.
?-Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Slerra de Orihüela, por Santiago Moreno.
8.--Sob¡e un interesante vaso escrito de San Miguel de Liria', por
Pfo Beltrán Villagrasa.
'iEl cráneo del Parpalló", por el Dr. S. Alcobé. (Para lmprlmlr)'
[page-n-59]
[page-n-60]
'
EXCMA.
DIPIITACION
PRO]¡INCIAL
Di'
\rALENCIA
SERvIGIo DE INvEST¡GAGION RETIIsTÓRIGA
P
sER¡EDB rnAÉrtos v¿nios:
s
)Yúm,
\lASO
tjl\It\lTERESA{\T.E T9
SOBRE
ESCN
.
POR
P ¡ O B . E T " T R A NV I L L A G R A S A
VALENCIA
Eo¡lont¡¡. F. Dol,lENücrlr A .
S.
'"
142'
[page-n-2]
PREHISTÓRICA
DE
SERVICIO INVESTIGACIÓN
DE
Y MUSEO
PROVINCTALPREHISTORIA
l)lrecfor
I, BallcsterTormo,
Subdlrpctor
I:. Pericot Garcfs.
Coleboradores
M. Jorneü Poralcs
G. Yiños Masip (t)
F. Ponsell Corüés.
F. Porcar López.
Agregadoe
D. Flotxer Yalls.
E. Jiménr:z Navarro.
J. S. Valolo Aparici.
M. Vidal Lópu.
J. ChocomeliGalán.
J. Alcácer Grau.
E. Plá Ballestor. o
[page-n-3]
SOBRE UN INTERESANTEVASO ESCRITO
DE SAN MIGUELDE LIRIA
J q^l
[page-n-4]
[page-n-5]
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1 79 1. : a n l
EXCMA.
DIPIJTACION
PITOVTNCIAL
DE
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S E R V I G I O D E I N V E S T I G A C I Ó NP R E f l I S T Ó R I G A
SER¡E DE TRABAJOS VARTOS
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VASO
SOB tJN TEBESANTE
ESCRITO
D ES A t l ül l I G U EEL I B I A
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POR
PIO
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VALENCIA.
E o l ¡ o n ¡ r L F . D o r , , t e n e c H ,.
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t942
[page-n-6]
ISSN 1989-540
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[page-n-7]
VASO
SOBBE INTERESANTEESCRIIO
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FUt\|DACIO|\
Y PRIl'!EROS
I.|ABITAI\ITES
l-os auto¡es eruditos de la Edad N'ledia y aun los primeros renacentistas españoles, utilizaron meras semejanzas entre las citas
antiguas y los nombres de los lugares de su época, para asimilar
los pueblos conocidos a los nombrados por los clásicos. Así, pór
ejemplo, fué costumbre durante algún tiempo, suponer que eran
asimilables las citas antiguas de Sagunto y de otra ciudad llamada
Segontia Arevaca y poner a ésta, y por tanto a Sagunto, en Sigüenza o en Medinaceli. Pero es suficiente leer a Mela o a Plinio
o tomar en el rrltinerario de Antoninor (Caracalla) la vía de Valencia a Tortosa, para situar a la Scgunüo histórica en la población que se llamó luego Murvedre o Morvedre (castellanizado en
Murviedro) y derivado del rtMurvetumr (Murum-oetumldela Reconquista, que figura ya como hito común de las diócesis de Valencia y Dertosa en las copias tardías que nos han llegado del
documento vulgarmente llamado rtHitación de Wambarr (l) o
(1) No interesa, en este momento, discutir la legitimidad del doctt'
mento o
de é1. Tomando, por ejemplo, la copia suministrada por Blázquez
usque Murvetum; de Mari usque Alpont>. Obs€rvese,
supuesta
obispados Valencia y Tortosa, por la costa, es el de las provinciasde
de
Valencia y Castellón, o sea el más antiguo existente entre los pueblos
contignos de los Edetanosy los Ilergavones.
[page-n-8]
5
sacado de la transcripción trMurbiterl hecha por los escritores
árabes.
En todo tiempo fué conocida y apreciada la situación estratégica de Murviedro, junto a la costa, en las faldas de un cerro coronaCo por un fuerte castillo y al final de un río, en la intersección
de la vía de la costa y del camino de salida desde Aragón (Celtiberia) al mar; dicho río, era conocido en la Edad Media como
tRío de Segorber (de rrSegorbr.o de cSegorpr) y más modernamente fué llamado Palantia (Palancia) según Iibre interpretación de las noticiab suministradas por Ptolomeo sobre la costa
de Valencia. Este nombre, sin tradición viva, es el aceptado hoy,
a pesar de que Escolano tradujera conectamente udeserabocadura
del río de Valenciar donde se había creído que decía ,rdesembocadura del Río Palantiar (l).
En el poema rrOra Maritimar de Avieno, el nombre de Sagunto no aparece; pero los geógrafosantiguos señalaron la situación
de esta ciudad en tierras ibéricas, al pie de una sierra, y cerca de
su límite con las tierras de los Celtíberos; es decir, junto a los
Montes de ldubeda, en los confines de Iberia y Celtiberia (2).
Pli¡rio, fijó bien las posiciones de Valencia y de Sagunto, cuando escribió (3): rtValentia colonia lll, M. pass., a mari remota,
flumen Turium. et tantumdem a mari Saguntum, civium Romano'
rum ñde nobile, flumen Udiva,r; y el noinbre de este último río
que aparece aquí con respecto a Sagunto, como el Turia con respecto a Valencia, parece ser el mismo Idubeda común a la Sierra
de Espadán. que le forma su lecho y delimita su cuenca.
Los habitantes de la región de Sagunto, fueron, por tanto lbeparte de la Décadaprimera de la Historia de
(1) Escolano,
Valencia1611' II'
Ciudady Reynode Valencia>'
la Insigney Coronada
Cols. 2?4 y 2?5.Tlad.ujo en Ptolom€o: (Valentiae flumirus ostia) o (desembocaduiadel rlo de Valencia>.-Chabret, (Sagunto' Su historia y sus
T.
monumentosr.Barcelona 1888. I, pág' 15 y T. II, pág. 403'Documento
del Rey Don Jaime I concediendoa Murvedre el fuero de ValencÍa, en
del
el cual está citado el río de segorp.En otros documentos mismo ll,ey,
sedicetambiénSegorbysegorp.-chabás,(Episcopologiovalentino>.
T.ILSegúndedujoesteautordelaBibliothecaArabicadeCasiri,c'l
fué (Soborb).
nombre árabe de Segorbe,
T.
(2) Polibio, 3, 1?, (Fontes Hispaniae Antiquae)). III, págs. 30 y 546'
Estrabón,etc., etc.
(3) Plinio, (Nafural Historia>' Libro III, 3.
I
[page-n-9]
7
ros ; y e¡r dicha ciuciad perduró la cultura ibérica hasta muy
entrado el Imperio Romano, según demuestran las monedas con
letreros ibéricos y latinos, y las piedras con epígrafes escritos,
utilizando los mismos alfabetos. Sirva como ejemplo interesante
el nombre Ballleadin de un varón, escrito
IA(PYF
en piedras ibéricas sagrrntinas. que coincide con el de un soldado
'l-urma
I/lr¡rsense de la
Salluítana escrito Balciadin
Balcibilis
F-(il;us) en el rrBronce de Ascolir, que data del año 90 antes de
dicho soldado era de u.r pueblc cuya situación actual
J. C.(l);
no está bien determinada, pero perteneciente a una región
ibérica.
Si perdidas las noticias sobre la situación de Sagunto, sus importantes ¡uinas dierorr origen al nombre más moderno de Murttetum. (quizá durante la Reconquista, puesto que las monedas godas le llaman Sagunto),recienternente(en
Murviedro
I de Diciembrede
1868)
volvió a ser llamado Sagunto, como legítimamente
le
correspondía. No se crea, atendiendo a este caso, que suelen ser
justas y acertadas ,estas restituciones eruditas ; pues, aparte del
nombre d" Polontio' dado al río de Segorbe, la ciudad de Zamora
fué llamada Numantía durante la Edad Media, y vivos están el
no¡nbre de Titulcia,
juña y el de Blgastro
dado por
aproximación
que lleva
un
pueblo
(al otro lado del Segura) puesto en memoria
a Bayona de'l"a-
próximo
a Orihuela
del antiguo Begas-
fri cuya situación exacta es desconocida.
Si el poema rtOra Maritimal de Rufo Festo Avieno, está inspirado en un Periplo Massaliota del siglo VI antes de J. C. (2), es
necesario suponer que, al no citar a Sagunto, esta ciudad no exis(1) Huebn€r,
XXVIII, XXIX (son uno mismo) y XXXI b.-Bronce de Ascoli o decreto
dado en 18 de Noviembre del año 90. Descubierto en 1908; conservado eu
el Museo Capitolino de Roma. Cfs. Gómez Moreno,
Q) F. H. A. Publicación de la Universidad de Barcelona. Fasc. I por
Adolfo Schulten. Barcelona 1922. Antigua hipótesis de Fernández Gue'
rra. etc., etc.
[page-n-10]
tía en dicha época, o que no interesaba al marino que describía
las costas de la Península según las divisaba desde su nave de
cabotaje. En efecto ; después de Tiris y del río Tlrím (que es el
Turia) describe la cordillera de ldubeda (aunque no la nombra,
v. 484 v 4B4l rtallá donde Ia tierra se aparta lejos del marrr ; después menciona las tierras altas habitadas por el pueblo montaraz
de los Beríbraces (célticos) y más adelante el alto promontorio
de Crobrasia (v. 485 a 489) que resulta en la descripción dema'
siado apartado del Turia para poder reducirlo a Sagunto (l)'
Por el contrario, la cita de Plinio alusiva a la imputrescibilidacl de la madera del enebro, menciona' como ejemplo, las vigas
de este material existentes en el templo de Diana, eii Sagunto
(2), las cuales habían sido llevadas a España desde Zacyntho por
los fundadores de Sagunto, doscientos años antes de la caída de
Troya (según testimonio invocado de Bocchus)' EI cantor de la
(3)'
Epopeya Saguntina fué Silio Itálico en su poema Punicorum
Sagunto;
donde señaló a Hércules como fundador mítico de'
esta noticia suele se¡ interpretada como un indicio de coloniza'
pen'
ción fenicia en dicha ciudad, pero quizá fuera más acertado
ya que lo único cier'
sar en una colonización de origen helénico,
tenía
to que se clesprende del poema citado, cs que la ciudad
cuya te'
y
un templo dedicado a Hércules (Libro III, v' 15 ss')
incorrup'
chumbre estuvo sustentada por las caracteísticas vigas
representadas algunas hazañas
tibles y en cuyo frontis estaban
clel héroe tutelar.
los tiem'
[-la sido achaque muy común a los autores de todos
con
pos, buscar los nombres de ias ciudades por su comparación
idiomas' eligiendo uno u otro
pul.br., corrientes de diversos
geográficos
u"gúr, la moda imperante a la sazón' o con nombres
por casualidad'
coincidentes, total o parcialments
..f,ri"ho.or,
a
(1) Esta reducciónde
suficiente importancla a
en las F. H. A' (T. f, pag. fZOl por no conced'er
en
y de Oropesapara-ser.consignados el Periplo'
-*lt*.,
los Cabosde Peñíscola
a
cito er nom¡re áe
;;;üñ:
"rii
una ciudad de lberia.
(2)Plinio,
(3) Silio Ifálico,
[page-n-11]
9
Así, los autores renacentistas, qu'e hicieron a Tubal poblador de
España, no vacilaron en suponer que sus compañeros ulos caspiosr fundaran a Caspe y los ttsagosl a Sagunto (l). Pero este
procedimiento, elemental y grosero a la vez, fué utilizado por los
clásicos antiguos, y sólo en la semejanza de nombres está fun'
dada la pretendida colonización de Sagunto por Ios Zacinthios
(de la isla de Zante) que no consta en los textos más,antiguos y que
ha de ser noticia relativamente moderna, como lo es el nombre
romanizado Saguntum derivado del más antiguo Sagu (2). Esta
noticia fué ampliada por Tito Livio, al señalar a los saguntinos
como oriundos de la isla de Zacyntho, mezclados con algunos
colonos de Ardea de los Rutulos (3) ; pero de ella sólo interesa,
el hecho de que contiene la indicación de que en Sagunto coexistieron dos ciudades gemelas, una de las cuales tuvo un nombre parecido a'Zacyntho, mientras que la otra sonaba análoga'
mente al de Ardea (4).
En el poema ya citado escribió Silio ltálico, que Hércules, en
sus rrTrabajosr, después de vencer al triple Gerión, sepultó a su
caro compañero Zacyntho en lo más alto de un monte que tomó
luego su nombre y que se convirtió después en la ciudad de Sagunto; pero citó, además, una nueva colonización de Sagunto
por la prole de Daunio, fundador de Ardea (Lib. I' n.' 2, v. 294) v
así relacicnó los nombres análogos de las dos ciudades italiana e
ibérica. Aparte de la venerable antigiiedad de estas noticias, que
las hizo ser aceptadas y comentadas, no son' sin embargo, más
respetables y acertadas que aquellas otras más modetnas que
tan infundadas y disparatadas parecen.
(1) Leyenda tomada del ñngido (Beroso>de Juan Annio Vifervierxe.
Libro V.-Éeuter,
i¡ol. X. i,Otror se preciaron del nombre de Sagos,por ser mui auisados
lu" a*u" de religión, y éstos ediflcaron la población que de ellos se
Cap' IX'
"r, Sagunto>.-Escolano.
Op. cit. T. I. col. 4 y s-s'
dixo
estas
(2) Chabret. Op. cit. páe' 27, impugnó muy acertadamente
derivaciones.Cfs. Estrabón, Appiano, etc.
(3) Tito Livio, (Ab urbe condita>, xXI' 7.
(4) Schulten (F'. H. A., T' III, pág. 35), observó,muy aiinadamente'
y
que esta derivación procediódel nombre
que asl era,
[page-n-12]
T-
l0
Los griegos recogieron
v-erdaderas o
míticas de las ciudades, y muchas
las antiguas tradiciones,
falsas, sob¡e las fundaciones
veces inventaron lo que no conocieron por conductos fidedignos.
Este achaque, propio de la erudición de todos los tiempos, se dió
mucho más entre los rrafortunados advenedizos,, que constituyeron el Pueblo Romano, desde el momento que lograron alcanzar
una situación preeminente en Italia ; pues inmediatamente sintieron el deseo de ennoblecer los orígenes de sus antepasados e inventaron para sus ciudades unos fundadores míticos, al estilo de
los griegos. Después de la segunda Guerra Púnica extendieron
este procedimiento a los orígenes de su fiel aliada y abnegada ciudad de Sagunto, que había preferido
el sacrificio a su entrega a
y cuya destrucción fué una de las causas del
de Roma. Solamente entonces. fué cuando le
buscaron semejanzas entre sus nombres y otros de antigua prosapia, y por este procedimiento vulgar, que es de todos los tiempos. relacionaron los de las dos partes de Sagunto con los ya
las huestes de Aníbal
engrandecimiento
indicados, y fijaron para el porvenir, aunque sin verdadero fundamento, los orígenes legendarios de las dos ciudades gemelas
que constituyeron la Sogunfum romana. Ya entrevió esta explicaDelgado al tratar de explicar los textos históricos referentes a sagunto y la etimología o derivación de las palabras Arze-saguntum que leyó en sus monedas (l)'
ción clon Antonio
Es necesario, por tanto, admitir, que, aparte de una civilización de procedencia exterior con matices helénicos y de origen
no bien determinado' y a pesar de las tradiciones inventadas'
hubo
en Sagunto una ciudad
ibérica
influída
por la cultura
de
conuna colonia, según se reconoce et' los restos arqueológicos
diservados y en sus monedas más antiguas ; pero para razonar
prechas influencras exteriores (de origen no claro todavía) es
que en las Ieferible apoyarse en las pruebas arqueológicas
yendas forjadas antiguamente por necesidades políticas' No es'
por lo tanto, lícito, establecer relaciones entre la cultura saguntina
y otras exteriores, partiendo de las tradiciones históricas: sino,
(1) Delgado, (Nuevo Métod.o de clasificación
nomas de Eipaña>. T. IIL pág. 352. Sevilla 1876'
de las Monedas AiltÓ-
[page-n-13]
ll
que discurriendo a la inversa, las semejanzas entre las muestras
culturales saguntinas y otras extrañas, son las únicas que pueden
confirmar o negar, con pruebas, las procedencias atribuídas a Ios
habitantes de Sagunto; y, por ahora, no creo que se haya llegado
a nirgún resultado concluyente y satisfactorio.
II
ATBIBUIDAS
fll|ONEDAS A SAGUt\lTO
Las monedas que se suponen fabricadas en Sagunto o en su
ciudad gemela de Ardse, contien'en palabras escritas con caracteres ibéricos y otras con letras latinas, dando la sensación de
que en sus tiempos fuera Ardse una ciudad ibérica y Saguntum
una ciudad romana, con vidas independientes al principio y que
luego se fundieron para constituir el Municipio Saguntino. Así
ocurrió en Emporion, al fundirse en el Municipio de Emporiae, la
ciudad griega f6cea Emporíon y su inmediata, la ibérica Indifta
o lJndiftict; y cabe pensar que igual ocurriera en el caso de Sagunto, sin pruebas concluyentes por ahora.
Para poder admitir provisionalmente este hecho, es necesario
slrponer previamente, que es cierto el alfabeto ibérico que se co'
1 2 3 + 5 6 7 4 9 , o M t 2 l 3 1 { r 5
? v Y l f l{A Y r Y ( ? M t ( ? ) T
A
E
I
o
U
L
M N(NN) R RRs¡(ot¡.XPr¡)€)
16 L7 t8 t9 20 21 22 23 2t' 25 26 27 28 29 30
I I P XD A ( J X O X Q T T I I A
pr pc pi po F'1" if ?? .." i- ?' ?. ft 90?*
[page-n-14]
t2
pia a continuación, el cual es casi idéntico (l) al publicado por
el profesor Gómez Moreno y que será justificado completamente
por el que esto escribe, cuando sea publicado un trabajo escrito
sobre esta cuestión.
Puede observarse en dicho cuadro, que hay dos signos distintos para el sonido r según muchas pruebas. Pero como ambos signos aparecen juntos en ciertas levendas (entre otras en letreros
monetales saguntinos) aunque sean de sonidos análogos' éstos han
de resultar distintos, y hay necesidad de suponer que uno de ellos
es r suave y el otro rr fuerte; esto no obstante, no hay seguridad
de que concuerden exactamente las lecturas así resultantes de los
letreros antiguos, con sus nombres conse¡vados modernamente'
más o menos modificados, donde a veces se sustituyen y permutan mutuamente los dos sonidos, pudiendo resultar dudas, que,
se soslayan con sólo suponer dos valores r, r análogos, pero, dis'
tintos.
El signo correspondiente al sonido z está raras veces en las
inscripciones y puede ser sustituído en la fonética moderna por
una de las dos sibilantes, cuyos sonidos se puede razonar' aproximadamente, que son análogos a la s, y distintos sin embargo'
puesto que aparecen juntos, en muchos letreros monetales' y en
sin
la inscripción del vasito liriano que ha motivado este trabajo'
Ya Zóque a priori puedan ser individualizados cumplidamente'
este
bel de Zangroniz (2), atendiendo a razones que no son de
d"
lugar, supuso que el n.o 12 sonaba como s y los 13 v 14 como
de Zóbel' la leyenda monetal
o tr. P"ro aparte de esta sugestión
b4+v
'r\tfa(1) 'Gómez Moreno, (De Epigrafía Ibéri-ca' El Plomo de Alcoy>'
y su lengua>' Homenaje a.Merrenarid-íszi, pág. 35?.-(So¡re los iÉeros
en la
pág' 316'-ObserS. I. p. to¡t" sus actividades en 1934)'
Dirección del
formas
ai cuadro allí admitido' que existen las
adiciones
;;;¿-;;;"
z'. y 7a segundt
(
equivalente Ia primera a ds o ts y a veces a
( t * lt
los tiestos con letreros ibéricos
al sonido ke o gue que aparece tambiéuen
en San Miguel de Liria'
hallados
Q)ZÓbeldeZangÍoniz,
[page-n-15]
t3
clásica en las monedas saguntinas, puede comprobarse con faci'
lidad que suena .árse muy aproximadarnente. Es evidente que
los ,escritores romanos conocieron el nornbre correcto Ardse de
la ciudad ibérica existente en Sagunto, y por él crearon la tra.
dición de la población mixta de Ia ciudad, por los Zacgnthioa y
los Ardeotes.
En lo que sigue aparecerán otras pruebas de la correspondencia de dicho signo sibilante, con el valor fonético ds o con el fs
o tz.'
También se ve en el alfabeto propuesto, que no hay diferencia entre los signos correspondientes a los sonidos derivados de
las d y ü unidos a una vocal; y que otro tanto sucede con los que
dependen de las parejas b y p, g y h, de manera que no puede
individualizarse prreviamente cual .corresponde en cada caso.
Las cuestiones de cronologías son siempre inseguras y las referentes a monedas antiguas hispanas lo son tanto como cualesquiera otras ; pero quizá pueda admitirse, por hoy, que las dracmas de
plata de tipos etnporitanos, con letreros ibéricos, fueron fabricad,as en, varias poblaciones de la costa oriental de España y del
sur de Francia, aproximadamente desde el año 250 antes de
J. C. o desde poco después, hasta el año 219 o poco antes. Entre
dichas piezas hay una cuyo letrero ibérico ha sido leído
P9tPfMtv
que suena Ardsabas.n (l) v que ha sicio atribuída a Sagun'
to sin saber interpretar por completo dicha lectura ; quizá sea
acertada esta atribución; pero no conozco suficientes pruebas
para confirmarla.
Antes del año 219, en que Sagunto fué destruída por Aníbal,
esta ciudad fabricaba monedas de plata con tipos peculiares, como se deduce de la composición cie los hallazgos procedentes de
Levante y de Cataluña, y del arte de las piezas conservadas. A
(1) Del Teso¡o de las Ansias (Gerona). Zóbel (
Sagunt))) la atribuyó a <
Antonio Delgado (no 148) 1a leyó ARSAIN siguiendo a Delgado,ete.
[page-n-16]
t4
dicho período debe pertenecer la moneda únic.a de la colecciórr
del Canciller Lorichs (formada en España), que se conserva ac'
tualmente en el Museo de Estokolmo (l), la cual tiene en el anverso un busto femenil con collar, mirando a derecha (que es
quizá el de la deidad femenina adorada en Sagunto y asimilada
por Plinio a la Diana romana) y en el reverso una rueda o división del círculo en seis sectores, con un núcleo central y entre los
radioe de la rueda el nombre ibérico
D
a/r/v/rlalN
El signo repetido en los lugares tercero y quinto, no aparece
por Io general en esa forma en los letreros monetales ibéricos,
pero depende del sonido s (algunas veces en las piedras parece
sonar como z) y atendiendo a su figura, en los tiestos de Liria'
puede asegurarse qu.e sonaba como ds. El signo penúltimo es una
forma del sonido fte tal como aparece en los epígrafes lirianos.
La lectura del nombre consignado en la moneda' es por
tanto :
ar-ds-e-ds-ku',
Esta moneda fué bien reproducida por Lorichs y mal
pretada por los autores.
De Lorlchs
de Mossilia, tienc
lPtuci (Cabeza
una representación análoga en las monedas de
la provincia de Cádiz)
cle Hortales, cerca de Prado del Rey, en
Su tipo,
qlle
parece
derivarse
del anáJogo
(1) HilI, (Notes on the ancient coinage of Hispania CiteriorD' -New
york'fg3f. Éags. ffZ y 119,lám' XXI, ?; 2,-95 grs'-Lorichs' (Iü€chercil'es)'
ro:-peteáao, (Catal. col. Lorichs> n'o 1'060' Todos los autores
ia*. iiif,
se refleren a la misma Pieza'
[page-n-17]
l5
que contienen letras latinas y otras indígenas, llamadas por Z6'
bel libío-Íeníces, y forman los dos nombres de la ciudad. Este
tipo hizo pensar a Campaner (l) en que tal ciudad estuviera en
Rota (pueblo situado en la costa gaditana) tan sólo por la semeja.nza de su nombre con la figr:ra représentada en el. reverso.
Dentro de los métodos usuales, tal asimilación corre pareja con
la comparación de las palabras análogas y es el mismo procedirniento empleado por Boudard para atribuir la pieza citada de
la colección Lorichs, a Rñodas (por la rueda) en alianza monetal
con los Edetanos partiendo de haber leído sdn los últimos signos
ibéricos de su leyenda (2).
Heiss puso dicha moneda entre las inciertas de la costa y la
ley6 Arse-san (31.
Delgado halló un Arze-seduni completamente fantástico partiendo de una lectura análoga a la de Boudard (4).
Z6bel de Zangroniz la copió mal y Ia tradujo Ardse'sarn (51
I' análogamente Pujol y Huebner. Más adelante fué leído arsesacen y se pensó Ln hall.r e. ella la unión de Arse y Sagunto
(Schuchart y Schulten). Hill la leyó y publicó correctamente
arsescenpero no interpretó esta Iectura (6).
La interpretación de este letrero es fundamental; y para lograrla es necesario suponer la descomposición:
adrse - ds
h"n
fundada en la existencia de varias descomposiciones análogas en
(1) Campaner y Fttertes,
M€nl. Num. Esp. T. L pá9. 276 Y ss.
(.D Boudard, (Essai sur la Nr.lmismatiqtte Iberieutle>. Pág. 278. P¡'rÍs 1859.
{3) Heiss, (Descriptiou generale des Moltllaies atttiques de liEspagtre>.
Pág. 288.París 1870.
(4) D€lgado, (Nuevo métotlo>. T. III,. págs. 361 y 368'
(5) Zóbel de.Z,angtonlz,
(6) Pujol y Camps,
(op. cit. pág. 112) refe'
[page-n-18]
I6
las monedas ibéricas posteriores con el tipo del jinete ibérico y
provistas de leyendas ibéricas que se leen (l):
segobirrifte-ds
arregorrada y arregorrada-ds
orrosi y orrosi-ds
bilbilt v bilbilí-ds
siendo más interesante la última por ser conocida la situación de
esta ciudad cuyo nombre BiIbiIi o Bil6¡l¡s, escrito en las dos formas, figura en las monedas latinas posteriores.
De Lorlchs
Estas parejas prueban que el tipo final es una desinencia
(o -TS) independiente del nombre de Ia ciudad.
-DS
(1) Vives y Escudero, (La Moneda Hispánica>. Madrid 1926. Ceca
núm. 26. Lám. XXXVIf
núms. 1 a 5.-Monedas latinas d.e Segóbriga.
Lámina, CXXXV núms. 1 a g. Monedas en que se lee (Orrosi). Lámina
XLIX núms. 2 y 3. Piezas en que se lee
l, l, 3, etc.
Idem con
[page-n-19]
r7
Todavía más parecidas a la leyenda que se estudia, son las
parejas que se leen:
dsei -ds Y dsei -ds -ften
ildirrike -ds e ildirrfte'ds'l1en
donde se comprueba que la paiabra -ften es una desinencia añaclida a nombres de la forma anterior. Ayudan a comprobar esta
hipótesis las leyendas (l):
ause -ds -ften Y undilP -ds -fterr
que se sabe perfectamente se refreren a las poblaciones de lusc
{Vich) y Undíca (AmPurias)'
Partiendo, sobre todo, del nombre lldírrfte ds bien leído e
interpretado llergetes por Zóbel de Zarrgroniz (2) v del Undíhe
-rls -hen que Be refiere a los lndiftetes o Undiftefes de Emporion'
-efes por los
resulta que la desinencia -ds o -ts fué la traducida
proceden los nombres que
griegos y los romanos y que de ella
consignaron de:
Ilereetes (lld¡rrlpts), Indiketes (Il ndíhets), sedetes (DsedeiÍs)
y otros con idéntica terminación.
Estas consideraciones confirman la legitimidad de la hipótesis
formulada sobre Ia asimilación de los sonidos ds y fs a los signos
-efes
citados del cuadro ; ya que Ia transmisión de la terminación
demuestra la existencia de los sonidos d o f en la citada s ibérica.
Esto, no obstante' sería atrevido en exceso pretender igualar en
todos los casos el sonido ds con el citado signo' dada la incertiMás
dumbre existente s¡ las cuestiones relativas a la fonética.
y solaclaro: ignoramos en absoluto la pronunciación antigua'
Lámina
(1) Vives, (La Moneda Hispánica)' Piezas con
Lám' xYxVuI' 1 y
XXXVIII, I a 11, y n.o ?.-Id. ion
P'
rr--lUo"u¿rt cor-r
(Ausetsken>'
c€ca n'"
Vives'
xxvf, núms. 1 y ss'-Monedas con
Ái"u
Emiámina xxtl, núms. i a ll._Monedas con (undiketsken), vives,
porlae,etc.
(2) ZóbeI de f/¡a:ngronlz,
se
con
13.Este autor identjlcó
con
ia de
[page-n-20]
18
mente en los casos citados puede rastrearse la identiñcación propuesta y luegc sustituir el signo citado, por el sonido señalado,
sistemáticamente,y sin seguridad, en la mayoría de los casos.
Más seguro resulta, no establecer la diferenciación y señalar las
dos s en las formas s y s.
En cuanto u l. d."i.r"ncia ibérica -ften, que aparece en las
monedas de Ia costa española Cesdeel Pirineo hasta Almería, ha
sido interpretada, a partir de Boudard, como un genitivo del plural equivalente a de los, y las leyendas ss interpretan:
'
De
De
De
De
los Sedetes (Dsedeitsften)
los llergetes (lldirrftetsften)
los Ausetes (Ausetsften)
los Indiketes (Undihefshen)
y supliendo la palabra Moneda, resultaría:
Ardsetsften.-(Moneda) de los Ardsetes.-(Moneda) de los de
Ardse.
La lectura del nombre Ardse de esta ciudad es relativamente
moderna, pues data del descubrimiento de la letra c por don
Antonio Delgado; antes, Ia coexistencia de dos letreros, uno
ibérico y otro latino, de imposible asimilación, en las monedas de
Sagunto, había hecho creer a los autores (entre ellos al P. Flórez)
que la investigación del alfabeto ibérico era problema insoluble,
y cuando Pérez Bayer leyó, casi correctamente, el nombre ibérico de las monecias de Bilbilis y determinó el signo correspondiente a la vocal i, este acierto le hizo confundir en uno a los dos
y sonando el primero como 6, se auP
ft,
puso igual valor al segundo, resultando una exuberancia exagerada de palabras con este sonido. En el período de tiempo que va
desde Pérez Bayer a las investigaciones de don Antonio Delgado,
las monedas ibéricas de Ardse o de Ardse-Sagunto, fueron atribuídas a una ciudad leída Bar-"e o Perse y asimiladas a una teórica
Perseganao Barcíno, en alianza monetal con,otras ciudades. Pero
desde que se supo leer su inicial c, hallóse fácilmente el nombre
de la ciudad de Arse y en los letreros que tenían otros signos ibéricos peor conocidos, se supuso que indicaban alianzas monetales
signos distintos
[page-n-21]
t9
de Ardse con otros pueblos, o que se trataba de la palabra arx (o
fortaleza) seguida del nombre de Ia ciudad emisora ; y resultaron
así las soluciones provisionales, cuya inconsistencia ha sido comprobada al cabo del tiempo.
Otra pieza de plata de Ardse, fabricada antes de la destrucción
de la ciudad por Aníbal, es la conservada en el Instituto de Valencig de D. Juan y que tiene de un lado la cabeza desnuda e imberbe de Hércules con maza detrás, y en el reverso un toro corriendo, interpretado como un perro por aigunos autores (l); con
los mismos tipos, aunque no con tan buen arte, salieron un ejemplar en el tesoro de Cheste y otro en Tibisa (2) acompañando a
otras monedas anteriores a la destrucción de Sagunto, que parecen fechar a la pieza ardsetana.
Es interesante que aparezca en estas monedas el busto del
furrdador mítico de la ciudad; y también lo es, que la cabeza imberbe de las piezas hispano-púnicascon el caballo, que parecen
ser las más modernas de todas, recuerde a la del Hércules de
Ardse, aunque guizá representea un personaje histórico.
La leyer,da ibérica de dichas monedas, escrita bajo el toro, es
P({4X4
cuyas letras son todas conocidas salvo la cuarta, qus aparece así
mismo en algunas piecjras sepulcrales saguntinas, y que en moned.as ardsetanas pasó a ser la forma monetal corriente
I1i, gui, por lo cual dicho letrero ha de leerse:
del sonido
ards - Ilidar
y referirse a la ciudad de Ards-(e).
Su segunda parte, leída fr por Heiss
(inciertas) y
gdr
por
(1) Vives,
Lám. XL, 1, de su colección. ¿Arshe?
(2) Zóbel,
[page-n-22]
20
Delgado (l). hizo pensar a este último autor en la combinación
ARZe-GaDIR (rrCastillo o fortaleza de Godin') y que indicara la
alianza monetal (omonoic) entre I rse (Sagunto) y una ciudad costera de situación indeterminada (Cádiz, etc., etc.). Hill rechazó la
alianza monetal, muy acertadamente, y pensó en conservar la idea
de que se reñriera a una fortaleza de los Ardsetanos.
La lectura correcta -hidar se reñere, como en otros caeoe, a
una palabra común, no geográfica. que no sé traducir hasta ahora ;
si hubiera sonado 'zidar seía posible buscarle una interpreta'
ción satisfactoria que todos los bascos traducirían inmediatamente.
Otro busto de Hércules con la maza' algo distinto del anterior,
acompaña como anverso a un toro androsopo que vuelve la cabe'
za y mira de frente, el cual tiene encima una cartela rectangular
con la leyenda
oa7 4 X0
que es ]a misma anterior c<¡n el signo tercero de otra forma (2);
esta pieza, también apareció en Tibisa.
En la colección de D. Manuel Gómez Moreno hay una pieza
de plata con el primer busto de Hércules y cuyo reverso es una
variante del segundo citado, sin cartela. Esta moneda enlaza las
tres emisiones consecutivas.
Otras monedas de plata conservan el toro androsopo y la le'
yenda sin cartela encima ; pero los bustos parecen retratos de per'
sonajes, mejor que deidades; luego, uno de los bustos acompañó
a un toro sin cara humana. En otras piezas los bustos diádemados
del otro lado un toro parado y debajo
o laureados de ...) tier-ren
la leyenda copiada (3).
(1) Heiss,
Q)
Mon. Hisp.). Lám. VI' 7' 2' y 3'
Vives, <
(3) Viv€s, (La Mon. Hisp.>t.Lám, VI' n.o 4 a 6 -<(Ibidem) i1'' ?'*
(Ibidem)¡r,oBal0.
[page-n-23]
2l
Finalmente otros bustos análogos a los anteriores tienen del
ot¡o lado un toro derrotando y debajo
v
Es cosa curiosa la gran semeianza entre alguno de estos bustos
úitimos y el que hay en un tetradracma que tiene del otro lado urr
caballo al galope y debaj,: una larga inscripción púnica tan incier'
ta como la que sea más dudosa. Estas monedas, indudablemente
hispano-púnicas, han sido atribuídas primeramente a Bochus ] y
Itrego (2) a Vermina (-213).
Otras monedas de plata tienen en aus anversos la cabeza galeada femenil de Roma (?) y en el reverso un toro androsopo, encima del cual se lee (3)
D0vvy,q
á
Esta misma leyenda figura en monedas de bronce bajo una
,,proa cle nave)) y que tienen del otro lad<¡ el ¡tecten iacobeus
(concha de peregrino) tan clásic'a en las pequeñas monedas de
bronce de la región de Sagunto'
Este letrero leíclo crse - efr por Heiss y arze etr por Delgado.
porque 'no les sonaba
no pudo ser explicado por los autores,
constisu segunda parte a ningírn pueblc conocido' Pero su final
tuye la palabra común -edar o -elar que 6gura en otras monedas'
(4)'
y. ,.r.ltu, como en los semises de los Indiketes con un león
de Sailabi en una moneda
del
va ouesta a cc.¡ntinttación nonrbre
(1)
(Ibid.em)) n.o 11 a 13.
(Numismatique
(2) (Ibidem)' T. I, págs. 44 y 45'--MueIIer'
Copenhague 1862' T' III' 88 y IV 69'
I'Ancienne Afrique>.
n"' t 7 .
(3) Vives. Lám' vI n.o 15 y 16, las monedas de plata' El semis'
(4) Vives. Lám. XVI, nirms 6 Y 7'
[page-n-24]
22
de piata que tiene un busto de Hércules y en el reverso un águila
y la leyenda
f.^Ptuxrrxq
q u e s e l e e S ¿ i f a b i e t a r( l ) .
Esta moneda del Nluseo Arqueológico ha sido atribuída a Sagunto por todcs los autores, tan sólo porque leían su final que
parecía exclusivo de las piezas antedichas, hasta que D' Manuel
Gómez Moreno la leyó iompleta y correctamente, siendo fácil la
comprobación de su lectura hasta en la reproducción dada por
Vives.
Por idéntica razón fué considerada' como de Sagunto' otra
monedita muy menuda y recortada, de plata' que se supuso de
alianza monetal con Emporiae a causa de un busto de caballo'
que se creyó ver en ella ; su descripción, según Z6bel' fué la sieuiente (2):
ruTipo ininteligible.-Rev.:
delante en semicírculo
Busto de caballo a la derecha;
D0átrvxd'^x
Si esta descripción
fue¡a correcta se leería
arclse'edar-kida(r)
comunes
dos p.l.br.,
es decir, el nombre de Ardseseguida de las
pequeño módulo y sus. recortes' tan
antedichas; pero dado su
que cóntiene de un
sólo puede asegurarse po' iu reproducción'
de un águila y unas
lado una (mosca)) y del otro la parte anterior
Lám' VI' 3'(1) Lorichs,
pág. 115.Lám' XXIL 2' Sln explicación'
frifi,-'Op. cit.,
-la
Colección Vidal-Quadt'as
oe
Q) Zóbel,
ito" lu publicó,por no, admitir. la q":-t:pRamón. catálogo r1.' r¡á.-üi.ñt
tt " rr' sin descripción ni expliiir'
áp' ;it";ñ
ción imperfecr"'.-Hrll,
parti€i1do del mismo ejemplar'
0'28 grs. Tod,os en
cación.
[page-n-25]
23
letras ibéricas donde se lee bien -edar, y además puede
asegu-
gurarse que no dice ards...
De las dos monedas ardsetanas con el busto femenil galeado
y el toro androsopo, es muy interesante la que tiene encima Ia
leyenda ibérica leída ya
ard.se - edar
y delante,. en arco, Ia leyenda ibé¡ica:
Pg{PtovtP0
De Lorichs
Este letrero no ha sido publicado con lectura completa hasta
ahora; no hay duda en sus signos, ni siquiera en el eegundo que
debe ser la rr. Su lectura da:
a - rr -ds - a- fti - ds - Iv -. - ki - ci- r
de muy dudosa descomPosición.
Los cuatro primeros signos son los mismos de la dracma de
tipos emporitanos, que se ha leído artdsabasn, y nada más
cómodo que suponer esta palabra derivada de Atdse; pero la diferencia de los dos signos si suenan r y rr hacen dudar sobre tal
derivació¡r : eso no obstante, puede admitirse que las dos palabras
citadas tienen común su colnienzo arrdsa que ha de ser aceptado como buena lectura y palabra entera'
La transcripción dada por Heiss, fué imperfecta' y su lectura
arsa-gsaegarmuy defectuosa' y otro tanto hizo Delgado al leer
má"
arza-gdtegar e interpretar Atza, Gadir, Egara (l) ; no es
teoría de las
correcta la lectura aftagsoegra de Huebner' La
dió la farü e imposible asociación monetal de ciutuomonoícs¡
dades muy distantes.
(1) Heiss, op. cit., pág. 289'-Delgado,,((NuevoMétodo>' T' III'
güe¡ner, (M. L' I'), pí'g' 44' n'o 40 b'
p¿e. ioz.
[page-n-26]
24
Tampoco es más acertada la idea propuesta pqr Hill, de que
en esta inscripción esté contenido un nombre personal (l).
Afortunadamente los cuatro últimos signos, donde se creyó
leer el nombre de la ciudad de Egara (Tarrasa) forman una palabra corriente en los vasos de Liria (l); ya aislada, ya formando
parte de otras palabras
egiar, ftaftu - egíar, ftarretz - írde - egíar, ...ditzum'íngu' egiar,
gi
e
ebirrde-egiar, ... rbangutzdu- gíar, ftemí-e ar
de las cuales resulta que ehiar o eguiar es una palabra común y
no geográfica, ni el nombre propio de un magistrado.
Ha sido achaque corriente creer que las palabras contenidas
en las monedas eran nombres de pueblos o de magistrados ; pero
aquí ha quedado manifiesto que no lo son las palabras:
-edar,
-ftidar,
-el{ar
Además de éstas, hay otras palabras que aparecen en monedas, como -salir, en dracmas ibéricas de tipos emporitanos acuña'
das en llerda y en Tarrafton, y en denarios ibéricos de la primera
ciudad y la palabra ban que está en denarios de Ausa, en semi'
ses de Laftíney en cuadrantesde la ceca que contienenelnombre
no geográfico Abarildurr' La palabra -salir no ha aparecido toclavía en otra clase de monumentos ibéricos; pero ban es común
en los tiestos de Liria y aparece suelta o formando parte de pa'
labras en dichos letreros y en otras inscripciones sobre piedras'
Aventurando hipótesis lingüísticas podrían ser traducidas'
Insistiendo, de nuevo, en las dificultades que tiene la cronología de las monedas, he de limitarme, en lo que sigue, a enumerar
que el
las principales series de bronce de Ardse y de Sagunto' sin
orden en que sean expuestasindique una ordenación cronológica;
(1)Hill,op.cit.Lám.XXI10,etc',pág'113'(Arsagsoe)?(grr)?'
I' P' y su
Q) Véanse las inscripcionesibéricas en
[page-n-27]
25
l, ,observando, tan sólo, que durante el imperio de Augusto se
continuó fabricando en Sagunto monedas típicas con la cabeza galeada de Roma y del otro lado la proa de nave, y sin el nombre
del Emperador. Podría ser una excepción la moneda de dichos
tipos descrita por Saulcy (1) qu" tenía, según este autor, la le-
yenda
SAGVNAVG en el anverso, D
e IMp en el
reverso; pero tal pieza no figura en otras obras, ni sé de nadie
que la haya visto y no puede servir de fundamento.
Mas, no hace faita que exista dicha moneda para probar que
en Sagunto se usaba el alfabeto ibérico al comienzo del Imperio
Romano, pues existe una inscripción con parte latina y otra parte
ibérica que es de dicha época (2).
El busto y el nombre del Emperador, comenzaron a ponerse
en tiempo de Tiberio en las monedas saguntinas y con éste terminaron las acuñaciones, o por lo menos hasta ahora no se conocen
monedas de Calígula acuñadas en esta ceca.
Entre las series interesantes sin nombres de Emperadores merecen ser citados los ases con el busto y el jinete, corrientes en las
piezas ibéricas, que tienen en el reverso la leyenda ibérica Ardse.
Las piezas grandes con la cabeza galeada de Roma y la proa de
nave por el otro lado, acompañada de un caduceo, forman muchas
s,eries, entre las cuales se encuentran las siguientes (3):
Tipo I.-Cabeza de Roma con casco alado saliente. -R) Proa
de nave con castillete, delante caduceo ; encima Victoria volante
coronando la nave. Debajo la leyenda ibérica leída Ardse.
Tipo II.*Es el rnismo anterior con nombres de magrstrados
ibéricos o latinos en el anverso:
(1) Saulcy,
Huebner, (M. L. I.), n.9 XXXf, a. Inscripción de Fabius, M. 1.
Q)
que hay mondas
Isidoru(s).-Vives (Op. cit. T. IV, pág. 11), ya observó
saguntinas del tiempo de Augusto que tienen caracteresibéiicos.
(3) f. Vives,XVIr, 1.-II a. <
III a. (Ibid). XVII, 7.-Iü
b. (fbid). XVIII, 4.-III c. (Ibió). XVIII, 5.XVüL 1; IV c. xV[I,3;
V a. XVIII, 4rV a.
Ylórez, XL, ?.-Heiss, )
XVIII, 6; HiU, op. cit., XXIIL S.
[page-n-28]
¿ó
a) Con los nombres Ce los magietradosibéricos lftorrbeles y
Balftol1aldurr.
t
De Lo¡lchs
b) Con los nombres de los magistrados latinos Q. VALERI
(us) v M. ¡{E (,nilius).
de Roma con casco bajo, y nombres de maTipo III.-Cabet"
qietrados ibéricos o latinos.-Rev.) Proa de nave con castillete ; delante caduceo, encima SAGV, debajo la ieyenda íbérica Ardse.
a) Con los nombres de los .magistrados ibéricos Biulahos y
Balftodu...
De Lo¡lchs (lmpcrfecta)
b) Con los nombres de los magistrados latinos Q. POPIL
(ius)y LI. ACIL(ius).
c) Con los nombres de los magistrados latinos M. AEM (ílius)
v M. AEM (ílius) HERCOL(es).
'fipo
IV.-Cabeza de Roma con casco algo modificado con
respecto a los anteriores.'R) Proa como en el Tipo I; debajo
SAGV.
a) Co¡r los nombres de los magistrados latinos CN ' BAEBI
tus\ GLA,B (¡ío\ y L.'CAI'PVRN (íus) AED (íIes)G' S'
[page-n-29]
27
b) Con los nombres de los magistradoa larinoe L. CAL?VRN
( i u s ) . .v M . . . .
.
c) Con los nombres de los magistrados latinos M. AEMIL
( i u s ) y C N . B A E B ( i u s )A E D ( ¡ l e s )( G . S . )
Tipo V.-Como el primero con el nombre SAGVNTINV rnás
o m.enos abreviado en el anverso y Ia leyenda ibérica 'Ardse
abajo, en el reverso.
a) Variantes con Ia cabeza a derecha y SAGVNT-INV o
SAGV-NTINV o SAGV-NT.
b) Variantes con la cabeza a izquierda v SAG-ZNT en el
anverso: la leyenda ibérica puede estar suelta o en un ¡ectángulo.
Tipo VI.--Como el lli, con el nombre latino de la ciudad en
'Adse
el anverso y el nombre ibérico
en el reverso, bajo la nave ; sobre ésta, letras latinas sueltas.
a ) C o n S l ( i . . . e n e l a n v e r s oy G . S . e n e l r e v e r s o .
b ) C o n S 4 G V N T - I N V e n e l a n v e r s oy L . B . M . D . e n e l r e verso.
Tipo VII.-Cabeza de Roma con casco grande y pequeñas
alas rodeado de tV(unicípium) SAG(untinum) I-,. SEMP (ronius)
VEl-T (o).--Rev.) Proa de nave coronada por Victoria y alrededor
L. FABI (us) POST (urnus).
Es curioso obse¡var que todos ios nombres Iatinos gue figuran
en las monedas subsistiercn a través de los tiempos en la población rsaguntina,pues aparecen en las lápidas latinas con otros
praenomen y co¡namen También interesa observar, que el Tipo I, sin nombres de magistrados, sólo contiene el nombre ibé-
[page-n-30]
¿ó
'fipo
rico de artlse i que las del
II, con solo el nombre geográfico ardse contie¡ren parejas de nombres correspondientes a dos
'Iipo
III que
magistrados ibéricos o a cios romanos: que las del
contienen a ia vez ardse.y SAGV, ostentan las dichas combinaciones de Cos magistrados ibéricos o dos rorna¡ros; que las del
Tipo lV con solo el nombre de,SlG7, tienen los nombres de una
pareja de magistradosrornanos que son .4ediles G. S(agunf...)sin
que yo co¡rozca el significado de la sigla G. ; que las del Tipo V'
contienen los dos nombres geográficos, sin los de magistrados;
'l'ipo
que las del
VI tienen también los dos nombres geográficos
y las letras G. .S.ya citadas o las L. B. M. D. que no sé interpretar; finalmente la moneda de Tipo VII contienen los nombres de
dos magistrados romanos y del Municipio Saguntino escrito en
igual forma que en las lápidas latinas de dicha ciudad.
Tengo la seguridaC de que existen, además' otras series que
pueden ser descubiertasen el momento menos pensado, aumen'
tando así el número de monedas conocidas de Sagunto en proporciones insospechadas: por esta razón, creo inútil, por hoy, todo
intento de clasificación cronológica.
-Seconocen también semises de tipos romanos con la cabeza
de Júpiter y la proa de nave acompañada del nombre SAGVNT
de la ciudad (l), y además cuadrantes de los tipos peculiares saguntinos con la concha pecten iacobeus y el delfín acompañado
'Ardse y
de letras sueltas C. A. P. V' o
del nombre ibérico
Otros sin nornbre de la ciudad con C. S' M' Q'
P. V. C.l.
(algunas vece'¡ la segunda letra parece ibérica) y otros con
SAG-VNT. Finalmente hay algunas moneditas anepígrafasde los
mismos tipos (2).
no puede asegurarsetpor ahora'
Con los datos consigrrados,
que hubiera en Sagunto dos talleres monetarios independientes, ni
en
que se acuñar¿r un solo indistintamente para las dos partes de
la ciudad, el nurnerario constituíclo por piezas comunes o diversas ; pero, según los grupos estabiecidos,al pasar el tiempo' las
(1) Semises,
Vives,XVIII, 14.
(2) Cuadrantes
con C. A. P. V. Vives,XIX, 4; idem con P V -9j-4'
Xf:i, s; ídem con c. S. M' Q., xIX, núms. 1,9y 20; fdem con--SAGvNT'
XIX, 5-Cuadrantes varios en lám. XIX'-Uncia, lámina XIX' 15'
[page-n-31]
29
emisiones debieron ajustarse a muy distintae normas políticas o
económicas y pudo ocurrir que en alguna ocasión un mismo taller
fabricara piezas con los dos nombres geográficos, o parejas de
monedas distintas, pero simultáneas, con ios nombres aislados de
las dos ciudades.
Por último, existen cuadrantes de los tipos citados, atribuídos
corrientemente a lrdse-Sagtrnto, a pesar de que no contienen
ninguno de los dos nombres, sino ot¡o ibérico que se lee Adubats
o Aídubats (l) y corresponde a otra localidad, o con solo su
primera o dos primeras letras ibé¡icas.
De Lorlch¡
De Lorichs
Creo que deben ser eliminadas estas piezas de las series saguntinas y atribuídas a otra ciudad próxima a Sagunto, c.uye
nombre pudo ser el mismo ya citado del río ,lllamado Udioa por
Plinio. Este fué seguramente el nombre ibérico modificado en
Idubedo al ser transcrito por los autores griegos y latinos como
correspondiente a Ia sierra próxima a Sagunto, hoy conocida con
el de Sierra de Espadán.
También la ciudad de GILI , próxima a Sagunto, acuñó ases
ibéricos y bilingiies y un cuadrante de tipos saguntinos con el
nombre ibérico de la ¿iudad bajo el delfín del reverso (2).
En vista de estas últimas monedas, cabe esperar nuevos descubrimientos que rellenen los grandes vacíos existentes, en las
emisiones monetarias de la región saguntina.
(1)
Vives. Lám. XIX, núms. 6, 7, 8, I y 10.
Q\ As€s: vives, Ce\ca ¡rrim. 2, Lám. XXI, núms. 1 v 2.-Cuadralu:
Oolección del fnstituto de Valencia de Don Juan,
[page-n-32]
3O
III
IBERICO
LETBEBO PII'ITADO
DEUt'J
It\|TEBPRETACI0t\l
DE
LIRIA
EN
SAt\l
llASO
SOBRE
UN HALLADO IIIIGUEL
En las excavacionesque el S. ]. P. de la Excma. Diputación
de Valencia efectuó en el Cerio de San Miguel de Liria, el año
1935,apareció el día 5 de Julio del expresado año, en el departamento numerado l6 (C), un pequeño vaso de la forma de ,,sombrero de copa)), de B'5 crn. de altura y de 9 cm. de diámetro en
Ia base, fabricado con arcilla rojiza sobre la cual fué pintada con
ocre achocolatado una escena de caza de muy mal arte, encuadrada entre varios temas decorativos.Copio a continuación la descripción completa, hecha por Isidro Ballester (l), de este vaso
conocido en'el Museo con la denominación de ttVASO DE LOS
ESTILIZADOS,,'
CIERVOS
.Entre das grupos de cintas pintadas, uno cercano al borde y
a la base, ¡e desarrolla la única escena que
el otro inmediato
llena el arnplio friso, reproduciendo una cacería de reses. Tras
rrnos elemer:tales trazos ramifol'mes, aparece superpuesta la silueta de un ciervo a la de un cazador en pi'e, cntremezclándose
ambas de tal modo que se imposibilita el exaaislado de las figuras. Parece como si el cazador, asiendo por
men
loc cuernos al animal, se dispusiera a herirle con un dardo. En el
espacio inmediato, dor,de un rozado en el vaso borró casi la decoración, se vislumbra la cabeza y cuerpo de otro cazador del que
y confundiéndose
son claramente perceptibles partes de las piernas y brazos, el que
empuñando en una mano la falcata trata de rematar con el darc{o que ileva en la otra a un cier.vo herido ya cle un lanzazo. otlos
(1)(LalabordelS.I.P.ystrMuseoerrIosaIlosl93Sal939l.*N{r(Ei]
moria elevada a la Excma. DiputaciÓn por el Director de aquél'
Drensa al redactarse este tralrajo).
[page-n-33]
3l
tra.zos ramiformes separan la res herida de otra que parece huir,
y cuya clasi6cación es difícil, pues no teniendo, como las ante.
riores, ramosos cuernos ni pezuñas hendidas, no puede estimarse
como cérvido. En cambio muestra sobresaliendo exageradamente
del espinazo, unos trazos paralelos que pare.cen corresponderse
con otros curvos resaltados en una zona reservada en claro y hacen pensar si se quiso representar costillas y vértebras; particularidad obeervada en otros vasos de San Miguel, de que hablaremos
Iuego.
De las figuras humanas, la representada en segundo término
no permite observación alguna por lo borrosa, y Ia primerar en su
exiremada tosguedad, sólo deja ver el tocado con algo como boina y el modo elemental de representar la cara. de frente (cosa
excepcional) mediante
un espacio reservado en claro, con dos
puntos por ojos.
Los dardos manejados por los cazadores son de punta con aletas, y en cambio es foliácea la del que atraviesa el ciervo. La sumaria forma de la falcata no consiente observación alguna.
La estilización
de las reses es tal, que en los indudablemente
cérvidos se llega a una forma
absolutamente
convencional
en la
reproducción
de los cuernos, 5, Ia de la boca en una elemental
forma l¡ífida. Pero la máxima estilización puede observarse en Ia
cabeza del animal
fórmase
descrito en último
en recurvado
término,
cuyo belfo
trans-
tallo vegetal.
El espacio sobrante del friso, tras desarrollarse la escena descrita, complétase
con reticulad<¡, serie vertical
das de purltos y un ajedrazado,
también
de postas resegui-
con los blancos puntea-
Cos, motivoe todos ejecutados con manifiesta inhabilidad'r.
Hasta aquí el Sr. Ballester.
La 6gura situada más a la derecha es, como hemos visto, un
cuadrúpedo
de difícil
identiñcación, delante de cuyas manos se
y claros signos ibéricos que se leen difto (o d¡go
ven dos toscos
o fifto o tigo) y éstos fueron los dos únicos que leí en eI vaso, de
primera intención, una tarde del expresado mes, cuando me lo
enseñó el reconstructor
Espí antes de haberlo lavado,
entre otros
vasos acabados de descubrir en San Miguel de Liria, y guardados
dc momento en casa de D, Francisco Porcar.
[page-n-34]
32
Varios letreros ¡nonetales de l.a Citerior que terminan en la
desinencia -ho", y se traducen de sus leyendas ibéricas
.4 r rftaíI-iftos, K ala go r r-iftos, Ku elío- ftos, T eít ía-ftos, T itia-fto s,
Elp ala-lp s, Louitís-fto s, Lutía-ftos, U ar rc-ftos
y eobre todo los que se leen
A rra-tillos y A rreígorra-tiftos
me hicieron suponer que el vaso contenía más letras o que la
palabra -lifto no significara nada aisladamente y fuera solamente
una desinencia ; al buscar otros signos, pude hallar bajo la cabeza estilizada o degenerada del animal, otro sigrro mediante el
cual se leía:
ds-difto
A
B
F¡9. t.i-Corte
y desafrollodcl vaso de San Míguel de Ll¡ia. (A y B l/3 aproximadamente)
[page-n-35]
33
y no conociéndose palabras ibéricas que comenzasen por s (o
ds)
líquida, era necesario que hubiera más signos que permitieran
leer y pronunciar uná palabra con dicha desinencia.
Fundándom,e en ello, busqué y encontré, encima del animal,
una s inicial y el signo gu o ftu del tercer lugar quedando entre
ambos hueco para otro sig:no que neLesaríamente había de cones,
ponder a una de las cinco üocales ya que sería impronunciable si
fuera 'conso¡rante,y qu-e la ausencia de palabras que comiencen
por s líquida, impedía que fuera signo bilítero. Examinada cuida.
dosamente la parte rozada, pude hallar los rastros de una a tumbada, con Io cual dicha inscripción completa pudo ser leída:
S A G U. D S . D I K O
Es evidente que el rtartistal, pintor o decorador, poco inspirado en la composición y dibujo de Ia es.ena, conocía la morfología
de su idionra y sabía escribirlo, pues dividió la palabra en forma
correcta desde el punto de vista gramatical, y así resultó el nombre de la locaiidad, Sogu, con el mismo sonido 9ue en las mo.
nedas de bronce descritas, seguicio de la partícula -ds, ya estudiada anteriormente en algunos letreros monetales, y para final
la desinencia -dífto o -tifto que intentaré traducir o interpretar.
Pero, an'tes de continuar, juzgo indispensable hacer una digresión sobre la teoría del basquismo ideada para traducir la lengua
ibera.
I-.a teoría de que el basco actual es un descendiente directo
del antiguo lenguaje ibero ha tenido épocas de aceptación y en
otras ha sido negada sistemáticamente. Es indudable que las identificaciones de palabras antiguas con otras bascas modernas propuestas por los escritores españoles de los siglos XVII a XIX no
tenían otros fundamentos que meros parecidos y la verdad, evidente, de que el idioma basco provenía de otro antiguo usado en España; idearon, además, la comparación de los nombres geográficos
consignados en los clásicos griegos y romanos con los conservadós
en la actualidad, y de ello se aprovechó Humboldt al ordenar y
sistematizar estas semejanzas, así como los autores postsrio¡ss qr¡s
idearon teorías y gramáticas para explicar el ibero mediante el
basco ; pero las teorías resultaban infundadas en absoluto, mien-
[page-n-36]
34
tras no se conociera el alfabeto;
y su discusión sólo puede ser
en términos aceptables al ser publicado el alfabeto ibérico de D. Manuel Gómez Nloreno. Este importantísimo descubriplanteada
miento ha sido aceptado unánimemente;
pero hay insignes auto-
res que, aun aceptándolo, no.lo utilizan para corregir atribuciones
y teorías que debieron ser retiradas; lo cual hace pensar que la
mayoría
de los que alaban
el hallazgo, no lo han
estudiado
a
fondo.
Supuesto admitido dicho alfabeto, resulta una fonética teórica
para las antiguas
lenguas hispanas, que sólo aproximadamente
puede ser considerada como exacta y mediante la cual salen espontáneamente palabras de aquellos tiempos, que coinciden exactamente con otras bascas de los diversos dialectos conocidos o
con las versiones denominadas arcaicas por los tratadistas. Si yo
fuera filólogo, o simplemente gramático, podría pesar la exactitud
o analogía de estas coincidencias
casuales
o aproximaciones
y estudiar la forma de encajarlas dentro de las teorías ideadas
para explicar la constitución y f,liación del idioma basco y el desarrollo de su gramática, o por el contrario para negar el entronque
supuesto del idioma nuevo en Llna lengua antigua. Pero mis útiles
de trabajo son algunos, pocos, diccionarios,
en los cuales hay
consignadas palabras consideradas como arcaicas, otras de discutible antiprüedad, muchas que son neologismos y otras importadas
y apenas modificadas (erdéricas); la clasificación de las palabras
en estos grupos es muy interesante v ha sido muy discutida, pero
no tiene interés para mi objeto, ya qLre lo que me interesa es ha'
cer constar las conclusiones siguientes:
1."
El Alfabeto de D. Manuel Gómez Moreno, se investiga y
determina sin atender, ni siquiera un momento, a cual fuera la
lengua ó lenguas utilizadas para escribir los textos ibéricos.
2." Los propios textos manifiestan que la lengua ibérica carecía de las sílabas bla, b|a y similares formadas al chocar las 6, p,
s,h, d, f con laly con la rtal como sucede en basco (ya lo entrevieron Humboldt y otros autores).
)." El alfabeto propuesto se modificó y simplificó en los sonidos señalados para los signos bilíteros, al ser utilizado para es'
[page-n-37]
35
cribir
palabras
de otros idiomas
hispanos que contenían
dichas
sílabas.
4." Desde hace mucho tiempo fueron observadas las coincidencias del ibero y del basco al carecer de la letra t v d" las palabras que comigncen por r, rr. (Exceptúase rrodurrllon, nombre de
un pueblo no ibero).
5." Prescindiendo de las teorías más sagaces y mejor construídas, cuando salgan palabras ibéricas completas que coincidan
con ot¡as bdscas actuales, es necesario admitir estos hechos' aunque destruyan las teorías y los prejuicios étnicos y filológicos. Así
resulta imposible evitar que el gudua ibérico que ilustra un. combate representado sobre un vaso de Liria, coincida con Ia palabra basca guduaque significa ({guerra))y que en otros letre¡os de
la misma procedencia aparezcan nombres derivados de guda,
cuya traducción dejo ¡.tara los basquistas'
Tan solo como curiosidad podría pensarse e investigarse, si suenan como bascas las palabras siguientes:
como gudalberren,
e
Éar ol1an, b alpr oft , Ie gut z e g lft , b as er r o lletun, b a s e r rol1arri, fti d i
(Cejador)
(Cejador), gaíbigait, zapariltar, birríinar, guttz, bidudedín
[todas del Plomo de Alcoy].
belcs, nombre de varón (Bronce Ascolitano)'
dseldar análogo a seldor (lápidas sepulcrales levantinas);
eban y sus derivados (en las mismas piedras)' ui análogo a la
palabra oi (en las citadas piedras) ; tsahar (en varias de dichas
inscripciones), ildu y sus derivados (en íd'' íd')
cbaífti (inciso en un ladrillo saguntino).
d
b aíted sfti, e gud su, tsotsínbíurru, b ertil1.ar se nds e, uldit e g e raianlellar rdse (Plomo de Castellón).
lpdse, b altedsb
salír, ftídar en las monedas.
Es muy posible que algunas de ellas, sin la más mínima alteración, y otras ligeramente modificadas (no olvidemos que la fonética teórica establecida es modificable e.t la transmisión oral o
en la literaria) sean palabras bascas vivas en el idioma actual, o
embalsantadds, en los textos llamados vulgarmente "arcaicosr''
6." Canezco de elementos y de conocimientos para comparar
]as co'strucciones y giros de los dos idiomar antiguo y moderno:
si los entendidos aplican el alfabeto a los textos y obtienen pala-
[page-n-38]
I
36
bras bascas, quizá puedan hacer esta labor que es inasequible
para mí.
Resulta de las observaciones anteriores, que han de ser los
ñlólogos y grarnáticos los que inicien el estudio de esta cuestión
de plantear sin un alfabeto allténtico. De grandes conocimientos frlológicos presumía el -"eñor Cejador en rrlbéricar, y,
imposible
aparte de ligeros aciertos, sus errores hicieron
época al inten-
cuyos textos, a pesar de haber
sido leídos correctamente. no eran de fácil y completa asimilatar traducir el rrPlomo de Alcoyr
ción al basco actual, aun cuando contenga¡
varias palabras largas
enteramente bascas, sin tener que recurrir a divisiones o a reto¡cimientos preconcebidos con el objeto de identificar ambos idiomas.
Volviendo
ahora a Ia palabra Scgu -ds - fifto del vasito de
Liria, observaré que estas terminaciones en -dlfto o en -fifto se dan
idénticarnente en el basco actual, como puede verse en el rtDiccionario Vasco-Español-Francésr de Azcue (l) en las voces siguientes:
-7"i1¡o(común a todos los dialectos bascos) que dice es tsufijo
casual compuesto del hablativo -Tift y el genitivo relativo -Ko;
significa rrprocedente tler.
-Dífto. Variedad de -Iifto"
Así resulta otro
caso de sorprendente coincidencia cntre el
y el basco moderno que permite interpretar la pala'
ibero antiguo
bra SAGU -DS -'flKO como (procedente de los habitantes de
Sagu>, o tprocedente de los Sagufesrr, ya se reñera esta proceden'
cia al cacharro o al artista que lo pintó.
Aparte
de la descomposición
en el vaso, hay otro ejemplo
de la palabra
que está indicada
análogo en la Epigrafía
lbérica.
En
efecto; en la Plana de Vich, en Ia Nlasía de la Roca, término de
rMasíes de Voltregar,, apareció una estela ibérica escrita, publicada por el P. Francisco Nava] Ayerbe (2) cuyo texto damos en
la figura 2.'
(1) T. I, p. 202, co!. 3.:Diko, var. de -Tiko; y T. II, p. 227, col. 2,
Tiko. Dejo al autor la responsabilidad o la gloria de1 acierto.
Q) Naval, (Una estela ausetana>. Bol. Ac. I{.a, vol. XCV, s€gunda
parte 1929,págs. 408-413.*Serra y Ráfols, (Noves inscripcións iMriquesD.
Barcelona
Anuari Inst. Est. Catal., Vol. VIII, Años MCMXXVII-XXXf.
1936,pág. $9, ng. 372.
[page-n-39]
37
La primera palabra está compuesta de siete signos ibéricos,
se lee y descompone como la del vaso de Liria en la forma
x
tH?
j
ü
d;*{
rtr
I.)
I'
F¡g. 2.n
Dsorri -ds--fifto,
siendo además verdaderamente sorprendente, y
el hecho consignado por el P. Naval, de que la
piedra fuera encontrada junto al ío llamado actualmente Sorre¡'ús,
aun maravilloso,
que ha conservado casi exactamente el nombre antiguo consigna'
do en la palabra ibérica. Esta primera palabra de la inscripción es
geográfica I'equivale, según lo dicho antes, a uprocedente de los
habitantes de Dsorrir o a
actual.
La interpretación
de este ejemplo se apoya en Ia anterior,
gracias a la conservación ac'
pero al mismo tiempo la comprueba
tual ciel nor¡bre antiguo del río.
Parece resultar cie todo lo dicho, que el nombre de la ciudad
consigrrado en las grandes piezas de bronce de Ardse y en el vaso
hallado en San Miguel de Liria, fué Sagu, y que se convirtió
luego en Sagunt, sin que yo sepa razonar este hecho ; y además
que la palabra completa
tre la lengua hablada
hasco actual.
del vaso, constituye un nuevo enlace enantiguamente en la región levantina y el
[page-n-40]
38
En los letreros monetales de la región celtibérica, se da un
fenórneno curioso, ya estudiado por Z6bel, como resultado de
comparar los nombres antiguos escritos con signos ibéricos, y sus
romanas posteriores o con los nombres actuales de
las localidades que les han sucedido. Así el nombre ibérico de
una ciudad que se escribió Kaídsftata, con letras ibéricas, debió
modi6caciones
sonar Koidsha(n)ta, pues de él sacaron los romanos el
tum, correspondiente a la ciudad actual de Cascante;
análogamente, Seftotía-ds, debió sonar Seho( n)tía-ds,
sacaron los rornanos el de Secontia de los Arevacos,
de Coscanotro escrito
pues de él
hoy Langa
de Duero; ya que se da el caso, de que las monedas contienen
además en sus anversos el nombre ibérico I'alp-ds, aunquesonara
La(n)ka-ds y así saliera el nombre actual de Langa' Análogamente
debió suceder con un letrero ibérico que se lee Oftola-hom y quizá
sonaría
O(n\kala-hom
y correspondería
al Oncala
actual
de la
y sonaría
provincia de Soria ; y con el que se lee Arra-tilps
Arra(n)-tiko.s pudiendo corresponder a un pueblo llamado modernamente Aranda o Arándiga. ¿Se daría el misrno caso en Sagu-ds
o Sagu-ts que se pronunciara Sagu(n)ts y fuera interpretado Soguntes por los romanos ) Es posible' pero no tengo pruebas de
ello (l).
observarse que el nombre de Sogunfum'
y a partir del cuai se buscó la etimología basada
que prevaleció,
sobre la supuesta procedencia de Zacyntho' no figura en ninguna
.le las muchas monedas conocidas, pues el nombre de la ciuda'l
Atendiendo a
está en Ias formas Sog, Sagu, Sagont y Sagontirus'
Flirez (2)' no la
esta última, los numismáticos latinistas, como
(de los
juzgaron puesta correctamente en lugar d'e saguntinorum
Sagouf(um) /nr-t(icfo)' En
saguntinos) y pensaron en interpretarla
que indique
realiCrad. esta terminación -ínu debe ser una forma
actual'
procedencia, equrvalente al -tifto ibérico que se conserva
Finalmente,
puede
mente en el basco.
(1) Quizá los flló)cgos y peri.tos eu la lenglia basca pudieran encon'
fenómenos y los de permutación de la
conexión
trar-atgüa
"""r,tu "it* Azkúe,
pot
N en el basco, estudiááo.
págs. 59 Y ss.
Q) I'lórez,
[page-n-41]
39
IV
SAGUl\lTIt\lOS
CALICES
El vasito hallado en San Miguel de Liria es un "Barro SaguntinoD, ya sea atendiendo al lugar de fabricación, ya por el artífice
<¡ue lo clecoró, y, en todo caso' segítn su epígrafe, es de la regiórr
saguntina, pues no es de creer que la fabricación de cerámica
fuera exclusiva del casco de la ciudad baja donde han aparecido
hornos y talleres de alfareros sin época bien determinada. Queda
soiamente ver si las características de los cacharros hallados en
la
San Miguel de Liria coinciden con las noticias antiguas sobre
cerámica saguntina, aLlnque teniendo en cuenta que los autores
para
aludidos son posteriores a los vasos conservados y que
necesidad de
a6nar convenientemente las consecuencias habría
y
estudiar la evolución de tal industria a través de Jos tiempos'
esto no ba sidc hecho aún en forma convincente'
Toclos aquellos que recorren las vertientes r.neridionales del
Ia
cerro sobre el que se asienta el Castillo de Sagunto' observan
y facturas esparcidos
gran cantidad de tiestos de diversos colores
ciu'
po. .l suelo, cual ocurre en todos los solares de las antiguas
que tuvieron después
dades hispánicas. En los poblados ibéricos
y en aquellos otros que fueron ¡omanos desde
población romana
rtcerámica aresu fundación, suelen aparecer casquillos rojos de
con los relieves
tinar¡ o de sus imitaciones galas o hispanas'
y provistos
característic<>s, sus escenas vulgares o exquisitas
no
inconfundible;
siernpre de un barniz brillante inigualable e
en el castillo y vertientes del cerro
faltar tales fragmentos
ot.j.n
y fortaleza que fué del
d" Sugtnto, habitado por gentes antiguas
pies'
Municipio Saguntino edificado a sus
cálíces y
romanos nornbraron y ensalzaron a los
Los autores
saguntino y los investigacr.¡mhias (barcas) fabricados con barro
noticias a la clase de tiestos que
d.r., po"t.riores aplicaron estas
[page-n-42]
40
más despertarorr su atención ; esto es, a la brillante terra-sigillata,
la cual fué considerada y asimilada como tal barro saguntino y
consagrádo este nombre durante mucho tiempo a partir de que
como tal fuera nombrada por Ambrosio de Morales y lo deja¡a
consignado en sus rrAntigüedades)),y de que fuera así aceptado
Iuego por Lumiares y otros autores (l). El Conde de Lumiares
reconoció en las ruinas de Sagunto cuatro clases de tiestos, a saber: rojos. cenicientos, amarillos con franjas rojas y blancuzcos
del color de bairo ordinario. Los primeros eran de terra-sigillota,
los segrrndcs ibéricos indeterminados, y los terceros y cuartos de
los clasificados actualmente corno ibéricos. Añadió Chabret (2),
que aparecen además otros tiestos negros (campanienses'ibéricos)
y opinó con Lumiares y con los autores todos, que los nombrados
cálíces sagunfinos habían producido, al romperse, los fragmentos
rojos de barniz brillante y adornados con relieves hechos a molde.
Las estampillas con letras en relieve puestas por los alfareros
sobre los fragmentos rojos brillantes y consideradas ibéricas por
los auto¡es del siglo XIX, no parecen tener nada de tales y en
cambio las hay con nornbres ibéricos sobre barros de las otras calidades de diversas procedencias, como en los de Azaila ; en el
Museo del Castillo de Sagunto se conselvaba un fusayolo de barro
negro que tenía dentro de un rectángulo un letrero en relieve con
el nombre ibérico
que quizá fuera la marca de un alfarero saguntino gue s€ llamaría
Kilo, con esta o análoga fonética.
latina
Quizá fué asimismo de origen ibérico una estampilla
puesta sobre el asa de un ánfora hallada en lB03 cerca del Puig
(3), en la cual leyeron:
BCMERITIS
SACYN'TO
(1) Ambrosio de Morales,
T. II, pág. 210.
Q) Chabret, OP. cit., T- IT., Pá9. 2L7'
(3) Chabret. OP" cit., Pá9" 222, n.o L"
[page-n-43]
4I
y que Huebner restituyóB(o)MER(d/S- SAGVNTO, suponiendo
que Bomerrisfué un alfareroibérico que usaba letras latinas' Es
de esperar que cuando se haga una rebusca prdenada en los tiestos aparecidos en las ruinas de la antigua Sagunto y en los testares
existentes en sU región, aparecerán nuevos datOs sobre esta cuestión.
Los vasos ibéricos pintados y decoraCos con adomos geométricos o florales, plantas, animales, y objetos, o con personas que
se agrupan a veces en escenasinteresantes, han aparecido en todo
Levante y muy especialmente en Sagunto y L'iria' Si se quisiera
aplicar a estos restos conocidos las noticias antiguas, nada más
cómodo y sencillo que suponer a priori todas estas piezas como
equivalentes a los barros saguntínoscitados por los autores ; pero
sin verdaderas pruebas de ello, no pasaía esta afrrmación de ser
una de tantas hipótesis, tan probable y no probada' como aquella
otra que asimiló este nombre a los casquillos rojos de terra-sigila
llofa con el solo fundamento de que aparecen en el solar de
antigua Sagunto.
Atendiendo, sobre todo, a loe vasos hallados en el cerro de San
Mig¡rel de Liria por el s. I. P. de la Excma. Diputación Provincial
de Valencia, maravilla el inmenso arsenal de datos etnográficos
ibéen ellos contenidos, a los cuales hay que añadir los letreros
La cerámica haricos como el estudiado en el párrafo anterior.
se
llada en Sagunto es idéntica a la de Liria' y aun cuando no
haya hecho en ella la necesaria rebusca, conozco fragmentos
del
decorados análogos o iguales a los lirianos' y en el Museo
de copa' hallado
Cjastillo se conservaba e'l borde de un sombrero
pintado
en los terrenos que están sobre la cantera' el cual tenía
la cerámica haun letrero ibérico hermano de los escritos sobre
origen común
llada en Liria (l). Es lícito, por tanto' suponer un
de talleres de una misma
para ambas cerámicas, que salieron
que ha de
ioc.lid.d o de localidades muy ptóximas, condrción
al nomE¡r
ser aplicable a otros hallazgos de la comarca'
:t"l:"
dice que su
bre áe.rérico que les corresponde, el vaso estudiado
autor. o el mismo vaso' eran
etc')' pág' 10'
cion?.eiü Simancas,(sagunto' Sus monumentos'
[page-n-44]
I
42
L-as noticias de los autores romanos sobre la cacharrería saguntina fueron los puntos de partida de los posteriores para intentar
la identificación de esta cerámica con los tiestos rojos corrientes'
Estas referencias se reducen a una ligera mención, como la que
hizo Juvenal, o a citar, como hizo Plinio, a Sagunto entre las ciudades famosas por los vasos en ellas fabricados. Pero el celtíbero
,,bilbiiite, (o tbilbilitano)) como se dice hov), M' Valerio Marcial
que escribió en tiempos del Emperador Domiciano y muy aficionado en sus escritos a nombrar y ensalzar las cosas de su Patria,
dió en -sus rrEpigrammasD (l) las cualidades características que
tenían en su tiempo los expresados vasos, como en el Epígrama
titulado rrln Euctumr, (2), cuando se queja, fatigado por la charla
enfadosa de u.t anfrtrión,
Manuel Sálina" '
y dice según la libre
versión
de don
IVIas quiero yo en mi casa descansado
Beber en una barca (cymbia) saguntina
A.unque sea de barro maestrado.
Y 'en aquel otro en que nombra los regalos de poco precio
recibidos por sabello durante las saturnales, con la versión, procedente de la misma colección que la anterior y no menos libre
que aquélla, donde fué traducido (3) :
Luego, un cántaro de tierra
Que e.t EsPaña un alfarero
T'rabajó muy torpernente
Con siete medidas lleno
De vino, de hacia Sagunto"'
alPor estos epigramas se sabe, que en tiempo de Marcial los
fareros saguntinos continuaban su comercio con Roma enviando
(l)(Epigrammas>.Edicj.órrTauschnit,ls45.Bibliotecaclásica'Tomos
y cxLIV. Epigramas traducidos por salinas, Jáuregui,
c*irrr
cxirr,
aunque
etcétera. VÍctor Suárez-Capalleja. Madrid 1891' Las versiones'
mlly libres, conservall el espiritu ¿s 165 o¡iginales'
Eucti)'
Q)
(3) (Ep.)), 46, Lib. IV: t
[page-n-45]
43
para los usos del pueblo y sin grandesatractivospara
cacharrería
las personas que presumían de refinadas.
Finalmente, donde mejor puede juzgarse sobre el aprecio relativo que Ios romanos convecinos de Marcial hacían de los barros
saguntinos, es en Ios Epigramas del Libro XlV,
les (n.' 98) sobre los rrVasa Aretinar dice:
tAretína
en uno de los cua-
nímís ne spernos oasa, monenr.us
I.,autus erat Tuscís, Porsena !íctili'busn.
Texto vertido en la colección citada, en Ia cuarteta:
Te advierto qué no desprecies
Esta vajilla de Arezio,
Tales eran de Porsena
Fuentes y platos espléndidos.
Y en otro (n." 106)sobre
'
ttQuae non sollicitus teneat serúetque minister
Su"re Scgun,tina l¡ocula, tícta lutoLt.
Vertidas en la libre cuarteta:
Toma estas coPas de ar'cilla
De Sagunto, que tu esclavo
Podrá maneiar' guardar
Sin tener ningírn cuidadoBien establecidoqueda, por comparación, el contrasteentre los
,lelicados y apreciados r,Vasos Aretinos¡r y los grose'ros ,rcálices
Saguntinosu, siendo imposible confundir unos con otros, ni atribuir
que tan
a los segundcs la característica delicadeza de los primeros
piezas conservadas de terra-sigrexactamenie concuerda con las
popula'
llata, yaprovengan de los taileres italianos' ya de los más
res de las Galias v de HisPania.
cualiNo conozco noticias más antiguas que especifrquen las
pero, no es aventurado pensar
dades de las vajillas de Sagunto;
juzgaque los romanos de los siglos lll y II anteriores a J' C' las
[page-n-46]
44
ron con criterio análogo al sustentado por Marcial, el cual exteriorizaba en sus versos el de sus conciudadanos. El éxito de los
vasos fabricados en Sagunto y su comarca, debió ser nacional
ibérico en un principio, y luego popular y rústico entre el pueblo
romano, pues para los romanos selectos, cuanto de los hispanos
procedía era bárbaro y grosero; y en lo que se refiere a esta ce'
rámica, no les faltaba razón si se la compara con otras más selectas de fácil acceso a la Metrópolis. No resulta, por tanto, aventurado, suponer que a las vajillas ibéricas trabajadas y pintadas en
la comarca saguntina, y cuyos restos aparecen entre los escombros y cenizas de la ciudad que estuvo en San Miguel de Liria o
diseminados en las vertientes del cerro donde estuvo la rtexceisa
Ardse Saguntinar, se refería Plinio (l) cuando al citar poblaciones del Imperio famosas por sus cerámicas, decía:
uCalicum tantunt,Surrentum, Asta, Pollentia; in Híspania Sa'
guntum, l¡'l Asía Pergamum>.
Termino este trabajo ,con la confiada 'espeta de gue el Dios
Exito, protector de los cuidadosos excavadores,diga en Liria sobre
este asunto, más de lo que pudiera imaginar el teorizante'más optimista o fantástico o fije deÉnitivamente lo que parezca más
opuesto a las teorías científicas sobre la materia; puesalfin, éstas,
fueron construídas sobre datos y prejuicios, más modernos y artiñciosos que los cacharros y letreros lirianos, que van apareciendo
todos los años, para deleite de los aficionados y para servir de
fundamento a nuevoa estudios'
(1)
Plinio, (Nat. IIist.¡, Libro XXXV,
Cap. XIl,
p. 160
[page-n-47]
NOTA ADICIONAL
REFORZAi'|DOTE8I8
UIIA
Escrito ya cuanto antecede a Ia presente Nota, llega a mi
poder rrAtlantisr Madrid 1941,núms. I y 2, así como el nitrr'.47
(año 1,942)del rrArchivo Español de Arqueologíar, página 170,
en el que hay una nota del señor García Bellido con alusión a teorías de don Julio Urguijo y del señor Caro Baroja, que copiada a
la letra dice lo siguiente:
ISOBRE LA INSCRIPCION IBERICA EN LENGUA VASCUENCE
DE UN VASO DE LIRIA'¡
uEl vaso, y su inscripción que pronto se ha hecho famosa, fueron publicados por el Servicio tle Investigaciones Prehistóricas de
Valencia (Memoria del año 1934).Su editor, el culto investigador
de la escritura ibérica Pío Beltrán; llegó a la conclusión asombrosa
de eue el gudua deítzdea de dicha inscripción era llamada de guerra, coincidiendo su interpretación con el vasco actual y con la
escena pintada en el vaso. Recientemente, una autoridad corno
don Julio de Urquij,J, dice lo siguiente: rrRespecto al gudua deitzdea se me ocurren las siguientesobservaciones: 1.": Se ha sostenido antes de ahora (escribeen 1940)por personas solventes...
que ,,gudul no es palabra del fondo vasco antiguo... Se admite
entre los vascólogos más serios que la terminación verbal fu es de
origen latino. 3.": La forma deítzdea... me parece sospechosa...
Suponiendo por otro lado, que gudu y dei fueran vocablos antiguos en vascuence, rne parece que lo más natural sería encontrar,
simplemente, gudu dei. (Vide Caro Baroja:
pues, otro misterio por resolver.-4. G. y Bellido.
Lo restante del artículo del señor Caro Baroja referente a Ia
lengua libérica no interesa en este momento.
[page-n-48]
46
Basta leer Io copiado, y se podrá ver que la lectura propuesta
es esencíalmenfer exacta; Ios reparos expuestos, no hacen sino
confrrmarla.
No c¡eo que hagan falta más aclaraciones después de los nuevos ejemplos anr>tados en este trabajo;
pero su contenido suscita
ot¡as cuestiones, cada una de las cuales, por sí sola, es tan intetodo este artículo; y aun abusando del espacio
y contra mi costumbre de no entablar polémicas, he de plantear alguna procurando impersonalizar en lo referente a los
resante como
contendientes y teniendo necesidad de hablar algo de mis amigos del S. I. P, de Ia Diputación Provincial de Valencia y de mi
propia persona.
En
efecto, el señor Ballester se ha venido
extrañando
en
estos siete años pasados, de la poca, o ninguna, atención que
los rrbaskistasu prestaban a rrri Nota, como si ella Ies originara alguna molestia por oponerse a teorías preconcebidas o consagradas; aunque poco curiosos los dos amigos, y yo excesivamente
despreocupado, llegamos . saber, casualmente, que los rrbaskos
actuales repudiaban todo entronque racial con los iberos levantinos y aun parece llegaban ((creo que humorísticamente¡ a declinar un parenresco que les resultaba poco grato desde el punto de
vista de ciertos antecedentes mo¡ales, como si estuviera en nuestras manos elegir los ascendientes; y de aquí parecía resultar el
desvío, por lo menos aparente, que sentían sobre los hallazgos
de San Miguel de Liria.
Pero yo, incapaz de estudiar aquellos asuntos que se apartan del objeto
a que me dirijo, no encuentro
sino motivos
de
satisfacción al saber que, aunque los baskistas no acepten los resultados obtenidos, casualmente, ha llegado el momento en que
algunos se hayan decidido a prestarles atención; y si otro tanto
ocurrie¡a con los nuevos ejemplos que ahora les brindo, aunque
no les satisfrcieran las soluciones propuestas ni sus consecuencias,
rr¡e daría por muy satisfecho, y eso aunque fuera para rechazar su
entronque con el idioma basko actual. Y aun añadiré, que en
1934 pude brindárselos tan extensamente como ahora y que no
lo hice pensando en que el hallazgo casual era de st alortunado
del 6lón era más
e inconscíente descubridor y la explotación
[page-n-49]
47
adecuada
cosa para los que conocieran
práctica y teóricamente
el idioma basko; solamente al ver que nadie alargaba la ma'no
para recoger los frutos derivados de mi hallazgo casual, me he
lanzado a exponer otros ya tan antiguos como aquéI, y quizá tan
casuales, acompañados de algunos otros más rebuscados.
Entrando en materia, Ia primera pregunta que surge es la
siguiente:
¿Quiénes eran los Bascones históricos? En el tomo XVIII,
n." 2, Abril-Junio 1927, ,Je Ia Revista Internacional de los Estudios Vascos, páe. 225, está el estudio de Adolph Schulten, fundado en otros españoles antiguos, r,Las referencias sobre los Vascones hasta el año ll0
después d" J. C.)), y su exirr¡io autor, y
buen amigo mío, comienza por relacionar e-l nombre Vascones
con otras palabras de lengr.rrs extrañas ; huyendo yo de este
camino, vedado para mí, me atrevo a preguntar . los que saben
el basko actual si se pueden traducir por dicha lengua los verdaderos nonrbres antiguos Bcsftunefs o Barrsllunefs que escribieron con
letras ibéricas en sus monedas, ciertos pueblos que habitaron
en Navarra al comienzo del siglo II antes de J. C. por lo menos.
(página 226): r,Las prímeras
proolen'.en de la guerra sertoriana en
notlcias sobre los Vascones
Ios años 77 u 74, (fragmentq del libro 9l de Tito Livio) del cual
Y
sigue
diciendo
Schulten
dedujo que ula región de los Vascones empezaba en el sur, ce¡ca
de Calagurris (Calahorra) y qt" en el norte confinaba con la de los
Beronesl ; acotación que sólo provisionalmente puede ser admitida. Pero antes de dicha fecha, los Bcsftr.rnes habían acuñado
denarios de plata y ases de bronce en su ciudad llamada Bengoda
(búsquese un Bengoa actual apropiado) y los Barrsftunes (que es
el mismo pueblo) fabricaron en ja misma ciudad ases que parecen
más modernos (Vives, r,La Moneda Hispánicar,, ceca n." 4l); t"dos los numismáticos sitúan al pueblo acuñador de estas monedas
en Ia región de Pamplona. Se debe esta localización a don Antonio Delgado (,,Nuevo Métodor¡, T.lll,269) el cual, sin saber leer el
epígrafe mcnetal en cuestión y traduciéndolo caprichosamente,
anotó gue de 39 piezas ibé¡icas reunidas en Tafalla, 16 eran de
éstas y en cambio escaseaban en cuanto se alejaba del centro de
Navarra, y añadió;
rPor Io tanto, a pesar de la atribución que les
[page-n-50]
48
dieron los autores citados, creemoa que sedan acuñadas por los
Vaecones, que en lo antiguo poblaron el territorio comprendido
entre los Cantabros y los Iacetanos e llergetesr. Heiss leyó mejor
estos nombres (aunque no ,bien) pero, para no coincidir con Delgado, los llevó a la otra ribera del Ebro.
Las monedas de los Ardsaods de situación no muy definida ;
Ias de los Uarracos (Verones históricos) (Vives, ceca 76\ y las de
Iafta o Jaca (Vives, ceca 5l) eon tan análogas a las estudiadas,
que compn¡eban el aserto de don Antonio Delgado, aceptado
luego por todos los numismáticos posteriores.
También estaba próximo a los Bosftunes el pueblo de los Bonfíon(os) qr¡e iacuñaron sus denarios de plata y ases de bronce e,n
otra ciudad llamada así mismo Bengoda (Vives, ceca 40) i en algunas de sus monedas, (Vives, Lám. XIIV, 7) una sigla puesta en el
anverso dice que eran una fracción del gran pueblo de los Olsftanos al cual pertenecen los Ardsao-ds (Vives, ceca 441,los Ardsofto-ds (Vives, ceca 49), los Ozfífte-fs (Vives, ceca 59), los de Dsegía
(Vives, ceca 36)situada en Ejea de los Caballeros,los de Uzanate
(Vives, ceca 5ó) guizáOzana en el Condado de Treviño, los Basftunes, los de /afta (Jaca) y los de Dsedsa¡ds (Sesa)(ceca 38) pueblo al Sureste de Huesca.
Pero este pueblo de los Olsftcnos (parece dibujarse aquí el
nombre de los Eusftoros) tuvo por capital a Bolsfta, Olsfta, Osca
(Fluesca) (Vives, ceca37 y lám CXXXVI,
l) que Plinio puao en
el pueblo de los Vescítanos y a los que nombró Titó Livio (libro
XXI, cap. XIX) al referir los sucesos inmediatamente posteriores
a la toma de Sagunto por Aníbal, llamándoles Volcíanos.
Estos Bolsccnos u Olsconos (luego Oscenses)ocupaban toda la
vertiente sur del Pirineo, desde el Cinca (por lo menos) hasta eI
Condado de Treviño, sin que me atreva a extenderlos por la costa
en la vertiente norte de los montes Pirineos en las' actuales Provincias Vascongadas, porque no conozco ningún monumento antiguo
escrito que proceda de dicha región y no quiero desarrollar ahora
teorías sobre la raza de los pobladores antiguos de dicho terreno.
- Y este pueblo de los Olsccr¡os, aliado casi constante de los romanos, había recibido el influjo romano así como la influencia
ibérica de la costa catalana ; y fueran, o no' una raza ibérica, ha-
[page-n-51]
49
blaron y escribieron el mismo idioma de los pueblos levantinos u
otro semejante. (Discursosleídos en la recepción pública de don
Manuel Góm,ez Moreno Martínez el día 28 de Junio de 1942, pá.
gina 9). Don Manuél Gómez Moreno dice con referencia a este
particular: uNo se puede garantizar,por hoy, que desde Aquitania hasta la Tarteside se hablara una misma lengua, como tampoco que la vascuence deje de estar profundamente infiltrada de
voces cántabras,puesto que a ierritorio de Cántabros vino a refugiarse aquélla; p.ro todo induce a ver un tronco lingüístico desparramado en dialectos con caracteres de aglutinación o composi"
ción típicosr;. Luego, hay que admitir que los actuales Baskos
descienden de los Basftunes históricos desalojados de. su antigua
patria, o por Io menos que recibieron a través de estos pueblos,
de lengua ibérica, la civilización, idiorna y escritura propios de los
pueblos del litoral aun admitiendo las modernas teorías etnológicas
sobre esta materia. [(Bosch, Etnoiogía 605) trEls grups bascs.-Un
dels punts ferms de I'etnología peninsular sembla esser el carácter
no iberic, ni celtic dels grups bascsr y el Cap. VI se titula: rEls
pobles piinencs g llur superoíoéncía els Boscsr,,(pág. ll9)l .
en
Despuésde todo, la colonizaciónpor la lengua, independientemente de la raza, es un axioma comúnmente admitido y que puede tranquilizar a los más puritanos en cuestiones étnicas y a los
en
más descontentadizos punto a deseosde limpiar su ascendencia.. Sería ocioso enumerar aquí los muchos y variados pueblos
actuales de lengua española y los que desde tiempos remotos o
próximos hablan inglés.
Todo prueba que los Bosftuneshablaron un dialecto ibérico y
lo escribieron (mientrasno se les olvidó escribir y leer) con la grafía de la región Saguntina; y por tanto, que en Ia lengua baska
actual es necesario que perduren palabras iguales a las gue aparecen en los monumentos ibéricos levantinos
Planteada la cuestión con este orden de exposición, podría
parecer que lob hallazgos e investigaciones de que aquí se trata,
fueron derivados de
orden cronológico aparecieron en la forma siguiente:
[page-n-52]
50
I.*-Un alfabeto terminado por don Manuel Gómez Moreno y
comprobado completamente, y modiñcado ligerísimamente por
mí, siguiendo caminos absolutamente distintos y gracias a Ia solución propuesta por mi sabio amigo. Todo ello sin pensar un solo
momento en la lengua o lenguas a las cuales sirvió de vehículo en
la antigüedad. Si no se admite el alfabeto, no es preciso continuar ;
pero admitido... resulta lo que sigue.
II.-Aparecieron en un vaso dos palab.as que hubieron de sonar GUDUA DEITZDEA, puestas debajo de una escena de combate. Mis únicos maestros ul-os Diccionariosr me dicen: El de
que sisAzkue (1, 368) que Gudua es palabra baska IRCAICA
ni6.caguerra, y Ios rrTrilingüer de Larramendi y el de López Mendizábal que deítzdea significa llamada. Podría dudarse por su
naturaleza,sobre la traducción de la segunda palabra, pero no hay
duda en Ia escenarepresentadaen el vaso, y en su sxpresión perlecta mediante Ia palabra casualmente hallada y eso me bastaba
para que se pudiera comenzar a trabajar con base seria.
Las demás discusionesde Larramendi con Mayáns y sus exage'
raciones hasta llegar a la conclusión de que todas las lenguas se
derivaron del basko por ser esta una ttlengua matrizrr, no me interesan. Las modernas depuraciones del basko actual y el estudio
de su gramática histórica no los conozco, ni puedo juzgarlos ; pero
todos los estudiosno podrán contradecir el
Mendizába], únicos a quienes yo invoqué en la nota inserta en
Ia Memoria del año 1934; pero si así no fuera." lo sentiría por
ellos.
y
En cuanto a las restantesdesconfianzas cariñosos consejos
los articulistas, cotnparto aquéllas y agradezco estos ; pero
de
si en algo se acierta, el valor de los hallazgos será mayor, por
proceder de un simple ignorante muy desconfiadoy no infuenciado por doctas tecrías.
No se debe sentir antipatía contra esos r,hechos brutalesrr,
aunque hagan,cambiarIo que parece más sólidamenteconstruído;
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5t
así por lo menos lo juzgo y practico, aprovechando
para rectificar mis pensamientos y teorías.
su aparición
Sirva como epílogo la pregunta siguiente: Si en basko existen
las palabras egiera y ehiera, así como el auxiliar verbal de nombres egin, ¿puede admitirse que la palabra egiar o efticr tan repetida, suelta o en palabras
compuestas, en los vasos de Liria y
escrita hasta en una de las leyenCas monetales saguntinas, haya
podido tener en un idioma antiguo análogo al basko un uso equivalente o análogo al egin actuai ) ¿ No ): sobra lo que sigue. ¿ Sí ):
pues entonces, en la citada Memoria (pág. 2B y lám. 6 B) puede
ve¡se un uVaso con Ia esdena de pescan, donde encima de l.s
ñguras que pescan con anzuelo (pág. 59) hay varias palabras alusivas a las escenas que debajo se representan y entre ellas la que
suena (figura 3.") :
gi'ar
lpftu- eftíar o ftal1u-e
'---;,rrrt/
|.tt¡f"
Flguta3.x
cuya traducción dejo a los que me hayan contestado afirmativamente, pues en ese caso bien pudiera significar (pescar con anzuelol.
Y termino esta nota repitiéndome otra vez ignorairte en lengua
baska y deseando que los que Ia saben admitan solamente estas
dos verdades:
l.u
El alfabeto de Gómez Moreno sirve paia leer los epígrafe-s
ibéricos.
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2.^ Los BASKUNES históricos, fuesen o no de raza ibé¡ica,
hablaban un dialecto de la lengua ibérica levantina.
Porque aceptadas, podrán investigar los que saben hacerlo co¡
fundamento,
en lugar de dejar trabajar estérilmente a este humilde
pescador de casualidaJes y de rrhechos brutalesi¡, término acertadamente empleado por Lavoix (l) en un caso análogo.
(1) He tomado esta locución del
del Preface), donde tratando de una moneda cuya aparición echaba por
tierra las teorías universalmente admitidas, ante los tratadistas desoladGs,
esc¡ibía: (Apres tout celá, iI me parait qu'il ne reste autre chose que de
se flechir devant la
nous propose toujours des.enigmes; mais tót au tardelle nous €n donne
aussi la solution>.
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53
P. BEITTRAN.-Soóre u,nnaso de Liría.
L¡tr¿¡N¡
B
A-Vaso
lbértco de San Mlguel de thla (t/2).
. - . B-Fragmenfo de cerámica llamarta antes cagunfinar, encontradoen ta cludad ¡re
Llrla.
Fotos J' Adcll'
pubficacronesdet s. I. p.
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la
la Exci*¡.
comphtat
Diputaoión provincial y eq le necssil&d, de
lá especializada de Prehfstori4, nrega: et
S. 1..F., a quienes reciban sus publicacion$, tas@nsidercn. a úgrnbio de las suy¡¡s y so sirvan r.ernítklas
4 ung u eila d9 aquellas, según qu c4{áffer.
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. , 1 ,.: r ' ' ¡ , . - ' , . ' .
[page-n-57]
INDICE
l!-,:,:":
I.-Sagunto, Su fundación y primeros habitantes..
Il.-Monedas
atribuiCa-sa Sagunto..
III.-lnterpretación
de un letrero ibérico pintado scbre un vaso de
San Miguel de Liria....
. . . . .. ..
3
9
28
I V. -Cálices saguntinos.
.37
Nota adicional.-Reforzando'una tesis
43
ltP,l
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DEL S. I. P.
PUBLICACIONES
SERIE I}E IINUARIOS
Archivo de Prehistoria. Levantina. : Anuario del S. I. P., 1928.Valencia, 1928.
Arehivo de Prehistorta Levantina. - Anuario del S. I" P., 19291939.-Vaiencia, 1941. (En prensa).
S}:RIE I'E MEMORIAS ANUALES DE.I..T DIII,ECCION
El S. I. P. y su Museo de Prehistoria en 1928.-Valencia, 1929.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1929.-Valencia,
1930.
La labor del S. I. F. y su Museo en el pasado año 1930.-Valencia,
1931.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1931.-Valencla,
1932. (Con 6 láminas).
La labor del S. L P. y su Museo en el pasado año 1932.-Valeneia'
1933.
La labor del S. f. P. y su Museo en el pasado año 1933.-Valencia,
1934.
La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1934.-Valencia,
1935.(Con 9 láminas).
La. labor del S. I. P. y su Museo en los años 1935a 1939.-Valencia,
1942. (Con 12 láminas).
SEAIE DE TRIIBAJOS VARIOS
l.-"EI Castellet del Porquet", per f. Ballester Tormo.
2.-¡rBreus notes sobre el poblat iberic de Sü. Miquel de üiria", per
D. Fletxer Valls.
insectes en I'Art quaternarl",
8.-"Estudis d'Art Origin¿¡i".-"$tg
' pei M. Vldal i López.
4.-"Un enterrament prehistoric al Barranc del Cinc (Alcol)", per
C. Visedo Moltó.
5.-"Coleccló de treballs" del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana.
6.-Estudios sobre las cuevas paleolÍticas valencianas "Cova-Negra
de Bellús", por G. Viñes y J. Royo GÓmez; y "Cova del Parpa¡lór',por V. Sos Bainnat.
?-Apuntes sobre las estaciones prehistóricas de la Slerra de Orihüela, por Santiago Moreno.
8.--Sob¡e un interesante vaso escrito de San Miguel de Liria', por
Pfo Beltrán Villagrasa.
'iEl cráneo del Parpalló", por el Dr. S. Alcobé. (Para lmprlmlr)'
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