Coveta de l'Or. Beniarrés. 1980
07-07-198225-07-1982Valentín Villaverde Bonilla
Los trabajos se realizan en el llamado Sector K, en el que se hallan en excavación doce cuadros, además del sondeo director de los cuadros K-34 y K-35. Esta zona, aunque de gran interés y riqueza, ofrece importantes problemas para su excavación en extensión, problemas que provienen de la existencia de una linterna en el techo de la cueva, encima del sector, por la que se han introducido numerosos materiales provenientes de la erosión de la ladera, formando un cono de acumulación y originando una disposición lenticular y entrecruzada de algunos estratos.
Esto hace que la correlación entre las distintas partes de la zona en excavación resulte compleja, a causa del fuerte buzamiento de algunos estratos y, sobre todo, a la distinta incidencia que estos aportes del exterior tienen en las distintas partes. Y así, tras el estudio de los resultados proporcionados por los cuadros K-34 y K-35, y su comparación con los obtenidos hasta ahora en los cuadros K-1 a K-4, K-7 a K-10 y K-13 a K-16, se comprobó una notable discordancia en la deposición de los sedimentos. La discordancia parece responder a dos ambientes sedimentarios distintos, explicables por la diversa posición que ocupan respecto a la linterna del techo del sector, situada en la vertical de los cuadros K-9 y K-10.
Todo ello aconsejó buscar la guía de un corte estratigráfico que uniera ambas partes, o lo que es lo mismo, ampliar la zona de trabajo excavando los cuadros K-17, K-18, K-23 y K-24; completándose con la excavación de los cuadros K-19 a K-22, en su parte superior ya removida con motivo del llamado Sondeo B del año 1955, dejándolos al nivel de los restantes
inicialmente, también se excavó la parte superior de los cuadros K-4', K-10' y K-16', con el fin de comprobar si la oquedad que se observa en la parte meridional del sector K pudiera ser una antigua entrada de la cavidad, cegada y, en consecuencia, haber desempeñado algún papel en los aportes de materiales.
Los análisis sedimentológicos demostraron la existencia de un contacto abrupto, casi vertical, entre dos tipos de sedimentación muy distintos, lo que se produce entre los cuadros K-16/K-22 y los K-17/K-23. En lo que se refiere a los cuadros K-4', K-10' y K-16', puede afirmarse que tal oquedad no desempeña ningún papel en el aporte sedimentario al sector. Por otra parte, la excavación de los cuadros K-19 a K-22, y especialmente la de los K-17, K-18, K-23 y K-24, proporcionó importantes datos en relación con el final de la ocupación del yacimiento.
En los cuadros K-17, K-18 y K-24, se observó la existencia de un hogar que reposa sobre un grueso nivel de cantos de gran tamaño. Entre los materiales obtenidos podemos destacar dos placas rectangulares de piedra, con perforación para colgarse como adorno; hojas de sílex con retoque continuo y frente de raspador, puntas de flecha, algunos punzones de hueso y fragmentos de cerámica, en su mayor parte sin decorar.
Los paralelos de estos materiales, en especial los de las placas de piedra, desconocidos hasta ahora en este yacimiento, sitúan con claridad en el Neolítico final o en la transición al Eneolítico, este último nivel de ocupación del yacimiento.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1980, pp. 87-88)
Esto hace que la correlación entre las distintas partes de la zona en excavación resulte compleja, a causa del fuerte buzamiento de algunos estratos y, sobre todo, a la distinta incidencia que estos aportes del exterior tienen en las distintas partes. Y así, tras el estudio de los resultados proporcionados por los cuadros K-34 y K-35, y su comparación con los obtenidos hasta ahora en los cuadros K-1 a K-4, K-7 a K-10 y K-13 a K-16, se comprobó una notable discordancia en la deposición de los sedimentos. La discordancia parece responder a dos ambientes sedimentarios distintos, explicables por la diversa posición que ocupan respecto a la linterna del techo del sector, situada en la vertical de los cuadros K-9 y K-10.
Todo ello aconsejó buscar la guía de un corte estratigráfico que uniera ambas partes, o lo que es lo mismo, ampliar la zona de trabajo excavando los cuadros K-17, K-18, K-23 y K-24; completándose con la excavación de los cuadros K-19 a K-22, en su parte superior ya removida con motivo del llamado Sondeo B del año 1955, dejándolos al nivel de los restantes
inicialmente, también se excavó la parte superior de los cuadros K-4', K-10' y K-16', con el fin de comprobar si la oquedad que se observa en la parte meridional del sector K pudiera ser una antigua entrada de la cavidad, cegada y, en consecuencia, haber desempeñado algún papel en los aportes de materiales.
Los análisis sedimentológicos demostraron la existencia de un contacto abrupto, casi vertical, entre dos tipos de sedimentación muy distintos, lo que se produce entre los cuadros K-16/K-22 y los K-17/K-23. En lo que se refiere a los cuadros K-4', K-10' y K-16', puede afirmarse que tal oquedad no desempeña ningún papel en el aporte sedimentario al sector. Por otra parte, la excavación de los cuadros K-19 a K-22, y especialmente la de los K-17, K-18, K-23 y K-24, proporcionó importantes datos en relación con el final de la ocupación del yacimiento.
En los cuadros K-17, K-18 y K-24, se observó la existencia de un hogar que reposa sobre un grueso nivel de cantos de gran tamaño. Entre los materiales obtenidos podemos destacar dos placas rectangulares de piedra, con perforación para colgarse como adorno; hojas de sílex con retoque continuo y frente de raspador, puntas de flecha, algunos punzones de hueso y fragmentos de cerámica, en su mayor parte sin decorar.
Los paralelos de estos materiales, en especial los de las placas de piedra, desconocidos hasta ahora en este yacimiento, sitúan con claridad en el Neolítico final o en la transición al Eneolítico, este último nivel de ocupación del yacimiento.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1980, pp. 87-88)