Cerro de San Miguel. Lliria. 1933
19-06-193301-07-1933Gonzalo Viñes Masip
Las visitas efectuadas el año anterior al poblado ibérico del Cerro de San Miguel, en Liria, y los hallazgos sueltos realizados, indujeron a efectuar en él algunos trabajos de excavación, que duraran un par de semanas...
La parte explorada se halla en la ladera Norte del Cerro (...). En los trabajos realizados han aparecido varias habitaciones y descubierto fuertes muros y una escalera (más tarde destruida por un buscador de tesoros) y aunque se halle muy deteriorado el poblado primitivo, una excavación completa nos mostraría sin duda su disposición, escaleras y rampas. Algunas de estas se descubren, incluso un camino que bordea la parte alta del monte y que conserva las señales del paso de las ruedas de carro.
El despojo que de largo tiempo había sufrido el primitivo poblado, explica que los hallazgos hayan consistido casi exclusivamente en cerámica. Fuera de ésta, citemos tan solo un magnífico broche de cinturón de bronce.
En la cerámica no lavada ni reconstruida aún totalmente, se muestra esplendorosa la técnica, tanto de la fabricación como de la decoración. Grandes vasijas, de delgadas paredes, muestran la habilidad de los alfareros ibéricos, no superada. Las formas son variadas, indicando relaciones con distintas comarcas, que habrá que estudiar a fondo. En los motivos, la fantasía es enorme. Aparte las decoraciones corrientes, en zonas, especialmente de círculos y semicírculos concéntricos, líneas onduladas, fajas verticales, etc., abundan los motivos vegetales artísticamente combinados y estilizados con fantasía, pudiendo competir con las mejores producciones del S. E. y apareciendo incluso combinaciones o motivos del todo nuevos.
Se tuvo la buena fortuna de dar con tres bordes de vasija con inscripción ibérica. Uno de ellos, casi completo, tiene más de 30 signos, con separación de palabras por medio de puntos y letras claras y pequeñas.
(La Labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1933: 5-6)
La parte explorada se halla en la ladera Norte del Cerro (...). En los trabajos realizados han aparecido varias habitaciones y descubierto fuertes muros y una escalera (más tarde destruida por un buscador de tesoros) y aunque se halle muy deteriorado el poblado primitivo, una excavación completa nos mostraría sin duda su disposición, escaleras y rampas. Algunas de estas se descubren, incluso un camino que bordea la parte alta del monte y que conserva las señales del paso de las ruedas de carro.
El despojo que de largo tiempo había sufrido el primitivo poblado, explica que los hallazgos hayan consistido casi exclusivamente en cerámica. Fuera de ésta, citemos tan solo un magnífico broche de cinturón de bronce.
En la cerámica no lavada ni reconstruida aún totalmente, se muestra esplendorosa la técnica, tanto de la fabricación como de la decoración. Grandes vasijas, de delgadas paredes, muestran la habilidad de los alfareros ibéricos, no superada. Las formas son variadas, indicando relaciones con distintas comarcas, que habrá que estudiar a fondo. En los motivos, la fantasía es enorme. Aparte las decoraciones corrientes, en zonas, especialmente de círculos y semicírculos concéntricos, líneas onduladas, fajas verticales, etc., abundan los motivos vegetales artísticamente combinados y estilizados con fantasía, pudiendo competir con las mejores producciones del S. E. y apareciendo incluso combinaciones o motivos del todo nuevos.
Se tuvo la buena fortuna de dar con tres bordes de vasija con inscripción ibérica. Uno de ellos, casi completo, tiene más de 30 signos, con separación de palabras por medio de puntos y letras claras y pequeñas.
(La Labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1933: 5-6)