
Excavaciones para la ampliación del antiguo Palacio de la Generalidad
Nicolau Primitiu Gómez Serrano
[page-n-269]
ISSN 1989-508
1
NIGOLAS PRIMITIVO GOMEZ
Excavaciones para la ampliación
del antiguo palacio de la Generalidad
1
ANTECE D EN T ES
Las exc:avacioncs en el recin to de una antigua ciudad, cualquiera
Que sea su motivo. especialmente cuando son profundas. nlr:lcn
siempre la atención de 10$ in"estigadores. y, mucho más, cuando esta
ciudad es de alicerces lan primitivos como Valencia, la Mayor,
cual dice el Poema del Cid ()); ciudad ya mencionada en otro poe·
ma, [a Oro Marítima, de Avieno (2), bajo el nombre de Tyrill; nomhre y ciudad antecesores de los actua les, citados éstos por primera
vez por Tito L ivio (3), cita que se .refiere a esta Valencia precisamente, según la opinión genera l entre los historiadores (4).
(I)
Poema. del Cid:
c ... Mm;ed V06 sea.---e tazednos este perdan:
hlremo6 en poder de rnlo Qid~ VaJenlOla J.a¡ mayor .. »
(2)
«Avlmus. Om mariUma.:
481: rNeque longe ab hu.ius flwnlnls dlvorilo
prnestrlnglt anmiS Tyrius oPPldum Tyrln ... »
Un ClShldio completo de ia rOra ..• con las mAs rloclentes Investigaciones se
puede ver en las obras sigUientes:
Sc.hulten CA.): rAvleno. Ora marlUnm. Fonles Hlspanlae AnUqune •. F'I1sclcu·
lo 1. Barceloo& 1922.
Bl..á.zqucz y Delgado AguUem CA.): rAvleno. Om m.a.rlttma». Mad.rld. 1924.
Bl!l'thelot (A.): «Fe&tus Avlenu.s. Ora marltllllA». Pal'ís. 1934.
(3) T1tus Llvlus, LV: «Junlus Brutus C08. In BLspanta, lis, qul sub Vlrlato
milltoverunt. a.gros opldumque dedit, quod Valentln voea.tum esLJ
(4) Peretra CE.) e Rodrigues CO.): «Portugal •. J~Isboa, 1915. Tomo VIT, pá-
_258.
Al hablar de Valen¡;a do Mlnho prueban cómo esto Valencifl. po..rtuguesa. no
pudo ser !a citada por Tito Llv\o, como opinan n,tgun06 autores. espccill.lmente
¡:ortugueses.
-
269-
[page-n-270]
2
NICOLA$ PRmlTIVO GQo\\EZ
Tanto 1')'ri" como T
'alnltia, hoy Valencia, han de coincidir en
este recinto. ya Que, aquélla, según parece indicar el pracstrillgit de
la Ora ... • como éiita, según confIrman las distintas excavaciones de
la ciudad, estaban situadas en UO:l isla del T)'rills, hoy Tuda (1).
La Dril Marítima, según los modernos estudios. está fundada en
periplos del siglo VI, a. C. (2). por lo que sitúa a T)rrill l!n lo re ·
moto de la cultura ibérica, hacia el fina l del primer período Je la
Edad del Hierro, y de aquí. m,ts todavía, el interés Que se mucslrn
por loda excavación profunda, espera ndo lIegar .al nivel tyri:mo o
ly ril:100, ya que, de tan arcaicos estratos no existen :/penas excavacio neS' en ciudades con nomhres ci lOldos por los clásicos. casi rodas
eJltls de situación rodavía ignota o discutida: I-lCT/W, /lerda, H e-
/IIcToscopium, Sitalla o Sica,uJ, I1ylacles, Hyst'Ta, San!a: 1'YTlChae,
Lebedo1rtia ... : limitándonos a nU.estras costtlS, solame nte, e n las
cuales l'yritl y e herrollcsos son las únicas de solar conocido.
Parece lógico que la ciudad anligua hubiese dc estar hacia la
. par.tc más elevada de aquella is la, que, hace bastantes siglos debi6
dejar de serlo, sin duda más allá de su Reconquista por Jaime I , ya
ljue, en su Crónica, no se refiere en ningún caso al obstáculo qu,e
pudiera haberle opuesto el brazo del río que rodeaba la ciudad por
la calle Baja, la Boate!la (actual plaza del Mercado). las Barcas y la
Rambla de los Predicadores (hoy plaza de Tetu3n), paco más o me·
nos. Sin embargo, se refiere ;11 foso, van, que rodeaba las murallas
sarracenas (3). La necesidad de la construcción de tal foso demuestra de por sí que ya el brazo del río, citado, no era impedimento
que sirviese de defensa de 1:1 ciudad, lo que confirma en ciert a manera el silencio de la citada Cró nica, como hemos dicho.
Bastante antes de la construcción de este foso debía ser ya un
cauce seco, en parte rambla (de los Predicadores), en parte prado
de pastos, como parece indic:l r el nombre de lJoatclla, pues Plinio,
el M ayor (siglo T d. C.), parece ignotllrlo (4), porque sólo nombr::.
,
el Tuda después de Valencia, vinlendo del sur, aunque es to no es
prueba si no negativa, pues e l cauce izquierdo o actual, lal vez fuese
ya, en aquella época, el único importante y digno de menci6n.
(1)
Nicolau Primitiu: «D'Arqueolosia. Excavaclóns de ValenCia, 1932, passim,
(2) Schulten: «Avieno" p!\g. 46.
(3) «Aureum opus. Conquesta de Valencia» ; «...e gltarem furta e serments
(;11 lo vall, qUi era. pie daygua e puys passaren los homens artnats ala btl.-bIl.·
cana ...»
\41 .Plinlus. Lib. m, cap. 3: • ... Valentía Colonia m MIl. pa.s a mari rem(,·
ta: Flumen TLirtu.m. .. »
-
270-
[page-n-271]
liX(;AVACIONES EN El PALACIO DE I..A GEN6RAI..U)A[)
S
El recinto ihérico de l:1 ciudad debió ser pequeño. Tyrill estaría
probablemente siluada alrededor del altozano, Que recuerda, en
cierto modo, el nombre de la calle llamada SubidR del Toledan o.
donde es de suponer que estu\-iese la Acrópolis. La pequeñez de
este recinto parece demostrarla la cita de Salustio. por la Que se viene
en conocimiento que la batalla. en que Pompeyo derrotó :l. Cayo
Ilerenio, se dió entre los muros de Valen tia y el río Turi~ (1).
El canónigo Cortés tuvo idea de [a estrechez de [a primitiva ciudad y en su estudio sobre [a Va/entia romlana dedujo el siguiente
,ímbito (2) : Calles de [os B:lños del Almirante, Ih rón de Petré.i.
plaza de S. Esteban , calle del Almudín, hasta la Casa Consistorial
(hoy dt.'Saparccid:l. Estaba ju nto al Palacio de la Generalidad), (':lIle del Reloj Vicio. Portal del Toledano (tambi én dcsap:1recido).
calles de Zaragoza, Cabillers y Milagro y nuevamenie tos Baños del
Almirante.
Los escritores regnícolas posteriores, Que se ocupan de eli te circuilO, gen~ ralmente copia n a Cortés sin nombra rl o; pero éslo! dio
e l citado recinto sin más fundamento que su apreciación personal.
Nosotros, sin muchas más pruebas que Cortés, creemos que la muralb ibérica, por lo menos hasta Salustio, debió formar, aproxima.
damente, el ámbilO que sigue: Calles de la Correjería, Cabillen,
Avellanas, San Esteban, plaza de San Luis Beltrán, calles del Conde
de Olocau, torciendo hacia la del Salv:ldor para buscar la de Cruil1es y Micer Tarazona y seguir a la de Samaniego, torciendo en
busca de la de las Cocinas y Bany deis Pavesas a la de la Correjería,
cerrando la muralla. El perímetro Que nosot ros indicamos no coincide exac t:lment e con el de Cortés; pero nos fundam entamos e n lo
poco que queda de la topografía antigua y en escasos y dudosos datos de las excavaciones. confesa ndo que no hemos encon trado hasta
:lhora ni un so lo ci:lto que, firme e illcontrovertiblcmente, pueda
:Ipoyar nuestro supuesto. Cortés dejaba la Generalidad fuera de su
imaginario recinto; pero las e..xcavacioncs que nos ocupan incluyen
estos terrenos en la Valencia ibérica, tal vez la misma Tyrit! eJe la
Ora ...
Hasta ahora poco ~e había hal1ado Que pudiese atribuinc a la
(1) Mayáns (O.): En «Teixidor: AntlgUedades de ValenciEu. 1895. Tomo 1,
pág. 3. y el mismo cTeixidon. t. 1, pág. 34..
N. P.: «Exca.vaclóns...•• pág. 103 ~. 6igui!'ntl's.
Schult.en CA.): «Fonr.es...•. IV, pág. 206: «inter laeva moenIum e. dcxlerum
nUlllC'n Turlam, quod Valenti.o.m parvo intervallo praelerfiuit• .
(2)
«Diccionario OeogníJ!co-HIstórico
Madrid, 1836. Tomo ID, pág. 468.
Cortés y López (M.):
tlgua .....
-
271 -
de la Espafia
an o
[page-n-272]
NICOLAS PRIMITIVO Go.M.EZ
época ibérica. l-fübner publicó una lápida, que se halla en el Museo
Arqueológico de Madrid, como procedente de Valencia, lápida ibérica que copian Almarche (1) y Sanchis Sivera (2), pidiendo colegirse que no hay datos Que prueben Que procede de la propia ciudad tyritana, es decir, Valencia.
Durante las excavaciones para el moderDO alcantarillado de ésta,
encontramos algunos fragmentOs de cerámica del tipo helenístico y
pintada con zonal' del ibérico (3) y también parece ser que el doctor P.ericot, por las mismas circunstancias, encontró algún otro
fragmento cerámico semejante; también fueron hall:ldos en dicha
ocasión algunos muros esporádicos Que nos hicieron sospechar ...•
yeso es todo. hasta este momento excava torio.
II
CRONICA DE LAS EXCAVAC IONES
Por todo lo dicho anteriormente puede comprenderse la ..:uriosidad que despertaron las e:tcavaci0!les para la ampliación del Palacio de la tlntigua Generalidad del Reino de Valencia, ya Que se
esperaba QU, fuesen profundas. tanto para las- fundaciones de paree
des y postes como para los s6lanos. Que se suponía se habían de
hacer; cosa esta última en la que hem.os quedado defraudados
Situadas las excavaciones junto al Museo de Prehistoria y su
Servicio de Investigación (S. 1. P.), no habían de pasar desaperci·
bidas para su director. D, Isidro Ballester Tormo, Quien encargó
al jefe de reconstrucciones del Servicio. D. Salvador Espí. la continua vigilancia de las obras e intervenci6n de los hallazgos, y a
nosotros el estudio y publicaci6n de los mismos.
Como en casi todas las excavaciones de la ciudad. después del
desescombro y profundizar algo más de un melro. empezaron a aparecer restos medievales revueltos, muros anteriores a los edificios
ahora derribados, ~ig;Ua!a y barros ibero-romanos, y a loS" 2,50 metras por debajo de l piso actual de la c311e. aproximadamente. en la
(1) Almarche Vázquez (P.l: «La anLigua civilización ibérica en el Reino dI!
Valencia.. 1918, pé.g. 47.
(2)
Sanchls Slvera (J.I: «La Diócesis valentina •. Valencia, 1920. Tomo 1
lámina m.
(3)
N. P.: cExc&vacI6ns... II, págs. 50, 95 Y 123,
-
272-
[page-n-273]
EXCAVACIONES ,EN ,BL PALACIO DE l.A GENERAl.IDAD
5
zanja a, en el punfO l! (lig. 1."), apareció, en fragmentos, uno de los
llamarlos «sombreros de copaD O luí/atllos (1) con pinturas geomé ·
tricas. repres.entadl) en las figuras y recompuestos por Espí, con su
maestría car!lcterístic:1.
",•
,
•
,
"" "'"
\'",~
",yr
do 1 .. ,1
Fi&ura 1,L--P"llta
~ I~$
cxe&vuion,.., A, Geno:ntic\Ad ";0:1.;
s,
Pi....
~I
Pocu l.ietn:
C, PI ...& de San B&"oI(o,nf i 0, Calk de los c.t..11er08: E, Cenital de 1. Clold..,cióQ
Creemos que, posIblemente, se trata de b.'leines, ya que L!enen la form:,
se han conservado llasta nuestros dlas, No ob<;t,ante, paro
admitir plenamente esto, U!nemoa la dillcultad de no haber hallad" sPi\ales de
lmpregnaclón de materias fecales. hasta ahora. en ninguno; pero tanmoco esto
p88ll> de ser 1,WQ, pruebn. negal.lva y el no encontrar tales roslros más bien ha de
ser debido ti. 1& constante levigación en un sullsuelo humedo como éste. dW'nntc
tantos siglos,
(1)
l' proporclones que
-
273-
[page-n-274]
NIC6LAS PRL'I\ITIVO CÓ,v..Et
Apareció después un ho/míshos, quicio (flg. 2..) de picdra ca liza , fuera de su sitio, como todos los demás objetos , si exceptuamos,
n'lluralmente, los muros. Por sus proporciones nos pareció que debía haber pertenecido a una puerta de fortaleza, tal vez mur:tll:t.
Por el empotramiento que presenta en la superficie l:tbrada,' que
sería la en co ntacto con 1" supuesta puert:t -todas las dem:ís C:lr:lS
cSI,ín en bruto- y por la irregularidad del agujero, supusimos Que
dehió tener un buje, de hierro o de bronce , y que rué segur:lmenfe
"
"
el quicio de la parte inferior, pues en la superior no tendría est:thilid:ld suficiente; a esta parle de :lrribll, el agujero de quicio est:tría
practicado en el dintel -probablemente de piedra-, manera que
vemos usada todaví:1 en muchos pueblos, aunque el dinte l suele ser
un tronco de madera del bosque próximo. desbasl:ldo con azuela.
La aparición de todos cslos restos y especialmente los de cerámica ibérica pintada, una muel:l solera del tipo ibérico (fig. 3.-).
encontrad:1 e n la zanga (l/v (fig. 1."). a unos Ifes melros de profundidad, y algu nos muros, b, h, b', b", b''', b/ v, f. f' (lig. l .") dieron
medida de la imporlanein que pudiera tener la extensión de las exca·
v:!c ioncs :1 un áre:! superior de In que, por lo visto. se propouían,
e insistimos en ello acerca del director del S. 1. P. y del Colegio de
ArquilC<:IOS, consi.1!uiéndos¡;:, por 1:1 intervención del Sr. Ballcsler
-
274-
[page-n-275]
EXCAV.ACIONES EN EL PALAC IO DE LA G EN ERA l1DAD
7
~--
-- ,
I
I
I
.. :350
f·
f ij!,ur. l ..........\\ uel. sole.. de un molOno IWrico
Tormo, In del Mqn itecto provincial, Sr. Albert, y, sobre lodo, la
buenn voluntnd e inteligente comprensión dcl presiden te de 1:1 Di.
putación Provincial, Sr. Rincón de Arell:mo, que se cxcnvase lo
necesnrio e n el punto E de la fig ura L· , destinado a ' central de 13
c:llefacci6n del edificio.
Poco era en realidad panl un estudio arqueológico eficiente;
pero la oposició n con que el interés excava torio del inveSligarlor
del subsuelo, especialmente en una ciudad, suele encontrarse sicm.
pre con otros intereses de muy diferente índole, no dan pMa más ni
aun p:lr:l lanto, casi nunca; así que procedimos a sacar el mejor
partido posible de la concesión, ayudado por la incansable vigilan.
cia de Espí, al que se debe casi todo el éxito obtenido,
En la zanja a aparecieron los muros by/¡ (li g, L·l V a unos 4:;
centímetros el pozo oval, j , de 1,30 metros de diámetro m..wor , de
igua l forma que otro :.parecido en las excavaciones p:ua el refugio
-
276 -
[page-n-276]
NICOL.AS PRL""ITlVO Co..\l.EZ
del ex jardiniIJo del lado derecho de la Generalidad (1), refugio en
destrucción, actualmente. ESlos pozos son seguramen te de fines de
la Edad Media.
•
Los muros b y Ji, aparecidos en la parte e' de la zanja 0, no se
continuaban por la parle e, hacia la plaza del Poeta Liern, y el en·
cnrgado de las obras, D. José Ríos. a quien hemos de ngradecer su
colaboración. nos dijo que. al relocar la zanja para dejarla a 1:1 medida eonvenient~. desaparecieron, lo que no pudimos comprob:u.
Estos supuestos muros estaban compuestos por cantos informes,
especie de opus 1IlCertl/m, y aparecían como argamasados con arcilla" la mism:! seguramente del subsuelo. En el supuesto muro 11 se
veía. co ntribuyendo a su composición. algún silla rejo de 49x32x30
centímet ros, trabajados por una de las cllTas 49 x 30 y desbastado por
las otras. lo Que daba idea. más bien, de un amontonamiento extra·
ño. TenÍ3 1'73 melros de espesor. El muro b tenb un metro de ano
chura y ti U composición ern la misma, pero sin silla rejos.
En la zanja a' pudimos observar el muro 1,' de la parl e d Que se
co ntinu aba en b". a la parte d', pero no lo vimos continuado en las
zanjas a" ni a· ... Estos muros, de la misma técnica que el b, tenían
aproximadamente 1'50 metros de espesor, igual que otros b"', b1V
de la zanja a' v, de la misma 'técnica co nstructiva .• También apareció
en esta za nja última el 'lálatf,os o «sombrero de copa» indicado m:ís
arriba, y la muela de la figura 3....
En 1:1 z:mja a" ap:lreció el /¡oltllú/,'os dc la figura 2.- y en la a'"
el muro J, J' (fig.
planta y sección). Este muro constaba de dos
partes. La superior, de ladrillo. pertenecía a una de las modernas
co nstrucciones. pero la infer ior. de argamasa de ca l y canto, fortí·
sima y de 1,90 metros de espesor, demostraba haber pertenecido,
Quiz:í, :1 una fortaleza y nnda de extraño tendría que fuese uno de
IOti reci nt os romanos. pues bajaba a más de 4.50 metros.
También en esta zanja apareció un pozo redondo de 66 centímetros de diámetro y formado por cantos rodados en seco, pareciendo
miÍs bien un pozo ciego para desagüe de una casa medieval. Según
D. José Ríos, fué descubierto a un metro de profundidad de la cxca~
vación, tapad o con unn losa y vado.
De los demás restos hallados. difícilm ent e se pueden precisar las
circunstancias de lugar y profundidad donde fueron encontrados y
est3moS segu ros de que, una buena parte. fueron perdidos con los
escombros llevados a lugares que no se pudieron averiguar.
l..,
(1) Prlmlgenius: «ArqueologllL de los refugios de Valencia», Almanaque
fiLas Pl'ovlnclllS» para. 1941 , pág. 487 Y sigUientes.
-
2i6-
de
[page-n-277]
EXCAVACIONES EN EL PALACIO DE LA GENERALIDAD
!J
1II
EXCAVACIONES EN EL LUGAR DE LA CALEFACCJON
Como un in ciso debemos decir para que quede constancia, que.
entre la GencTalid:ld. Que podemos llamar vieja. y las casas que segu ían Iwcia la plaza de San Ba rlolomé - hoy derribadas y dc cuyo
solar estamos ocupándonos-, existb un ca llejón, más o menos de
1,70 metros de a ncho , Que ahora desaparece aquí, enteramente,
co mo ya en tiempos pasados fué perdiéndose, tal vez incluído en
otros edificios. Así parece demost rarlo el antiguo palacio de los
Boils, antiguos señorcs de Maniscs. hoy acu pado . e n parte. por «Lo
Rat ·Penat», pues consta dicho edificio de dos cuerpos de diferent e
épot::l. co mo se ve claramente, sie ndo probable que, al ser ambos de
un mismo dueño, hi cieron desaparecer el ca llejón, ya Que los grandes pati os de luces de los palacios de la época. lo harían menos necesario: I.!I cual callejón saldría a la call e de Samaniego, con tinuado
por ot ro, tapiado hoy, que desde esta call e vcní:l a sali r por el patio
número uno de la plaza de Cisnero8, y de aqu í se contin uaría, probahlemente, por la calle de Náquera, a sali r a la Puerta de los Serra nos.
Por la parte de la ca ll e de los Cab:llleros, se contin unha por el
callejún tapiado entre d magnífico palacio, número nueve de la
calle, y la sombrerería de Abril, torciendo hacia poniente y sa liendo
a la calle de los Juristas, ¿quién sa be si en busca del Bany de is Payesos? (1) .
Continuando co n nuestras excavaciones, diremos que, al aparece r el muro o (fig. 1.& pensamos que bien pudiera ser continuación,
)
(1) De esto queda alguna constancia en el pluno de Valencll' del P. Tosca
pero exJstcn en el lnterior de manzanas de casas. tapiadas a. 1& pmte de la. calle
l' distinguibles o qUé' no son S06prohadas desde el enertor. much06 callejones y
cal tiz06. que Cueron 8lltiguaS calles y «aZ1.I:C8.CS» (calleJont>S sin saJ.lda), que. pOr
el hecho de que. en la. época del P. Tosca, ya hablan desaparecido come vlas publicas no l1guran en su plano,
Bajo el aspecto arquool6gl00-hlsUlrico seria verdaderamente IntefE;5anlc hacer Wl estudio de estas restos de 1& Valenc.ia antigua, y& que, segurarnent.e, como
parandolos con las muchas notas urbanas de) l Lllbre del Repartlmen·.•. llegaria.m06 a tener Wl8. idea. be.stante ¡>.proximada y aun exacta.. en much06 puntos,
d!' la Valenda. mahometana. y awl de 1Il anterior.
Esto se hace t.odavla más necesario y urgente ya que Valencia hac", tiempo
que. conru.da. y alegre. destruye su pasado urbano de una manera exhaustiva.
que asombra So los pOCOiS amantes de las glorIas pamda.s que YaOlO8 quedando.
-
2i7-
[page-n-278]
NlCOLAS PRIMITIVO G()¡\\EZ
10
en cierto modo. del b', b" , lo que no pudimos comprobar por estar
la zanja a' rellena )'a por la nueva fundación. y, por el mismo motivo. no pudo tampoco hacerse comprobaci6n :llguna al aparecer el
muro IJI' , para ver si estaba rclacion:ldo con el b"', bIV .
Un repaso de nuestras notas nos ll evó al convencimiento de que
los muros b', b". b''' , bl V y el b V , cstaban en relación, pues que tCInían composición igual e igual espesor de metro y medio. aproximadamente. y se asentaban a parecid:1 profundidad. No contamos
el b de la zanja a, por ser de un metro solamente de grueso y ade
más por la indicación de D. José Ríos.
Al aparecer los restantes muros 1/1, m', 111",111''', Y 11, 1", 11", ,,"',
de la excavac ión l;.', del sit io de la calefacción, y el b V• que daba la
impresión de esta r interrumpido o Cariado, y no aparecer francamenle señales del b'. b", a pesar de su proximidad, pensamos que
estos muros citados, 11. •• , 111 ... , serían posteriores y que para su construcción hubi eron de ser derribados los b', b", b"'. blV , bY. El b"',
b1V se conservaba hast.a un:! altura de 1,87 metros de su base. micn'tras que el b'v sólo llegaba a la altura de los m", 1/1 ....
El muro o parecía a primera vista posterior a los 71 ... , 111 .... porque su paramento estaba muy hien cuidado y chocaba con lo basto
de los demás; pero un atento examen comparati\'o nos demostró
que el o era una pared sobre sus cimientos o', o", mientras que los
otros eran só lo cimientos en los Que, probnblemenre, htlbrín desap:lrecido toda pared. I.a O estaba rota hac in la parte de la z:lnja a' y
el resto de ella se había salvado milllgrosamente, porque de lo contrario hubiésemos tomado por paredes los cimientos . Estos, como
se ve e n 1:ls fotografías (véase la lámina) y dibujos (fig. 1.&) solían
ser m:í¡¡ anchos que las paredes -obsérvese en o, o' , 0"- 1 que
0
contrasta con las murallas mahometa nas de Valencia, e n lo que
haS!:1 :lhora hemos podido ver (1). que no tenían fundaciones pr(¡piamente, a pesar de ser posteriores en va ri os siglos.
Como la sección del muro o nos da los cimientos o'. o", completos desde su base y el arranque de la pared con parte- de ésta . y
el tal ,lrranque es de suponer que estaría poco más o menos a l nivel
del piso de ' 1:1 calle, al tiempo de su construcción. podemos sentar,
micntraJ otros d atos no lo rectifiquen, q ue dicha (':dle se encontr:ITÍa
aproximadamente ;1 unos 3,15 metros por debajo del piso actual de
la calle de los Caballeros.
(1)
N. P.: «Exea\'lu:16ns.. .. , pág. 82, ftg. 16.
«l.¿ muraJla. valenciana que conquIstAron el Cid y Jaime b Fe·
riarlo. Valencia., 1945.
Prlm.lgenlus:
-
278-
[page-n-279]
[x,cAVACIONES <
EN BL PAI.;ACIO DE LA CENERALlDAD
11
El muro (cimientos) m' se asentaba sobre una capa de gravas oe
unos diez centímetros de espesor y estaba a unos 45 centímetros más
abajo del arranque de la pared 0, entre ésta y su cimiento o', por lo
que la gravera venía a estar a unos 3,60 metros de profundidad. A la
derecha del mLtro o pared o. continuaban las gravas hacia la Generalidad vieja; pero no, en absoluto, hacia la ca ll e de los Caballeros.
Esta~ gravas estaban sobre la arena arcillosa rojo·amarillenta. lan
c:lracterística del Turia, )' demostraban ser la terraza miÍs elevada
del ríO.1 su llegada a Valencia. Encima de estas gravas se cOnlinU:lha
un poco la arena ya mllCfla de aguas tranquil:ls, casi arcilla, no siendo {;kit tare:. determinar su espesor, por la remoción, desde antiguo, del subsue lo, ya que esta remoción llegaba hasl:l estos mismos
muros.
Esta terr;IZ:l o playa fluvial se observa en todas las excavaciones
de la parte baja de la ciudad, cercanas al río actual y su ant iguo brazo desaparecido. Aquí se ve que llegó hasta este punto y no m:ís
hacia el ahozano, situado entre las calles de los Juristas y del !VIiguelctc:No tenemos ningún indicio sobre la estratigrafía del sub·
suelo de este altozano. que hemos supuesto anteriormente sede de
la Acrópolis de la antigua Tyrill. El cauce actual del Tuda suponernos que est:í (!nlre cuatro y cinco metros por debajo de estas gra\·:IS. ¿ Cu:índo cortó el río esta terraza y profundizó su cauce? No
tenemos h;lst:1Iltcs pruebas para contestar; pero daremos algunas
not:l~ interesantes para los investigadores de nuestras antigüedades
subterráneas.
Algunas veces nos nemas ocupado en artículos y conferencias, de
una red de aeueductos que existen en ruinas 11 1:1 izquierda del río
Turia y que suministraban agua para usos donl'ésticos y riego, hast::!
los úl tim os tiempos de la Valencia romana, en el hintcrland ValellUa-Saglmlllm, cuyo es tudio . el de los udes. acueductos. procuramos
terminar para su publicación.
Postas acueductos pasaban a nivel algunos barrancos, como se '
plletie comprob:lr por los restos de cauce que quedan hacia las ori1l:ls de los mismos, pues actualmente los tales acueductos están rotos
por las avenidas y ahondados los cauces de los barr::!ncos.
SI:; observa que las gravas del lecho antiguo estrín más elevadas
que las pólredes Que forman el cauce del acueducto. lo que demuestra. O que éste fué exc:lvado en la gravera, por debajo del nivel de
las barandas del cauce -con lo cual habría el peligro de confinu:!
invasión de las gravas en el canal- o que éste resistió algunas avenidas, por lo que aquellas gravas, que, como decimos. suben más
arriba de las paredes del acueducto, habrían de ser de época romana
-
279-
[page-n-280]
12
NICOLAS PRL'fI.lTlVO GOMEZ
o algo posteriores. Avenidas Que juzgamos subsiguientes al :lhandono de los acueductos. rompieron éstos. Que, al quedar sin repa·
ración, permitieron el ahondamiento del C:IUCC de los barrancos .
como hemos dicho.
Este fenómeno se puede observar al paso de varios ba rra ncos;
pero donde mejor, es en el llamado «del CanQ)), en término de Pa.
terna, e l cual nace hacia Les COtICS males (Cuevas m3las) (1 ), en 1,'
Cañt.da de Peña, Que da nombre :1 la estación de La Cañada, de la
Iíne;1 de eléct ricos a Liria. En este barranco (2). hacia su descm hOC:ld ura, un poco mfls ab¡ljo del azud de 1:1 acequia de Cunfle, es
don de se puede cstudi:lf bien el fenómeno: 1:. g ra~e ril cortada en
un la rgo trecho por e l acueducto y e l paso de éste, roto por el
barranco .
L.a gravera es una terr;I?';! del río y es de suponer que el régimen
torrencial que afecró a los barr:mcos, influyese también en el Turia,
e n la misma época, aunque, con tod3 seguridad , la diferencia de
unos 13 nietros de desnivel. que existe hoy. entre 108 cauces del río
), del acueducto , no rué cortada toda posteriormente a la época romana, ya que el canal, al llegar a este punto, hahría ganado u n nivel
diferencial apreciable; por lo tanto hay que suponer con funda mento Que su cauce fué cavado en la gravera, Quedando ést:l por
encima de las paredes que forman 1:1 canal. Por los mismos motivos
hemos de suponer Que la gravera de la cxc:l\'ación E que nos o cupa
(fig. 1.-), estaría ya cortada por el río a la construción de estos muros, p ues no es dc creer que es tas edificaciones fllesen p racticadas al
n ivel de las aguas .
La ~onstrucción de los azudcs y puentes impidió. sin duda. que
el Turia continuase ahondan d o su cauce, que a esl:lS horas sería segura mente hastante más profundo.
P ara aclarar mcjor lo dicho rnfls :lrrih;l sohre la co rl:ul uf:l dI.! la
gwvcra por el río, hemos de ma nifcst¡lr que, en [as exc;lvacioncs de
la IlLcrópolis aparecid:l en un solar, esqu ina a I:ls calles de la Mue la,
en trance de desaparecer, y de I::¡s Ca labazas, apareció, dentro ya
de las gravas, Que no nos parecieron removidas por construcciones
posteriores, y a unos 4,80 metros de p rofundidad del piso de la ca~
(1) Es curioso el caso de estas cueva:¡, que son artIficIales y oroducldas por
t."!nsa.nchamlento de los J>OZCl'> de res.piraclón y cauce del cua.rto n.cuCducto en
ruinas. ascendiendo desde el Tio. La tradición dice que fueron m..orlguera de
malhechores y a esto deben su nombro, segura.metlto. Estén e. C(l6B. de un kilómetro de la estación de La Gailada. en d1reoc16n a LiMa.
(2) se llama «del CanOI porque pasa por encuna del de 111 I1cequll1 de Mon
-
280-
[page-n-281]
EYoCAVACIONES EN EL PAt.ACIO DE LA GBNE.RALlOAD
13
lIe, un, (ragmenlo de lápida romana con cuatro letras mutiladas de
las que sólo se adivinan una 1 y una A, La situació n de esta necró·
polis era la de 1:1 o rilla derecha del brazo derecho del río -ya des.
aparecido-, mientras Que las cxcav:lciones que nos ocupan eSI:ín a
la orilla derecha del brazo izquierdo o aClUa l. A pesar de lo dicho,
el hallazgo de la lal I:ípida dentro de la gravera lo (enemos por no
probatorio, ya que, en la misma necrópolis y a la misma profundi.
dad de excavación 'f :l pocos metros de distanci3 hacia el Oeste,
aparecieron varios fra gmentos de un:! especie de c:lOt3rito o anforita
de un hermoso vidri:¡do verde.mar que grit:lba, con toda razón, por
10 sarr:lccno; y tambi{on parecía no haber habido remoción posterior,
Por lo tanto, la existencia de objetos, :¡rqucológicos o no, den(ro de las graveras, no indic:m ,contempor:meidad por este solo hecho, y hay que lener ¡;('r:1O precaución en las excavaciones especialmente de ciudad y su estratigrafía y no dejarse llevar por las primeras impresion es,
Siguie~do COIl nuestras excav:¡ciones, diremos que apareció un
cilsebre tlI, m', m", ","', con tres puenas, al parecer, p, p', p", I.xl
p" daba acceso ¡¡ otro dep:l rt:lfficnlo que termin:ib:! en una curva
un poco extraña co n otro paso I,', siendo Il un pozo redondo pcrtcneciente, como i, al mismo edificio medicv:d qUl! éste, quizá, :m lerior a los últimamente derribados, y a alguno de éstos perteneció 1,
t:!mhién pozo, pero mucho más moderno,
A la parte de la Ceneralidad vieja, a la derecha del muro o, apareció otrot casucha /J, ti', /1", 11"', de construcción igual a la anterior
y con sólo un paso, más que puerta, ti', Entre este casilicio y el k,
k', habí:! una rotura del muro o que bajaba hasta quitar casi toda la
fundación, pero nadll probaba que fuese practic3da para comunicar
ambos casebres, aunque n08 lo pareció y así lo creemos,
En este caso probaría Que el muro o era anterior a los casilicios,
come. también parece probarlo el aditamiento o'" al muro o, el cua l
tenía el aspecto de ser el arr:mque de una pared de 22 centímetros
de gruesa, la cua l no coincidíd con el cimiento f/", es decir, que no
era la pared Que le tenía por fundaci6n. Por estas razones supo nemos encontrarnos aquí ante tres épocas: 1.&: La de los muros b', b", b"', b1v, pi'; 2.-: La del muro o, o', o", o''', y 3.-: La
de los easilicios 111 .. , y fl .. ,
Todos estos muros volvieron a ser inhumados de nuevo -no decimos que piadosamente-- para que rCllllud;/scn su interrumpido
sueño secular junto COIl los otros que no lograron ver la luz del so l
en nuestros días y no pudieron contarnos lo que sus compañeros, no
-
281-
[page-n-282]
NrcolAS
f'RL\tITl VO GOi."- EZ
sabemos si decir que más afortunados, no supieron :rcaharnos de
rderir.
IV
LOS OBJETOS HALLADOS
!'IEOlt .... - Encontramos el /¡olmi.~kos o quicio de la figura 2. -,
que por su tamaño pnrecía decir que pertenecía a una gran puerta
de palacio o muralla. No estaba ¡" situ y no podemos determinar su
época, )'a que el tipo ha Ileg:ldo hasta nuestros días e n algu n os puehlos. No obstante, pudier:r ser romano O tal vez ibérico. Ba llestcr
Tormo nos dice que no los encontró en las excavaciones del poblado ihérico de la Bastida de les Alcuces (Mogcnte).
La mue la de la figura 3.- es sole ra)' está mejor :rcnbadll Que de
ordinariO. las hallamos en bs estaciones de altura. Posiblemente
iría empotrada en una plataforma de madera, como posteriormente
vemos todavía en los molinos harineros de piedras. y la muela misma formaba la grapaldina, que sostenía el eje que conducía la muela
superior. el cual iría, por la parte de arriba. contenido cn un cojinele o dos. Este eje seria movido por una palanca perpendicular
al mismo.
Un codo de piedra caliza representado por la fi gura 4 ·, pareC1;
haber ¡ervido de empalm e a dos Ilrbcría s en ángulo; y un bolaño o
hala de piedr:r, de 16 centímetros de diámetro. E s de caliza arcnisc:.
y bastante regular. De (.stos, fucron encontrados en gran número en
las exc:rvaciones para c l alcantarill:!do de I:r calle del Poeta Qu int:rna, y quizá sobrantes del sitio puesto a V:rlencia por Jaime 1 y sus
huestes (1).
MET"'L. - Tres fragmentos de clavos de hierro. uno de la parte
de t:r cabeza)' los otros dos, puntas, tan oxid:rdos que apen:rs se
pucdcn adivinar las form:ls por sus fracturas, que son recie ntes, lo
que demues t ra, como en muchos o tros objetos, que el resto se fué
con los escombros. Otros tres fragmentos de hierro, tan ox idados
como tos
caheza de clavo. Uno entero, de bronce. largo total 67 milímetros.
di:ímelro de la c:lbeza 15 y cuatro de lado. Es clladr:ldo.
Tres fragmentos de una pieza incompleta, al parecer de bronce
c inidedtificable; y dos fragmentos informes, de plomo.
CUERNO.- AI p:lrccer. uno de becerro y otro de cérvido.
HUESO.-Un fragmento de mandíbul:r de cabr:r y otro dI! una
de un cánido. Otros fragmentos. inclasific:lhles, al parecer.
(1 ) Nlcolau Prlmltiu: .. Una treballa arqueol6glca interessant. a Valenciu
_Las Pro\·incWs» . Valencia, 1927. 20 de Octubre.
-
282-
[page-n-283]
EXCAVACIONES EN EL PAlJACIO DE LA GENBRALlO AD
Ir¡
Una aguja con cabezíI, rota por el agujero de enhebrar, larga
hasta la rotura. 63 milímetros; diámetro máximo. 6; a la part!! del
agujero, 2, )' el diámetro de éste, medio milímetro (?).
MOLUScos.- Un pertullC/llus violasc(:I!s sin perforar; un frag-
o
'"
'"
HlIur l L·
C(>Iio de piedra ¡:ar. em palme de rul'o er"
par. rondutciór. 11<, lIq uido.
mento perforado por el :¡pice, )' una ostrca }labellllla , GoldL qUn
Duede haber servido de escudilla.
VIOKIO.- Varios fragmenlos inclasificables con exfoliación muy
:Ivanzad:]; entre ellos la base de 97 milímetros de diámetro, de un
,
vaso.
CERÁMICA.- Es. como en la casi totalidad de las excavaciones . a partir de su aparición, la más superabundante en restos. y
hemos de advertir que los cuerpos de revolución m::Ís antiguos que
- 283-
[page-n-284]
16
NICOLAS PRL..... ITtVO GOiMEZ
se han hallado aq uí están todos hechos a torno. si excep tuamos los
furm:ldos con molde, como la s(~illata O barro saguntin o; y para
e ncon tra rl os hechos a mano, aunque a primera vista parezcan hechos a torno, hemos ~ c descender a los fabricados en la Edad Media, que se han encoOlrado en cSla excavación, algunos de los cuales presentan 'señales inequívocas y cu ri osas de manu fa ctura , como
ve remos .
CERÁM ICA IfiÉRI CA PINTADA. - I. as figums
Figuro li." _ Kilalh(>5 o .ombrcro de
-
2M-
S,·
~cr'
a 17," representan
[page-n-285]
EXCAVACIONES EN EL PALACIO DE LA G~Nf.RAU[)At'I
11
esta clase de cerámica, adornada con pinturas geométricas diverQue, desgraciadamente, no se
sas. si excepluamos la figura
pudo completar, a pesar de la vigilancia. agudeza y habilidad de
8..,
-
J
Figura i.&-K.""lIos o
Alur.
S.·~BlSe
son>br~ro
de cop.
de k4/.a'hos o sombrtro de cop,
.,.
ñ~ .. 9.~.rietll
::.~
.
piRltdo con "rnnque de u.
Espi; no pudiendo reconstruirse m:1S que In base, y parece representar un animal fahuloso, lal vez, sin Que podamos delcrminar
cuál pueda ser éstc; y Quiz,í la ligura 9,". Todas las otras {·omposi .
-285-
[page-n-286]
18
NICOu.s PRL'I\lTIVO CO'.... E2:
ciones son hechas a hase de círculos concéntricos (hemicírcu los }'
cuadr;lllles) y zonas , con algunos otros elementos,
L:I figud JO,- tiene ¡Idemás en su borde un dentado Que semej:J
páj:lrof¡ estilizados en un úl timo lérmino, como las figuras 11.- y 12 "
especie :lViforme que l:lmbién apa rece en el «so mbrero de COpll>l,
bacín o kálatho$, de la 5, -, debajo de los hemicirconcéntricos. en
un entrepaño formado por zonas horizontales}' verticalt:s; y t:n el
horde del mismo ap.1recc igualmente esta espe'cie de comas avifo rmes, Estas las h:III:lmos, :ldem:Ís, en los bordes de las 6," - rHulqlh!
son y:l, m!is bien, dientes de escu:tlo- y 7, ",
Espir:dcs aparecen en la S,", en el interior de los hemicircon,
céntricos, y en la 6,", dehajo de aI ras mismos, Tres series de sie!~
-
286-
[page-n-287]
tXC.WACIÓNES f.N E.L PAUCIO DE: LA GENf,RAL1[)AQ
19
puntos, mediados por otro grueso, aparecen en la figura 7," en e!
ent rcpaño}' deb:ljo también de un hemicirconcéntrico.
I.as figuras 13.", 14." 15.". 16." y 17." presenl:1n como bambalina~
sfthlcndidas:1 zon:IS. Las 13.", 15.", 16." y 17." repre¡;cnt:1n cu:úlrantell
Ftgun
Figuro
13 ."'-Fr'lIm~n!O d~
1'¡.~ri~ .. l
"'¡/¡;UhQI o lombrero dr COpl
pln 'ldo
Pigur. ((l.I _ !f>aric!.1 pinr.do
-y menos que cU:ldrantes- circo ncéntricos. formando una especie
de endenwdo. I.a bamb:llino de la figura 14." está formada po r hcm, ·
ci rcollcénlricos secantes. Sobre el barde de la 11 ." aparece lln entre·
lazado caleniforme; en la 13.". debajo de zonas, subtendidl1s. signo,;
verticales cortiniformes y la figura 9." parece represent;:lr una especie de ar:lña, pulpo o e5trella.
Los delllento¡; dc las composiciones nos son conocidos, pero no
pasa lo mismo con tod3S las combinaciones de la orname ntación,
que l)Odclllo~ examinar complct:lnlCmC, como las de las figuras S.",
-
287 -
[page-n-288]
20
NICOLAS pFB,\\lT1VO G(),'.I.EZ
6,- y 7,-, siendo de lamentar e l que no haya podido ser completad:J
la 8,· , pues tal vez nos hubiese revelado alguna sorpresa.
CERÁMICA 1B~:RICA SIN PINTAR,- Se ha p odido reconstruir un ká.
¡at/lOs o usombrero de copa» de 18 cent ímetros de diámetro de boca
y 17 de alto. Además. muchos fragmentos irreconstruibles de vasos
delicados y, más abundantemente, bastos y sin importancia, no discernibles entre lo Ibérico, lo roman o ni aun lo medieval, muchos
de ellos.
Esta cerámica, como la anterior. pintada. es de tc:(tura roja que
a veces llega al rosa casi hl:mco, de cocción e levad:! Que da un Ilon ido argentino. al repique. Es, como decimos, la más abund:mte. Tenemos aquí un fragmento gris casi negro, inconlcstablemcntc ibérico por su borde hipoide (1); coloración producida por haberse
cocido en' una atmósfera humosa excesivamente reductora. Creemos Que. al contrario de otros vasos de te.xtura gris uniforme. Que
representa n un tipo intencionado, este gris. Que aparece de vez en
cuando en los vasos ihéricos. es debido más bien a un descuido Que
no a un subtipo propuesto .
Ha 3parecido tamhién Imen número de asas, que poder;nos atribuir a lo ibérico y Que perduran en lo romano, m.ono y bifilares.
cordiformes y de otros tipos variados y menos característicos, algunos de ellos persistentes en nueSfrOS días.
Debemos manifest:1f Que creemos Que la cerámica ibérica del
tipo de pinturas, se cocía genera lmente a una más elevada temperatura y en atmósfera más ox id ante que la romana, especialmente la
llamada opus doNare.
CERÁMICA DEL TIPO HKLENfSTlCO.- Tan abundante como la sigilIata. Ninguna pieza ha podido ser reconstruída. Textura roja Que
llega casi al blanco. Gra no muy fino. La hay, en su mayoría, del
bello barniz negro 'de irreprochable pulimento, del mejor estilo;
pero también negro mate, de la misma textura, y negro mate de un
bello gris ceniza.
En un fragmento de base, al exterior, se ven grabadas. después
de la cocción, tres puntas Que tal vez pertenecieran a una estrella.
Su barniz es mate y su textura gris. En otro fr:lgme nto de base, de
un finísimo pulimento negro hrillante, y también al exterior, fe
pueden observar tres signos grabados con estilete finamente, des-
(1) Llamnm08 así al borde del vaso cuya sección recuerda más o menos ItI
cabeZa. de tul cabeJJo.
Gómez Serrano; cEl Mosaico... », págs. 87. lig. xxvn, nUms. R 81 A Y R 81 8.
-
288-
[page-n-289]
EXCAVACIONfS EN EJ. PALACIO DE LA CSNERALlDAD
21
pués de la cochur:'! (figs. 18." y 19.·, A), que son posiblemente ibérico •.
Fi¡:\lr. 111."
fr,.men!o de hse de un
"'S(I del
Ilpo helenislieo, cOn ;n ~crl f"l'l(in jll';rl~.
B
e
fl¡ur.
L~.L.
C r;>/V )
M
@PGANn)
Inf<:ripcionei' A; Inscripción do! \Jo ligur. 18._8 ,.
rondo lmerlor de vasca do ,lgil~'1I.
e:
Sel10R de .Ulre,o en el
En cuanto a los adornos antes de 13 cocción son escasos. Ninguna palmeta . Un;¡ base en cuyo interior hay cuatro círculos de pequeñas vírgulas y al centro una espiral que parece círculo, porquc
está vista por el cje. Otr:'! base tiene por el interior, barnizado, una
cspiral de Arquímedes. acanalada. y por el exterior. si n barniz, otra
filiforme; y otra base que, por el exterior, present:1 unos signos incompletos ilegibles, por estar fragmentada po r ellos.
CERÁMICA SAGUNTINA O SIGILLATA.-Textur:'! de grano fino y colorarión que va desde el rojo intenso al rOS3 casi blanco. Barniz:
A) Rojo brillante de buen estilo, por ambas superficies; 8) Rojo
menos brillante s6lo por la cara exterior; e) Textura roja constante, sin barniz .
-289-
[page-n-290]
22
NI COJ.AS f>RI.\\1TJ"O GO'.... EZ
El tipo A) es siempre moldeado, casi siempre sin relieves -hablamos de estas excavaciones- o con una franja de pajos "crticaloi.
des, cerca de la boca. Dos fragmentos parietales presentan serics de
puntos verticales separando cuatro o\'oides de igual direcci6n, muy
alargados y formados por cordones, y presentan irisaciones plumbaginosas. Otro fragmento de base hemisférica, al parecer, presenta
en el arranque de dicha base, al exterior, cinco círculos de vírgulas
1:0 liD fondo sombreado. Tres pequeños fragmentos presentan relieves Oor:Jles y otros tres pertenecen a una composición en relieve
que resulta muy incompleta; pero se deja :ldivinar que represen taría un camello montado por un guerrero. Aunque estos trozos se
nos presentan mate~ es probable Que sea por haber perdido su pulimento. en el medio en que yacían.
Lo más notable hallado de este tipo lo forman dos hascs de v::tsos con sellos de tllfarero por su interior (figura ]9. B, C). En la n
hemos leído tres letras ibéricas (?) yen [a C leímos OPG.4NTA. El
arqueólogo y naturalista Sr. Vidal López creyó lee r OFCAN],f, lo
que es posible. Nosotros t:xponemos que la P podría leersc F - pero
continuamos viendo un3 P- , la G puede leerse C y la final, más
que 1, entendemos que puede leerse A o R.
De l tipo R) sólo tenemos una base con pulimento mnte, sin el
brillo de [os anteriores)' un rojo del pulimcnto más claro y sólo por
el exterior. L::t verdadera base la constituycn tres pies, formndos por
el iminacióll de trozos del aro Que formaba la base primitiv:l. antes
de la cocción. Por junto de los muñones. que quedaron para pies,
aparecían unos señales que aparentaban grietas producid:ls por el
fuego; se ve, no obstante, examinando detenidamente Que las tales
grietas son cortes de la cuchilla al hacer la eliminación, como hizo
observar el joven arqueólogo don Vicente Pascual.
E l tipo r.) present:l v:lrios aspectos que podemos llamar, provi~ionalmente, subtipos. l.'t Cerámica de textura roja con grano fino,
pu limentada brillante, plumbaginosa. con '3dornos florales en fondo natur:tI. Varios fragmentos de diferentes vasos. irrecomponibles.
2. 0 Cerámica de textur;l roja con grano rlno pulimentada matc, probablemente al natural. Un fragmcnto presenta al interior incisiones
flameadas en series co nlinutlS de cuatro Icnguas filiformes, esca lonadas, y otro fragmento, de \' :ISO distinto, con bastones por el exterior, hechos en la masa tierna y que abollan un poco por el inte.
rior. 3. 0 Cerámica de textura roja COII grano fino, sin pul imento y
sin adornos. Varios fragmentos; y 4. 0 Cerámica de textura roja y
gr:tnO menos fino aunque uniforme. que presenta la particu laridad
de tener ennegrecido exprofcsame nte el borde y a veces parte del
-
290-
[page-n-291]
EXCAVACIONES EN EL PAr..ACIO ,[),E LA G6NE,RALlOAO
28
exterior. Es muy corriente y no sucle fallar nunca en las estaciones
ibero-romanas. Una de sus variedades. muy abundante, casi siempre, que se distingue porq ue la sección del borde semej:l un dedo
con su uña, por 10 que la denominamos onixoide (1), está repn;
sentada aquí por varios fragmentos. Toman la forma de caz uelas.
ordinaria mente, y en la base suelen ll evar círculos incisos hechos a
torno antes de su cocción
CERÁMICA DE TEXTURA GRIS.-Textura y exterior grises. grano fino
y pulimento natura l por el exterior y sin é l por el interi or. Tenemos varios fragmentos de un gri s más o menos claro hasta casi
azu lado como el pequeño chal/S o jarri ta de la fig ura 20.·, único que
ap:lreci6 casi entero .
CERÁMICA DE TEXTURA NWR.\.-Se presentan dos tipos diferentes! 1.0 Textura fina y pulimento matc, representad:. por varios
fragmentos, al p:1Tcccr de un mismo vaso. Recuerda e l Imcchero
11cro e tru sco, aunque dudamos que lo sea. Este tipo no es hallado frccuentemente. 2. Cerámic:r de textura negra algo b:lsta.
sin ningún pulimento, utilizada, al parecer, para cocinar. Bastantes
fragmentos. Es muy frecuente.
Q
(1) Oómez Serrano (N. P,l: «El mOl>llloo de la «villall hispano-romana del
«Pounlp. de Mancada.. en el Museo ProvinCial de Valenc\.a.I). AI'Ch!vo de Arte
Va.lenciano. Valenc!a., 1923. pág. 87. fig. XXVII. núms. R82 y as3 y pág. 88.
-
291-
[page-n-292]
ÑICOLAS PRI.\l..ITIVO Co.\\Et
ALMOFARICES.-Cu:ltro fragmentos de cedmica vulgar pertenecientes ti cuatro vasos ~dist intos que, por la parte interi or, tienen incrustadas piedrecilas y que se supone servirían para moler
colores, salsas, alioli, etc. Ballester Tormo tiene en publicación un
eSlud io todo Jo completo posible sobre esta clase de objetos.
CERÁM ICA A ~l"NO.-Aparte de la típicamente mediev:lI, que
hemos apuntado antes, han aparecido unos fragmentos -ind:lf:lbIes, d~ momento, por nosotros- de una especie de cazueb oe
boca oval, cocida a buen fuego, que no creemos pueda ser :mteri or
a lo ibérico, y cuya orilla , un poco inclinada al exterior, es de nueve centímetros, y además un fr:lgmento de di sco con un asa roltl,
posib lemente tapadera.
LUCERNAS.-Han aparecido fragmentos pertenecientes a ocho
o diez lucernas de tierra cocida sin barnizar y otr:l, casi completa,
del tipo delfinifo rme, rota el asa y el extremo del pico. que tiene el
cuerpo redondo. barnizado rojo de buen estilo, lleno de circulas de
puntos, en relieve, teniendo en la base una H rodeada de CU:ltro
hoyitos. Al lado derecho tiene un pequeño mamelón, para apoyar
la yema del dedo gordo de la mano izquierda. Tipo sud itálico (1"
:11 parecer.
PONuus.-Han aparecido dos fragmentos, uno de ellos, por su
forma y cocción, parece ibérico; el otro. por los mismos motivos,
p:lrece romano; aunque esta distinci6n no pued e ser absoluta y me·
nos tratándose de fragmentos.
Opus DOLIARE.-Un fragmento de orilla de un gran do/iu'/ll,
No menos de 28 puntas de base de ánforas fusiformes y gran canti.
dad de asas, bordes, y, especialmente. parietal es en fragmentos. De
una ha podido reconstruirse la mitad inferior. Parece tratarse del
alllpliora vil/aria corriente.
Un fragmento de tegllla y varios de imbrc-r y una a modo de
imittición de trompa de elefan te, de color rOS:l muy claro, de sección
cuadrática, redondeada por la parte inferior y menos por la superior, por donde tiene un pequeño cana lillo con sección de cuña ,
:1biclto después de la cocci6n. como así dos rayas incisas paraleloi.
des a la canal, que las divide. Longitud, 62 milímetros. Suponemos
Que pueda tratarse del rost'IIIII de una pequeña fuente.
Un fragmento de ladrillo de secci6n 11S )( 75 milímetros, que su·
ponemos tendría unos 220 de largo, más o menos.
TEJOs.-Han sido encontrados dos, uno bastante irregular. de
(l) Daremberg (Ch.) el BagUo (E.): cDlctlonnalre des antlqulté$ grecqut.S
e romaines». Paris, 1918. Tomo m, Pég. 1.323.
-
292-
[page-n-293]
ElOCAVACIONfS EN EL PALACIO 01: LA GENERALIDAD
25
diámetros 50 a 60 milímetros. practicado en un fragmento cerámico
posiblemente ibérico, y otro. más regular, de diámetros 44 a 48, gris
dc textura, con el exterior ennegrecido. prob.1blcmcnte por el uso.
ya que se trata, sin duda, de un fragmento de perol medieval. como
otros que se han encontrado rcconstruibles, aquí. Ambos son discos logrados reloc:lOdo tiestos cualesquiera. a fuerza de pequeños
golpes. para redondearlos. dejándolos en bruto y sin freg:lr.
Rara es la excavación, especialmente en las alturas, en que no se
encuentren en abundancia, a veces a centenares (l) y de todas épocag Serra y Vilaró (2) dice haberlos encontrado de cedmica a
mano con impresiones digitales. además de ibérica con pinturas;
Tbarra Folgado (3) representa alguna variedad de ibéricos pintado ~
y diversos; Taracena (4) encontró en Izana (Soria) 233 fichas O te·
jos de éstos en los que habían grabados signos alfabetiformes,' escaleriformes, zoomorfos y otros; Siret los enconlr6 de cerámica sigi!lata (5) y González Si mancas. en Sagunto. barnizados de verde (6 1•
Se encuentran con agujéro central y sin él. Taracena dice que e~
taba n perforados aproximadamente [a mitad -algu nos de ellos
presentan dos agujeros y otros están excéntricos (7)- y Serra y
Vilar6 (8). entre sus 782, sólo hall6 uno agujereado y varios. cuyo
m"lmero no .determina, comenzados a perforar.
También los hay de piedra. Los hermanos Sirel los hallaron de
pizarra agujereados y los suponían pesas para redes (9). A los cc-
(1)
Serra y Vllaro (J.\: «Poblado ibérico de San Miguel de SOrba •. JunIo
~uperlor dI" Excavaciones y Antigüedades. Memoria 44 . Madrid. 1922. pflg. 33 .
Dice que encontró '/82.
Taracenn (BIlIS): cGula del Museo nunmntino •. Madrid, 1923, págs. 20 y 33.
Dice que se llevaban recogidas m6.s de mil, en Numaocla.
(2) Loe. cit..
(3) !barra l"olgado (P.l: «Elche, Materiales pura su h1storll\JI. Cuenca 1926
págs. 80 ~' 81.
(4) 'faracena. AguJrre (B.): «Excavaciones 1>0 IIIS provincias de Sorla y Lv·
grofto •. Junta Superior... Memoria 86. Madrid. 1927. págs. 12. 13 Y H.
(5) Slte~ CE. 'i L.l : «Las primeras Edades del Metal en el SE- de Esl>afia~
Barcelona., 1890, pag. 154(6) OonzAl~ Simanca.s (M.) : ú:xcavaclones de 6ngun1.OlI. JU!lta Supcrlol.
Memoria 4¡J. Madrid. 1923, págs. 32 Y 52(1) Taracena: «Excavaciones. Loe. Clt(8)
Loe. cit-
(9)
Loe. cit.. pago 150.
-
203-
[page-n-294]
NICOLAS PRIMITIVO
26
Co.~EZ
rámicos se les ha iltribuído el papel de pesos, monedas, tapaderas
y aun olros.
Hay también discos o tejos que csl:ín fabriclIdos cxprofesamentc,
teniendo impresos <1 molde (J) bostos de personajes y figu ra s animales. De estos últimos presentó uno, de 73 milímetros de diámeIro y 13 de espesor. a la sesión del 13 de Enero de 1936 de 1" Sección de Antropología y Prehistoria del Centro de Cultur:1 Valenciana, don Francisco Martínez y Maníncz, quien lo guardOl e n su
colección (2). E l tal disco o fic ha representaba en relieve. por una
de sus caras, un toro con [as patas dobladas en actitud de descanso
y rodeado de piñas. y por la otra , también en relieve. una ca bra en
pos ición semejante y rodeada de hojas y frutos. Fué hallado e n la
finca denominada de Casa Doñana. de Caudete de las Fuentes. propiedad de dicho erudi to señor. Pero Jo notable, por lo cas ual, es
que, pocos días después, e l 29 del mismo mes y año. apareció un
artículo de González Simaneas. excavador del castillo de Sagunto,
en el diario local G:Las Provincias». publicando un disco, al parecer
igua l, hallado en dicho castillo.
Después de lo que antecede, s610 nos resta exponer unos hechos.
En nuestra infancia ~hace m:ís de medio siglo- hemos jugado con
tejos cerámicos redondeados cuidadosamente con lIna piedra. Los
juegos eran «el Canut, el Hog/c, el Sambori, ti Malnes» y ot ros (3).
y recordamos cómo, cuando conseguíamos una arandela de metal,
mirábamos por su agujero el objetivo, a donde queríamos pegar,
creídos que así acertaríamos en el blanco.
y si no todos. parte por 10 menos de estos tejos. tendrían este
uso.
OTRAS CERÁM I CAS.~No ha aparecido nada que podamos a trio
buir a l período visigótico. Al mahometano pértenecen va ri os fragme ntos de una especie de anforira con fonclo perforado de colado r, adornado exteriormen te por figuras geométricas a la cuerda
seca , con barnizados verdes de puntos y líneas, contenidos por otr3s
a l manganeso. Abundan los fragmcnlOs de cJlcharros de este mismo
período con adornos de figuras negras, también geométricas. a
pincel.
$erra y vua.ró: Loe. cit. LáminA. XVI.
,Comisión Ejecutiva. Excavaciones de Numanc1a.t. Madrid. MCMXll. pág. 36.
(1)
,Centro de Cultura Valencla.na. Anales». Valencia., 1942. págs. 32 y 33.
(3) No es de este lugar la. descrlpció.l de estos Juegos, que todavia se usan.
aunque los tejos vemos que han sido sustltukl06 por monedas. arandelas y otros
hierros redondos o cuadrad06. No sabemos si en 106 pueblos se usarán &.Un des
12)
teUes» (teJ06).
-
294-
[page-n-295]
EXCAVACIONES IlN El. PALACIO DE LA GWF..RAL1DAD
2i
Han aparecido varios peroles curiosos. porque a primera vista
parecen hechos a torno; pero examinando el interior se ve todavía
1" desiguald:ld y la señal de los dedos en posición vertical. uno y
airo dato prob:mdo Que no fueron hechos a torno. Examinando el
exterior, se observa Que han usado una especie de éuchill o o listón
p:lr:l alisarlo, estando lleno de líneas incisas en todas direcciones .
No obstante cllo, observando algunas líneas incisas Que parecen hechas a torno, especialmente a la parte del cuello, puede suponerse
que haya habido ejecución mixta: a torno y a mano; pero son, indudablemente, manufaetos.
MONEDA~.-S6Io ha aparecido un pequeño bronce Que, clasi.
ficado por el Excmo . Sr. Marqués de Algorfa. resultó con la si.
guiente lectu ra : «lmperator Caesar Trajatl/Is A l/gustlls». Caheza
co n corona de laurel, a la derecha. Sel1atlls COllslIltus entre el 98
y
117.
v
CONCLUSIONES
Poco más puede decirse de las exravaeiones y de sus resultados.
que no sea puramente subjetivo. Los objetos hallados, salvo unos
pocos, indicados ya, no pudieron determinarse en lugar ni profundidad. Su clasificación es exclusivamente tipológica y, estratigráficamente sólo puede decirse que a la derecha del muro no fueron ha.
liados tiestos del tipo helenístico de buen estilo y que la sigillala
desapareció algo antes de llegar al fondo de la excavaci6 n.
Esto no obstante. nu es absoluto ni por lo tanto probatorio, por
la parcialidad de la excavación y por lo poco científica que pudo ser;
sin embargo. por lo que se deduce de lo que- rigurosamente rué hallado in SU/l. que son los muros, p:lrece que nos encont remos ante
tres momentos de la vida de la ciudad: El representado por el
muro b', bU, b"'. btV , b V ; el del o, o' o", o"'. y los casi licios m ... ,
11 ... Estas tres manifestacionc!s murales sólo p udimos verlas reuni.
das, y por lo tanto comprobadas, en la excavación E, co mprendida
entre las zanjas a', a", a/ v, y ia Generalidad vieja; los puntos b, b',
bU, b"', b1V • ni J,1' , no pudieron ser comparados con los de la dicha
excavación E, por estar ya las zanjas rellenas por los nuevos cimien·
tos, como anteriormente dijimos; hubimos de comparar con las no·
las tomadas, que creemos bastante exactas.
Si dejamos correr un poco la fantasía y comparamos con la arqueología y los hechos históricos valencianos, podemos suponer que
el muro b'. bU ... , era la muralla de la ciudad en época ibérica. Este
-
295-
[page-n-296]
28
NIGOLAS PRUIIITIVO C;o.',u?Z
muro, de alrededor de 1.50 metros, es bien poco muro para lo que
estamos acostumbrados a ver en [as estaciones ibéricas de altora. si
hien no es de mucho menos espesor que los conocidos de las m.urallas mahometanas y de la que llegó al siglo XIX; si bien éstos eran
de cal y canto; pero también de tapi:d, como se puede comprobar,
todavía, junto a las torres de Cuarteo
Esta debilidad del muro b', b" ...• está en consonancia con lo
poco guerrera que debi6 ser T')'ri1l, ya . Que ningún historiador de la
contienda púnico· romana ni romana la cita en actos heroicos a lo
saguntino ni aun de menOr cuantía, y sólo aparece ya como Vafentia.
como una ciudad exhuberante, que contempla ncutral, o poco menos, las luchas intestinas entre romanos; cspecie de Jauja, como fué
hasta hace poco, acechaóa siempre pOr el interior montaraz y m iserable, mereció una cornucopia como escudo, signo de abundancia
y ausencia de belicosidad y sobr:l de mansuetud.
Este muro, pues. entenóemos que fué algo así como un quitamiedos, una defens<1 civil para resgu<1rdarse de sorpresas y bandidaje. ya que su verdadera acrópolis debía ser Sag,,"tllm.
El muro 0, o' ... , sería interior al b', b""" y más bien posterior
a él. y formaría tal vez la cerca de un barrio de extranjeros. tal como
en la Edad Media ocurrió con la Judería y la Morería. A la conQuista de la ciudad por los romanos o más bien a su entrcga a ellos.
;Icabadas sus luchas en nuestra región}' considerándose inútiles, fueron derribados dichos muros y dados a los indígenas que quisieron
establecerse en los suburbios. los cua les construyeron sus casebres
por dentro y por fuera del recinto, tal como, a la construcción de la
muralla del siglo XlV, hicieron con la mahometana los Jurados de
la Va lencia de entonces; muralla que tod:lvía vemos sirviendo de
pared mediera. metida en las manzanas de casas desde la calle de los
ROleros hasta la de los Caballeros. po r lo menos, y que tanla maña
se dan los propietarios en hacer desap:lrecer, con la complicidad de
sus arquitectos y la indiferencia de la vindicta pública, que ve demoler impunemente la arqueología de su cultura, base de su razón de
persistir.
Mientras los indígenas tyrita1li construirían sus casebres, aprove·
chándose de los muros r de sus materiales, los cives Tomalli, despreciando la ciudad, construirían magníficas Villa e rusticae, algunas de
cuyas ruinas podemos contemplar 3Quí y allá por nuestras huertas
y secanos: La Vallesa de Mandar, L3 Masía de Vélcz, Rarra;J(lllet
de SafL (Paterna), El POl/acho, y El BoTtleJlel (Moneada); La Marta y MaQuiv3s (Museros); El Camp del Tresor, El Palau y El Villaret (El Puig): El j\farquerct y El Trull deIs A1oros (puzol): El Pi-
296 -
[page-n-297]
· EXlCAVAOIONES lEN 'EL PAI;ACIO UF. LA GENEIfALlD AO
29
noso y El Corrol deis CIII/rros (S:¡gunlo); por no citar mAs que las
más conocidas y cercanas a la ciudad.
y esto es cuanto, de momento, nos atrevemos ti decir, meditando sohre las ruinas de la casi fahulos:! Tyrill, aparecidas, como en
un sueño, cn las excavaciones efectuadas para la prolongación del
:mtiguo Palacio de la Generalidad. del y:I, poco menos que legendario, Reino de Valencia (1).
U l Los dibujos de las l1gl.U'i1.S P , 2.·. 3.". 18.- , 19." Y 20 .... son de carlos
Oargallo; diseños y lot,ograffas del autor; 106 dibujos de las figuras 5.- a. 17."
deo J06é Alcácer. y los grabados y rotograbad08 de Vllaseca. A todos a"r poJccemos
su colaboración y asimismo al contratista de las obras. Sr. Porta. qu!" nos [80cllltó la mlBi6n.
-
297 -
[page-n-298]
[page-n-299]
NICOLAS PRIMITIVO
GOMEZ~ Palacio
de la
LÁM INA 1.
Generalidad ~ •
•
(F01011 N P. C6nleJ.)
[page-n-300]
ISSN 1989-508
1
NIGOLAS PRIMITIVO GOMEZ
Excavaciones para la ampliación
del antiguo palacio de la Generalidad
1
ANTECE D EN T ES
Las exc:avacioncs en el recin to de una antigua ciudad, cualquiera
Que sea su motivo. especialmente cuando son profundas. nlr:lcn
siempre la atención de 10$ in"estigadores. y, mucho más, cuando esta
ciudad es de alicerces lan primitivos como Valencia, la Mayor,
cual dice el Poema del Cid ()); ciudad ya mencionada en otro poe·
ma, [a Oro Marítima, de Avieno (2), bajo el nombre de Tyrill; nomhre y ciudad antecesores de los actua les, citados éstos por primera
vez por Tito L ivio (3), cita que se .refiere a esta Valencia precisamente, según la opinión genera l entre los historiadores (4).
(I)
Poema. del Cid:
c ... Mm;ed V06 sea.---e tazednos este perdan:
hlremo6 en poder de rnlo Qid~ VaJenlOla J.a¡ mayor .. »
(2)
«Avlmus. Om mariUma.:
481: rNeque longe ab hu.ius flwnlnls dlvorilo
prnestrlnglt anmiS Tyrius oPPldum Tyrln ... »
Un ClShldio completo de ia rOra ..• con las mAs rloclentes Investigaciones se
puede ver en las obras sigUientes:
Sc.hulten CA.): rAvleno. Ora marlUnm. Fonles Hlspanlae AnUqune •. F'I1sclcu·
lo 1. Barceloo& 1922.
Bl..á.zqucz y Delgado AguUem CA.): rAvleno. Om m.a.rlttma». Mad.rld. 1924.
Bl!l'thelot (A.): «Fe&tus Avlenu.s. Ora marltllllA». Pal'ís. 1934.
(3) T1tus Llvlus, LV: «Junlus Brutus C08. In BLspanta, lis, qul sub Vlrlato
milltoverunt. a.gros opldumque dedit, quod Valentln voea.tum esLJ
(4) Peretra CE.) e Rodrigues CO.): «Portugal •. J~Isboa, 1915. Tomo VIT, pá-
_258.
Al hablar de Valen¡;a do Mlnho prueban cómo esto Valencifl. po..rtuguesa. no
pudo ser !a citada por Tito Llv\o, como opinan n,tgun06 autores. espccill.lmente
¡:ortugueses.
-
269-
[page-n-270]
2
NICOLA$ PRmlTIVO GQo\\EZ
Tanto 1')'ri" como T
'alnltia, hoy Valencia, han de coincidir en
este recinto. ya Que, aquélla, según parece indicar el pracstrillgit de
la Ora ... • como éiita, según confIrman las distintas excavaciones de
la ciudad, estaban situadas en UO:l isla del T)'rills, hoy Tuda (1).
La Dril Marítima, según los modernos estudios. está fundada en
periplos del siglo VI, a. C. (2). por lo que sitúa a T)rrill l!n lo re ·
moto de la cultura ibérica, hacia el fina l del primer período Je la
Edad del Hierro, y de aquí. m,ts todavía, el interés Que se mucslrn
por loda excavación profunda, espera ndo lIegar .al nivel tyri:mo o
ly ril:100, ya que, de tan arcaicos estratos no existen :/penas excavacio neS' en ciudades con nomhres ci lOldos por los clásicos. casi rodas
eJltls de situación rodavía ignota o discutida: I-lCT/W, /lerda, H e-
/IIcToscopium, Sitalla o Sica,uJ, I1ylacles, Hyst'Ta, San!a: 1'YTlChae,
Lebedo1rtia ... : limitándonos a nU.estras costtlS, solame nte, e n las
cuales l'yritl y e herrollcsos son las únicas de solar conocido.
Parece lógico que la ciudad anligua hubiese dc estar hacia la
. par.tc más elevada de aquella is la, que, hace bastantes siglos debi6
dejar de serlo, sin duda más allá de su Reconquista por Jaime I , ya
ljue, en su Crónica, no se refiere en ningún caso al obstáculo qu,e
pudiera haberle opuesto el brazo del río que rodeaba la ciudad por
la calle Baja, la Boate!la (actual plaza del Mercado). las Barcas y la
Rambla de los Predicadores (hoy plaza de Tetu3n), paco más o me·
nos. Sin embargo, se refiere ;11 foso, van, que rodeaba las murallas
sarracenas (3). La necesidad de la construcción de tal foso demuestra de por sí que ya el brazo del río, citado, no era impedimento
que sirviese de defensa de 1:1 ciudad, lo que confirma en ciert a manera el silencio de la citada Cró nica, como hemos dicho.
Bastante antes de la construcción de este foso debía ser ya un
cauce seco, en parte rambla (de los Predicadores), en parte prado
de pastos, como parece indic:l r el nombre de lJoatclla, pues Plinio,
el M ayor (siglo T d. C.), parece ignotllrlo (4), porque sólo nombr::.
,
el Tuda después de Valencia, vinlendo del sur, aunque es to no es
prueba si no negativa, pues e l cauce izquierdo o actual, lal vez fuese
ya, en aquella época, el único importante y digno de menci6n.
(1)
Nicolau Primitiu: «D'Arqueolosia. Excavaclóns de ValenCia, 1932, passim,
(2) Schulten: «Avieno" p!\g. 46.
(3) «Aureum opus. Conquesta de Valencia» ; «...e gltarem furta e serments
(;11 lo vall, qUi era. pie daygua e puys passaren los homens artnats ala btl.-bIl.·
cana ...»
\41 .Plinlus. Lib. m, cap. 3: • ... Valentía Colonia m MIl. pa.s a mari rem(,·
ta: Flumen TLirtu.m. .. »
-
270-
[page-n-271]
liX(;AVACIONES EN El PALACIO DE I..A GEN6RAI..U)A[)
S
El recinto ihérico de l:1 ciudad debió ser pequeño. Tyrill estaría
probablemente siluada alrededor del altozano, Que recuerda, en
cierto modo, el nombre de la calle llamada SubidR del Toledan o.
donde es de suponer que estu\-iese la Acrópolis. La pequeñez de
este recinto parece demostrarla la cita de Salustio. por la Que se viene
en conocimiento que la batalla. en que Pompeyo derrotó :l. Cayo
Ilerenio, se dió entre los muros de Valen tia y el río Turi~ (1).
El canónigo Cortés tuvo idea de [a estrechez de [a primitiva ciudad y en su estudio sobre [a Va/entia romlana dedujo el siguiente
,ímbito (2) : Calles de [os B:lños del Almirante, Ih rón de Petré.i.
plaza de S. Esteban , calle del Almudín, hasta la Casa Consistorial
(hoy dt.'Saparccid:l. Estaba ju nto al Palacio de la Generalidad), (':lIle del Reloj Vicio. Portal del Toledano (tambi én dcsap:1recido).
calles de Zaragoza, Cabillers y Milagro y nuevamenie tos Baños del
Almirante.
Los escritores regnícolas posteriores, Que se ocupan de eli te circuilO, gen~ ralmente copia n a Cortés sin nombra rl o; pero éslo! dio
e l citado recinto sin más fundamento que su apreciación personal.
Nosotros, sin muchas más pruebas que Cortés, creemos que la muralb ibérica, por lo menos hasta Salustio, debió formar, aproxima.
damente, el ámbilO que sigue: Calles de la Correjería, Cabillen,
Avellanas, San Esteban, plaza de San Luis Beltrán, calles del Conde
de Olocau, torciendo hacia la del Salv:ldor para buscar la de Cruil1es y Micer Tarazona y seguir a la de Samaniego, torciendo en
busca de la de las Cocinas y Bany deis Pavesas a la de la Correjería,
cerrando la muralla. El perímetro Que nosot ros indicamos no coincide exac t:lment e con el de Cortés; pero nos fundam entamos e n lo
poco que queda de la topografía antigua y en escasos y dudosos datos de las excavaciones. confesa ndo que no hemos encon trado hasta
:lhora ni un so lo ci:lto que, firme e illcontrovertiblcmente, pueda
:Ipoyar nuestro supuesto. Cortés dejaba la Generalidad fuera de su
imaginario recinto; pero las e..xcavacioncs que nos ocupan incluyen
estos terrenos en la Valencia ibérica, tal vez la misma Tyrit! eJe la
Ora ...
Hasta ahora poco ~e había hal1ado Que pudiese atribuinc a la
(1) Mayáns (O.): En «Teixidor: AntlgUedades de ValenciEu. 1895. Tomo 1,
pág. 3. y el mismo cTeixidon. t. 1, pág. 34..
N. P.: «Exca.vaclóns...•• pág. 103 ~. 6igui!'ntl's.
Schult.en CA.): «Fonr.es...•. IV, pág. 206: «inter laeva moenIum e. dcxlerum
nUlllC'n Turlam, quod Valenti.o.m parvo intervallo praelerfiuit• .
(2)
«Diccionario OeogníJ!co-HIstórico
Madrid, 1836. Tomo ID, pág. 468.
Cortés y López (M.):
tlgua .....
-
271 -
de la Espafia
an o
[page-n-272]
NICOLAS PRIMITIVO Go.M.EZ
época ibérica. l-fübner publicó una lápida, que se halla en el Museo
Arqueológico de Madrid, como procedente de Valencia, lápida ibérica que copian Almarche (1) y Sanchis Sivera (2), pidiendo colegirse que no hay datos Que prueben Que procede de la propia ciudad tyritana, es decir, Valencia.
Durante las excavaciones para el moderDO alcantarillado de ésta,
encontramos algunos fragmentOs de cerámica del tipo helenístico y
pintada con zonal' del ibérico (3) y también parece ser que el doctor P.ericot, por las mismas circunstancias, encontró algún otro
fragmento cerámico semejante; también fueron hall:ldos en dicha
ocasión algunos muros esporádicos Que nos hicieron sospechar ...•
yeso es todo. hasta este momento excava torio.
II
CRONICA DE LAS EXCAVAC IONES
Por todo lo dicho anteriormente puede comprenderse la ..:uriosidad que despertaron las e:tcavaci0!les para la ampliación del Palacio de la tlntigua Generalidad del Reino de Valencia, ya Que se
esperaba QU, fuesen profundas. tanto para las- fundaciones de paree
des y postes como para los s6lanos. Que se suponía se habían de
hacer; cosa esta última en la que hem.os quedado defraudados
Situadas las excavaciones junto al Museo de Prehistoria y su
Servicio de Investigación (S. 1. P.), no habían de pasar desaperci·
bidas para su director. D, Isidro Ballester Tormo, Quien encargó
al jefe de reconstrucciones del Servicio. D. Salvador Espí. la continua vigilancia de las obras e intervenci6n de los hallazgos, y a
nosotros el estudio y publicaci6n de los mismos.
Como en casi todas las excavaciones de la ciudad. después del
desescombro y profundizar algo más de un melro. empezaron a aparecer restos medievales revueltos, muros anteriores a los edificios
ahora derribados, ~ig;Ua!a y barros ibero-romanos, y a loS" 2,50 metras por debajo de l piso actual de la c311e. aproximadamente. en la
(1) Almarche Vázquez (P.l: «La anLigua civilización ibérica en el Reino dI!
Valencia.. 1918, pé.g. 47.
(2)
Sanchls Slvera (J.I: «La Diócesis valentina •. Valencia, 1920. Tomo 1
lámina m.
(3)
N. P.: cExc&vacI6ns... II, págs. 50, 95 Y 123,
-
272-
[page-n-273]
EXCAVACIONES ,EN ,BL PALACIO DE l.A GENERAl.IDAD
5
zanja a, en el punfO l! (lig. 1."), apareció, en fragmentos, uno de los
llamarlos «sombreros de copaD O luí/atllos (1) con pinturas geomé ·
tricas. repres.entadl) en las figuras y recompuestos por Espí, con su
maestría car!lcterístic:1.
",•
,
•
,
"" "'"
\'",~
",yr
Fi&ura 1,L--P"llta
~ I~$
cxe&vuion,.., A, Geno:ntic\Ad ";0:1.;
s,
Pi....
~I
Pocu l.ietn:
C, PI ...& de San B&"oI(o,nf i 0, Calk de los c.t..11er08: E, Cenital de 1. Clold..,cióQ
Creemos que, posIblemente, se trata de b.'leines, ya que L!enen la form:,
se han conservado llasta nuestros dlas, No ob<;t,ante, paro
admitir plenamente esto, U!nemoa la dillcultad de no haber hallad" sPi\ales de
lmpregnaclón de materias fecales. hasta ahora. en ninguno; pero tanmoco esto
p88ll> de ser 1,WQ, pruebn. negal.lva y el no encontrar tales roslros más bien ha de
ser debido ti. 1& constante levigación en un sullsuelo humedo como éste. dW'nntc
tantos siglos,
(1)
l' proporclones que
-
273-
[page-n-274]
NIC6LAS PRL'I\ITIVO CÓ,v..Et
Apareció después un ho/míshos, quicio (flg. 2..) de picdra ca liza , fuera de su sitio, como todos los demás objetos , si exceptuamos,
n'lluralmente, los muros. Por sus proporciones nos pareció que debía haber pertenecido a una puerta de fortaleza, tal vez mur:tll:t.
Por el empotramiento que presenta en la superficie l:tbrada,' que
sería la en co ntacto con 1" supuesta puert:t -todas las dem:ís C:lr:lS
cSI,ín en bruto- y por la irregularidad del agujero, supusimos Que
dehió tener un buje, de hierro o de bronce , y que rué segur:lmenfe
"
"
el quicio de la parte inferior, pues en la superior no tendría est:thilid:ld suficiente; a esta parle de :lrribll, el agujero de quicio est:tría
practicado en el dintel -probablemente de piedra-, manera que
vemos usada todaví:1 en muchos pueblos, aunque el dinte l suele ser
un tronco de madera del bosque próximo. desbasl:ldo con azuela.
La aparición de todos cslos restos y especialmente los de cerámica ibérica pintada, una muel:l solera del tipo ibérico (fig. 3.-).
encontrad:1 e n la zanga (l/v (fig. 1."). a unos Ifes melros de profundidad, y algu nos muros, b, h, b', b", b''', b/ v, f. f' (lig. l .") dieron
medida de la imporlanein que pudiera tener la extensión de las exca·
v:!c ioncs :1 un áre:! superior de In que, por lo visto. se propouían,
e insistimos en ello acerca del director del S. 1. P. y del Colegio de
ArquilC<:IOS, consi.1!uiéndos¡;:, por 1:1 intervención del Sr. Ballcsler
-
274-
[page-n-275]
EXCAV.ACIONES EN EL PALAC IO DE LA G EN ERA l1DAD
7
~--
-- ,
I
I
I
.. :350
f·
f ij!,ur. l ..........\\ uel. sole.. de un molOno IWrico
Tormo, In del Mqn itecto provincial, Sr. Albert, y, sobre lodo, la
buenn voluntnd e inteligente comprensión dcl presiden te de 1:1 Di.
putación Provincial, Sr. Rincón de Arell:mo, que se cxcnvase lo
necesnrio e n el punto E de la fig ura L· , destinado a ' central de 13
c:llefacci6n del edificio.
Poco era en realidad panl un estudio arqueológico eficiente;
pero la oposició n con que el interés excava torio del inveSligarlor
del subsuelo, especialmente en una ciudad, suele encontrarse sicm.
pre con otros intereses de muy diferente índole, no dan pMa más ni
aun p:lr:l lanto, casi nunca; así que procedimos a sacar el mejor
partido posible de la concesión, ayudado por la incansable vigilan.
cia de Espí, al que se debe casi todo el éxito obtenido,
En la zanja a aparecieron los muros by/¡ (li g, L·l V a unos 4:;
centímetros el pozo oval, j , de 1,30 metros de diámetro m..wor , de
igua l forma que otro :.parecido en las excavaciones p:ua el refugio
-
276 -
[page-n-276]
NICOL.AS PRL""ITlVO Co..\l.EZ
del ex jardiniIJo del lado derecho de la Generalidad (1), refugio en
destrucción, actualmente. ESlos pozos son seguramen te de fines de
la Edad Media.
•
Los muros b y Ji, aparecidos en la parte e' de la zanja 0, no se
continuaban por la parle e, hacia la plaza del Poeta Liern, y el en·
cnrgado de las obras, D. José Ríos. a quien hemos de ngradecer su
colaboración. nos dijo que. al relocar la zanja para dejarla a 1:1 medida eonvenient~. desaparecieron, lo que no pudimos comprob:u.
Estos supuestos muros estaban compuestos por cantos informes,
especie de opus 1IlCertl/m, y aparecían como argamasados con arcilla" la mism:! seguramente del subsuelo. En el supuesto muro 11 se
veía. co ntribuyendo a su composición. algún silla rejo de 49x32x30
centímet ros, trabajados por una de las cllTas 49 x 30 y desbastado por
las otras. lo Que daba idea. más bien, de un amontonamiento extra·
ño. TenÍ3 1'73 melros de espesor. El muro b tenb un metro de ano
chura y ti U composición ern la misma, pero sin silla rejos.
En la zanja a' pudimos observar el muro 1,' de la parl e d Que se
co ntinu aba en b". a la parte d', pero no lo vimos continuado en las
zanjas a" ni a· ... Estos muros, de la misma técnica que el b, tenían
aproximadamente 1'50 metros de espesor, igual que otros b"', b1V
de la zanja a' v, de la misma 'técnica co nstructiva .• También apareció
en esta za nja última el 'lálatf,os o «sombrero de copa» indicado m:ís
arriba, y la muela de la figura 3....
En 1:1 z:mja a" ap:lreció el /¡oltllú/,'os dc la figura 2.- y en la a'"
el muro J, J' (fig.
planta y sección). Este muro constaba de dos
partes. La superior, de ladrillo. pertenecía a una de las modernas
co nstrucciones. pero la infer ior. de argamasa de ca l y canto, fortí·
sima y de 1,90 metros de espesor, demostraba haber pertenecido,
Quiz:í, :1 una fortaleza y nnda de extraño tendría que fuese uno de
IOti reci nt os romanos. pues bajaba a más de 4.50 metros.
También en esta zanja apareció un pozo redondo de 66 centímetros de diámetro y formado por cantos rodados en seco, pareciendo
miÍs bien un pozo ciego para desagüe de una casa medieval. Según
D. José Ríos, fué descubierto a un metro de profundidad de la cxca~
vación, tapad o con unn losa y vado.
De los demás restos hallados. difícilm ent e se pueden precisar las
circunstancias de lugar y profundidad donde fueron encontrados y
est3moS segu ros de que, una buena parte. fueron perdidos con los
escombros llevados a lugares que no se pudieron averiguar.
l..,
(1) Prlmlgenius: «ArqueologllL de los refugios de Valencia», Almanaque
fiLas Pl'ovlnclllS» para. 1941 , pág. 487 Y sigUientes.
-
2i6-
de
[page-n-277]
EXCAVACIONES EN EL PALACIO DE LA GENERALIDAD
!J
1II
EXCAVACIONES EN EL LUGAR DE LA CALEFACCJON
Como un in ciso debemos decir para que quede constancia, que.
entre la GencTalid:ld. Que podemos llamar vieja. y las casas que segu ían Iwcia la plaza de San Ba rlolomé - hoy derribadas y dc cuyo
solar estamos ocupándonos-, existb un ca llejón, más o menos de
1,70 metros de a ncho , Que ahora desaparece aquí, enteramente,
co mo ya en tiempos pasados fué perdiéndose, tal vez incluído en
otros edificios. Así parece demost rarlo el antiguo palacio de los
Boils, antiguos señorcs de Maniscs. hoy acu pado . e n parte. por «Lo
Rat ·Penat», pues consta dicho edificio de dos cuerpos de diferent e
épot::l. co mo se ve claramente, sie ndo probable que, al ser ambos de
un mismo dueño, hi cieron desaparecer el ca llejón, ya Que los grandes pati os de luces de los palacios de la época. lo harían menos necesario: I.!I cual callejón saldría a la call e de Samaniego, con tinuado
por ot ro, tapiado hoy, que desde esta call e vcní:l a sali r por el patio
número uno de la plaza de Cisnero8, y de aqu í se contin uaría, probahlemente, por la calle de Náquera, a sali r a la Puerta de los Serra nos.
Por la parte de la ca ll e de los Cab:llleros, se contin unha por el
callejún tapiado entre d magnífico palacio, número nueve de la
calle, y la sombrerería de Abril, torciendo hacia poniente y sa liendo
a la calle de los Juristas, ¿quién sa be si en busca del Bany de is Payesos? (1) .
Continuando co n nuestras excavaciones, diremos que, al aparece r el muro o (fig. 1.& pensamos que bien pudiera ser continuación,
)
(1) De esto queda alguna constancia en el pluno de Valencll' del P. Tosca
pero exJstcn en el lnterior de manzanas de casas. tapiadas a. 1& pmte de la. calle
l' distinguibles o qUé' no son S06prohadas desde el enertor. much06 callejones y
cal tiz06. que Cueron 8lltiguaS calles y «aZ1.I:C8.CS» (calleJont>S sin saJ.lda), que. pOr
el hecho de que. en la. época del P. Tosca, ya hablan desaparecido come vlas publicas no l1guran en su plano,
Bajo el aspecto arquool6gl00-hlsUlrico seria verdaderamente IntefE;5anlc hacer Wl estudio de estas restos de 1& Valenc.ia antigua, y& que, segurarnent.e, como
parandolos con las muchas notas urbanas de) l Lllbre del Repartlmen·.•. llegaria.m06 a tener Wl8. idea. be.stante ¡>.proximada y aun exacta.. en much06 puntos,
d!' la Valenda. mahometana. y awl de 1Il anterior.
Esto se hace t.odavla más necesario y urgente ya que Valencia hac", tiempo
que. conru.da. y alegre. destruye su pasado urbano de una manera exhaustiva.
que asombra So los pOCOiS amantes de las glorIas pamda.s que YaOlO8 quedando.
-
2i7-
[page-n-278]
NlCOLAS PRIMITIVO G()¡\\EZ
10
en cierto modo. del b', b" , lo que no pudimos comprobar por estar
la zanja a' rellena )'a por la nueva fundación. y, por el mismo motivo. no pudo tampoco hacerse comprobaci6n :llguna al aparecer el
muro IJI' , para ver si estaba rclacion:ldo con el b"', bIV .
Un repaso de nuestras notas nos ll evó al convencimiento de que
los muros b', b". b''' , bl V y el b V , cstaban en relación, pues que tCInían composición igual e igual espesor de metro y medio. aproximadamente. y se asentaban a parecid:1 profundidad. No contamos
el b de la zanja a, por ser de un metro solamente de grueso y ade
más por la indicación de D. José Ríos.
Al aparecer los restantes muros 1/1, m', 111",111''', Y 11, 1", 11", ,,"',
de la excavac ión l;.', del sit io de la calefacción, y el b V• que daba la
impresión de esta r interrumpido o Cariado, y no aparecer francamenle señales del b'. b", a pesar de su proximidad, pensamos que
estos muros citados, 11. •• , 111 ... , serían posteriores y que para su construcción hubi eron de ser derribados los b', b", b"'. blV , bY. El b"',
b1V se conservaba hast.a un:! altura de 1,87 metros de su base. micn'tras que el b'v sólo llegaba a la altura de los m", 1/1 ....
El muro o parecía a primera vista posterior a los 71 ... , 111 .... porque su paramento estaba muy hien cuidado y chocaba con lo basto
de los demás; pero un atento examen comparati\'o nos demostró
que el o era una pared sobre sus cimientos o', o", mientras que los
otros eran só lo cimientos en los Que, probnblemenre, htlbrín desap:lrecido toda pared. I.a O estaba rota hac in la parte de la z:lnja a' y
el resto de ella se había salvado milllgrosamente, porque de lo contrario hubiésemos tomado por paredes los cimientos . Estos, como
se ve e n 1:ls fotografías (véase la lámina) y dibujos (fig. 1.&) solían
ser m:í¡¡ anchos que las paredes -obsérvese en o, o' , 0"- 1 que
0
contrasta con las murallas mahometa nas de Valencia, e n lo que
haS!:1 :lhora hemos podido ver (1). que no tenían fundaciones pr(¡piamente, a pesar de ser posteriores en va ri os siglos.
Como la sección del muro o nos da los cimientos o'. o", completos desde su base y el arranque de la pared con parte- de ésta . y
el tal ,lrranque es de suponer que estaría poco más o menos a l nivel
del piso de ' 1:1 calle, al tiempo de su construcción. podemos sentar,
micntraJ otros d atos no lo rectifiquen, q ue dicha (':dle se encontr:ITÍa
aproximadamente ;1 unos 3,15 metros por debajo del piso actual de
la calle de los Caballeros.
(1)
N. P.: «Exea\'lu:16ns.. .. , pág. 82, ftg. 16.
«l.¿ muraJla. valenciana que conquIstAron el Cid y Jaime b Fe·
riarlo. Valencia., 1945.
Prlm.lgenlus:
-
278-
[page-n-279]
[x,cAVACIONES <
EN BL PAI.;ACIO DE LA CENERALlDAD
11
El muro (cimientos) m' se asentaba sobre una capa de gravas oe
unos diez centímetros de espesor y estaba a unos 45 centímetros más
abajo del arranque de la pared 0, entre ésta y su cimiento o', por lo
que la gravera venía a estar a unos 3,60 metros de profundidad. A la
derecha del mLtro o pared o. continuaban las gravas hacia la Generalidad vieja; pero no, en absoluto, hacia la ca ll e de los Caballeros.
Esta~ gravas estaban sobre la arena arcillosa rojo·amarillenta. lan
c:lracterística del Turia, )' demostraban ser la terraza miÍs elevada
del ríO.1 su llegada a Valencia. Encima de estas gravas se cOnlinU:lha
un poco la arena ya mllCfla de aguas tranquil:ls, casi arcilla, no siendo {;kit tare:. determinar su espesor, por la remoción, desde antiguo, del subsue lo, ya que esta remoción llegaba hasl:l estos mismos
muros.
Esta terr;IZ:l o playa fluvial se observa en todas las excavaciones
de la parte baja de la ciudad, cercanas al río actual y su ant iguo brazo desaparecido. Aquí se ve que llegó hasta este punto y no m:ís
hacia el ahozano, situado entre las calles de los Juristas y del !VIiguelctc:No tenemos ningún indicio sobre la estratigrafía del sub·
suelo de este altozano. que hemos supuesto anteriormente sede de
la Acrópolis de la antigua Tyrill. El cauce actual del Tuda suponernos que est:í (!nlre cuatro y cinco metros por debajo de estas gra\·:IS. ¿ Cu:índo cortó el río esta terraza y profundizó su cauce? No
tenemos h;lst:1Iltcs pruebas para contestar; pero daremos algunas
not:l~ interesantes para los investigadores de nuestras antigüedades
subterráneas.
Algunas veces nos nemas ocupado en artículos y conferencias, de
una red de aeueductos que existen en ruinas 11 1:1 izquierda del río
Turia y que suministraban agua para usos donl'ésticos y riego, hast::!
los úl tim os tiempos de la Valencia romana, en el hintcrland ValellUa-Saglmlllm, cuyo es tudio . el de los udes. acueductos. procuramos
terminar para su publicación.
Postas acueductos pasaban a nivel algunos barrancos, como se '
plletie comprob:lr por los restos de cauce que quedan hacia las ori1l:ls de los mismos, pues actualmente los tales acueductos están rotos
por las avenidas y ahondados los cauces de los barr::!ncos.
SI:; observa que las gravas del lecho antiguo estrín más elevadas
que las pólredes Que forman el cauce del acueducto. lo que demuestra. O que éste fué exc:lvado en la gravera, por debajo del nivel de
las barandas del cauce -con lo cual habría el peligro de confinu:!
invasión de las gravas en el canal- o que éste resistió algunas avenidas, por lo que aquellas gravas, que, como decimos. suben más
arriba de las paredes del acueducto, habrían de ser de época romana
-
279-
[page-n-280]
12
NICOLAS PRL'fI.lTlVO GOMEZ
o algo posteriores. Avenidas Que juzgamos subsiguientes al :lhandono de los acueductos. rompieron éstos. Que, al quedar sin repa·
ración, permitieron el ahondamiento del C:IUCC de los barrancos .
como hemos dicho.
Este fenómeno se puede observar al paso de varios ba rra ncos;
pero donde mejor, es en el llamado «del CanQ)), en término de Pa.
terna, e l cual nace hacia Les COtICS males (Cuevas m3las) (1 ), en 1,'
Cañt.da de Peña, Que da nombre :1 la estación de La Cañada, de la
Iíne;1 de eléct ricos a Liria. En este barranco (2). hacia su descm hOC:ld ura, un poco mfls ab¡ljo del azud de 1:1 acequia de Cunfle, es
don de se puede cstudi:lf bien el fenómeno: 1:. g ra~e ril cortada en
un la rgo trecho por e l acueducto y e l paso de éste, roto por el
barranco .
L.a gravera es una terr;I?';! del río y es de suponer que el régimen
torrencial que afecró a los barr:mcos, influyese también en el Turia,
e n la misma época, aunque, con tod3 seguridad , la diferencia de
unos 13 nietros de desnivel. que existe hoy. entre 108 cauces del río
), del acueducto , no rué cortada toda posteriormente a la época romana, ya que el canal, al llegar a este punto, hahría ganado u n nivel
diferencial apreciable; por lo tanto hay que suponer con funda mento Que su cauce fué cavado en la gravera, Quedando ést:l por
encima de las paredes que forman 1:1 canal. Por los mismos motivos
hemos de suponer Que la gravera de la cxc:l\'ación E que nos o cupa
(fig. 1.-), estaría ya cortada por el río a la construción de estos muros, p ues no es dc creer que es tas edificaciones fllesen p racticadas al
n ivel de las aguas .
La ~onstrucción de los azudcs y puentes impidió. sin duda. que
el Turia continuase ahondan d o su cauce, que a esl:lS horas sería segura mente hastante más profundo.
P ara aclarar mcjor lo dicho rnfls :lrrih;l sohre la co rl:ul uf:l dI.! la
gwvcra por el río, hemos de ma nifcst¡lr que, en [as exc;lvacioncs de
la IlLcrópolis aparecid:l en un solar, esqu ina a I:ls calles de la Mue la,
en trance de desaparecer, y de I::¡s Ca labazas, apareció, dentro ya
de las gravas, Que no nos parecieron removidas por construcciones
posteriores, y a unos 4,80 metros de p rofundidad del piso de la ca~
(1) Es curioso el caso de estas cueva:¡, que son artIficIales y oroducldas por
t."!nsa.nchamlento de los J>OZCl'> de res.piraclón y cauce del cua.rto n.cuCducto en
ruinas. ascendiendo desde el Tio. La tradición dice que fueron m..orlguera de
malhechores y a esto deben su nombro, segura.metlto. Estén e. C(l6B. de un kilómetro de la estación de La Gailada. en d1reoc16n a LiMa.
(2) se llama «del CanOI porque pasa por encuna del de 111 I1cequll1 de Mon
-
280-
[page-n-281]
EYoCAVACIONES EN EL PAt.ACIO DE LA GBNE.RALlOAD
13
lIe, un, (ragmenlo de lápida romana con cuatro letras mutiladas de
las que sólo se adivinan una 1 y una A, La situació n de esta necró·
polis era la de 1:1 o rilla derecha del brazo derecho del río -ya des.
aparecido-, mientras Que las cxcav:lciones que nos ocupan eSI:ín a
la orilla derecha del brazo izquierdo o aClUa l. A pesar de lo dicho,
el hallazgo de la lal I:ípida dentro de la gravera lo (enemos por no
probatorio, ya que, en la misma necrópolis y a la misma profundi.
dad de excavación 'f :l pocos metros de distanci3 hacia el Oeste,
aparecieron varios fra gmentos de un:! especie de c:lOt3rito o anforita
de un hermoso vidri:¡do verde.mar que grit:lba, con toda razón, por
10 sarr:lccno; y tambi{on parecía no haber habido remoción posterior,
Por lo tanto, la existencia de objetos, :¡rqucológicos o no, den(ro de las graveras, no indic:m ,contempor:meidad por este solo hecho, y hay que lener ¡;('r:1O precaución en las excavaciones especialmente de ciudad y su estratigrafía y no dejarse llevar por las primeras impresion es,
Siguie~do COIl nuestras excav:¡ciones, diremos que apareció un
cilsebre tlI, m', m", ","', con tres puenas, al parecer, p, p', p", I.xl
p" daba acceso ¡¡ otro dep:l rt:lfficnlo que termin:ib:! en una curva
un poco extraña co n otro paso I,', siendo Il un pozo redondo pcrtcneciente, como i, al mismo edificio medicv:d qUl! éste, quizá, :m lerior a los últimamente derribados, y a alguno de éstos perteneció 1,
t:!mhién pozo, pero mucho más moderno,
A la parte de la Ceneralidad vieja, a la derecha del muro o, apareció otrot casucha /J, ti', /1", 11"', de construcción igual a la anterior
y con sólo un paso, más que puerta, ti', Entre este casilicio y el k,
k', habí:! una rotura del muro o que bajaba hasta quitar casi toda la
fundación, pero nadll probaba que fuese practic3da para comunicar
ambos casebres, aunque n08 lo pareció y así lo creemos,
En este caso probaría Que el muro o era anterior a los casilicios,
come. también parece probarlo el aditamiento o'" al muro o, el cua l
tenía el aspecto de ser el arr:mque de una pared de 22 centímetros
de gruesa, la cua l no coincidíd con el cimiento f/", es decir, que no
era la pared Que le tenía por fundaci6n. Por estas razones supo nemos encontrarnos aquí ante tres épocas: 1.&: La de los muros b', b", b"', b1v, pi'; 2.-: La del muro o, o', o", o''', y 3.-: La
de los easilicios 111 .. , y fl .. ,
Todos estos muros volvieron a ser inhumados de nuevo -no decimos que piadosamente-- para que rCllllud;/scn su interrumpido
sueño secular junto COIl los otros que no lograron ver la luz del so l
en nuestros días y no pudieron contarnos lo que sus compañeros, no
-
281-
[page-n-282]
NrcolAS
f'RL\tITl VO GOi."- EZ
sabemos si decir que más afortunados, no supieron :rcaharnos de
rderir.
IV
LOS OBJETOS HALLADOS
!'IEOlt .... - Encontramos el /¡olmi.~kos o quicio de la figura 2. -,
que por su tamaño pnrecía decir que pertenecía a una gran puerta
de palacio o muralla. No estaba ¡" situ y no podemos determinar su
época, )'a que el tipo ha Ileg:ldo hasta nuestros días e n algu n os puehlos. No obstante, pudier:r ser romano O tal vez ibérico. Ba llestcr
Tormo nos dice que no los encontró en las excavaciones del poblado ihérico de la Bastida de les Alcuces (Mogcnte).
La mue la de la figura 3.- es sole ra)' está mejor :rcnbadll Que de
ordinariO. las hallamos en bs estaciones de altura. Posiblemente
iría empotrada en una plataforma de madera, como posteriormente
vemos todavía en los molinos harineros de piedras. y la muela misma formaba la grapaldina, que sostenía el eje que conducía la muela
superior. el cual iría, por la parte de arriba. contenido cn un cojinele o dos. Este eje seria movido por una palanca perpendicular
al mismo.
Un codo de piedra caliza representado por la fi gura 4 ·, pareC1;
haber ¡ervido de empalm e a dos Ilrbcría s en ángulo; y un bolaño o
hala de piedr:r, de 16 centímetros de diámetro. E s de caliza arcnisc:.
y bastante regular. De (.stos, fucron encontrados en gran número en
las exc:rvaciones para c l alcantarill:!do de I:r calle del Poeta Qu int:rna, y quizá sobrantes del sitio puesto a V:rlencia por Jaime 1 y sus
huestes (1).
MET"'L. - Tres fragmentos de clavos de hierro. uno de la parte
de t:r cabeza)' los otros dos, puntas, tan oxid:rdos que apen:rs se
pucdcn adivinar las form:ls por sus fracturas, que son recie ntes, lo
que demues t ra, como en muchos o tros objetos, que el resto se fué
con los escombros. Otros tres fragmentos de hierro, tan ox idados
como tos
di:ímelro de la c:lbeza 15 y cuatro de lado. Es clladr:ldo.
Tres fragmentos de una pieza incompleta, al parecer de bronce
c inidedtificable; y dos fragmentos informes, de plomo.
CUERNO.- AI p:lrccer. uno de becerro y otro de cérvido.
HUESO.-Un fragmento de mandíbul:r de cabr:r y otro dI! una
de un cánido. Otros fragmentos. inclasific:lhles, al parecer.
(1 ) Nlcolau Prlmltiu: .. Una treballa arqueol6glca interessant. a Valenciu
_Las Pro\·incWs» . Valencia, 1927. 20 de Octubre.
-
282-
[page-n-283]
EXCAVACIONES EN EL PAlJACIO DE LA GENBRALlO AD
Ir¡
Una aguja con cabezíI, rota por el agujero de enhebrar, larga
hasta la rotura. 63 milímetros; diámetro máximo. 6; a la part!! del
agujero, 2, )' el diámetro de éste, medio milímetro (?).
MOLUScos.- Un pertullC/llus violasc(:I!s sin perforar; un frag-
o
'"
'"
HlIur l L·
C(>Iio de piedra ¡:ar. em palme de rul'o er"
par. rondutciór. 11<, lIq uido.
mento perforado por el :¡pice, )' una ostrca }labellllla , GoldL qUn
Duede haber servido de escudilla.
VIOKIO.- Varios fragmenlos inclasificables con exfoliación muy
:Ivanzad:]; entre ellos la base de 97 milímetros de diámetro, de un
,
vaso.
CERÁMICA.- Es. como en la casi totalidad de las excavaciones . a partir de su aparición, la más superabundante en restos. y
hemos de advertir que los cuerpos de revolución m::Ís antiguos que
- 283-
[page-n-284]
16
NICOLAS PRL..... ITtVO GOiMEZ
se han hallado aq uí están todos hechos a torno. si excep tuamos los
furm:ldos con molde, como la s(~illata O barro saguntin o; y para
e ncon tra rl os hechos a mano, aunque a primera vista parezcan hechos a torno, hemos ~ c descender a los fabricados en la Edad Media, que se han encoOlrado en cSla excavación, algunos de los cuales presentan 'señales inequívocas y cu ri osas de manu fa ctura , como
ve remos .
CERÁM ICA IfiÉRI CA PINTADA. - I. as figums
Figuro li." _ Kilalh(>5 o .ombrcro de
-
2M-
S,·
~cr'
a 17," representan
[page-n-285]
EXCAVACIONES EN EL PALACIO DE LA G~Nf.RAU[)At'I
11
esta clase de cerámica, adornada con pinturas geométricas diverQue, desgraciadamente, no se
sas. si excepluamos la figura
pudo completar, a pesar de la vigilancia. agudeza y habilidad de
8..,
-
J
Figura i.&-K.""lIos o
Alur.
S.·~BlSe
son>br~ro
de cop.
de k4/.a'hos o sombrtro de cop,
.,.
ñ~ .. 9.~.rietll
::.~
.
piRltdo con "rnnque de u.
Espi; no pudiendo reconstruirse m:1S que In base, y parece representar un animal fahuloso, lal vez, sin Que podamos delcrminar
cuál pueda ser éstc; y Quiz,í la ligura 9,". Todas las otras {·omposi .
-285-
[page-n-286]
18
NICOu.s PRL'I\lTIVO CO'.... E2:
ciones son hechas a hase de círculos concéntricos (hemicírcu los }'
cuadr;lllles) y zonas , con algunos otros elementos,
L:I figud JO,- tiene ¡Idemás en su borde un dentado Que semej:J
páj:lrof¡ estilizados en un úl timo lérmino, como las figuras 11.- y 12 "
especie :lViforme que l:lmbién apa rece en el «so mbrero de COpll>l,
bacín o kálatho$, de la 5, -, debajo de los hemicirconcéntricos. en
un entrepaño formado por zonas horizontales}' verticalt:s; y t:n el
horde del mismo ap.1recc igualmente esta espe'cie de comas avifo rmes, Estas las h:III:lmos, :ldem:Ís, en los bordes de las 6," - rHulqlh!
son y:l, m!is bien, dientes de escu:tlo- y 7, ",
Espir:dcs aparecen en la S,", en el interior de los hemicircon,
céntricos, y en la 6,", dehajo de aI ras mismos, Tres series de sie!~
-
286-
[page-n-287]
tXC.WACIÓNES f.N E.L PAUCIO DE: LA GENf,RAL1[)AQ
19
puntos, mediados por otro grueso, aparecen en la figura 7," en e!
ent rcpaño}' deb:ljo también de un hemicirconcéntrico.
I.as figuras 13.", 14." 15.". 16." y 17." presenl:1n como bambalina~
sfthlcndidas:1 zon:IS. Las 13.", 15.", 16." y 17." repre¡;cnt:1n cu:úlrantell
Ftgun
Figuro
13 ."'-Fr'lIm~n!O d~
1'¡.~ri~ .. l
"'¡/¡;UhQI o lombrero dr COpl
pln 'ldo
Pigur. ((l.I _ !f>aric!.1 pinr.do
-y menos que cU:ldrantes- circo ncéntricos. formando una especie
de endenwdo. I.a bamb:llino de la figura 14." está formada po r hcm, ·
ci rcollcénlricos secantes. Sobre el barde de la 11 ." aparece lln entre·
lazado caleniforme; en la 13.". debajo de zonas, subtendidl1s. signo,;
verticales cortiniformes y la figura 9." parece represent;:lr una especie de ar:lña, pulpo o e5trella.
Los delllento¡; dc las composiciones nos son conocidos, pero no
pasa lo mismo con tod3S las combinaciones de la orname ntación,
que l)Odclllo~ examinar complct:lnlCmC, como las de las figuras S.",
-
287 -
[page-n-288]
20
NICOLAS pFB,\\lT1VO G(),'.I.EZ
6,- y 7,-, siendo de lamentar e l que no haya podido ser completad:J
la 8,· , pues tal vez nos hubiese revelado alguna sorpresa.
CERÁMICA 1B~:RICA SIN PINTAR,- Se ha p odido reconstruir un ká.
¡at/lOs o usombrero de copa» de 18 cent ímetros de diámetro de boca
y 17 de alto. Además. muchos fragmentos irreconstruibles de vasos
delicados y, más abundantemente, bastos y sin importancia, no discernibles entre lo Ibérico, lo roman o ni aun lo medieval, muchos
de ellos.
Esta cerámica, como la anterior. pintada. es de tc:(tura roja que
a veces llega al rosa casi hl:mco, de cocción e levad:! Que da un Ilon ido argentino. al repique. Es, como decimos, la más abund:mte. Tenemos aquí un fragmento gris casi negro, inconlcstablemcntc ibérico por su borde hipoide (1); coloración producida por haberse
cocido en' una atmósfera humosa excesivamente reductora. Creemos Que. al contrario de otros vasos de te.xtura gris uniforme. Que
representa n un tipo intencionado, este gris. Que aparece de vez en
cuando en los vasos ihéricos. es debido más bien a un descuido Que
no a un subtipo propuesto .
Ha 3parecido tamhién Imen número de asas, que poder;nos atribuir a lo ibérico y Que perduran en lo romano, m.ono y bifilares.
cordiformes y de otros tipos variados y menos característicos, algunos de ellos persistentes en nueSfrOS días.
Debemos manifest:1f Que creemos Que la cerámica ibérica del
tipo de pinturas, se cocía genera lmente a una más elevada temperatura y en atmósfera más ox id ante que la romana, especialmente la
llamada opus doNare.
CERÁMICA DEL TIPO HKLENfSTlCO.- Tan abundante como la sigilIata. Ninguna pieza ha podido ser reconstruída. Textura roja Que
llega casi al blanco. Gra no muy fino. La hay, en su mayoría, del
bello barniz negro 'de irreprochable pulimento, del mejor estilo;
pero también negro mate, de la misma textura, y negro mate de un
bello gris ceniza.
En un fragmento de base, al exterior, se ven grabadas. después
de la cocción, tres puntas Que tal vez pertenecieran a una estrella.
Su barniz es mate y su textura gris. En otro fr:lgme nto de base, de
un finísimo pulimento negro hrillante, y también al exterior, fe
pueden observar tres signos grabados con estilete finamente, des-
(1) Llamnm08 así al borde del vaso cuya sección recuerda más o menos ItI
cabeZa. de tul cabeJJo.
Gómez Serrano; cEl Mosaico... », págs. 87. lig. xxvn, nUms. R 81 A Y R 81 8.
-
288-
[page-n-289]
EXCAVACIONfS EN EJ. PALACIO DE LA CSNERALlDAD
21
pués de la cochur:'! (figs. 18." y 19.·, A), que son posiblemente ibérico •.
Fi¡:\lr. 111."
fr,.men!o de hse de un
"'S(I del
Ilpo helenislieo, cOn ;n ~crl f"l'l(in jll';rl~.
B
e
fl¡ur.
L~.L.
C r;>/V )
M
@PGANn)
Inf<:ripcionei' A; Inscripción do! \Jo ligur. 18._8 ,.
rondo lmerlor de vasca do ,lgil~'1I.
e:
Sel10R de .Ulre,o en el
En cuanto a los adornos antes de 13 cocción son escasos. Ninguna palmeta . Un;¡ base en cuyo interior hay cuatro círculos de pequeñas vírgulas y al centro una espiral que parece círculo, porquc
está vista por el cje. Otr:'! base tiene por el interior, barnizado, una
cspiral de Arquímedes. acanalada. y por el exterior. si n barniz, otra
filiforme; y otra base que, por el exterior, present:1 unos signos incompletos ilegibles, por estar fragmentada po r ellos.
CERÁMICA SAGUNTINA O SIGILLATA.-Textur:'! de grano fino y colorarión que va desde el rojo intenso al rOS3 casi blanco. Barniz:
A) Rojo brillante de buen estilo, por ambas superficies; 8) Rojo
menos brillante s6lo por la cara exterior; e) Textura roja constante, sin barniz .
-289-
[page-n-290]
22
NI COJ.AS f>RI.\\1TJ"O GO'.... EZ
El tipo A) es siempre moldeado, casi siempre sin relieves -hablamos de estas excavaciones- o con una franja de pajos "crticaloi.
des, cerca de la boca. Dos fragmentos parietales presentan serics de
puntos verticales separando cuatro o\'oides de igual direcci6n, muy
alargados y formados por cordones, y presentan irisaciones plumbaginosas. Otro fragmento de base hemisférica, al parecer, presenta
en el arranque de dicha base, al exterior, cinco círculos de vírgulas
1:0 liD fondo sombreado. Tres pequeños fragmentos presentan relieves Oor:Jles y otros tres pertenecen a una composición en relieve
que resulta muy incompleta; pero se deja :ldivinar que represen taría un camello montado por un guerrero. Aunque estos trozos se
nos presentan mate~ es probable Que sea por haber perdido su pulimento. en el medio en que yacían.
Lo más notable hallado de este tipo lo forman dos hascs de v::tsos con sellos de tllfarero por su interior (figura ]9. B, C). En la n
hemos leído tres letras ibéricas (?) yen [a C leímos OPG.4NTA. El
arqueólogo y naturalista Sr. Vidal López creyó lee r OFCAN],f, lo
que es posible. Nosotros t:xponemos que la P podría leersc F - pero
continuamos viendo un3 P- , la G puede leerse C y la final, más
que 1, entendemos que puede leerse A o R.
De l tipo R) sólo tenemos una base con pulimento mnte, sin el
brillo de [os anteriores)' un rojo del pulimcnto más claro y sólo por
el exterior. L::t verdadera base la constituycn tres pies, formndos por
el iminacióll de trozos del aro Que formaba la base primitiv:l. antes
de la cocción. Por junto de los muñones. que quedaron para pies,
aparecían unos señales que aparentaban grietas producid:ls por el
fuego; se ve, no obstante, examinando detenidamente Que las tales
grietas son cortes de la cuchilla al hacer la eliminación, como hizo
observar el joven arqueólogo don Vicente Pascual.
E l tipo r.) present:l v:lrios aspectos que podemos llamar, provi~ionalmente, subtipos. l.'t Cerámica de textura roja con grano fino,
pu limentada brillante, plumbaginosa. con '3dornos florales en fondo natur:tI. Varios fragmentos de diferentes vasos. irrecomponibles.
2. 0 Cerámica de textur;l roja con grano rlno pulimentada matc, probablemente al natural. Un fragmcnto presenta al interior incisiones
flameadas en series co nlinutlS de cuatro Icnguas filiformes, esca lonadas, y otro fragmento, de \' :ISO distinto, con bastones por el exterior, hechos en la masa tierna y que abollan un poco por el inte.
rior. 3. 0 Cerámica de textura roja COII grano fino, sin pul imento y
sin adornos. Varios fragmentos; y 4. 0 Cerámica de textura roja y
gr:tnO menos fino aunque uniforme. que presenta la particu laridad
de tener ennegrecido exprofcsame nte el borde y a veces parte del
-
290-
[page-n-291]
EXCAVACIONES EN EL PAr..ACIO ,[),E LA G6NE,RALlOAO
28
exterior. Es muy corriente y no sucle fallar nunca en las estaciones
ibero-romanas. Una de sus variedades. muy abundante, casi siempre, que se distingue porq ue la sección del borde semej:l un dedo
con su uña, por 10 que la denominamos onixoide (1), está repn;
sentada aquí por varios fragmentos. Toman la forma de caz uelas.
ordinaria mente, y en la base suelen ll evar círculos incisos hechos a
torno antes de su cocción
CERÁMICA DE TEXTURA GRIS.-Textura y exterior grises. grano fino
y pulimento natura l por el exterior y sin é l por el interi or. Tenemos varios fragmentos de un gri s más o menos claro hasta casi
azu lado como el pequeño chal/S o jarri ta de la fig ura 20.·, único que
ap:lreci6 casi entero .
CERÁMICA DE TEXTURA NWR.\.-Se presentan dos tipos diferentes! 1.0 Textura fina y pulimento matc, representad:. por varios
fragmentos, al p:1Tcccr de un mismo vaso. Recuerda e l Imcchero
11cro e tru sco, aunque dudamos que lo sea. Este tipo no es hallado frccuentemente. 2. Cerámic:r de textura negra algo b:lsta.
sin ningún pulimento, utilizada, al parecer, para cocinar. Bastantes
fragmentos. Es muy frecuente.
Q
(1) Oómez Serrano (N. P,l: «El mOl>llloo de la «villall hispano-romana del
«Pounlp. de Mancada.. en el Museo ProvinCial de Valenc\.a.I). AI'Ch!vo de Arte
Va.lenciano. Valenc!a., 1923. pág. 87. fig. XXVII. núms. R82 y as3 y pág. 88.
-
291-
[page-n-292]
ÑICOLAS PRI.\l..ITIVO Co.\\Et
ALMOFARICES.-Cu:ltro fragmentos de cedmica vulgar pertenecientes ti cuatro vasos ~dist intos que, por la parte interi or, tienen incrustadas piedrecilas y que se supone servirían para moler
colores, salsas, alioli, etc. Ballester Tormo tiene en publicación un
eSlud io todo Jo completo posible sobre esta clase de objetos.
CERÁM ICA A ~l"NO.-Aparte de la típicamente mediev:lI, que
hemos apuntado antes, han aparecido unos fragmentos -ind:lf:lbIes, d~ momento, por nosotros- de una especie de cazueb oe
boca oval, cocida a buen fuego, que no creemos pueda ser :mteri or
a lo ibérico, y cuya orilla , un poco inclinada al exterior, es de nueve centímetros, y además un fr:lgmento de di sco con un asa roltl,
posib lemente tapadera.
LUCERNAS.-Han aparecido fragmentos pertenecientes a ocho
o diez lucernas de tierra cocida sin barnizar y otr:l, casi completa,
del tipo delfinifo rme, rota el asa y el extremo del pico. que tiene el
cuerpo redondo. barnizado rojo de buen estilo, lleno de circulas de
puntos, en relieve, teniendo en la base una H rodeada de CU:ltro
hoyitos. Al lado derecho tiene un pequeño mamelón, para apoyar
la yema del dedo gordo de la mano izquierda. Tipo sud itálico (1"
:11 parecer.
PONuus.-Han aparecido dos fragmentos, uno de ellos, por su
forma y cocción, parece ibérico; el otro. por los mismos motivos,
p:lrece romano; aunque esta distinci6n no pued e ser absoluta y me·
nos tratándose de fragmentos.
Opus DOLIARE.-Un fragmento de orilla de un gran do/iu'/ll,
No menos de 28 puntas de base de ánforas fusiformes y gran canti.
dad de asas, bordes, y, especialmente. parietal es en fragmentos. De
una ha podido reconstruirse la mitad inferior. Parece tratarse del
alllpliora vil/aria corriente.
Un fragmento de tegllla y varios de imbrc-r y una a modo de
imittición de trompa de elefan te, de color rOS:l muy claro, de sección
cuadrática, redondeada por la parte inferior y menos por la superior, por donde tiene un pequeño cana lillo con sección de cuña ,
:1biclto después de la cocci6n. como así dos rayas incisas paraleloi.
des a la canal, que las divide. Longitud, 62 milímetros. Suponemos
Que pueda tratarse del rost'IIIII de una pequeña fuente.
Un fragmento de ladrillo de secci6n 11S )( 75 milímetros, que su·
ponemos tendría unos 220 de largo, más o menos.
TEJOs.-Han sido encontrados dos, uno bastante irregular. de
(l) Daremberg (Ch.) el BagUo (E.): cDlctlonnalre des antlqulté$ grecqut.S
e romaines». Paris, 1918. Tomo m, Pég. 1.323.
-
292-
[page-n-293]
ElOCAVACIONfS EN EL PALACIO 01: LA GENERALIDAD
25
diámetros 50 a 60 milímetros. practicado en un fragmento cerámico
posiblemente ibérico, y otro. más regular, de diámetros 44 a 48, gris
dc textura, con el exterior ennegrecido. prob.1blcmcnte por el uso.
ya que se trata, sin duda, de un fragmento de perol medieval. como
otros que se han encontrado rcconstruibles, aquí. Ambos son discos logrados reloc:lOdo tiestos cualesquiera. a fuerza de pequeños
golpes. para redondearlos. dejándolos en bruto y sin freg:lr.
Rara es la excavación, especialmente en las alturas, en que no se
encuentren en abundancia, a veces a centenares (l) y de todas épocag Serra y Vilaró (2) dice haberlos encontrado de cedmica a
mano con impresiones digitales. además de ibérica con pinturas;
Tbarra Folgado (3) representa alguna variedad de ibéricos pintado ~
y diversos; Taracena (4) encontró en Izana (Soria) 233 fichas O te·
jos de éstos en los que habían grabados signos alfabetiformes,' escaleriformes, zoomorfos y otros; Siret los enconlr6 de cerámica sigi!lata (5) y González Si mancas. en Sagunto. barnizados de verde (6 1•
Se encuentran con agujéro central y sin él. Taracena dice que e~
taba n perforados aproximadamente [a mitad -algu nos de ellos
presentan dos agujeros y otros están excéntricos (7)- y Serra y
Vilar6 (8). entre sus 782, sólo hall6 uno agujereado y varios. cuyo
m"lmero no .determina, comenzados a perforar.
También los hay de piedra. Los hermanos Sirel los hallaron de
pizarra agujereados y los suponían pesas para redes (9). A los cc-
(1)
Serra y Vllaro (J.\: «Poblado ibérico de San Miguel de SOrba •. JunIo
~uperlor dI" Excavaciones y Antigüedades. Memoria 44 . Madrid. 1922. pflg. 33 .
Dice que encontró '/82.
Taracenn (BIlIS): cGula del Museo nunmntino •. Madrid, 1923, págs. 20 y 33.
Dice que se llevaban recogidas m6.s de mil, en Numaocla.
(2) Loe. cit..
(3) !barra l"olgado (P.l: «Elche, Materiales pura su h1storll\JI. Cuenca 1926
págs. 80 ~' 81.
(4) 'faracena. AguJrre (B.): «Excavaciones 1>0 IIIS provincias de Sorla y Lv·
grofto •. Junta Superior... Memoria 86. Madrid. 1927. págs. 12. 13 Y H.
(5) Slte~ CE. 'i L.l : «Las primeras Edades del Metal en el SE- de Esl>afia~
Barcelona., 1890, pag. 154(6) OonzAl~ Simanca.s (M.) : ú:xcavaclones de 6ngun1.OlI. JU!lta Supcrlol.
Memoria 4¡J. Madrid. 1923, págs. 32 Y 52(1) Taracena: «Excavaciones. Loe. Clt(8)
Loe. cit-
(9)
Loe. cit.. pago 150.
-
203-
[page-n-294]
NICOLAS PRIMITIVO
26
Co.~EZ
rámicos se les ha iltribuído el papel de pesos, monedas, tapaderas
y aun olros.
Hay también discos o tejos que csl:ín fabriclIdos cxprofesamentc,
teniendo impresos <1 molde (J) bostos de personajes y figu ra s animales. De estos últimos presentó uno, de 73 milímetros de diámeIro y 13 de espesor. a la sesión del 13 de Enero de 1936 de 1" Sección de Antropología y Prehistoria del Centro de Cultur:1 Valenciana, don Francisco Martínez y Maníncz, quien lo guardOl e n su
colección (2). E l tal disco o fic ha representaba en relieve. por una
de sus caras, un toro con [as patas dobladas en actitud de descanso
y rodeado de piñas. y por la otra , también en relieve. una ca bra en
pos ición semejante y rodeada de hojas y frutos. Fué hallado e n la
finca denominada de Casa Doñana. de Caudete de las Fuentes. propiedad de dicho erudi to señor. Pero Jo notable, por lo cas ual, es
que, pocos días después, e l 29 del mismo mes y año. apareció un
artículo de González Simaneas. excavador del castillo de Sagunto,
en el diario local G:Las Provincias». publicando un disco, al parecer
igua l, hallado en dicho castillo.
Después de lo que antecede, s610 nos resta exponer unos hechos.
En nuestra infancia ~hace m:ís de medio siglo- hemos jugado con
tejos cerámicos redondeados cuidadosamente con lIna piedra. Los
juegos eran «el Canut, el Hog/c, el Sambori, ti Malnes» y ot ros (3).
y recordamos cómo, cuando conseguíamos una arandela de metal,
mirábamos por su agujero el objetivo, a donde queríamos pegar,
creídos que así acertaríamos en el blanco.
y si no todos. parte por 10 menos de estos tejos. tendrían este
uso.
OTRAS CERÁM I CAS.~No ha aparecido nada que podamos a trio
buir a l período visigótico. Al mahometano pértenecen va ri os fragme ntos de una especie de anforira con fonclo perforado de colado r, adornado exteriormen te por figuras geométricas a la cuerda
seca , con barnizados verdes de puntos y líneas, contenidos por otr3s
a l manganeso. Abundan los fragmcnlOs de cJlcharros de este mismo
período con adornos de figuras negras, también geométricas. a
pincel.
$erra y vua.ró: Loe. cit. LáminA. XVI.
,Comisión Ejecutiva. Excavaciones de Numanc1a.t. Madrid. MCMXll. pág. 36.
(1)
,Centro de Cultura Valencla.na. Anales». Valencia., 1942. págs. 32 y 33.
(3) No es de este lugar la. descrlpció.l de estos Juegos, que todavia se usan.
aunque los tejos vemos que han sido sustltukl06 por monedas. arandelas y otros
hierros redondos o cuadrad06. No sabemos si en 106 pueblos se usarán &.Un des
12)
teUes» (teJ06).
-
294-
[page-n-295]
EXCAVACIONES IlN El. PALACIO DE LA GWF..RAL1DAD
2i
Han aparecido varios peroles curiosos. porque a primera vista
parecen hechos a torno; pero examinando el interior se ve todavía
1" desiguald:ld y la señal de los dedos en posición vertical. uno y
airo dato prob:mdo Que no fueron hechos a torno. Examinando el
exterior, se observa Que han usado una especie de éuchill o o listón
p:lr:l alisarlo, estando lleno de líneas incisas en todas direcciones .
No obstante cllo, observando algunas líneas incisas Que parecen hechas a torno, especialmente a la parte del cuello, puede suponerse
que haya habido ejecución mixta: a torno y a mano; pero son, indudablemente, manufaetos.
MONEDA~.-S6Io ha aparecido un pequeño bronce Que, clasi.
ficado por el Excmo . Sr. Marqués de Algorfa. resultó con la si.
guiente lectu ra : «lmperator Caesar Trajatl/Is A l/gustlls». Caheza
co n corona de laurel, a la derecha. Sel1atlls COllslIltus entre el 98
y
117.
v
CONCLUSIONES
Poco más puede decirse de las exravaeiones y de sus resultados.
que no sea puramente subjetivo. Los objetos hallados, salvo unos
pocos, indicados ya, no pudieron determinarse en lugar ni profundidad. Su clasificación es exclusivamente tipológica y, estratigráficamente sólo puede decirse que a la derecha del muro no fueron ha.
liados tiestos del tipo helenístico de buen estilo y que la sigillala
desapareció algo antes de llegar al fondo de la excavaci6 n.
Esto no obstante. nu es absoluto ni por lo tanto probatorio, por
la parcialidad de la excavación y por lo poco científica que pudo ser;
sin embargo. por lo que se deduce de lo que- rigurosamente rué hallado in SU/l. que son los muros, p:lrece que nos encont remos ante
tres momentos de la vida de la ciudad: El representado por el
muro b', bU, b"'. btV , b V ; el del o, o' o", o"'. y los casi licios m ... ,
11 ... Estas tres manifestacionc!s murales sólo p udimos verlas reuni.
das, y por lo tanto comprobadas, en la excavación E, co mprendida
entre las zanjas a', a", a/ v, y ia Generalidad vieja; los puntos b, b',
bU, b"', b1V • ni J,1' , no pudieron ser comparados con los de la dicha
excavación E, por estar ya las zanjas rellenas por los nuevos cimien·
tos, como anteriormente dijimos; hubimos de comparar con las no·
las tomadas, que creemos bastante exactas.
Si dejamos correr un poco la fantasía y comparamos con la arqueología y los hechos históricos valencianos, podemos suponer que
el muro b'. bU ... , era la muralla de la ciudad en época ibérica. Este
-
295-
[page-n-296]
28
NIGOLAS PRUIIITIVO C;o.',u?Z
muro, de alrededor de 1.50 metros, es bien poco muro para lo que
estamos acostumbrados a ver en [as estaciones ibéricas de altora. si
hien no es de mucho menos espesor que los conocidos de las m.urallas mahometanas y de la que llegó al siglo XIX; si bien éstos eran
de cal y canto; pero también de tapi:d, como se puede comprobar,
todavía, junto a las torres de Cuarteo
Esta debilidad del muro b', b" ...• está en consonancia con lo
poco guerrera que debi6 ser T')'ri1l, ya . Que ningún historiador de la
contienda púnico· romana ni romana la cita en actos heroicos a lo
saguntino ni aun de menOr cuantía, y sólo aparece ya como Vafentia.
como una ciudad exhuberante, que contempla ncutral, o poco menos, las luchas intestinas entre romanos; cspecie de Jauja, como fué
hasta hace poco, acechaóa siempre pOr el interior montaraz y m iserable, mereció una cornucopia como escudo, signo de abundancia
y ausencia de belicosidad y sobr:l de mansuetud.
Este muro, pues. entenóemos que fué algo así como un quitamiedos, una defens<1 civil para resgu<1rdarse de sorpresas y bandidaje. ya que su verdadera acrópolis debía ser Sag,,"tllm.
El muro 0, o' ... , sería interior al b', b""" y más bien posterior
a él. y formaría tal vez la cerca de un barrio de extranjeros. tal como
en la Edad Media ocurrió con la Judería y la Morería. A la conQuista de la ciudad por los romanos o más bien a su entrcga a ellos.
;Icabadas sus luchas en nuestra región}' considerándose inútiles, fueron derribados dichos muros y dados a los indígenas que quisieron
establecerse en los suburbios. los cua les construyeron sus casebres
por dentro y por fuera del recinto, tal como, a la construcción de la
muralla del siglo XlV, hicieron con la mahometana los Jurados de
la Va lencia de entonces; muralla que tod:lvía vemos sirviendo de
pared mediera. metida en las manzanas de casas desde la calle de los
ROleros hasta la de los Caballeros. po r lo menos, y que tanla maña
se dan los propietarios en hacer desap:lrecer, con la complicidad de
sus arquitectos y la indiferencia de la vindicta pública, que ve demoler impunemente la arqueología de su cultura, base de su razón de
persistir.
Mientras los indígenas tyrita1li construirían sus casebres, aprove·
chándose de los muros r de sus materiales, los cives Tomalli, despreciando la ciudad, construirían magníficas Villa e rusticae, algunas de
cuyas ruinas podemos contemplar 3Quí y allá por nuestras huertas
y secanos: La Vallesa de Mandar, L3 Masía de Vélcz, Rarra;J(lllet
de SafL (Paterna), El POl/acho, y El BoTtleJlel (Moneada); La Marta y MaQuiv3s (Museros); El Camp del Tresor, El Palau y El Villaret (El Puig): El j\farquerct y El Trull deIs A1oros (puzol): El Pi-
296 -
[page-n-297]
· EXlCAVAOIONES lEN 'EL PAI;ACIO UF. LA GENEIfALlD AO
29
noso y El Corrol deis CIII/rros (S:¡gunlo); por no citar mAs que las
más conocidas y cercanas a la ciudad.
y esto es cuanto, de momento, nos atrevemos ti decir, meditando sohre las ruinas de la casi fahulos:! Tyrill, aparecidas, como en
un sueño, cn las excavaciones efectuadas para la prolongación del
:mtiguo Palacio de la Generalidad. del y:I, poco menos que legendario, Reino de Valencia (1).
U l Los dibujos de las l1gl.U'i1.S P , 2.·. 3.". 18.- , 19." Y 20 .... son de carlos
Oargallo; diseños y lot,ograffas del autor; 106 dibujos de las figuras 5.- a. 17."
deo J06é Alcácer. y los grabados y rotograbad08 de Vllaseca. A todos a"r poJccemos
su colaboración y asimismo al contratista de las obras. Sr. Porta. qu!" nos [80cllltó la mlBi6n.
-
297 -
[page-n-298]
[page-n-299]
NICOLAS PRIMITIVO
GOMEZ~ Palacio
de la
LÁM INA 1.
Generalidad ~ •
•
(F01011 N P. C6nleJ.)
[page-n-300]