Cambios en los modelos económicos y del ocupación del Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia). Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII (MIS 5)
Alfred Sanchis Serra
Aleix Eixea Vilanova
João Zilhão
Valentín Villaverde Bonilla
2019
[page-n-1]
11
CAMBIOS EN LOS MODELOS ECONÓMICO Y DE
OCUPACIÓN DEL ABRIGO DE LA QUEBRADA (CHELVA,
VALENCIA). NUEVOS DATOS ARQUEOZOOLÓGICOS Y
TAFONÓMICOS DEL NIVEL VII (MIS 5)
Cristina Real, Alfred Sanchis, Aleix Eixea, João Zilhão y Valentín Villaverde
ABSTRACT
Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia) is a site of Neanderthal occupation, which has contributed a sequence spanning from MIS 4-5, in the upper levels, to MIS 5, in the lower levels. Level IV shows short and repeated
occupations, with a high density of finds related to hunting, and is representative of the upper part of the sequence. The lower levels are distinct,
in terms of both sedimentation rate and mode of occupation. In this work,
we present the results of the archaeozoological and taphonomic studies
carried out for level VII. Neanderthals accumulated most of the ungulate
remains, while the leporids, the birds and a few of the ungulate remains
are non-anthropogenic. Human hunting focused on Equidae, Cervidae and
Caprinae. Combined with the characteristics of the stone tool assemblage
and spatial distribution patterns, these faunal results for level VII suggest
human occupations that were more marginal, more sporadic and also likely
to have involved smaller group sizes than those in level IV.
INTRODUCCIÓN
El Abrigo de la Quebrada se sitúa en la localidad valenciana de Chelva (Los
Serranos) a unos 65 km al noroeste de Valencia. Su orientación es NorteSur (figura 1), y dada su posición se caracteriza por una escasa insolación
Recursos marins en el passat. IV Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2019): 257-277.
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CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
FIGURA 1. a) Localización del Abrigo de la Quebrada; b-c) Detalle de su situación; d)
Planta de la superficie excavada.
y una alta exposición al viento. Se localiza en la Rambla de Ahillas, que se
abre hacia una amplia llanura, la cual junto con el barranco proporcionan
al yacimiento un lugar privilegiado. Las dimensiones del abrigo son 38 m
de longitud y una profundidad en la plataforma habitable que oscila entre
los 9 y los 2 m. Se han realizado excavaciones arqueológicas desde 2007
hasta 2015, sobre una superficie de 30 m2 en los niveles superiores y 27 m2
en los inferiores (figura 1). La estratigrafía del yacimiento se compone de
258
[page-n-3]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
nueve unidades con una profundidad de unos 4 m. Se han obtenido diversas dataciones por AMS: 40.500 ± 530 BP (Beta-244003) y 43.930 ± 750
BP (Beta-244002) para los niveles III y IV respectivamente (Villaverde et
al., 2008), así como por ABOx de >50.800 (OxA-24854) en el III, >51.600
BP (OxA-24855) en el IV (Eixea et al., 2011a) y >47.100 (OxA-25583) en el V
(Real et al., 2018). Los niveles basales (VII-IX) no han podido ser datados.
No obstante, hay dos fechas de 80.000 ± 4700 ka (C-L3900) y 83.200 ± 5400
(C-L3898) obtenidas mediante OSL en el nivel VI (Real et al., 2018). Por lo
tanto, los niveles inferiores y concretamente el VII que es el objeto de este
trabajo, serían anteriores a dichas fechas, enmarcados en el MIS 5.
En este artículo se presentan los resultados del estudio arqueozoológico y tafonómico de los restos óseos del nivel VII. Los objetivos se
centran en definir las características generales de las ocupaciones neandertales a lo largo del nivel VII. En este sentido, en primer lugar, se pretende proporcionar información acerca del comportamiento económico
de estas poblaciones, con especial relevancia en el origen de las acumulaciones y los patrones de consumo llevados a cabo. En segundo lugar, según estudios previos (Villaverde et al., 2017), los niveles basales parecen
responder a un modelo de ocupación y movilidad que diverge en cierta
medida de las características establecidas para niveles superiores como el
IV (Real et al., 2018). Por consiguiente, el segundo objetivo es establecer
dichas diferencias entre ambos contextos, así como posibles similitudes,
e intentar esclarecer los motivos de las mismas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Debido al elevado número de efectivos de la muestra y a su mala conservación se decidió analizar aquellos restos que pudieran ser identificados
taxonómica y/o anatómicamente. Sin embargo, los restos indeterminados
con modificaciones sobre su superficie ósea también han sido registrados
y contabilizados.
La clasificación taxonómica y anatómica se ha realizado a partir de la colección de referencia del Gabinet de Fauna Quaternària Innocenci Sarrión
del Museu de Prehistòria de València. La edad de muerte de los distintos
taxones se ha establecido a partir de la fusión articular de los huesos y de la
erupción y desgaste dental (Azorit et al., 2002; Hillson, 1986; Mariezkurrena, 1983; Pérez Ripoll, 1988; Serrano et al., 2004; Silver, 1980).
259
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CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
En la cuantificación del material se ha empleado el número de restos
(NR), el número de restos identificados (NISP), el número mínimo de individuos (NMI) y el número mínimo de elementos (NME) (Lyman, 1994). Se
ha aplicado el índice de supervivencia (%ISu) para valorar la representación
de los diversos elementos anatómicos (Brain, 1981; Lyman, 1994), y se ha correlacionado el resultado con la densidad ósea en el conjunto de lepóridos, a
través de la r de Pearson (Pavao y Stahl, 1999). Asimismo, para el análisis de
los restos de Leporidae, se han aplicado diversos índices para evaluar la proporción de los grupos anatómicos (Andrews, 1990; Lloveras y Nadal, 2015).
El origen de las fracturas se ha establecido a partir de la metodología de
Villa y Mahieu (1991). Las modificaciones se han analizado con una lupa binocular (Nikon SMZ-10A) y clasificado según diversas propuestas (Binford,
1981; Bromage y Boyde, 1984; Noe-Nygaard, 1989; Potts y Shipman, 1981;
Shipman y Rose, 1983). Para identificar el origen de las acumulaciones de
lepóridos se han seguido diversos referentes neotafonómicos (Lloveras et
al., 2008a, 2008b, 2009b, 2012; Lloveras y Nadal, 2015). Las termoalteraciones se han registrado en base a la clasificación de colores y su localización
(Nicholson, 1993; Stiner et al., 1995; Théry-Parisot et al., 2004) y las alteraciones postdeposicionales a partir del trabajo de Lyman (1994).
RESULTADOS
Se han estudiado 4996 restos de fauna en el nivel VII, de los cuales se han
identificado el 13,5%. Este bajo nivel de identificación lo relacionamos con
el alto grado de fragmentación (solo un 26,8% de restos completos) y en
gran medida con las condiciones de conservación de la muestra. El 50%
de los restos presenta concreciones que cubren la mayor parte de su superficie. También se han identificado alteraciones por manganeso (15,7%),
raíces (2,2%) y corrosión química (20,4%).
Respecto a la representación de los distintos taxones, los lepóridos alcanzan el 85% del NISP, con presencia de 13 individuos (cuadro 1). Según
el %NISP entre los ungulados destacan las familias Equidae, Cervidae y
Bovidae-Caprinae, con uno, dos y tres individuos respectivamente. A pesar
de que hemos preferido tratar los restos de los ungulados a nivel de familia,
debido a diversos factores, una parte de la muestra de los équidos podría
corresponder al asno, Equus hydruntinus, lo que parece viable con la presencia de especies de microfauna de carácter riguroso y con la aparición de
260
[page-n-5]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
Taxones
NISP
%NISP
NMI J
NMI A NMI V
NMI total
Ungulados
46
6,8
1
3
7
Rhinocerotidae
2
0,3
Equidae
20
3,0
Cervidae
12
1,8
Caprinae
12
1,8
Carnívoros
7
1
1
1
1,0
Canidae
4
0,6
Canis
3
0,4
Lagomorfos
1
568
84,1
3
Leporidae
554
82,1
Oryctolagus
10
1,5
1
2
2
3
1
1
10
13
Lepus
4
0,6
Testudinidae
1
0,1
Aves
31
4,6
Squamata
2
0,3
1
Anura
1
0,1
1
19
2,8
Talla grande
3
0,4
Tallas
Talla media
15
2,2
Talla pequeña
1
0,1
Total
675
1
5
17
1
24
CUADRO 1. Composición taxonómica y edades de muerte del nivel VII.
plaquetas de gelifracción. Por otro lado, se ha identificado un único resto
de Testudinidae, un fragmento de plaqueta, así como algunos restos de carnívoros y tres fragmentos dentales de Rhinocerotidae pertenecientes a un
único individuo.
Lepóridos
Se registran elementos de todo el esqueleto (cuadro 2). Según el %Isu se observa una distribución proporcionada entre los grupos anatómicos, salvo el
axial y huesos del carpo y tarso (figura 2), si bien este sesgo no parece estar
relacionado con la destrucción diferencial.
261
[page-n-6]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Equidae
NISP
Cervidae
NME
NISP
NME
Cc
Caprinae
NISP
NME
2
2
Cr
Leporidae
NISP
NME
10
3
Mx
1
1
9
10
Hem
2
2
19
12
2
2
Da
204
204
Vc
11
11
3
3
2
2
Vt
1
1
Vl
4
4
V
Ct
Es
1
1
1
1
1
H
R
1
1
1
1
1
U
Mc
Cx
1
1
F
T
2
1
Mt
2
2
3
3
1
1
1
1
2
2
4
4
10
7
9
8
8
7
12
10
9
8
13
13
14
12
21
11
17
10
21
19
Pa
2
2
Ca
18
18
As
3
3
Ta
1
1
15
14
Mtp
2
2
Fa1
Fa2
1
1
2
2
44
44
1
1
37
37
47
47
Fa3
Fa
Total
20
19
12
12
12
12
6
6
560
517
CUADRO 2. Composición anatómica según NISP y NME de las familias Equidae,
Cervidae, Bovidae-Caprinae y Leporidae del nivel VII.
262
[page-n-7]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
FIGURA 2. Representación anatómica de los restos de Leporidae según %Isu.
El conjunto está bastante fragmentado, con un 47,7% de restos completos excluyendo a los dientes aislados (cuadro 3). Los huesos completos son
en su mayoría falanges y metapodios, aunque también algunos huesos del
tarso, vértebras y dos epífisis sin osificar de huesos largos. Entre los restos
263
[page-n-8]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Familias
Rec
Fre
Sec
Ind
Mix
Total fragmentado
Equidae
NISP Comp
20
1
1
6
1
11
0
18
Cervidae
12
1
2
5
0
4
0
9
Caprinae
12
0
2
5
0
5
0
10
Leporidae
568
157
109
30
8
261
3
302
Total
612
159
114
46
9
281
3
339
CUADRO 3. Restos óseos completos (Comp) y fragmentados clasificados por familias. Fracturas recientes (Rec), en fresco (Fre), en seco (Sec), indeterminadas (Ind) y
mixtas (Mix).
fragmentados (65,8%), la mayoría presentan fracturas de origen indeterminado (86%), aunque se han podido determinar algunas realizadas sobre
hueso fresco (10%), seco (3%) y mixto (1%). Las modificaciones presentes en
los restos de lepóridos parecen relacionarse con agentes no antrópicos. Se
ha identificado algunos restos afectados por la digestión (5,5%), con un predominio del grado moderado (77,4%), seguido del intenso (12,9%) y del ligero (9,7%), mientras que no hay restos con digestión extrema. Con valores
más escasos aparecen diversas modificaciones relacionadas con la acción
dental y/o impactos de pico, como arrastres (0,2%), horadaciones (0,2%) y
bordes crenulados (0,4%) (cuadro 4; figura 3). Se ha registrado una muesca
sobre la diáfisis de un fémur cuyo origen podría ser humano, aunque no se
puede determinar con seguridad. Se han encontrado siete restos termoalterados, con coloraciones desde marrón hasta blanco, la mayoría sobre toda
la superficie ósea, repartidas por todo el esqueleto, sin predominio de elementos o grupos anatómicos; su origen podría ser postdeposicional (Pérez
et al., 2017) y no parecen relacionarse con procesos de asado de la carne de
conejo por parte de los humanos.
Ungulados
La composición anatómica muestra una representación desigual de los
miembros entre las especies de ungulados (cuadro 2). Existe una mayor presencia de elementos del estilopodio y zeugopodio, así como del esqueleto
craneal. Estas diferencias en la representación anatómica podrían deberse
tanto a un transporte selectivo de los mismos, como a la acción de procesos
postdeposicionales. Sin embargo, resulta complicado hacer una valoración
acertada dada la escasez de restos por especie, lo que a su vez imposibilita
264
[page-n-9]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
Equidae
Cervidae
Caprinae
Leporidae
TG
TM
Antrópico
Incisión
1
Muesca
3
1
1
1
No antrópico
Punción
Arrastre
1
Horadación
1
Borde crenulado
1
2
Muesca
1
Digestión
Total
1
31
1
3
1
37
1
2
CUADRO 4. Tipo de modificaciones identificadas, clasificadas por taxones y agente
responsable.
comprobar la supervivencia de forma estadística como se ha hecho con el
conjunto de Leporidae. En cuanto a la fragmentación, en el conjunto tan
solo se han registrado dos elementos completos: un m3 de Equidae y otro de
Cervidae (cuadro 3). Entre los restos fragmentados destacan las fracturas
en fresco (43%) e indeterminadas (54%).
Entre los restos clasificados por tallas se registran sobre todo fragmentos
de diáfisis de huesos largos, y dos fragmentos de talla grande (uno dental y una costilla), con fracturas tanto en fresco como indeterminadas. Se
han documentado modificaciones tanto antrópicas como de otros depredadores (cuadro 4; figura 3). En cuanto a las antrópicas, se han identificado
muescas resultado de percusiones en restos de talla media, Cervidae y Caprinae, sobre fragmentos de diáfisis de fémur y tibia. También se observan
dos incisiones cortas, paralelas y leves sobre un fragmento de diáfisis de
talla grande. Por su parte, las modificaciones no antrópicas aparecen exclusivamente sobre dos restos, un borde crenulado sobre un fragmento de
pelvis de Equidae, y dos muescas paralelas sobre un fragmento de diáfisis de
talla media. Las termoalteraciones han afectado a ocho restos, un fragmento de clavija córnea de Caprinae y siete fragmentos de diáfisis de talla media.
Las coloraciones cubren toda la superficie, y en la mayoría de los casos son
negras, aunque también se ha observado de color marrón y gris.
265
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CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
FIGURA 3. Restos óseos con fracturas y modificaciones: a) huesos de Leporidae con
corrosión digestiva; b) vértebra torácica de conejo con una horadación; c) huesos de
talla media con fracturas en fresco y detalle de una percusión.
Carnívoros
En el nivel VII se han determinado siete restos de cánido, tres fragmentos de
dientes inferiores (i1, c1 y m2) y uno superior (P1), una mandíbula que conserva parte del m1 y dos fragmentos de tibia. Consideramos que todos ellos
266
[page-n-11]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
pertenecen a un único individuo adulto, aunque solo tres de ellos han sido
asignados al lobo (Canis lupus) y los cuatro restantes a Canidae. Durante el
Pleistoceno superior la península ibérica está habitada por dos cánidos de
talla grande-media, el lobo y el cuón (Pérez Ripoll et al., 2010). Las características morfométricas del m1 (talónido con dos cúspides, hipocónido y
entocónido) y de la tibia de Quebrada son propias del lobo y se diferencian
de manera clara del cuón. Los restos de cánido hallados se concentran en
un espacio bien delimitado, entre los cuadros E/G/I-3/4/5 y no muestran
ningún tipo de modificación por lo que parecen relacionarse con procesos
de muerte natural durante la ocupación de la cavidad.
DISCUSIÓN
Se observan ciertas diferencias entre las características del conjunto óseo
del nivel VII en relación con los niveles superiores, concretamente con el
nivel IV (Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013). Diferencias que parecen también reflejarse en el conjunto lítico de otro de los niveles basales, el VIII (Villaverde et al., 2017). En este sentido, las cuestiones relevantes y que quedan
por resolver tienen que ver con el origen de las acumulaciones y el tipo de
ocupaciones (duración, funcionalidad) desarrolladas por los grupos neandertales en el Abrigo de la Quebrada durante la formación del nivel VII, y
por qué se diferencian de las definidas para el nivel IV.
Acumulaciones de lepóridos
La acumulación de restos de lepóridos en el abrigo no parece responder a
patrones antrópicos. En primer lugar, los restos no presentan marcas de
corte realizadas con instrumentos líticos ni muescas por mordeduras humanas, presentes en conjuntos de lepóridos del Paleolítico y Epipaleolítico
regional, elementos clave para la asignación de una acumulación al procesado y consumo humano (Morales Pérez, 2015; Pérez Ripoll, 2004; Real,
2017; Sanchis, 2012). En segundo lugar, en Quebrada VII son escasos los cilindros de diáfisis, tan solo se han descrito cuatro, muy abundantes junto a
las zonas articulares en conjuntos paleolíticos generados por los humanos,
como consecuencia de la fractura sistemática de húmero, fémur y tibia para
acceder a la médula (por ejemplo, Aura et al., 2010; Carvalho et al., 2018;
Hockett y Haws, 2002; Lloveras et al., 2011, 2016; Morales Pérez, 2015; Pé-
267
[page-n-12]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
rez Ripoll, 2004, 2005; Real, 2017; Rosado-Menéndez, 2018a, b; Rufà et al.,
2018; Sanchis y Fernández Peris, 2008; Sanchis et al., 2011; Sanchis, 2012).
En este sentido, en Quebrada VII se documenta una mayor presencia de
diáfisis con circunferencia incompleta como consecuencia de procesos de
fractura en fresco, junto a otros huesos con fracturas de origen diagenético
o indeterminado. Tampoco se han identificado termoalteraciones que permitan inferir el uso del fuego en procesos de cocinado (Fernández Peris et
al., 2007; Lloveras et al., 2009). En todo caso, se tiene en cuenta el hecho de
que la intervención humana sobre animales de pequeño tamaño como es el
caso de los lepóridos, puede no haber dejado modificaciones visibles sobre
la superficie de los restos óseos (Lloveras et al., 2009a; Pérez Ripoll, 2004;
Sanchis et al., 2011), como se ha visto en conjuntos de conejo del Paleolítico
superior de Portugal (Hockett y Haws, 2002).
A pesar del mal estado de conservación de las superficies óseas por causas diagenéticas, la presencia de algunos huesos digeridos (principalmente
con grado moderado), parece sustentar un origen no antrópico para las acumulaciones de lepóridos del nivel VII de Quebrada.
Parece viable la idea de un transporte completo de los lepóridos al yacimiento aun teniendo en cuenta el sesgo determinado en la representación
anatómica para los huesos del esqueleto axial y del basipodio y autopodio.
Los índices calculados muestran una mayor proporción de restos postcraneales, del autopodio, del miembro posterior y de la zona distal de los huesos largos. Las características del conjunto de lepóridos de Quebrada VII
han sido comparadas con los referentes que Lloveras y Nadal (2015) presentan tras el análisis de conjuntos actuales de lepóridos como consecuencia
de la alimentación de diversas aves rapaces y pequeños carnívoros. Nuestros
resultados no cuadran completamente con un modelo u otro, sino que presentan características mixtas de varios de ellos. Por ejemplo, los índices de
proporción anatómica o el porcentaje de huesos largos completos encajan
más con el patrón de consumo de carnívoros terrestres. Sin embargo, si nos
fijamos en el porcentaje de restos completos general, el resultado de Quebrada es más reducido que el obtenido en el resto de referentes. Al igual
que los valores de huesos digeridos, muy por debajo de lo esperado. En este
caso, es posible que se deba a la alteración postdeposicional que sufre todo
el conjunto y que puede ocultar este tipo de modificaciones. Lo mismo sucede con las marcas producidas por dientes, picos o garras, donde un valor
268
[page-n-13]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
tan bajo como el de Quebrada concuerda bien con los referenciales de lince
o en menor medida con los de rapaces nocturnas. Todo ello nos impide ser
más precisos respecto a la identidad del agente de acumulación y modificación de los restos.
Ocupaciones neandertales
El panorama que se dibuja en el nivel VII de Quebrada dista bastante de los
resultados obtenidos para la parte superior de la secuencia (nivel IV) (cuadro 5). En primer lugar, se observan diferencias en el contexto paleoambiental. La presencia tan abundante de Testudo en el nivel IV, muestra una
condiciones más húmedas y templadas. Esta presencia parece rarificarse en
los niveles basales, y podría coincidir con unas condiciones más rigurosas
ya descritas para la formación de estos niveles (Badal et al., 2012; Carrión et
al., 2018; Esteban et al., 2017; Tormo y Guillem, 2015).
Por otra parte, en el nivel IV las ocupaciones son cortas y estacionales,
centradas en primavera-otoño, y vinculadas a actividades de caza (Real et
al., 2018; Sanchis et al., 2013). Se observan cadenas operativas más completas en la industria lítica, con reutilización, reciclado y reavivados de piezas.
Hay una mayor producción en talla Levallois a partir de materias primas
tanto locales como de afloramientos alóctonos de hasta 100 km de distancia
(Eixea et al., 2011a, b, 2014; Real et al., 2018). En cambio, en los niveles basales, no podemos especificar todavía qué tipo de estacionalidad tenían las
ocupaciones, puesto que el estudio está en marcha, pero sí podemos señalar
que son mucho más esporádicas. Si atendemos al número de estructuras de
combustión, a las cuantificaciones y frecuencias de los materiales líticos y
óseos, a la proporción de elementos quemados, o la estructura misma del
registro faunístico (cuadro 5), las ocupaciones parecen más reducidas en
duración y asociadas a un menor número de ocupantes. Las cadenas operativas de la industria lítica aparecen muy fragmentadas, predominando
principalmente las últimas fases, la materia prima es sobre todo local y se
da una reutilización de las piezas de forma intensiva (Villaverde et al., 2017).
En la organización espacial, tanto del nivel IV como del VII, se aprecia como el abrigo posee un espacio habitable limitado que condicionó,
sin duda, la ubicación de los grupos neandertales que lo frecuentaron.
Este condicionante físico explica la reiteración en el uso del espacio en
la zona central del área excavada (cuadros E, G e I de las bandas 4, 5
269
[page-n-14]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Cronología
MIS
NIVEL IV
NIVEL VII
43.930±750 BP; >51,6 ky BP
> 80,0 ± 4,7 y 83,2 ± 5,4 ky BP
3-5
5
Estacionalidad
primavera-otoño
-
Tipo de ocupación
de corta duración
muy esporádicas, marginales
DISTRIB. ESPACIAL
Hogares
Tamaño hogares
Organización elementos
29
5
0,3-1 m
0,3-0,5 m
Elevada densidad de restos alrededor
de los hogares en la zona interna
Baja densidad de restos alrededor
de los hogares en la zona central y
externa
INDUSTRIA LÍTICA
Materia prima
Abastecimiento
Cadenas operativas
Sílex, cuarcita y caliza
Sílex
Local y alóctono (100 km)
Local
Completas (cuarcita y caliza) y
fragmentadas (sílex)
Fragmentadas (sílex)
Sistemas de talla
Levallois
Discoide
Utillaje
Raederas
Raederas
Reutilización, reciclado y reavivado
Reutilización y reavivado
Economía utillaje
RESTOS ÓSEOS
NR/NISP
100.907/1345
4996/675
% identificados
1,4
13,5
NMI
43
24
Nº taxones
10
7
Caprinae (31,8), Testudinidae (20,3),
Equidae (20,2), Cervidae (15,8),
Leporidae (10,1), Suidae (0,3), aves
(0,3), Rhinocerotidae (0,2), Vulpes
(0,1), Lynx (0,1), Perissodactyla (0,1)
Leporidae (86,6), Aves (4,7), Equidae
(3), Cervidae (1,8), Caprinae (1,8),
Canidae (1,1), Rhinocerotidae (0,3),
Squamata (0,3), Testudinidae (0,2),
Anura (0,2)
Taxones (%)
Marcas de corte (%)
1,9
0,2
Marcas de percusión
(%)
1,4
0,9
Marcas no antrópicas
(%)
0
1,2
Restos digeridos (%)
0
4,6
Quemados (%)
40,1
2,2
REFERENCIAS
Eixea et al., 2012; Real et al., 2018
presente artículo; Villaverde et al., 2017
CUADRO 5. Resumen comparativo de los principales resultados de los niveles IV y VII
del Abrigo de la Quebrada.
270
[page-n-15]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
y 6). En este sentido, la zona estudiada (figura 1) coincide con el punto donde el abrigo presenta en la actualidad mayor profundidad, lo que
permite considerarla como un espacio apropiado para la localización de
las distintas ocupaciones que se llevaron a cabo en el lugar, siempre dependiendo de la protección de la visera y la ubicación de los bloques que
están presenten en ambos niveles. Su situación parece indicar que la fase
de desprendimiento vino a ser más intensa en el nivel VII, reduciendo el
espacio habitable que existía en el nivel anterior (nivel VIII) (Villaverde
et al., 2017). Por otra parte, los hogares identificados se localizan en este
espacio ya mencionado, y vertebran las actividades de producción, consumo y manufactura, aunque la cantidad de estructuras de combustión
se reduce considerablemente en el nivel VII. Lo que resulta más complicado, en ambos casos, es establecer pautas detalladas del uso del espacio
y de las tareas realizadas, dada la naturaleza continuada y superpuesta
de las ocupaciones a lo largo de toda la secuencia. En cuanto a la propia
distribución de los restos óseos, se observa como los restos de ungulados identificados y aquellos clasificados como talla grande y media, se
centran en el área más protegida del abrigo (E/G/I-3/4/5), coincidiendo
con los hogares mencionados. En este sentido, al menos la vinculación
de los restos de ungulados con ocupaciones humanas parece reforzarse
con la propia distribución espacial. Por su parte, los restos de Leporidae
parecen tener una distribución más dispersa, puesto que se encuentran
tanto en la zona interna como en el área más alejada (E/G/I-7/8/9/10).
La forma accidentada de la parte externa de la superficie excavada, como
consecuencia de la presencia de grandes bloques de desprendimiento de
la visera, probablemente limitó el espacio y pudo haber contribuido a un
mayor ajuste de la ocupación a la zona interior del abrigo, circunstancia
que puede estar provocando una falsa impresión de baja densidad de restos con respecto a las unidades superiores (V-IV) y subyacentes (VIII-IX).
Pero no parece razonable pensar que este aspecto pueda afectar de manera considerable la distribución de la ocupación y la distribución de restos
con respecto al nivel VIII.
Los resultados del estudio arqueozoológico afianzan estas diferencias
en los modelos de ocupación del abrigo. En el nivel IV los ungulados, en
especial los caprinos y los équidos, son las presas de mayor relevancia, además del conjunto de Testudo (cuadro 5). A pesar de los bajos porcentajes de
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[page-n-16]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
marcas de corte y percusiones, el origen de estas acumulaciones parece ser
completamente antrópico y responde a actividades intensas de procesado
y consumo. Además, no se han identificado modificaciones de otro de tipo
de depredador. Por su parte, como ya se ha señalado anteriormente, el conjunto óseo del nivel VII responde a procesos de acumulación mixtos, entre
neandertales y otros depredadores. Los lagomorfos son el grupo taxonómico mejor representado con más del 85% de representación, sin embargo, la
muestra de Quebrada es resultado de actividades de consumo de origen no
antrópico. Aunque no se ha podido determinar si se trata de aves rapaces o
carnívoros terrestres, o una combinación de ambos. En cuanto a los restos
de ungulados, a pesar de la reducida cantidad de huesos, parecen responder
en su mayoría a actividades de grupos neandertales. La marcada fragmentación del conjunto, con presencia de fracturas en fresco y muescas sobre
huesos largos, resultado de percusiones, indican un patrón de consumo no
solo de carne sino también de aprovechamiento de la médula. Lamentablemente, la identificación de solo dos marcas líticas sobre un hueso nos
impide aportar información acerca del procesado de los animales cazados.
Por otra parte, la presencia de tres restos con modificaciones no antrópicas, entre ellos dos restos de talla grande (Equidae), parece responder a la
acción de algún carnívoro. Lo que no podemos afirmar es si se trata de una
predación directa por parte de este agente, o de una acción carroñera sobre
los restos dejados en el abrigo por los neandertales.
CONCLUSIONES
En resumen, en el nivel VII nos encontramos ante unas ocupaciones neandertales que responden a patrones de mayor movilidad, con estancias más
cortas y esporádicas en el Abrigo de la Quebrada, en comparación con los
niveles superiores. Estas características se ven reflejadas tanto en la industria lítica como en el conjunto óseo, así como en la presencia de hogares y
aportes no antrópicos en el caso del nivel VII.
En este punto, los objetivos futuros pasan por ampliar la información
económica con el estudio de los niveles VIII y IX. De este modo, se podrá
analizar si las primeras ocupaciones en el abrigo responden a los patrones
ya definidos para el nivel VII o por el contrario muestran características
diferentes en relación al origen de las acumulaciones, los patrones de caza
y consumo y la temporalidad de las ocupaciones.
272
[page-n-17]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
AGRADECIMIENTOS
Los trabajos de campo y la investigación posterior sobre el Abrigo de la Quebrada
han sido financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España (HAR201124978, HAR2014-52671-P y HAR-2017-85153-P) y la Generalitat Valenciana (PROMETEOII/2013/016 y PROMETEO/2017/060).
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CAMBIOS EN LOS MODELOS ECONÓMICO Y DE
OCUPACIÓN DEL ABRIGO DE LA QUEBRADA (CHELVA,
VALENCIA). NUEVOS DATOS ARQUEOZOOLÓGICOS Y
TAFONÓMICOS DEL NIVEL VII (MIS 5)
Cristina Real, Alfred Sanchis, Aleix Eixea, João Zilhão y Valentín Villaverde
ABSTRACT
Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia) is a site of Neanderthal occupation, which has contributed a sequence spanning from MIS 4-5, in the upper levels, to MIS 5, in the lower levels. Level IV shows short and repeated
occupations, with a high density of finds related to hunting, and is representative of the upper part of the sequence. The lower levels are distinct,
in terms of both sedimentation rate and mode of occupation. In this work,
we present the results of the archaeozoological and taphonomic studies
carried out for level VII. Neanderthals accumulated most of the ungulate
remains, while the leporids, the birds and a few of the ungulate remains
are non-anthropogenic. Human hunting focused on Equidae, Cervidae and
Caprinae. Combined with the characteristics of the stone tool assemblage
and spatial distribution patterns, these faunal results for level VII suggest
human occupations that were more marginal, more sporadic and also likely
to have involved smaller group sizes than those in level IV.
INTRODUCCIÓN
El Abrigo de la Quebrada se sitúa en la localidad valenciana de Chelva (Los
Serranos) a unos 65 km al noroeste de Valencia. Su orientación es NorteSur (figura 1), y dada su posición se caracteriza por una escasa insolación
Recursos marins en el passat. IV Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2019): 257-277.
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CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
FIGURA 1. a) Localización del Abrigo de la Quebrada; b-c) Detalle de su situación; d)
Planta de la superficie excavada.
y una alta exposición al viento. Se localiza en la Rambla de Ahillas, que se
abre hacia una amplia llanura, la cual junto con el barranco proporcionan
al yacimiento un lugar privilegiado. Las dimensiones del abrigo son 38 m
de longitud y una profundidad en la plataforma habitable que oscila entre
los 9 y los 2 m. Se han realizado excavaciones arqueológicas desde 2007
hasta 2015, sobre una superficie de 30 m2 en los niveles superiores y 27 m2
en los inferiores (figura 1). La estratigrafía del yacimiento se compone de
258
[page-n-3]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
nueve unidades con una profundidad de unos 4 m. Se han obtenido diversas dataciones por AMS: 40.500 ± 530 BP (Beta-244003) y 43.930 ± 750
BP (Beta-244002) para los niveles III y IV respectivamente (Villaverde et
al., 2008), así como por ABOx de >50.800 (OxA-24854) en el III, >51.600
BP (OxA-24855) en el IV (Eixea et al., 2011a) y >47.100 (OxA-25583) en el V
(Real et al., 2018). Los niveles basales (VII-IX) no han podido ser datados.
No obstante, hay dos fechas de 80.000 ± 4700 ka (C-L3900) y 83.200 ± 5400
(C-L3898) obtenidas mediante OSL en el nivel VI (Real et al., 2018). Por lo
tanto, los niveles inferiores y concretamente el VII que es el objeto de este
trabajo, serían anteriores a dichas fechas, enmarcados en el MIS 5.
En este artículo se presentan los resultados del estudio arqueozoológico y tafonómico de los restos óseos del nivel VII. Los objetivos se
centran en definir las características generales de las ocupaciones neandertales a lo largo del nivel VII. En este sentido, en primer lugar, se pretende proporcionar información acerca del comportamiento económico
de estas poblaciones, con especial relevancia en el origen de las acumulaciones y los patrones de consumo llevados a cabo. En segundo lugar, según estudios previos (Villaverde et al., 2017), los niveles basales parecen
responder a un modelo de ocupación y movilidad que diverge en cierta
medida de las características establecidas para niveles superiores como el
IV (Real et al., 2018). Por consiguiente, el segundo objetivo es establecer
dichas diferencias entre ambos contextos, así como posibles similitudes,
e intentar esclarecer los motivos de las mismas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Debido al elevado número de efectivos de la muestra y a su mala conservación se decidió analizar aquellos restos que pudieran ser identificados
taxonómica y/o anatómicamente. Sin embargo, los restos indeterminados
con modificaciones sobre su superficie ósea también han sido registrados
y contabilizados.
La clasificación taxonómica y anatómica se ha realizado a partir de la colección de referencia del Gabinet de Fauna Quaternària Innocenci Sarrión
del Museu de Prehistòria de València. La edad de muerte de los distintos
taxones se ha establecido a partir de la fusión articular de los huesos y de la
erupción y desgaste dental (Azorit et al., 2002; Hillson, 1986; Mariezkurrena, 1983; Pérez Ripoll, 1988; Serrano et al., 2004; Silver, 1980).
259
[page-n-4]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
En la cuantificación del material se ha empleado el número de restos
(NR), el número de restos identificados (NISP), el número mínimo de individuos (NMI) y el número mínimo de elementos (NME) (Lyman, 1994). Se
ha aplicado el índice de supervivencia (%ISu) para valorar la representación
de los diversos elementos anatómicos (Brain, 1981; Lyman, 1994), y se ha correlacionado el resultado con la densidad ósea en el conjunto de lepóridos, a
través de la r de Pearson (Pavao y Stahl, 1999). Asimismo, para el análisis de
los restos de Leporidae, se han aplicado diversos índices para evaluar la proporción de los grupos anatómicos (Andrews, 1990; Lloveras y Nadal, 2015).
El origen de las fracturas se ha establecido a partir de la metodología de
Villa y Mahieu (1991). Las modificaciones se han analizado con una lupa binocular (Nikon SMZ-10A) y clasificado según diversas propuestas (Binford,
1981; Bromage y Boyde, 1984; Noe-Nygaard, 1989; Potts y Shipman, 1981;
Shipman y Rose, 1983). Para identificar el origen de las acumulaciones de
lepóridos se han seguido diversos referentes neotafonómicos (Lloveras et
al., 2008a, 2008b, 2009b, 2012; Lloveras y Nadal, 2015). Las termoalteraciones se han registrado en base a la clasificación de colores y su localización
(Nicholson, 1993; Stiner et al., 1995; Théry-Parisot et al., 2004) y las alteraciones postdeposicionales a partir del trabajo de Lyman (1994).
RESULTADOS
Se han estudiado 4996 restos de fauna en el nivel VII, de los cuales se han
identificado el 13,5%. Este bajo nivel de identificación lo relacionamos con
el alto grado de fragmentación (solo un 26,8% de restos completos) y en
gran medida con las condiciones de conservación de la muestra. El 50%
de los restos presenta concreciones que cubren la mayor parte de su superficie. También se han identificado alteraciones por manganeso (15,7%),
raíces (2,2%) y corrosión química (20,4%).
Respecto a la representación de los distintos taxones, los lepóridos alcanzan el 85% del NISP, con presencia de 13 individuos (cuadro 1). Según
el %NISP entre los ungulados destacan las familias Equidae, Cervidae y
Bovidae-Caprinae, con uno, dos y tres individuos respectivamente. A pesar
de que hemos preferido tratar los restos de los ungulados a nivel de familia,
debido a diversos factores, una parte de la muestra de los équidos podría
corresponder al asno, Equus hydruntinus, lo que parece viable con la presencia de especies de microfauna de carácter riguroso y con la aparición de
260
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Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
Taxones
NISP
%NISP
NMI J
NMI A NMI V
NMI total
Ungulados
46
6,8
1
3
7
Rhinocerotidae
2
0,3
Equidae
20
3,0
Cervidae
12
1,8
Caprinae
12
1,8
Carnívoros
7
1
1
1
1,0
Canidae
4
0,6
Canis
3
0,4
Lagomorfos
1
568
84,1
3
Leporidae
554
82,1
Oryctolagus
10
1,5
1
2
2
3
1
1
10
13
Lepus
4
0,6
Testudinidae
1
0,1
Aves
31
4,6
Squamata
2
0,3
1
Anura
1
0,1
1
19
2,8
Talla grande
3
0,4
Tallas
Talla media
15
2,2
Talla pequeña
1
0,1
Total
675
1
5
17
1
24
CUADRO 1. Composición taxonómica y edades de muerte del nivel VII.
plaquetas de gelifracción. Por otro lado, se ha identificado un único resto
de Testudinidae, un fragmento de plaqueta, así como algunos restos de carnívoros y tres fragmentos dentales de Rhinocerotidae pertenecientes a un
único individuo.
Lepóridos
Se registran elementos de todo el esqueleto (cuadro 2). Según el %Isu se observa una distribución proporcionada entre los grupos anatómicos, salvo el
axial y huesos del carpo y tarso (figura 2), si bien este sesgo no parece estar
relacionado con la destrucción diferencial.
261
[page-n-6]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Equidae
NISP
Cervidae
NME
NISP
NME
Cc
Caprinae
NISP
NME
2
2
Cr
Leporidae
NISP
NME
10
3
Mx
1
1
9
10
Hem
2
2
19
12
2
2
Da
204
204
Vc
11
11
3
3
2
2
Vt
1
1
Vl
4
4
V
Ct
Es
1
1
1
1
1
H
R
1
1
1
1
1
U
Mc
Cx
1
1
F
T
2
1
Mt
2
2
3
3
1
1
1
1
2
2
4
4
10
7
9
8
8
7
12
10
9
8
13
13
14
12
21
11
17
10
21
19
Pa
2
2
Ca
18
18
As
3
3
Ta
1
1
15
14
Mtp
2
2
Fa1
Fa2
1
1
2
2
44
44
1
1
37
37
47
47
Fa3
Fa
Total
20
19
12
12
12
12
6
6
560
517
CUADRO 2. Composición anatómica según NISP y NME de las familias Equidae,
Cervidae, Bovidae-Caprinae y Leporidae del nivel VII.
262
[page-n-7]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
FIGURA 2. Representación anatómica de los restos de Leporidae según %Isu.
El conjunto está bastante fragmentado, con un 47,7% de restos completos excluyendo a los dientes aislados (cuadro 3). Los huesos completos son
en su mayoría falanges y metapodios, aunque también algunos huesos del
tarso, vértebras y dos epífisis sin osificar de huesos largos. Entre los restos
263
[page-n-8]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Familias
Rec
Fre
Sec
Ind
Mix
Total fragmentado
Equidae
NISP Comp
20
1
1
6
1
11
0
18
Cervidae
12
1
2
5
0
4
0
9
Caprinae
12
0
2
5
0
5
0
10
Leporidae
568
157
109
30
8
261
3
302
Total
612
159
114
46
9
281
3
339
CUADRO 3. Restos óseos completos (Comp) y fragmentados clasificados por familias. Fracturas recientes (Rec), en fresco (Fre), en seco (Sec), indeterminadas (Ind) y
mixtas (Mix).
fragmentados (65,8%), la mayoría presentan fracturas de origen indeterminado (86%), aunque se han podido determinar algunas realizadas sobre
hueso fresco (10%), seco (3%) y mixto (1%). Las modificaciones presentes en
los restos de lepóridos parecen relacionarse con agentes no antrópicos. Se
ha identificado algunos restos afectados por la digestión (5,5%), con un predominio del grado moderado (77,4%), seguido del intenso (12,9%) y del ligero (9,7%), mientras que no hay restos con digestión extrema. Con valores
más escasos aparecen diversas modificaciones relacionadas con la acción
dental y/o impactos de pico, como arrastres (0,2%), horadaciones (0,2%) y
bordes crenulados (0,4%) (cuadro 4; figura 3). Se ha registrado una muesca
sobre la diáfisis de un fémur cuyo origen podría ser humano, aunque no se
puede determinar con seguridad. Se han encontrado siete restos termoalterados, con coloraciones desde marrón hasta blanco, la mayoría sobre toda
la superficie ósea, repartidas por todo el esqueleto, sin predominio de elementos o grupos anatómicos; su origen podría ser postdeposicional (Pérez
et al., 2017) y no parecen relacionarse con procesos de asado de la carne de
conejo por parte de los humanos.
Ungulados
La composición anatómica muestra una representación desigual de los
miembros entre las especies de ungulados (cuadro 2). Existe una mayor presencia de elementos del estilopodio y zeugopodio, así como del esqueleto
craneal. Estas diferencias en la representación anatómica podrían deberse
tanto a un transporte selectivo de los mismos, como a la acción de procesos
postdeposicionales. Sin embargo, resulta complicado hacer una valoración
acertada dada la escasez de restos por especie, lo que a su vez imposibilita
264
[page-n-9]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
Equidae
Cervidae
Caprinae
Leporidae
TG
TM
Antrópico
Incisión
1
Muesca
3
1
1
1
No antrópico
Punción
Arrastre
1
Horadación
1
Borde crenulado
1
2
Muesca
1
Digestión
Total
1
31
1
3
1
37
1
2
CUADRO 4. Tipo de modificaciones identificadas, clasificadas por taxones y agente
responsable.
comprobar la supervivencia de forma estadística como se ha hecho con el
conjunto de Leporidae. En cuanto a la fragmentación, en el conjunto tan
solo se han registrado dos elementos completos: un m3 de Equidae y otro de
Cervidae (cuadro 3). Entre los restos fragmentados destacan las fracturas
en fresco (43%) e indeterminadas (54%).
Entre los restos clasificados por tallas se registran sobre todo fragmentos
de diáfisis de huesos largos, y dos fragmentos de talla grande (uno dental y una costilla), con fracturas tanto en fresco como indeterminadas. Se
han documentado modificaciones tanto antrópicas como de otros depredadores (cuadro 4; figura 3). En cuanto a las antrópicas, se han identificado
muescas resultado de percusiones en restos de talla media, Cervidae y Caprinae, sobre fragmentos de diáfisis de fémur y tibia. También se observan
dos incisiones cortas, paralelas y leves sobre un fragmento de diáfisis de
talla grande. Por su parte, las modificaciones no antrópicas aparecen exclusivamente sobre dos restos, un borde crenulado sobre un fragmento de
pelvis de Equidae, y dos muescas paralelas sobre un fragmento de diáfisis de
talla media. Las termoalteraciones han afectado a ocho restos, un fragmento de clavija córnea de Caprinae y siete fragmentos de diáfisis de talla media.
Las coloraciones cubren toda la superficie, y en la mayoría de los casos son
negras, aunque también se ha observado de color marrón y gris.
265
[page-n-10]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
FIGURA 3. Restos óseos con fracturas y modificaciones: a) huesos de Leporidae con
corrosión digestiva; b) vértebra torácica de conejo con una horadación; c) huesos de
talla media con fracturas en fresco y detalle de una percusión.
Carnívoros
En el nivel VII se han determinado siete restos de cánido, tres fragmentos de
dientes inferiores (i1, c1 y m2) y uno superior (P1), una mandíbula que conserva parte del m1 y dos fragmentos de tibia. Consideramos que todos ellos
266
[page-n-11]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
pertenecen a un único individuo adulto, aunque solo tres de ellos han sido
asignados al lobo (Canis lupus) y los cuatro restantes a Canidae. Durante el
Pleistoceno superior la península ibérica está habitada por dos cánidos de
talla grande-media, el lobo y el cuón (Pérez Ripoll et al., 2010). Las características morfométricas del m1 (talónido con dos cúspides, hipocónido y
entocónido) y de la tibia de Quebrada son propias del lobo y se diferencian
de manera clara del cuón. Los restos de cánido hallados se concentran en
un espacio bien delimitado, entre los cuadros E/G/I-3/4/5 y no muestran
ningún tipo de modificación por lo que parecen relacionarse con procesos
de muerte natural durante la ocupación de la cavidad.
DISCUSIÓN
Se observan ciertas diferencias entre las características del conjunto óseo
del nivel VII en relación con los niveles superiores, concretamente con el
nivel IV (Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013). Diferencias que parecen también reflejarse en el conjunto lítico de otro de los niveles basales, el VIII (Villaverde et al., 2017). En este sentido, las cuestiones relevantes y que quedan
por resolver tienen que ver con el origen de las acumulaciones y el tipo de
ocupaciones (duración, funcionalidad) desarrolladas por los grupos neandertales en el Abrigo de la Quebrada durante la formación del nivel VII, y
por qué se diferencian de las definidas para el nivel IV.
Acumulaciones de lepóridos
La acumulación de restos de lepóridos en el abrigo no parece responder a
patrones antrópicos. En primer lugar, los restos no presentan marcas de
corte realizadas con instrumentos líticos ni muescas por mordeduras humanas, presentes en conjuntos de lepóridos del Paleolítico y Epipaleolítico
regional, elementos clave para la asignación de una acumulación al procesado y consumo humano (Morales Pérez, 2015; Pérez Ripoll, 2004; Real,
2017; Sanchis, 2012). En segundo lugar, en Quebrada VII son escasos los cilindros de diáfisis, tan solo se han descrito cuatro, muy abundantes junto a
las zonas articulares en conjuntos paleolíticos generados por los humanos,
como consecuencia de la fractura sistemática de húmero, fémur y tibia para
acceder a la médula (por ejemplo, Aura et al., 2010; Carvalho et al., 2018;
Hockett y Haws, 2002; Lloveras et al., 2011, 2016; Morales Pérez, 2015; Pé-
267
[page-n-12]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
rez Ripoll, 2004, 2005; Real, 2017; Rosado-Menéndez, 2018a, b; Rufà et al.,
2018; Sanchis y Fernández Peris, 2008; Sanchis et al., 2011; Sanchis, 2012).
En este sentido, en Quebrada VII se documenta una mayor presencia de
diáfisis con circunferencia incompleta como consecuencia de procesos de
fractura en fresco, junto a otros huesos con fracturas de origen diagenético
o indeterminado. Tampoco se han identificado termoalteraciones que permitan inferir el uso del fuego en procesos de cocinado (Fernández Peris et
al., 2007; Lloveras et al., 2009). En todo caso, se tiene en cuenta el hecho de
que la intervención humana sobre animales de pequeño tamaño como es el
caso de los lepóridos, puede no haber dejado modificaciones visibles sobre
la superficie de los restos óseos (Lloveras et al., 2009a; Pérez Ripoll, 2004;
Sanchis et al., 2011), como se ha visto en conjuntos de conejo del Paleolítico
superior de Portugal (Hockett y Haws, 2002).
A pesar del mal estado de conservación de las superficies óseas por causas diagenéticas, la presencia de algunos huesos digeridos (principalmente
con grado moderado), parece sustentar un origen no antrópico para las acumulaciones de lepóridos del nivel VII de Quebrada.
Parece viable la idea de un transporte completo de los lepóridos al yacimiento aun teniendo en cuenta el sesgo determinado en la representación
anatómica para los huesos del esqueleto axial y del basipodio y autopodio.
Los índices calculados muestran una mayor proporción de restos postcraneales, del autopodio, del miembro posterior y de la zona distal de los huesos largos. Las características del conjunto de lepóridos de Quebrada VII
han sido comparadas con los referentes que Lloveras y Nadal (2015) presentan tras el análisis de conjuntos actuales de lepóridos como consecuencia
de la alimentación de diversas aves rapaces y pequeños carnívoros. Nuestros
resultados no cuadran completamente con un modelo u otro, sino que presentan características mixtas de varios de ellos. Por ejemplo, los índices de
proporción anatómica o el porcentaje de huesos largos completos encajan
más con el patrón de consumo de carnívoros terrestres. Sin embargo, si nos
fijamos en el porcentaje de restos completos general, el resultado de Quebrada es más reducido que el obtenido en el resto de referentes. Al igual
que los valores de huesos digeridos, muy por debajo de lo esperado. En este
caso, es posible que se deba a la alteración postdeposicional que sufre todo
el conjunto y que puede ocultar este tipo de modificaciones. Lo mismo sucede con las marcas producidas por dientes, picos o garras, donde un valor
268
[page-n-13]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
tan bajo como el de Quebrada concuerda bien con los referenciales de lince
o en menor medida con los de rapaces nocturnas. Todo ello nos impide ser
más precisos respecto a la identidad del agente de acumulación y modificación de los restos.
Ocupaciones neandertales
El panorama que se dibuja en el nivel VII de Quebrada dista bastante de los
resultados obtenidos para la parte superior de la secuencia (nivel IV) (cuadro 5). En primer lugar, se observan diferencias en el contexto paleoambiental. La presencia tan abundante de Testudo en el nivel IV, muestra una
condiciones más húmedas y templadas. Esta presencia parece rarificarse en
los niveles basales, y podría coincidir con unas condiciones más rigurosas
ya descritas para la formación de estos niveles (Badal et al., 2012; Carrión et
al., 2018; Esteban et al., 2017; Tormo y Guillem, 2015).
Por otra parte, en el nivel IV las ocupaciones son cortas y estacionales,
centradas en primavera-otoño, y vinculadas a actividades de caza (Real et
al., 2018; Sanchis et al., 2013). Se observan cadenas operativas más completas en la industria lítica, con reutilización, reciclado y reavivados de piezas.
Hay una mayor producción en talla Levallois a partir de materias primas
tanto locales como de afloramientos alóctonos de hasta 100 km de distancia
(Eixea et al., 2011a, b, 2014; Real et al., 2018). En cambio, en los niveles basales, no podemos especificar todavía qué tipo de estacionalidad tenían las
ocupaciones, puesto que el estudio está en marcha, pero sí podemos señalar
que son mucho más esporádicas. Si atendemos al número de estructuras de
combustión, a las cuantificaciones y frecuencias de los materiales líticos y
óseos, a la proporción de elementos quemados, o la estructura misma del
registro faunístico (cuadro 5), las ocupaciones parecen más reducidas en
duración y asociadas a un menor número de ocupantes. Las cadenas operativas de la industria lítica aparecen muy fragmentadas, predominando
principalmente las últimas fases, la materia prima es sobre todo local y se
da una reutilización de las piezas de forma intensiva (Villaverde et al., 2017).
En la organización espacial, tanto del nivel IV como del VII, se aprecia como el abrigo posee un espacio habitable limitado que condicionó,
sin duda, la ubicación de los grupos neandertales que lo frecuentaron.
Este condicionante físico explica la reiteración en el uso del espacio en
la zona central del área excavada (cuadros E, G e I de las bandas 4, 5
269
[page-n-14]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
Cronología
MIS
NIVEL IV
NIVEL VII
43.930±750 BP; >51,6 ky BP
> 80,0 ± 4,7 y 83,2 ± 5,4 ky BP
3-5
5
Estacionalidad
primavera-otoño
-
Tipo de ocupación
de corta duración
muy esporádicas, marginales
DISTRIB. ESPACIAL
Hogares
Tamaño hogares
Organización elementos
29
5
0,3-1 m
0,3-0,5 m
Elevada densidad de restos alrededor
de los hogares en la zona interna
Baja densidad de restos alrededor
de los hogares en la zona central y
externa
INDUSTRIA LÍTICA
Materia prima
Abastecimiento
Cadenas operativas
Sílex, cuarcita y caliza
Sílex
Local y alóctono (100 km)
Local
Completas (cuarcita y caliza) y
fragmentadas (sílex)
Fragmentadas (sílex)
Sistemas de talla
Levallois
Discoide
Utillaje
Raederas
Raederas
Reutilización, reciclado y reavivado
Reutilización y reavivado
Economía utillaje
RESTOS ÓSEOS
NR/NISP
100.907/1345
4996/675
% identificados
1,4
13,5
NMI
43
24
Nº taxones
10
7
Caprinae (31,8), Testudinidae (20,3),
Equidae (20,2), Cervidae (15,8),
Leporidae (10,1), Suidae (0,3), aves
(0,3), Rhinocerotidae (0,2), Vulpes
(0,1), Lynx (0,1), Perissodactyla (0,1)
Leporidae (86,6), Aves (4,7), Equidae
(3), Cervidae (1,8), Caprinae (1,8),
Canidae (1,1), Rhinocerotidae (0,3),
Squamata (0,3), Testudinidae (0,2),
Anura (0,2)
Taxones (%)
Marcas de corte (%)
1,9
0,2
Marcas de percusión
(%)
1,4
0,9
Marcas no antrópicas
(%)
0
1,2
Restos digeridos (%)
0
4,6
Quemados (%)
40,1
2,2
REFERENCIAS
Eixea et al., 2012; Real et al., 2018
presente artículo; Villaverde et al., 2017
CUADRO 5. Resumen comparativo de los principales resultados de los niveles IV y VII
del Abrigo de la Quebrada.
270
[page-n-15]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
y 6). En este sentido, la zona estudiada (figura 1) coincide con el punto donde el abrigo presenta en la actualidad mayor profundidad, lo que
permite considerarla como un espacio apropiado para la localización de
las distintas ocupaciones que se llevaron a cabo en el lugar, siempre dependiendo de la protección de la visera y la ubicación de los bloques que
están presenten en ambos niveles. Su situación parece indicar que la fase
de desprendimiento vino a ser más intensa en el nivel VII, reduciendo el
espacio habitable que existía en el nivel anterior (nivel VIII) (Villaverde
et al., 2017). Por otra parte, los hogares identificados se localizan en este
espacio ya mencionado, y vertebran las actividades de producción, consumo y manufactura, aunque la cantidad de estructuras de combustión
se reduce considerablemente en el nivel VII. Lo que resulta más complicado, en ambos casos, es establecer pautas detalladas del uso del espacio
y de las tareas realizadas, dada la naturaleza continuada y superpuesta
de las ocupaciones a lo largo de toda la secuencia. En cuanto a la propia
distribución de los restos óseos, se observa como los restos de ungulados identificados y aquellos clasificados como talla grande y media, se
centran en el área más protegida del abrigo (E/G/I-3/4/5), coincidiendo
con los hogares mencionados. En este sentido, al menos la vinculación
de los restos de ungulados con ocupaciones humanas parece reforzarse
con la propia distribución espacial. Por su parte, los restos de Leporidae
parecen tener una distribución más dispersa, puesto que se encuentran
tanto en la zona interna como en el área más alejada (E/G/I-7/8/9/10).
La forma accidentada de la parte externa de la superficie excavada, como
consecuencia de la presencia de grandes bloques de desprendimiento de
la visera, probablemente limitó el espacio y pudo haber contribuido a un
mayor ajuste de la ocupación a la zona interior del abrigo, circunstancia
que puede estar provocando una falsa impresión de baja densidad de restos con respecto a las unidades superiores (V-IV) y subyacentes (VIII-IX).
Pero no parece razonable pensar que este aspecto pueda afectar de manera considerable la distribución de la ocupación y la distribución de restos
con respecto al nivel VIII.
Los resultados del estudio arqueozoológico afianzan estas diferencias
en los modelos de ocupación del abrigo. En el nivel IV los ungulados, en
especial los caprinos y los équidos, son las presas de mayor relevancia, además del conjunto de Testudo (cuadro 5). A pesar de los bajos porcentajes de
271
[page-n-16]
CRISTINA REAL, ALFRED SANCHIS, ALEIX EIXEA ET AL.
marcas de corte y percusiones, el origen de estas acumulaciones parece ser
completamente antrópico y responde a actividades intensas de procesado
y consumo. Además, no se han identificado modificaciones de otro de tipo
de depredador. Por su parte, como ya se ha señalado anteriormente, el conjunto óseo del nivel VII responde a procesos de acumulación mixtos, entre
neandertales y otros depredadores. Los lagomorfos son el grupo taxonómico mejor representado con más del 85% de representación, sin embargo, la
muestra de Quebrada es resultado de actividades de consumo de origen no
antrópico. Aunque no se ha podido determinar si se trata de aves rapaces o
carnívoros terrestres, o una combinación de ambos. En cuanto a los restos
de ungulados, a pesar de la reducida cantidad de huesos, parecen responder
en su mayoría a actividades de grupos neandertales. La marcada fragmentación del conjunto, con presencia de fracturas en fresco y muescas sobre
huesos largos, resultado de percusiones, indican un patrón de consumo no
solo de carne sino también de aprovechamiento de la médula. Lamentablemente, la identificación de solo dos marcas líticas sobre un hueso nos
impide aportar información acerca del procesado de los animales cazados.
Por otra parte, la presencia de tres restos con modificaciones no antrópicas, entre ellos dos restos de talla grande (Equidae), parece responder a la
acción de algún carnívoro. Lo que no podemos afirmar es si se trata de una
predación directa por parte de este agente, o de una acción carroñera sobre
los restos dejados en el abrigo por los neandertales.
CONCLUSIONES
En resumen, en el nivel VII nos encontramos ante unas ocupaciones neandertales que responden a patrones de mayor movilidad, con estancias más
cortas y esporádicas en el Abrigo de la Quebrada, en comparación con los
niveles superiores. Estas características se ven reflejadas tanto en la industria lítica como en el conjunto óseo, así como en la presencia de hogares y
aportes no antrópicos en el caso del nivel VII.
En este punto, los objetivos futuros pasan por ampliar la información
económica con el estudio de los niveles VIII y IX. De este modo, se podrá
analizar si las primeras ocupaciones en el abrigo responden a los patrones
ya definidos para el nivel VII o por el contrario muestran características
diferentes en relación al origen de las acumulaciones, los patrones de caza
y consumo y la temporalidad de las ocupaciones.
272
[page-n-17]
Nuevos datos arqueozoológicos y tafonómicos del nivel VII del A. de la Quebrada
AGRADECIMIENTOS
Los trabajos de campo y la investigación posterior sobre el Abrigo de la Quebrada
han sido financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España (HAR201124978, HAR2014-52671-P y HAR-2017-85153-P) y la Generalitat Valenciana (PROMETEOII/2013/016 y PROMETEO/2017/060).
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