Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
Francisco José Puchalt Fortea
2018
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Archivo de Prehistoria Levantina
Vol. XXXII, Valencia, 2018, p. 345-355
ISSN: 0210-3230 / eISSN: 1989-0508
Francisco José PUCHALT FORTEA a
Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca
de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
RESUMEN: Se presenta el estudio de una serie de piezas vertebrales procedentes de la necrópolis morisca
de Benipeixcar, en Gandía, fechada en los siglos XV y XVI. El examen realizado de los restos vertebrales
muestra huellas patológicas que normalmente son frecuentes en vértebras lumbares pero que aquí aparecen
en piezas dorsales sin tener a veces afectación lumbar. El segmento dorsal vertebral es casi inamovible, por
lo que se atribuye estas huellas a una vida de intenso esfuerzo.
PALABRAS CLAVE: vértebras, moriscos, necrópolis, paleopatología, esfuerzo físico.
Vertebral paleopathology in the Moorish necropolis
of Benipeixcar (Gandia, Valencia, Spain)
ABSTRACT: Although usually the study of vertebral remains show evidences of a pathology that’s more
frequent in lumbar vertebra, in the studied group of subjects it only appeared on dorsal vertebral, and
sometimes without such pathology. The dorsal vertebral is nearly fixed, so such indication can be attributed
to a life of intense efforts. The vertebras comes from the moorish necropolis of Benipeixcar, Gandia, dated
from the XV-XVI Centuries.
KEYWORDS: vertebras, moorish, necropolis, paleopathology, physical effort.
a
Investigador independiente.
francisco.puchalt@uv.es
Recibido: 30/12//2017. Aceptado: 27/02/2018.
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F. J. Puchalt Fortea
1. INTRODUCCIÓN
En el estudio de restos esqueléticos humanos es raro, o casi imposible, no encontrarse con piezas vertebrales
o vestigios de ellas. Son numerosas en el esqueleto humano: siete en el segmento cervical, doce en el
segmento dorsal, cinco en la porción lumbar, aparte de las piezas sacras más o menos fusionadas y las
coxígeas, aunque puedan variar de segmento a segmento por asimilación de piezas por los segmentos
vecinos. Esto hace que siempre se encuentren algunas piezas o porciones de las mismas.
A todo esto hay que añadir que las piezas esqueléticas de la columna vertebral participan de forma muy
activa en la biodinámica del cuerpo y en su fisiología, tanto sus elementos duros, óseos, como los elementos
blandos, cuya desaparición después de la muerte deja huellas de su patología.
Son parte del elemento de sostén dinámico del cuerpo humano, tanto en la estática como en el
movimiento. Participan, y a veces de manera bastante dolorosa, en las patologías articulares e infecciosas
del mismo, al ser elementos vivos y de protección, tanto de la médula espinal como de los nervios motores
que salen de ella y de los sensitivos que entran. Su irrigación sanguínea las hace susceptibles de albergar
bastantes patologías infecciosas y tumorales.
Su elevado número, pues, hace que siempre hayan restos de alguna pieza, dando numerosos datos sobre
su poseedor en vida, inclusive apreciaciones valiosas sobre su edad en el momento del fallecimiento.
En la ciudad de Gandía, en la provincia de Valencia, y debido a obras de urbanización, fue puesta
al descubierto, en la zona de Benipeixcar, una necrópolis morisca. Fue datada por los servicios locales
arqueológicos como perteneciente a los siglos XV y XVI. El estudio de las piezas vertebrales es el que se
ofrece en este trabajo.
2. MATERIAL Y MÉTODOS DE ESTUDIO
Se estudian las piezas vertebrales mediante observación directa, apoyados para la identificación de algunas
particularidades en la bibliografía usual sobre anatomía descriptiva (Testut, 1971; White, 2000). Se fija
la edad y el sexo esquelético en los restos de los sujetos de acuerdo con el estudio de los cerramientos
epifisarios, brotes dentales y características pélvicas, craneales y morfológicas de los huesos esqueléticos,
de acuerdo a patrones comúnmente aceptados en antropología (Brothwell, 1987; Demoulin, 1986; Scheuer
y Black, 2004; Ubelaker, 1984).
Las huellas de enfermedad y su identificación son confirmadas mediante la consulta de atlas y libros
de Paleopatología (Aufderheide y Rodríguez-Martín, 1998; Brothwell, 1987; Baxarias y Herrerin, 2008;
Campillo, 2001; Dastugue y Gervais, 1992; Mann y Murphy, 1990; Ortner y Putschar, 1985; Rogers y
Waldron, 1995; Steinbock, 1976; Thillaud, 1996). Se documentan con cámara digital y las medidas a tomar
se hicieron con calibre.
De entre la multitud de piezas esqueléticas solo se estudiaron aquellas que estaban contextualizadas,
dejando aparte las que, por ser afloradas por la excavadora de las obras de urbanización, no pudieron ser
adjudicadas a un enterramiento concreto. Se separan los restos de acuerdo con su edad, posibilidades de
estudio (pueden estar muy deteriorados), y la existencia o no de patología.
3. RESULTADOS
La necrópolis morisca fue destrozada parcialmente por una excavadora. Se recuperaron 38 enterramientos
contextualizados. Veintidós son adultos. De entre ellos:
- En cuatro no se encuentra vestigio alguno de patología.
- Uno tiene destruida la columna vertebral post mortem y no se pueden estudiar los vestigios de patología
vertebral.
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- Uno más conserva tan solo el esqueleto de los miembros inferiores y no se puede establecer la edad ni
averiguar el sexo. No se pueden estudiar las evidencias paleopatológicas en la columna.
- En dieciséis (7 hombres y 9 mujeres) aparecen huellas evidentes de patología vertebral.
- Los otros dieciséis que restan hasta treinta y ocho son de menores de edad. No hay huellas de patología
visible en ellos.
Estudio por sujetos con señales de patología vertebral
B/804
Restos y fragmentos esqueléticos pertenecientes a un sujeto de rasgos sexuales femeninos, de edad superior
a 40 años en el momento del fallecimiento. Las vértebras dorsales D-7, D-8, D-9, D-10, D-11 y D-12
presentan rebordes espondiloartrósicos (fig. 1). En las 5 vértebras lumbares se observa hundimiento cóncavo
de ambas mesetas vertebrales (fig. 2, L-4). Esto es debido a fenómenos de osteoporosis que provocan el
hundimiento de las mesetas vertebrales por la presión de un disco intervertebral.
Fig. 1. B/804. Espondiloartrosis.
Fig. 2. B/804. L-4. Superficie
cóncava. Osteoporosis.
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Fig. 3. B/1504. D-9. Nódulo
de Schmörl.
B/1504
Restos esqueléticos de un sujeto de características sexuales masculinas. La edad en el momento del
fallecimiento estaría comprendida entre 20 y 40 años. Se aprecian hernias del núcleo pulposo degenerado
del disco intervertebral, o nódulo de Schmörl, en las mesetas inferiores de D-6, D-7, D-8, D-9 (fig. 3), D-10
y D-11. En D-12 aparece lo mismo pero en meseta superior. En meseta inferior de D-7 se observa un surco
de salida de material del disco intervertebral, núcleo pulposo, hacia canal medular.
B/1603
Restos de un sujeto con evidencias esqueléticas del sexo femenino, de edad al fallecimiento comprendida
entre 20 y 40 años de edad. Aparece en articulaciones superiores de un fragmento vertebral dorsal una
lesión en forma de agujero, en ambos lados, típica de una osteocondritis.
B/1704
Restos de un sujeto de características esqueléticas del sexo masculino. La edad al fallecimiento se estima
entre 20 y 40 años. Aparecen huellas de nódulo de Schmörl, herniación o incrustación del núcleo pulposo
en meseta vertebral, en meseta inferior de D-8.
B/2003
Restos de un sujeto cuyas características óseas son del sexo masculino y de edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. En la cara inferior de la carilla articular derecha de la vértebra C-3 y en
la superior derecha de C-4 (fig. 4), hay signos evidentes de desestructuración de la superficie articular, con
ensanchamiento de la superficie y porosis de las mismas, correspondiendo a un cuadro de artrosis de esas
carillas vertebrales. En los fragmentos de vértebras dorsales se identifican las huellas de dos incrustaciones
de núcleo pulposo en mesetas vertebrales y otras dos en los fragmentos de piezas vertebrales lumbares.
B/2103
Los fragmentos esqueléticos revelan que pertenecieron a un sujeto de sexo femenino, de edad al fallecimiento
comprendida entre los 17 y 23 años de edad. En columna dorsal se aprecian huellas de nódulos de Schmörl,
en las caras inferiores de D-7, D-8, D-9, D-10 y D-11.
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Fig. 4. B/2003. Artrosis
de carilla vertebral.
B/2204
Restos esqueléticos correspondientes a una mujer de edad al fallecimiento comprendida entre 17 y 40
años. La columna vertebral está muy fragmentada. Se aprecian en las láminas posteriores separadas de
sus cuerpos por deterioro, en dos piezas vertebrales distintas, pequeñas depresiones correspondientes a
osteocondritis de las carillas articulares vertebrales superiores (fig. 5).
Fig. 5. B/2204.
Osteocondritis.
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B/2304
Fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo masculino y edad al fallecimiento comprendida
entre 20 y 40 años. Se encuentran huellas de herniación del núcleo pulposo, nódulo de Schmörl, en D-8,
D-9, D-10. Hay herniación del núcleo pulposo, huellas de la misma, en canal medular espinal, en D-8.
B/2504
Restos esqueléticos que corresponden a un sujeto del género masculino y de edad superior a 40 años. En
las vértebras cervicales se aprecia: en C-3, artrosis en carilla articular inferior derecha; en C-4, signos de
artrosis en carilla articular superior derecha y también en carilla derecha inferior; en C-5, signos artrósicos en
carilla articular vertebral superior izquierda; en C-6, carilla articular superior e inferior derechas articulares
vertebrales con signos de artrosis.
En el segmento vertebral dorsal hay: en D-4, surco de salida en meseta inferior del núcleo pulposo; en
D-6, una fisura en carilla articular vertebral inferior izquierda; en D-8, signos claros de artrosis en carilla
articular vertebral inferior derecha; en D-9, la carilla articular superior derecha tiene, en correspondencia
con la anterior vértebra, signos de artrosis y surco de nódulo de Schmörl con salida a canal medular en la
meseta vertebral inferior; en D-10, hay nódulo de Schmörl, aunque superficial. D-10 y D-11 están acuñadas
debido a la presión sufrida por las vértebras, hundiéndose la parte anterior de D-10 (fig. 6).
Las vértebras lumbares no tienen la depresión característica del nódulo de Schmörl pero si osteofitosis en
L-1, L-2, L-3 y L-4, conocida como espondiloartrosis.
Fig. 6. B/2504.
Acuñamiento de D-10.
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B/2703
Restos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino, con una edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. En apófisis odontoides (fig. 7) se ve alteración clara de artrosis de la carilla
articular, con osteofito, y en C-2 con signos de artrosis en la carilla correspondiente articular con la apófisis
odontoides citada arriba (fig. 8).
Fig. 7. B/2703. Artrosis
de la apófisis odontoides
(C-1).
Fig. 8. B/2703. Artrosis
cara articular de vértebra
atlas (C-2) con la
apófisis odontoides.
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B/ 2902
Restos y fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino y de edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. Presenta en C-4 y C-5 depresiones típicas de osteocondritis en carillas
articulares vertebrales superiores del lado izquierdo.
B/9503
Fragmentos y piezas esqueléticas correspondientes a un sujeto de sexo masculino y de edad al fallecimiento
comprendida entre los 24 y los 40 años de edad. D-12 presenta huella del nódulo de Schmörl en su superficie
superior, al igual que D-9 y D-8. D-10 lo tiene en ambas caras. D-11 está respetado, sin huellas. En el
segmento de la columna vertebral lumbar hay nódulos de Schmörl en ambas mesetas en L-1, L-2, L-3 y L-4.
B/14603
Restos esqueléticos pertenecientes a un sujeto de sexo masculino de una edad superior a los 40 años en
el momento de su fallecimiento. En los fragmentos de sus vértebras dorsales se pueden ver señales de
osteofitos, espondiloartrosis vertebral dorsal.
B/15103
Esqueleto de sexo femenino y de edad comprendida entre 17 y 20 años en el momento de su fallecimiento.
En L-1 hay vestigios de nódulo de Schmörl.
B/15403
Restos y fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino con una edad calculada
en el momento del fallecimiento entre los 20 y 40 años. Se observa en la columna vertebral dorsal que las
piezas vertebrales desde D-7 hasta D-12 tienen nódulos de Schmörl por ambas caras.
B/15503
Los restos esqueléticos comprendidos bajo esta sigla arqueológica corresponden con los de un sujeto de
sexo femenino. La edad al fallecer estaría comprendida entre los 17 y 20 años de edad. En el segmento
dorsal, en las vértebras identificadas como D-8 y D-9 aparecen, en su meseta inferior, huellas en forma de
surcos de nódulos de Schmörl. En D-9 se ve la huella de la incrustación del núcleo pulposo en cara anterior
del canal medular, por salida al mismo y atrapamiento por los ligamentos y cobertura medular (fig. 9).
Fig. 9. B/15503. Huella de hernia de
núcleo pulposo en canal vertebral.
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4. DIAGNÓSTICOS DE LOS VESTIGIOS DE ENFERMEDAD
(RESULTADOS DIAGNÓSTICOS PALEOPATOLÓGICOS)
Se han observado las siguientes patologías:
Artrosis
Con sus característicos osteofitos se ha visto artrosis en C-1 y C-2 (apófisis odontoides) en un sujeto tan
solo: B/2703 (fig. 7 y 8). Es de edad comprendida entre 20 y 40 años. Características de desestructuración
de cara articular, porosis y aumento de la superficie articular, rasgos aplicables también a la artrosis de C-1
y C-2 citadas arriba, se han observado en dos sujetos: B/2003, en C-3 y C-4 (fig. 4), de edad comprendida
entre 20 y 40 años; y B/2504, un sujeto mayor de 40 años.
Osteocondritis
Aparecen signos de osteocondritis en B/1603, en varios sitios del esqueleto. También en los sujetos B/2902
y B/2204 (fig. 5). Los tres son de sexo femenino y de una edad comprendida entre 20 y 40 años.
Espondiloartrosis
Aparecen signos de espondiloartrosis en: B/804, mayor de 40 años, femenino, en dorsales (fig. 1); B/2003,
masculino y de edad comprendida entre 20 y 40 años, tanto en dorsales como en lumbares; B/2504
masculino, en lumbares, mayor de 40 años; B/14603, masculino, en dorsales, mayor de 40 años.
Acuñamiento vertebral dorsal
Solo hay un sujeto que presente esta alteración: B/2504, masculino, con hundimiento en cuña de D11, y de
edad mayor de 40 años (fig. 6).
Hundimiento meseta vertebral
Un solo sujeto: B/804, de sexo femenino y mayor de 40 años. Hundimiento cóncavo mesetas inferiores
vertebrales de L-1 a L-4 y L-5 (fig. 2).
Herniacion del núcleo pulposo vertebral en mesetas vertebrales (también llamada nódulo de Schmörl)
Encontrada su huella en: B/1504, masculino, de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en
dorsales D-7 a D-9 (fig. 3), D-10, D-11 en cara inferior y D-12 en cara superior; B/1704, masculino, de
edad a la hora de la muerte comprendida entre 20 y 40 años, en D-8 cara inferior; B/2003, masculino, de
edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en dos dorsales y dos lumbares; B/2103, femenino,
de edad al fallecimiento entre 17 y 23 años, en D-7 a D-11 caras inferiores; B/ 2304, masculino, en D-8 a
D-10, en cara inferior, de edad a la hora de la muerte comprendida entre 20 y 40 años; B/ 2504, masculino,
encontrada su huella en D-9 y 10, cara inferior, mayor de 40 años a la hora del fallecimiento; B/9503,
encontrada su huella en D-8 y D-9 en cara superior, D-11 en las dos caras, L-1 a L-4 en ambas caras, de
sexo masculino y de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años.
Salida del núcleo discal a canal medular
Existe en los siguientes individuos: B/1504, de sexo masculino y edad al fallecer de entre 20 y 40 años,
D-7 meseta inferior; B/2304, masculino, de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en cara
inferior; B/2504, masculino, de edad al fallecimiento superior a 40 años, en cara inferior de D-9; B/15503
(fig. 9), femenino y edad entre 17 y 20 años, en D-9, cara inferior y retención del mismo por ligamentos,
dejando huella labrada en canal medular.
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5. DISCUSIÓN
No hace falta recorrer a la bibliografía general y específica para darse por enterados de las múltiples
funciones de la columna vertebral. Trasmite el peso del cuerpo hasta los miembros inferiores. Amortigua
los choques, a manera de fleje, impidiendo su repercusión brusca sobre el resto del esqueleto y movimientos
que se producen durante la marcha y las caídas y saltos sobre los miembros inferiores con sus curvas
frontales y laterales. Aparte protege, en su canal medular, la médula espinal y nervios sensitivos y motores,
y es reservorio de médula ósea en el interior de sus cuerpos vertebrales.
La anatomía (Testut y Latarjet, 1971; White, 2000) nos indica cómo se hace esto: las caras o mesetas
vertebrales tienen un disco blando intercalado entre cada una de las piezas vertebrales, con un núcleo
algo más denso en su interior sujeto por fibras. Las carillas articulares de las vértebras cervicales son casi
horizontales, permitiendo múltiples movimientos sobre ellas. Las carillas articulares vertebrales dorsales
son, sin embargo, verticales y mirando al frente, no dejando movimiento alguno. Las carillas articulares
de las vértebras lumbares son verticales, paralelas entre sí, mirando hacia afuera o adentro, permitiendo
movimientos de flexión y rotación.
Llama la atención la aparición de signos degenerativos de forma temprana en la columna vertebral. Los
discos intervertebrales están fajados por los ligamentos que van de meseta inferior de una pieza vertebral a
la meseta superior de la siguiente pieza. Al producirse una sobrepresión o movimiento el disco se expande
por elasticidad, abombando el círculo de ligamentos. Al ceder la presión, por turgencia, el disco vuelve a su
estado normal y también los ligamentos.
La espondiloartrosis se espera encontrar en vértebras lumbares y en edades avanzadas (Rogers y
Waldron, 1995; Ortner y Putschar, 1985; Rogers, 1982). El disco intervertebral pierde turgencia, capacidad
para recobrar su forma, y sobresale tirando de los ligamentos intervertebrales. Estos a su vez tiran del hueso
vertebral, formándose espolones óseos. La característica es que son casi horizontales para volverse en su
final hacia la verticalidad. Aquí se encuentran también en sujetos con edad más temprana, existiendo algunos
casos de espondiloartrosis en segmento vertebral dorsal, poco o nada movible debido a la disposición de
las carillas articulares vertebrales. Estas señales hablan de sobrecarga por esfuerzos intensos ya a edades
tempranas.
Los nódulos de Schmörl, o herniación, o incrustación del núcleo pulposo en hueso vertebral, son
también numerosos, apareciendo igualmente en vértebras dorsales, con salida, en cuatro casos, a canal
medular, quedando atrapados por ligamentos y cubiertas medulares. Menos en los casos de más de 40 años
de edad al fallecimiento, parece que se presentan en edades tempranas atestiguando la práctica de esfuerzos
penosos ya a edades tempranas (Campillo, 1988). En el caso de la salida con huella de incrustación en canal
medular, esto sucede en una vértebra dorsal, D-9.
La artrosis en carillas articulares de vértebras cervicales parece ser indicativo, también, de esfuerzos muy
considerables efectuados por los músculos del hombro y del brazo del lado correspondiente. El acuñamiento
de vértebras dorsales, si bien las últimas, habla también de sobreesfuerzo, pues las piezas vertebrales de este
segmento son muy poco movibles debido a sus características anatómicas. Suele ocurrir por fuerte flexión.
La concavidad presente en piezas vertebrales lumbares habla a favor de esfuerzos considerables que
provocan sobrepresión sobre el disco intervertebral sano, en hueso vertebral ya con déficit de calcio,
osteoporosis, que no puede aguantar la fuerza ejercida sobre él. Estas huellas son favorecidas por el
debilitamiento óseo del interior del cuerpo de las vértebras, generalmente por osteoporosis.
Por último hay que considerar la aparición de señales de osteocondritis sobre superficies articulares
de vértebras dorsales. Aunque todavía se consideran de etiología incierta, hay que considerar el aspecto
de la sobrecarga funcional vertebral dorsal y aparecen sobre piezas que por sus características anatómicas
son poco o nada movibles. Hay que tener en cuenta las observaciones de Wells (1974), sobre la dirección
de las fuerzas y la aparición de señales osteocondríticas. Con todas las dudas presentes, y con precaución,
achacaremos estas señales de osteocondritis a sobrecarga funcional.
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Sobrecarga, esfuerzos, trabajo duro, señales de ello que no se presentan en absoluto en ningún individuo
cuya edad al fallecimiento esté por debajo de los 17 años (Campillo, 2001; Capasso et al., 1998; Dastugue
y Gervais, 1992; Mann y Murphy, 1990; Rogers y Waldron, 1995; Yasar Iscan y Kennedy, 1989).
6. RESUMEN Y CONCLUSIONES
Se ha estudiado un total de 38 sujetos. Dieciséis de entre ellos son menores de17 años y no presentan
patología. Veintidós son mayores de 17 años. De estos, dos no han podido ser valorados por destrucción
excesiva, y cuatro más no presentan patología alguna vertebral detectable. Dieciséis sujetos, siendo tres de
ellos mayores de 40 años, presentan evidencias de patología vertebral, 9 mujeres y 7 hombres.
Aparecen vestigios, en los 16 adultos, de: osteocondritis y artrosis cervical, espondiloartrosis, nódulos
de Schmörl, huellas de salida a canal medular del núcleo pulposo del disco intervertebral, acuñamiento
vertebral dorsal, hundimiento de mesetas vertebrales. Estas señales patológicas se atribuyen a esfuerzos
muy duros por parte de la población que se estudia y que empiezan a dejar huella a partir de los 17 años.
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Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca
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RESUMEN: Se presenta el estudio de una serie de piezas vertebrales procedentes de la necrópolis morisca
de Benipeixcar, en Gandía, fechada en los siglos XV y XVI. El examen realizado de los restos vertebrales
muestra huellas patológicas que normalmente son frecuentes en vértebras lumbares pero que aquí aparecen
en piezas dorsales sin tener a veces afectación lumbar. El segmento dorsal vertebral es casi inamovible, por
lo que se atribuye estas huellas a una vida de intenso esfuerzo.
PALABRAS CLAVE: vértebras, moriscos, necrópolis, paleopatología, esfuerzo físico.
Vertebral paleopathology in the Moorish necropolis
of Benipeixcar (Gandia, Valencia, Spain)
ABSTRACT: Although usually the study of vertebral remains show evidences of a pathology that’s more
frequent in lumbar vertebra, in the studied group of subjects it only appeared on dorsal vertebral, and
sometimes without such pathology. The dorsal vertebral is nearly fixed, so such indication can be attributed
to a life of intense efforts. The vertebras comes from the moorish necropolis of Benipeixcar, Gandia, dated
from the XV-XVI Centuries.
KEYWORDS: vertebras, moorish, necropolis, paleopathology, physical effort.
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1. INTRODUCCIÓN
En el estudio de restos esqueléticos humanos es raro, o casi imposible, no encontrarse con piezas vertebrales
o vestigios de ellas. Son numerosas en el esqueleto humano: siete en el segmento cervical, doce en el
segmento dorsal, cinco en la porción lumbar, aparte de las piezas sacras más o menos fusionadas y las
coxígeas, aunque puedan variar de segmento a segmento por asimilación de piezas por los segmentos
vecinos. Esto hace que siempre se encuentren algunas piezas o porciones de las mismas.
A todo esto hay que añadir que las piezas esqueléticas de la columna vertebral participan de forma muy
activa en la biodinámica del cuerpo y en su fisiología, tanto sus elementos duros, óseos, como los elementos
blandos, cuya desaparición después de la muerte deja huellas de su patología.
Son parte del elemento de sostén dinámico del cuerpo humano, tanto en la estática como en el
movimiento. Participan, y a veces de manera bastante dolorosa, en las patologías articulares e infecciosas
del mismo, al ser elementos vivos y de protección, tanto de la médula espinal como de los nervios motores
que salen de ella y de los sensitivos que entran. Su irrigación sanguínea las hace susceptibles de albergar
bastantes patologías infecciosas y tumorales.
Su elevado número, pues, hace que siempre hayan restos de alguna pieza, dando numerosos datos sobre
su poseedor en vida, inclusive apreciaciones valiosas sobre su edad en el momento del fallecimiento.
En la ciudad de Gandía, en la provincia de Valencia, y debido a obras de urbanización, fue puesta
al descubierto, en la zona de Benipeixcar, una necrópolis morisca. Fue datada por los servicios locales
arqueológicos como perteneciente a los siglos XV y XVI. El estudio de las piezas vertebrales es el que se
ofrece en este trabajo.
2. MATERIAL Y MÉTODOS DE ESTUDIO
Se estudian las piezas vertebrales mediante observación directa, apoyados para la identificación de algunas
particularidades en la bibliografía usual sobre anatomía descriptiva (Testut, 1971; White, 2000). Se fija
la edad y el sexo esquelético en los restos de los sujetos de acuerdo con el estudio de los cerramientos
epifisarios, brotes dentales y características pélvicas, craneales y morfológicas de los huesos esqueléticos,
de acuerdo a patrones comúnmente aceptados en antropología (Brothwell, 1987; Demoulin, 1986; Scheuer
y Black, 2004; Ubelaker, 1984).
Las huellas de enfermedad y su identificación son confirmadas mediante la consulta de atlas y libros
de Paleopatología (Aufderheide y Rodríguez-Martín, 1998; Brothwell, 1987; Baxarias y Herrerin, 2008;
Campillo, 2001; Dastugue y Gervais, 1992; Mann y Murphy, 1990; Ortner y Putschar, 1985; Rogers y
Waldron, 1995; Steinbock, 1976; Thillaud, 1996). Se documentan con cámara digital y las medidas a tomar
se hicieron con calibre.
De entre la multitud de piezas esqueléticas solo se estudiaron aquellas que estaban contextualizadas,
dejando aparte las que, por ser afloradas por la excavadora de las obras de urbanización, no pudieron ser
adjudicadas a un enterramiento concreto. Se separan los restos de acuerdo con su edad, posibilidades de
estudio (pueden estar muy deteriorados), y la existencia o no de patología.
3. RESULTADOS
La necrópolis morisca fue destrozada parcialmente por una excavadora. Se recuperaron 38 enterramientos
contextualizados. Veintidós son adultos. De entre ellos:
- En cuatro no se encuentra vestigio alguno de patología.
- Uno tiene destruida la columna vertebral post mortem y no se pueden estudiar los vestigios de patología
vertebral.
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Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
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- Uno más conserva tan solo el esqueleto de los miembros inferiores y no se puede establecer la edad ni
averiguar el sexo. No se pueden estudiar las evidencias paleopatológicas en la columna.
- En dieciséis (7 hombres y 9 mujeres) aparecen huellas evidentes de patología vertebral.
- Los otros dieciséis que restan hasta treinta y ocho son de menores de edad. No hay huellas de patología
visible en ellos.
Estudio por sujetos con señales de patología vertebral
B/804
Restos y fragmentos esqueléticos pertenecientes a un sujeto de rasgos sexuales femeninos, de edad superior
a 40 años en el momento del fallecimiento. Las vértebras dorsales D-7, D-8, D-9, D-10, D-11 y D-12
presentan rebordes espondiloartrósicos (fig. 1). En las 5 vértebras lumbares se observa hundimiento cóncavo
de ambas mesetas vertebrales (fig. 2, L-4). Esto es debido a fenómenos de osteoporosis que provocan el
hundimiento de las mesetas vertebrales por la presión de un disco intervertebral.
Fig. 1. B/804. Espondiloartrosis.
Fig. 2. B/804. L-4. Superficie
cóncava. Osteoporosis.
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Fig. 3. B/1504. D-9. Nódulo
de Schmörl.
B/1504
Restos esqueléticos de un sujeto de características sexuales masculinas. La edad en el momento del
fallecimiento estaría comprendida entre 20 y 40 años. Se aprecian hernias del núcleo pulposo degenerado
del disco intervertebral, o nódulo de Schmörl, en las mesetas inferiores de D-6, D-7, D-8, D-9 (fig. 3), D-10
y D-11. En D-12 aparece lo mismo pero en meseta superior. En meseta inferior de D-7 se observa un surco
de salida de material del disco intervertebral, núcleo pulposo, hacia canal medular.
B/1603
Restos de un sujeto con evidencias esqueléticas del sexo femenino, de edad al fallecimiento comprendida
entre 20 y 40 años de edad. Aparece en articulaciones superiores de un fragmento vertebral dorsal una
lesión en forma de agujero, en ambos lados, típica de una osteocondritis.
B/1704
Restos de un sujeto de características esqueléticas del sexo masculino. La edad al fallecimiento se estima
entre 20 y 40 años. Aparecen huellas de nódulo de Schmörl, herniación o incrustación del núcleo pulposo
en meseta vertebral, en meseta inferior de D-8.
B/2003
Restos de un sujeto cuyas características óseas son del sexo masculino y de edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. En la cara inferior de la carilla articular derecha de la vértebra C-3 y en
la superior derecha de C-4 (fig. 4), hay signos evidentes de desestructuración de la superficie articular, con
ensanchamiento de la superficie y porosis de las mismas, correspondiendo a un cuadro de artrosis de esas
carillas vertebrales. En los fragmentos de vértebras dorsales se identifican las huellas de dos incrustaciones
de núcleo pulposo en mesetas vertebrales y otras dos en los fragmentos de piezas vertebrales lumbares.
B/2103
Los fragmentos esqueléticos revelan que pertenecieron a un sujeto de sexo femenino, de edad al fallecimiento
comprendida entre los 17 y 23 años de edad. En columna dorsal se aprecian huellas de nódulos de Schmörl,
en las caras inferiores de D-7, D-8, D-9, D-10 y D-11.
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Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
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Fig. 4. B/2003. Artrosis
de carilla vertebral.
B/2204
Restos esqueléticos correspondientes a una mujer de edad al fallecimiento comprendida entre 17 y 40
años. La columna vertebral está muy fragmentada. Se aprecian en las láminas posteriores separadas de
sus cuerpos por deterioro, en dos piezas vertebrales distintas, pequeñas depresiones correspondientes a
osteocondritis de las carillas articulares vertebrales superiores (fig. 5).
Fig. 5. B/2204.
Osteocondritis.
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B/2304
Fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo masculino y edad al fallecimiento comprendida
entre 20 y 40 años. Se encuentran huellas de herniación del núcleo pulposo, nódulo de Schmörl, en D-8,
D-9, D-10. Hay herniación del núcleo pulposo, huellas de la misma, en canal medular espinal, en D-8.
B/2504
Restos esqueléticos que corresponden a un sujeto del género masculino y de edad superior a 40 años. En
las vértebras cervicales se aprecia: en C-3, artrosis en carilla articular inferior derecha; en C-4, signos de
artrosis en carilla articular superior derecha y también en carilla derecha inferior; en C-5, signos artrósicos en
carilla articular vertebral superior izquierda; en C-6, carilla articular superior e inferior derechas articulares
vertebrales con signos de artrosis.
En el segmento vertebral dorsal hay: en D-4, surco de salida en meseta inferior del núcleo pulposo; en
D-6, una fisura en carilla articular vertebral inferior izquierda; en D-8, signos claros de artrosis en carilla
articular vertebral inferior derecha; en D-9, la carilla articular superior derecha tiene, en correspondencia
con la anterior vértebra, signos de artrosis y surco de nódulo de Schmörl con salida a canal medular en la
meseta vertebral inferior; en D-10, hay nódulo de Schmörl, aunque superficial. D-10 y D-11 están acuñadas
debido a la presión sufrida por las vértebras, hundiéndose la parte anterior de D-10 (fig. 6).
Las vértebras lumbares no tienen la depresión característica del nódulo de Schmörl pero si osteofitosis en
L-1, L-2, L-3 y L-4, conocida como espondiloartrosis.
Fig. 6. B/2504.
Acuñamiento de D-10.
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Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
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B/2703
Restos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino, con una edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. En apófisis odontoides (fig. 7) se ve alteración clara de artrosis de la carilla
articular, con osteofito, y en C-2 con signos de artrosis en la carilla correspondiente articular con la apófisis
odontoides citada arriba (fig. 8).
Fig. 7. B/2703. Artrosis
de la apófisis odontoides
(C-1).
Fig. 8. B/2703. Artrosis
cara articular de vértebra
atlas (C-2) con la
apófisis odontoides.
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B/ 2902
Restos y fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino y de edad al fallecimiento
comprendida entre 20 y 40 años. Presenta en C-4 y C-5 depresiones típicas de osteocondritis en carillas
articulares vertebrales superiores del lado izquierdo.
B/9503
Fragmentos y piezas esqueléticas correspondientes a un sujeto de sexo masculino y de edad al fallecimiento
comprendida entre los 24 y los 40 años de edad. D-12 presenta huella del nódulo de Schmörl en su superficie
superior, al igual que D-9 y D-8. D-10 lo tiene en ambas caras. D-11 está respetado, sin huellas. En el
segmento de la columna vertebral lumbar hay nódulos de Schmörl en ambas mesetas en L-1, L-2, L-3 y L-4.
B/14603
Restos esqueléticos pertenecientes a un sujeto de sexo masculino de una edad superior a los 40 años en
el momento de su fallecimiento. En los fragmentos de sus vértebras dorsales se pueden ver señales de
osteofitos, espondiloartrosis vertebral dorsal.
B/15103
Esqueleto de sexo femenino y de edad comprendida entre 17 y 20 años en el momento de su fallecimiento.
En L-1 hay vestigios de nódulo de Schmörl.
B/15403
Restos y fragmentos esqueléticos correspondientes a un sujeto de sexo femenino con una edad calculada
en el momento del fallecimiento entre los 20 y 40 años. Se observa en la columna vertebral dorsal que las
piezas vertebrales desde D-7 hasta D-12 tienen nódulos de Schmörl por ambas caras.
B/15503
Los restos esqueléticos comprendidos bajo esta sigla arqueológica corresponden con los de un sujeto de
sexo femenino. La edad al fallecer estaría comprendida entre los 17 y 20 años de edad. En el segmento
dorsal, en las vértebras identificadas como D-8 y D-9 aparecen, en su meseta inferior, huellas en forma de
surcos de nódulos de Schmörl. En D-9 se ve la huella de la incrustación del núcleo pulposo en cara anterior
del canal medular, por salida al mismo y atrapamiento por los ligamentos y cobertura medular (fig. 9).
Fig. 9. B/15503. Huella de hernia de
núcleo pulposo en canal vertebral.
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Paleopatología vertebral en la necrópolis morisca de Benipeixcar (Gandía, Valencia)
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4. DIAGNÓSTICOS DE LOS VESTIGIOS DE ENFERMEDAD
(RESULTADOS DIAGNÓSTICOS PALEOPATOLÓGICOS)
Se han observado las siguientes patologías:
Artrosis
Con sus característicos osteofitos se ha visto artrosis en C-1 y C-2 (apófisis odontoides) en un sujeto tan
solo: B/2703 (fig. 7 y 8). Es de edad comprendida entre 20 y 40 años. Características de desestructuración
de cara articular, porosis y aumento de la superficie articular, rasgos aplicables también a la artrosis de C-1
y C-2 citadas arriba, se han observado en dos sujetos: B/2003, en C-3 y C-4 (fig. 4), de edad comprendida
entre 20 y 40 años; y B/2504, un sujeto mayor de 40 años.
Osteocondritis
Aparecen signos de osteocondritis en B/1603, en varios sitios del esqueleto. También en los sujetos B/2902
y B/2204 (fig. 5). Los tres son de sexo femenino y de una edad comprendida entre 20 y 40 años.
Espondiloartrosis
Aparecen signos de espondiloartrosis en: B/804, mayor de 40 años, femenino, en dorsales (fig. 1); B/2003,
masculino y de edad comprendida entre 20 y 40 años, tanto en dorsales como en lumbares; B/2504
masculino, en lumbares, mayor de 40 años; B/14603, masculino, en dorsales, mayor de 40 años.
Acuñamiento vertebral dorsal
Solo hay un sujeto que presente esta alteración: B/2504, masculino, con hundimiento en cuña de D11, y de
edad mayor de 40 años (fig. 6).
Hundimiento meseta vertebral
Un solo sujeto: B/804, de sexo femenino y mayor de 40 años. Hundimiento cóncavo mesetas inferiores
vertebrales de L-1 a L-4 y L-5 (fig. 2).
Herniacion del núcleo pulposo vertebral en mesetas vertebrales (también llamada nódulo de Schmörl)
Encontrada su huella en: B/1504, masculino, de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en
dorsales D-7 a D-9 (fig. 3), D-10, D-11 en cara inferior y D-12 en cara superior; B/1704, masculino, de
edad a la hora de la muerte comprendida entre 20 y 40 años, en D-8 cara inferior; B/2003, masculino, de
edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en dos dorsales y dos lumbares; B/2103, femenino,
de edad al fallecimiento entre 17 y 23 años, en D-7 a D-11 caras inferiores; B/ 2304, masculino, en D-8 a
D-10, en cara inferior, de edad a la hora de la muerte comprendida entre 20 y 40 años; B/ 2504, masculino,
encontrada su huella en D-9 y 10, cara inferior, mayor de 40 años a la hora del fallecimiento; B/9503,
encontrada su huella en D-8 y D-9 en cara superior, D-11 en las dos caras, L-1 a L-4 en ambas caras, de
sexo masculino y de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años.
Salida del núcleo discal a canal medular
Existe en los siguientes individuos: B/1504, de sexo masculino y edad al fallecer de entre 20 y 40 años,
D-7 meseta inferior; B/2304, masculino, de edad al fallecimiento comprendida entre 20 y 40 años, en cara
inferior; B/2504, masculino, de edad al fallecimiento superior a 40 años, en cara inferior de D-9; B/15503
(fig. 9), femenino y edad entre 17 y 20 años, en D-9, cara inferior y retención del mismo por ligamentos,
dejando huella labrada en canal medular.
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5. DISCUSIÓN
No hace falta recorrer a la bibliografía general y específica para darse por enterados de las múltiples
funciones de la columna vertebral. Trasmite el peso del cuerpo hasta los miembros inferiores. Amortigua
los choques, a manera de fleje, impidiendo su repercusión brusca sobre el resto del esqueleto y movimientos
que se producen durante la marcha y las caídas y saltos sobre los miembros inferiores con sus curvas
frontales y laterales. Aparte protege, en su canal medular, la médula espinal y nervios sensitivos y motores,
y es reservorio de médula ósea en el interior de sus cuerpos vertebrales.
La anatomía (Testut y Latarjet, 1971; White, 2000) nos indica cómo se hace esto: las caras o mesetas
vertebrales tienen un disco blando intercalado entre cada una de las piezas vertebrales, con un núcleo
algo más denso en su interior sujeto por fibras. Las carillas articulares de las vértebras cervicales son casi
horizontales, permitiendo múltiples movimientos sobre ellas. Las carillas articulares vertebrales dorsales
son, sin embargo, verticales y mirando al frente, no dejando movimiento alguno. Las carillas articulares
de las vértebras lumbares son verticales, paralelas entre sí, mirando hacia afuera o adentro, permitiendo
movimientos de flexión y rotación.
Llama la atención la aparición de signos degenerativos de forma temprana en la columna vertebral. Los
discos intervertebrales están fajados por los ligamentos que van de meseta inferior de una pieza vertebral a
la meseta superior de la siguiente pieza. Al producirse una sobrepresión o movimiento el disco se expande
por elasticidad, abombando el círculo de ligamentos. Al ceder la presión, por turgencia, el disco vuelve a su
estado normal y también los ligamentos.
La espondiloartrosis se espera encontrar en vértebras lumbares y en edades avanzadas (Rogers y
Waldron, 1995; Ortner y Putschar, 1985; Rogers, 1982). El disco intervertebral pierde turgencia, capacidad
para recobrar su forma, y sobresale tirando de los ligamentos intervertebrales. Estos a su vez tiran del hueso
vertebral, formándose espolones óseos. La característica es que son casi horizontales para volverse en su
final hacia la verticalidad. Aquí se encuentran también en sujetos con edad más temprana, existiendo algunos
casos de espondiloartrosis en segmento vertebral dorsal, poco o nada movible debido a la disposición de
las carillas articulares vertebrales. Estas señales hablan de sobrecarga por esfuerzos intensos ya a edades
tempranas.
Los nódulos de Schmörl, o herniación, o incrustación del núcleo pulposo en hueso vertebral, son
también numerosos, apareciendo igualmente en vértebras dorsales, con salida, en cuatro casos, a canal
medular, quedando atrapados por ligamentos y cubiertas medulares. Menos en los casos de más de 40 años
de edad al fallecimiento, parece que se presentan en edades tempranas atestiguando la práctica de esfuerzos
penosos ya a edades tempranas (Campillo, 1988). En el caso de la salida con huella de incrustación en canal
medular, esto sucede en una vértebra dorsal, D-9.
La artrosis en carillas articulares de vértebras cervicales parece ser indicativo, también, de esfuerzos muy
considerables efectuados por los músculos del hombro y del brazo del lado correspondiente. El acuñamiento
de vértebras dorsales, si bien las últimas, habla también de sobreesfuerzo, pues las piezas vertebrales de este
segmento son muy poco movibles debido a sus características anatómicas. Suele ocurrir por fuerte flexión.
La concavidad presente en piezas vertebrales lumbares habla a favor de esfuerzos considerables que
provocan sobrepresión sobre el disco intervertebral sano, en hueso vertebral ya con déficit de calcio,
osteoporosis, que no puede aguantar la fuerza ejercida sobre él. Estas huellas son favorecidas por el
debilitamiento óseo del interior del cuerpo de las vértebras, generalmente por osteoporosis.
Por último hay que considerar la aparición de señales de osteocondritis sobre superficies articulares
de vértebras dorsales. Aunque todavía se consideran de etiología incierta, hay que considerar el aspecto
de la sobrecarga funcional vertebral dorsal y aparecen sobre piezas que por sus características anatómicas
son poco o nada movibles. Hay que tener en cuenta las observaciones de Wells (1974), sobre la dirección
de las fuerzas y la aparición de señales osteocondríticas. Con todas las dudas presentes, y con precaución,
achacaremos estas señales de osteocondritis a sobrecarga funcional.
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Sobrecarga, esfuerzos, trabajo duro, señales de ello que no se presentan en absoluto en ningún individuo
cuya edad al fallecimiento esté por debajo de los 17 años (Campillo, 2001; Capasso et al., 1998; Dastugue
y Gervais, 1992; Mann y Murphy, 1990; Rogers y Waldron, 1995; Yasar Iscan y Kennedy, 1989).
6. RESUMEN Y CONCLUSIONES
Se ha estudiado un total de 38 sujetos. Dieciséis de entre ellos son menores de17 años y no presentan
patología. Veintidós son mayores de 17 años. De estos, dos no han podido ser valorados por destrucción
excesiva, y cuatro más no presentan patología alguna vertebral detectable. Dieciséis sujetos, siendo tres de
ellos mayores de 40 años, presentan evidencias de patología vertebral, 9 mujeres y 7 hombres.
Aparecen vestigios, en los 16 adultos, de: osteocondritis y artrosis cervical, espondiloartrosis, nódulos
de Schmörl, huellas de salida a canal medular del núcleo pulposo del disco intervertebral, acuñamiento
vertebral dorsal, hundimiento de mesetas vertebrales. Estas señales patológicas se atribuyen a esfuerzos
muy duros por parte de la población que se estudia y que empiezan a dejar huella a partir de los 17 años.
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