IX campaña de excavaciones en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza): la Domus del Peristilo.
Tamara Peñalver Carrascosa
Inmaculada Delage González
2018
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Archivo de Prehistoria Levantina
Vol. XXXII, Valencia, 2018, p. 235-259
ISSN: 0210-3230 / eISSN: 1989-0508
Tamara PEÑALVER CARRASCOSA a e Inmaculada DELAGE GONZÁLEZ b
IX campaña de excavaciones en el yacimiento
romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza):
la Domus del Peristilo
RESUMEN: Presentamos los resultados de la IX campaña de excavaciones de la ciudad romana de
Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza), relativos al sector domus. Trataremos los resultados de la campaña
preliminar (5-8 de febrero de 2017), donde se realizó un estudio planimétrico, de materiales y técnicas
constructivas de la domus. Además, presentaremos las conclusiones obtenidas durante la campaña de
excavación (26 de junio-23 de julio de 2017), llevada a cabo en diversos sectores (A-F). La intervención ha
permitido completar el conocimiento sobre la planimetría, cronología, programa decorativo e instrumentum
domesticum de este espacio privado. Confirmando que nos encontramos frente a una domus altoimperial
perteneciente a la élite urbana, que ocupaba un lugar privilegiado dentro del urbanismo de la antigua ciudad
romana de Los Bañales.
PALABRAS CLAVE: Arquitectura doméstica, domus, Los Bañales, excavaciones arqueológicas.
IX campaign of excavations in the Roman site
of Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza, Spain): ‘la Domus del Peristilo’
ABSTRACT: We present the results of the IX excavation campaign of the Roman city of Los Bañales
(Uncastillo, Zaragoza), regarding the domus sector. We are going to discuss the results of the preliminary
campaign (February 5-8, 2017), where we studied the house plan and its materials and constructive
techniques. Moreover, we will present the results of the excavation campaign (June 26 - July 23, 2017)
conducted in several sectors (A-F). The intervention allowed us to complete the knowledge of the plan,
chronology, decorative programs and instrumentum domesticum of this private space. The excavation
confirms that we are in front of a high imperial domus that belongs to the urban elite, which occupied a
privileged place within the urban planing of the ancient Roman city of Los Bañales.
KEYWORDS: Domestic architecture, domus, Los Bañales, archaeological excavations.
a Grup de Recerca en Arqueologia del Mediterrani (GRAM), Universitat de València.
tamara.penalver@uv.es
b Universidad de Navarra.
idelage@alumni.unav.es
Recibido: 30/04/2018. Aceptado: 04/07/2018.
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T. Peñalver Carrascosa e I. Delage González
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Contexto geográfico e histórico
El yacimiento de Los Bañales se sitúa al Noreste de Sádaba y al Este de Layana, dentro del término
municipal de Uncastillo, en la provincia de Zaragoza. Durante el periodo altoimperial llegó a extenderse
a lo largo de 23 Ha (Andreu et al., 2008: 236), limitado al Norte por el barranco de Valdebañales, al Oeste
por el cerro de El Pueyo, al Sur por el cerro de El Huso y la Rueca y al Este por una serie de pequeños
promontorios. La ciudad de nombre antiguo desconocido hasta el momento,1 se encontraba, además de en
una región con un enorme valor agrícola; en un enclave geoestratégico entre Caesaraugusta y Pompaelo,
situado en un cruce de caminos fundamental entre el Mediterráneo y el Cantábrico, ya que formaría
parte de la vía que uniría Tarraco y Oiasso. Muy seguramente, debido a esta situación estratégica y
a la construcción de la vía por las legiones IV, VI y X entre los años 9 y 3 a. C., aumenta la actividad
edilicia2 con el cambio de Era, provocando la construcción del acueducto, las termas, el foro y diferentes
edificios todavía en fase de estudio, entre los que se encuentra la llamada Domus del Peristilo a la cual
nos referimos en el presente artículo.
1.2. Historia de la investigación
Pese a ser un yacimiento conocido desde principios del siglo XVII gracias a la descripción del cartógrafo
portugués J.B. Labaña y haber sido objeto de estudio por parte de J. Galiay entre 1942 y 1947, no será hasta
las intervenciones de A. Beltrán entre 1972 y 1979 cuando se realice un primer gran proyecto investigador.
Durante este periodo se intervino en el acueducto, las termas, el Pueyo, la zona de las “dos columnas” y
domus del peristilo (entonces interpretada como el foro) y parte del foro (interpretado como templo). A
pesar de lo prometedor de los hallazgos, Los Bañales no volverán a formar parte de un proyecto integral
de investigación hasta 2008, cuando la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón
encargue a la Fundación de Uncastillo la promoción y gestión de un Plan de Investigación. Desde entonces,
Los Bañales ha sido objeto de nueve campañas de excavaciones y diez de prospección territorial, generando
ambos trabajos cuantiosas publicaciones.3
1.3. Estado de la cuestión de la Domus del Peristilo
Este espacio, ubicado en el extremo Norte del yacimiento, fue objeto de estudio y excavación en la
década de los 70 del siglo pasado, en intervenciones dirigidas por A. Beltrán Martínez y J.A. Hernández
Vera quedando los trabajos bruscamente interrumpidos en 1979. Durante este periodo fue considerado
parte del mal llamado foro (Beltrán Llorís, 1976: 160), bien como viviendas circundantes a este (Zapater
y Yánez, 1995: 24) o incluso como macellum (Torrecilla, 2009: 55-67). El consenso al cual llega el actual
equipo de investigación para aceptar que, definitivamente, se trata de una unidad doméstica, es fruto del
análisis y estudio pormenorizado realizado sobre esta estructura por P. Uribe (Uribe, Hernández-Vera y
Bienes, 2011: 246-253).
1
2
3
El actual equipo de investigación defiende la posibilidad de tratarse de la Tarraca de Plinio, Ptolomeo y Anónimo de Rávena.
Asunto ampliamente tratado en Andreu (2011: 30-38).
A pesar de que en este artículo haremos referencia al periodo comprendido entre los siglos I y III d.C., el yacimiento de Los
Bañales tiene ocupación al menos desde el siglo IV a.C. y con seguridad desde el siglo II a.C. en la zona de El Pueyo (Andreu,
2011: 24) y se prolongará en esta misma zona hasta el s. VIII d.C. según diversos autores (Vega, 2017: 164).
La totalidad de los trabajos publicados referente a Los Bañales puede encontrarse en la página web www.losbanales.es
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2. PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN
La campaña de 2017 se ha desarrollado en dos etapas. Se realizó una campaña previa, entre los días 5 y 8
de Febrero de 2017, coordinada por un equipo compuesto por Javier Andreu Pintado, Inmaculada Delage
González, Jorge Torrero Abad y Tamara Peñalver Carrascosa. Durante esta semana se llevó a cabo un
estudio métrico, de modulación y planimetría de la Domus, así como un estudio de materiales, técnicas y
detalles constructivos de la denominada Domus del Peristilo y de su espacio circundante.
Posteriormente, entre el 26 de junio y el 23 de julio de 2017, en el marco de la IX Campaña de
excavaciones arqueológicas de Los Bañales, tuvo lugar la primera intervención en la denominada “Casa del
Peristilo” tras años de inactividad desde que en 1979 los trabajos dirigidos por Antonio Beltrán Martínez y
José Antonio Hernández Vera quedaran bruscamente interrumpidos.
Hemos de matizar que durante la IX Campaña de excavaciones de Los Bañales se trabajó en dos
espacios simultáneos, uno de ellos cercano al Foro dirigido por Juan José Bienes, y otro en la Domus del
Peristilo y su entorno dirigido por Inmaculada Delage y Tamara Peñalver, al que nos referiremos en este
artículo. Las labores se desarrollaron siguiendo una metodología exhaustiva y científica, basada en los
principios de estratigrafía establecidos por Edward Harris (1979).
2.1. Objetivos
Los objetivos establecidos para la nueva intervención en la Domus del Peristilo (fig.1), fueron los siguientes:
- Definir, en la medida de lo posible, la extensión de la domus. Actualmente se encuentra delimitada
por los muros perimetrales Norte y Este, por lo que propusimos ampliar la excavación del área Oeste. La
zona Sur quedó fuera de la campaña porque la diferencia de cota, visiblemente más baja, señala una posible
pérdida de las estructuras. De todos modos, no se descarta una futura intervención en la zona (Sector D).
Fig. 1. Fotografía aérea con los diferentes sectores antes de iniciar el proceso de excavación.
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- Comprobar la existencia de una estructura de captación de agua y la posible pavimentación o no del
área interna del espacio distribuidor descubierto. El agua es un elemento fundamental en las casas romanas,
por lo que es necesario buscar el sistema de aprovisionamiento hídrico. Por otra parte, para poder analizar
la casa desde el punto de vista tipológico sería necesario saber si el espacio central descubierto, estaba
enlosado (casa de patio) o si, por el contrario, carecía de pavimento posibilitando la existencia de una zona
ajardinada, viridarium (casa de peristilo) (Sector C).
- Acotar la cronología de la domus, que hasta el momento no aparecía claramente definida en las
publicaciones, mediante una metodología adecuada, con recogida y análisis de la cultura material.
- Recuperar los posibles pavimentos, no arrasados en anteriores campañas, para conocer el tipo y la cota
de los mismos, así como de la comprobación de la cota de circulación de la vivienda (Sector F).
- Excavar la estancia 6, que permanecía inédita a pesar de encontrarse en el área excavada en los años
70, y contribuir así, al conocimiento de la cota del pavimento y el aparato ornamental de la domus, dada la
gran cantidad de restos de pintura mural hallados en superficie (Sector A).
- Relacionar la estructura doméstica con el entorno urbano circundante. Los restos en superficie así como
las fotografías aéreas nos han ayudado a detectar, en función del diferencial crecimiento de la vegetación
en superficie, la presencia de muros que siguen una cierta regularidad y que podrían estar desvelando un
espacio mucho mayor, posible barrio doméstico. Otorgándole, si cabe, una mayor entidad a esta vivienda,
ya que rara vez es posible excavar en extensión y con el grado de conservación que ofrece este yacimiento,
de modo que quede articulado en el entramado urbano (Sector E).
- Eliminar el testigo, dejado durante las excavaciones de los años 70, fruto de la aplicación del método
Wheeler, actualmente superado (Renfrew y Bahn, 2011: 112) (Sector B).
2.2. Trabajo preliminar. Campaña previa (5-8 febrero de 2017) (fig. 2)
El objetivo de la breve actuación llevada a cabo en febrero de 2017 fue concretar el potencial
arqueológico del área, sin realizar trabajos de excavación, con el fin de definir futuras intervenciones.
Para ello se realizaron labores de análisis, medición, fotografiado y dibujo de las estructuras excavadas
en la década de los 70, con el fin de obtener conclusiones sobre los materiales, técnicas constructivas
y modulación de la vivienda.
Se llevó a cabo un exhaustivo estudio métrico de los 63 sillares que conformaban los restos excavados
de la casa, recogiendo información sobre su longitud, anchura y alzado.
Toda la unidad doméstica conserva un zócalo realizado con sillares bien escuadrados de
arenisca local (Uribe et al., 2011: 247), material constructivo principal de todas las estructuras que
conforman el urbanismo romano de la ciudad. La procedencia de estos sillares, petrográficamente,
areniscas calcáreas, fue analizada por M. Cisneros (Cisneros, 1986: 614-616). En su trabajo, M.
Cisneros estableció posibles puntos de extracción de la piedra, que fueron incrementados gracias a
las prospecciones realizadas en 2008 y 2009 por parte del actual equipo de investigación, quedando
ubicados siete puntos posibles de extracción de piedra para la construcción de la ciudad: dos en el
propio área arqueológica, en El Pueyo y en el specus, uno en la subida de Layana al yacimiento (La
Berta), otro en Sádaba (La Barbera) y tres en el término municipal de Uncastillo (Punta Sampero, La
pequera y Puyarraso) (Lapuente et al., 2011: 264-270).
La ubicación de la domus en una zona en pendiente, propició la aplicación de técnicas constructivas para
salvar el desnivel natural del terreno. El tipo de casas construidas en terrazas urbanas, en suelos inclinados
o sobre muros urbanos preexistentes, tiene sus paralelos en Pompeya y en las colinas de Roma, como el
Palatino. En la Domus del Peristilo, la adaptación al terreno se manifiesta en algunos puntos del muro Norte
de la estancia 4 y el muro perimetral Este en toda su longitud, donde se ha colocado una primera hilada de
sillarejos de menor tamaño. Con esta técnica se pretendía salvar el desnivel natural del terreno y colocar
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Fig. 2. Plano de la Domus del Peristilo (a partir de plano topográfico realizado por Diego Gaspar, Arqueocad S.L.).
los grandes sillares que componen los zócalos de la casa a la misma altura (fig. 3 y 4). Además, estas casas
aterrazadas ofrecen beneficios adicionales en comparación con sus equivalentes más próximas al centro
cívico, como las vistas y el control estratégico (Tybout, 2007: 416).
Respecto a la técnica constructiva de los zócalos podría definirse como un opus quadratum (Uribe et al.,
2011: 247; Uribe, 2015: 343), sin que conozcamos el alzado de las paredes de la domus, presumiblemente
de adobe o tapial. En su estudio sobre esta domus Uribe señala que la muesca convexa, aparecida de manera
longitudinal y conservada sobre el muro O de la estancia 2,4 tuvo como función facilitar la inserción de los
adobes (Uribe et al., 2011: 247; Uribe, 2015: 343).
En cuanto a la modulación de la domus, los muros perimetrales oscilan entre los 40-50 cm de anchura.
Llama la atención que los muros que delimitan internamente la estancia 2, es decir, sus muros Este y Oeste,
tienen una entidad que gira en torno a los 50 cm de anchura, módulo común en la métrica romana propia
de los ambientes domésticos. Sin embargo, el muro perimetral Norte, parece tener menores dimensiones,
oscilando entre los 40-50 cm de anchura, que los interiores. Se barajan diversas posibilidades, pero
consideramos que el mayor sometimiento a la erosión de los muros externos unido al material constructivo,
la arenisca local de características blandas, en un medio ventoso y orientado al septentrión implicaría una
mayor degradación de estos sillares.
Los muros que enmarcan los cubicula, estancias 5 y 6, tienen menor grosor, quizás por ser estancias
menores comparadas con las grandes salas de representación (2, 3 y 4), ubicadas al Norte de la vivienda.
El estudio de los umbrales es de vital importancia para los análisis espaciales de los contextos
domésticos. Aunque tradicionalmente se ha tenido una visión de la casa como un sistema de espacios, en
realidad nos encontramos frente a un sistema de fronteras que regula las relaciones sociales entre habitantes
y visitantes a través de las mismas. Sin embargo, la naturaleza perecedera de las puertas ha favorecido la
4
Para la enumeración de las distintas estancias que componen la vivienda seguiremos la presentada por Uribe (2015: 340-343).
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Fig. 3. Muro perimetral Norte de la estancia 4.
Fig. 4. Dibujo del muro perimetral Norte de la estancia 4.
falta de atención otorgada por la investigación. Afortunadamente las marcas dejadas en la arquitectura, se
pueden utilizar para identificar el tamaño, el estilo de la puerta, la dirección en la que se abre y el sistema
de cierre (Lauritsen, 2010: 60).
En la Domus del Peristilo, únicamente, se conservan el umbral de acceso a la estancia 7, construido
con los mismos bloques de arenisca que las estructuras murarias de la casa (fig. 5 y 6). Está realizado
con dos bloques que forman parte de los muros colindantes y del propio umbral, tiene 1,15 m de luz y
preserva dos huellas de goznes, con restos de metal, lo que está indicando una puerta de doble hoja. El
batiente longitudinal estaría indicando que las puertas se abren hacia el interior. Finalmente, se conserva
la muesca central donde se encajaría el pestillo interior, como mecanismo de cierre, que por su posición
descentrada indica que las hojas de las puertas no serían iguales. Es posible que una de ellas, la de menor
tamaño, se mantuviera fija, mientras la otra podría ser la hoja móvil. Tanto las huellas de los goznes,
como las marcas de los pernos para encajar las columnas son cuadrados de 7 cm de lado. Los umbrales
estrechos de este tipo se asocian, habitualmente, a pequeñas estancias de descanso, privadas o de servicio
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Fig. 5. Umbral de acceso a la estancia 7.
Fig. 6. Dibujo del umbral de acceso a la estancia 7.
(Lauritsen, 2010: 61). Por tanto, su presencia representa una barrera física entre dos espacios, lógica
teniendo en cuenta que se encontraba abierta a un amplio peristilo, que dada la climatología del lugar,
sería especialmente frío en invierno.
Respecto al estudio métrico y modular del peristilo, se conserva únicamente la cimentación del
pretil que rodearía al espacio descubierto, a excepción del muro Norte del mismo (UE 1012) cuyos
sillares conservan la impronta circular dejada por los fustes de las dos columnas que enmarcarían
visualmente el acceso a la estancia 2. Inicialmente, y a tenor de los datos recogidos durante las
campañas de 1976-1977 (Uribe et al., 2011: 247), se pensó que las columnas habrían sido de adobe
y tapial, posteriormente, revestidas de pintura. Sin embargo, durante el proceso de excavación salió
a la luz una pieza, que por su morfología cilíndrica y su ubicación junto al pretil se correspondería
con un fragmento de tambor de columna, del muro Norte del pretil del peristilo. En este caso, sin
embargo el material es arenisca local, lo cual entra en contradicción con las descripciones aportadas
por las memorias de los años setenta. Cabe la posibilidad, de que nos encontremos frente a columnas
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realizadas en diversos materiales, siendo las que enmarcan la estancia de representación (2) las más
suntuosas, realizadas con materiales más duraderos.
Por último, al material hallado en superficie durante esta campaña preliminar, desveló una importante
concentración de pintura mural, en la estancia 6, destacando el pigmento verde. Mientras en el resto de estancias
predominan el rojo y el ocre. Todos ellos son tintas planas, por lo que podrían pertenecer a la zona media de la
pared. En la esquina Noroeste de la estancia 4 se ha conservado parte de la pintura mural adherida al muro.
2.3. Planificación y estrategia
Durante la presente campaña de excavación dirigida por las dos técnicas arqueólogas, Inmaculada Delage y
Tamara Peñalver, se acotaron 6 sectores de trabajo, enumerados del sector A al sector F. El sector A se ubicó
en la estancia 6, posible cubiculum; el testigo de tierra dejado durante las excavaciones de los años 70 se
dividió en tres sectores en función de las estancias que atravesaba de Norte a Sur, se denominó sector B a
la parte acotada en el interior de la habitación 2, C al tramo que cortaba el peristilo y F a la parte del testigo
que atravesaba el corredor porticado Norte del peristilo. De manera paralela, se procedió a la apertura de
los sectores D, correspondiente a la estancia 3 y E, en forma de sondeo, realizado en la calle que discurre
Norte-Sur y que delimita perimetralmente la domus por su lado E (fig. 1).
Se ha llevado a cabo el fotografiado de las UUEE, estructuras, detalles constructivos y elementos
ornamentales de los sectores excavados, generando una exhaustiva documentación gráfica del proceso
de excavación y sus hallazgos. Se realizan estudios complementarios de fotogrametría, y de fotografía
aérea con un dron, lo que nos ha permitido detectar, en base al diferencial crecimiento de la vegetación
en superficie, la presencia de muros que siguen una cierta regularidad y que podrían estar desvelando la
existencia de un posible barrio doméstico y comercial.
En relación con el material mueble, se creó un protocolo de muestreo, en el cual se estableció como
necesaria la recogida de todo tipo de fragmento independientemente de su naturaleza (cerámica, vidrio,
metal, pintura, restos óseos, etc.) y de si se trataba de una pieza diagnóstico o no. Fueron clasificados
y estudiados durante las actividades de laboratorio que acontecían paralelamente al trabajo de campo, y
posteriormente en el gabinete de arqueología de la Universidad de Navarra.
3. PRIMEROS RESULTADOS DE LA CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN
3.1. Sector A (fig. 7)
La estancia correspondiente al denominado Sector A tiene unas dimensiones de 3,88 x 2,80 m². Tras retirar el nivel
superficial (UE 1001), caracterizado por su poca potencia estratigráfica y por la única aparición de fragmentos
de pintura mural de pequeño tamaño, en su mayoría de color verde, aparecieron dos estratos diferenciados; en la
zona Sur de la estancia se encontraba la UE 1003 y adosada al muro Norte (UE 1020) la UE 1006.
En la zona Sur de la estancia, la UE 1003 se caracteriza por contener una gran cantidad de fragmentos
de pintura mural (654), de los cuales la gran mayoría son de color verde (599), pero también aparecieron
fragmentos de color rojo (40), algunos (13) con la unión de ambos colores, rojo y verde, separados por una
pequeña franja de color blanco, y tan solo dos fragmentos con decoración moteada imitando posiblemente
granito, de fondo azul grisáceo y con motas negras, rojas y amarillas, asociadas al zócalo o rodapié de la
estancia. Autores como Eristov, Belot o Barbet, de la escuela francesa, comprobaron que en los zócalos
moteados del s. I d.C. había un cambio de color de fondo a partir de la segunda mitad de la citada centuria,
de tal modo que en un primer momento serían negros o grises para ser luego rosas, a partir del 50 d.C.
Además, este fenómeno iba acompañado de un cambio de técnica pasando de una fina salpicadura a la
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Fig. 7. Croquis final
del Sector A.
utilización de gruesas gotas para realizar el moteado (Íñiguez, 2015: 19). En el caso del zócalo del sector
A, podríamos encuadrarlo en la primera mitad del s. I d.C., a pesar de que se observan ciertas diferencias
en cuanto a la técnica de las gotas, siendo algunas de ellas más gruesas, marcando una posible transición
hacia la segunda mitad del s. I d.C.
Estos fragmentos, de no más de 10 cm, dispuestos tanto boca arriba como boca abajo han sido
interpretados como un nivel de derrumbe de la pintura mural, lo que además explica la escasez de cualquier
otro tipo de material, apareciendo tan solo tres fragmentos informes de cerámica común, un fragmento de
tégula y otro de ímbrice. Bajo esta unidad apareció una gran placa de pintura boca abajo, que denominamos
UE 1017. Aunque en un primer momento barajamos la posibilidad de que pudiera tratarse de un pavimento
de cal, dado que la pintura apareció volteada con el preparado hacia arriba, un pequeño sondeo en el extremo
del panel nos permitió comprobar que se trataba de una gran placa de pintura mural que permanecería in
situ desde el momento de su derrumbe (fig. 8).
Por otra parte, la mitad Norte de la estancia se diferencia considerablemente de la Sur por la escasa
aparición de pintura mural con respecto a la otra mitad. La UE 1006, situada directamente bajo UE
1001, contenía 85 fragmentos de pintura mural, de los cuales la gran mayoría son verdes (82), y solo dos
fragmentos informes de cerámica común. La escasez de material y la diferencia en la densidad de la tierra
nos ha llevado a pensar que esta estancia comenzó a excavarse en el pasado pero no se finalizó.5 A pesar
del gran interés que despertaba este sector respecto al conocimiento del posible pavimento, los trabajos se
5
Las excavaciones de esta zona no han sido publicadas, por lo que desconocemos los lugares concretos en los que se llevó
a cabo la intervención, pero los testimonios de diferentes operarios que estuvieron presentes, nos ha ayudado a localizar las
áreas excavadas, entre las que destaca este cubiculum, en el que se decidió paralizar la excavación debido a la complejidad que
presentaba la excavación de pinturas murales.
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Fig. 8. Sector A.
detuvieron a la espera de la intervención de la restauradora,6 ya que se consideró de suma importancia la
conservación de la gran placa de pintura (UE 1017) debido a sus dimensiones y su presumible posición
primaria, así como los restos preservados bajo la misma.
Especialmente relevante es el hecho de que en diversos puntos de los paramentos Sur (UE 1022) y Este
(UE 1021) se hayan conservado restos de la pintura del zócalo in situ, con decoración moteada, así como
la aparición de algunos fragmentos de pintura considerados realces propios de las esquinas, los llamados
finales de pared. Por otra parte, se recuperó la esquina de un vano de color verde (procedente de la UE
1003), que dada su ubicación pertenecería, seguramente, a una ventana abierta en el muro perimetral Este
de la estancia, que daría al exterior y que captaría la luz de la mañana. La presencia de la ventana estaría en
consonancia con una de las características propias de los cubicula, como es su orientación. Vitruvio (6, 4,
1) aconsejaba ubicar los cubicula en un lado de la casa abierto a la luz matinal. En una de las descripciones
de Plinio el Joven, se nos dice que […] hay un amplio dormitorio, y luego otro más pequeño, que recibe el
sol de la mañana por una ventana, y conserva el de la tarde por otra […] en la conjunción de este dormitorio
y de aquel comedor se forma un ángulo, que retiene e intensifica los rayos más directos del sol […] (Plin.
Ep. 2, 17, 6-7). Por lo que todas las referencias parecen coincidir en la apertura al Este para recoger la luz de
la mañana; sin embargo, en el estudio de Nissin se comprueba que se pueden abrir en todas las direcciones
(Nissin, 2015: 109).
6
Los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2017 se llevaron a cabo los primeros trabajos de protección de la pintura mural tanto de esta
estancia como de las demás, y se planificó el trabajo para la campaña que tendrá lugar este verano, en el cual la participación de
la restauradora será indispensable.
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Consideramos que la aparición de un derrumbe in situ, requiere de una exhaustiva metodología para
recuperar toda la información posible, con el fin de analizar la secuencia de derrumbe y facilitar las
posteriores fases de estudio y de una eventual restauración y exposición al público (Monraval, 1992: 55).
Razón por la que decidimos paralizar la intervención del Sector A, a la espera de la futura campaña de
excavación y restauración del próximo verano de 2018.
El análisis de las pinturas tiene, necesariamente, un carácter provisional, ya que hasta que no se
produzca la intervención de la restauradora no tendremos una visión definitiva de las pinturas. Por tanto, de
manera provisional podemos concluir, casi con total certeza, que se trataría de un cubiculum con las paredes
decoradas con un zócalo o rodapié moteado, preservado in situ, adosado a los muros S, E y O de la estancia.
La zona media debió resolverse con una alternancia de paneles anchos de color verde e interpaneles rojos
separados por “filetes” blancos, con la presencia de, al menos, una ventana en la pared Este de la estancia.
Planteamos una datación aproximada dada la decoración parietal, pues los conjuntos pictóricos que se
organizan en paneles anchos e interpaneles estrechos son un esquema muy común en toda la historia de
la pintura romana, siendo los predilectos de la pintura provincial romana de la segunda mitad del s. I d.C.
(Guiral, 2000: 29).
3.2. Sector B (fig. 9)
Bajo tres estratos de carácter superficial (UUEE 1002; 1004; 1005) comienzan a aparecer niveles de
abandono (UE 1010) caracterizados por contener gran cantidad de material revuelto [cerámica (28), material
constructivo (9), fauna (12) y pintura (100)], entre los que destacan la abundancia de pequeños fragmentos
de pintura en su mayoría blancos, indicio de que nos encontramos ante una decoración diferente a la de la
estancia A, o incluso ante parte del techo. Esta unidad pudo ser contemporánea al nivel de derrumbe de la
UE 1003 del sector A, ya que ambos conservan cotas superiores semejantes.
En el límite Sur de la estancia, entre la misma y el corredor circundante del peristilo (sector F),
se encontraron una serie de placas de pintura (14) hincadas verticalmente de manera fortuita (UE
1007) donde, al igual que en la UE anteriormente descrita, destaca el color blanco. Junto a estas placas
aparecieron numerosos fragmentos de cal depurada, con una impronta muy clara de líneas rectas que
podrían ser los negativos de un sistema de cañas que serviría para sujetar la pintura al techo (fig. 10). Las
capas de fragmentos pintados procedentes del techo suelen aparecen sobre el pavimento, generalmente,
con una alta fragmentación, unidas a morteros con restos de cañizo, cordel de entramado o improntas
sobre el mortero (Monraval, 1992: 55). En las paredes de tapial es frecuente usar entramados de cañas
o de madera como refuerzo y para facilitar la adherencia del mortero, o bien, como parece ser nuestro
caso como armadura de techos y bóvedas, razón por la que conservan impresiones en negativo que
parecen atestiguar el uso de cañas (Díaz y Consuegra, 1992: 124-125). Vitruvio menciona el uso de
cañas como refuerzo de paredes y bóvedas, para estas últimas aconseja el uso de una sola capa de
bastones, unida por medio de cuerdas y clavijas de madera. Especifica cuáles son las mejores variedades
como los juncos griegos, aunque se pueden usar pequeños junco de pantano como sucedáneo. Aunque
Vitruvio describe la aplicación de cañas para reforzar las bóvedas, su uso está atestiguado también en
techos planos, como lo demuestra uno de los derrumbes de la Casa de Pansa en Pompeya (Barbet y
Allag, 1972: 939-944).
Entre estos fragmentos de pintura aparece gran cantidad de piedra tipo canto rodado de mediano tamaño
(± 5-10 cm), material constructivo (48), fauna (6), metal (5, de los cuales dos son restos de clavo), y cerámica
(44). Al tratarse de una unidad relacionada con el derrumbe y su posterior abandono, estos restos, a pesar de
encontrarse en un estrato que muy seguramente ha sufrido gran variedad de procesos postdeposicionales,
nos permiten entrever que el colapso de esta vivienda no excedería la primera mitad del s. III d.C. (fig. 11
y gráfico 1), al tratarse en su totalidad de material altoimperial.
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Fig. 9. Croquis sectores
B-C-F.
Fig. 10. Negativo del sistema
de sujección al techo de las
placas de pintura mural.
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Fig. 11. 1-2 UE 1010; 3-13 UE 1007. 1 ANF; 2 COC_RED; 3-5 TSH; 7-9 ENG; 10-12 MESA_OX; 13 COC_RED;
14 DOL.
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Gráfico 1. Análisis del material cerámico de la UE 1007 por categoría y por clase cerámica.
Fig. 12. Conjunto de
los fragmentos de los
denominados “aislante”
procedentes de la UE 1007.
El derrumbe de pinturas desaparece a medida que nos acercamos al muro Norte de la estancia (UE
1025) y aparece una concentración de carbón. Se decidió parar el proceso de excavación cuando se eliminó
el testigo, llegando a niveles de uso de la habitación, que exigirán, la excavación en extensión de la misma.
Lo que se convierte en uno de los objetivos de la próxima campaña.
Por último, en cuanto al análisis de materiales de este contexto se refiere, cabe destacar la presencia de
unos fragmentos de arcilla cocida no identificados (fig. 12), con una de sus caras lisa y la otra totalmente
informe que al aparecer siempre asociado a la pintura hemos interpretado como un posible aislante.7
7 Esta hipótesis respondería a la lógica constructiva dictada por la climatología del lugar donde se ubica la Domus, entre los más
fríos del yacimiento, por su situación en altura y su exposición al cierzo. Además, la aparición de estos fragmentos en relación
con el derrumbe de la pared, refuerza la posibilidad de que formen parte de la técnica constructiva de los paramentos. Uno de los
objetivos marcados para la siguiente campaña es el análisis de estas piezas y sus posibles funciones.
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IX campaña de excavaciones en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)
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3.3. Sector C (fig. 9)
El sector C se corresponde con la mitad del testigo, que atraviesa la domus de Norte a Sur, circunscrita
al espacio descubierto de la vivienda. Bajo las capas superficiales (UE 1011; UE 1012), se identificó un
estrato, compacto, gris amarillento (UE 1013) en el que, al igual que en la parte Norte del testigo (Sector
B) predomina la aparición de restos de pintura mural (136), destacando el color blanco (124), cerámica
(91) (fig. 13 y gráfico 2), material constructivo (23), eminentemente restos de tegulae e ímbrices, aunque
aparecen tres fragmentos de lo que anteriormente denominamos aislante, y restos de fauna (26) entre los
que destacamos la malacofauna, posiblemente ostras.
Bajo la UE 1013, aparecen dos unidades diferenciadas. Al Norte del sector queda expuesta la UE 1015,
con una gran concentración de pintura mural (405) procedente del derrumbe del pretil, algunos de los
fragmentos yacen planos, con pequeños trozos de carbón, casi la totalidad de los fragmentos son de color
blanco y miden hasta un máximo de 20 cm2. La cantidad de otro tipo de materiales es significativamente
menor que en las unidades anteriores y posteriores (cerámica 36, vidrio 2, material constructivo 17, fauna
16 y metal 1) (gráfico 3).
Por otra parte, al sur del testigo aparece la denominada UE 1027, menos compacta, formada por arena
y con la mayor concentración de material del sector, y a su vez, el más revuelto y rodado, con pruebas
evidentes de haber sufrido gran cantidad de procesos postdeposicionales, entre los que destacaríamos las
intrusiones de pequeños animales. Al contrario del resto de unidades relacionadas con el derrumbe, en esta
ocasión la cantidad de fragmentos de pintura mural (262) es menor que la de cerámica (513), y la proporción
de colores totalmente heterogénea (blanco, rojo, verde, negro, amarillo, burdeos y moteado), resultándonos
imposible deducir de dónde proceden. Como en el resto de las unidades analizadas hasta el momento, los
restos cerámicos proceden de un momento de amortización que, además, han sufrido bastantes alteraciones
en su superficie. Aun así, como sucede en los otros sectores analizados, estos materiales pueden situarse
entre la segunda mitad del s. I d.C. y la primera mitad del s.III d.C. (fig. 14 y gráfico 4). Además, abundan
los restos de carbón de pequeño tamaño. En cuanto a los materiales metálicos, ha aparecido un fragmento
de bronce con baño dorado, un trozo de bronce, probablemente, perteneciente a un cuchillo o navaja y una
pieza amorfa de plomo.
Aunque la UE 1015 y la UE 1027 presentan los mismos materiales; la UE 1015, al contrario que
la UE 1027, contiene más cantidad de pintura mural (colores rojo, ocre y blanco) acompañada de
numerosos trozos de cal, cerámica y vidrio. Mínima representación de fauna, de la que destacamos
un incisivo y una falange de cerdo. Sin embargo, llama la atención la gran cantidad de malacofauna,
tratándose de un yacimiento localizado al interior. Bajo la UE 1015 pegada al pretil N del peristilo
aparece la UE 1053, formada por material constructivo de piedra, procedente del derrumbe de una de
las columnas del pretil Norte.
Cuando la casa fue estudiada por Uribe (Uribe, 2015: 84), se planteó la duda de si nos encontrábamos
frente a un patio enlosado o frente a un peristilo. El debate terminológico ya fue recogido por Cortés en su
estudio sobre peristilos y patios porticados, donde la conjunción de un jardín con pórticos es la adaptación
del peristilo griego, en el que se añaden elementos naturales imitando el jardín helenístico. La característica
importante es que la naturaleza antropizada, domesticada a través del ars topiaria, se convierte en un
componente principal de las casas de peristilo, mientras en la casa de patio porticado este elemento está
ausente (Cortés, 2014: 1013-1015).
Tras el cierre de este sector, una vez eliminado el testigo, cumplimos con dos de los objetivos
iniciales de la campaña, pues se comprobó que no existe estructura hidráulica de captación de agua u
ornamental y que no se trata de un patio enlosado, ya que no hemos encontrado restos de pavimento.
Por lo tanto, podemos definir la tipología de esta casa como una casa de peristilo, con un posible
espacio ajardinado en el centro (viridarium), concebido como un espacio encerrado en sí mismo,
separado de los corredores de la vivienda mediante muros bajos que aíslan el área descubierta (Alarcão,
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Fig. 13. UE 1013. 1-3 TSH; 4 MESA_OX; 5 MESA_RED; 7 MESA_OX; 8 vidrio.
Gráfico 2. Análisis del material cerámico de la UE 1013 por categoría y por clase cerámica.
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IX campaña de excavaciones en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)
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Gráfico 3. Análisis del material cerámico de la UE 1015 por categoría y por clase cerámica.
2013: 14; García-Entero, 2004: 56-57). La presencia de pretiles es una moda que se puede encontrar
en Pompeya, pero que fue difundida, sobre todo, entre los ss. II-III d.C. en área africana y oriental
(Bonini, 2006: 54-55).
Este tipo de distribuidor no es solo el más extendido en la arquitectura doméstica imperial (Meyer,
1999: 101), sino que se trata de la fórmula más representada en Hispania. Desde el punto de vista social,
introducir patios porticados/peristilos va parejo a asumir la presencia de un triclinium, en detrimento del
tablinum. Del mismo modo que el atrio cuando aparece asociado a este tipo de viviendas, hace un papel de
vestíbulo o zona de recepción, mientras que el peristilo es el integrador de espacios de convivium.
Otra de las características propias de este tipo de espacios es la marcada axialidad, que ordena los espacios
en torno a un eje sobre el que se alinean las tres estancias más grandes y elevadas de la casa. Este tipo de
plantas fueron definidas por Meyer como “axial peristyle house”, que idealmente se dispondrán una detrás
de otra de manera axial y simétrica, de este modo el centro de la casa se vería desde la entrada (Meyer,
1999: 102-103). Aunque en este caso no hayamos localizado el acceso a la vivienda, sí que encontramos el
peristilo perfectamente alineado con una de las estancias más grandes de la casa, con toda seguridad, espacio
de representación. Es evidente que sólo un miembro de la élite social podía permitirse espacios que superasen
las necesidades de subsistencia básicas, donde poder disfrutar del otium y dotados de zonas verdes, estanques,
fuentes y elementos decorativos como esculturas (Corrales, 2015: 200; Uribe, 2015: 82).
3.4. Sector D (fig. 15)
Además de trabajar en los sectores A, B y C, dónde ya se habían realizado trabajos con anterioridad a la
llegada del actual equipo de investigación, durante la campaña de 2017 se comenzó a excavar la habitación
(3) ubicada al Oeste de la sala de representación (2). La excavación de las capas superficiales de esta
estancia (UE 1028), ha permitido desenterrar el muro de cierre Norte de la misma, que se identifica como
una prolongación hacia el Oeste del muro perimetral Norte de la vivienda (UE 1025). Puesto que no se
encuentra el muro de cierre Oeste de la habitación, se delimita la zona de forma artificial para proceder a la
excavación en extensión del espacio. Se encontraron dos sillares aislados al Sur de la estancia (UUEE 1044
y 1045), que podrían formar parte del muro de cierre meridional de la misma.
De tratarse de los muros delimitadores de la estancia, la distancia entre el muro Norte y el muro Sur
nos aporta la longitud de la misma (6,42 m). Bajo el nivel superficial apareció una unidad (UE 1048) que
continúa la dinámica de las unidades relacionadas con derrumbe y el posterior abandono de la vivienda; gran
cantidad de material cerámico altoimperial (187) (gráfico 5), abundante material constructivo (31), restos
de vidrio (23) y fragmentos de pintura mural (97), destacando en esta ocasión el color ocre (68) y algunos
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Fig. 14. 1-2 UE 1015; 3-15 UE 1027. 1 COC_RED; 2 DOL; 3-11 TSH; 12-15 ENG.
bícromos, ocre y rojo con un filete negro de separación, frente a los demás, lo que muy posiblemente nos
hable de la predominancia del ocre e interpaneles rojos en la decoración parietal de esta estancia. Resulta
de especial interés que en el Suroeste de la estancia, en esta misma unidad, entre los sillares UUEE 1044 y
1045, algunos de los fragmentos de pintura mural que aparecen, presentan morfología propia de vano, lo
que nos indicaría la posible existencia de una puerta. Asimismo, en esta zona se ha localizado abundante
preparación, barajando la posibilidad de que se trate del alzado de tapial.
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Gráfico 4. Análisis del material cerámico de la UE 1027 por categoría y por clase cerámica.
Fig. 15. Croquis
del Sector D.
Gráfico 5. Análisis del material cerámico de la UE 1048 por categoría y por clase cerámica.
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En el centro de la estancia apareció una acumulación de pintura mural (UE 1058), donde predomina el
color ocre, con fragmentos boca arriba y boca abajo, junto con restos de cal pura sin tratar. En este punto se
finalizó la campaña, razón por la cual, la continuación de la excavación de esta estancia se convierte en uno
de los objetivos de la próxima campaña.
3.5. Sector E (fig. 16)
El sector E se corresponde con el área Calle Norte-Sur que delimita perimetralmente la domus por el
Este. La acera Oeste de esta calle ya se excavó en los años 70 y en función de un bloque que parecía
iniciar un paso de cebra sobreelevado se planificó un sondeo. Bajo un nivel superficial (UE 1029) de pocos
centímetros (20-30 cm), salieron a la luz los bloques que conformaban el paso de cebra. Este paso de cebra
cuenta con tres bloques (UUEE 1036 [1,35 x 0,60 m]; 1037 [0,84 x 0,65 m] y 1039. Al otro lado del paso
de cebra apareció otra acera (UE 1043).
En la mitad Este del sondeo, se detectó, bajo el nivel superficial, un cambio de unidad (UE 1046) con
escaso material, bajo la que se encontraron dos muros: UE 1047, orientado Norte-Sur y UE 1051, orientado
Este-Oeste, que forman una estancia, a la que se adosó una acera (UE 1043). El gran valor de este hallazgo
reside en aumentar la contextualización urbana de nuestro espacio doméstico, pues comenzamos a conocer
la estructura de la calle que delimita el espacio doméstico por el Este, y las posibles unidades domésticas
situadas al otro lado de la vía. Además del interesante valor relativo a la contextualización de la casa, estos
hallazgos subrayan el inmenso potencial arqueológico del conjunto del área en la que se encuentra ubicada
la Domus del Peristilo.
La mayor cantidad de material, se encontró en las unidades de relleno entre los bloques del paso
de cebra (UE 1041) y los muros UE 1047 y UE 1051 (UUEE 1054 y 1056). Por problemas de tiempo,
ninguna de estas unidades pudo ser terminada de excavar durante la campaña de 2017, pero se ha realizado
una pequeña intervención en febrero de 2018 en este sector con fructíferos resultados en los cuales nos
encontramos trabajando en este momento y esperamos poder publicar en el menor tiempo posible.
Fig. 16. Croquis
del Sector E.
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3.6. Sector F (fig. 9)
Este sector se circunscribe al corredor Norte del peristilo que también estaba atravesado por el testigo de
tierra. Bajo el nivel superficial (UE 1049), comienza un nivel de derrumbe de pintura con algunos trozos de
carbón, restos de arcilla y sin material cerámico (UE 1024). Los colores de los diferentes fragmentos (34)
de este derrumbe se dividen entre verdes y un color rojo vino, diferente al encontrado en el sector A, que
hemos denominado burdeos.
Bajo las placas de pintura, se encontró conservado el pavimento del corredor (UE 1026), confirmándose
que se trataría de un suelo de tierra pisada con carbón, compuesto por pequeños cantos rodados. Junto al
hueco (UE 1014) dejado por una de las columnas del pretil Norte del peristilo, aparecieron restos de piedra
procedentes de la columna (UE 1042) caídos sobre el derrumbe de pintura del corredor (UE 1024). Una
pequeña cata realiza junto a uno de los sillares de cimentación del pretil Norte (UE 1012), nos permite
comprobar que, cuenta con una cimentación consistente en otra hilada de mampuestos o sillares.
Este sector, se ha dejado abierto con las pinturas murales a vista a la espera de la intervención de
la restauradora para levantar las placas, de igual modo que en el testigo del sector B y en el cubiculum
(sector A). En los puntos del corredor en los que no aparecieron placas de pintura se ha dejado el
pavimento a vista (fig. 17).
Fig. 17. Sector F.
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4. CONCLUSIONES Y FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN (fig. 18)
El material recogido está indicando que nos encontramos ante una casa cuyo propietario pertenecería a la
élite social, no solo por la técnica constructiva empleada, opus quadratum, propia de la arquitectura pública
y, en este caso, asumida en un ambiente privado, sino por el aparato decorativo rico en pinturas murales,
que presentan colores diversos dependiendo del ambiente ornamentado.
Como ya hemos dicho, la técnica constructiva del espacio excavado es de opus quadratum trabado
en seco, con grandes bloques de arenisca local, que se superponen a una cimentación de sillarejo, de una
sola hilada, cuya función sería nivelar el terreno y permitir que los grandes bloques que forman la segunda
hilada queden igualados. Sin embargo, es posible que esto constituya el zócalo de la vivienda, siendo el
alzado en adobe o tapial. A pesar de que las publicaciones previas (Uribe et al., 2011: 247; Uribe, 2015:
46; 343) señalan la existencia de una moldura convexa en la parte superior de los sillares para asentar con
mayor facilidad el adobe, esta moldura solo se observa en el muro Oeste de la estancia 2, constituyendo un
elemento excepcional al menos en el área excavada. No sabemos si la estancia 3, en proceso de excavación
actualmente, presentaría esta característica en el muro Oeste.
El umbral descubierto en la estancia 7, conserva las dos huellas de alojamiento de goznes, formadas por
un cuadrado de 7x7 cm, donde se conservan las placas de hierro de los cardines, con trazas de óxido. La
huella central para encajar el pestillo de la puerta está descentrada, indicando que las hojas de la puerta no
serían del mismo tamaño. Por último, se conserva el relieve convexo que haría de batiente, demostrando
que la puerta se abriría hacia el interior, al uso romano.
Respecto a la infraestructura hidráulica de la domus, se observa la existencia de un canal hidráulico,
procedente del peristilo en dirección a la calle, que discurre en dirección Sureste, atravesando la estancia
7. En la esquina Sureste del canal se observan dos losas que podrían hallarse in situ, con la finalidad de
Fig. 18. Fotografía aérea del estado final de la domus tras la campaña.
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cubrir el canal, cuyo carácter móvil facilitaría posibles reparaciones. De estar situadas a la misma altura del
pavimento, que consideramos perdido dada la diferencia de cota que se observa entre el umbral y el suelo
dejado actualmente en la habitación, estas dos losas podrían ser de vital importancia para determinar el
nivel de circulación de la habitación.
Se comprueba que en el porticado Este del peristilo faltaría el pavimento que estaría a unos 5 cm más
de altura coincidiendo con la cimentación del pretil, con el umbral y con el canal (teniendo en cuenta las
hipotéticas losas del canal, anteriormente expuestas).
Los pernos de las columnas del peristilo muestran la misma medida que las huellas de gozne, 7 cm de
lado, no todos se encuentran en los mismos puntos de las basas, algunos de ellos están descentrados.
En cuanto a la extensión total de la domus, no ha sido posible definirla, ya que la aparición de pinturas
murales durante la excavación de algunos sectores (Sectores A, B y C) ha ralentizado los trabajos impidiendo
la excavación en extensión de toda la planta de la vivienda. Por la misma razón no hemos encontrado el
acceso a la domus, aunque nos gustaría matizar que por la disposición de la misma, y en base a sus ejes de
axialidad que ordenarían el espacio en vestíbulo-peristilo-sala de representación, su acceso se ubicaría al
Sur. Esta orientación, además, sería la más recomendable dado el contexto climático donde se encuentra el
yacimiento, ya que las bajas temperaturas en invierno aconsejan orientar la casa hacia el mediodía.
La excavación del sector C ha dado como resultado la constatación de la inexistencia de una estructura
de captación de agua en el centro del mismo, así como de pavimentación, por lo que nos encontraríamos
con un posible peristilo ajardinado, viridarium.
Se ha excavado la estancia 6, pero no en su totalidad debido a la aparición de pinturas murales que hacen
recomendable la intervención de un especialista en restauración. Sin embargo, algunas pequeñas catas nos
han permitido ver que, de confirmarse que la unidad subyacente bajo la placa de pintura (UE 1017), es el
pavimento de la habitación, se encontraría a la misma cota que el pavimento del porticado.
El inicio de la excavación de la calle perimetral E de la domus, nos permite ampliar el conocimiento del
contexto de la vivienda mediante la inserción en el urbanismo circundante, donde hemos podido comprobar
la existencia de estructuras más allá de la calle, presumiblemente domésticas, cuyo estudio se completará
en futuras campañas.
Con respecto al material hallado, en particular el cerámico, el análisis preliminar realizado,8 a pesar de
tratarse de materiales, en su mayoría superficiales y con gran exposición a procesos postdeposicionales,
nos permite enmarcar al menos el derrumbe y posterior abandono de la vivienda en un momento bastante
temprano, segunda mitad del s. II d.C. A expensas de poder realizar un análisis con mayor profundidad,
la aparición de TSH 29 junto con TSH 37 nos permite hablar de finales del s. I hasta mediados del s. II
d.C. cuando la TSH 37 desbanque del mercado la forma 29 de manera definitiva, y aunque debemos tener
siempre presente la posibilidad de pervivencia de piezas cerámicas más allá de la fecha que se le concede
para su producción, la no aparición hasta el momento de TSHT refuerza nuestra hipótesis (Mezquíriz, 2004:
513-517), así como la asociación de esta clase cerámica con la cerámica engobada, típica del valle medio
del Ebro, mayormente fechable entre los siglos I y III a.C. (Unzu, 1979: 257-275 y Sesma, 1994: 219-260).
En relación con la cronología creemos interesante destacar la conexión del abandono de este sector de la
ciudad con el del foro (Andreu et al., 2017: 361), que en los estudios actuales todo parece apuntar a la
misma cronología que planteamos aquí para el sector domus. Por otra parte, los estudios de material vienen
a reafirmar las cronologías aportadas por estudios precedentes (Íñiguez, 2015; Uribe, 2011).
Con respecto a la obtención de otros datos de tipo funcional o comercial, como ya hemos señalado en
más de una ocasión, esperamos poder realizar un estudio en profundidad que permita acercarnos a todos
los aspectos de la vivienda.
8
El estudio de materiales que presentamos en este artículo consiste en la cuantificación total de fragmentos (NFR) como manera
de acercamiento preliminar a los materiales a la espera de finalizar de excavar cada una de las estancias y presentar un análisis
pormenorizado.
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En conclusión, nos encontramos ante una vivienda altoimperial de peristilo, en excelente estado de
conservación, cuya abundancia de pinturas murales (aparecidas todos los sectores excavados en el interior
de la vivienda, A, B, C, D y F) denota el nivel económico elevado del propietario. El sondeo del sector
E, vendría a confirmar su inserción en un urbanismo planificado y delimitado por calles, posible barrio
doméstico. No queremos concluir el artículo sin antes reseñar la importancia de continuar con las labores de
excavación en esta área, que nos permitan completar la visión de un aspecto tan interesante del urbanismo
de Los Bañales, como es el ámbito doméstico.
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APL XXXII, 2018
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Archivo de Prehistoria Levantina
Vol. XXXII, Valencia, 2018, p. 235-259
ISSN: 0210-3230 / eISSN: 1989-0508
Tamara PEÑALVER CARRASCOSA a e Inmaculada DELAGE GONZÁLEZ b
IX campaña de excavaciones en el yacimiento
romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza):
la Domus del Peristilo
RESUMEN: Presentamos los resultados de la IX campaña de excavaciones de la ciudad romana de
Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza), relativos al sector domus. Trataremos los resultados de la campaña
preliminar (5-8 de febrero de 2017), donde se realizó un estudio planimétrico, de materiales y técnicas
constructivas de la domus. Además, presentaremos las conclusiones obtenidas durante la campaña de
excavación (26 de junio-23 de julio de 2017), llevada a cabo en diversos sectores (A-F). La intervención ha
permitido completar el conocimiento sobre la planimetría, cronología, programa decorativo e instrumentum
domesticum de este espacio privado. Confirmando que nos encontramos frente a una domus altoimperial
perteneciente a la élite urbana, que ocupaba un lugar privilegiado dentro del urbanismo de la antigua ciudad
romana de Los Bañales.
PALABRAS CLAVE: Arquitectura doméstica, domus, Los Bañales, excavaciones arqueológicas.
IX campaign of excavations in the Roman site
of Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza, Spain): ‘la Domus del Peristilo’
ABSTRACT: We present the results of the IX excavation campaign of the Roman city of Los Bañales
(Uncastillo, Zaragoza), regarding the domus sector. We are going to discuss the results of the preliminary
campaign (February 5-8, 2017), where we studied the house plan and its materials and constructive
techniques. Moreover, we will present the results of the excavation campaign (June 26 - July 23, 2017)
conducted in several sectors (A-F). The intervention allowed us to complete the knowledge of the plan,
chronology, decorative programs and instrumentum domesticum of this private space. The excavation
confirms that we are in front of a high imperial domus that belongs to the urban elite, which occupied a
privileged place within the urban planing of the ancient Roman city of Los Bañales.
KEYWORDS: Domestic architecture, domus, Los Bañales, archaeological excavations.
a Grup de Recerca en Arqueologia del Mediterrani (GRAM), Universitat de València.
tamara.penalver@uv.es
b Universidad de Navarra.
idelage@alumni.unav.es
Recibido: 30/04/2018. Aceptado: 04/07/2018.
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T. Peñalver Carrascosa e I. Delage González
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Contexto geográfico e histórico
El yacimiento de Los Bañales se sitúa al Noreste de Sádaba y al Este de Layana, dentro del término
municipal de Uncastillo, en la provincia de Zaragoza. Durante el periodo altoimperial llegó a extenderse
a lo largo de 23 Ha (Andreu et al., 2008: 236), limitado al Norte por el barranco de Valdebañales, al Oeste
por el cerro de El Pueyo, al Sur por el cerro de El Huso y la Rueca y al Este por una serie de pequeños
promontorios. La ciudad de nombre antiguo desconocido hasta el momento,1 se encontraba, además de en
una región con un enorme valor agrícola; en un enclave geoestratégico entre Caesaraugusta y Pompaelo,
situado en un cruce de caminos fundamental entre el Mediterráneo y el Cantábrico, ya que formaría
parte de la vía que uniría Tarraco y Oiasso. Muy seguramente, debido a esta situación estratégica y
a la construcción de la vía por las legiones IV, VI y X entre los años 9 y 3 a. C., aumenta la actividad
edilicia2 con el cambio de Era, provocando la construcción del acueducto, las termas, el foro y diferentes
edificios todavía en fase de estudio, entre los que se encuentra la llamada Domus del Peristilo a la cual
nos referimos en el presente artículo.
1.2. Historia de la investigación
Pese a ser un yacimiento conocido desde principios del siglo XVII gracias a la descripción del cartógrafo
portugués J.B. Labaña y haber sido objeto de estudio por parte de J. Galiay entre 1942 y 1947, no será hasta
las intervenciones de A. Beltrán entre 1972 y 1979 cuando se realice un primer gran proyecto investigador.
Durante este periodo se intervino en el acueducto, las termas, el Pueyo, la zona de las “dos columnas” y
domus del peristilo (entonces interpretada como el foro) y parte del foro (interpretado como templo). A
pesar de lo prometedor de los hallazgos, Los Bañales no volverán a formar parte de un proyecto integral
de investigación hasta 2008, cuando la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón
encargue a la Fundación de Uncastillo la promoción y gestión de un Plan de Investigación. Desde entonces,
Los Bañales ha sido objeto de nueve campañas de excavaciones y diez de prospección territorial, generando
ambos trabajos cuantiosas publicaciones.3
1.3. Estado de la cuestión de la Domus del Peristilo
Este espacio, ubicado en el extremo Norte del yacimiento, fue objeto de estudio y excavación en la
década de los 70 del siglo pasado, en intervenciones dirigidas por A. Beltrán Martínez y J.A. Hernández
Vera quedando los trabajos bruscamente interrumpidos en 1979. Durante este periodo fue considerado
parte del mal llamado foro (Beltrán Llorís, 1976: 160), bien como viviendas circundantes a este (Zapater
y Yánez, 1995: 24) o incluso como macellum (Torrecilla, 2009: 55-67). El consenso al cual llega el actual
equipo de investigación para aceptar que, definitivamente, se trata de una unidad doméstica, es fruto del
análisis y estudio pormenorizado realizado sobre esta estructura por P. Uribe (Uribe, Hernández-Vera y
Bienes, 2011: 246-253).
1
2
3
El actual equipo de investigación defiende la posibilidad de tratarse de la Tarraca de Plinio, Ptolomeo y Anónimo de Rávena.
Asunto ampliamente tratado en Andreu (2011: 30-38).
A pesar de que en este artículo haremos referencia al periodo comprendido entre los siglos I y III d.C., el yacimiento de Los
Bañales tiene ocupación al menos desde el siglo IV a.C. y con seguridad desde el siglo II a.C. en la zona de El Pueyo (Andreu,
2011: 24) y se prolongará en esta misma zona hasta el s. VIII d.C. según diversos autores (Vega, 2017: 164).
La totalidad de los trabajos publicados referente a Los Bañales puede encontrarse en la página web www.losbanales.es
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IX campaña de excavaciones en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)
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2. PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN
La campaña de 2017 se ha desarrollado en dos etapas. Se realizó una campaña previa, entre los días 5 y 8
de Febrero de 2017, coordinada por un equipo compuesto por Javier Andreu Pintado, Inmaculada Delage
González, Jorge Torrero Abad y Tamara Peñalver Carrascosa. Durante esta semana se llevó a cabo un
estudio métrico, de modulación y planimetría de la Domus, así como un estudio de materiales, técnicas y
detalles constructivos de la denominada Domus del Peristilo y de su espacio circundante.
Posteriormente, entre el 26 de junio y el 23 de julio de 2017, en el marco de la IX Campaña de
excavaciones arqueológicas de Los Bañales, tuvo lugar la primera intervención en la denominada “Casa del
Peristilo” tras años de inactividad desde que en 1979 los trabajos dirigidos por Antonio Beltrán Martínez y
José Antonio Hernández Vera quedaran bruscamente interrumpidos.
Hemos de matizar que durante la IX Campaña de excavaciones de Los Bañales se trabajó en dos
espacios simultáneos, uno de ellos cercano al Foro dirigido por Juan José Bienes, y otro en la Domus del
Peristilo y su entorno dirigido por Inmaculada Delage y Tamara Peñalver, al que nos referiremos en este
artículo. Las labores se desarrollaron siguiendo una metodología exhaustiva y científica, basada en los
principios de estratigrafía establecidos por Edward Harris (1979).
2.1. Objetivos
Los objetivos establecidos para la nueva intervención en la Domus del Peristilo (fig.1), fueron los siguientes:
- Definir, en la medida de lo posible, la extensión de la domus. Actualmente se encuentra delimitada
por los muros perimetrales Norte y Este, por lo que propusimos ampliar la excavación del área Oeste. La
zona Sur quedó fuera de la campaña porque la diferencia de cota, visiblemente más baja, señala una posible
pérdida de las estructuras. De todos modos, no se descarta una futura intervención en la zona (Sector D).
Fig. 1. Fotografía aérea con los diferentes sectores antes de iniciar el proceso de excavación.
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T. Peñalver Carrascosa e I. Delage González
- Comprobar la existencia de una estructura de captación de agua y la posible pavimentación o no del
área interna del espacio distribuidor descubierto. El agua es un elemento fundamental en las casas romanas,
por lo que es necesario buscar el sistema de aprovisionamiento hídrico. Por otra parte, para poder analizar
la casa desde el punto de vista tipológico sería necesario saber si el espacio central descubierto, estaba
enlosado (casa de patio) o si, por el contrario, carecía de pavimento posibilitando la existencia de una zona
ajardinada, viridarium (casa de peristilo) (Sector C).
- Acotar la cronología de la domus, que hasta el momento no aparecía claramente definida en las
publicaciones, mediante una metodología adecuada, con recogida y análisis de la cultura material.
- Recuperar los posibles pavimentos, no arrasados en anteriores campañas, para conocer el tipo y la cota
de los mismos, así como de la comprobación de la cota de circulación de la vivienda (Sector F).
- Excavar la estancia 6, que permanecía inédita a pesar de encontrarse en el área excavada en los años
70, y contribuir así, al conocimiento de la cota del pavimento y el aparato ornamental de la domus, dada la
gran cantidad de restos de pintura mural hallados en superficie (Sector A).
- Relacionar la estructura doméstica con el entorno urbano circundante. Los restos en superficie así como
las fotografías aéreas nos han ayudado a detectar, en función del diferencial crecimiento de la vegetación
en superficie, la presencia de muros que siguen una cierta regularidad y que podrían estar desvelando un
espacio mucho mayor, posible barrio doméstico. Otorgándole, si cabe, una mayor entidad a esta vivienda,
ya que rara vez es posible excavar en extensión y con el grado de conservación que ofrece este yacimiento,
de modo que quede articulado en el entramado urbano (Sector E).
- Eliminar el testigo, dejado durante las excavaciones de los años 70, fruto de la aplicación del método
Wheeler, actualmente superado (Renfrew y Bahn, 2011: 112) (Sector B).
2.2. Trabajo preliminar. Campaña previa (5-8 febrero de 2017) (fig. 2)
El objetivo de la breve actuación llevada a cabo en febrero de 2017 fue concretar el potencial
arqueológico del área, sin realizar trabajos de excavación, con el fin de definir futuras intervenciones.
Para ello se realizaron labores de análisis, medición, fotografiado y dibujo de las estructuras excavadas
en la década de los 70, con el fin de obtener conclusiones sobre los materiales, técnicas constructivas
y modulación de la vivienda.
Se llevó a cabo un exhaustivo estudio métrico de los 63 sillares que conformaban los restos excavados
de la casa, recogiendo información sobre su longitud, anchura y alzado.
Toda la unidad doméstica conserva un zócalo realizado con sillares bien escuadrados de
arenisca local (Uribe et al., 2011: 247), material constructivo principal de todas las estructuras que
conforman el urbanismo romano de la ciudad. La procedencia de estos sillares, petrográficamente,
areniscas calcáreas, fue analizada por M. Cisneros (Cisneros, 1986: 614-616). En su trabajo, M.
Cisneros estableció posibles puntos de extracción de la piedra, que fueron incrementados gracias a
las prospecciones realizadas en 2008 y 2009 por parte del actual equipo de investigación, quedando
ubicados siete puntos posibles de extracción de piedra para la construcción de la ciudad: dos en el
propio área arqueológica, en El Pueyo y en el specus, uno en la subida de Layana al yacimiento (La
Berta), otro en Sádaba (La Barbera) y tres en el término municipal de Uncastillo (Punta Sampero, La
pequera y Puyarraso) (Lapuente et al., 2011: 264-270).
La ubicación de la domus en una zona en pendiente, propició la aplicación de técnicas constructivas para
salvar el desnivel natural del terreno. El tipo de casas construidas en terrazas urbanas, en suelos inclinados
o sobre muros urbanos preexistentes, tiene sus paralelos en Pompeya y en las colinas de Roma, como el
Palatino. En la Domus del Peristilo, la adaptación al terreno se manifiesta en algunos puntos del muro Norte
de la estancia 4 y el muro perimetral Este en toda su longitud, donde se ha colocado una primera hilada de
sillarejos de menor tamaño. Con esta técnica se pretendía salvar el desnivel natural del terreno y colocar
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Fig. 2. Plano de la Domus del Peristilo (a partir de plano topográfico realizado por Diego Gaspar, Arqueocad S.L.).
los grandes sillares que componen los zócalos de la casa a la misma altura (fig. 3 y 4). Además, estas casas
aterrazadas ofrecen beneficios adicionales en comparación con sus equivalentes más próximas al centro
cívico, como las vistas y el control estratégico (Tybout, 2007: 416).
Respecto a la técnica constructiva de los zócalos podría definirse como un opus quadratum (Uribe et al.,
2011: 247; Uribe, 2015: 343), sin que conozcamos el alzado de las paredes de la domus, presumiblemente
de adobe o tapial. En su estudio sobre esta domus Uribe señala que la muesca convexa, aparecida de manera
longitudinal y conservada sobre el muro O de la estancia 2,4 tuvo como función facilitar la inserción de los
adobes (Uribe et al., 2011: 247; Uribe, 2015: 343).
En cuanto a la modulación de la domus, los muros perimetrales oscilan entre los 40-50 cm de anchura.
Llama la atención que los muros que delimitan internamente la estancia 2, es decir, sus muros Este y Oeste,
tienen una entidad que gira en torno a los 50 cm de anchura, módulo común en la métrica romana propia
de los ambientes domésticos. Sin embargo, el muro perimetral Norte, parece tener menores dimensiones,
oscilando entre los 40-50 cm de anchura, que los interiores. Se barajan diversas posibilidades, pero
consideramos que el mayor sometimiento a la erosión de los muros externos unido al material constructivo,
la arenisca local de características blandas, en un medio ventoso y orientado al septentrión implicaría una
mayor degradación de estos sillares.
Los muros que enmarcan los cubicula, estancias 5 y 6, tienen menor grosor, quizás por ser estancias
menores comparadas con las grandes salas de representación (2, 3 y 4), ubicadas al Norte de la vivienda.
El estudio de los umbrales es de vital importancia para los análisis espaciales de los contextos
domésticos. Aunque tradicionalmente se ha tenido una visión de la casa como un sistema de espacios, en
realidad nos encontramos frente a un sistema de fronteras que regula las relaciones sociales entre habitantes
y visitantes a través de las mismas. Sin embargo, la naturaleza perecedera de las puertas ha favorecido la
4
Para la enumeración de las distintas estancias que componen la vivienda seguiremos la presentada por Uribe (2015: 340-343).
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Fig. 3. Muro perimetral Norte de la estancia 4.
Fig. 4. Dibujo del muro perimetral Norte de la estancia 4.
falta de atención otorgada por la investigación. Afortunadamente las marcas dejadas en la arquitectura, se
pueden utilizar para identificar el tamaño, el estilo de la puerta, la dirección en la que se abre y el sistema
de cierre (Lauritsen, 2010: 60).
En la Domus del Peristilo, únicamente, se conservan el umbral de acceso a la estancia 7, construido
con los mismos bloques de arenisca que las estructuras murarias de la casa (fig. 5 y 6). Está realizado
con dos bloques que forman parte de los muros colindantes y del propio umbral, tiene 1,15 m de luz y
preserva dos huellas de goznes, con restos de metal, lo que está indicando una puerta de doble hoja. El
batiente longitudinal estaría indicando que las puertas se abren hacia el interior. Finalmente, se conserva
la muesca central donde se encajaría el pestillo interior, como mecanismo de cierre, que por su posición
descentrada indica que las hojas de las puertas no serían iguales. Es posible que una de ellas, la de menor
tamaño, se mantuviera fija, mientras la otra podría ser la hoja móvil. Tanto las huellas de los goznes,
como las marcas de los pernos para encajar las columnas son cuadrados de 7 cm de lado. Los umbrales
estrechos de este tipo se asocian, habitualmente, a pequeñas estancias de descanso, privadas o de servicio
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Fig. 5. Umbral de acceso a la estancia 7.
Fig. 6. Dibujo del umbral de acceso a la estancia 7.
(Lauritsen, 2010: 61). Por tanto, su presencia representa una barrera física entre dos espacios, lógica
teniendo en cuenta que se encontraba abierta a un amplio peristilo, que dada la climatología del lugar,
sería especialmente frío en invierno.
Respecto al estudio métrico y modular del peristilo, se conserva únicamente la cimentación del
pretil que rodearía al espacio descubierto, a excepción del muro Norte del mismo (UE 1012) cuyos
sillares conservan la impronta circular dejada por los fustes de las dos columnas que enmarcarían
visualmente el acceso a la estancia 2. Inicialmente, y a tenor de los datos recogidos durante las
campañas de 1976-1977 (Uribe et al., 2011: 247), se pensó que las columnas habrían sido de adobe
y tapial, posteriormente, revestidas de pintura. Sin embargo, durante el proceso de excavación salió
a la luz una pieza, que por su morfología cilíndrica y su ubicación junto al pretil se correspondería
con un fragmento de tambor de columna, del muro Norte del pretil del peristilo. En este caso, sin
embargo el material es arenisca local, lo cual entra en contradicción con las descripciones aportadas
por las memorias de los años setenta. Cabe la posibilidad, de que nos encontremos frente a columnas
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realizadas en diversos materiales, siendo las que enmarcan la estancia de representación (2) las más
suntuosas, realizadas con materiales más duraderos.
Por último, al material hallado en superficie durante esta campaña preliminar, desveló una importante
concentración de pintura mural, en la estancia 6, destacando el pigmento verde. Mientras en el resto de estancias
predominan el rojo y el ocre. Todos ellos son tintas planas, por lo que podrían pertenecer a la zona media de la
pared. En la esquina Noroeste de la estancia 4 se ha conservado parte de la pintura mural adherida al muro.
2.3. Planificación y estrategia
Durante la presente campaña de excavación dirigida por las dos técnicas arqueólogas, Inmaculada Delage y
Tamara Peñalver, se acotaron 6 sectores de trabajo, enumerados del sector A al sector F. El sector A se ubicó
en la estancia 6, posible cubiculum; el testigo de tierra dejado durante las excavaciones de los años 70 se
dividió en tres sectores en función de las estancias que atravesaba de Norte a Sur, se denominó sector B a
la parte acotada en el interior de la habitación 2, C al tramo que cortaba el peristilo y F a la parte del testigo
que atravesaba el corredor porticado Norte del peristilo. De manera paralela, se procedió a la apertura de
los sectores D, correspondiente a la estancia 3 y E, en forma de sondeo, realizado en la calle que discurre
Norte-Sur y que delimita perimetralmente la domus por su lado E (fig. 1).
Se ha llevado a cabo el fotografiado de las UUEE, estructuras, detalles constructivos y elementos
ornamentales de los sectores excavados, generando una exhaustiva documentación gráfica del proceso
de excavación y sus hallazgos. Se realizan estudios complementarios de fotogrametría, y de fotografía
aérea con un dron, lo que nos ha permitido detectar, en base al diferencial crecimiento de la vegetación
en superficie, la presencia de muros que siguen una cierta regularidad y que podrían estar desvelando la
existencia de un posible barrio doméstico y comercial.
En relación con el material mueble, se creó un protocolo de muestreo, en el cual se estableció como
necesaria la recogida de todo tipo de fragmento independientemente de su naturaleza (cerámica, vidrio,
metal, pintura, restos óseos, etc.) y de si se trataba de una pieza diagnóstico o no. Fueron clasificados
y estudiados durante las actividades de laboratorio que acontecían paralelamente al trabajo de campo, y
posteriormente en el gabinete de arqueología de la Universidad de Navarra.
3. PRIMEROS RESULTADOS DE LA CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN
3.1. Sector A (fig. 7)
La estancia correspondiente al denominado Sector A tiene unas dimensiones de 3,88 x 2,80 m². Tras retirar el nivel
superficial (UE 1001), caracterizado por su poca potencia estratigráfica y por la única aparición de fragmentos
de pintura mural de pequeño tamaño, en su mayoría de color verde, aparecieron dos estratos diferenciados; en la
zona Sur de la estancia se encontraba la UE 1003 y adosada al muro Norte (UE 1020) la UE 1006.
En la zona Sur de la estancia, la UE 1003 se caracteriza por contener una gran cantidad de fragmentos
de pintura mural (654), de los cuales la gran mayoría son de color verde (599), pero también aparecieron
fragmentos de color rojo (40), algunos (13) con la unión de ambos colores, rojo y verde, separados por una
pequeña franja de color blanco, y tan solo dos fragmentos con decoración moteada imitando posiblemente
granito, de fondo azul grisáceo y con motas negras, rojas y amarillas, asociadas al zócalo o rodapié de la
estancia. Autores como Eristov, Belot o Barbet, de la escuela francesa, comprobaron que en los zócalos
moteados del s. I d.C. había un cambio de color de fondo a partir de la segunda mitad de la citada centuria,
de tal modo que en un primer momento serían negros o grises para ser luego rosas, a partir del 50 d.C.
Además, este fenómeno iba acompañado de un cambio de técnica pasando de una fina salpicadura a la
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Fig. 7. Croquis final
del Sector A.
utilización de gruesas gotas para realizar el moteado (Íñiguez, 2015: 19). En el caso del zócalo del sector
A, podríamos encuadrarlo en la primera mitad del s. I d.C., a pesar de que se observan ciertas diferencias
en cuanto a la técnica de las gotas, siendo algunas de ellas más gruesas, marcando una posible transición
hacia la segunda mitad del s. I d.C.
Estos fragmentos, de no más de 10 cm, dispuestos tanto boca arriba como boca abajo han sido
interpretados como un nivel de derrumbe de la pintura mural, lo que además explica la escasez de cualquier
otro tipo de material, apareciendo tan solo tres fragmentos informes de cerámica común, un fragmento de
tégula y otro de ímbrice. Bajo esta unidad apareció una gran placa de pintura boca abajo, que denominamos
UE 1017. Aunque en un primer momento barajamos la posibilidad de que pudiera tratarse de un pavimento
de cal, dado que la pintura apareció volteada con el preparado hacia arriba, un pequeño sondeo en el extremo
del panel nos permitió comprobar que se trataba de una gran placa de pintura mural que permanecería in
situ desde el momento de su derrumbe (fig. 8).
Por otra parte, la mitad Norte de la estancia se diferencia considerablemente de la Sur por la escasa
aparición de pintura mural con respecto a la otra mitad. La UE 1006, situada directamente bajo UE
1001, contenía 85 fragmentos de pintura mural, de los cuales la gran mayoría son verdes (82), y solo dos
fragmentos informes de cerámica común. La escasez de material y la diferencia en la densidad de la tierra
nos ha llevado a pensar que esta estancia comenzó a excavarse en el pasado pero no se finalizó.5 A pesar
del gran interés que despertaba este sector respecto al conocimiento del posible pavimento, los trabajos se
5
Las excavaciones de esta zona no han sido publicadas, por lo que desconocemos los lugares concretos en los que se llevó
a cabo la intervención, pero los testimonios de diferentes operarios que estuvieron presentes, nos ha ayudado a localizar las
áreas excavadas, entre las que destaca este cubiculum, en el que se decidió paralizar la excavación debido a la complejidad que
presentaba la excavación de pinturas murales.
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Fig. 8. Sector A.
detuvieron a la espera de la intervención de la restauradora,6 ya que se consideró de suma importancia la
conservación de la gran placa de pintura (UE 1017) debido a sus dimensiones y su presumible posición
primaria, así como los restos preservados bajo la misma.
Especialmente relevante es el hecho de que en diversos puntos de los paramentos Sur (UE 1022) y Este
(UE 1021) se hayan conservado restos de la pintura del zócalo in situ, con decoración moteada, así como
la aparición de algunos fragmentos de pintura considerados realces propios de las esquinas, los llamados
finales de pared. Por otra parte, se recuperó la esquina de un vano de color verde (procedente de la UE
1003), que dada su ubicación pertenecería, seguramente, a una ventana abierta en el muro perimetral Este
de la estancia, que daría al exterior y que captaría la luz de la mañana. La presencia de la ventana estaría en
consonancia con una de las características propias de los cubicula, como es su orientación. Vitruvio (6, 4,
1) aconsejaba ubicar los cubicula en un lado de la casa abierto a la luz matinal. En una de las descripciones
de Plinio el Joven, se nos dice que […] hay un amplio dormitorio, y luego otro más pequeño, que recibe el
sol de la mañana por una ventana, y conserva el de la tarde por otra […] en la conjunción de este dormitorio
y de aquel comedor se forma un ángulo, que retiene e intensifica los rayos más directos del sol […] (Plin.
Ep. 2, 17, 6-7). Por lo que todas las referencias parecen coincidir en la apertura al Este para recoger la luz de
la mañana; sin embargo, en el estudio de Nissin se comprueba que se pueden abrir en todas las direcciones
(Nissin, 2015: 109).
6
Los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2017 se llevaron a cabo los primeros trabajos de protección de la pintura mural tanto de esta
estancia como de las demás, y se planificó el trabajo para la campaña que tendrá lugar este verano, en el cual la participación de
la restauradora será indispensable.
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Consideramos que la aparición de un derrumbe in situ, requiere de una exhaustiva metodología para
recuperar toda la información posible, con el fin de analizar la secuencia de derrumbe y facilitar las
posteriores fases de estudio y de una eventual restauración y exposición al público (Monraval, 1992: 55).
Razón por la que decidimos paralizar la intervención del Sector A, a la espera de la futura campaña de
excavación y restauración del próximo verano de 2018.
El análisis de las pinturas tiene, necesariamente, un carácter provisional, ya que hasta que no se
produzca la intervención de la restauradora no tendremos una visión definitiva de las pinturas. Por tanto, de
manera provisional podemos concluir, casi con total certeza, que se trataría de un cubiculum con las paredes
decoradas con un zócalo o rodapié moteado, preservado in situ, adosado a los muros S, E y O de la estancia.
La zona media debió resolverse con una alternancia de paneles anchos de color verde e interpaneles rojos
separados por “filetes” blancos, con la presencia de, al menos, una ventana en la pared Este de la estancia.
Planteamos una datación aproximada dada la decoración parietal, pues los conjuntos pictóricos que se
organizan en paneles anchos e interpaneles estrechos son un esquema muy común en toda la historia de
la pintura romana, siendo los predilectos de la pintura provincial romana de la segunda mitad del s. I d.C.
(Guiral, 2000: 29).
3.2. Sector B (fig. 9)
Bajo tres estratos de carácter superficial (UUEE 1002; 1004; 1005) comienzan a aparecer niveles de
abandono (UE 1010) caracterizados por contener gran cantidad de material revuelto [cerámica (28), material
constructivo (9), fauna (12) y pintura (100)], entre los que destacan la abundancia de pequeños fragmentos
de pintura en su mayoría blancos, indicio de que nos encontramos ante una decoración diferente a la de la
estancia A, o incluso ante parte del techo. Esta unidad pudo ser contemporánea al nivel de derrumbe de la
UE 1003 del sector A, ya que ambos conservan cotas superiores semejantes.
En el límite Sur de la estancia, entre la misma y el corredor circundante del peristilo (sector F),
se encontraron una serie de placas de pintura (14) hincadas verticalmente de manera fortuita (UE
1007) donde, al igual que en la UE anteriormente descrita, destaca el color blanco. Junto a estas placas
aparecieron numerosos fragmentos de cal depurada, con una impronta muy clara de líneas rectas que
podrían ser los negativos de un sistema de cañas que serviría para sujetar la pintura al techo (fig. 10). Las
capas de fragmentos pintados procedentes del techo suelen aparecen sobre el pavimento, generalmente,
con una alta fragmentación, unidas a morteros con restos de cañizo, cordel de entramado o improntas
sobre el mortero (Monraval, 1992: 55). En las paredes de tapial es frecuente usar entramados de cañas
o de madera como refuerzo y para facilitar la adherencia del mortero, o bien, como parece ser nuestro
caso como armadura de techos y bóvedas, razón por la que conservan impresiones en negativo que
parecen atestiguar el uso de cañas (Díaz y Consuegra, 1992: 124-125). Vitruvio menciona el uso de
cañas como refuerzo de paredes y bóvedas, para estas últimas aconseja el uso de una sola capa de
bastones, unida por medio de cuerdas y clavijas de madera. Especifica cuáles son las mejores variedades
como los juncos griegos, aunque se pueden usar pequeños junco de pantano como sucedáneo. Aunque
Vitruvio describe la aplicación de cañas para reforzar las bóvedas, su uso está atestiguado también en
techos planos, como lo demuestra uno de los derrumbes de la Casa de Pansa en Pompeya (Barbet y
Allag, 1972: 939-944).
Entre estos fragmentos de pintura aparece gran cantidad de piedra tipo canto rodado de mediano tamaño
(± 5-10 cm), material constructivo (48), fauna (6), metal (5, de los cuales dos son restos de clavo), y cerámica
(44). Al tratarse de una unidad relacionada con el derrumbe y su posterior abandono, estos restos, a pesar de
encontrarse en un estrato que muy seguramente ha sufrido gran variedad de procesos postdeposicionales,
nos permiten entrever que el colapso de esta vivienda no excedería la primera mitad del s. III d.C. (fig. 11
y gráfico 1), al tratarse en su totalidad de material altoimperial.
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Fig. 9. Croquis sectores
B-C-F.
Fig. 10. Negativo del sistema
de sujección al techo de las
placas de pintura mural.
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Fig. 11. 1-2 UE 1010; 3-13 UE 1007. 1 ANF; 2 COC_RED; 3-5 TSH; 7-9 ENG; 10-12 MESA_OX; 13 COC_RED;
14 DOL.
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Gráfico 1. Análisis del material cerámico de la UE 1007 por categoría y por clase cerámica.
Fig. 12. Conjunto de
los fragmentos de los
denominados “aislante”
procedentes de la UE 1007.
El derrumbe de pinturas desaparece a medida que nos acercamos al muro Norte de la estancia (UE
1025) y aparece una concentración de carbón. Se decidió parar el proceso de excavación cuando se eliminó
el testigo, llegando a niveles de uso de la habitación, que exigirán, la excavación en extensión de la misma.
Lo que se convierte en uno de los objetivos de la próxima campaña.
Por último, en cuanto al análisis de materiales de este contexto se refiere, cabe destacar la presencia de
unos fragmentos de arcilla cocida no identificados (fig. 12), con una de sus caras lisa y la otra totalmente
informe que al aparecer siempre asociado a la pintura hemos interpretado como un posible aislante.7
7 Esta hipótesis respondería a la lógica constructiva dictada por la climatología del lugar donde se ubica la Domus, entre los más
fríos del yacimiento, por su situación en altura y su exposición al cierzo. Además, la aparición de estos fragmentos en relación
con el derrumbe de la pared, refuerza la posibilidad de que formen parte de la técnica constructiva de los paramentos. Uno de los
objetivos marcados para la siguiente campaña es el análisis de estas piezas y sus posibles funciones.
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IX campaña de excavaciones en el yacimiento romano de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza)
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3.3. Sector C (fig. 9)
El sector C se corresponde con la mitad del testigo, que atraviesa la domus de Norte a Sur, circunscrita
al espacio descubierto de la vivienda. Bajo las capas superficiales (UE 1011; UE 1012), se identificó un
estrato, compacto, gris amarillento (UE 1013) en el que, al igual que en la parte Norte del testigo (Sector
B) predomina la aparición de restos de pintura mural (136), destacando el color blanco (124), cerámica
(91) (fig. 13 y gráfico 2), material constructivo (23), eminentemente restos de tegulae e ímbrices, aunque
aparecen tres fragmentos de lo que anteriormente denominamos aislante, y restos de fauna (26) entre los
que destacamos la malacofauna, posiblemente ostras.
Bajo la UE 1013, aparecen dos unidades diferenciadas. Al Norte del sector queda expuesta la UE 1015,
con una gran concentración de pintura mural (405) procedente del derrumbe del pretil, algunos de los
fragmentos yacen planos, con pequeños trozos de carbón, casi la totalidad de los fragmentos son de color
blanco y miden hasta un máximo de 20 cm2. La cantidad de otro tipo de materiales es significativamente
menor que en las unidades anteriores y posteriores (cerámica 36, vidrio 2, material constructivo 17, fauna
16 y metal 1) (gráfico 3).
Por otra parte, al sur del testigo aparece la denominada UE 1027, menos compacta, formada por arena
y con la mayor concentración de material del sector, y a su vez, el más revuelto y rodado, con pruebas
evidentes de haber sufrido gran cantidad de procesos postdeposicionales, entre los que destacaríamos las
intrusiones de pequeños animales. Al contrario del resto de unidades relacionadas con el derrumbe, en esta
ocasión la cantidad de fragmentos de pintura mural (262) es menor que la de cerámica (513), y la proporción
de colores totalmente heterogénea (blanco, rojo, verde, negro, amarillo, burdeos y moteado), resultándonos
imposible deducir de dónde proceden. Como en el resto de las unidades analizadas hasta el momento, los
restos cerámicos proceden de un momento de amortización que, además, han sufrido bastantes alteraciones
en su superficie. Aun así, como sucede en los otros sectores analizados, estos materiales pueden situarse
entre la segunda mitad del s. I d.C. y la primera mitad del s.III d.C. (fig. 14 y gráfico 4). Además, abundan
los restos de carbón de pequeño tamaño. En cuanto a los materiales metálicos, ha aparecido un fragmento
de bronce con baño dorado, un trozo de bronce, probablemente, perteneciente a un cuchillo o navaja y una
pieza amorfa de plomo.
Aunque la UE 1015 y la UE 1027 presentan los mismos materiales; la UE 1015, al contrario que
la UE 1027, contiene más cantidad de pintura mural (colores rojo, ocre y blanco) acompañada de
numerosos trozos de cal, cerámica y vidrio. Mínima representación de fauna, de la que destacamos
un incisivo y una falange de cerdo. Sin embargo, llama la atención la gran cantidad de malacofauna,
tratándose de un yacimiento localizado al interior. Bajo la UE 1015 pegada al pretil N del peristilo
aparece la UE 1053, formada por material constructivo de piedra, procedente del derrumbe de una de
las columnas del pretil Norte.
Cuando la casa fue estudiada por Uribe (Uribe, 2015: 84), se planteó la duda de si nos encontrábamos
frente a un patio enlosado o frente a un peristilo. El debate terminológico ya fue recogido por Cortés en su
estudio sobre peristilos y patios porticados, donde la conjunción de un jardín con pórticos es la adaptación
del peristilo griego, en el que se añaden elementos naturales imitando el jardín helenístico. La característica
importante es que la naturaleza antropizada, domesticada a través del ars topiaria, se convierte en un
componente principal de las casas de peristilo, mientras en la casa de patio porticado este elemento está
ausente (Cortés, 2014: 1013-1015).
Tras el cierre de este sector, una vez eliminado el testigo, cumplimos con dos de los objetivos
iniciales de la campaña, pues se comprobó que no existe estructura hidráulica de captación de agua u
ornamental y que no se trata de un patio enlosado, ya que no hemos encontrado restos de pavimento.
Por lo tanto, podemos definir la tipología de esta casa como una casa de peristilo, con un posible
espacio ajardinado en el centro (viridarium), concebido como un espacio encerrado en sí mismo,
separado de los corredores de la vivienda mediante muros bajos que aíslan el área descubierta (Alarcão,
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Fig. 13. UE 1013. 1-3 TSH; 4 MESA_OX; 5 MESA_RED; 7 MESA_OX; 8 vidrio.
Gráfico 2. Análisis del material cerámico de la UE 1013 por categoría y por clase cerámica.
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Gráfico 3. Análisis del material cerámico de la UE 1015 por categoría y por clase cerámica.
2013: 14; García-Entero, 2004: 56-57). La presencia de pretiles es una moda que se puede encontrar
en Pompeya, pero que fue difundida, sobre todo, entre los ss. II-III d.C. en área africana y oriental
(Bonini, 2006: 54-55).
Este tipo de distribuidor no es solo el más extendido en la arquitectura doméstica imperial (Meyer,
1999: 101), sino que se trata de la fórmula más representada en Hispania. Desde el punto de vista social,
introducir patios porticados/peristilos va parejo a asumir la presencia de un triclinium, en detrimento del
tablinum. Del mismo modo que el atrio cuando aparece asociado a este tipo de viviendas, hace un papel de
vestíbulo o zona de recepción, mientras que el peristilo es el integrador de espacios de convivium.
Otra de las características propias de este tipo de espacios es la marcada axialidad, que ordena los espacios
en torno a un eje sobre el que se alinean las tres estancias más grandes y elevadas de la casa. Este tipo de
plantas fueron definidas por Meyer como “axial peristyle house”, que idealmente se dispondrán una detrás
de otra de manera axial y simétrica, de este modo el centro de la casa se vería desde la entrada (Meyer,
1999: 102-103). Aunque en este caso no hayamos localizado el acceso a la vivienda, sí que encontramos el
peristilo perfectamente alineado con una de las estancias más grandes de la casa, con toda seguridad, espacio
de representación. Es evidente que sólo un miembro de la élite social podía permitirse espacios que superasen
las necesidades de subsistencia básicas, donde poder disfrutar del otium y dotados de zonas verdes, estanques,
fuentes y elementos decorativos como esculturas (Corrales, 2015: 200; Uribe, 2015: 82).
3.4. Sector D (fig. 15)
Además de trabajar en los sectores A, B y C, dónde ya se habían realizado trabajos con anterioridad a la
llegada del actual equipo de investigación, durante la campaña de 2017 se comenzó a excavar la habitación
(3) ubicada al Oeste de la sala de representación (2). La excavación de las capas superficiales de esta
estancia (UE 1028), ha permitido desenterrar el muro de cierre Norte de la misma, que se identifica como
una prolongación hacia el Oeste del muro perimetral Norte de la vivienda (UE 1025). Puesto que no se
encuentra el muro de cierre Oeste de la habitación, se delimita la zona de forma artificial para proceder a la
excavación en extensión del espacio. Se encontraron dos sillares aislados al Sur de la estancia (UUEE 1044
y 1045), que podrían formar parte del muro de cierre meridional de la misma.
De tratarse de los muros delimitadores de la estancia, la distancia entre el muro Norte y el muro Sur
nos aporta la longitud de la misma (6,42 m). Bajo el nivel superficial apareció una unidad (UE 1048) que
continúa la dinámica de las unidades relacionadas con derrumbe y el posterior abandono de la vivienda; gran
cantidad de material cerámico altoimperial (187) (gráfico 5), abundante material constructivo (31), restos
de vidrio (23) y fragmentos de pintura mural (97), destacando en esta ocasión el color ocre (68) y algunos
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Fig. 14. 1-2 UE 1015; 3-15 UE 1027. 1 COC_RED; 2 DOL; 3-11 TSH; 12-15 ENG.
bícromos, ocre y rojo con un filete negro de separación, frente a los demás, lo que muy posiblemente nos
hable de la predominancia del ocre e interpaneles rojos en la decoración parietal de esta estancia. Resulta
de especial interés que en el Suroeste de la estancia, en esta misma unidad, entre los sillares UUEE 1044 y
1045, algunos de los fragmentos de pintura mural que aparecen, presentan morfología propia de vano, lo
que nos indicaría la posible existencia de una puerta. Asimismo, en esta zona se ha localizado abundante
preparación, barajando la posibilidad de que se trate del alzado de tapial.
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Gráfico 4. Análisis del material cerámico de la UE 1027 por categoría y por clase cerámica.
Fig. 15. Croquis
del Sector D.
Gráfico 5. Análisis del material cerámico de la UE 1048 por categoría y por clase cerámica.
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En el centro de la estancia apareció una acumulación de pintura mural (UE 1058), donde predomina el
color ocre, con fragmentos boca arriba y boca abajo, junto con restos de cal pura sin tratar. En este punto se
finalizó la campaña, razón por la cual, la continuación de la excavación de esta estancia se convierte en uno
de los objetivos de la próxima campaña.
3.5. Sector E (fig. 16)
El sector E se corresponde con el área Calle Norte-Sur que delimita perimetralmente la domus por el
Este. La acera Oeste de esta calle ya se excavó en los años 70 y en función de un bloque que parecía
iniciar un paso de cebra sobreelevado se planificó un sondeo. Bajo un nivel superficial (UE 1029) de pocos
centímetros (20-30 cm), salieron a la luz los bloques que conformaban el paso de cebra. Este paso de cebra
cuenta con tres bloques (UUEE 1036 [1,35 x 0,60 m]; 1037 [0,84 x 0,65 m] y 1039. Al otro lado del paso
de cebra apareció otra acera (UE 1043).
En la mitad Este del sondeo, se detectó, bajo el nivel superficial, un cambio de unidad (UE 1046) con
escaso material, bajo la que se encontraron dos muros: UE 1047, orientado Norte-Sur y UE 1051, orientado
Este-Oeste, que forman una estancia, a la que se adosó una acera (UE 1043). El gran valor de este hallazgo
reside en aumentar la contextualización urbana de nuestro espacio doméstico, pues comenzamos a conocer
la estructura de la calle que delimita el espacio doméstico por el Este, y las posibles unidades domésticas
situadas al otro lado de la vía. Además del interesante valor relativo a la contextualización de la casa, estos
hallazgos subrayan el inmenso potencial arqueológico del conjunto del área en la que se encuentra ubicada
la Domus del Peristilo.
La mayor cantidad de material, se encontró en las unidades de relleno entre los bloques del paso
de cebra (UE 1041) y los muros UE 1047 y UE 1051 (UUEE 1054 y 1056). Por problemas de tiempo,
ninguna de estas unidades pudo ser terminada de excavar durante la campaña de 2017, pero se ha realizado
una pequeña intervención en febrero de 2018 en este sector con fructíferos resultados en los cuales nos
encontramos trabajando en este momento y esperamos poder publicar en el menor tiempo posible.
Fig. 16. Croquis
del Sector E.
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3.6. Sector F (fig. 9)
Este sector se circunscribe al corredor Norte del peristilo que también estaba atravesado por el testigo de
tierra. Bajo el nivel superficial (UE 1049), comienza un nivel de derrumbe de pintura con algunos trozos de
carbón, restos de arcilla y sin material cerámico (UE 1024). Los colores de los diferentes fragmentos (34)
de este derrumbe se dividen entre verdes y un color rojo vino, diferente al encontrado en el sector A, que
hemos denominado burdeos.
Bajo las placas de pintura, se encontró conservado el pavimento del corredor (UE 1026), confirmándose
que se trataría de un suelo de tierra pisada con carbón, compuesto por pequeños cantos rodados. Junto al
hueco (UE 1014) dejado por una de las columnas del pretil Norte del peristilo, aparecieron restos de piedra
procedentes de la columna (UE 1042) caídos sobre el derrumbe de pintura del corredor (UE 1024). Una
pequeña cata realiza junto a uno de los sillares de cimentación del pretil Norte (UE 1012), nos permite
comprobar que, cuenta con una cimentación consistente en otra hilada de mampuestos o sillares.
Este sector, se ha dejado abierto con las pinturas murales a vista a la espera de la intervención de
la restauradora para levantar las placas, de igual modo que en el testigo del sector B y en el cubiculum
(sector A). En los puntos del corredor en los que no aparecieron placas de pintura se ha dejado el
pavimento a vista (fig. 17).
Fig. 17. Sector F.
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4. CONCLUSIONES Y FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN (fig. 18)
El material recogido está indicando que nos encontramos ante una casa cuyo propietario pertenecería a la
élite social, no solo por la técnica constructiva empleada, opus quadratum, propia de la arquitectura pública
y, en este caso, asumida en un ambiente privado, sino por el aparato decorativo rico en pinturas murales,
que presentan colores diversos dependiendo del ambiente ornamentado.
Como ya hemos dicho, la técnica constructiva del espacio excavado es de opus quadratum trabado
en seco, con grandes bloques de arenisca local, que se superponen a una cimentación de sillarejo, de una
sola hilada, cuya función sería nivelar el terreno y permitir que los grandes bloques que forman la segunda
hilada queden igualados. Sin embargo, es posible que esto constituya el zócalo de la vivienda, siendo el
alzado en adobe o tapial. A pesar de que las publicaciones previas (Uribe et al., 2011: 247; Uribe, 2015:
46; 343) señalan la existencia de una moldura convexa en la parte superior de los sillares para asentar con
mayor facilidad el adobe, esta moldura solo se observa en el muro Oeste de la estancia 2, constituyendo un
elemento excepcional al menos en el área excavada. No sabemos si la estancia 3, en proceso de excavación
actualmente, presentaría esta característica en el muro Oeste.
El umbral descubierto en la estancia 7, conserva las dos huellas de alojamiento de goznes, formadas por
un cuadrado de 7x7 cm, donde se conservan las placas de hierro de los cardines, con trazas de óxido. La
huella central para encajar el pestillo de la puerta está descentrada, indicando que las hojas de la puerta no
serían del mismo tamaño. Por último, se conserva el relieve convexo que haría de batiente, demostrando
que la puerta se abriría hacia el interior, al uso romano.
Respecto a la infraestructura hidráulica de la domus, se observa la existencia de un canal hidráulico,
procedente del peristilo en dirección a la calle, que discurre en dirección Sureste, atravesando la estancia
7. En la esquina Sureste del canal se observan dos losas que podrían hallarse in situ, con la finalidad de
Fig. 18. Fotografía aérea del estado final de la domus tras la campaña.
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cubrir el canal, cuyo carácter móvil facilitaría posibles reparaciones. De estar situadas a la misma altura del
pavimento, que consideramos perdido dada la diferencia de cota que se observa entre el umbral y el suelo
dejado actualmente en la habitación, estas dos losas podrían ser de vital importancia para determinar el
nivel de circulación de la habitación.
Se comprueba que en el porticado Este del peristilo faltaría el pavimento que estaría a unos 5 cm más
de altura coincidiendo con la cimentación del pretil, con el umbral y con el canal (teniendo en cuenta las
hipotéticas losas del canal, anteriormente expuestas).
Los pernos de las columnas del peristilo muestran la misma medida que las huellas de gozne, 7 cm de
lado, no todos se encuentran en los mismos puntos de las basas, algunos de ellos están descentrados.
En cuanto a la extensión total de la domus, no ha sido posible definirla, ya que la aparición de pinturas
murales durante la excavación de algunos sectores (Sectores A, B y C) ha ralentizado los trabajos impidiendo
la excavación en extensión de toda la planta de la vivienda. Por la misma razón no hemos encontrado el
acceso a la domus, aunque nos gustaría matizar que por la disposición de la misma, y en base a sus ejes de
axialidad que ordenarían el espacio en vestíbulo-peristilo-sala de representación, su acceso se ubicaría al
Sur. Esta orientación, además, sería la más recomendable dado el contexto climático donde se encuentra el
yacimiento, ya que las bajas temperaturas en invierno aconsejan orientar la casa hacia el mediodía.
La excavación del sector C ha dado como resultado la constatación de la inexistencia de una estructura
de captación de agua en el centro del mismo, así como de pavimentación, por lo que nos encontraríamos
con un posible peristilo ajardinado, viridarium.
Se ha excavado la estancia 6, pero no en su totalidad debido a la aparición de pinturas murales que hacen
recomendable la intervención de un especialista en restauración. Sin embargo, algunas pequeñas catas nos
han permitido ver que, de confirmarse que la unidad subyacente bajo la placa de pintura (UE 1017), es el
pavimento de la habitación, se encontraría a la misma cota que el pavimento del porticado.
El inicio de la excavación de la calle perimetral E de la domus, nos permite ampliar el conocimiento del
contexto de la vivienda mediante la inserción en el urbanismo circundante, donde hemos podido comprobar
la existencia de estructuras más allá de la calle, presumiblemente domésticas, cuyo estudio se completará
en futuras campañas.
Con respecto al material hallado, en particular el cerámico, el análisis preliminar realizado,8 a pesar de
tratarse de materiales, en su mayoría superficiales y con gran exposición a procesos postdeposicionales,
nos permite enmarcar al menos el derrumbe y posterior abandono de la vivienda en un momento bastante
temprano, segunda mitad del s. II d.C. A expensas de poder realizar un análisis con mayor profundidad,
la aparición de TSH 29 junto con TSH 37 nos permite hablar de finales del s. I hasta mediados del s. II
d.C. cuando la TSH 37 desbanque del mercado la forma 29 de manera definitiva, y aunque debemos tener
siempre presente la posibilidad de pervivencia de piezas cerámicas más allá de la fecha que se le concede
para su producción, la no aparición hasta el momento de TSHT refuerza nuestra hipótesis (Mezquíriz, 2004:
513-517), así como la asociación de esta clase cerámica con la cerámica engobada, típica del valle medio
del Ebro, mayormente fechable entre los siglos I y III a.C. (Unzu, 1979: 257-275 y Sesma, 1994: 219-260).
En relación con la cronología creemos interesante destacar la conexión del abandono de este sector de la
ciudad con el del foro (Andreu et al., 2017: 361), que en los estudios actuales todo parece apuntar a la
misma cronología que planteamos aquí para el sector domus. Por otra parte, los estudios de material vienen
a reafirmar las cronologías aportadas por estudios precedentes (Íñiguez, 2015; Uribe, 2011).
Con respecto a la obtención de otros datos de tipo funcional o comercial, como ya hemos señalado en
más de una ocasión, esperamos poder realizar un estudio en profundidad que permita acercarnos a todos
los aspectos de la vivienda.
8
El estudio de materiales que presentamos en este artículo consiste en la cuantificación total de fragmentos (NFR) como manera
de acercamiento preliminar a los materiales a la espera de finalizar de excavar cada una de las estancias y presentar un análisis
pormenorizado.
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En conclusión, nos encontramos ante una vivienda altoimperial de peristilo, en excelente estado de
conservación, cuya abundancia de pinturas murales (aparecidas todos los sectores excavados en el interior
de la vivienda, A, B, C, D y F) denota el nivel económico elevado del propietario. El sondeo del sector
E, vendría a confirmar su inserción en un urbanismo planificado y delimitado por calles, posible barrio
doméstico. No queremos concluir el artículo sin antes reseñar la importancia de continuar con las labores de
excavación en esta área, que nos permitan completar la visión de un aspecto tan interesante del urbanismo
de Los Bañales, como es el ámbito doméstico.
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