La Lloma de Betxí en el siglo XXI. Perspectivas de futuro
María Jesús de Pedro Michó
Trinidad Pasíes Oviedo
Víctor Chaos López
2015
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La Lloma de Betxí en el siglo XXI.
Perspectivas de futuro
María Jesús de Pedro Michó, Trinidad Pasíes Oviedo, Víctor Chaos López
Museu de Prehistòria-SIP
El año 1984 es el punto de partida de unos trabajos que,
casi tres décadas después, han permitido recuperar –como
hemos visto a lo largo de las páginas de este libro– una importante información arqueológica, económica y medioambiental sobre el asentamiento prehistórico de la Lloma de
Betxí de Paterna.
Ahora, en 2015, presentamos al público los resultados del trabajo de todos estos años, un cuerpo de datos
que ha sido de gran interés para la investigación y decisivo a la hora de documentar el ajuar doméstico y las técnicas de construcción de un poblado de la Edad del Bronce,
todo ello recogido en la exposición monográfica de la que
el presente libro constituye su texto divulgativo.
En las líneas que siguen daremos a conocer algunas de las intervenciones que, aparte de las propiamente
arqueológicas, ha sido necesario realizar para mantener
las estructuras constructivas y de habitación del poblado,
< Control del proceso de extracción de sales solubles
en los vasos cerámicos.
así como los distintos avatares por los que el yacimiento
en sí ha ido pasando, para finalmente reflexionar sobre su
futuro, ya en pleno siglo xxi.
La excavación: consolidación in situ, protección
y limpieza
En 1994, después de diez años de trabajos, la acción humana con continuos expolios y los agentes físicos
habían deteriorado seriamente los restos conservados de
la Lloma de Betxí, y se hacían necesarias actuaciones concretas de consolidación sobre las estructuras más dañadas, es decir, las realizadas con tierra, barro cocido, arcilla
endurecida o enlucidos, que sufren de forma más directa
la acción de las aguas de lluvia. El proyecto de actuación
fue encargado a Ricardo Perelló por la Dirección General
de Patrimonio Artístico de la Conselleria de Cultura y los
trabajos se realizaron en la primavera de 1994 bajo nues-
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Fig. 1. Trabajos de consolidación de las estructuras excavadas,
realizados en 1994.
tra supervisión (de Pedro, 1998) (Fig. 1). Seis años después redactamos un nuevo proyecto para evitar el progresivo deterioro de las nuevas estructuras excavadas y
reparar los desperfectos de aquellas ya consolidadas, el
cual no llegó a ejecutarse. Y en la actualidad seguimos sin
un proyecto adecuado de consolidación y protección de
las estructuras, de señalización, de vigilancia de los accesos, etc. No obstante, las tareas de limpieza y de mantenimiento se realizan periódicamente.
De manera puntual, en los últimos años se han
realizado en el yacimiento diversos trabajos de consolidación, limpieza y protección de elementos arqueológicos. Finalizada la excavación de la Habitación II, en 2007,
los revestimientos de sus muros fueron consolidados con
impregnaciones de silicato de etilo, aplicado por pulverización (Fig. 2). Asimismo se realizaron operaciones de
consolidación in situ en el caso de una estructura que servía como molino, donde se intervino mediante inyección
y aplicaciones de refuerzo con morteros naturales. Y de
extracción de algunos elementos para su traslado al laboratorio, en aquellos casos que se consideró imprescindible para garantizar la conservación de los restos que, por
su delicado estado de conservación, podrían ponerse en
riesgo de no ser tratados adecuadamente. Así se decidió
extraer tanto una impronta de cestería conservada junto
al molino, como un fragmento de revestimiento de muro
que aparecía entre el derrumbe del material de construcción. En ambos casos se tomaron las medidas oportunas
para proteger la superficie y se realizaron refuerzos con
espuma de poliuretano para conformar un bloque rígido
que asegurara los restos durante su traslado al laboratorio (Fig. 3). Como medidas de protección temporal se
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Fig. 2. Consolidación in situ de los revestimientos de muro mediante
pulverización de silicato de etilo.
La exposición: revisión y selección de piezas,
conservación y restauración
La última campaña de excavaciones realizada, en
septiembre de 2013, significó la puesta en marcha del proyecto expositivo que ahora se presenta y que muestra los
resultados de 30 años de trabajo. Y comienzan los preparativos, entre los cuales está la selección de los materiales
a exponer. La revisión de los fondos custodiados en los
almacenes y de las piezas catalogadas nos permite redescubrir objetos correspondientes a las primeras campañas
junto con otros recuperados en los últimos años; su ordenación y selección ha sido una de las tareas más complejas de acuerdo con el volumen de materiales recuperados
y su necesaria organización por materias: cerámica, hue-
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
realizó el recubrimiento con geotextil y arena de algunos
elementos que merecían una especial seguridad, y también se diseñaron cubiertas parciales para resguardar las
partes del muro de la Habitación II que aún conservaba
los revestimientos anteriormente citados (Fig. 4).
En 2013 se efectuó la limpieza de la terrera depositada en la ladera oriental, financiada por Red Eléctrica
de acuerdo con el proyecto que presentamos a la
Dirección General de Parques Naturales de la Conselleria
de Medio Ambiente. Intervención que contó con la iniciativa de Salvador Villalba, por entonces responsable de
Dinamización del Parc Natural del Túria, y de la Delegación
Regional de Levante de Red Eléctrica de España, en
concreto del jefe de Mantenimiento de Líneas de dicha
Delegación, Ricardo Barberá, y del técnico de Medio
Ambiente de la misma delegación, Mauro Montesinos.
Esta colaboración puntual para la retirada de las tierras
con medios mecánicos abría las puertas a nuevos proyectos de consolidación y museización del yacimiento,
como resultado de acuerdos institucionales que podrían
llevarse a cabo considerando el gran valor patrimonial de
la Lloma de Betxí, dentro del Parc Natural del Túria y del
área de actuación de Red Eléctrica de España. Acuerdos
que finalmente no cristalizaron.
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so, piedra, adornos, metal, elementos de construcción,
etc., de manera que todos los aspectos de la cultura material de un poblado de la Edad del Bronce estuvieran representados. Por otra parte, las piezas seleccionadas para
formar parte de la exposición requerían, en muchos casos,
de trabajos de conservación y restauración que se han llevado a cabo en el Laboratorio de Restauración del Museo.
Trabajos realizados sobre un nutrido y variado grupo de
materiales, como veremos a continuación.
Numerosas piezas cerámicas catalogadas, que ya
formaban parte de la exposición permanente del museo,
se han limpiado y reparado para su presentación; a las
que se han sumado otras de campañas posteriores que
se encontraban todavía en el almacén. En total un con-
Fig. 3. Refuerzo de una impronta de cestería junto al molino y
proceso de extracción.
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junto de 63 vasos cerámicos sobre los que se realizaron
operaciones de limpieza mecánica de las incrustaciones
calcáreas superficiales con equipo de ultrasonidos, junto
a un proceso de limpieza química con empacos de pasta
de celulosa y agente complejante EDTA, solo en los casos
en los que el tratamiento mecánico no era suficientemente efectivo. Las reintegraciones de pequeños faltantes se
han realizado con una mezcla al 50% de escayola dental y
Polyfilla (Fig. 5), dejándolas a bajo nivel como método de
reconocimiento, mientras que los acabados de color han
sido aplicados con aerógrafo, utilizando la técnica del estarcido y empleando pinturas acrílicas.
Algunos de los vasos presentaban intervenciones
antiguas que en la mayoría de los casos se ha optado por
respetar; solo se han realizado operaciones puntuales de
retoque de las reintegraciones cromáticas en aquellas
piezas donde se consideraba que se podía mejorar de forma sustancial la estética global (Fig. 6).
Además, con el fin de ilustrar diferentes técnicas
decorativas de la cerámica, se ha revisado un buen número de unidades de almacén correspondientes a tres
grandes vasos de la Habitación III decorados con cordones y mamelones, así como otros pequeños vasos con
motivos incisos, todos ellos pertenecientes al momento
más avanzado de la ocupación del poblado.
Las pesas de telar también han sido objeto de revisión para intentar recuperar el conjunto de casi 20 piezas
aparecidas en la Habitación I en la campaña de 1987, de
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Fig. 4. Cubierta horizontal para la protección de las estructuras, con
cerramientos verticales contra posibles actos vandálicos.
De la industria ósea se han revisado numerosas
piezas ya catalogadas para su limpieza y consolidación.
Los tratamientos llevados a cabo sobre el material óseo
consistieron básicamente en la limpieza mecánica y física realizada bajo lupa binocular, con lápiz de ultrasonidos para hacer saltar las concreciones más adheridas e
impregnaciones con hisopo de una disolución al 50% de
agua y alcohol etílico. La resina Paraloid B72 en porcentaje del 10% se empleó para la consolidación por inyección
de pequeñas grietas y al 30% para la adhesión de fragmentos sueltos.
Los más recientes hallazgos han sido catalogados:
entre punzones, botones, cuentas de collar, colgantes,
etc., un total de 33 nuevas piezas.
Como medida de conservación preventiva, y en el
caso de los conjuntos más delicados (objetos metálicos y
material óseo), se fabricaron cajas nido con materiales total-
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
las cuales dos habían sido ya consolidadas con anterioridad y se encontraban expuestas en las salas permanentes. Otras 16 han sido limpiadas y consolidadas (Fig. 7) y
ocho de ellas, las que estaban en mejor estado, han pasado a formar parte de la selección de materiales a exponer.
En el caso de las pesas de telar, donde la pasta cerámica
estaba muy disgregada y precisaba de la aplicación de un
material consolidante, se obtuvieron buenos resultados
con impregnaciones al vacío de silicato de etilo.
En cuanto a los objetos metálicos, algunos estaban ya catalogados y otros permanecían en el almacén.
Muchos de ellos presentaban un proceso de corrosión activo que hubo que frenar mediante inmersión al vacío en
un inhibidor de la corrosión (benzotriazol 3%), tras haber
realizado un tratamiento previo de limpieza mecánica con
micromotor. Finalmente se aplicó una doble capa de protección con resina sintética (Paraloid B44 3%) y cera microcristalina (Reswax 5%). La revisión de las piezas ha permitido la consolidación y restauración de aquellas que se
encontraban en peor estado, en total nueve punzones, un
puñal de remaches, cuatro puntas y un fragmento de cuchillo o similar; todas ellas han sido también catalogadas.
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mente inertes (cartón de conservación y espuma de polietileno), aisladas de los excesos de humedad con un material
absorbente (Pro-Sorb), donde los materiales se ordenan e
inmovilizan, perfectamente identificados (Fig. 8). Se logra
así garantizar no solo una mejor preservación de las piezas,
sino una cómoda localización para futuras investigaciones.
Por último, se realizaron diversas intervenciones
sobre los restos de elementos de construcción trasladados al laboratorio tras su extracción (Fig. 9). El apartado
de los materiales de construcción y de las técnicas constructivas utilizadas en el poblado ocupa un importante lugar en la exposición, de ahí la revisión de materiales realizada. Entre los numerosos restos se ha seleccionado una
buena muestra de fragmentos de enlucido, techo y otras
estructuras independientes como soportes o molduras,
eligiendo aquellos en los que las improntas de cestería,
troncos u otros elementos vegetales fueran bien visibles
y también los que por su tamaño proporcionan mayor
información. Los fragmentos con improntas de cañas,
restos de paja y otras especies vegetales, pertenecientes
a las techumbres, se consolidaron con impregnaciones
al vacío de silicato de etilo, mientras que a las piezas extraídas in situ (improntas de cestería y revestimiento de
muro) se les colocó un nuevo soporte rígido.
En el caso de la industria lítica de sílex y la piedra
pulida se han catalogado nuevas piezas, en su mayoría
dientes de hoz y láminas retocadas, pero también cuatro
nuevas placas pulidas, de las conocidas como brazaletes
de arquero. Y se ha seleccionado igualmente diverso utillaje de molienda.
Los restos de los dos enterramientos humanos se
han revisado para comprobar su estado de conservación,
y se han fotografiado para su publicación en el catálogo
(Fig. 10). Lo mismo con los restos de fauna seleccionados,
buscando cubrir el total de especies domésticas y silvestres
aparecidas en el yacimiento. Y con los restos paleobotánicos,
de los que se han separado fragmentos de madera carbonizada de las especies representadas así como semillas de
cereal carbonizado aparecido en los suelos de ocupación.
Finalmente, una importante muestra de materiales ha sido fotografiada como parte de las ilustraciones
del catálogo de la exposición. En resumen, la búsqueda y
selección de materiales ha permitido ahondar en su limpieza, restauración, estudio, catálogo y fotografía, aportando así una nueva y exhaustiva documentación.
> Fig. 5. Vertido del estuco sobre una laguna en uno de los
vasos cerámicos.
Fig. 6. Retoque cromático de las zonas previamente
reconstruidas en un vaso geminado.
Fig. 7. Primer proceso de limpieza mecánica en seco
sobre una pesa de telar.
Fig. 8. Caja de conservación para los materiales óseos.
Fig. 9. Consolidación de fragmentos de material de
construcción por impregnación de resina acrílica.
Fig. 10. Aplicación del consolidante mediante inyección
en diversas fisuras de una mandíbula humana.
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[ fig. 6 ]
[ fig. 7 ]
[ fig. 8 ]
[ fig. 9 ]
[ fig. 10 ]
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
[ fig. 5 ]
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Fig. 11. Jornada de puertas abiertas en el yacimiento,
octubre de 2014.
El futuro del yacimiento: museización y difusión
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Al tratarse de un yacimiento ubicado en una propiedad privada, el acceso de público organizado en visitas
guiadas ha sido muy limitado. No obstante son frecuentes
las visitas de investigadores y alumnos de diversas universidades españolas, y de escolares de las localidades más
cercanas, siempre acompañados de personal autorizado
o del propio equipo excavador.
En 1994 se realizaron las primeras jornadas de
puertas abiertas en el yacimiento, motivadas por la celebración del Año Europeo de la Edad del Bronce. Con
posterioridad, en 2005, se realizó una jornada por iniciativa del Área de Medioambiente del Ayuntamiento de
Paterna, que incluía una conferencia y la visita guiada al
yacimiento. Y otra, en 2008, organizada por la Asociación
de Vecinos de la Canyada. Desde 2010 hasta la fecha se
vienen desarrollando, con carácter anual, jornadas de
puertas abiertas organizadas por el Parc Natural del Túria
y el Museu de Prehistòria de València que han contado
siempre con numerosa asistencia de público (Fig. 11).
Hasta la fecha no se ha hecho una propuesta de
difusión concreta dado el carácter privado de la finca,
si bien se encuentra dentro de un parque natural gestionado por la Generalitat Valenciana desde 20071 y ya
en 2008, a petición de los técnicos del Parc Natural del
Túria, colaboramos en la redacción de un folleto explicativo del mismo.
En general, la escasez de recursos y el deterioro
del yacimiento no aconsejan, en estos momentos, la realización de visitas más que de forma muy restringida. A la
1. Decreto 43/2007 de 13 de abril, declaración del Parque Natural del
Turia: «El tram del llit i riberes del riu Túria [...] és un dels últims pulmons
forestals que sobreviu en una zona tan poblada i industrialitzada com és
l’àrea metropolitana de València. [...] paisatge pla, amb l’empremta del llit i la
ribera del Túria, rodejat de suaus ondulacions travessades per barrancs que
confluïxen en el riu. [...] paisatge dinàmic i variat, a què correspon una notable
diversitat d’hàbitats i d’espècies de fauna i flora. D’altra banda, l’abundància
d’aigua potser va determinar la ubicació d’uns quants assentaments humans
històrics, destacant el poblat de l’edat del bronze de la Lloma de Betxí, que
hui forma part del patrimoni arqueològic i que es troba al costat de la vora
septentrional del Túria [...]».
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protejan y se interesen por su conservación al considerarlo parte de su historia. Este trabajo implica, además de
dar conferencias o hacer visitas guiadas, todo un trabajo
colaborativo con las asociaciones ciudadanas y colectivos
dispuestos a que la Lloma de Betxí no solo permanezca
por sus restos sino también en la memoria colectiva de la
generación que hizo posible su recuperación.
Pero, treinta años después de que se iniciaran los
trabajos de excavación, la Lloma de Betxí se enfrenta a un
futuro incierto en cuanto a su conservación; el deterioro
de las estructuras es cada vez más rápido dada su fragilidad y la inclusión del yacimiento en el Parc Natural no
ha frenado el expolio ni las agresiones a que se ve sometido regularmente. La exposición Vivir junto al Turia hace
4.000 años viene a ser algo así como el epílogo o punto
final de la intervención arqueológica en el yacimiento.
Y es de esperar que ello no signifique su olvido y desaparición sino el inicio de nuevas acciones encaminadas
a preservar un legado arquitectónico y arqueológico de
gran valor patrimonial.
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
espera de concretar el futuro del poblado en relación con
su protección, consolidación, musealización, señalización,
etc., los trabajos realizados se han dado a conocer de forma periódica en conferencias, congresos, folletos y publicaciones diversas. Y una buena muestra de los hallazgos recuperados se encuentra expuesta, desde 1995, en las Salas
Permanentes del Museu de Prehistòria de València.
Nuestro deseo sería integrar a todos los colectivos
implicados en la protección y valorización del yacimiento,
desde el propietario del terreno hasta la dirección del Parc
Natural del Túria o el Ayuntamiento de Paterna, y de una
manera muy especial invitar a participar a la ciudadanía
de la Canyada y de Paterna que son con quienes debemos
trabajar intensamente para que entiendan el yacimiento
como propio, lo incluyan entre sus bienes y así lo valoren,
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La Lloma de Betxí en el siglo XXI.
Perspectivas de futuro
María Jesús de Pedro Michó, Trinidad Pasíes Oviedo, Víctor Chaos López
Museu de Prehistòria-SIP
El año 1984 es el punto de partida de unos trabajos que,
casi tres décadas después, han permitido recuperar –como
hemos visto a lo largo de las páginas de este libro– una importante información arqueológica, económica y medioambiental sobre el asentamiento prehistórico de la Lloma de
Betxí de Paterna.
Ahora, en 2015, presentamos al público los resultados del trabajo de todos estos años, un cuerpo de datos
que ha sido de gran interés para la investigación y decisivo a la hora de documentar el ajuar doméstico y las técnicas de construcción de un poblado de la Edad del Bronce,
todo ello recogido en la exposición monográfica de la que
el presente libro constituye su texto divulgativo.
En las líneas que siguen daremos a conocer algunas de las intervenciones que, aparte de las propiamente
arqueológicas, ha sido necesario realizar para mantener
las estructuras constructivas y de habitación del poblado,
< Control del proceso de extracción de sales solubles
en los vasos cerámicos.
así como los distintos avatares por los que el yacimiento
en sí ha ido pasando, para finalmente reflexionar sobre su
futuro, ya en pleno siglo xxi.
La excavación: consolidación in situ, protección
y limpieza
En 1994, después de diez años de trabajos, la acción humana con continuos expolios y los agentes físicos
habían deteriorado seriamente los restos conservados de
la Lloma de Betxí, y se hacían necesarias actuaciones concretas de consolidación sobre las estructuras más dañadas, es decir, las realizadas con tierra, barro cocido, arcilla
endurecida o enlucidos, que sufren de forma más directa
la acción de las aguas de lluvia. El proyecto de actuación
fue encargado a Ricardo Perelló por la Dirección General
de Patrimonio Artístico de la Conselleria de Cultura y los
trabajos se realizaron en la primavera de 1994 bajo nues-
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Fig. 1. Trabajos de consolidación de las estructuras excavadas,
realizados en 1994.
tra supervisión (de Pedro, 1998) (Fig. 1). Seis años después redactamos un nuevo proyecto para evitar el progresivo deterioro de las nuevas estructuras excavadas y
reparar los desperfectos de aquellas ya consolidadas, el
cual no llegó a ejecutarse. Y en la actualidad seguimos sin
un proyecto adecuado de consolidación y protección de
las estructuras, de señalización, de vigilancia de los accesos, etc. No obstante, las tareas de limpieza y de mantenimiento se realizan periódicamente.
De manera puntual, en los últimos años se han
realizado en el yacimiento diversos trabajos de consolidación, limpieza y protección de elementos arqueológicos. Finalizada la excavación de la Habitación II, en 2007,
los revestimientos de sus muros fueron consolidados con
impregnaciones de silicato de etilo, aplicado por pulverización (Fig. 2). Asimismo se realizaron operaciones de
consolidación in situ en el caso de una estructura que servía como molino, donde se intervino mediante inyección
y aplicaciones de refuerzo con morteros naturales. Y de
extracción de algunos elementos para su traslado al laboratorio, en aquellos casos que se consideró imprescindible para garantizar la conservación de los restos que, por
su delicado estado de conservación, podrían ponerse en
riesgo de no ser tratados adecuadamente. Así se decidió
extraer tanto una impronta de cestería conservada junto
al molino, como un fragmento de revestimiento de muro
que aparecía entre el derrumbe del material de construcción. En ambos casos se tomaron las medidas oportunas
para proteger la superficie y se realizaron refuerzos con
espuma de poliuretano para conformar un bloque rígido
que asegurara los restos durante su traslado al laboratorio (Fig. 3). Como medidas de protección temporal se
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Fig. 2. Consolidación in situ de los revestimientos de muro mediante
pulverización de silicato de etilo.
La exposición: revisión y selección de piezas,
conservación y restauración
La última campaña de excavaciones realizada, en
septiembre de 2013, significó la puesta en marcha del proyecto expositivo que ahora se presenta y que muestra los
resultados de 30 años de trabajo. Y comienzan los preparativos, entre los cuales está la selección de los materiales
a exponer. La revisión de los fondos custodiados en los
almacenes y de las piezas catalogadas nos permite redescubrir objetos correspondientes a las primeras campañas
junto con otros recuperados en los últimos años; su ordenación y selección ha sido una de las tareas más complejas de acuerdo con el volumen de materiales recuperados
y su necesaria organización por materias: cerámica, hue-
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
realizó el recubrimiento con geotextil y arena de algunos
elementos que merecían una especial seguridad, y también se diseñaron cubiertas parciales para resguardar las
partes del muro de la Habitación II que aún conservaba
los revestimientos anteriormente citados (Fig. 4).
En 2013 se efectuó la limpieza de la terrera depositada en la ladera oriental, financiada por Red Eléctrica
de acuerdo con el proyecto que presentamos a la
Dirección General de Parques Naturales de la Conselleria
de Medio Ambiente. Intervención que contó con la iniciativa de Salvador Villalba, por entonces responsable de
Dinamización del Parc Natural del Túria, y de la Delegación
Regional de Levante de Red Eléctrica de España, en
concreto del jefe de Mantenimiento de Líneas de dicha
Delegación, Ricardo Barberá, y del técnico de Medio
Ambiente de la misma delegación, Mauro Montesinos.
Esta colaboración puntual para la retirada de las tierras
con medios mecánicos abría las puertas a nuevos proyectos de consolidación y museización del yacimiento,
como resultado de acuerdos institucionales que podrían
llevarse a cabo considerando el gran valor patrimonial de
la Lloma de Betxí, dentro del Parc Natural del Túria y del
área de actuación de Red Eléctrica de España. Acuerdos
que finalmente no cristalizaron.
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so, piedra, adornos, metal, elementos de construcción,
etc., de manera que todos los aspectos de la cultura material de un poblado de la Edad del Bronce estuvieran representados. Por otra parte, las piezas seleccionadas para
formar parte de la exposición requerían, en muchos casos,
de trabajos de conservación y restauración que se han llevado a cabo en el Laboratorio de Restauración del Museo.
Trabajos realizados sobre un nutrido y variado grupo de
materiales, como veremos a continuación.
Numerosas piezas cerámicas catalogadas, que ya
formaban parte de la exposición permanente del museo,
se han limpiado y reparado para su presentación; a las
que se han sumado otras de campañas posteriores que
se encontraban todavía en el almacén. En total un con-
Fig. 3. Refuerzo de una impronta de cestería junto al molino y
proceso de extracción.
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junto de 63 vasos cerámicos sobre los que se realizaron
operaciones de limpieza mecánica de las incrustaciones
calcáreas superficiales con equipo de ultrasonidos, junto
a un proceso de limpieza química con empacos de pasta
de celulosa y agente complejante EDTA, solo en los casos
en los que el tratamiento mecánico no era suficientemente efectivo. Las reintegraciones de pequeños faltantes se
han realizado con una mezcla al 50% de escayola dental y
Polyfilla (Fig. 5), dejándolas a bajo nivel como método de
reconocimiento, mientras que los acabados de color han
sido aplicados con aerógrafo, utilizando la técnica del estarcido y empleando pinturas acrílicas.
Algunos de los vasos presentaban intervenciones
antiguas que en la mayoría de los casos se ha optado por
respetar; solo se han realizado operaciones puntuales de
retoque de las reintegraciones cromáticas en aquellas
piezas donde se consideraba que se podía mejorar de forma sustancial la estética global (Fig. 6).
Además, con el fin de ilustrar diferentes técnicas
decorativas de la cerámica, se ha revisado un buen número de unidades de almacén correspondientes a tres
grandes vasos de la Habitación III decorados con cordones y mamelones, así como otros pequeños vasos con
motivos incisos, todos ellos pertenecientes al momento
más avanzado de la ocupación del poblado.
Las pesas de telar también han sido objeto de revisión para intentar recuperar el conjunto de casi 20 piezas
aparecidas en la Habitación I en la campaña de 1987, de
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Fig. 4. Cubierta horizontal para la protección de las estructuras, con
cerramientos verticales contra posibles actos vandálicos.
De la industria ósea se han revisado numerosas
piezas ya catalogadas para su limpieza y consolidación.
Los tratamientos llevados a cabo sobre el material óseo
consistieron básicamente en la limpieza mecánica y física realizada bajo lupa binocular, con lápiz de ultrasonidos para hacer saltar las concreciones más adheridas e
impregnaciones con hisopo de una disolución al 50% de
agua y alcohol etílico. La resina Paraloid B72 en porcentaje del 10% se empleó para la consolidación por inyección
de pequeñas grietas y al 30% para la adhesión de fragmentos sueltos.
Los más recientes hallazgos han sido catalogados:
entre punzones, botones, cuentas de collar, colgantes,
etc., un total de 33 nuevas piezas.
Como medida de conservación preventiva, y en el
caso de los conjuntos más delicados (objetos metálicos y
material óseo), se fabricaron cajas nido con materiales total-
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
las cuales dos habían sido ya consolidadas con anterioridad y se encontraban expuestas en las salas permanentes. Otras 16 han sido limpiadas y consolidadas (Fig. 7) y
ocho de ellas, las que estaban en mejor estado, han pasado a formar parte de la selección de materiales a exponer.
En el caso de las pesas de telar, donde la pasta cerámica
estaba muy disgregada y precisaba de la aplicación de un
material consolidante, se obtuvieron buenos resultados
con impregnaciones al vacío de silicato de etilo.
En cuanto a los objetos metálicos, algunos estaban ya catalogados y otros permanecían en el almacén.
Muchos de ellos presentaban un proceso de corrosión activo que hubo que frenar mediante inmersión al vacío en
un inhibidor de la corrosión (benzotriazol 3%), tras haber
realizado un tratamiento previo de limpieza mecánica con
micromotor. Finalmente se aplicó una doble capa de protección con resina sintética (Paraloid B44 3%) y cera microcristalina (Reswax 5%). La revisión de las piezas ha permitido la consolidación y restauración de aquellas que se
encontraban en peor estado, en total nueve punzones, un
puñal de remaches, cuatro puntas y un fragmento de cuchillo o similar; todas ellas han sido también catalogadas.
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mente inertes (cartón de conservación y espuma de polietileno), aisladas de los excesos de humedad con un material
absorbente (Pro-Sorb), donde los materiales se ordenan e
inmovilizan, perfectamente identificados (Fig. 8). Se logra
así garantizar no solo una mejor preservación de las piezas,
sino una cómoda localización para futuras investigaciones.
Por último, se realizaron diversas intervenciones
sobre los restos de elementos de construcción trasladados al laboratorio tras su extracción (Fig. 9). El apartado
de los materiales de construcción y de las técnicas constructivas utilizadas en el poblado ocupa un importante lugar en la exposición, de ahí la revisión de materiales realizada. Entre los numerosos restos se ha seleccionado una
buena muestra de fragmentos de enlucido, techo y otras
estructuras independientes como soportes o molduras,
eligiendo aquellos en los que las improntas de cestería,
troncos u otros elementos vegetales fueran bien visibles
y también los que por su tamaño proporcionan mayor
información. Los fragmentos con improntas de cañas,
restos de paja y otras especies vegetales, pertenecientes
a las techumbres, se consolidaron con impregnaciones
al vacío de silicato de etilo, mientras que a las piezas extraídas in situ (improntas de cestería y revestimiento de
muro) se les colocó un nuevo soporte rígido.
En el caso de la industria lítica de sílex y la piedra
pulida se han catalogado nuevas piezas, en su mayoría
dientes de hoz y láminas retocadas, pero también cuatro
nuevas placas pulidas, de las conocidas como brazaletes
de arquero. Y se ha seleccionado igualmente diverso utillaje de molienda.
Los restos de los dos enterramientos humanos se
han revisado para comprobar su estado de conservación,
y se han fotografiado para su publicación en el catálogo
(Fig. 10). Lo mismo con los restos de fauna seleccionados,
buscando cubrir el total de especies domésticas y silvestres
aparecidas en el yacimiento. Y con los restos paleobotánicos,
de los que se han separado fragmentos de madera carbonizada de las especies representadas así como semillas de
cereal carbonizado aparecido en los suelos de ocupación.
Finalmente, una importante muestra de materiales ha sido fotografiada como parte de las ilustraciones
del catálogo de la exposición. En resumen, la búsqueda y
selección de materiales ha permitido ahondar en su limpieza, restauración, estudio, catálogo y fotografía, aportando así una nueva y exhaustiva documentación.
> Fig. 5. Vertido del estuco sobre una laguna en uno de los
vasos cerámicos.
Fig. 6. Retoque cromático de las zonas previamente
reconstruidas en un vaso geminado.
Fig. 7. Primer proceso de limpieza mecánica en seco
sobre una pesa de telar.
Fig. 8. Caja de conservación para los materiales óseos.
Fig. 9. Consolidación de fragmentos de material de
construcción por impregnación de resina acrílica.
Fig. 10. Aplicación del consolidante mediante inyección
en diversas fisuras de una mandíbula humana.
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La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
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Fig. 11. Jornada de puertas abiertas en el yacimiento,
octubre de 2014.
El futuro del yacimiento: museización y difusión
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Al tratarse de un yacimiento ubicado en una propiedad privada, el acceso de público organizado en visitas
guiadas ha sido muy limitado. No obstante son frecuentes
las visitas de investigadores y alumnos de diversas universidades españolas, y de escolares de las localidades más
cercanas, siempre acompañados de personal autorizado
o del propio equipo excavador.
En 1994 se realizaron las primeras jornadas de
puertas abiertas en el yacimiento, motivadas por la celebración del Año Europeo de la Edad del Bronce. Con
posterioridad, en 2005, se realizó una jornada por iniciativa del Área de Medioambiente del Ayuntamiento de
Paterna, que incluía una conferencia y la visita guiada al
yacimiento. Y otra, en 2008, organizada por la Asociación
de Vecinos de la Canyada. Desde 2010 hasta la fecha se
vienen desarrollando, con carácter anual, jornadas de
puertas abiertas organizadas por el Parc Natural del Túria
y el Museu de Prehistòria de València que han contado
siempre con numerosa asistencia de público (Fig. 11).
Hasta la fecha no se ha hecho una propuesta de
difusión concreta dado el carácter privado de la finca,
si bien se encuentra dentro de un parque natural gestionado por la Generalitat Valenciana desde 20071 y ya
en 2008, a petición de los técnicos del Parc Natural del
Túria, colaboramos en la redacción de un folleto explicativo del mismo.
En general, la escasez de recursos y el deterioro
del yacimiento no aconsejan, en estos momentos, la realización de visitas más que de forma muy restringida. A la
1. Decreto 43/2007 de 13 de abril, declaración del Parque Natural del
Turia: «El tram del llit i riberes del riu Túria [...] és un dels últims pulmons
forestals que sobreviu en una zona tan poblada i industrialitzada com és
l’àrea metropolitana de València. [...] paisatge pla, amb l’empremta del llit i la
ribera del Túria, rodejat de suaus ondulacions travessades per barrancs que
confluïxen en el riu. [...] paisatge dinàmic i variat, a què correspon una notable
diversitat d’hàbitats i d’espècies de fauna i flora. D’altra banda, l’abundància
d’aigua potser va determinar la ubicació d’uns quants assentaments humans
històrics, destacant el poblat de l’edat del bronze de la Lloma de Betxí, que
hui forma part del patrimoni arqueològic i que es troba al costat de la vora
septentrional del Túria [...]».
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protejan y se interesen por su conservación al considerarlo parte de su historia. Este trabajo implica, además de
dar conferencias o hacer visitas guiadas, todo un trabajo
colaborativo con las asociaciones ciudadanas y colectivos
dispuestos a que la Lloma de Betxí no solo permanezca
por sus restos sino también en la memoria colectiva de la
generación que hizo posible su recuperación.
Pero, treinta años después de que se iniciaran los
trabajos de excavación, la Lloma de Betxí se enfrenta a un
futuro incierto en cuanto a su conservación; el deterioro
de las estructuras es cada vez más rápido dada su fragilidad y la inclusión del yacimiento en el Parc Natural no
ha frenado el expolio ni las agresiones a que se ve sometido regularmente. La exposición Vivir junto al Turia hace
4.000 años viene a ser algo así como el epílogo o punto
final de la intervención arqueológica en el yacimiento.
Y es de esperar que ello no signifique su olvido y desaparición sino el inicio de nuevas acciones encaminadas
a preservar un legado arquitectónico y arqueológico de
gran valor patrimonial.
La Lloma de Betxí en el siglo xxi. M. J. de Pedro, T. Pasíes, V. Chaos
espera de concretar el futuro del poblado en relación con
su protección, consolidación, musealización, señalización,
etc., los trabajos realizados se han dado a conocer de forma periódica en conferencias, congresos, folletos y publicaciones diversas. Y una buena muestra de los hallazgos recuperados se encuentra expuesta, desde 1995, en las Salas
Permanentes del Museu de Prehistòria de València.
Nuestro deseo sería integrar a todos los colectivos
implicados en la protección y valorización del yacimiento,
desde el propietario del terreno hasta la dirección del Parc
Natural del Túria o el Ayuntamiento de Paterna, y de una
manera muy especial invitar a participar a la ciudadanía
de la Canyada y de Paterna que son con quienes debemos
trabajar intensamente para que entiendan el yacimiento
como propio, lo incluyan entre sus bienes y así lo valoren,
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